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Fuentes de Energía
¿Qué es la Energía?
En todos los actos cotidianos siempre se necesita de fuerza para poder desenvolvernos con
facilidad, según las exigencias del medio ambiente que nos rodee. La capacidad que posee una
persona, o un objeto, para ejercer fuerza y realizar cualquier trabajo, se denomina: Energía.
Por eso decimos que alguien tiene mucha energía cuando grandes realiza actividades
durante el día como: trabajar, estudiar o practicar deportes. Para entender la importancia que hoy
día tiene la energía, basta con remontarnos un poco a la historia y hacer un breve recuento de las
actividades del hombre y su evolución.
El hombre, como ser biológico está integrado dentro del flujo de energía de la naturaleza. A lo
largo de toda la historia el hombre se ha valido de distintas fuentes de energía para realizar una
amplia gama de actividades. El hombre primitivo podía encontrar la energía necesaria para sus
procesos vitales en los alimentos que consumía y, por otro lado, dependía del sol como fuente de
calor. Posteriormente descubrió el fuego, que aprendió a utilizar con múltiples fines.
Pero fue a partir de finales del siglo XVIII, con el comienzo de la Revolución Industrial, cuando
se produjo el gran cambio en la pautas de consumo energético de la civilización. El progreso puso
en marcha maquinarias nuevas para la manufacturación de innumerables productos industriales,
fabricadas masivamente. Se le suma a esto la revolución en el transporte que consume
impensables cantidades de energía.
Desde finales del siglo XIX, la sociedad atraviesa etapas en las que el cambio y el avance
tecnológico son las características principales. Aparece la energía eléctrica, los automóviles, los
aviones, los motores de combustión interna, la industria química y la industria metalúrgica. Se da
lugar así a la segunda fase de la revolución industrial, donde los combustibles fósiles -
especialmente el carbón- aportaban la energía primaria, sin siquiera sospecharse el grave daño
que mas adelante ocasionarían. La tendencia de utilizar carbón como principal fuente de energía
se modifica a partir de la Segunda Guerra Mundial, donde comienza a tomar protagonismo otro
combustible fósil: el petróleo.
La vida en la Tierra depende de la energía del Sol, nuestra estrella más cercana. La mayor parte
de la energía que empleamos proviene, directa o indirectamente, del sol. Si bien nuestro planeta
recibe sólo una pequeña parte de la energía irradiada por el Sol, como ésta es enorme, alcanza
para sostener la vida de todos los organismos. Las plantas captan la luz solar para realizar el
proceso de fotosíntesis mediante el cual elaboran su propio alimento y liberan el oxígeno que,
tanto animales como vegetales, utilizan para respirar. Cuando se quema un trozo de carbón
vegetal o de madera, se aprovecha la energía acumulada por las plantas.
Estos combustibles se formaron a partir de seres vivos que habitaron nuestro planeta hace
millones de años. El carbón y el petróleo guardan la energía que esos organismos habían
tomando del Sol. Como consecuencia, para encender una lamparita y mover un automóvil se
utiliza energía solar almacenada. Los generadores eólicos de electricidad impulsados por el
viento dependen de la energía solar. Los vientos se originan como consecuencia del desigual
calentamiento de las tierras y los mares. Por eso, al aprovechar la energía eólica también se
utiliza, en forma indirecta, energía solar.
Su cantidad es fija en el planeta y su uso a lo largo del tiempo conlleva a su agotamiento. Fueron
necesarios muchos millones de años para que los yacimientos de estos combustibles se formaran, por ello
se consideran limitados.
1. Los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural, que suministra energía
térmica de la combustión.
Ahorro de Energía
La energía es un recurso que utilizamos diariamente tanto en las
empresas como en el hogar; sin embargo no todos nos detenemos a
pensar acerca de la mejor forma de administrarla. Una adecuada
administración de la energía nos llevará a ser más eficientes en su
utilización y de esta manera podremos ahorrar este recurso tan
preciado, dándonos como resultado, entre otras cosas, un ahorro
monetario y menor contaminación ambiental.