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SOBRE LOS ARQUETIPOS DE LO INCONSCIENTE COLECTIVO! Lis hipétesis de un inconscierte colectivo es uno de esos con- ceptos que chocan en un comienzo al pablico pero que pronto “evconverton em idoas de veo corriente; como ejemplo do ello recordemos el concepto de incoasciente en general. Una vez 1a idea filoséfica de lo inconsciente, tal como se encuentra prin- cipalmente en C. G. Carus y E. von Hartmann, desaparesié b Ja ola desbordante del materialismo sin dejar rastros conside- tables, poco a poco, y adoptando ahora otra fo surgir dentro de la psicologia médica de orientacién cientifion- natural. En primer término fue una designacién para el estado de los contenidos mentales olvidados o reprimidos. En Freud, lo inconsciente, aunque aparece ya —al menos metaféricamen- te como sujeto actuante, no er sino el lugar do reunién de dos y reprimidos, y sélo a causa de éstos tiene una significacién prictict. De acuerdo con exe enfoque, es por lo tanto de naturaleza exclusivamente personal? aunque 2 Apuncido oriiarimente em ol Boros Jelrbuch, 1906, pig 109 y sin EL requ ide retard, ba ubuln pert, Feud enables amy dierencacio dente de et cxfaae toh si tone i ‘lle, eh pare enact pref sli ‘1 mismo Freud habe visto ya ol cardster areaico.mito 4e Io inconsciente, Un extras en cierta medida superficial de lo inconssiente a sin duds, personal. Lo Tamamos inconsciente personal. Pero ese esrato descansa sobre otro més profundo que no se origi- na en la experiencia y la adquisicign personal, sino que cs 3: lo Hamada tnconsciene colecivo. He elegido le expre- Iectivo” porque este inconscinte no ce do natural individual sino universal, es decir, que en contaste con Ia ‘10 individual tiene contenidos y mados de comportamienta ue ton, cum grano satis, los mistios en todas paris y en todos Tos individvos. En otras'palabras, es idéntico 2 sf mismo en tedos Jos hombres y consttuye ast un fundamento animico de mats: raleza suprapersenal existete en todo hombre. [La exiencia priquica 40 recoroce aSlo por la presencia de ‘ontenidos conciencatizabies. Por lo tanto, abla cabe hablar {de un sneneaciente cuando «= posible verficar a exten de ontenidos del mismo. Los contenidos de lo inconscente per- tonal son en le fundamental los Tamados complojon de cerca sfectiva, que forman parte de ls ininided de la vida animica. En cambio, a los corteniden de lo inconaciente ealectvo los de- ominames arquctipes. [La expresin “arquetipo” se encuentra ya en Filon de Ale- jandria (De Opif- mundi, 69) on quien aperece reverida + la Imago Dei en et hombre. 2,7, A), que dice: “mundi face, sed de aliens ineticum (ed. Scot, 1924) Dios es llamado 0 doxeriiow bg: Dionisio el Arcopagite erples Ie exprrsiéa a merull, por elem lo en De Caclesti Hierarche, UL. 4 (al dion Goxenin(at), y también en De Divinis Nominibus, c. 11, 6). Ea San Agustin no se encuentra la expresiOn “rchetypus”, peto al hablar de ios on De Dis. Quacst. 46: "idoce, quae ipsae for- inetoe non sunt... quae in divina incelligentia continents” sete gat ett Segre Lane a Avchetypus es una parifrasis explisstiva del fibos platinico. Esa denominaciéa e+ wil y prscisa pues indica que lor con. teaidos inconsclentes colecivos son tipes azealcos © —mejor primitivos. Sin dificultad tumbién puede aplicarse a los . “repréventetions celleci- tes" que Lévy Brubl usa para designar las figuras simblicas de la cosmorisién primitiva, pues en principio se refere cash 1 To misma. Fa lat doctrinas tribales peimitivas aparecen los auquetipos ex una peculiar modificacién. Ea verdad, aqui ya hho ton contenidos de lo inconscieate sino que se han