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PLATAFORMA DE UNIDAD POR LOS DERECHOS DE LOS

JÓVENES∗

E
stamos próximos a conmemorar el bicentenario de la independencia. En
vano la propaganda oficial ha querido hacer de este acontecimiento un
hecho anecdótico ya superado por el presente. Los jóvenes de esta
generación reclamamos el acto de pensar y vivir soberanamente y acogemos
con entusiasmo el llamado de las grandes luminarias de nuestra América, que
como Bolívar y Martí, plantearon de modo original la creación de un proyecto
de nación conforme a nuestras propias necesidades y realidades, reto que nos
invita a avanzar hacia la segunda emancipación.

La tendencias hacia la profundización de la crisis nacional e internacional,

exige de manera urgente un proyecto de país que reclama el concurso de
muchos esfuerzos. En este sentido, es imperioso retomar la iniciativa de
impulsar desde el sector juvenil del PDA, un vigoroso movimiento juvenil
amplio y democrático, que tenga como base una plataforma de unidad para
la acción juvenil, y que al mismo tiempo sea capaz de realizar un
planteamiento político de fondo sobre la necesidad de trabajar por un proceso
de convergencia democrática y popular, que sustituya el actual proyecto
político en el poder representado en la figura de la reelección indefinida de la
“seguridad democrática”.

La juventud colombiana atraviesa por una aguda crisis social. Los jóvenes
padecen la estigmatización institucional como población de “alto riesgo”
mientras que son sometidos a los rigores de la guerra, debido a que están
presionados social y económicamente a engrosar los ejércitos en contienda. La
prolongación del conflicto social y armado vincula a muchos jóvenes a las
distintas dinámicas gubernamentales o irregulares de la violencia política, en
muchos casos sirviendo como carne de cañón de una confrontación militar.
“Los jóvenes en la guerra trabajan matando, pero sobre todo trabajan
muriendo”. Este drama simplemente puede parar si se abre el camino para el
diálogo y los acuerdos de paz, que pongan fin al derramamiento de la sangre
de los hijos de nuestro país.

Por su parte, la política represiva del gobierno se siente en las calles, barrios,
colegios, universidades, campos y veredas, denotando una ausencia de
garantías para la asociación y participación juvenil. La imposición de
restricciones a la movilización y de toques de queda complementan las
medidas de cuartel que se implementan desde las instituciones públicas. Las
ejecuciones extrajudiciales conocidas como “falsos positivos”, vienen

∗
Propuesta de discusión sobre un acuerdo para la plataforma juvenil del I Congreso Nacional de Jóvenes
del PDA. Documento elaborado por la Juventud Comunista Colombiana, JUCO. Ibagué, Febrero 6 al 8 de
2009. E-mail: ejecutivocentral@gmail.com. Web site: www.pacocol.org.

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funcionando impunemente como efectivos planes de expulsión territorial y de

limpieza social de los jóvenes más pobres.

La flexibilización laboral legitima la sobre explotación de las cooperativas de

trabajo asociado y no deja otro camino a los jóvenes que la subsistencia en la
economía informal. La ausencia de oportunidades empuja al enrolamiento en
las fuerzas militares como única opción laboral y de supervivencia. Estos
factores de presión social inducen a los jóvenes al abuso del consumo de
substancias psicoactivas, la delincuencia común, o peor aún, a la vinculación a
redes mafiosas del crimen organizado. Otros tantos optan por el suicidio como
alternativa a un mundo que no sólo los rechaza, sino que además les condena
a una muerte lenta, dolorosa y silenciosa.

Los jóvenes colombianos no pueden estar destinados a ser una generación sin
derechos. Estamos seguros que en la juventud está la fuerza del porvenir de
una sociedad más justa y humana. Pero al mismo tiempo, reconocemos la
necesidad de un sujeto político juvenil consciente de la situación y que además
sea capaz de unir los esfuerzos que los jóvenes realizan desde sus realidades
inmediatas y concretas. Los jóvenes del PDA pueden cumplir con ese papel
unificador en la medida en que sean capaces de reconocer en cada acto de los
jóvenes la posibilidad del cambio. Los jóvenes de hoy son capaces de
reconocer la necesidad de la renovación de los valores éticos frente a un
mundo insensible con la naturaleza e indiferente ante el saqueo y el sufrimiento
ajeno.

