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El uranio sin control en Argentina

Argentina -18/03/09. Hasta el año 2000, de acuerdo a un informe de la Auditoría


General de la Nación la Argentina carecía de normas que regularan la
problemática relacionada con la actividad minera y concentración de uranio, la
gestión de residuos radiactivos en los complejos mineros, su disposición final de
acuerdo al marco jurídico fijado por la Ley N°25.018 y no había programas de
monitoreo de los complejos minero – fabriles sujetos a regulación de la Autoridad
Regulatoria Nuclear. Los datos recabados dan cuenta que en 9 años, nada
mejoró en este aspecto.
Fuente: Agencia OPI Santa Cruz

En Argentina la supervisión de los yacimientos mineros-fabril de los minerales de


uranio está a cargo la Autoridad Regulatoria Nuclear (sucesora del Ente Nacional
Regulador Nuclear) y a partir de allí es dable pensar que en el país toda actividad
de este tipo está firmemente regulada y controlada para evitar serios riesgos en
la población donde se asienten estos yacimientos de extracción de material
radioactivo.

Un documento de auditoría al que tuvo acceso OPI muestra claramente que al


menos hasta el año 2000 el país adolecía de todo tipo de control sobre estos
aspectos fundamentales de este material estratégico que hay en abundancia
bajo el suelo a lo largo y ancho de la Argentina. Las averiguaciones actuales
practicadas al respecto, sitúan al país en la misma situación de anomia que en
los años `90 y las fuentes señalan que en los casos donde las normas están
dictadas, no se aplican.

La auditoría

La AGN integró un equipo de trabajo constituido por el Arq. Andrés Nystorowycz,


la Dra. Miriam Ivanega, la Dra. M. Cecilia Rodriguez, el Lic. Juan M. Casavelos, la
Lic. Marina Abasto y el Sr. Gustavo Daino para llevar adelante el trabajo de
inspección y conclusión a la normativa y su aplicabilidad en el terreno por parte
del ente facultado para accionar en tal sentido.

Respecto a la función de supervisión que le corresponde al ARN con relación a la


restauración del espacio natural afectado por la actividad minero-fabril de los
minerales de uranio, relacionados a los aspectos de seguridad radiológica el
informe encontró serias falencias las cuales indican que el país se encuentra ante
una situación muy crítica en cuanto a la explotación de minerales estratégicos y
no se preserva ni el medio ambiente ni la salud de la población.

Por ejemplo no se cuenta con normativa relacionada a la actividad minera y


concentración de uranio, si bien en el compendio elaborado por la ARN - “Normas
Regulatorias” del mes de Junio de 1999 se prevé la regulación legal de minería y
concentración de uranio, sin embargo, observa la Auditoría “del contenido de la
referida codificación no surge (informes anual ARN 1997/2000) que el organismo
hubiese dictado la normativa referente a dichas materias”.

La normativa, de acuerdo a lo establecido, debería garantizar la seguridad para


la población de las construcciones e instalaciones mineras a clausurar, la
restauración del medio ambiente circundante y la adopción de medidas
tendientes a evitar la contaminación de los cursos de aguas superficiales,
subterráneas y de suelos, preceptos los cuales la ARN no ha cumplido.

Otro de los aspectos observados es que no se han elaborado normas sobre la


gestión de desechos o residuos radiactivos. Se debe destacar al respecto que la
Ley 25.018 señala la necesidad de la gestión de los residuos radiactivos, sin
embargo en el 2000 la AGN denunció que hasta ese momento esta norma no
había sido reglamentada.

“Es importante estipular requisitos básicos para la gestión de desechos de


manera de garantizar que cualquier problema relacionado a radiaciones quede
limitado. Las medidas deberían garantizar que los desechos sólidos
permanecerán bajo control adecuado y que se controlará la liberación de radón a
la atmósfera y de los otros elementos contaminantes al medio ambiente
circundante•, indica en forma terminante el informe.