transfor- rmnado-en fSrmulae consents. que son tranemitidas por la tric dlicién, en general bajo Ia forms de In docring secret, la cual es una expresiéa tipiea de la transmisicn de contenidos colectivos originariemente procedentes de lo inconsciente ‘Otra expresin muy conacida de los arquetipon os el rule y la Ieyenda Pero tambien en ese css0 traase de formas esp cificaments sonfigersdas que ce haa transmitide a tavés de argos Tapsos. Por lo tanto, el concepto “arquetipe” silo reclamente puede aplicarse a las representicones colecivas, ya aque en verdad designa contenidos psiquiens ro sometides atin claboracién consciente alguna, y Fepresenta entonces um dato patquico todavia Jamedisto, Como tal, el arquetipo difiere mo poco de Te formalaciin hiesricamente constituida 0 elnborada Expecialmente en estadion min elevados de Tay dostrinan secre ts, los anqeetipos aperesen en una forma que por lo general nuestra de manera inconfundible +l jnfluja de Is elaboraciin consciente, que-janga y que valore, Su manifestacién inmodiata, tal_come se produce en los susfios y visiones, ex individual, incemorensille o iggenaa que, yor eem- plo, en ol mito. El arquctipe ropresente csencialimente un co tenldo incomsclente, que al eonciencalizarse y ser perebide cam- hia de acuerdo con eeds concieneis individual Tlemos aclacado que se enlende por “arquet con el mito, Ia doctrina secreta 7 la leyenda, Pero el tema se ‘complies i intentamos examinar 2 fondo ed ex prisolépicamente ‘un arquetipe. La invetigacia sobre los mites se ha conformado {Pan ae tuts dean danpie err, “erin 7, Soman {gies de enpraasenis dee bx Pare ete ‘Ponte ese el cape n hasta ahors con representuciones soleree, leneret, meteorolég ‘as, vogeales y con etree nocionce axzlieres. Nadie ha entrado 4 comiderar la idea de que los mites yon ante todo manifesta sdones prfquicas que reflejan Ia nataralera del alma, Fooo le impor al primitivo una explizacion cbjeiva de las coaus que percibe; tiene, en cambio, uns imperiose necesidad, o mejor di- cho, si'psique inconscents tiexe un impulso invencible que lo leva a asinilar al acontecer psiquico todas les experiencias sen- soriales externa. No le busts al primitivo con ver Ia salida y 1a pueste del scl, sino que cota oborvacién exterior debe oer al mismo tiempo’ un acontecer psiguicr, eato em, que el earso el sol debe representar el destino de un dics 0 de un héroe, el cual e1 realidad no vive sino en el alma del hombre. Todos les [procesos naturales convertdos en mitos, como el verano y invierno, las fases Tunares, le época de is llurias, ete, n0 scr sino alegorias® de esas experiencias objetives, o més bien ex- ‘resiones simbélicas del intimo e inconsciente drama del alma. cays aprehensidn a keen posible al preyecarls, os desir, cama: do aparece refljado on lon eucnece naturales, La proyoc Ihasta tal punto profanda que fucren neccvarioe varios sigh de culuza para separaria en clerta medida del objeto exterior. En el caso de la astrolosia, por ejemplo, se Heg6 a un abscluio rechazo y condena ccmo herstica de esta antiquisima “scientia intuitioa”, porque no se consiguié eaablecer una separacién en- tre la caracterologia psicoldgica y lus esirellas. Y quien sigue creyerdo o vuelve a crer en In astrologia ene casi siempre en Jn vieja creensia euparticinn an el inflvjo de los actrou, pese 44 que tole cl que oes caper de hacer wn hordveopo debe saber ‘que dende los dias de Hiparco de Alejandria se ha maateaido cl pusto vernal en 0" de Aries, por lo cual twdo horéscops se fsa en un sodiaco arbitrario, puesto que desde Hiperco el ‘punto vernal, a causa do Ia precesién de los equinoccios, se ha ‘orzids hasta el grado inicial