En este sentido, proponemos trabajar por un escenario amplio y representativo

de encuentro juvenil más allá de lo que actualmente se recoge en el PDA, pero
que sea construido con el actual acumulado juvenil del POLO a partir de
iniciativas que generen dinámicas y espacios de articulación local, que
convoquen expresiones de organización de diverso tipo entorno a una agenda
de acciones que defiendan el derecho de los jóvenes a vivir sin temor a
expresar sus ideas, a organizarse y moverse libremente. Hablamos de una
plataforma juvenil que haga del derecho a la objeción de conciencia al servicio
militar obligatorio, una apuesta desde lo social a la consecución de la paz
democrática. Los jóvenes tienen derecho a vivir en un medio ambiente sano,
con educación gratuita y de calidad, con posibilidades de empleo digno y
estable, con salud y seguridad social garantizada, con un transporte público
barato, con acceso equitativo al arte, la ciencia, la cultura, la recreación y el
deporte.

A continuación presentamos al debate una propuesta de contenido mínimo de

la plataforma de unidad para la acción juvenil, que pueda ser incorporada
en el programa de gobierno del PDA para el debate presidencial del 2010:

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I. DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS1

1. Derecho a la vida en condiciones humanas y dignas.

Los jóvenes tienen derecho a la vida digna. Por tanto el Estado deberá
adoptar medidas y mecanismos que garanticen - en condiciones de libertad
e igualdad - su desarrollo físico, moral e intelectual, a fin de permitir su
vinculación al debate público, a la participación democrática y a la vida
social con óptimos niveles de seguridad económica y política. Ningún joven
será sometido a la pena de muerte, ejecución extrajudicial, secuestro,
desaparición forzada, tortura, amenaza, reclutamiento y desplazamiento
forzado. Las y los jóvenes gozarán de especial reconocimiento por parte de
la sociedad como sujetos activos del desarrollo sostenible, la justica social,
la democracia popular, la soberanía y la paz. Por tanto será deber de las
autoridades públicas eliminar toda práctica discriminatoria que implique
tratos crueles, inhumanos o degradantes.

2. Derecho a la libertad e integridad personal.

Los jóvenes tienen derecho a ser libres sin ser coartados ni limitados en las
actividades que se deriven del ejercicio de esta libertad. El Estado deberá
eliminar de todas las normativas, aquellas medidas prohibitivas que
restringen la libertad personal o que atentan contra el libre desarrollo de la
personalidad y todas aquellas disposiciones que implican un atentado a la
libertad, integridad y seguridad física y mental de los jóvenes. El Estado
deberá garantizar que los jóvenes no serán arrestados, detenidos, puestos
presos o desterrados arbitrariamente. Para evitar los excesos del poder
operaran todas las garantías del Estado social de derecho que permiten el
derecho a la defensa y el debido proceso.

3. Libertad de pensamiento, conciencia y religión.

Los jóvenes tienen derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y

religión. Les estará prohibido a las autoridades eclesiásticas, educativas,
políticas y militares perseguir o reprimir a los jóvenes en razón de sus
convicciones y creencias. El Estado deberá garantizar mecanismo eficientes
y de fácil acceso para garantizar este derecho.

1
Algunos apartes de los enunciados fueron tomados literalmente de la Convención Iberoamericana de
los Derechos de los Jóvenes por considerarlos ajustados a la realidad y necesidad concreta de los
jóvenes colombianos.

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4. Derecho a la objeción de conciencia.

