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pT NT me re oa = MARIA BENEDICTA DAIBER HEYNE PERSONAJES BIBLICOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO Za re G ~~ Za lee) Sa (88 Sun R> lt ‘Cuadro de portada: El sacrificio de Isaac de Jacob Jordaens (Pinacoteca de Brera, Milén) © EDIBESA Madre de Dios, 35 bis - 28016 Madrid Tel.: 91 345 19 92. - Fax: 91 350 50 99 hip: “Avww.edibesa.com E-mail: edibesa@planalfa.es. ISBN: 84-8407-444-7 Depésito legal: M-18.925-2004 Impreso en Espaiia por: A. J. F. Impresores Fuenlabrada - Madrid INDICE Presentacion . Preambulos La escritura, por cuanto es palabra de Dios . Interpretaci6n d ela escritura..... Algunas nociones b4sicas acerca del Pentateuco PERSONAJES BIBLICOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO Adan y Eva Cain y Abel Noé . Abrahai odelo de fe Lot, una mala eleccién . Historia de una familia . Jacob, el heredero de la promesa Un santo del antiguo testamento: José . Moisés, libertador del pueblo de Dios .. Hacia la liberacion. La salida de Egipto En el Sinai Durante la travesfa del desierto Josué: conquista de la tierra prometida Algunos episodios del libro de los jueces Jueces II. Una mujer modelo: Rut Los educadores de Samuel... Un fracasado en Ia vida: Sati... Una amistad segtin Dios: David y Jonatan Un rey segiin el corazén de Dios: David. Un rey segtin el corazén de Dio: Un rey segin el corazén de Dios: David. III Un rey segtin el coraz6n de Dios: David. TV El rey sabio: Salomén .... La divisién del reino.. Un rey impio y un gran profeta: Acab y Elias Reformadores religiosos. El cautiverio: I Asa. Il Josafat I Jods. TV Ezequias V Elcontraste VI Josias ..... La vuelta del cautiverio. Esdras y Nehemfas . Tobias 1 .. Tobias II Judit y Ester .. Miartires y cobardes Un alma magnanima: Judas Macabeo .. La autora...... PROLOGO EI Concilio Vaticano II dio el impulso definitivo a los trabajos y estudios que se venfan realizando desde hacia afios en el seno de la Iglesia para profundizar en la Palabra de Dios, revelacién de Dios al hombre. En este sentido el Vaticano II planteé y promovié la centralidad de la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia, o lo que es lo mismo en la vida de todos los cristianos. La Constitucién Dogmatica sobre la Divina Revelacién «Dei Verbum», aprobada el 18 de Noviembre de 1965, establece los principios basicos por los que la fe debe fundarse en Ia revelacién a partir de la Sagrada Escritura aunque sin olvidar evidentemente la Tradicién y el Magisterio de la Iglesia. Asf es, recibimos la re- velacién en la Tradicién de la Iglesia y se puede decir por eso que no hay Escritura sin Iglesia, asf como no hay Iglesia sin Palabra de Dios. Ella, la Iglesia, es quien nos la ofrece como uno de sus teso- Tos més preciados. Desde entonces se ha avanzado mucho en el camino del cono- cimiento, difusién y profundizacién de la Sagrada Escritura, aun- que debemos reconocer que no todavia en los términos y plantea- mientos que presentan los documentos del Vaticano II. En este proceso de centrar la propia vida y la de las comunida- des eclesiales en Ja Palabra de Dios, pienso que hay que conside- rar el trabajo de estudio y de docencia Ilevado a cabo durante afios por Maria Benedicta Daiber, trabajo con el que por otra parte se adelanté ella en mucho a los planteamientos oficiales de la Iglesia. Con una pedagogia sencilla aunque practica y eficaz desempefié durante afios la tarea de dar a conocer y ayudar a profundizar en la Palabra de Dios a multitud de laicos, religiosos y algunos sacerdo- tes que se acercaban a sus cursos con el impulso interior de la Ia- mada de] Espiritu a conocerle mejor, a vivir asf también como mejores cristianos hijos de Dios. Prdcticamente a partir de su conversién y bautismo en la Igle- sia Catdlica, en el afio 1923, o muy poco después, y hasta su muer- te, en el afio 1987, Maria Benedicta se dedicé al apostolado bibli- co, en el que se pueden resaltar algunas caracteristicas. Una esté dicha ya, la pedagogia sencilla. Otras, no menos importantes, son la seriedad en el tratamiento de los textos, el sentido de Iglesia que significa la conviccién de estar leyendo y estudiando la Biblia en elamor y en Ja tradicién de Ja Iglesia, y el espiritu de oracién, porque como también queda dicho, no ofrecia sus cursos para satisfacer el puro afan de conocimiento intelectual sino para vivir esa Palabra de Dios en la situacién concreta de cada uno. Un espiritu de ora- cién que supone acercarse a la Palabra de Dios con reverencia y respeto, para recibir la luz y la vida de Dios mismo, para crecer continuamente en el amor y conocimiento de Aquel que es la Pala- bra de Dios hecha carne: «Dios que en los tiempos pasados, muy fragmentaria y variadamente habia hablado a los padres por me- dio de los profetas, al fin de estos dias nos hablé en la persona del Hijo» (Hebreos 1, 1). Este era el estilo de Maria Benedicta: presencia de Dios, méto- do sencillo, claridad, precisién, implicacién. En la practica el mé- todo se concretaba en que se hacia leer el texto por alguno de los asistentes, normalmente unos versiculos, y después ella afiadia su comentario, técnico unas veces, espiritual siempre, practico, ilumi- nador. Asi, también en este libro de Personajes Biblicos del Antiguo Testamento, se recogen los comentarios de Marfa Benedicta Daiber acerca de personajes de la Biblia, instrumentos de la revelacion de Dios a su Pueblo, y con cuyos comentarios, como ella misma dice: «procuramos sacar las profundas ensefianzas para nuestra vida cris- tiana, ensefianzas que trascienden las caracteristicas de una época particular y son por Jo mismo de una actualidad perenne». El texto, empezando por Addn y Eva y hasta Judas Macabeo, recoge toda una serie de los més significativos personajes del An- tiguo Testamento, con sus circunstancias histéricas y sus consecuen- cias y repercusiones sobre todo para la vida prdctica y espiritual del pueblo de Israel y del nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia. 10 Asistf durante varios afios a aquellos cursos siendo yo joven es- tudiante en la Universidad, y deseo acercarme de nuevo ahora y que sus lectores puedan acercarse también a este trabajo de Maria Benedicta, con aquel mismo espiritu de amor a la Palabra del Dios Vivo que ella tenfa y nos trasmitia, para la edificacién de la Iglesia Santa de Dios. SALVADOR CrisTau COLL PRESENTACION PERSONAJES B{BLICOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO es el fruto de muchos afios de estudio y trabajo de M* Benedicta Daiber en la catequesis de adultos y jévenes con la Palabra de Dios, tanto en Espajia como en Sudamérica. La Asociacién de Amigos de M* Benedicta ha creido conveniente publicar este trabajo con- vencida de que se trata de un excelente material para la catequesis, sobre todo de adultos, y para quien quiera profundizar personal- mente en el mensaje divino que contiene esta parte de la Biblia. En sus lecciones, M* Benedicta usaba tres grupos de temarios: 1) Eltema biblico, que incluye lo que ella Ilamaba «EL CREDO», y que es el estudio de las verdades de nuestra fe a base de la Biblia, que publicé con el titulo: «MANUAL DE ESTUDIOS BIBLICOS CATOLICOS>», cuya segunda edicién esta agotada. 2) Comenta- rio de un libro de la Biblia versiculo por versiculo, y 3) PERSO- NAJES BIBLICOS. De éstos, los mas elaborados son los del An- *tiguo Testamento. En todos estos temas M* Benedicta busca ante todo el mensaje de Dios para nuestra vida concreta. Las cuestio- nes cientificas le interesan sélo en cuanto pueden aportar algtin dato que ayude a captar mejor dicho mensaje. Maria Benedicta habia preparado, incluso con prélogo, El co- mentario de «PERSONAJES BIBLICOS DELANTIGUOTESTA- MENTO» a partir de Abraham. Posteriormente afiadié numerosas anotaciones marginales, que en su mayorfa hemos incluido en el texto o en notas al pie de pagina. Pero la Asociacién de Amigos de M* Benedicta ha considerado oportuno afiadir también los princi- pales personajes de los primeros capitulos del Génesis, desarrollan- do los esquemas breves que ella usaba. Maria Benedicta, en su prélogo dice: «Presentamos esta serie de Personajes Biblicos del Antiguo Tes- 13 tamento desde un punto de vista ante todo espiritual, para fomen- tar la vida cristiana. Partimos de la afirmacién de S. Pablo en Ro- manos 15, 4: “Jodo cuanto anteriormente fue escrito, fue escrito para nuestra ensefianza, a fin de que por la paciencia y la conso- lacion de las Escrituras mantengamos la esperanza”. Y En II Timoteo 3, 16-17 leemos: “oda Escritura divinamente inspirada es itil para ensefar, argiiir, corregir, instruir en la justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto e instruido para toda obra buena”. Desde este punto de vista no juzgamos necesario, ni de prove- cho espiritual, analizar las diversas fuentes (E., J., P.) ni otras cues- tiones cientificas y de critica textual que no sean imprescindibles para captar el mensaje que el tiltimo redactor, inspirado por Dios, nos transmite. Nuestro andlisis de los Personajes Biblicos se basa en esta tiltima redacci6n, tal y como aparece en la Biblia, y procu- ramos sacar de este andlisis las profundas ensefianzas para nuestra vida cristiana, ensefianzas que trascienden las caracteristicas de una €poca particular y son por lo mismo de una actualidad perenne. Naturalmente, al analizar un Personaje Biblico desde un punto de vista determinado, que es el de la ensefianza que encierra, no nos hemos detenido en todos los episodios y aspectos, sin omitir ninguno. Las lecciones, en tal caso, habrian resultado excesivamen- te largas y pesadas. Pero al alumno le ser relativamente facil, con las orientaciones dadas, suplir las lagunas. Incontables veces hemos dado a nuestros alumnos! estas lec- ciones y hemos podido constatar el fruto que de ellas han sacado. Y como repetidas veces nos han pedido la publicacién de estas sen- cillas lecciones, confiando que éstas puedan ser de provecho tam- bién para otras personas descosas de vivir auténticamente la Pala- bra de Dios, accedemos hoy a estos deseos y rogamos al Sefior que bendiga nuestra labor. Maria B. DarBEeR» PERSONAJES B{BLICOS es, pues, ante todo un manual para la catequesis, no un libro de lectura. Por lo mismo, es imprescindi- ' Marfa Benedicta llama «alumnos» a las personas que asistfan a sus gru- pos biblicos, pues nunca daba charlas, sino lecciones biblicas. 