de El hombre primitivo es de una subjtivided ten impresionante, ‘que en realidad la primern presunciin hubiera debido ser que existe una relacin entre el mito y lo psiquico. Su conocimiento ole naturaloze ex evencialmente Lenguaje y revestimiento ot 1 Mog ou rei mnie smite Sigel natin extra su tesoro de imagenes etormas? Sencillamente porgue tenitmos para todas las costs del alma na formula religions rmucho mis bellt y comprensiva que Ta experiencia direst. St ‘para muchos la concepeién ersttna del mundo se desvanece, sbi ‘tin pera suplira les tevoros orietales llenos todavia de mu- ‘villas, que pueden alimenar por muche tiempo el deseo de omtemplacion y de nucras vestidures, Ademén ease imigencs 6 Jane» Kes fithrane Ode Ween der My oe 1982 LB ‘ean crstianas, budistes 0 cualquier otra coua— son belles, lenas de misteriey ries en anticipaciones. Ka verdad que cuant més habituales son para nosotros tarto més las ha cl uio frecuente y les ha dejado allo le superficalidad triviel on nu caploter paradijic casi sin ‘iaterio del part> ‘irginsl o el de Ie consustanciacion del Padre y el Hi, 0 ln Trinidad, que no eo uaa triade, ya no dan alas a le fantenin eifics de maie. Se han convertide en meror sbjetos de fe. or eso no es sorprendente que Ia necesidad religiom, 1k mente creyento ¥ la especulacia fllosifica del curopeo cults ve sien- tan atraidce por los simbolos orientale, por Ine grandiotat con- cepciones indieas de Ia divinidad y Ine abismoe de In filesofia ‘aolsta china, del miso modo que en otros tiempos el coraiéa y cl espiritw del hombre antiguo fueron cautivadcs por Ta ides Crintane, Hay machoe que en mn comienaa ve eatregan « la #i- gestin del simbolo eristiane, hasta que sen enwuetos por lx ‘howrodis Kierkegeardiana 0 hasta que su relecién: con Dios fais del ereceste emopebrecimiento del aimboliemo, ae trens- forma en.una inoportable y tenaa relacién yot: entonces se ‘inden a la magia dela frese foraneidad de los aimbelos oriex- tales, Baa rendicién ao e» siempre necesariamente une derrota, sino que puede ser estimonio de la receptividad y la vitalidad de la sensibiidad religions. Algo similar se observa en lot orien- tales culos, que ne pocas voces se sienten atzaidee por el sim. Dole exe [a ciencia, tan inadecuada para eu capirits oriental, y Hiegan inciso desarrollar una svidieble compres- sign en os campos, El que alguien se rinda a cats iméenes ‘tarnas co una cows normal, Para eso exten, Debenattacr ‘convenoer, fascnar, deminar. Han sido crendas de In meterie vingen de Ia revelacion y reflejan la experiencia primera de ln Aivinidad. Por eso abrea al hombre al presertimicnto de lo dic vino y al misme tiempo lo ponen « cubierio frente « la expe Fiencia iomediata de Ie divinided. Estas imagenes hillanse inte fraday, muchas veces merood « un trabajo secular del eeplrita Romano, en un sisterna de penseanient ordenadoree del mand, al mimno tiempo eatin Tepreseatadss por una iutitacién pe: Aerosa, exendide y de entiguo venerable, Hamada Teese EL ejemplo de un refatico y solitario euize, ol recientenento ‘eancnizade hermano Niklas von der File, ilvatra del. me modo lo que quiero decir. Su vivencia fundamental ex In Is- 4 Imaca vin de ls Tring, que To prenespabs ex al nediée cr tin nibs hin pina em a pared de weld. Io ite te ectent repre onl ighaie pare’ Sclace Trine de uae pina cotrpoteece qo tet co scrvado: en an mandale dvd en sel cuo cto To {to een Se Die, Sate que ef Iran. Kis bate onan ola saterlen dora vibe dor 9s vec po oral uns forma cempresle pared in guandone pore tll pr un obra utnds de un misicnslemin,Darante toe inven Hoos que yo dememine “eabrnbe™ necesariamente a coneluit