Los jóvenes tienen derecho a formular objeción de conciencia al servicio

militar obligatorio. El Estado deberá garantizar las medidas legislativas que
hagan efectivo este derecho avanzando en el desmonte del carácter
obligatorio del servicio militar. El Estado deberá promover una cultura de la
paz democrática que esté dirigida a crear espacios para el diálogo y la
negociación con los alzados en armas a fin de buscar alternativas a la
guerra, para que por esta vía, se logre la reconciliación, la concordia y la
paz allanando así el camino para la superación de las causas estructurales
del conflicto político, social y armado que mantienen dividida y militarizada
la sociedad colombiana.

5. Derecho a la libre expresión, reunión y asociación.

Los jóvenes tienen derecho a la libertad de opinión, reunión e información, a

disponer de foros juveniles y a crear organizaciones y asociaciones donde
se analice sus problemas y puedan presentar propuestas e iniciativas
políticas ante las instancias públicas sin ningún tipo restricción. El Estado
deberá respetar la independencia y autonomía de las organizaciones,
asociaciones y expresiones juveniles, al tiempo que dispondrá de
mecanismos que faciliten los recursos para el financiamiento de sus
actividades, proyectos y programas. Igualmente El Estado y los medios de
comunicación deberán eliminar toda práctica informativa que implique
señalamientos, estigmatización o satanización de la actividad juvenil.

6. Derecho a la participación plena y decisoria.

Los jóvenes tienen derecho a la participación política. El Estado deberá

garantizar los mecanismos que impulsen y fortalezcan los procesos sociales
que los jóvenes que tiendan a reclamar el poder de decisión en los asuntos
de la vida económica, política, social y cultural. El Estado deberá favorecer
el derecho de los jóvenes a inscribirse en agrupaciones políticas, como
también a elegir y ser elegidos. El Estado deberá promover en las
instituciones gubernamentales y legislativas la participación de los jóvenes
en la formulación de políticas y leyes referidas a la juventud, articulando los
mecanismos adecuados para hacer efectivo el análisis y la discusión de las
iniciativas de los jóvenes a través de sus organizaciones, expresiones y
asociaciones.

7. Derecho a la libertad sexual y a la igualdad de géneros.

Los jóvenes tienen derecho al disfrute y el pleno goce del cuerpo. El Estado
deberá garantizar la eliminación de los prejuicios morales en el contenido de
las normativas jurídicas, que imponen la conducta patriarcal y opresiva
desde la heterosexualidad. Los jóvenes tienen derecho a vivir plena y
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responsablemente su sexualidad independientemente del estado patológico

del cuerpo. El Estado deberá reconocer la población de la diversidad por
orientación sexual como sujetos políticos con capacidad de aportar al
desarrollo y la transformación social, al igual que deberá establecer
mecanismos que permitan erradicar las situaciones en las que esta
población es discriminada por razones de su identidad sexual. El Estado
deberá garantizar las medidas legislativas y presupuestarias que aseguren
la equidad entre hombres y mujeres jóvenes en el marco de la igualdad de
oportunidades y el ejercicio de los derechos.

El Estado deberá adoptar las medidas necesarias para la prevención de la

explotación, el abuso y el turismo sexual y de cualquier otro tipo de violencia
o maltrato sobre los jóvenes. El aborto será asumido como un problema de
salud pública despojándolo de todo halo místico o religioso. Las mujeres
jóvenes tendrán derecho a disponer libremente del cuerpo y las entidades
de salud no podrán negarse a prestar la asistencia médica en los casos en
que sea necesario el procedimiento de degrado.

II. DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES

8. Derecho universal a la educación pública, gratuita y de calidad.

Los jóvenes tienen derecho a la educación. El Estado deberá garantizar la

educación gratuita, laica, integral, continua y de calidad. El Estado debe
reconocer que este derecho incluye la participación democrática activa en
los centros educativos y en los claustros universitarios. La educación
fomentará el ejercicio de la crítica, la responsabilidad, el compromiso social
y la ética cívica en su sentido más amplio y profundo. Las artes, las ciencias
y la técnica se enseñaran con un enfoque social y no mercantil. Además la
educación promoverá el acceso generalizado a las nuevas tecnologías y
cultivará el saber desde la interculturalidad, el respeto a las culturas étnicas
y a la población diversa por orientación social y de géneros, como también
educará con vocación en los valores de la democracia, la solidaridad, los
derechos humanos, la paz, la justicia social y la soberanía.

