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Espacios del Saber Michel Maffesoli 1, Pal Vilio, Un ig de actinic El instante eterno Jacques Derrida, Resstencias del pcandliss Terry Eagleton, Las ilusiones del posmodernismo. Simon Critchley y otro, Decnsracinypragmationo. re Cathie Miloe Cue GeweDisime, El retorno de lo trdgico en las Fred Jameson y Slave Ztck(prlogo de E. Grne) ; ar eng hs hoop enema sociedades posmodernas 1. Nicolls Casll, Madera y cura erin B: Slave) Zick, Porque no eben ge barn. 9. Elisabeth Roudinesco y otros, Pensar la locura. 10, Valentin Vooshinon, Fred, 11; Corinne Enandewu, La peradoje del oprentacin 12. Slave} Zieh, Mirando a sg. 15 Jaoques Deria, La verdad en pina 14, Gregorio Kamil, Erne interrie 15, W. Rowe, A. Louis y C. Canaparo (comps), Jorge Lair Tore Ineroecionc are peste ySertar. 16. Willams (etlogo de B. Sal) El comp le ded 17 M. Cacca, ai ue bla 18. Ls Fey y A Renae, Heleger he modern 19. M. Malco stone cro. ‘Traduccién de Virginia Gallo PAIDOS Buenos Aires - Barcelona - México wee as a eine seamen ten tye y Indice ee ee ee fac ate aoe cree eR Victoria Ocampo, cuca com apoyo del Mintaro de AsuntsHxtrnjoros de Servo Ctra! d a Erbejada de Francia en a Argentina ‘Cet ouvrage, poli danse cadre Programme Ade a Publication Vie teria Ocampo, bind da soutien du Mine dex AMsiresRtrangire ot ‘du Service Cue! de TAmbassde de France en Arzentine. Introduecién 9 1. Una vida Sin 0b)e400 esnnrsennmnnnsinnannnin 19 a fuerza del destino. 19 El retorno diclico. aoa a ao (© 2001 de tad a dienes on easellano 2. Bl tiempo inmévil 9 itor Pada SAICF Presencia en la vida a Defines 59, Buenos Aires La vida ordinaria como destino vs-ccvceons $2 ae nano ‘Mariano Cubi, 92, Barcelona % ee Zo ae ee gent 11a sgt » ok Ser a Epa dt aes, » ae no i i epee Teta a doen : emia meio ees ain i Sumaccuapoee cased inioge eta He oo cee i Michel Maffei 5. La organicidad de las cosas El vitalismo salvaje Ta fuerza de las cosas 6.1. viscosidad social Empatia La fusidn ferenina Ta atraceién apasionada Nous BI 150 165 165 170 182 193 Introduccion Aqui podriames vivir put que aul vines RNIETZSCuE Un fifa en age mo oma ene Hea es Hants y bri de dents aque lr erie del ecsmato genera cpr 5 wna fla. A. SCHOPENHALER Lo txigico es impensable, y debemos sin embargo pensar- Jo. Acordémonos también de que, como el vient, el espiritu pla donde quiere. Quies asi es como podemos comprender {sorprendente retorno de los valores arcaicos al primer pa 10 social. Tribalismo, nomadismo, en particular, deblitan hnuestras certezas de pensamiento y nuestras maneras de ser Com el viento, les ocurre igualmente arremolinarse, de abi su ispecto inquictante, asi como el de los valores que trasladan com ellos. ‘Pero en los Grganos del pensamiento establecido no se tra- ta tanto de esto, Denegacién obliga, no nos atrevernos a hablar le lo que da miedo. Lo trigico forma parte de esas cosas. Es ‘un no dicho ensordecedor, ya que si hay algo que en To coti- tiano es empiricamente vivido, es0 es cl “sentimiento trigico ic a vida". De lo cotidiano, de lo que hay poca tera incognita, tenemos tendencia ano retener mis que lo ancodotico 0 lo su- perfil. Comentando la férmula evangélica: “Danos hoy festro pan de eada da”, C, G. Jung hace notar que exsteron. difcultades para traducitla ln expresién “de cada dia” no se fencuentsa mis que en ese lugar, y recuerda que San Jerénimo habia propuesto la expresién gndstia ;*pan suprasubstancial”! Fsta asoctacin deja en claro y subraya bien en qué lo cotidia- » excl verdadero principio de realidad, mejor ain, el dela su- realidad! SS. $0 de la pereza Lavi Micbel Maffsoli Sin que ello ea formulado en esos términos, los hechos co- tidianos y la experiencia estin