14 ble acompaiiarse de la Biblia para leer cada una de las citas bibli- cas antes de] comentario correspondiente; de lo contrario se pier- de la visién de conjunto del personaje y se privan de la fuerza que tiene en si la Palabra de Dios (Hb 4,12). La técnica a seguir, tal como hacia M* Benedicta, es la siguien- te: cada uno de los miembros del grupo tendra su Biblia; el que dirige la catequesis cita el texto correspondiente, que buscan to- dos, y que, ya uno ya otro, lee en voz alta, y a continuacion hace el comentario correspondiente. Es aconsejable que todos busquen el texto y que, durante el desarrollo del tema, exista la posibilidad de hacer preguntas, evitando, eso si, aquellas que dispersen la aten- ci6n del tema. El catequista debe procurar ante todo que se acoja la Biblia como Io que es, Palabra de Dios. Para ello conviene tener en cuenta los siguientes preaémbulos, que M* Benedicta tenia, también en for- ma esquematica, y hemos desarrollado. PREAMBULOS Toda la Biblia, también el Antiguo Testamento, ha sido escrita para nuestra ensefianza: Romanos 15, 4, pues toda ella es Pala- bra de Dios por cuanto Jos autores humanos de cada uno de los libros que constituyen la Sagrada Escritura, lo hicieron inspira- dos por Dios (II Timoteo 3, 16), de modo que «obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y solo lo que Dios queria» (Dei Verbum, 11). Toda la Sagrada Escritura es, pues, inspirada por Dios, pero no todo ha sido revelado. No confundir inspiracién y revelacién. La revelacion se da cuando el autor no puede conocer lo que dice por medio natural, asi por ejemplo, los evangelistas no necesitaron re- velacién para contar lo que ellos mismos habian visto u oido a Je- stis o pudieron averiguar preguntando a los testigos oculares (véa- se Lucas I, 1-4), en cambio si la necesité Isafas para saber que una virgen concebiria y pariria al Emmanuel (Is 7,14). Por lo mismo los libros de la Biblia tienen un doble autor: au- tor principal, Dios; autor secundario, los diferentes hagidgrafos de los que Dios se valié, los cuales se expresan en su cultura y men- talidad. LA ESCRITURA, POR CUANTO ES PALABRA DE DIOS a) No puede contener errores pues «como todo lo que afir- man los hagidgrafos lo afirma el Espiritu Santo, se sigue que los libros sagrados ensefian sélidamente, fielmente y sin error las verdades que Dios hizo consignar en dichos libros para salvacion nuestra» (Dei Verbum, 11). 17 b) Es titil, «para ensefiar, para corregir, para convencer, para educar en la justicia, para que el hombre de Dios sea per- fecto, enteramente instruido para toda obra buena» (II Timoteo 3, 16-17). La revelacién fue progresiva, es decir, Dios, como buen peda- gogo, no lo revelé todo de golpe, sino poco a poco, a medida que el hombre fue capaz de entender: «muchas veces y de muchas ma- neras, Dios hablé en otro tiempo a nuestros padres por medio de los profetas (Antiguo Testamento); viltimamente nos hablé por su Hijo» (Nuevo Testamento), (Hebreos 1, 1-2). Por lo mismo, para saber lo que Dios ha dicho respecto de un tema no es suficiente conocer un texto, sino que es necesario conocer el mayor némero posible de textos que hablen del mismo. INTERPRETACION DE LA ESCRITURA La Biblia, escrita en cultura tan distinta y en contextos histéri- cos tan variados, encierra para nosotros cierta dificultad a la hora de entender su mensaje, ya lo avisaba S. Pedro (II S. Pedro 3, 15- 16). Por ello, segtin el Concilio Vaticano II, «el intérprete de la Sa- grada Escritura indagard lo que el autor sagrado dice e intenta decir, segtin su tiempo y cultura, por medio de los géneros litera- rios propios de la época... Hay que tener muy en cuenta los modos de pensar, de expresarse, que usaban en tiempos del autor, y tam- bién las expresiones que entonces mds se solian emplear en las con- versaciones ordinarias» (Dei Verbum, 12), expresiones que mu- chas veces tienen un significado distinto del que le damos hoy dfa. Por ejemplo, las palabras: Justicia, justo se llama al santo, En Romanos |, 17, la justicia (san- tidad) de Dios se revela por la fe. Fe, creer no es la simple aceptaci6n intelectual de Dios y su mensaje, sino la adhesién sincera de nuestra vida (S. Juan 3, 16-18 y 36; ITimoteo 5, 8; Galatas 5, 6). El que cree en Cristo, se esfuer- za por vivir como vivié El (I Juan 2, 6). 18 Ira de Dios, se refiere al efecto doloroso que experimenta el pecador en contacto con la santidad infinita de Dios. (S. Juan 3, 36); «Esta sobre él la célera de Dios», quiere decir que esta en es- tado de condenacién; que puede cambiar si se convierte. ‘Verdad y mentira no se refiere sélo a las palabras, sino a la vida de acuerdo o no con Ja verdad (S. Juan 8, 44; Apocalipsis 22, 8). Decir que todo hombre es mentiroso, equivale a decir que es pecador (Salmo 115, 11; Romanos, 3, 4). Andar, caminar, se refiere a la conducta (Galatas 2, 14, I Juan 2, 6). Conocer, tiene siempre un matiz afectivo, sea referido al acto conyugal (Génesis 4, 1), sea al conocimiento de Dios que da el amor (S. Juan 16, 2-3). No es un simple conocimiento intelectual. Profeta, profecia, profeta es el que habla en nombre de Dios; profecfa es el mensaje que transmite e] profeta, que pocas veces se refiere a hechos futuros (Exodo 7,1; ILS. Pedro 1, 19-21), etc. Por otra parte, «la Escritura se ha de leer e interpretar con el mismo Espiritu que fue escrita: por tanto, para descubrir el ver- dadero sentido del texto sagrado hay que tener muy en cuenta ademas, la Tradicién viva de la Iglesia y la analogia de la fe, (es decir, el conjunto de todas las verdades reveladas)... En todo caso, hay que tener en cuenta que la interpretacion de la Escritura que- da sometida al juicio definitivo de la Iglesia, que recibid de Dios elencargo y el oficio de conservar e interpretar la Palabra de Dios» (Dei Verbum, 12). Fueron los Apéstoles y sus sucesores, quienes recibieron la misi6n de llevar el Evangelio a todo el mundo hasta el final de los tiempos (S. Mateo 28, 19-20). Jestis mismo afirma que quien no les crea no se puede salvar (S. Marcos 16, 15-16). Para que no puedan equivocarse les prometié su especialisima asis- tencia (S. Mateo 28,20) y la del Espiritu Santo (S. Juan 14, 26;16, 12-13 etc.) Tengamos también en cuenta que el texto inspirado es sola- mente el original, escrito en hebreo y griego. Las copias y traduc- ciones son equivalentemente inspiradas en cuanto reproducen fiel- mente el texto original. Al leer la Biblia hemos de preguntarnos siempre qué ensefian- za quiere darnos Dios, y recordemos que «a /a lectura de la Sa- grada Escritura debe acompanar la oracién para que se realice el 19 didlogo de Dios con el hombre, pues a Dios hablamos cuando ora- mos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras» (Dei Verbum, 25). Es preciso, pues, leerla con fe y nunca discutir con Dios. Siem- pre habra pasajes dificiles y oscuros (II S. Pedro 3, 15-16, ya cita- do), no sélo por los motivos humanos ya dichos, sino sobre todo porque es Dios, de inteligencia infinita, quien habla y por lo mis- mo tiene profundidades insondables (Romanos 11, 33). Pero por lo mismo, siempre encontraremos en ella cosas nuevas, incluso en textos muy conocidos. Guiados por la Iglesia, depositaria de la Palabra de Dios, y te- niendo en cuenta la analogia de la fe, podemos y debemos aden- trarnos en las riquezas que esta Palabra tiene para nuestra vida. A mayor fe y humildad de parte nuestra, mayor luz para captar la Palabra de Dios. ALGUNAS NOCIONES BASICAS ACERCA DEL PENTATEUCO La palabra griega PENTATEUCO significa etimolégicamente cinco estuches para conservar los libros. Se trata de los cinco li- bros que contienen la TORAH 0 LEY. El Pentateuco es un com- plejo hist6rico-legislativo en el cual cada uno de los libros repre- senta una etapa determinada: 1, GENESIS: es la preparacién del pueblo de Dios a través de la historia hasta los Patriarcas. 2. EXODO: narra la constitucién histérica del pueblo de Dios como naci6én. 3. LEVITICO: se trata de la legislacién detallada, sobre todo del culto divino. 4, NUMEROS: es el complemento histérico legislativo, sobre todo para la peregrinaci6n en el desierto hasta llegar a la tie- Ira prometida. 5. DEUTERONOMIO: ¢s la nueva promulgacién de la ley con la adaptaci6n necesaria a la vida sedentaria. 20 En ningtin momento hemos de olvidar que la Biblia es historia de la salvaci6n y no una historia profana, critica y cientifica en sentido moderno. Se nos narran hechos reales, pero desde un 4n- gulo especial, el de la historia de la salvacién, de la Providencia especial de Dios para con el pueblo elegido del cual ha de salir el Mesias. Se omiten por tanto muchos detalles que nos interesaria tal vez conocer y se insiste ante todo en el caracter sobrenatural de los acontecimientos. Para cada uno de los cinco libros del Pentateuco hay que admi- tir un ntcleo mosaico, sin que se pueda determinar exactamente hasta donde llega. Nétese que Cristo y los Apéstoles citan unas 25 veces el Pentateuco y las palabras citadas son atribuidas a Moisés. Comparese S. Lucas 24, 27-44 y S. Juan 5, 45-46. Los descubrimientos arqueolégicos de Mari, Ras Shamra, C6- digo de Hammurabi, leyes hititas, ambiente egipcio, leyes asirio- babilénicas, aportan conocimientos preciosos acerca de los pue- blos en contacto con Israel. MARI, ciudad a orillas del Eufrates en su curso superior, ha pro- porcionado unas 20.000 tabletas cuneiformes del archivo estatal del Ultimo rey Zimrilim, que perecié en la lucha contra el rey Ham- murabi de Babilonia. El reino de Mari da testimonio de una cultu- ra muy desarrollada, cultura en Jo esencial, sumerio-acddica. RAS SHAMRA (0 UGARIT), ciudad fenicia en la costa de Siria, ha proporcionado hallazgos arqueolégicos que nos ofrecen una imagen casi completa de un centro de civilizacién fenicia (y con ello indirectamente de un centro cananeo) de la época en que los israelitas se establecieron en Canaan. HAMMURABI, fue rey de Babilonia, de cronologfa algo in- cierta, probablemente del siglo XVIII a.C., de la primera dinastia babildnica amortea. Goberné 43 afios. Se conserva la mayor parte de su correspondencia. Se ocupé del arte, las ciencias, la religién, el bienestar general y la agricultura. Sobre todo es famoso por la codificacién del derecho vigente en aquel entonces. A menudo se le ha identificado con Amrafel, mencionado en Génesis 14 como rey de Sinar, pero tal identificacion no es segura. LA ESTELA DE HAMMURABI es un gran bloque de diorita de 2,25 metros de altura, que contiene en 39 columnas en escritura cuneiforme y en babildnico antiguo clasico, toda la legislacién 21 publica y privada vigente en Babilonia en aquel entonces. Esta en el museo del Louvre. Hammurabi esta representado en la parte superior, recibiendo el cddigo del dios Shamash (sol, juez del cie- lo). Hay muchos paralelismos con la ley mosaica; aunque las se- mejanzas no se deben a ninguna dependencia directa, sino a tradi- ciones semejantes de los pueblos de cultura semitica. Ciertamente habra que admitir en el Pentatéuco fuentes escri- tas y tradiciones orales anteriores a Moisés y modificaciones y adi- ciones posteriores, pero esto nada quita a la gran influencia de Moi- sés como autor y legislador. Las principales fuentes que suelen sefialarse son, la YAVISTA GJ), Hamada asf porque al hablar de Dios emplea preferentemente el nombre de Yahvé; la ELOHISTA (E), que emplea para Dios el nombre de Eloim, que es la mAs antigua, y el CODIGO SACER- DOTAL (P), que es muy posterior. Sin embargo, al querer atribuir los diversos pasajes a su fuente respectiva, surgen muy variadas hip6tesis. Por supuesto hubo un ultimo redactor inspirado que nos dejé los libros del Pentateuco en su forma actual, y es a través de esta su forma actual, como nos trae a nosotros el mensaje de Dios que hemos de entender y aprovechar. Enel GENESIS se distinguen claramente dos partes distintas: los capitulos I-11 forman la prehistoria (protohistoria) de la sal- vacion. Nos habla de la creacién y caida del hombre, la promesa del Redentor, la multiplicacién de los hombres y del mal, la elec- cidn de Noé como nuevo Adan y, entre sus descendientes, figura el fiel Abraham, padre del pueblo elegido, con el cual entramos de leno en la historia. Los capitulos 11, 26 hasta el final del 50, nos sittan ya en plena historia. Abraham sera el antepasado del Mesias y, a través de Isaac y Jacob con sus doce hijos, llegamos a la formacién del pueblo elegido para conservar e! monotefsmo y dar al mundo el Redentor. Para la composicién del Génesis, las fuentes se atribuyen a di- versas fechas (por supuesto, dichas fuentes se basan en documen- tos, fuentes y tradiciones anteriores). J: reino Sur, siglos X-IX a.C.; E: reino Norte, siglos IX-VIII a.C.; P: época del destierro, siglo VI a.C. Naturalmente se trata de hip6tesis y en cualquier momento pueden variar estas fechas. De momento y segun ellas, el Génesis no habria adquirido su forma actual hasta el siglo V a.C. 22 En cuanto al EXODO es ciertamente una narraci6n histérica, pero de historia religiosa. Su punto culminante es el Decalogo y la Alianza. Narra la salida de Egipto que segtin la mayoria de los exégetas tuvo lugar el siglo XIII a. C. En tal caso, el fara6n opre- sor es Ramsés II (1298-1232), el faraén del Exodo, que persiguid a Israel, es Menerptah (1232-1224) o tal vez Seti II (1210-1208). Documentos extrabiblicos dan tal certeza al relato biblico que no se puede dudar de su validez, aunque no se mencione expresamen- te a Moisés. «E] papiro Anastasi VI (siglo XIII a.C.) habla de be- duinos que desde el sur del mar Muerto bajaron a Egipto en una €poca de carestia y se les permitid establecerse en Wad Tumilat (Gossen). Consta que hubo extranjeros, llamados en egipcio he- breos, empleados en la construccién de la fortaleza del farasn Ramsés, “favorito del dios Hammon”, El culto a las divinidades egipcias era espléndido, segdn muestran los dibujos, los escritos y los objetos de las tumbas, que pueden verse en la actualidad. Todo cuanto Moisés dispone acerca del arca y de los utensilios sagrados pudo estar inspirado en el arte egipcio. Las plagas son fendmenos fundamentalmente especificos de la regién en que suceden... La sobrenaturalidad no consiste tanto en la cosa misma cuanto en el modo y la oportunidad.»