9. Derecho al trabajo en condiciones dignas.

Los jóvenes tienen derecho al trabajo y a una especial protección del

mismo. El Estado deberá implementar medidas para generar empleo
estable y bien remunerado para los jóvenes. Así mismo, los jóvenes tienen
derecho a la igualdad de oportunidades y trato en lo relativo a la inserción,
remuneración y condiciones dignas en el trabajo. El Estado deberá
reconocer que los jóvenes trabajadores deben gozar de iguales derechos
laborales y sindicales reconocidos tanto en la legislación laboral nacional
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como en la internacional. Igualmente, el Estado debe implementar medidas

especiales de protección a los jóvenes contra la explotación económica y
contra todo trabajo que ponga en peligro la salud, la educación y el
desarrollo físico y psicológico. Para tal fin, se abolirán las cooperativas de
trabajo asociado y el contrato de aprendizaje. El Estado debe garantizar a
las y los jóvenes menores de 18 años la permanencia en el sistema
educativo para que éstos no estén obligados a trabajar. De igual manera, el
Estado debe comprometerse a adoptar medidas políticas y legislativas
necesarias para suprimir todas las formas de discriminación contra la mujer
joven y los grupos poblacionales jóvenes de la diversidad por orientación
sexual e identidad de géneros y etnia en el ámbito laboral.

10. Derecho a la salud y la protección social.

Los jóvenes tienen derecho a la salud gratuita, integral y de calidad. Este

derecho incluye también la educación preventiva, la nutrición la atención y
cuidado especializado de la salud juvenil, la promoción de la salud sexual y
reproductiva, la investigación de los problemas de salud que se presentan
en la edad juvenil, la información y prevención contra el alcoholismo, el
tabaquismo, y el uso indebido de drogas. Los jóvenes tienen derecho a la
confidencialidad y el respeto del personal de los servicios de salud, en
especial, en lo relativo a su salud sexual y reproductiva. El Estado debe
velar por la plena efectividad de este derecho adoptando y aplicando
políticas y programas de salud integral, específicamente orientados a la
prevención de enfermedades, promoción de la salud y estilos de vida
saludables entre las los jóvenes. Se potenciará las políticas de erradicación
del tráfico y consumo de drogas nocivas para la salud. Además, los jóvenes
tienen derecho a la protección social frente a situaciones de enfermedad,
accidente laboral, invalidez, viudez y orfandad y todas aquellas situaciones
de falta o de disminución de medios de subsistencia o capacidad de trabajo.
El Estado debe adoptar las medidas necesarias para alcanzar la efectividad
plena de este derecho.

11. Derecho a la vivienda digna.

Los jóvenes tienen derecho a la vivienda digna y de calidad que les permita
desarrollar su proyecto de vida y sus relaciones de comunidad. El Estado
deberá establecer mecanismos para que sea efectiva la movilización de
recursos públicos y privados destinados a facilitar el acceso a la vivienda
digna. Estos mecanismos se materializarán en políticas de promoción y
construcción de viviendas por parte de las administraciones públicas cuya
oferta se realizará en términos asequibles a los medios personales y/o
familiares de los jóvenes, dando prioridad a los jóvenes de menos ingresos
económicos. Las deudas hipotecarias y las obligaciones crediticias de los
jóvenes serán revisadas por organismos de vigilancia y control a fin de
brindar protección contra la usura, el abuso y demás medidas que tiendan a
despojarlos injustamente de la posesión de sus espacios de habitación.

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12. Derecho a la cultura, la identidad y al arte.