aqui, irremisibles. Hay algo fa- tal en ellos. Hay que tomar esa faalidad con el cuerpo. Es de- cir, ntegrar, tanto en el plano individual como colectivamente, la parte de lo que es imprevisibleo indeducible como fuente de acontecimientos decsivos. De alguna manera, el “azar objet ‘v0" de los surreaistas: no reservado a algunos “happy fez”, si- no vivido ampliamente por el conjunto de la sociedad. Giertamente, si sabemos ver todas las caracteristicas de lo trigico, seremos capaces de comprender numerosas précticas sociales, en particular juveniles, que sin esa apreciacin pare- cen desprovistas de sentido, Digimoslo categsricamente: con fa sensibilidad trigica el tiempo se inmoviliza 0, al menos, se lentifica: En efecto, la marca del drama moderno, ba \ ‘versas modulaciones, Fue la velocidad. desarrollo cientifico, teenoldgieo 0 econdmieo es su conseeuencia mis visible. En ‘cambio, hy vemos despuntar un logio de la lentitud,inch- no es sino una concatenacin dei ‘eros de Tos cuales hay que Sai Ran, a Toca Poder were mixing FE Ee ae SIA tapos ca qos tnd (Ree ae alee eS keen a persicns eam i gee te ea ore is dani. Vil Seal 9a Wl, ex ppeirrigh cobra focbey iy gran cambiade tee cpsrodnt pel > fectamente, en funcién de ése presentismo, el deslizamiento de os Conde la OT iat greet =o hoseestee dh Enel primer enol odernldal qu cacti, prima: oi Sarath ee ee et ee Se corel es ol pti me pc eaten juego son atu “ees qe oteran sa So eee Tl cet aces ect fa pros op sade sal dence man Gel Brn, Enle ips se ae eee ete Hiroe del popucioyoer a Wied van ldelaaier 10 Introducsion «dad, natural o social. El narcisismo individualista es dramitico, |a primacia de lo tribal es trigica. 'No es oportuno comprender esta nueva dimensién como una expresidn de la morosidad ambiente. Todo lo contrario. Muy a menudo los periodos trigicos son los de jibilo, mo- mentos de efervescencia, himnos I alegria ya la vida. Es tan frecuente grtar contra el mundo tal como es, que hace falta a veces saber celebrarlo. Digo bien “saber”, ya que no es ficil apreciar lo que es. Esto requiere coraje, también salud, que no tienen, naturalmente, quienes se complacen en la miseria hu ‘mana y desprecian la existencia, los aguafistasy otros intelec- tuales especalistas del lamento, Coraje de reconocer que la categoria central de los andisis modernos, la Historia, esti, por lo menos, relatvizada. En el transcurir, los diversos avatares de esta Historia en marcha, politica, mito del progreso, contrato social, ciudadanta,eteéte- ‘a, revelan a su vez sus obsolescencias. Reconocerlo es ir con tra a corriente de la opinién comin propia de la intelligentsia ‘de todas las tendencias. Se paga un precio muy alto: conspira- cin del silencio, ostrcismo y estigmatizaciones diversas. Pe- ro es la nica manera de sintonizar con un instnto social na- ciente cuya indiferencia frente a los mandatos moralistas ¢s monumental Eso es lo que importa aqui: sealar el pasaje de un tiempo lcromo,eigico por esenl, presentisay que esi ‘arsme del mputo burgus. En elit 1000, cl abate Gerber, conocido eon el nombre det papa Silvestre Il, invent ese re- oj que somets el tempo ala medida. Lo que sri, tabi de fundamento a la Historia ya su Blosofa, “Sentimiento his ‘rico del univers" observa al respecto O. Spengler’ redu- ciertos momentos, efectuarse en una adecuacién-#-1o je se presenta de una manera recurrente: los mbes, Jos mitosyos rites, los habitos de una s Ls. Fs exactamente eso lo que proponta fs. es posible que sea eso lo que retome importancia en la modernidad. Para decirlo de otra manera, la iniciacién sucede a a edu- cin, Fl perfeecionamiento se hace a partir de un fondo pro- p° y no en funcién de lo que es importado, impuesto, del ex- rion, Todo eso hace