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La W

Macario Schettino

No es promoción para la estación radiofónica, sino la letra que ahora se pone de moda.
Los economistas acostumbran referirse a los posibles comportamientos de una
contracción con letras que asemejan la gráfica del crecimiento de la economía. Así,
cuando una recesión es muy rápida, con una caída y una recuperación casi verticales, la
gráfica parece una V, y así le llaman a la recesión. Si entre la caída y la recuperación la
economía tarda un rato, entonces la gráfica parece una U. Y si hay una caída y la
recuperación no llega, entonces parece una L.

Bueno, existe un caso en el que a una recesión le sigue una breve recuperación, y luego
una nueva caída, de forma que la gráfica parece una W, y eso es lo que muchos
economistas están pronosticando para la recesión actual. Para ver qué tanto puede ser
cierto esto, vamos a usar el método que hace un año nos permitió estimar con bastante
cercanía lo que ocurrió durante 2009. Se trata del método que ha sugerido el profesor
Edward Leamer, de UCLA, que consiste en utilizar el mercado inmobiliario como una
aproximación bastante cercana de lo que hará la industria.

En la figura 1 aparece el comportamiento de la construcción de nuevas casas y de la


industria, ambas de Estados Unidos, desde 1959. La línea roja es la construcción de
nuevas casas, con sus valores en el eje izquierdo, y la línea azul es la producción
industrial, con sus valores en el eje derecho. Y así es en todas las gráficas que veremos
hoy. Para ejemplificar una recesión en forma de W he marcado con una línea punteada
verde lo que ocurrió a inicios de 1980, que es la única recesión con esta forma en todo
el período que estamos viendo. Un ejemplo de U, aunque no muy exacto, ocurre a
inicios de los noventa, y también lo marqué con línea verde punteada.
Como es evidente en la figura, el profesor Leamer tiene razón: el mercado inmobiliario
predice muy cercanamente una recesión, y de hecho parece bastante bueno también para
predecir la forma de esa recesión. En 1980 vea cómo también la línea roja forma una W,
con unos meses de adelanto frente a la industria. Y en 1990 la U aparece también antes
en la producción de nuevas casas. Pero no siempre funciona bien este predictor, como
es evidente en los años sesenta, cuando hay una W en la línea roja, mientras que la línea
azul sigue creciendo sin problema. Es el tiempo del gran gasto gubernamental en
Estados Unidos bajo Lyndon Johnson.

Bueno, en la figura 1 lo que se ve es el crecimiento anual de las variables, de forma que


en la figura 2 le presento la información en términos de unidades producidas, es decir,
casas. La línea de la industria no es el índice de producción, porque éste va creciendo
con el tiempo, y no permitiría ver los ciclos, de forma que lo que le estoy graficando es
la diferencia entre el índice y su tendencia. Así, si la línea azul vale 12 puntos, por
ejemplo, es que el índice industrial, en ese mes, estaba 12 puntos por encima de su
tendencia histórica. Imagínelo como períodos de crecimiento y caída “más allá de lo
normal”.
El promedio de construcción de nuevas casas en Estados Unidos, en los cincuenta años
graficados, es de un millón y medio al año. A principios de los setenta hubo un boom de
construcción que, no me lo va a creer, coincide precisamente con el abandono de
Bretton Woods, el acuerdo de tipos de cambio fijos que rigió el sistema financiero
internacional de la posguerra. Estados Unidos, después de un gasto excepcional en los
años sesenta (en programas de infraestructura, sociales y en la guerra de Vietnam) tuvo
que abandonar el acuerdo internacional porque simplemente no tenía suficientes
reservas en oro para cubrir los dólares en circulación. Eso provocó un desorden
monetario que no sólo dio lugar al boom inmobiliario de la figura, sino también a un
boom de deuda externa en los países en desarrollo… como México.

El gran crecimiento del mercado inmobiliario de la última década fue también resultado
de un desorden financiero internacional, aunque ahora causado por China, y su decisión
de no revaluar su moneda a pesar de la gran cantidad de dólares que ha tenido que
acumular. Al regresar estos dólares a Estados Unidos en forma de inversión, provocó
una caída en las tasas de interés que dio lugar al gran crecimiento del mercado
inmobiliario. Y de ahí, a la crisis.

En la figura 3 aparece nuevamente el mercado inmobiliario y la industria, ahora sí


ambos en “unidades”. Y esta gráfica nos permite ver por qué hay quienes creen en la
posibilidad de una W. Vea usted al final de la figura cómo la construcción de nuevas
casas no ha podido recuperarse del piso de 500 mil casas anuales en que quedó desde
fines de 2008. Llevamos prácticamente nueve meses atorados ahí, y cuando parecía que
salíamos, con el dato de agosto de casi 600 mil unidades, el de septiembre nos regresa, y
parece iniciar la formación de la temible W. Peor todavía, el dato de producción
industrial de septiembre también fue menor a lo esperado, y también parece formarse el
inicio de la W en la línea azul…
Y hasta ahí llegan los datos. De ahí tenemos que decidir si lo que viene es una W, es tan
sólo un pequeño movimiento en una recuperación que, como es evidente de la figura 1,
está todavía muy lejos de parecer algo claro. Es más, hasta parece una I…

Bueno, pues ahí está la sopa de letras sobre la que estarán discutiendo muchos
opinadores en los próximos días… la verdad, creo que hasta dentro de un par de meses
tendremos información suficiente como para saber con qué letra nos quedamos…

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