? El LEVITICO supone la legislacidn teocratica y cultural del Exodo. Su contenido es predominantemente liturgico. La compo- sicién como libro con unidad literaria, no es anterior al destierro pero ciertamente existfan con anterioridad los diversos cédigos que se fueron acoplando, y las leyes del Levitico, en su nticleo central, ciertamente han de atribuirse a Moisés, sin que se pueda distinguir en cada caso lo que es de Moisés y lo que es posterior. NUMEROS es una compilacién de varias fuentes y el libro fue terminado por la tradicién sacerdotal (P). Es un conjunto de leyes dentro del marco de unos pocos hechos histéricos. Gran parte de estas leyes suponen una comunidad ya asentada de fijo en su tierra y son por tanto posteriores a Moisés, pero son una evolucién logi- ca del nucleo de leyes dadas por el mismo Moisés. La ultima re- 2 LA SAGRADA ESCRITURA, TEXTO Y COMENTARIO; ANTIGUO TESTAMENTO I, PENTATEUCO. Profesores de la Cia. de Jestis. B.A.C., pag. 297. 23 daccién de Numeros parece datar de los tiempos de la monarquia, incluso para algunos, seria posterior al destierro. El DEUTERONOMIO contiene hechos histéricos y leyes, pero su caracteristica fundamental es la exhortaci6n a la fidelidad a Yahvé. Quiere crear en cada miembro del pueblo de Dios la acti- tud recta para con Dios, de amor y sumisién a su voluntad. Sin duda el Deuteronomio se identifica con el libro de la Ley hallado en el templo en el afio 621 en tiempos de Josias (II Crénicas 34, 14-18). Los criticos fijan hoy dia comtnmente la composicién del Deuteronomio en el siglo VII a.C., pero la ley de la centralizacién del culto habria que datarla segtin muchos, en la época misma de Moisés como un preventivo contra los santuarios dispersos por aqui y por alla y dedicados a cultos idolatricos. En el desierto existia un solo santuario y era esto lo que habia que mantener. Todo el ni- cleo principal del Deuteronomio es mosaico, pero como los demas libros del Pentateuco, ha sufrido adaptaciones y adiciones poste- riores. 24 PERSONAJES BIBLICOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO ADANY EVA Hay que situar aAdan y Eva dentro del contexto del relato de la creaci6n del Génesis. Pero tengamos en cuenta que el Génesis, como toda la Biblia, no es un libro cientifico, sino religioso; lo que interesa al autor sagrado es la relacién del hombre con Dios. Ade- mas, segtin la Pontificia Comisién Biblica, los once primeros ca- pitulos del Génesis son un relato hist6rico-popular; es decir, na- tra hechos reales con un lenguaje popular, muchas veces alegérico y antropomérfico. Estos capitulos son la prehistoria de la salvacién Hay mitologias sumerio-acddicas y asirio-babilonias que guar- dan cierto parecido con el relato de la creacién del Génesis. Estas narraciones eran sin duda conocidas de todos; sin embargo, a dife- rencia de las mitologias paganas, en el Génesis se acentua: 1) El monotefsmo y latrascendencia de Dios. Hay un solo Dios bueno y trascendente. 2) Los seres creados no son divinidades, sino simples criatu- ras al servicio de Dios y del hombre. 3) Este Dios tinico es omnipotente y crea con sola su palabra. 4) El hombre, creado el ultimo, es el mas perfecto de los seres, ha de multiplicarse y dominar el universo, colaborando asi con Dios, del que depende totalmente. 5) El universo creado por Dios es bueno. 6) El mal fisico entra en el mundo después del mal moral, es decir, después del pecado. «Frente a estas ideas irreprochables del Génesis esta el politeis- mo (de las mitologias paganas), la eternidad del caos, dioses y dio- sas con pasiones y caprichos, que proceden arbitrariamente con el hombre, que luchan entre si y se matan etc. No se trata de cosas ni de estilos tan solo diferentes, sino de una teologia completamente 27 de otro orden; las mismas expresiones materiales (del Génesis) indican ideas de un mundo diferente y superior... El estudio com- parado de todos estos documentos ha servido para mejor conocer el pensamiento de los hagiégrafos, pues ha ayudado a distinguir entre la forma literaria 0 ropaje externo, tejido de “folklore” y de noticias populares de entonces, y el fondo doctrinal».> LA CREACION El capitulo primero del Génesis, atribuido a la tradicidn sacer- dotal (P), muestra, con los conocimientos del cosmos propios de la época, que todo ha tenido su origen en Dios, que, libremente y con la omnipotencia de su Palabra, lo sacé de la nada. Génesis 1, 1-5: Muestra a Dios como autor del orden del uni- verso. Todo se realiza por su palabra omnipotente. Segiin Hebreos 11, 3 «por la fe conocemos que los mundos han sido dispuestos por la palabra de Dios, de suerte que de lo invisible ha tenido origen lo visible». Aunque en el Antiguo Testamento no se revela la Stma. Trini- dad, en estos versiculos de alguna manera se insimia su presencia: todo se hace por la Palabra (Cf. Jn 1, 1-3), con la accién amorosa del Espiritu, que «se cernia sobre las aguas» (vers. 2). El texto ori- ginal indica calor afectuoso; acude a la imagen del ave que cubre con su calor los huevos, de donde saldran los polluelos. Dios lo crea todo de Ja nada‘ y por amor. Que los dias de la creacién no son dias de veinticuatro horas, se deduce del mismo texto biblico: el sol, creado para separar el dia dela noche, sélo aparece el dfa cuarto (vers. 14-19), ,c6mo pudo haber antes «tarde y mafiana» sin el sol? Evidentemente el hagié- grafo no pensaba en dias solares. Ademas, la palabra hebrea «yom» (dia), con frecuencia indica un perfodo larguisimo de tiempo. La expresién «en aquel dia», p.e., muchas veces se refiere a la época 3 Cf. Miguel Balagué. «PREHISTORIA DE LA SALVACION». STUDIUM, coleccién Pastoral, paginas 405 y ss. “La palabra hebrea es «barah», sacar de la nada. 28 mesianica (cf. Is. 4, 2), que comenzé con la Encarnacién y acabard con la Parusia, la segunda venida de Cristo. Tampoco interesa al autor sagrado si hubo o no evoluci6n ni el orden en que aparecieron los seres, etc. Lo que si afirma es que todo ha sido creado por Dios libremente, que el orden maravilloso que vemos en el universo es obra suya. Por eso, «desde la crea- cidn del mundo, lo invisible de Dios, su eterno poder y divinidad, son conocidos mediante las obras» (cf. Rom 1,19-20). Nosotros tampoco necesitamos saber todo eso para admirar la belleza de Dios, autor de tantas maravillas, abrir nuestro corazén al amor que nos manifiesta en ellas y alabarle por su inmensa grandeza. Habla de seis dfas para fundamentar la ley del sébado, es decir, el hombre debe trabajar seis dias y el séptimo descansar (sdbado significa descanso). Fijémonos que Dios no se cansa ni deja de obrar (S. In 5, 17). El descanso de Dios es simbolo también del descan- so que aguarda a los bienaventurados en el Cielo (Hb 4, 9-11). En Génesis 1, 14-18, al sol («shemesh» en hebreo) y a la luna se las llama «lumbreras», porque los pueblos vecinos los conside- raban divinidades (el sol era el dios Shamash y también adoraban a la luna). El hagiégrafo nos dice que son simples lumbreras que existen para separar el dia de la noche, sefialar las estaciones del aiio, los meses etc. Son, pues, criaturas de Dios al servicio del hombre, no a la inversa. El texto repite: «y vio Dios que era bueno». El cosmos, salido de las manos de Dios, es bueno y armonioso, y Dios se complace en su obra. Todos los seres existen porque Dios los ama, si no los amara no existirfan (Sab 11,24), y lo que El hace es bueno. Es el hombre, al pecar, quien destruye esta armonia. ADANY EVA, CREADOS A IMAGEN DE DIOS Génesis 1, 26-28: «Dijose Dios: “Hagamos al hombre a nuestra semejanza...» El punto culminante de la creacién lo constituye la creacion del hombre y la mujer; creados a imagen y semejanza de Dios, que es amor (I Jn 4,16) para hacer alianza de amor con ellos (I Jn 1,3-4y 3, 1-3). 29 Evidentemente la semejanza no est en el cuerpo, Dios es espf- ritu, sino en el alma, dotada de inteligencia y voluntad, capaz de conocer y amar a Dios y a los hermanos, y por lo mismo capaz de vivir en libre alianza de amor con Dios y con los hermanos. Lo normal tendria que ser que esta imagen y semejanza creciera y se desarrollara, a medida que se vive la alianza. Por eso el ser huma- no es tanto més feliz cuanto mds ama y se siente amado. El que no ama ni es amado no puede ser feliz. S. Agustin lo expresa dicien- do: «Sefior, nos has hecho para ti, y nuestro corazon esta inquieto mientras no descansa en ti». Dios les muestra su amor en los dones y condiciones en que los crea: no los crea solitarios, sino un matrimonio feliz, en quienes deposita una gran confianza. Los hace colaboradores suyos en la creaci6n y en el dominio del cosmos (Génesis 1, 27-28). Pero para poder realizar este grandioso programa, han de permanecer fieles a la alianza (Eclesiastico 15, 14-18). El capitulo segundo del Génesis, que se atribuye a la fuente Yahvista, se caracteriza entre otras cosas, por el uso frecuente de antropomorfismos, es decir, atribuye a Dios acciones propiamente humanas; como amasar el barro, plantar un jardin, etc. Génesis 2, 7: «Modelé Yahvé Dios al hombre de la arcilla y le inspiré en el rostro aliento de vida, y fue asi el hombre ser animado» Dios, como un artista, modela el cuerpo humano de la tierra («adaméh»). El hagidgrafo hace aqui un juego de palabras: formé al Adan de la «adamah», es decir, «al terrestre de la tierra». Y es interesante observar que en 2, 19, al hablar de la creacidn de los animales, afirma también que los «formé de la tierra» (adamah). El nombre de este primer hombre es, pues, «el terreno», tomado de Ia tierra. Por tanto, Dios form6 el cuerpo del hombre de una materia pre- existente. Esta materia {fue tierra?, o fue un ser vivo fruto de una evoluci6n? Este dato no le interesa al hagidgrafo. Pero fuere como fuere el origen del cuerpo humano, lo que si afirma el autor sagra- do es que a este cuerpo, Dios «le inspiré en el rostro aliento de vida, y fue asi el hombre ser animado»; es decir, Dios crea directa- mente el alma humana, y el ser humano comienza a existir cuando 30 esta alma creada por Dios (no resultado de una evoluci6n) se une al cuerpo. En realidad es asi como venimos a