resurgir a prevalencia de lo cclco sabre ! Inealismo, el afrontamiento del destino antes que la histo- ia que modelamos a gusto, La relacién con lo politico es cier- smente la manifestacion mds neta de un cambio semejante de poradigma. As, ya no se trata, como aplicacin dela dialética «liana “emo-esclavo”, de asi, por medio de wna hicha a Poucre of lugar del amo, sino por el contrario de reconocer, vando estamos listos, un amo que se presenta, Este puede set bs amo srcto sensu 0 tomar los rasgos de acontecimientos ine sabes, def rib en la que fo admitimos, hasta de la adver- iad que asumimos en tant tal Sto 6s la iniciaién: aprovechar una molesta exterior para ihostrado por Berard Tape, sin olvidar l héroebelicoso que | tal figura deportiv, todo eso resurge de n reencantamiento ‘mundo que tiene una gran repercusinenelinconscient col | tivo, Eas figuras no tienen nad de expecfco, no hacen sino ptr, volver a decir caacteres, manera de ser antropolg rente araigadas. Este aspecto cilico es lo que hace, ade aque sean pests por ls bes. Yes comulgando con esis dhundantes puesta en escena, identifcindose con ellas, que da uno, al cabo de una larga nica, I mayor parte del po no conseiente, se supea, “stall” en algo que se sobre AMencierr, oalexrechamiento n el pequefo yo individ De esode trata en a cuestin dela concepein ceca tiempo: Ia posibilidad de visi un yo plural, ode superar a en una enidad bastante mis vst Puede sel Si, tal como) indican las diversas Glosofas oienales, 0 inchsol conjunc el yin y el yng en esa misma tai. En la eltura ee tal, podemos hace referencia alas dos columnas del tempo Saiomeéa: “Yakin y Bohaz", metiforas de una especie de dents oppstoram, saber, ia conjuncion de esas coms op aque son la pasividd y I actividad, la liberad y la necesidad por supuesto, el yo el no-yo, En resumen, lo que es del del carcter global, de la organicidad de todas as coms Yasea en las expresiones empirias del arte contempori oo que no esti necesarimente muy alejado, en as contra cones miss, s important sealar una redundanea fu mental. Lévi-Strauss y Gilbert Durand insistieron, con vi ‘en este aspect: la repeticin y el “bricolae” que se haan seats en as grandes obras exprituaes dela humanidad." certa maner, este aspect repetitivo, va sea el etorno mismo" niescheano la idea obsesiva del escrito, la fase ‘eal ep del mic; la “nna” del pin, a ScapitrndlMM™ "=" na perfocciéniaveteIncactn que poems cotter gresién tedrica del pensador, la cancién reconocible del sr < comentario que C. G. Jung hace de un epitafio del Sra aIS Ga HALT a preach 8 REED ATEEE'"™> oc caesTt aateades ecientoee toot historia, de una especie de inmoviidad en el movimiento. “Teniendo en mente la redundaneia del mio y la repet ‘en has creaciones cotidianas, sin olvidar, por supuesto, la ~Parecer cambiado y sin embargo el mismo.” Es, desde lue~ Pt Proceso del inconsciente que se muewe en espirals are del centro, Pero esta gestion no deja de encontrar i 0 41 Mice Maffsoli Una vida sn objetive traciones sociales que se basan menos en una concepcién Arica y progresista que en esa, celica, que es mas pr Se trata aqui del retorno de una aetieud tradicional, pat mente evidente en las miltiples précticas sineretisss pro de la posmodernidad. Actitud tradicional que podemos ‘mente identificar en las flosofas rientales, pero cuya exp sion podemos encontrar también en la doctrina etrusea “épocas del mundo”. H. de Lubac hizo wn pertinente and 4 propésito de Vieo, para el que habria una rotacin re del mundo. Bajo la mirada de la Providencia, los pueblos ven a representa, siempre y de nuevo, el eterno problems Ja vida y de la muerte." Ia luz de semejante doctrina, seria interesante acl asombrosa sucesin circular de los