que habia visto a lx Santisima tnidad misma, © devi, «l sunmum bonam, elamor eterno. A ello corresponde también Ta beat Pero la vivencia original habia su éxtisis oe Te revelé-al hermano un especdculo tan terrible ‘que ax propio rostro se alkeré de tal modo quo le geste se hhorroris y simti terror ante él. Lo que él habia visto ema ui visién de la mayor inteasided, Sobre ello escribe Woelfin: "Quotquot autem ad hune advenistent, primo conspects nimio stapore wet percalsi. Eius ile teroris hone esse causome dicebot, (quod spiendorem. vidisiet intenissinum, humanam. facie os tentaniem, evius intuit cor sibi in minuca dissilturum frastula pertimesceret: unde et ise stupefactur, averio statin cult, in terram corruisset aigue ob care rem suum agpectum cocteris ve deri Sorvibilem.”* Esa visién suele ser relecionada, con acierto, con Ja del Apoc.. 1, 13 y sigs.* con can imagen propiamente apocaliptica de Cristo, que ex cuunio a terrible © inusitada sélo es superada por el rmonstructo cordero de siete ojos y siete cuernos (Apoc., V. 7 ¥ sige). La relacién de ear figirn con el Cristo de lor Evan- Belios cx may difeil de comprenier. Por exo ys dende Epoce muy temprara enconiramos interpretaciones de la misma. En 1508 el humavisia Karl Bovillus J eseribe a un amigo: "Quiero teferirme a un vostro que se le eparecié en el cielo una noche ilumirada por las estrellas, estado 41 entrogado a 1s plegaria Li meditaciin. Vio entorces Ia figura de-um resto. hums a una expresién Uena de ira y amenazas”, eeétera? Esa i tecpreluehit conewerda admistblenient roa la amplifieacién me- slema por medio del Apor. 1. 13." También dekemos seiz lar vtras vsionot+ Cristo‘con It piel de exo, Dion como espoao y expose y el heumavo Niklaus comp hijo, efter, Todas ellas Iuestran ey parle rasgos muy poco dogmiticos. radicionalmente, Ia imagen do Ta iglesia de Sacheoln y el Simi de Ie rueda en el lanudo Prawado del peregrino (Pit fertcattat) son relacionades con esa gran vision: al hermano Niklas mostrabs los peresrinos que Te vsituban Ia. imagen He ls roeda. Evidentomente Te imagen lo habia preoeupade. Whanke epiny que, pese a It aradicin, ro existe vinculo algun centre la vision y la imagen de la Trinidad" Creo que ese escep- Ficisme va demasiado lejos. FL interés del hermano por la ima ror de In reds debia de tener algsin motive, Las visones do fst ipo prosocan @ menudo raps y diselucion (el esra ‘alla hecko peduzos”). La experiencia ensefin que ef protietom, ll mandala, es el viejo antidato conten Toe estadon Caiticon del espfrita, Bor eso ex muy comprensible que el her :fesctado per el simbolo de la rueda. Asimismo, Torraroua como vivendis de Dios podria no ser devacertade, El que la gran viaign a0 vincale con Ia imagen de Ia Trinidad en Sachveln y por lo tanto con el simbolo de la rueda me parece tambien, por motivos pscolégi- ros. amy probable Eu visiin poderosamente suactedora de horror, que baba feypoteda rome un volcan en el murdo de la concepeién rele ines del heemann sn intoduceiSn dogmsticn ni comentario exe. sitio, hacia neceearo un largo trabajo asimilatorie para que fers posible inveravta en Ta paighe y restablecer de ese mnedo 1 an S “1 eaulibrio que habia sido perturbads, La dims ‘veneia se prodajo sobre el Suelo. entences petren del slg ‘que most au eapacided de asiilacion al superar el conics Uausformando algo tertiblemente viviente en la bella abatracies Je Te idea de la Trinidad, Pozo la disusign ubiers pode Aecarvollane sobre al vvele, tan diferente, de ln visicn misma tame de Dios y més aun del mismo hermano, que tis here forma) y al vex bubes terminade su vida on la hoguers, Fate ejemplo pone de manifierts