Los jóvenes tienen derecho a la vida cultural, a la libre creación y expresión

artística. La práctica de estos derechos se vinculará con su formación
integral. El Estado deberá asumir compromisos que tiendan a estimular y
promover la creación artística y cultural de los jóvenes, como también a
fomentar el respeto y el deber de defender la identidad con el legado de las
culturas autóctonas y nacionales que hacen parte del acervo emancipatorio
de Nuestra América y que constituyen el proyecto de integración bolivariana
de la Patria Grande.

13. Derecho al deporte, el ocio y el esparcimiento.

Los jóvenes tienen derecho a la educación física y a la práctica de los

deportes. El fomento del deporte estará presidido por los valores del
respeto, la superación personal y colectiva, trabajo en equipo y solidaridad.
El Estado deberá fomentar políticas que promuevan actividades que
contribuyan al desarrollo de los jóvenes en los planos físico, intelectual y
social, garantizando los recursos humanos y la infraestructura necesaria
para el ejercicio de estos derechos. Igualmente, los jóvenes tiene derecho a
la recreación y al tiempo libre, a viajar y a conocer otras comunidades en los
ámbitos nacional, regional e internacional, como mecanismo para promover
el intercambio cultural, educativo, vivencial y lúdico, a fin de alcanzar el
conocimiento mutuo y el respeto por la diversidad cultural, como también
con la promoción de la solidaridad con las causas de los jóvenes de las
otras latitudes. El Estado deberá implementar políticas y programas que
promuevan el ejercicio de estos derechos facilitando el libre tránsito de los
jóvenes en el país y por fuera de él.

14. Derecho al desarrollo sustentable y a un medioambiente saludable.

Los jóvenes tienen derecho al desarrollo social, económico, político y

cultural y a ser considerados como sujetos prioritarios de las iniciativas que
se implementen para tal fin. El Estado deberá adoptar medidas adecuadas
para garantizar la asignación de recursos públicos necesarios para
desarrollar programas que atiendan a la promoción de la juventud, en el
área rural y urbana, la participación en la discusión para elaborar planes de
desarrollo y su integración en el proceso de puesta en marcha tanto en los
órdenes locales y territoriales como a nivel nacional. El desarrollo debe
respetar el derecho de los jóvenes a vivir en un ambiente sano y
equilibrado. El Estado y especialmente la empresa privada, deben proteger
y utilizar adecuadamente los recursos naturales con el objeto de satisfacer
las necesidades sociales preservando la naturaleza para las generaciones
futuras. El Estado deberá fomentar la conciencia, la responsabilidad, la
participación y la educación e información ambiental entre los jóvenes, a fin
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de que estos puedan adelantar acciones colectivas contra las empresas

contaminantes, la acción depredadora de las grandes multinacionales y el
bloqueo de basurales e incineradores de desechos tóxicos y a su vez,
proponer salidas ambientales que apoyen el desarrollo sustentable del
país.

Esta plataforma debe ser construida desde abajo en el debate amplio y

democrático con los jóvenes colombianos, en escenarios de movilización de la
opinión juvenil en las calles, que permita reactivar iniciativas como la del
movimiento de los festivales de la juventud en nuestro país. Este puede ser un
invaluable aporte del sector de jóvenes del PDA a la unidad de los jóvenes
colombianos por la conquista y defensa de sus derechos. Nuestra idea de la
paz democrática se encuentra íntimamente unida a la construcción de una
política pública de juventud que ponga fin a los factores de la desigualdad, la
discriminación, la violencia, la estigmatización, la exclusión y la marginalidad en
la que se encuentra la juventud de nuestro país. Consideramos que un primer
paso para avanzar hacia este objetivo puede ser el llamamiento a la
conformación del espacio nacional de impulso del Festival Nacional de la
Juventud, el cual permitiría consultar con un amplio número de expresiones
juveniles tanto el interés como las condiciones de realización de esta iniciativa.
Proponemos que esta sea una de las iniciativas centrales de la agenda de
movilización de los jóvenes del PDA.

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