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Todos sabemos desde nuestra educación primaria que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Pero pocos saben que la transformación energética también puede ser utilizada para impulsar cambios sociales y nuevas formas de vida.
Por Manuel Baquedano*
Título original
El Derecho Ciudadano a la energía y al Uso Libre del Sol
Todos sabemos desde nuestra educación primaria que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Pero pocos saben que la transformación energética también puede ser utilizada para impulsar cambios sociales y nuevas formas de vida.
Por Manuel Baquedano*
Todos sabemos desde nuestra educación primaria que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Pero pocos saben que la transformación energética también puede ser utilizada para impulsar cambios sociales y nuevas formas de vida.
Por Manuel Baquedano*
Todos sabemos desde nuestra educacin primaria que la energa no se crea ni se destruye, solo se transforma. Pero pocos saben que la transformacin energtica tambin puede ser utilizada para impulsar cambios sociales y nuevas formas de vida.
Los seres humanos vivimos los tiempos de un modelo energtico agotado cuyo corazn y motor han sido las energas fsiles que estn en franco agotamiento. Bajo el reinado de estas energas se construyeron imponentes imperios econmicos, los mismos que controlan la generacin y distribucin de la energa en la sociedad y los mismos que se oponen a dar el paso hacia un nuevo modelo energtico, cuyo motor sean las energas renovables no convencionales. Es imperativo hacer realidad el cambio hacia las energas renovables, pues a la humanidad no le queda otra alternativa. La sociedad industrial y de consumo en la cual vivimos se construy gracias al sostn de las energas fsiles y la energa nuclear, pero su agotamiento conlleva el desmoronamiento de todo el modelo civilizador actual. Esta situacin afectar a todos los pases y regiones del mundo, constituyndose en una crisis global.
Y LOS CIUDADANOS, DNDE ESTN?
La crisis del sistema energtico chileno no es de Watt ms o Watt menos, sino, de un sistema energtico que se deslegitim ante la ciudadana y las aspiraciones que ella tiene para su desarrollo. Todos estamos de acuerdo en que la actual crisis energtica que vive el pas no da para ms. Pero hasta aqu llegan los acuerdos, pues cuando se trata de explicar cmo llegamos a esta situacin y de establecer soluciones los caminos divergen. Los propietarios del sistema energtico chileno, todos privados, estiman que estn haciendo muy bien su tarea y que si los dejaran realizar tranquilos sus inversiones no habra problemas. Pero la oportunidad y lugar de sus emprendimientos los llevan a cabo pensando en su rentabilidad, por lo tanto, los problemas generados en las comunidades y sus territorios pasan a ser el costo que el pas debe pagar por el bienestar y el progreso. La clase poltica, por su parte, aquella que dirige el Gobierno y legisla desde el Parlamento, piensa que su rol esencial es administrar el sistema energtico y asegurar reglas claras para que los privados materialicen sus inversiones. Esta clase poltica piensa tambin, que el Estado no debe intervenir en la produccin y generacin de energa. Yo me pregunto: Y los ciudadanos, dnde estn? No existen para el sistema energtico, porque se les ha reducido a ser clientes pasivos, a quienes solamente se les debe proveer de un servicio, en este caso la electricidad, en forma continua y segura. Pero estos ciudadanos piensan que el sistema elctrico chileno no es bueno, porque ha habido un aumento creciente de las tarifas, acompaado de una prdida de calidad y seguridad del suministro. Esto hace que muchos de nosotros nos preguntemos por qu no ha habido inversiones para mejorar el sistema. Si bien el sector residencial consume el 15 % del total de la energa elctrica que produce el pas, este es su vnculo con la energa, por lo tanto, tiene mucho que decir y exigir. El Estado de Chile perdi sus empresas generadoras y distribuidoras de energa durante la dictadura, derivando en una alta concentracin de la propiedad, tal como ha ocurrido en el rubro farmacutico y otros servicios. Esto ha llevado a un profundo cuestionamiento sobre la forma como debemos continuar produciendo y distribuyendo la energa en el pas. Es en este contexto donde constatamos que la energa es un derecho ciudadano fundamental, y como bien comn, debe volver a la Comunidad. La ciudadana se cans de pagar los costos de la instalacin de una planta generadora en las cercanas de su comunidad, porque sabe que no se instala all por el bien comn, sino, por las ganancias que les reporta a sus dueos. El derecho ciudadano a la energa significa ni ms ni menos que reapropiarnos del control de la energa, y por qu no decirlo, de la produccin y distribucin de ella por nuestros propios medios. Las energas renovables lo permiten, no as las fsiles. Nuestro pas posee abundantes fuentes de energas renovables, por lo tanto, perfectamente podemos extraer la energa que necesitamos para vivir del sol y del viento, de la mini-generacin hidrulica, las mareas, entre otras, sin tener que pasar por los monopolios que la producen y distribuyen.
EL AUTOABASTECIMIENTO CIUDADANO ES POSIBLE
Esta situacin trae el mayor reto ciudadano jams imaginado, pues como dice Hermann Scheer 1 el mayor potencial para el cambio son las personas; movilizarlas a favor de las energas renovables, sobre todo a nivel poltico y econmico es decisivo y requiere un esfuerzo poltico cultural sin procedentes. En consecuencia, el derecho ciudadano a la energa -que ya es realidad en varios pases- no significa solo exigir una energa de bajo costo, limpia y oportuna, sino, tener la capacidad de producirla y distribuirla localmente.
* Socilogo de la Universidad de Lovaina y Presidente del Instituto de Ecologa Poltica (IEP). 1 Scheer, Hermann (2004). La Economa Solar, la energa renovable para un futuro sostenible mundial, Earthscan.
Pocos saben que en Alemania el desarrollo de las Energas Renovables se hizo contra el sistema elctrico tradicional, impulsado fuertemente por los ciudadanos. En los tres ltimos aos, las cooperativas ciudadanas alemanas han aumentado desde 150 a 600 unidades, con lo cual 51% de la energa elica pertenece a la ciudadana. Hoy 8,5 millones de alemanes viven bajo formas de autoabastecimiento ciudadanos. Chile debe encaminarse a impulsar un nuevo modelo energtico que sea fruto del equilibrio de los tres factores o pilares en que descanse el modelo de desarrollo: la iniciativa privada, el Estado desarrollador y la ciudadana empoderada. Todos ellos con iguales derechos a generar, distribuir y consumir la energa que se requiere. El sol nos pertenece a todos sin distincin. Lleg el momento de disear y construir un Nuevo Modelo Energtico, que descanse en las energas renovables, que le abra el camino a las cooperativas ciudadanas solares, a las empresas municipales de energa, a los barrios autnomos energticos, al ciudadano que se autoabastece en energa, de modo que nuestros hogares produzcan y consuman su propia energa. Esto no es una utopa, sino, el camino que debemos comenzar ahora.