In wtilidad del simolo dog- snatico: formula ume vivencia_psigquiea iemenday_peigcest- mente decsiva que con ravén ¢s denominada a crusa de su pre Alrninto Yexperioncie de Die” de modo tolerable pata cl poder Inteleotal del hombre y sin reducie exercilmerte el aleance dle lo vivenciado ni daar su eminent sigiliccién El rosa do la its diva que, en certo sentido, encontrames tambien et Jakob Boelme, no s¢ aviene con el Dios del Neevo Testameto, sl emante pudie que eat en el cielo, por lo eval fiilmente Irbiers podite convortizze en Saoats do un confico flim. Tal conflete bubiers elade de acuerdo on el exprit da I época “fin del siglo xW—, epoca de un Nicelas de Cust, que: por tedio de su "complesio oppasiorum” quiso adelantrse al cise ria que ya amenemabe, No mucho después, ol consepto de Dica we Jehowd roproserte xperimentS una sere de renavmentox {nel protestantiam Jehotd ex un concepla de Dios que contiene Cpuedos todavia ro separados. El hetmano Klaus se puso fuera de To al: abandons su hogat y ou familia, vi dlamente en ol eapejo oscuro y aii le sabrovins To mera Y lo lervible de Ia experiencia primordial. Pn eva io su accion uns imagen dogmstica desarollada durante mu ‘hos sigos: la imagen de Dios como remedio salvedor, que bo ‘ayndé a asimilar In fatal ierapeién de una imagen {Hal contrateineroe lo deshio, pes en po habiase ya quebrantado la slider de la Telesia, que zara tiea el dogma. Takob Bechme conoce wn Dios do "im fgnea”, un verdadero shecondtus, Pudo tin exabargo concliay la oposiion que sentia " poferdamente merced 4 le formula eristiams Padre Hijo e in tegrarla an especulativamente dentro de su concepciéa del mur dd, en verdad guéstica pero en todos Jos puntes esacialee crit- ‘de otro modo ve hubiera convertide en un daalist, Pero senda us tain ecliSon vu ayo I algun o> ade hacia ya mucho tiempo peepariba secretamente icc de br omen. Sr tony Tere a open Up ‘gs hulu mandala incon bo Vere Fagen ier die Secle—, que represents la cacacis dela divinided. mandala aperoce dividido on une mitad corura y otra cara, 7 Jo semicimulos correpondientes, on lugar de cermarse, se dan Ja espalda™ FI dogma seemplars le inconicente colecivo formuléndole ‘con gran amplitud, por lo cual, en principio, la forma de vida ‘atdlics no conoce en exe sentido una problemstica ps Te vida de lo inconacionte colectivo ha sido captads erament ‘como una coriente encauzada y domads en el simbelisma del ‘redo y del ritual. Su vida se manifiesta en I itimidad de! 1 rma caldlic. Lo inconscieats coletivo, como hoy Jo lamemos, ‘munca fue pecolégic, puesto que mucho antes de la iglesia cor lic, ya en loe empon prebietiricon del noolitio, exiteron mister. Nunes le faltaron + In homanided imgenes poderosas que le dieran protecicn contra Ia vida inqiunte de las hon- ‘duras del alma. Siempre fueron expresadas las figuras de lo inconsiente mediante imagenes protecoras y benéfies que per sitian expalaar ol deems. animicn hacia sl cspacio edamic, La iconoclsin de Ia Reforma preduje Iiterslmente una bre- ‘ha en al muro de proteccién de las tmigenes sugrades, que deade entonces fueron desintegrandose una tras otra. Result ‘ban molestas porque chocaban con la raaéa que desperaba. Por lo dems, hacia macho que se habe olvidado qué querian decir. :Tratibase realmente de un olvide? 70 quisk nines e* habia sabido qué significshan y slo en la &psea moderna sin- tid el Rombre protestant que en verdad se ignorabe en abeoluto ‘qué 9 queria deer con el part virgina, la divindad de Cristo ‘las compleidades de la Trinidad? Parezeria como si eoes ind Genaanges des Cndeaitn, 0, 9 , at 3 we

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