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Estas son las principales Guerras que han

habido en México
Guerra de Castas
Se ha denominado Guerra de Castas al movimiento social que los nativos mayas del
sur y oriente de Yucatán iniciaron en el mes de julio de 1847 contra la población de
blancos (criollos y mestizos), que se encontraba establecida en la porción occidental de
la Península de Yucatán. La guerra, que costó cerca de un cuarto de millón de vidas
humanas, terminó oficialmente en 1901 con la ocupación de la capital maya de Chan
Santa Cruz por parte de las tropas del ejército federal mexicano.
Hay quienes ponen en tela de juicio el apelativo con que se ha designado este conflicto
bélico, acaecido en la península de Yucatán en la segunda mitad del siglo XIX. La
palabra casta que deriva del latín y quiere decir puro, se aplicó principalmente por los
vencedores circunstanciales de esta guerra y por algunos de los intelectuales que la
reseñaron después. Pero la realidad, sostienen quienes critican la denominación, es
que en Yucatán no había castas propiamente dichas, y mucho menos la rebelión había
sido encauzada por una casta en particular. Se sublevaron y condujeron la cruenta
lucha los integrantes de un sector (muy numeroso) de los indígenas mayas, aquellos
que no habían sido totalmente mediatizados y subyugados intelectualmente, y que en
su gran mayoría vivían en el oriente y el sur de la península. Se rebelaron además, no
sólo contra los españoles, y los criollos, sino también contra los mestizos y los mulatos
que vivían en territorio enemigo, los occidentales de la península. En todo caso, se
afirma, esta lucha fue más propiamente -aunque no del todo- inter-étnica, aunque esto
también queda desvirtuado por el hecho histórico de que en varios episodios de la
lucha armada, lucharon o se separaron violentamente, indígenas contra indígenas.
Unos eran los buenos para los blancos, otros eran los malos.
Guerra Cristera
La Guerra Cristera (también conocida como Guerra de los Cristeros o Cristiada) en
México consistió en un conflicto armado que se prolongó desde 1926 a 1929, entre el
gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos
que resintieron la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir
la autonomía de la Iglesia católica.
La original Constitución mexicana de 1917 establecía una política que lejos de separar
al Estado de la Iglesia, negaba la personalidad jurídica a las iglesias, subordinaba a
éstas a fuertes controles por parte del Estado, prohibía la participación del clero en
política, privaba a las iglesias de su derecho a poseer bienes raíces, desconocía
derechos básicos de los así llamados "ministros del culto" e impedía el culto público
fuera de los templos.
Tras un período de resistencia pacífica un número de escaramuzas tuvo lugar en 1926.
Las rebeliones formales iniciaron el 1 de enero de 1927 con los rebeldes llamándose a
sí mismos cristeros ya que creían que peleaban por Cristo.
La rebelión terminó por medios diplomáticos con la ayuda de el embajador
estadounidense Dwight Whitney Morrow. Algunas estimaciones[cita requerida]
ubican un número máximo de doscientos cincuenta mil personas muertas, entre
civiles, efectivos de las fuerzas cristeras y del Ejército Mexicano.
Guerra de Reforma
La Guerra de Reforma de México o también conocida como la Guerra de los Tres
Años, transcurrió desde el 17 de diciembre de 1857 hasta el 1 de enero de 1861, que
culmina con la entrada de Juárez a la capital del país. Fue el conflicto armado que
enfrentó a los dos bandos en que se encontraba dividida la sociedad mexicana:
liberales y conservadores. Dio inicio cuando el general conservador Félix Zuloaga, dio
a conocer el Plan de Tacubaya, el cual demandaba la abrogación de la Constitución de
1857, la permanencia de Ignacio Comonfort en la presidencia y la convocatoria de un
Congreso extraordinario, el cual se encargaría de elaborar otra carta constitucional
que, según los conservadores, "garantizara los verdaderos intereses del pueblo". Dos
días después de su publicación, Comonfort (Presidente electo en ese momento) se
adhirió al Plan de Tacubaya. Benito Juárez (Presidente de la Suprema Corte de
Justicia en ese momento) defendió enérgicamente la Constitución y se negó a
colaborar con los conservadores. Por esta razón, Comonfort ordenó que lo detuvieran
y lo mantuvieran en prisión. Con el transcurso de los años, la guerra se hizo más
sangrienta y polarizó a la gente en la nación. Muchos de los moderados se unieron a
los liberales, convencidos de que era necesario acotar el gran poder económico y
político de la Iglesia Católica. Por un tiempo los liberales y conservadores tuvieron
gobiernos paralelos, con la sede del gobierno conservador en la Ciudad de México y
los liberales en Veracruz. La guerra terminó con la victoria de los liberales y el
presidente Benito Juárez instaló su administración en la Ciudad de México. Una vez
que el Congreso Constituyente había cumplido con su tarea de elaborar una nueva
constitución, se hizo la convocatoria para realizar elecciones tanto de los poderes
federales como los de los estados; tocó entonces a las legislaturas estatales el arreglo de
las constituciones particulares de cada estado, de acuerdo con la constitución general.
Se reunió así el primer Congreso Constitucional que trabajaría ya bajo los principios
de la carta magna del 1857.