la existencia cada uno de nosotros, Dios se vale de nuestros padres para crear nuestro cuer- po, pero el alma la crea El directamente (Eclesiastés 12, 7). Génesis 2, 18 -24: «Y dijo Yahvé Dios: “No es bueno que el hom- bre esté solo, voy a hacerle una ayuda proporcionada a él”... El hombre exclam6: “esto si que es hueso de mis huesos y carne de mi carne”. Por eso dejaré el hombre a su padre y a su madre y se adheriré a su mujer y vendrdn a ser los dos una sola carne». En un ambiente cultural en el que la mujer era considerada como inferior al hombre, Dios ensefia que ambos son de la misma natu- raleza. Comienza por afirmar que el hombre necesita un tu con quien relacionarse para tener una vida verdaderamente humana (no es bueno que el hombre esté solo). Pero Adan se da cuenta que entre los animales no hay ninguno que pueda ser una compaiiera idé- nea, son de otra naturaleza; en cambio, cuando Dios le presenta a la mujer, sacada de su misma carne, el hombre exclama Ileno de gozo: «esto si que es huesos de mis huesos y carne de mi carne», es ese tu, igual a él, con el que podra vivir una alianza de amor. Dios crea, pues, la primera pareja humana como matrimonio, comunidad de amor, signo y expresi6n de la alianza de Dios con los hombres. Notemos que en este texto aparecen claramente las caracteris- ticas del matrimonio tal como lo funda Dios: unidad, un solo hom- bre y una sola mujer (el hombre se adhiere a su mujer, no a sus mujeres) e indisolubilidad, formardn una sola carne, un solo ser vivo (cf. Mt 19, 3-9). S6lo asf puede ser signo de la vida de dona- ci6n trinitaria y de la alianza de Dios con los hombres, alianza que €s eterna. Posteriormente Jesiis elevard el matrimonio a la categoria de sacramento para los que creen en El, como expresion y simbolo de la alianza de amor de Jestis con su Iglesia (Efesios 5, 25-32). El proyecto que desde toda la eternidad Dios tiene para cada ser humano, es grandioso, que incorporado (recapitulado) en Cris- to, mediante la fe (Efesios 1, 9-11; S. Juan 15, 1-5), participe de la misma vida de Dios-Amor, de la vida intima de Dios Trinidad (In 31 14, 15-20), ya desde ahora. Es lo que han hecho todos los santos (Ef 1, 3-4). Ello supone una decision libremente asumida de vivir, a imitacién de Dios, una vida de entrega amorosa a Dios y a los hermanos (Ef 5, 1-2) DIOS CREA A ADAN Y A EVA, MATRIMONIO FELIZ Felices por su amor reciproco: (Génesis 2, 23). Porque vi- ven en paz consigo mismos, con Dios y con su entorno. Es lo que quiere expresar, con su lenguaje popular, Génesis 1, 29-31; no hay violencia sobre la tierra; todos comen hierba. Puede verse Is 65, 25 y 11, 6-9. Es la armonia y paz de la creacién tal como sale de las manos de Dios, que ser4 plenamente recuperada gracias a Cris- to, al final de los tiempos, y que el hagiégrafo expresa aqui de manera simbélica. Paz y armonia que destruye el hombre rompien- do su alianza con Dios mediante el pecado. Felices, porque tienen una naturaleza integra, por lo mismo equilibrada y feliz. Esta felicidad la expresa el hagidgrafo de for- ma simbélica en la descripcién del parafso (Génesis 2, 8-14). El agua abundante, los frutos abundantes y sabrosos, el Arbol de la ciencia del bien y del mal, el arbol de la vida, las piedras precio- sas, etc. son simbolos de realidades invisibles que ellos vivian. La abundancia de agua aparece en la Biblia muchas veces como simbolo de felicidad (Is 35, 6-7; S. Jn 4, 13-14, etc.) El arbol de la vida es simbolo de Ia inmortalidad (porque «Dios cre6 al hombre incorruptible..., mas por envidia del diablo entré la muerte en el mundo» Sabidurfa, 2, 23-24). Gracias a Cristo esta inmortalidad se recuperaré tras la resurreccién de los muertos (Apo- calipsis 22, 1-5), cuando la muerte serd definitivamente vencida (I Cor 15, 24-26 y 53-57; Jn 5, 28-29) El 4rbol de la ciencia del bien y del mal, es simbolo de la ley de Dios que el hombre debe tener en cuenta para conservar y acre- centar esta felicidad (Génesis 2, 15-17). Si permanece fiel a Ja alianza, tendrd la experiencia del bien, pero si la rompe, adquirira la ciencia experimental del bien perdi- do y del mal que se ha acarreado. Podemos afirmar que este arbol atin esta entre nosotros, es la ley de Dios, base de nuestra alianza 32 con El y expresién de su amor hacia nosotros, gue no nos deja a la deriva, y que nos da la ocasién de mostrarle nuestro amor con nues- tra fidelidad. También nosotros podemos adquirir esta «ciencia» del bien y del mal. En este estado, el hombre y la mujer no sienten ninguna lucha interior entre el bien y el mal, no tienen la concupiscencia e¢ incli- nacién al mal (Génesis 2, 25), Esta aparecera después de pecar (Gé- nesis 3, 7). Pero esta felicidad la tienen Adan y Eva porque viven en amis- tad con Dios, es decir, en estado de gracia (Génesis 3, 8). Ante tanta bondad y generosidad de Dios, légicamente espera de ellos un compromiso de fidelidad amorosa y, como consecuen- cia, una colaboraci6n leal (Génesis 2, 15-17) Adan y Eva debfan cultivar y cuidar todos estos dones para transmitirlos a sus hijos; dependia de ellos, del uso que hicieran de su libertad. Una respuesta de amor solo puede darse desde la libertad. RESPUESTA DE ADAN Y EVA AL DON DE DIOS El capitulo tres del Génesis nos describe la ruptura de la alian- za por parte de Adan y Eva. Este capitulo pertenece también a la tradicidn Yahvista, que, como queda dicho, se caracteriza por el uso de antropomorfismos. Presenta en forma dramatizada, lo que sin duda pasé en su interior. Interviene un personaje nuevo, «la ser- piente», criatura de Dios mds inteligente que ellos, pues es un 4n- gel cafdo, al que el Apocalipsis llama Diablo y Satands (Apoc 12, 9), que envidioso de la felicidad humana, logra que rompan con Dios (Sabiduria 2, 23-24) para, separados de El, arrastrarlos al abismo. Génesis 3, 1: N6tese que no se habla de una serpiente, sino de la serpiente. Eva no se extrafia que hable, pues se trata una criatura racional. No se le Ilama por su nombre para evitar que se le considere un dios, el dios del mal, como creian los pueblos vecinos. Observemos que Satands comienza mintiendo y tergiversando 33 las palabras de Dios: «jos ha mandado Dios que no comdis de los Grboles todos del paraiso?» Como si Dios fuera un enemigo de la libertad del hombre, un dictador. Eva podfa pensar que estaba mal informado, pero lo que satands pretende es entablar conversacién con ella, si le atiende y conversa, él, que es ms inteligente, le en- gafiara. Jestis nos dice que es mentiroso y padre de la mentira (S. Juan 8, 44) Génesis 3, 2-5: La mujer cae en la trampa y dialoga. Comienza rectificando: «no, de todos los drboles podemos comer, es decir, somos libres, menos del drbol del bien y del mal porque nos ha dicho Dios que moriremos». Pero Notese la tactica del diablo: habiendo conse- guido que Eva le atienda, le sugiere la duda acerca de la sinceri- dad de Dios «no, no moriréis; es que Dios sabe...» El que patecia ignorar las cosas, ahora resulta que sabe ms que ella (en apa- riencia tanto como Dios); siembra desconfianza de la sinceridad y amor de Dios. Eva comienza a vacilar. Esto nos puede pasar a todos, no hay que discutir con la tentacién, sino rechazarla en el acto, pues psicolégicamente desorbita las cosas y va adquiriendo cada vez mas fuerza. Génesis 3, 6: «Sabe Dios, le ha dicho la serpiente, que el dia que de él co- mdis se os abrirdn los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal». La desconfianza acaba matando el amor en el co- raz6n de Eva, quien finalmente rompe la alianza. Es lo que queria Satands, celoso de la felicidad de] hombre. Les ha hecho creer que organizando su vida al margen de Dios, decidiendo ellos qué cosa es buena y cual no, segtin su conveniencia e interés, seran mas fe- lices. {Por qué depender de Dios, si ste no os ama, sino que busca su propio interés? {No es esto lo que en el fondo, Hleva al hombre de todos los tiem- pos a prescindir de Dios en su vida? Es la tentacién de siempre, ver a Dios como a un rival de la libertad humana. El enemigo ha logrado asf cegar al hombre y a la mujer, orgullosos de su inteli- gencia, y de esta forma la amistad con Dios ha venido a convertir- se en un «tesoro escondido» (S. Mt 13, 44), que solo e] humilde 34 que cree en el amor y se fia de Dios lo encuentra. Es la primera vez que Satands se transfigura en angel de luz: II Cor. 11,14. Habiendo cafdo Eva, induce a Adan a que también rompa con Dios. El que ha cafdo no puede soportar que otro quede en pie. Pero nétese que el orden maravilloso de toda la creacién esta regido por leyes fijas puestas por su Creador y que, cuando el hom- bre no las respeta, rompe la armonia. E] hombre y la mujer forman parte de este universo, también tiene leyes que rigen su armonia fisica, psiquica y moral, y cuando se violan, se autodesequilibra e incapacita para llegar a realizarse en plenitud. SITUACION DE ADAN Y EVA AL ROMPER CON DIOS Génesis 3, 7: «Abriéronse los ojos de ambos», como les habia dicho la ser- piente, y conocieron no que eran mas inteligentes y poderosos, sino que estaban desnudos... Se produce un cambio grave en su inte- rior; ha despertado Ja concupiscencia. Antes sentian un orden per- fecto, ahora, habiendo apartado su mente y su corazén de Dios, sienten el desequilibrio que se ha producido en su ser. «Y, afirma el P. Balagué®, con aquella ciencia superior que es- peraban no supieron hacer otra cosa que enzarzar unas hojas de hi- guera para cubrir su desnudez y poner mas de manifiesto la tragica ironia de su hazajia... Los que antes querian hacerse como Dios, han venido a menos hasta en su dignidad de hombres. Tal es el fru- to de Ia locura del pecado.» El pecado ha roto la paz consigo mis- mo, con Dios y con los demas. Génesis 3, 8-13: «Oyeron a Yahvé Dios y se escondieron el hombre y su mujer». Hasta ahora habia habido amistad entre Dios y el hombre y su mujer, (estaban en gracia). Dios sigue siendo el amigo fiel que viene a su encuentro, pero ellos ahora sienten miedo de Dios, son conscien- tes de que han roto esta intimidad. Antes Ja presencia de Dios cons- titufa sus delicias, ahora es su espanto. Es el efecto de la santidad 5 Obra citada, pag 105. 35 infinita de Dios en contacto con el pecador. Dios tendria que dejar de ser santo para no causarles dolor. Pero Dios sigue amando y no abandona al hombre y a la mujer a su desgracia, no desiste de su proyecto de amor con ellos, y co- mienza por ayudarles a tomar conciencia de lo que ha pasado: «{D6nde estds?», es decir, por qué te escondes, qué ha pasado, piensa... Adan y Eva acaban reconociendo su pecado, aunque atin no toda su responsabilidad personal: «la mujer que me diste», dice Adan, echando en el fondo la culpa a Dios mismo que se la dio por compajiera, siendo asi que antes la recibié como un don que lo He- né de alegria. «La serpiente me engaiid», dice Eva. Pero este hu- milde reconocimiento de su pecado es suficiente para que Dios se ponga de su parte frente al tentador. Notemos que se ha roto también Ja paz familiar, Ja confianza mutua y la alegria de vivir unidos: «la mujer que me diste». Al perder Ja paz con Dios se pierde Ja paz consigo mismo y con los demas, también la familiar. Génesis 3, 14-15: Entonces «dijo Yahvé Dios a la serpiente: por haber hecho esto, maldita serds entre todos los ganados... te arrastrards sobre tu pecho y comerds el polvo todo el tiempo de tu vida. Pongo perpe- tua enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Este te aplastard la cabeza, y tu le acecharas el calcaiiar». En la Biblia, arrastrarse y lamer el polvo es simbolo de humi- llacién y derrota (Miqueas 7, 16-17; Salmo 72 (71), 9; etc.). Sata- nas quedara definitivamente derrotado y humillado por un Hom- bre, Cristo, y una mujer, Maria, y por todos los que crean en El. Al versiculo 15 se ha llamado el «protoevangelio», el primer anuncio de la buena nueva de la salvacién, es la primera profecia mesidnica: vendra «la mujer», enemiga perpetua de Satands (inmaculada)’ . Evidentemente esta mujer no es Eva, que acababa de hacerse amiga de la serpiente, sino Marfa, cuyo Hijo le aplasta- ra la cabeza, librando asi a la humanidad de su tiranfa. El texto original hebreo no deja la menor duda, al hablar del que aplastaré © Notese que Jestis en la cruz lama a su Madre «mujer», clara alusién a este texto del Génesis (S. Juan 19, 26). Puede verse también Apocalipsis 12. 