fenmenos sociales, asi ‘mo la no menos asombrosa acttud de esos individuos, cada ‘mas numerosos, vidos de un perfeccionatniento buscado religion, en la fusin con la naturaleza 0 en la confusidn c _grupo. En todos es0s casos, no es el hecho de ser ducio ( del mundo, de la sociedad) lo que import, sino, por el cont ro, aceeder ala posicion de dscipulo,y adherir las servi bres exigentes implicadas por dicha posicién. Hay una forma de fatalismo, que podemos estigma ‘considerar como una regresin pero que, al mismo tiempoy subraya menos un posible renacimiento, la necesaria ren cid de todas las cosas. El espiritu del tiempo esti, sn la melancola,en la nostalgia de otro lugar bastante ind poco localizable en el tiempo y en el espacio, Pero es esta del infinito”, para retomar la expresion de Durkheim, la por la anomia que impulsa, va a favorecer las revueltas ‘inas, segregar las miltples efervescencias sociales que ‘guen el plan establecido de una razén histriea, sino que t el camino cabtico de esos cori e reco, totalmente impre bes, a igual que lo son los sobresaltos de la pulsién de que reaceionan a las miltiples coacciones de las form: ‘muerte. Como el fénix de la fibula renaciendo de sus |a vida social se apoya sobre “regresiones” sorprendentes} surgir, completamente nueva, ahi donde ya no la esperab «gue cs impesionante e wn fucionaniento circa, nla ce, eneontrando ayuda eno desarollo wenolic, se cea un proceso expiralado, tue reales la doctina dels "épocas del mundo", lo vc senna a concepidn ilies del depo, ylo que no de- de hacer reaurgir todos ls actos repettvs delenit i cotdians extn neveiad ital de regenrscén, Necesi i antopelogin busada ena conican de que la vida cnpre wielve a comenrar Enoneamos agus de ua nl tic de la actitad arma propia de awl nit rca por ejemplo, per también lo que expres en a sen lad nn asf como aparece en ee fue: “Cle palabra ina para expres la verdad Josh respond, Aimar cute, eto esl qos e diel de adie paras eof dada ene sentido dea historia, dvinaoprofana, que bus. vn asian de a via en una alia eid as icaeae, Lar volgata adeorsGana yhegeinna arcs iron basar seers paronsaca en la devegctn deena idea” em relaton com ua “via-allé” que seria mejor y iris iberads de toda vickid. Bs eo que les sive de mo- rl esindramdtes hala or vi. Completamente dada sa senablidad ria la del i lo, qa aces con abr o que es Pone uns forma den da en vivir fo que ex Demtindlo in peut des ob- .palmos hacer referencia le firmola de San Ages: La met del amor xan sit edi No e ona eo fo eas ated ge: a medida de lav ort snc, ET foneamint del destino lcalizable en nme sprites juveniles, en la Biogete de ws exes de lida; en el eidado dl presets en lsesiidad eco simplemente, una manera de vi con ined lo que F resco, lo que oot; en poe patina oes Toque deberao pai er. Bic de instante, he dicho, en mo aque pretnde, de una manera Sbinaly wre" pe «le oda eta exitenea ld devices ero que % sien araciva a pesat dees ox ena de scniniem tigi del vid reconec © 0 cone ee inconscene,reeaeta quelamonotonia Corian oo 2 6 Mickel Mafesoli Una vida sin objetivo contemporinea no es sino una modulaeién de una estructura ss antigua que ¥e en Ta temporada ciclica la oeasi de Combiar todo ya eada unio de Wosorros. La idea dein “mille- rium” ransformando Yodo exist en la linde de la moderni- Jul, como en Joaquin de Floris o Savonarola,” y no dejaré de {ncomtra expresiones nuevas en este finde los tiempos mo- Poulra ser la valorizacion de la imagen del héro, incluso el bandido de gran corazén, o simplemente det delincuente tue sala con frecuencia a las piginas de los periddicos, del que »levsion hablar en detalle. Las telenovelas, los dacumenta- cs y Tos sueesos de los noricierostelevisivos, todo