Sucede que el propio Organismo observa que la norma básica de seguridad


radiológica es “una norma general” y que no hay normas específicas para la
concentración de uranio, de allí el llamado de atención.

Luego el informe avanza sobre la inexistencia de un programa de monitoreo de


las instalaciones sujetas a regulación de la ARN y sobre el particular añade “En la
toma de muestras en los monitoreos de las instalaciones se observa falta de
regularidad. La extracción de muestras es aleatoria en tiempo y en espacio, en
un mismo año no se extraen muestras de todas las estaciones de muestreo o en
algunas estaciones transcurren años entre la toma de una muestra y otra”.

Sobre este punto la AGN observa “El Ente afirma efectuar campañas de
monitoreo, lo que este Grupo de Auditoría ha observado es que no existe un
Programa de Monitoreo, ya que de la simple observación de las distintas
campañas surge que las mismas son aleatorias tanto en el tiempo como en el
espacio. Es dable destacar que, para obtener series de datos que resulten fiables,
las mismas tiene que cumplir ciertos requisitos de homogeneidad, como la
frecuencia en la que se efectúa, la estacionalidad: lluvia, nieve, niebla, escarcha,
humedad relativa, vientos, y otros. Como muestra de este planteo podemos
referirnos a las consideraciones vertidas en el documento Contaminación
radiactiva en Mendoza. Caso Malargüe (Dirección de Saneamiento y Control
Ambiental de la Pcia. De Mendoza) donde se recomienda hacer el seguimiento de
las emanaciones del radón en enerofebrero- marzo por tratarse de la época que
por la disminución de la humedad se produce el mayor desprendimiento”.
A continuación resalta “durante el trabajo de auditoría se observó que no hay
coordinación entre los organismos que tienen competencia en materia de
actividad minera nuclear (ARN, autoridades mineras provinciales y otros) ni con
otros organismos nacionales también relacionados con la actividad minera. La
ARN tampoco recibe ni solicita informes aprobados por la autoridad minera
correspondiente, relacionados con los proyectos de recomposición exigidos por el
art.17 de la Ley 24585 Título Complementario de la Protección Ambiental para la
Actividad Minera”.

Marco legal

En lo que hace específicamente al objeto de auditoría, en el año 1998 se


sancionó la Ley N° 25.018 sobre el Régimen de Gestión de Residuos Radiactivos
(sin reglamentar). Esta ley define como residuo radiactivo a todo material
radiactivo, combinado o no con material no radiactivo, que haya sido utilizado en
procesos productivos o aplicaciones, para los cuales no se prevean usos
inmediatos posteriores en la misma instalación, y que, por sus características
radiológicas no puedan ser dispersados en el ambiente de acuerdo a los límites
establecidos por la Autoridad Regulatoria Nuclear. La mencionada ley establece:

• artículo 9° que “la CNEA, deberá elaborar un Plan Estratégico de Gestión de


Residuos Radiactivos, que incluirá el Programa Nacional de Gestión de Residuos
radiactivos que se crea en el artículo 10 de esta ley. Este plan deberá ser enviado
al Poder Ejecutivo Nacional, quien previa consulta a la ARN, será enviado al
Congreso Nacional para su aprobación”.

• artículo 10 inciso j) :que mediante el Programa Nacional de Gestión de Residuos


Radiactivos se deberá “gestionar los residuos provenientes de la actividad
nuclear y privada incluyendo los generados en la clausura de las instalaciones,
los derivados de la minería de uranio, y los que provengan de yacimientos
mineros abandonados o establecimientos fabriles fuera de servicios”.