36 la cabeza a Ja serpiente emplea el pronombre masculino, no el fe- menino. Por tanto es él, el hijo de la mujer, quien te aplastard la cabeza y tu le herirds el calcafiar; alusion a los tormentos de la pasion. Génesis 3, 16-19: Con el pecado, entra en la historia el sufrimiento y la muerte’ . Observemos que es el hombre y la mujer, seducidos por el enemi- go, quien da entrada al sufrimiento y a la muerte. Dios habia que- rido evitarsela, y en su infinita misericordia se pone de su parte para devolverles la inmortalidad y la perfecta felicidad perdida (I Cor 15, 26 y 54-57 y Apoc. 21,3-4). Cristo transformard el mismo sufrimiento y la muerte en me- dio redentor (Colosenses 1, 24; Romanos 8, 18 y 6, 23). La misma creaci6n queda sujeta a la vanidad de la que espera verse liberada (Romanos 8, 19-21) No6tese que aunque el hombre ha roto con Dios, Dios sigue cui- dando de él (Génesis 3, 21). 7 EI Papa Juan Pablo II, en la carta apostélica «Mulieris Dignitatem», pagi- nas 33 y ss. dice: «La descripcién bfblica del libro del Génesis delinea la ver- dad acerca de las consecuencias del pecado del hombre, asf como indica igual- mente la“alteracién” de aquella originaria relacién entre el hombre y la mujer, que corresponde a la dignidad de cada uno de ellos. El hombre, tanto varén como mujer... no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sin- cera de si mismo a los demas... Por tanto cuando leemos las palabras dirigidas ala mujer: “Hacia tu marido ir4 tu apetencia y él te dominaré” descubrimos una ruptura y una constante amenaza precisamente en relacién a esta unidad de los dos, que corresponde a la dignidad de la imagen y de la semejanza de Dios de ambos. Pero esta amenaza es mas grave para la mujer... Este dominio indica la alteracién y la pérdida de la estabilidad de aquella igualdad funda- mental que en la unidad de los dos poscen el hombre y la mujer... Ellos, carga- dos con la pecaminosidad hereditaria, llevan consigo la tendencia a quebrantar aquel orden moral que corresponde a la misma naturaleza racional y a la digni- dad del hombre como persona... La verdad revelada sobre la creacién del hom- bre constituye el principal argumento contra todas las situaciones que, siendo objetivamente injustas, contienen y expresan la herencia del pecado que todos los seres humanos llevan en si. Los libros de la Sagrada Escritura confirman en diversos puntos la existencia efectiva de tales situaciones y proclaman al mis- mo tiempo la necesidad de convertirse, es decir, purificarse del mal y librarse del pecado...». 37 Los versiculos 22-24 muestran, irénicamente, el estado tragi- co que se han acarreado Adan y Eva. Por si mismos nunca podran alcanzar la felicidad ni la inmortalidad. Esta imposibilidad apare- ce simbolizada por el angel que les corta el paso al arbol de la vida. Sélo se puede encontrar en la amistad con Dios, que el hombre por sf mismo no puede recobrar, pero que Dios gratuitamente vuelve a ofrecerles en Jestis (Efesios 2, 8-9). Nadie puede ir al Padre sino por El (S. Juan 14, 6). El amor de Dios es mas grande que la ingratitud humana y ca- pacita nuevamente al hombre y a la mujer para vivir en alianza con EI, prometiéndoles un Redentor (vers. 15). Desde entonces, la his- toria del género humano (también para Adan y Eva) es historia de salvacion. La humanidad quedara dividida entre quienes correspon- den al plan de Dios y viven la alianza, y quienes lo rechazan. Pero esta salvaci6n parte ahora de la experiencia de una naturaleza he- rida (Romanos 7, 21-23), herida fisica, psfquica y moral. Sdlo el amor omnipotente de Dios puede sacar al ser humano de esta frus- tracién (S. Jn 3, 16-17). CONCLUSION Podemos vivir nuevamente en alianza con Dios gracias a Cris- to (II Corintios 5, 17-18). Comenzamos a vivirla con el Bautismo, que nos injerté en El (Romanos 6, 3-5; Galatas 3, 27), pero, como Adan y Eva, es necesario permanecer fieles a su amor (S. Juan 15, 4-5), dejarnos transformar en Cristo, reproduciendo en nosotros su imagen, como hijos en el Hijo (Romanos 8, 29; I S. Juan 2, 6). Cristo es el gran vencedor. Vence con la fuerza del amor y de la verdad (S. Juan 16, 33; Hebreos 9, 26). Y en Cristo, todo auténtico cristiano es también un vencedor (Apocalipsis 12, 11; 2, 10; Ro- manos 8, 31-32 y 35-37). Porque esta es la victoria que vence a mundo, nuestra fe (I S. Juan 5,4), nuestra adhesi6n a Cristo. * En Cristo quedamos libres del pecado y podemos vivir plenamente la alian- za con Dios (Efesios 1,5-8). Cristo es el nuevo Adan (Romanos 5, 12-14; I Corintios 15, 21-22). 38 CAIN Y ABEL Leyendo atentamente los textos del Génesis que nos hablan de Cain y Abel, podemos darnos cuenta que no son hijos de Adan y Eva de la primera generacién, sino descendientes. Cain es labra- dor, sin embargo la agricultura aparece en Palestina entre los afios 12.000 y 7.000 antes de Cristo. Cain dice que cualquiera que le en- cuentre le mataré {Quién, si solo existia Addn y Eva? Al nacer su primer hijo Cain edifica «una ciudad», supongamos un modesto poblado, pero supone pobladores. Sin duda entre Adan y Eva, y Cain y Abel pasaron siglos, quizds milenios. Son descendientes, hijos en sentido biblico, tal como Jestis es «hijo» de David (S. Marcos, 10, 47). Génesis 4, 1-5: Cain y Abel ofrecen sacrificios a Dios, quiz4s como primicias 0, al terminar el afio, en accién de gracias. Pero las disposiciones internas de cada uno son distintas. Seguin la tradicién hebrea Cain ofrecia productos de mala cali- dad, mientras que Abel ofrecfa lo mejor. Abel es hombre de fe (He- breos 11, 4), es decir vivia «como viendo al invisible» (como se dice de Moisés en Hebreos 11, 27). Y Dios acoge siempre esta oracién (Proverbios 15, 8 y 29). No se dice de qué manera Dios manifesté su complacencia por el sacrificio de Abel y su desagrado por el de Cain. Pero Cain se encoleriza al verse reprobado; siente envidia de Abel (ver: I Jn. 3, 12) y «andaba cabizbajo» pensando vengarse. Génesis 4, 6-7: Dios habla a Cain mediante su conciencia. Le advierte que aun- que el pecado le acecha, puede y debe dominarlo. La libertad hu- mana no ha quedado disminuida. Estos vers{culos indican clara- 39 mente que si Cain obra el mal, el demonio se convertird en su due- fio, pero él puede dominarlo obrando el bien, (comparese: I Pe. 5, 8-9). Nunca somos tentados més all4 de nuestras fuerzas: I Cor. 10, 13. Se entabla, pues, una tremenda lucha en el interior de Cain, pero él es libre de consentir 0 no. Génesis 4, 8: Cain sucumbe. Impulsado por el demonio mata a Abel. Es po- sible que hubiera una discusi6n entre ellos, en la que Cain se fue excitando y acabé matando a su hermano. Con este crimen la hu- manidad da un paso mas en su alejamiento de Dios, se introduce el primer crimen de la historia. Génesis 4, 9-12: Dios tampoco deja de amar a Cain; quiere ayudarle a entrar den- tro de si y a arrepentirse. Pero nétese la respuesta Ilena soberbia de Cain: «{ Soy acaso el guardian de mi hermano?>». Si la compara- mos con fa de Adan y Eva, Ia respuesta de Cain es insofente, mien- tras que Addn y Eva contestaron avergonzados de su pecado. El alejamiento de Dios va en aumento y, por lo mismo, también el mal y el sufrimiento humano. Es lo que expresan los versiculos 11 y 12, la tierra que recibié la sangre de Abel se vuelve estéril. Yahvé habia maldecido a la serpiente, ahora maldice a Cain, ins- trumento también del diablo. A causa de esta maldicién la «adamah», tierra cultivable, llega a ser estéril; se agrava la maldi- ci6n de Gén. 3, 17. Génesis 4, 13-15: Cain se resiste a reconocer su pecado, y cuando lo hace no se arrepiente y pide perd6n, sino que se desespera. No cree en el amor de Dios; que Dios le ame hasta el punto de perdonarle se- mejante pecado. Como consecuencia, Cain llevaré una vida erran- te, extranjero en todas partes, en busca del sustento y con el te- mor de que el que le encuentre le mate, (sefial de que habia més habitantes). A pesar de todo, Dios sigue protegiéndole; le pone una sefial para que nadie le mate. La vida es sagrada y la sangre derramada no debe vengarse con otro derramamiento de sangre. No se dice 40 en qué consistié esta sefial, tal vez se trate de su mismo aspecto ffsico, que causaba horror a quienes Jo veian. Génesis 4, 16: «Cain, alejdndose de la presencia de Yahvé, habit la regién de Nod, al oriente de Edén». A) alejarse de Yahvé, el hombre se va alejando cada vez més de la felicidad, del «Edén». DESCENDENCIA DE CAIN Génesis 4, 17: Cain edifica una ciudad y Je pone el nombre de su hijo. Como ya se coment6, un poblado supone pobladores. esto indica que ha- bian pasado muchas generaciones desde Adan y Eva. Génesis 4, 18-22: Entre los descendientes de Cain se hacen inventos? ; hay un pro- greso cultural en sentido material, una cultura que progresa aleja- da de Dios. El mal avanza en sus dos formas de sensualidad y vio- lencia. Lamec da un paso ms en este alejamiento e introduce la poligamia. Avanza Ja corrupcién moral. Génesis 4, 23-24: El canto de Lamec indica su ferocidad y su capacidad de odiar. Es un hombre violento y cruel; por una simple herida esta dispues- to a matar sin piedad. Se siente fuerte, gracias a las armar inventa- das por los suyos. Hay un progreso en el alejamiento de Dios; Cain maté por mo- tivos religiosos, Lamec, por estar ligeramente herido por alguien. Cain reconoce su pecado y desespera, Lamec se Ilena de orgullo por su crimen. Del pecado de Cain aprendemos: a) Que la vida es sagrada. ° El bronce aparece en Palestina hacia el 2.500 antes de Cristo y el hierro hacia el 1.200 antes de Cristo. 