Está en la página 1de 1

8

EL COMERCIO N LA VOZ DE AVILÉS


en el estudiO de SÁBADO, 31 DE OCTUBRE DE 2009

BERTA PIÑÁN ESCRITORA

De leños,
De hecho, Piñán distingue claramente
entre el trabajo en prosa y el poético al re-
flexionar sobre los receptores de sus tex-
tos, «esos que tantas alegrías dan». ¿Exis-
te el lector ideal? «En poesía ya está hecho,
viene prefabricado: es un lector con un ni-
vel cultural más que aceptable, pero ante
todo muy permeable a cualquier lengua a

libros y mechas
la que pueda acceder y a cualquier propues-
ta, por poco convencional que sea. Proba-
blemente por eso sea más fácil llegar me-
diante el verso...»
Llevamos más de la mitad de nuestra en-
trevista y, casi sin pretenderlo, práctica-
mente toda ella ha girado en torno al astu-
riano. ¿Hasta qué punto los dos ejes ideoló-
gicos de Piñán feminismo y llingua han
marcado su escritura? «Está claro que mar-
Su vida y su obra se cuecen en el madrileño contexto? «Se puede escribir en asturiano can, mucho en ocasiones: el feminismo en
desde cualquier sitio, una vez superada la la búsqueda de voces, perspectivas y rela-
bulevar de Princesa. Allí está su casa y en ella, construcción de un lenguaje literario y de ciones humanas en determinados momen-
un mundo emocional en las primeras fa- tos; el asturiano por ser el instrumento uti-
su estudio, y dos niñas, Alma y Andrea, que ses». En su caso, son tres: la primera fase lizado».
fue la de querer ser escritora, y no tanto de Pero estas cuestiones terminan por ser
saben que para traspasar las puertas del lugar dedicarse a crear («Yo con 16 años estaba accidentales, periféricas a su creatividad
encantada con la idea de ser famosa y lo y no más influyentes que otras circunstan-
donde su madre crea han de pedir permiso. bien que escribía», ríe); la segunda, la del cias mucho más ligadas a la construcción
victimismo («Por aquello de escribir en as- del universo propio: llama especial aten-
turiano»); y ahora, la tercera, la de madu- ción el episodio en el que la escritora re-
Berta Piñán abre la puerta de su casa, a po- rez. «Ando revisando, recor- cuerda la vuelta al medio ru-
cos metros del bullicioso bulevar madrile- dando... Creo que el nuevo ral tras haber superado la
ño de Princesa, atribulada, con Alma y An- libro se va a llamar ‘La Man- «Ando revisando, inocencia juvenil, la mira-
drea correteando nerviosas a su alrededor. cadura’ [‘El Daño’], y tengo recordando... Creo da escéptica y crítica sobre
«Nunca ven la tele por semana, pero hoy intención de sacarlo en bi- ese mundo de la infancia,
haremos una excepción». Las niñas cierran lingüe». que el nuevo libro años después. No salen de
la puerta que separa el salón del estudio sin Pero más allá de su pro- se va a llamar ‘La su boca sino imágenes: es
disimular cierta curiosidad por la conver- pio crecimiento y desarro- una mujer paseando a la go-
sación que aquí se mantiene. llo como escritora, Berta Pi-
Mancadura’» cha antes de la matanza («Es
«En esta casa hay una serie de normas, ñán ha constituido una pie- para darle un paseín antes
y una de ellas es que cuando estoy en el es- za ineludible en el proceso de normaliza- de que muera») la que ilustra el mundo ru-
TEXTO: FOTOGRAFÍA
ALEJANDRO MARIO tudio no se puede entrar sin llamar», expli- ción, integración y, por qué no, edificación ral con el que topó al volver; de igual ma-
CARANTOÑA FERNÁNDEZ ca la autora. «Para escribir hace falta un del asturiano. Por supuesto que la raigam- nera, son la salida del Negrón y el olor a po-
silencio, aquel de la juventud, el del pue- bre, los vínculos que van naciendo («inna- mar los que impregnan la idea de emigrar,
blo, que no es fácil conseguir y preservar tos no son, la verdad, van surgiendo con el los que ilustran la repentina y evidente co-
ahora.» Por eso Berta Piñán comienza la tiempo») acaban llevando a ciertos autores nexión con la tierra, y no vagos y almido-
jornada a las 6 de la mañana, antes de diri- a trabajar con más o menos ahínco, con más nados conceptos salidos de tal o de cual co-
girse a su trabajo como profesora en un ins- o menos tino, en la composición de una obra rriente: la influencia es innegable, pero no
tituto de las Rozas, para verter algunos ver- que lo emplee como vehículo; ahora aflora invasiva, no molesta.
sos y luego dar paso a la jornada de una ma- la lingüista, la filóloga, la amante de su pro- Volviendo, volviendo a Cañu, su pueblo
dre española más: niñas, carreras, trabajo pia materia prima: «Explorar el asturiano de origen, recalamos en los inicios, cuan-
y «a las 10 de la noche unas ganas de mar- es algo que ha dado, que da y que dará mu- do escribía de madrugada, y caemos en la
char a la cama tremendas, a veces no ten- chos quebraderos de cabeza ¿queda mucho cuenta de que Piñán está dando la vuelta
go fuerzas ni para leer». por hacer? pero que al mismo tiempo nos al reloj con el paso del tiempo: antes no se
Lleva ocho años viviendo en la capital, permitió buscarle los límites, encontrarle acostaba y ahora madruga mucho, y no obs-
donde «las cosas pequeñas son mucho más la plasticidad, la tonalidad, los registros tante la necesidad de expresar sigue estan-
difíciles de hacer; mientras que las gran- que queríamos usar para contar lo que cual- do ahí, como uno de esos (pocos) bordones
des resultan bastante más sencillas.» Cho- quier autor en su lengua. Y eso es precio- que acompañan al autor toda su vida. ¿Y si
ca, ante todo, su asturiano perenne pero so, es una satisfacción enorme». Se trata de se agota? «Eso ya no asusta: como decía
cristalino en mitad de esta ciudad agitada tomar una herramienta en pañales, inci- Goethe, esto es una cuestión de ir apilando
y silenciosamente invadida por norteños: piente, y hacer de ella algo «transparente». madera y luego prender la mecha, y leños
¿Cómo es escribir desde la llingua en este Tiene que poder llegar a todos los lectores. ya tengo suficientes.»
Quizás sólo quede una pregunta por ha-
cer: ¿Ha tenido éxito Berta Piñán? No es fá-
cil imaginar una respuesta, dadas las mo-
tivaciones e influencias que en ella convi-
ven, que se amontonan, como observamos,
sobre las universal y llanamente literarias.
«El éxito con 16 años, como decía, era ven-
derlo todo y ser famosa; ahora... puedo afir-
mar que estoy completamente satisfecha,
y que tengo una gran suerte. Puedo permi-
tirme escribir y publicar, y eso a estas al-
turas es casi lo que más importa.»
Berta Piñán ha llegado a ese punto en el
que juega con sus niñas, mantiene un estu-
EN SU CASA. Dos dio impecable, se preocupa por salir bien
animales adornan una de en las fotos («Dejadme quitar esto negro,
las mesas de la casa que voy a parecer una lánguida de esas»),
madrileña de Berta Piñán, ofrece bebidas, pregunta, observa, sonríe
donde Andrea y Alma y no tiene reparos en conversar sobre lo
garantizan el bullicio que se le pregunte, sean libros o la gala de
durante todo el día. Sólo los Premios Príncipe: esta es su vida, y lo
por la noche llega la calma. demás, literatura.

También podría gustarte