• artículo 11. “El Programa nacional de Gestión de Residuos Radiactivos


incorporará la recuperación de sitios afectados por la actividad de extracción,
molienda, concentración,
tratamiento y elaboración de minerales radiactivos procedentes de yacimientos
de explotación y sus respectivos establecimientos fabriles, así como de
yacimientos mineros abandonados o establecimientos fabriles fuera de
servicios””

Normas Regulatorias elaboradas por la ARN

Las normas regulatorias de la ARN se encuentran en un compendio elaborado en


junio de 1999. Entre las normas de regulación que elabora la ARN, se destaca la
Norma Básica de Seguridad Radiológica (AR 10.1.1) que tiene como objetivo
lograr un nivel apropiado de protección de las personas contra los efectos
nocivos de las radiaciones ionizantes.
En dicha norma se cuantifican los límites de dosis radiactivas aceptadas por la
Autoridad Regulatoria Nuclear ya sea por ingestión o inhalación (de todas las vías
de irradiación en conjunto) tanto para trabajadores como para la comunidad.
Asimismo, puntualiza las situaciones en las cuales la Autoridad Regulatoria
Nuclear tiene intervención y las prácticas que son controladas por dicho
organismo.

Define también los criterios para la gestión de residuos radiactivos sólidos,


aclarando: “Los residuos radiactivos sólidos deben mantenerse aislados de la
biosfera el tiempo necesario para que hayan decaído suficientemente, utilizando
–cuando sea necesario- barreras geológicas y de ingeniería con grados de
independencia y redundancia adecuados, a satisfacción de la Autoridad
Regulatoria.” (pág. 11/165, AR 10.1.1. Norma Básica de Seguridad Radiológica).

Complejos Minero – Fabriles

Los complejos minero - fabriles son instalaciones que explotan, procesan y


preparan los minerales de uranio para que luego puedan ser transformados en
concentrado comercial de uranio que será utilizado por las centrales nucleares.

Realizada la extracción del mineral de uranio se procede a concentrarlo. El


material es triturado y depositado formando pilas dentro de las instalaciones de
los complejos minero fabriles.

Mediante una solución diluida de ácido sulfúrico, se realiza la recuperación de


uranio de esas pilas, para luego precipitarlo con amoníaco gaseoso, obteniéndose
diuranato de amonio. Este producto es triturado, ya que debe adecuarse a
tamaños especificados, y envasado en tambores que serán enviados a la planta
de conversión de dióxido de uranio.

En la Argentina se instalaron numerosos complejos minero - fabriles.


Actualmente sólo se encuentra en operación el de San Rafael. Los complejos
minero - fabriles cerrados se detallan a continuación:
Pichiñán, Chubut CNEA 1981
Tonco, Salta CNEA. 1981
Los Gigantes Córdoba Sánchez Granel Obras de Ingeniería S.A. 1982
Malargüe, Mendoza CNEA 1993
La Estela San Luis, URANCO S.A. 1990
Los Colorados, La Rioja URANCO S.A. 1996

Habitantes fluorescentes: riesgo ambiental y peligrosidad de las pilas


de residuos radiactivos.

Dentro de los predios mineros fabriles se localizan pilas de residuos sólidos muy
contaminantes para el medio ambiente. Estas pilas están compuestas no sólo por
elementos radiactivos sino también por materiales no radiactivos y químicos
(ácido sulfúrico o amoníaco), necesarios para realizar la concentración de uranio.
El peligro latente de una disposición inadecuada, radica en la ausencia de una
plataforma impermeable que posibilite la separación de este material con el
medio físico circundante evitando, de esa manera, la contaminación de los
recursos (Problemas del Medio Ambiente en la Provincia de Mendoza – Robledo y
Mannino, ECOGEO, Mendoza 1997, pág. 101 y 102).

Favorecidos por la lluvia, se infiltran o escurren por el terreno las sustancias


tóxicas (ácido sulfúrico, amoníaco, elementos radiactivos, etc.) contaminando el
suelo con el que están en contacto directo y las aguas subterráneas y
superficiales con las que podrían entrar en contacto.

La contaminación incluye también la atmosférica ya que algunos materiales


radiactivos se desintegran en gas radón. Por lo tanto, la contaminación producida
por estas pilas abarca la radiación a la que se ve sometida la población producto
del acopio de elementos radiactivos, y la contaminación del medio ambiente con
compuestos químicos, utilizados para concentrar el uranio.