41 b) Que la voz de la conciencia es voz de Dios. c) Que no hay que vengar la sangre derramada, derramando sangre. DESCENDIENTES DE SET Génesis 4, 25-26: Adan tiene otro descendiente en lugar de Abel: Set, que sera el padre de los que invocan el nombre de Yahvé. Es un hombre bue- no, como se ve por el capitulo siguiente. Tiene un hijo, Ends, que organiza de alguna manera el culto de Yahvé, el Dios tinico perso- nal. Set y sus descendientes constituyen «el resto» fiel, que apare- ce tantas veces en la Biblia, que permitir4 al hombre encontrarse nuevamente con Dios. El capitulo 5 del Génesis habla de los descendientes de Set que, segtin el versiculo 3, refleja de un modo especial la imagen y se- mejanza de Dios. Entre éstos destaca Enoc, (versiculos 19-24) hom- bre justo, que se distingue por su fe (ver Hebreos 11, 5), camina constantemente en Ja presencia de Dios; agrada a Dios y Dios se lo lleva con una muerte dulce. Respecto a los afios que vive Adan y los demas personajes de este capitulo, cabe aclarar que estas cifras no hay que tomarlas al pie de la letra. Lo que pretende el hagiégrafo es simplemente indi- car que una generacién entronca con otra y no hay lugar para seres mitolégicos y semidioses, como crefan los pueblos vecinos de Is- rael. Se forman dos grupos humanos: los descendientes de Cain, cada vez mas alejados de Dios, y los descendientes de Set, que se es- fuerzan por vivir fieles a El. 42 NOE Génesis 6, 1-4: Los hijos de Dios, descendientes de Set, traicionados por su con- cupiscencia, eligen esposas entre las hijas de los hombres, cainitas «porque las vieron hermosas». ;,Acaso no habria mujeres hermo- sas entre las hijas de Dios? Recordemos que los descendientes de Cain habjan inventado los instrumentos musicales (4, 21). Estas mujeres apartan de Dios el corazén de sus esposos y de sus hijos. Aparecen los «gigantes», hombres violentos que cultivan la fuerza bruta, (comparese Baruc 3, 26) y se entregan a todos los vicios. Génesis 6, 5-8: Pero Dios no es un ser lejano e indiferente a lo que ocurre al hombre. El autor sagrado lo explica con su lenguaje antropomér- foco: «viendo Yahvé cudnto habia crecido la maldad, se arrepintié de haber hecho al hombre, doliéndose grandemente en su cora- z6n». La maldad ha crecido tanto que obliga a Dios a intervenir para evitar la autodestruccién humana. Pero Noé «halld gracia a los ojos de Dios»; él y su familia constituyen el «resto» fiel que se salva. El efecto que produce la santidad de Dios en el justo es proteccién, misericordia, clemencia, favor. El pecador experimenta todo lo contrario. Los versiculos 9-12 recalcan las cualidades de Noé'” que atraen la protecci6n divina: es un «varén justo y perfecto entre sus con- tempordneos, que siempre anduvo con Dios», lo que indica que eraun hombre de fe y de oracién. Santidad de Noé sumamente me- ritoria en aquel ambiente completamente contrario. "© Nog es palabra hebrea que significa consolador. 43 DIOS PROTEGE A NOE Génesis 6, 13-14 y 17-18: Noé es objeto de una providencia especialfsima de parte de Dios. Sabe escuchar a Dios y Dios puede comunicarse con é1 como con un amigo, darle a conocer sus planes y decirle que construya un arca. Dios hacer alianza con Noé. Noé obedece a Dios € «hizo todo comoYahvé se lo mand6», vers 22. Dios espera siempre la cooperacién humana y el justo habitual- mente coopera, aunque ciertamente no le fue facil. Sin duda sus contempordneos se burlarian de él; pero Noé vive de fe y «por la fe, advertido por Dios de lo que atin no veia, con religioso temor cons- truyé un arca para salvar a su familia; por la fe, condené al mun- doy llegé aser heredero de la justicia segun la fe» (Hebreos 11,7). Con su fidelidad se convirtid en predicador de Dios para sus con- tempordneos (IIS. Pedro 2, 5), que sin embargo no le hicieron caso (S. Mateo 24, 37-39). Génesis 7, 1-5: Dios indica a Noé el momento de entrar en el arca. Seguramen- te habria sefiales externas como nubes amenazadoras, etc. DURACION DEL DILUVIO Génesis 7, 10-12, cuarenta dias de Iluvia. Génesis 7, 24 y 8, 1-3, las aguas permanecen altas durante 150 dias. Génesis 8, 6-7, Noé espera cuarenta dias que bajen las aguas, y suelta un cuervo. Gésesis 8, 8-11, siete dias después suelta una paloma, que vuelve por no tener donde posarse, y, pasados otros siete dfas, suelta de nuevo la paloma que vuelve con una rama de olivo. Génesis 8, 12, pasados otros siete dias suelta de nuevo la paloma, que ya no vuelve. 44 Las cifras no hay por qué tomarlas al pie de la letra; sencilla- mente indican que la catastrofe fue tal que acabé con toda vida en aquella region. No hay necesidad de sostener que el diluvio fue uni- versal en sentido geogrdfico. Para ellos aquella regidn era lo que conocfan del universo. De esta forma, Noé aparece como padre de una nueva humanidad. Los hallazgos arqueoldgicos han encontrado huellas de este ca- taclismo. En 1929, un arqueélogo inglés, Sir Leonard Wooley, excavando cerca de Ja ciudad de Ur, en Mesopotamia, patria del patriarca Abraham, encontré un estrato de 4 metros de fango que separaba los restos de una ciudad sumeria de otra, de una civiliza- cién mucho més antigua, que desaparece totalmente. Es un estrato de fango de tales dimensiones que supone la existencia de una masa de agua de 8 0 9 metros de altura. La excepcional inundaci6n es histéricamente ubicable entre los afios 7000 y 2600 antes de Cris- to. La civilizacién desaparecida era una civilizacién floreciente, en Ja que se rendia culto a Istar, diosa de la fecundidad, se practicaba la prostituci6n sagrada, el rey se le divinizaba y se cometia toda clase de violencias. Hay una interrupci6n total entre esta civiliza- cién que desaparece y la nueva que comienza. NOE, PADRE DE UNA NUEVA HUMANIDAD Génesis 8, 15-22: Noé y los suyos, han podido experimentar la fidelidad del amor de Dios y le dan gracias. Por su parte Dios acoge la fidelidad de Noé y le bendice. Se benefician de esta bendicin incluso los ani- males y la misma tierra: Génesis 9, 1. Génesis 9, 9-13 y 17: Dios hace nuevamente alianza con Noé, dandole como sefial de ésta el arco iris. Asi, el arco iris adquiere un nuevo significado para Noé y los suyos. Por su parte Noé se compromete a colaborar con Dios y respetar la vida de los hombres como cosa sagrada: Géne- sis 9, 1-6. Nétese que Dios prohibe comer Ia carne de los animales con la sangre para inculcar el respeto sagrado por la vida. Identificaban 45 vida y sangre; comer sangre era equivalente a apropiarse de la vida, que pertenece tinicamente a Dios, que es su creador. Posteriormente la ley de Moisés lo expresara abiertamente (Levitico 17, 11-14). Con Jestis queda abolida esta ley, pues «nada de fuera del hombre que entra en él puede contaminarle, lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre... declarando puros todos los alimen- tos» (S. Marcos 7, 15-21). Pero el mandato del respeto a toda vida, sigue vigente. Noé aparece como figura de Cristo, padre de una humanidad regenerada (cf. Eclesidstico 44, 17-19). El diluvio, figura del bau- tismo (I S. Pedro 3, 20-21) y el arca, donde se salvan las personas que han de formar la nueva humanidad, figura de la Iglesia. En la historia de Noé tenemos las grandes lineas de la historia de la humanidad a la luz de Dios: a) Dios aguarda pacientemente la conversion de los pecadores (IS. Pedro 3, 8-9). b) Pero esta paciencia divina tiene un limite. c) El justo debe servir de ejemplo y llamar a penitencia a los pecadores, pues Dios no quiere la muerte del pecador (Eze- quiel 18, 31-32). d) El justo es objeto de una providencia especialisima de parte de Dios. e) A lo largo de la historia hay alternativas en el predominio del bien y del mal. f) Finalmente Dios triunfard, realizando sus planes de bondad, a pesar de la maldad humana. Todo esto aparece ampliamente desarrollado en el Apocalipsis. 46 ABRAHAM, MODELO DE FE Con Abraham entramos de Ileno en la historia, pues los 11 pri- meros capitulos del Génesis, como queda dicho, son prehistoria. Abraham hay que situarlo alrededor del siglo XVIII a.C. Datos arqueoldégicos nos permiten conocer el ambiente en que vivid. Notese que Dios entra en la historia de la humanidad, por de- cirlo asf, de manera especial a partir de Abraham. Lo elige para ser padre del pueblo que serd depositario de la Palabra de Dios y pre- parard el camino al Mesias, que finalmente nacera de é1. Todo lo que sigue de la Biblia se refiere a esta historia de salvacién. Tomamos el relato biblico en su conjunto, tal cual lo debemos al ultimo redactor del Génesis. Ciertamente, como toda la Palabra de Dios, contiene un mensaje de actualidad perenne, y cada época, como cada individuo, han de captar este mensaje y convertirlo en norma de vida. Lo que tratamos de hacer en esta leccién, es preci- samente captar este mensaje. Hacemos notar también que se han omitido algunos episodios que nos han parecido menos importantes, para presentar aAbraham como modelo de fe, que es el punto de vista que interesa particu- larmente. Si quien da la lecci6n quiere suplir esta pequefia laguna, no hay inconveniente en que lo haga por su cuenta, siempre que, claro est, no se pierda de vista la idea central de la ensefianza, que es precisamente una intensa vida de fe Toda santidad exige fe y obediencia a toda manifestacién de la voluntad divina y de tal fe y obediencia, hasta el herofsmo, es modelo Abraham. Fe, en sentido biblico"!, y obediencia coexisten siempre; lo contrario es amet@e1o que es tanto incredulidad como desobediencia. La humanidad caida no puede salvarse sino por la fe en Cristo, fe que exige humildad, sumisién, entrega. "| Fe, en la Biblia es la adhesi6n a Dios, a Cristo, no la simple aceptacién intelectual. 47 I. VOCACION DE ABRAHAM La humanidad ha caido y se ha hecho idélatra. Dios escoge a Abraham: de él saldré el pueblo de Dios: Génesis 11, 26-28 y 31: Ascendientes de Abraham. Génesis 12, 1-5: Ya habia salido de Ur (Génesis 15, 7). Es légico que ante todo Dios exija aAbraham fe y fe viva. Separacidn de un ambiente id6- latra, de la tribu, del clan. N6tese que Abraham hace aqui un primer acto de fe, de la larga serie de actos de esta virtud que le Ilevaran a la santidad. Pero sin duda alguna, éste se inserta en todo un conjunto de actos de fe hechos anteriormente, durante el curso de una vida en apariencia ordinaria, sencilla, sin trascendencia hasta este momento decisivo. Si Abraham no hubiese estado acostumbrado a obrar de acuer- do con la fe, en circunstancias tan diffciles probablemente no hu- biera seguido Ja voz de Dios. Pero estaba habituado a ello y por lo mismo, no vacila ahora en salir de su tierra a una edad avanzada. Cree a ojos cerrados en la promesa divina, y no alega lo que po- dria haber alegado para quedarse: su edad, el estar con los suyos, la dificultad de ir a lo desconocido, etc. El don de la fe se ha de conquistar. La condicién para la verdadera grandeza moral esta en la re- nuncia completa por amor al ideal, por amor a la vocaci6n, cosa imposible sin un vivo espiritu de fe. Asimismo la fidelidad cons- tante a Ja vocacién no es posible sin tal espiritu de fe mantenido siempre vivo. Génesis 12, 4-5: Abraham obedece. Si no lo hubiera hecho, habria permanecido en la vulgaridad y hoy dia ni siquiera conoceriamos su nombre, y Dios habria escogido a otro. £En qué consiste propiamente la vocacién de Abraham?: Génesis 12, 2-3; 18, 18-19; 22, 17-18: Ha de ser padre de la naci6n de la cual ha de salir el Redentor. Asi Abraham entronca directamente con el Protoevangelio (Géne- 48 sis 3, 15) Pero, la realizacién de esta vocacién dependfa de la fe y obediencia de Abraham, en otras palabras, de su correspondencia a la gracia. Hay que distinguir entre vocacion y realizacién de la misma. N6tese el profundo espiritu de religién de Abraham, manifes- taci6n de su fe: Génesis 12, 8; 13, 4 y 18; 21, 33: Laoracién es indispensable para realizar la vocacion y Abraham es un hombre que vive en constante contacto y didlogo con el Dios vivo, por lo cual también en ocasiones Dios le manifiesta sus se- cretos: Génesis 18, 17-21: Y nétese en este mismo episodio con qué familiaridad intima, a la par que respetuosa, Abraham intercede: versiculos 23-32, y cémo Dios le responde. Abraham es el amigo de Dios hasta el punto que Yahvé mismo se llama el «Dios de Abraham» en sefial de es- pecial amor: Exodo 3, 15. Sin embargo, esta vocacién divina e intimidad con Dios, no suponen en Abraham una fe perfecta desde un principio. La misma vocacién es un don que es preciso seguir conquistando. Dios exige siempre esfuerzo y correspondencia. Es ésta una gran lec- cién para nosotros. Nadie nace santo, sino que incesantemente hemios de crecer en fe viva, en conocimiento y amor de Dios, en fidelidad a su voluntad, en todas las virtudes. II. FALLOS EN LA FE DE ABRAHAM 1) Génesis 12, 10-20: Abraham, por miedo, disimula la verdad, en vez de confiar en- teramente en la proteccién divina, de la cual, después de la prome- sa de Dios, podia estar muy seguro. Ademés la falta se repite: Génesis 20, 1-2". "? Seguin algunos criticos se trata simplemente de un «doble» pero no se ve por qué. Las faltas suelen repetirse 49 Hay ciertamente correlacién entre fe y confianza, y este disi- mulo de Abraham, que expone de esta manera a Sara al adulterio, denota claramente que, en estas circunstancias concretas, predo- minaban en él factores naturales y humanos sobre la actitud ente- ramente sobrenatural de la fe. El caso de Abraham y de estas deficiencias y caidas que deno- tan poca fe, han de servirnos de estimulo para el esfuerzo constan- te por crecer en fe y esperanza y en todas las virtudes. El Santo no nace santo, sino que se hace santo; Dios exige constante fidelidad y esfuerzo. La misma ensefianza se desprende de los textos que siguen. 