Está en la página 1de 14
612 LOS CATOLICOS ANTE LAS IDEAS POLITICAS IMPIAS Por José Maria Permuy Rey POLITICA Y RELIGION La impiedad es un pecado contra la virtud de la religién, que «admite una amplia gama de actitudes: desde la indiferencia 0 tibieza para los actos de culto a Dios, hasta la calumnia, desprecio 0 ataques a la religién»'. Segtin esto, podemos decir que son ideas politicas impias todas aquellas ideologias que minimizan, minusvaloran, desdefian, ignoran, rechazan 0 com- baten la Soberania de Dios sobre las sociedades, y, en consecuencia, pretenden construir éstas al margen o en contra de la religién verdadera. La Iglesia ha condenado siempre tal pretensién. Le6n XIII ensefiaba a finales del siglo XIX que no pueden las sociedades politicas obrar en conciencia, como si Dios no existiese; ni volver la espalda a la religién; ni mirarla con esquivez ni desdén; ni adoptar indiferentemente una religin cualquiera entre tantas otras; sino que por lo contrario, el Estado tiene la obligacién de admitir enteramente, y profesar abiertamente la tinica religién verdadera, la religién catélica’. El Concilio Plenario de la América Latina, celebrado en Roma en 1899, y presidido por el mismo Leén XIII, proclamé que «es necesario que la sociedad civil, como tal, reconozca a Dios por su Padre y autor, y tribute a su potestad y sefiorfo el debido culto y adoracién. Por lo mismo la sociedad, en su calidad de persona moral, esta obligada a tributar culto a Dios. »Por tanto los que pretenden que el Estado se desentienda de todo homenaje a la religién, no sdlo pecan contra la justicia, sino que se muestran ignorantes e inconsecuentes»’. En 1925 Pio XI instituye la Fiesta de Cristo Rey por medio de la enciclica Quas primas y dice que «el deber de adorar ptiblicamente y obedecer a Jesucristo, no sdlo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y gobernantes»*, pues la realeza de Cristo «exige que la sociedad entera se ajuste ' Curso de Teologfa moral. Ricardo Sada-Alfonso Monroy. Ediciones Palabra S.A. Madrid. 1991. Pag. 127. 2 Inmortale Dei. 2-11-1885. n. 11; Leén XU. Libertas. 20-6-1888. n. 27 > Concilio Plenario de la América Latina. Celebrado en Roma el afio 1899. “ Pfo XT. Quas primas. 11-12-1925. n. 33 a los mandamientos divinos y a los principios cristianos»’, y que la sociedad civil reconozca que la Iglesia es maestra y guia de las demas sociedades’. El Beato Juan XXIII calificé de insensatez el intento de establecer un orden temporal sdlido y provechoso prescindiendo de Dios, su fundamento indispen- sable’. El Concilio Vaticano II, que «deja integra la doctrina tradicional catélica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdade- ra religion y la tinica Iglesia de Cristo»*, advierte que ninguna actividad huma- na, ni siquiera en el dominio temporal, puede substraerse al imperio de Dios’, y en consecuencia, se debe rechazar la funesta doctrina que pretende construir la sociedad prescindiendo en absoluto de la religion’’. También recuerda el Vaticano II que es misién y obligacién de la Iglesia «impregnar y perfeccionar todo el orden temporal con el espiritu evangélico»"', trabajando para que los hombres se capaciten a fin de establecer rectamente dicho orden —bienes de la vida y de la familia, la cultura, la economia, las artes y las profesiones, las instituciones de la comunidad politica, las relaciones inter- nacionales y otras realidades semejantes- y ordenarlo hacia Dios por Jesucristo”. Segtin el Concilio los Pastores deben prestar los auxilios morales y espiri- tuales para instaurar en Cristo el orden de las realidades temporales"’, y los lai- cos debemos tratar de obtener el reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordendndolos segtin Dios", iluminando y ordenando las realidades temporales de tal modo que se realicen y progresen conforme a Cristo y sean para la gloria del Creador y del Redentor"’, llenando de espiritu cristiano el pen- samiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en que uno vive", instaurando el orden temporal de tal forma que se ajuste a los prin- cipios superiores de la vida cristiana’’, y actuando directamente y de forma con- creta en dicho orden, dirigidos por la luz del Evangelio y la mente de la Iglesia'*. El Catecismo de la Iglesia reitera que la doctrina tradicional catélica sobre los deberes de las sociedades para con la religién verdadera y para con la tinica * Pfo XI. Quas primas. 