Uno de los operadores, la CNEA, -que es supervisado por la Autoridad Regulatoria


Nuclear- a través de sus propuestas de mitigación (Proyecto de Restitución
Ambiental de la Minería del Uranio, Cap. 5.2. – Octubre 1998) respecto a las colas
de mineral, producto de trabajos experimentales de lixiviación de minerales de
uranio que se encuentran ubicados en la ex planta Córdoba, propone como parte
de la remediación desplazar las escombreras de mineral de uranio existentes a
aproximadamente 100km. (al ex complejo minero-fabril Los Gigantes) en
camiones de 15tn. de capacidad útil, con caja metálica con buen estado de
hermeticidad, volquete y con cubierta estanca para evitar posibles voladuras del
material transportado, a razón de 27 viajes diarios, de lunes a viernes durante un
lapso que va de 7 a 8 meses.

Con respecto a la contaminación atmosférica por emisión de elementos


radiactivos, la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica) alerta sobre
la peligrosidad que representa la dispersión atmosférica de las pilas de residuos y
la inhalación de radón y de sus productos de desintegración por parte de la
población ya que aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. La EPA (United States
Environmental Protection Agency) coincide con esta apreciación y enuncia la
peligrosidad de poner en contacto a la población con fuentes radiactivas. Se ha
dividido a la radiación en: exposición aguda y exposición crónica.

Exposición Aguda

Se refiere a una gran y única exposición o también a una serie de dosis ocurridas
en un corto período de tiempo. Los grandes picos de radiación pueden ocurrir por
un accidente o por alguna práctica médica particular. En la mayoría de los casos,
una exposición grande puede causar efectos inmediatos o retrasados. Para los
humanos y también los animales, grandes picos de exposición puede causar un
desarrollo rápido de enfermedades tales como desórdenes gastrointestinales,
infecciones bacterianas, anemia, pérdida de fluidos corporales.

Entre los efectos retardados se pueden enumerar, cataratas, esterilidad


temporal, cáncer, efectos genéticos. Niveles de radiación extremadamente altos
pueden provocar la muerte en el término de horas, días o semanas. Este tipo de
radiación está asociada con los posibles accidentes que pueden ocurrir en alguna
central nuclear.

Exposición crónica

La exposición crónica es continua y se refiere a bajos niveles de radiación


durante un largo período de tiempo. La exposición crónica es considerada por la
EPA como productora de efectos que sólo pueden ser observados algún tiempo
posterior a la exposición inicial. Esta incluye efectos genéticos y otros efectos
como cáncer, lesiones cancerígenas, tumores benignos, cataratas, cambios en la
piel y defectos congénitos.

Esta radiación se asocia a la exposición a la que puede verse sometida la


población como consecuencia de vivir cerca de un foco de radiación ya sea
natural o artificial.

Monitoreo ambiental de los complejos minero – fabriles

La ubicación de pilas constituidas por residuos sólidos del mineral tratado, sin el
adecuado control dentro de los complejos minero – fabriles, puede ocasionar
contaminación del medio ambiente la que a su vez, podría afectar la salud de la
población. Esta es la razón por la cual la ARN lleva a cabo monitoreos dentro y en
los alrededores de los complejos minero-fabriles cerrados asociados a la
explotación y procesamiento de los minerales de uranio.

El objetivo de estos monitoreos es evaluar la contaminación radiológica


ambiental producida por la operación de estas plantas.
Durante los monitoreos se extraen muestras de aguas superficiales y
subterráneas aguas arriba y abajo de los complejos, del suelo (hasta 0.4 mt. de
profundidad) y de los sedimentos (arenas subterráneas embebidas en agua) que
componen los acuíferos y emanaciones de gas radón. Se realizan
determinaciones de uranio natural y de radio 226. (Agencia OPI Santa Cruz)

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