México en la Segunda Guerra Mundial
De acuerdo a los principios ideológicos de don Benito Juárez sobre la
autodeterminación de los pueblos y la doctrina Estrada que sostiene el derecho de
México de no calificar ni precipitadamente ni a posteriori el derecho que tengan las
naciones extranjeras para aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o autoridades,
México ha mantenido una política internacional invariable en consonancia con los
principios de la Revolución: aboga por la desaparición del coloniaje en nuestro país y
por su liberación económica mediante la defensa de sus riquezas naturales, condena el
imperialismo y las agresiones a los pueblos débiles, sostiene el respeto a la soberanía
de las naciones y a los principios democráticos, y proclama la solidaridad del
Continente Americano al margen de los conflictos bélicos internacionales. De acuerdo
con estos principios, durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) el gobierno
mexicano se declaró neutral, no obstante la insistencia de Estados Unidos para
inclinarlo en favor de las potencias aliadas.
Cuando el fascismo italiano atacó y se anexó Etiopía en 1935, México formó parte de
los países que ejercieron el bloqueo económico en contra de Italia, suspendiendo la
exportación de carbón, petróleo, hierro y otros productos mexicanos a ese país y
evitando la compra de artículos italianos.
En los casos de Checoslovaquia, Austria y otros países invadidos por Alemania,
México siempre reconoció a los gobiernos legítimos refugiados en el exilio 1940, y
apoyó con especial firmeza la causa de la España republicana.
Sin embargo la neutralidad de México en la Segunda Guerra Mundial hubo de
cambiar y decidir su posición al incidir situaciones de carácter geográfico, político y
económico como fueron la vecindad con los Estados Unidos, la solución dada por el
presidente Franklin Delano Roosevelt al problema petrolero de México, la necesidad
de los países aliados de contar con el petróleo mexicano para la guerra y la
recuperación económica del país.
La Guerra de los Pasteles.
La guerra de los pasteles fue el primer conflicto bélico entre México y Francia, y
formalmente tuvo lugar entre el 16 de abril de 1838 y el 9 de marzo de 1839.
Las primeras décadas de la historia Independiente de México, fueron de anarquía y
desorden en los aspectos económico, político y demográfico.
La inestabilidad del país se reflejaba en todos los órdenes de la sociedad, y en
particular en las fronteras la migración ilegal y el contrabando eran comunes por la
falta de vigilancia.
Debido a esto y muchos problemas, México estaba en la mira de los países extranjeros,
dispuestos a intervenir cuando lo consideraran oportuno.
A partir de la consumación de la Independiente en 1821, los fraceses, que profesaban
la misma religión, y además pertenecían a una cultura que influía grandemente en la
mexicana, pudieron radicarse en el país, consagrandose al comercio, la pequeña
industria, el artesanado e ingresando en el ejército nacional.
Segunda Intervención Francesa en México
La Segunda Intervención Francesa en México fue el segundo conflicto internacional
sostenido entre México y Francia. Comenzó con los reclamos franceses por la
suspensión de la deuda por el gobierno de Benito Juárez, y siguió con el
establecimiento del Segundo Imperio Mexicano, sostenido por las tropas francesas,
belgas y austriacas que ocuparon el país entre 1862 y 1867. También es conocida como
la "Guerra Franco-Mexicana".
Guerra de los Religioneros
Estas atividades provocaron un alzamiento católico, que fue conocido como el de los
Religioneros, siendo éste un precedente de la Guerra Cristera. Los primeros
levantamientos tuvieron lugar en noviembre de 1873 en Morelia, Zinacatepec, Dolores
Hidalgo, León, Jonacatepec, Temascaltepec y Tejupilco.
En enero de 1874, los levantamientos se extendieron al grito de ¡Viva la Religión!
¡Muera el mal gobierno! ¡Mueran los protestantes!. Cabecillas religionarios como
Jesús González, Benito Mesa, Domingo Juárez, Gabriel Torres, Antonio Reza, Jesús
Soravilla, Socorro Reyes participaron en esta guerra.
Guerra del Yaqui
La Guerra del Yaqui o Rebelión de los indios yaquis fueron una serie de conflictos que
enfrentó al gobierno mexicano del último tercio del siglo XIX contra las tribus Yaqui
del estado de Sonora por la abierta campaña por parte del gobierno federal con el fin
de colonizar las tierras de los Valles del Yaqui y del Mayo. Los enfrentamientos
corresponden a la lucha armada más larga en la historia de México. Los yaqui se
levantaron con el fin de proteger sus tierras y sus costumbres. Después de la Batalla
de Mazocoba en 1900, en la que murieron muchos soldados yaqui (400) y en la que los
federales tomaron a 800 hombres, mujeres y niños prisioneros se definió la derrota
yaqui. A partir de este momento comenzó una feroz deportación de yaquis a Yucatán,
que se mantuvo de manera constante hasta fines de la primera década del siglo XX
por 1908.
Guerras de Cortina
Las Guerras de Cortina son el nombre genérico de la Primera Guerra de Cortina
(1859) y la Segunda Guerra de Cortina (1861), en la que los las fuerzas rebeldes
mexicanas dirigidas por el líder local Juan Nepomuceno Cortina enfrentan las fuerzas
militares de los Estados Unidos, los Rangers Texanos y la milicia local de Brownsville,
Texas, y Matamoros, Tamaulipas, en la zona del Valle del Río Grande.

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