eso no hace sino despertar en cualquiera el deseo de un destino intenso. Comulgando eon esos destinos andmicos participamos, migi- camnente en la idea misma de destino, La fascinacin que aque- «jercen sobre el hombre sn atributos nos obliga a conside rarque To trgico vuelve a Ta orden del da, yla sociedad asptica «que, poco a poco, 9 impuse mores quid tan sida como pare ce, Un handido que no teme a la muerte y que pone su vida en nego dormita en cada uno de nosotros. Eso puede vivrse por tre parejo con abertaras que I ituminan periddicamente. Re calea que fa vida que no se proyecta en el futuro esté obliga 4 tomar en serio los placeres orgistics del desbocamiento Tos sentido, sean ess placeres gustaivos,olfatvos, audi tfetles 0 genéscos. Esté bien arraigado en ese fundamen erdnico, el de a figura emblemética de Dioniso, que, frente Tos apologsta del futuro y alo nostlgicos deT pasado y pues ef acento sobre el clo, permite revivr Ta serena del friego, es decir, capear las mieiptesoportunidades de la vi Se trat de una verdadera revolucién, y consist, a imaj de las revoluciones celstes, en ver volver al primer plano ‘que hubiéramos creido pasado de moda. Es lo que, a su mang 1, Ballanche lama los “clos palingenésicos’. Es decir que cosas humanas proceden menos por evolucién que-porrevoh ‘ion, Palingénesis comoTey reparadora” que hace que lah tanidad crezca sobre las ruinas de lo que se derrumbs. ‘atacismos no son més evtabes en el orden de lo social q én el orden natral Los imperios nacen, se desarollan, lu desaparecen. Y otros imperios nacen a bu vez. Pero el su tmientoy el door on los educadores del género humano en ‘medida en que ponen precio alo que es vivido, “Ninguna surreecion puede hacers sin Ia uz." La formula perten ‘una cultura dada, pero su sentido es general y establece adecuacin entre la precaiedad de todo y la exaltaciin ‘mundo en sus instantessucesvos. ‘Afrontamiento del destino y retorno cilco,ésts son clementos esenciales que marcan el cambio fundamental Se esté produciendo en la concepcién del tiempo social. Hi falta recordarlo, no es un problema abstractamente flosdfi sino el fundamento de una nueva relacién con los otros y ‘el mundo. Es el viaje decsivo de un milenio que reactiva miedosy ls experanzas propios de la egada de un mum ‘que no estas acostumbrados? Los historiadores lo rca ton con frecuencia los fendmenos de cambio de milenio rrean con ellos idea catastricas, pero también la esper ddeuna *época nueva”. Tengamos esto en mente: la “New ‘had de la sombra, el deseo de la “parte maldita” que la moder- dad habia ereido evacuar a buen precio. De hecho, hay que insistir en esto, hay momentos en que van Historia deja el lugar a las pequefias historias vividas al i. Fn esos momentos, la Historia se agota en los mitos, Es <* csos momentos que lo tigico resurge. Momento en que la Tike 7 noes neg, sno deiberadament fonds, pi ©. Spengler muestra, juiciosamente, que cuando la dura- (in historia deja lugar alo trégico, vemes a la incineracion ‘ceder ala inkumacién de los muertos.” Seria ficillustrar, ‘roy pertinentemente, ese propésito de nuestros dias. Pero la "tifora de la neineracin va mucho més alli del acto mismo, * cuanto aque pone el acento sabre el hecho de quel vida sa vee, precaiay eunfane.Iotegrandola muerte, vvien- homeopsticamente al ia, damos a la vida una calidad in- w s Miche! Maffoli | tensa, El fuego, en ese sentido, es el simbolo de una imperi s0 exigencia: la de un eterno presente. El incendio vuelve a ‘orden det dia yquema las relaciones, Ios bienes y ls ideologi ‘eaducas. El fuego como simbolo purficador es, ciertamente, ‘indice més neto del pasaje de una sociedad de consumo a ot

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