2) Génesis 15, 1-6: Hay una ligera duda y desconfianza en la pre- gunta: «{ Qué me has de dar? No tengo hijos...» Respecto de Eliezer: es probable que Abraham lo hubiese adop- tado por hijo. Seguin la legislacién vigente en esos pueblos esto era frecuente, pero al nacer un hijo natural, el adoptado perdia automaticamente sus derechos. 3) Génesis 16, 1-3 y 15: Aqui hay falta de fe en la actitud de Sara, al dar —precipitadamente— en matrimonio a Abraham su esclava Agar. Se trata de su propia esclava, exclusivamente de ella e inde- pendiente del marido. Es posible que la esclava Agar, egipcia, la hubiese recibido Sara entre los regalos del faraén. El dar tal escla- va en matrimonio a Abraham, era cosa perfectamente legitima se- gtin las costumbres de la época, y los hijos de la esclava, en tales casos, pasaban por ser hijos de la sefiora. Sin duda, Dios podria haberse valido de este medio para cum- plir su promesa, pero lo importante, antes de emplear dicho me- dio, tratandose como se trataba de algo que solamente dependia de Dios, era cerciorarse acerca de la voluntad divina, acudir a Dios en la oraci6n para ver si El aprobaba o no el empleo de este medio. A Sara, y quizas también aAbraham, en este caso les falté paciencia, aguante, para soportar las lentitudes de Dios, espiritu sobrenatural para acudir ante todo a la oracién, etc. Como consecuencia de esta precipitacién, de hecho, se pertur- bé la paz familiar: hubo celos, disgustos, trato dspero de Agar, y finalmente su expulsién del hogar: Génesis 16, 1-9; 21, 8-14. Todo 50 esto se habria evitado sabiendo esperar pacientemente la interven- cién del Sefior. 4) Génesis 17, 1-8 y 15-18 (...Ojald Ismael viva delante de ti...) Génesis 18: 10-15 (Risa de Sara...) Aqui hay al menos un primer momento de duda e incredulidad. Nétese el preciso momento que escoge Dios para cumplir su promesa e intervenir: Génesis 21, 1-5, cuando ya no queda ningu- na esperanza humana. Asi suele proceder el Sefior para ser El mas glorificado y para que resplandezca mas la omnipotencia divina, pero también para hacernos crecer en fe. Nuestra esperanza debe apoyarse en Dios solo, no en calculos de probabilidades humanas, ni en méritos propios. En estas circunstancias, sin embargo, la duda y vacilacién de Abraham y Sara son tan slo momentdneas, como se desprende de Hebreos 11, 11-12 y Romanos 4, 17-21. Seguin estos textos, fue precisamente la fe la que dio a Sara la capacidad de concebir y dar a luz. Por lo demas, estas reacciones de incredulidad y duda son muy humanas. Dios suele dar a las almas momentos de una fe lumino- sa, en contacto fntimo con él, pero a estos momentos luminosos suelen suceder periodos de oscuridad y es entonces cuando la fe se ve puesta a dura prueba, y a menudo fallamos. II. LA FE DE ABRAHAM SE VA PERFECCIONANDO Y POR FIN LLEGA AL GRADO MAXIMO Notese que para llegar a esta cumbre, Dios hace multiplicar a Abraham los actos de fe y le hace superar pruebas y sufrimientos. Génesis 15, 5-6: «Y sacdndole fuera le dijo: Mira al cielo, y cuen- ta, si puedes, las estrellas; asi de numerosa sera tu descendencia. Y creyé Abraham a Yahvé y le fue reputado por justicia.» En lenguaje biblico, justicia significa santidad: la fe deAbraham, en la medida que va creciendo, le santifica. Al hacer Abraham este acto de fe en la promesa de Dios omnipotente, crecié en santidad, Sl dio un gran paso adelante, aunque todavia faltaba mucho para lIle- gar a la cumbre. Génesis 22, 1-8 (Sacrificio de Isaac) Nétese que el fruto de la fe de Abraham es un amor tan grande a Dios que no vacila en inmolar al hijo de la promesa, «a tu unigé- nito a quien amas», o sea, lo mas amado que tenia. Y su fe es tan grande ahora, que no duda que Dios le puede devolver a su hijo, resucitandolo de entre los muertos: Hebreos 11, 17-19. Con este acto heroico, Abraham llega a la cumbre de la santi- dad y Dios le confirma Ia promesa de que de él descendera el Mesias. Comparese: Galatas 3, 16'°. La gran ensefianza que se desprende de este episodio es ésta: cada uno de nosotros tenemos algo entrafiablemente amado y que por nada quisiéramos perder. Pero bien puede suceder que en un momento dado, Dios, en sus designios inescrutables, y para hacer- nos subir mas alto en la vida espiritual, nos exija el sacrificio pre- cisamente de esto, como de un «hijo tinico y muy amado». Sola- mente un alma que vive de fe sabra superar tal prueba y llegar, a través de ella, a la mds intima unién con Dios, bien sumo. IV. OTROS PASAJES BIBLICOS RELATIVOS A ABRAHAM Exodo 3, 6 y 15 (Dios de Abraham) Abraham es padre de todos los creyentes: Galatas 3, 6-9 y 29 (en la medida de nuestra fe). Nos ensefia que la fe viva tiene obras dignas de ella: Santiago 2, 21-24. Sentido tipico de la historia de Sara y Agar: Galatas 4, 22-31. La conclusién se impone: lo que importa en nuestra vida, es la fe que obra animada de la caridad. Galatas 5, 6. ® Abraham vié el dfa de Cristo y se alegré (S. Juan 8, 56). 52 LOT, UNA MALA ELECCION 1. LOS BUENOS COMIENZOS Génesis 12, 4-5: Podemos suponer que Lot, a la muerte de su padre, fue educa- do por Abraham. Comparese Génesis 11, 27-28. Lot en compafifa de Abraham vivia en un ambiente de fe, su- mamente favorable para la santidad. Es el Gnico que acompafia a Abraham al salir de su tierra, lo que indica en é1 un vivo espiritu de fe, ya que por Dios lo abandona todo. Sus comienzos son tan bue- nos y santos como Jos de Abraham y por tanto, Lot podria haber alcanzado un alto grado de santidad. También acompaiia a Abraham en su viaje a Egipto. Génesis 13, 1: Hasta aqui, en apariencia, todo va bien, pero en Lot hay rutina. Tenfa el don de la fe, pero no lo cultiv6, no trabajé con él, por eso no lo guardé en toda su pureza. Il. ABANDONA LA BUENA COMPANIA a) La causa: Génesis 13, 5-7. Seguramente los pastores de Lot y Abraham no discutirfan una sola vez, sino muchas. Lot debiera haber impedido las contiendas entre sus pastores y los de su tio; pero alo que parece, no daba a esto ninguna importancia. Le falt6 caridad y elevacion de espiritu. Por lo visto, no daba importancia a corregir sus defectos y éstos fueron creciendo. Y a medida que un defecto crece, nos va esclavizando. «El que comete pecado, es esclavo del pecado» (S. Juan 8, 34). Esta esclavitud puede comenzar con cosas al parecer insignifi- cantes, pero que se dejan crecer. De ahf la importancia de la «mor- 53 tificacién», de salir del propio yo. El cristiano es llamado a la li- bertad, para lo cual es preciso mortificarse. b) El defecto dominante de Lot: Génesis 13, 8-12. Nétese que quiere lo mejor para si, o sea, es profundamente egoista. Pero al ceder a su egoismo, poco a poco ira labrando su propio fracaso moral y el de los suyos. Ceder a una tentacién es siempre, en un primer momento, cosa «agradable», relaja la tensidn. Pero después, este haber cedido, deja debilitada la voluntad, predispuesta para nuevas caidas y asi el alma se va esclavizando. I. LA MALA ELECCION Génesis 13, 12-13: Lot elige segtin las apariencias. No examina si le conviene 0 no tal eleccién. Se precipita en su modo de obrar; no pide consejo, ni se toma tiempo para reflexionar. La Palabra de Dios, sin embargo, nos dice que sin consejo no emprendamos nada (Eclesidstico 32, 19". Comparese también: Proverbios 12, 15: «el que obedece el consejo es sabio»). Tampoco toma en cuenta el ambiente de pecado, porque proba- blemente, confiado en si mismo, creia que facilmente resistiria a su influencia. Véase qué ambiente: Génesis 13, 13. También se cometfan en Sodoma toda clase de injusticias so- ciales: Ezequiel 16, 49-50, ademas de los pecados de impureza: Judas, 7. Hay en esta eleccién de Lot falta de fe y de espiritu sobrenatu- ral. Al ver el ambiente por qué no se retira? Se olvida de la verdad expresada en Proverbios 13, 20 y 14, 16: «Ve con los sabios, y te hards sabio; al que a necios se allega le alcanzaré la desdicha.» " En Nacar Colunga, versiculo 23. 54 Pero a Lot le importan ms los intereses materiales que el bien de su alma y el bien espiritual de los suyos: el egofsmo le ha mate- tializado y Ilevado a una verdadera inversi6n de valores; para Lot, lo primero es lo material. Un valor se mide objetivamente, por su magnitud, extensidn a otros valores y duracién, y por lo mismo, los valores morales son muy superiores a los materiales y estos Ultimos deben subordinarse y servir a los primeros. Todo esto de- nota que Lot no se decide a la luz de la fe. IV. UNA PRIMERA ADVERTENCIA QUE DA DIOS A LOT Génesis 14, 1-12: Lot se ve envuelto en una guerra desgraciada y sufre las conse- cuencias. No olvidemos que Dios nos habla por medio de las cir- cunstancias y acontecimientos. No6tese que «gracias a una serie de documentos extrabiblicos que, identificando individual o nacionalmente, nombres de perso- nas y regiones del relato biblico, podemos situar este acontecimiento hist6rico entre los siglos XIX-XVII a. C».!5 V. MISERICORDIA DE DIOS CON LOT A CAUSA DE ABRAHAM Génesis 14, 13-16: Aunque en esta ocasi6n la Escritura no lo dice, es evidente que Dios da a Abraham la victoria y le concede salvar a Lot, por ser Abraham un santo y amigo de Dios. Notense el contraste: en Abraham hay un desinterés total: Gé- nesis 14, 21-24. De Lot no se dice ni siquiera que diera las gracias a Abraham. Asi son los egoistas y soberbios, creen que todo les es debido, que todo el mundo debe servirles. Tampoco habla la Sagrada Escritura de una intimidad especial de Lot con Dios, como la vimos en Abraham en la lecci6n anterior. 's La Sagrada Escritura, Texto y Comentario, Antiguo Testamento, I Pen- tateuco por Profesores de la Compafifa de Jestis, B.A.C., pag. 134. 