11-12-1925. n. 33. © Pio XI. Ubi arcano Dei. 23-12-1922. n. 22. * Beato Juan XXIII. Mater et magistra n. 217. ® Declaracién Dignitatis humanae n. 1 ° Constitucién Lumen gentium n, 36. ” foid. " Decreto Apostolicam actuaositatem n. 5. * Constitucién Lumen gentium n. 31 * ibid * Apostolicam actuositatem n. 13. " fbid n. 7. fia 614 Iglesia de Cristo, implica que, no s6lo los individuos, sino también las socieda- des deben rendir culto a Dios, para que de esa manera se manifieste «la realeza de Cristo sobre toda la creacién y, en particular, sobre las sociedades huma- nas»"; e invita a las autoridades civiles a decidir y a juzgar a la luz de la verdad sobre Dios y sobre el hombre, inspirdndose en la interpretacién catdlica de la vida tal como es propuesta por la Iglesia, sacando de ella sus referencias de jui- cio, su jerarquia de valores y su linea de conducta y configurando segtin ella las instituciones de la sociedad, ya que, segtin el Catecismo, «si se prescinde de la luz del Evangelio sobre Dios y sobre el hombre, las sociedades se hacen facil- mente totalitarias»”, porque «las sociedades que ignoran esta inspiraci6n o la rechazan en nombre de su independencia respecto a Dios se ven obligadas a buscar en sf mismas 0 a tomar de una ideologia sus referencias y finalidades; y, al no admitir un criterio objetivo del bien y del mal, ejercen sobre el hombre y sobre su destino, un poder totalitario» (cf CA 45; 46)". IDEAS POLITICAS Y CRISTIANIDAD Es muy dificil hacer una enumeraci6n, y no digamos una descripcién exhaus- tiva de todas y cada una de las ideas polfticas impias que han aparecido sobre el planeta desde la quiebra del régimen de Cristiandad que un dia imper6 sobre el mundo, hasta nuestros dias. Ciertamente, hubo un tiempo en que la filosoffa del Evangelio gobernaba las naciones. EI giro antropocéntrico que se produce durante el Renacimiento; la Reforma Protestante; las sucesivas derrotas, en los campos de batalla, de Espaiia, aban- derada de la lucha por la Civilizacién Cristiana; hacen que esa maravillosa uni- dad que hasta el siglo XTV constitufa la Cristiandad, se resquebraje. Hasta entonces, y durante siglos, todos los pueblos y naciones de Occidente acataban el imperio de Cristo y la autoridad de su vicario en la tierra. Toda la vida politica, econémica, social del orbe cristiano se cimentaba en la firme creencia de que existen verdades absolutas, preceptos universales, princi- pios inmutables y eternos establecidos por Dios que deben regir no sélo la exis- tencia individual de las personas sino también su vida en comunidad. Verdades y normas cuya recta interpretacién corresponde tan solo a la Iglesia Catélica instituida por Cristo y asistida por el Espiritu Santo para preservar el depésito sagrado de la fe. Pero aparecen Lutero, Calvino y demas seudorreformadores, con su desobe- diencia a Roma, con su justificacién del sometimiento del poder espiritual al ® CIC n. 2105 » fbid n. 2257. foid n. 2244. poder politico, con sus teorfas del libre examen y de la predestinacién, y desencadenan un proceso revolucionario que en tan solo cuatro siglos va a dar lugar a la aparicién de filosoffas e ideologfas tales como el naturalismo, el racionalismo, el libera- lismo, el socialismo, el anarquismo 0 el nacional- socialismo, entre otras; a revoluciones como la francesa y la soviética; y a regimenes politicos y econémicos como las partitocracias, el capita- lismo y el comunismo, que tantos errores y ho- rrores han esparcido y sembrado sobre la tierra. Juan Pablo II engloba las ideas politicas impias en dos corrientes ideol6- gicas muy concretas. Segtin él, «por una parte, <« . 599 Gee Vicepresidente Jess Liner Canco Fat | ee Jesis Lopez Cancio Fernéndez | Secretaio General | Emilio Aver Frias | 612 Vocales | Eugenio Briones Blasco, mando Cadalso Precado, Envique Hermane Tezanos, Rafal Luna Gién, | José M. Martin Nache, Juan Mayor def Tone, Dalmacio Negro Pavén, Gregori Puente Cara, Pedro A. Ruano de a Haza, José Rueda Casado, Ferando dela Sota Salazar, Juan Tora Gonzalez El matrimonio marca la diferencia 624 Los puntos sobre las ies: El islamismo y la Iglesia catélica . 627 Los funcionarios y el modelo Director (cualquiera sea) ... pecs Ennio Aver Frias | Adminstracion Custodios del rito antiguo ....... 633 Nala n? 79 - 1° A 28009 Madd Teléf. 91 426 23 15 Fax 91 431 1625 Libros y revistas ...... pee er eal Portada: Impresién Cudillero (Asturias) ‘Aes Grticas DEAN, sa. - Costada (Machic) Contraportada: : Monte de Santa Tecla (Pontevedra) Depésito Legal M-5779-1989 "ALTAR MAYOR se llama el pico desde el cual se tom¢ la decisin de elegir el monticulo rocoso de ‘“

También podría gustarte