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Diana Montaez
la msica sali de los salones, el hombre hizo lo que quera ser y fue feliz, porque
experimento su talento y en la msica encontr su libertad.
Pero otro paso que menciona Scrates, es el de: conocer nuestras limitaciones, ese
hombre que fue msico, que fue feliz, que vio convertir su sueo en realidad, no midi
sus actos, no respeto el entorno, no fue consecuente con un orden social, que
dependiendo de dnde lo miremos siempre va a llevar la palabra orden consigo. Que
hay de ese hombre, que es imprudente, que no conoce la palabra conjunto y que
desprecia al lder, sin valorar su experiencia. Muchas personas aparentan tener un
conocimiento y siempre quieren impresionar, pero estn lejos de hacerlo con
argumentos adecuados y pertinentes. Exponer nuestra vergenza no nos hace menos
humanos, creo que nos hace menos conscientes de nuestras limitaciones.
El ttulo que recibe este ensayo Hacia una sociedad de libres pensadores, es muy
ambicioso, creo que primero debemos ir hacia una sociedad libre, creo que primero
debemos tener visiones propias, y no palabras ajenas, y creo que debemos valorar
ms al otro que a nuestras propias ambiciones.
Cul es nuestro mayor obstculo, para crear una sociedad de libres pensadores? La
respuesta es sencilla: nuestro pensamiento, es nuestro mayor obstculo, nuestras
actitudes nuestro mayor enemigo, peleamos a la fuerza inconscientemente, por seguir
arraigados a pensamientos polticos, sociales, y religiosos, que lejos estn de mostrar
quienes somos verdaderamente, y que buscamos en nuestro paso por la vida. No
somos ms, de lo que algunos ven en nosotros, pero seguro somos ms, de lo que
nosotros vemos en ellos. Yo si quiero, una sociedad libre, pero no me refiero solo a la
libertad fsica, yo s creo que el pensamiento nos ha llevado a lo que hoy somos, y yo
estoy de acuerdo, en que los ciudadanos no solo son gente caminando, creo que son
libros que estn escribindose, esperando por alguien que los descubra, los imprima y
los vuelva las mejoras obras de la historia, o porque no, esperando que ellos mismos
se descubran, y rearmen la orquesta.