55 Lot no ora. Por toda la historia de Lot, vemos que éste se quedé con una fe infantil y rutinaria, que no influfa en su vida. Ademads un alma muy egoista nunca podra ser sélidamente piadosa, porque siempre, atin en la piedad, se busca a sf misma. VI. INFLUENCIA DEL AMBIENTE: DE MAL EN PEOR Génesis 18, 20-22 y 19, 1-9: No6tese que Lot parece haber perdido las nociones mds elemen- tales de moral: la castidad de sus hijas, nada significa ya para él. Génesis 19, 10-14: Los yernos, encenagados también en el vicio, no creen en el castigo (es lo propio de los grandes pecadores). Génesis 19, 15-26: Nétese que Lot, que habja tenido bastante fe para abandonar su tierra en compaiifa de Abraham, ahora, por influencia del ambien- te corrompido, al perder el sentido moral, también ha perdido la fe viva y operante y duda de la promesa de Dios y pone dificultades. Seguramente por estar apegado a sus bienes y al lugar mismo tan hermoso, «como jardin de Yahvé» (Génesis 13, 10). Notese el versiculo 26: la actitud del jefe del hogar se refleja en los suyos’y asf la mujer de Lot, por falta igualmente de fe viva y, en consecuencia, por apego a los bienes que deja en Sodoma, mira atras, desobedeciendo y queda convertida en estatua de sal. Sabiduria 10, 7, la llama «alma incrédula» y segin Lucas 17, 31-32 parece ser que la mujer de Lot no simplemente miré atras, sino que quiso regresar para recoger alguna cosa. La falta de fe le costé la vida... Génesis 19, 30-38: Las hijas de Lot, completamente desmoralizadas, cometen gra- visimo pecado, probablemente sin darse cuenta exacta de todo su alcance. {Qué sentido moral podia comunicar tal padre a sus hijas? Si la Escritura, como en este caso, nos habla de un hecho es- candaloso, es por las grandisimas ensefianzas que de él se despren- 56 den. No olvidemos que todo cuanto se ha escrito, se ha escrito para nuestra ensefianza (Romanos 15, 4). Aqui, la gran ensefianza mo- ral es que nunca hemos de exponernos a nosotros mismos ni a los nuestros, a un ambiente de corrupcién, sino que hemos de huir de su influencia y de las malas compaiifas. No digamos que «somos personas formadas» y que el ambiente no influye en nosotros, ya que semejante ambiente produce ciertamente, como se palpa en este caso, un enfriamiento en la fe, insensiblemente y poco a poco hace bajar el nivel moral y nos va predisponiendo para faltas cada vez més graves, de las cuales, quiz4s por haber ido perdiendo el senti- do moral, digamos que «no tienen nada de particular». La subcons- ciencia fatalmente lo registra todo. Nétese que si Lot se libra de la destrucci6n y muerte, es gracias a la intercesién y santidad de Abraham: Génesis 19, 27-29. Sin embargo, nada se nos dice acerca de una sincera conver- sién de Lot. El ambiente habja apagado en él y en los suyos toda aspiracién a una mayor elevacién moral: jqué fin tan lamentable de tan buenos comienzos! Nota: San Pedro llama justo a Lot, sin duda en comparacién con el resto de los habitantes de Sodoma: II San Pedro 2, 6-9. La historia de Lot ademas, nos manifiesta la irradiacién -en bien o mal- de nuestra conducta: a) Lo ms probable es que los siervos y pastores de Lot pere- cieran en la catastrofe. Recordemos que los reyes victorio- sos se habjan Ilevado a Lot y su hacienda (Génesis 14, 12- 15) de lo cual se desprende que los siervos de Lot estaban en las cercanias de Sodoma. b) Y sino se salvaron fue por haber seguido a los sodomitas en su pecado, ya que siendo justos, no habrian perecido: diez jus- tos habrian salvado a Sodoma de la ruina (Génesis 18, 23-32) c) Las hijas de Lot dan origen a dos pueblos enemigos perpe- tuos de Ja raza de Abraham: se abre, pues, un abismo entre Lot y Abraham, y esto para siempre. Por su parte, Lot inutiliza practicamente los dones que Dios le habia dado para servirle. 57 SAQUEMOS LAS CONCLUSIONES: a) Huir de un ambiente corruptor. b) Combatir enérgicamente el defecto dominante a fin de que no nos haga esclavos del pecado. c) No clegir ni decidir nada precipitadamente sin pedir conse- jo, porque «Hay caminos que parecen derechos al hombre, pero su fin son caminos de muerte». (Proverbios 14, 12) 58 HISTORIA DE UNA FAMILIA I. MATRIMONIO DEL HEREDERO DE LA PROMESA ELECCION DE LA ESPOSA A LA LUZ DE LA FE: Géne- sis, 24. Génesis 24, 1-4: Notese que si Abraham escoge y determina la esposa de su hijo, es ante todo a la luz de la fe; una cananea podria introducir el politeismo en la familia, cosa que habia que evitar a toda costa. El heredero de la promesa y sus descendientes debfa adorar sélo a Yahvé. Hay en esto una gran leccién para los cristianos: la unién ma- trimonial debiera siempre prepararse y realizarse a la luz de la fe, para asegurar a los hijos el verdadero conocimiento y amor de Dios. La expresién «pon tu mano bajo mi muslo» es un eufemismo para indicar los 6rganos que han de transmitir la vida, que se con- sideran sagrados precisamente por estar destinados a la transmi- sidn de la vida, don divino. El criado -sin duda Eliezer— ha de ju- rar por Yahvé, autor de la vida, que se hace responsable de que el matrimonio del heredero de la promesa sea en todo segtin Dios. Génesis 24, 5-9: Eliezer, sobrenaturalmente prudente, propone sus dificultades a Abraham: {qué debe hacer si la esposa escogida no quiere aban- donar a los suyos?, ha de ir entonces Isaac a la tierra de sus ante- pasados? Abraham responde con un nuevo acto de fe: de ninguna manera, pues equivaldria a renunciar a la tierra prometida. «Dios proveerd». Abraham cree a ojos cerrados a Dios, El sabe por qué caminos y medios ha de realizarse la promesa. Lo importante es ser fiel a Dios en todo momento. 59 No desconcertarnos ante las dificultades, sino prepararnos para afrontarlas a la luz de la fe. Génesis 24, 10-14: Notense los preparativos para el viaje. Habia que llevar regalos preciosos para la esposa y los parientes (comparense los versiculos 47 y 53). NGtese asimismo Ja profunda fe de Eliezer en su stiplica. For- mado en Ia escuela de Abraham, se ha acostumbrado a dialogar con Dios, confiar en El, fiarse de su Providencia. ;Qué contraste con los siervos de Lot! Pero si Eliezer tiene tanta fe es porque su amo se habia ocupado de formarle, habia comprendido su responsabili- dad al respecto, y él habia correspondido. Respecto de la sefial pedida: darle de beber a él, era algo normal y era facil que una joven amable se compadeciera de la sed de un viejo caminante, pero dar de beber a los diez camellos ya suponia un buen esfuerzo y un generoso espiritu de servicio. Eliezer espera la intervencién deYahvé y que una vez més mostrard su benevolencia con Abraham, porque sabe cudn agradable es Abraham a Yahvé. Génesis 24, 15-20 y 21-27: Dios manifiesta claramente esta benevolencia al cumplirse la sefial pedida por Eliezer. Obsérvese que Eliezer solamente pide que le dé de beber aél y es Rebeca la que esponténeamente abreva a los camellos, y nétese también cémo éste se arrodilla (versiculo 26) para dar gracias a Yahvé por Ja fidelidad a su promesa hecha a Abraham. Dios es el fiel, el veraz, segiin la Biblia: «Todos sus caminos son misericor- dia y verdad» Salmo 25 (24), 10. Siempre debiéramos dar gracias a Dios y no descuidar este punto. Génesis 24, 28-32 y 33-54: Se trata realmente de un matrimonio segtin Dios y asi lo reco- nocen todos. Por eso la familia de Rebeca «no puede decir ni bien ni mal», es decir, solamente pueden acatar la voluntad de Dios. Sin duda el Sefior obraba también interiormente en esas almas este perfecto asentimiento. 60 II. CARACTER DE LA ESPOSA Y DEL ESPOSO A) REBECA Génesis 24, 55-61: Es sumamente resuelta y enérgica. Tal vez hay que ver detrds de esta actitud una profunda fe en Dios, que habia preparado este matrimonio en forma tan providencial. Génesis 24, 62-67: Segtin las antiguas costumbres orientales (atin vigentesentre los beduinos) el novio no podia ver a Ja novia hasta después del matri- monio: de ahi que Rebeca se cubra con su velo. También acude Rebeca a Yahvé al sentir que los nifios luchan en su seno. Es otro acto de fe de Rebeca al acudir a Dios en su aflic- cidn. (Génesis 25, 19-26). B) ISAAC Es sumamente suave y apacible. Asi por ejemplo no leemos de 61 que se rebelara al querer su padre ofrecerle en sacrificio. Ni Tifie con los que le tratan injustamente, sino que conserva la paz. con todos, aun cuando tenga que ceder de sus derechos: Génesis 26, 13-22. Es afectuoso: Génesis 24, 67. Es piadoso e inclinado a la meditacién: Génesis 26, 25, y Dios le habla: Génesis 26, 1-5. Acude a Dios en la dificultad y aflic- ci6n: asi ruega a Dios por su mujer para que tenga hijos (evidente- mente, para que haya un heredero de la promesa). Veinte afios de esterilidad de Rebeca tenia que constituir para Isaac una dura prue- ba; comparese: Génesis 25, 20-26 Notese también que, quizas por timidez, incurre en el mismo defecto de su padre: Génesis 26, 6-11; a pesar de la promesa de Yahvé (Génesis 26, 1-5) De todo este conjunto de reacciones psicolégicas podemos de- ducir que Isaac era un alma profunda pero algo débil de cardcter y que Rebeca era mucho mas enérgica y decidida que él. 61 Notese que Dios bendice a Isaac para mostrar que es el verda- dero sucesor de Abraham, heredero de sus bendiciones materiales y espirituales, y lo bendice a causa de Abraham: Génesis 25, 11. (Otros textos: Génesis 26, 1-5 y 12-13 ya citados anteriormente) Pero también Isaac tiene intimidad con Yahvé: Génesis 26, 23-31. Notese finalmente un defecto tanto en Isaac como en Rebeca: una preferencia por uno de sus hijos: Génesis 25, 27-28. Predilec- cién basada simplemente en reacciones temperamentales. Se pro- ducird asi el distanciamiento moral entre los esposos. Ill. LOS HIJOS Es muy posible que siendo Isaac algo débil de cardcter y muy deseoso de su tranquilidad, no supiera del todo educar a sus hijos ni corregir sus defectos. En cuanto a ESAU (nombre que significa velludo): a) Es el prototipo de los que renuncian a las cosas de Dios por alguna ventaja material, porque en el fondo las cosas de Dios le son indiferentes; le falta fe viva: Génesis 25, 29-34. Recuérdese que el derecho del primogénito era recibir una «parte doble» y compartir la autoridad del padre sobre la familia: Deuteronomio 21, 15-17. Ademas, en este caso concreto, Esati tenia que pensar que normalmente era él quien habia de ser el heredero de la promesa. Pero nada de esto le importa. Hay en la conducta de Esati una inversion total de valores. b) Es un hombre rudo, como cazador. c) Sigue su pasion al elegir esposas; no elige a la luz de la fe, por eso se introduce la idolatrfa en la familia: Génesis 26, 34-35. Nétese que aunque no se habla expresamente de idolatria, pre- cisamente en la historia del pueblo elegido, los matrimonios mix- tos son habitualmente causa de que los hijos de tales matrimonios se aparten del culto de Yahvé como tnico Dios verdadero. De he- 62 cho, el pueblo edomita (formado por los descendientes de Esati) era id6latra; veneraban varios dioses: (II Crénicas 25, 14). En cuanto a JACOB (nombre que significa el que engaiia, su- planta): a) Es sencillo y ama la vida del campo: Génesis 25, 27. b) Es ambicioso y astuto, lo serd toda su vida, y con astucia procura asegurarse los derechos de primogénito: Génesis 25, 29-34, c) Dios le tiene destinado para heredar la promesa hecha a Abraham (Génesis 25, 21-23). Todo esto, sin méritos de parte del elegido. Compdrese: Romanos 9, 10-14. Nétese que en este texto «odiar» significa simplemente «amar menos». IV. LA INTERVENCION DE REBECA Génesis 27, 1-40: No olvidemos que solemos tener los defectos de nuestras cua- lidades: Rebeca es resuelta, enérgica, dindmica y tiende natural- mente a la impaciencia. Su espiritu de fe debiera haberle hecho comprender —como se palpaba en la historia de Abraham e Isaac— que Dios es sumamente lento a menudo, en la realizacién de sus designios. Rebeca sabia que el mayor serviria al menor (Génesis 25, 23); pero aqui pierde los estribos y quiere forzar el cumplimien- to de la promesa. Ciertamente no era necesaria la intervencion de Rebeca ni que Jacob engafiara a su padre, porque Dios no necesita de nuestros pecados para realizar sus designios, aunque a menudo se valga de ellos. Por lo demas, todo pecado, a corto o largo plazo, acarrea a quienes lo cometen consecuencias dolorosas. Y éste ser4 también el caso en estas circunstancias. Rebeca emplea medios ilfcitos -como si Dios pudiera bendecir el engafio y fraude— en contraste con Sara que solamente emplea medios licitos. Peor todavia: pide que caiga sobre ella la maldicién (la posible maldicién de Isaac), sefial por una parte de que no sa- bia bien lo que deca por estar ofuscada, y por otra, de que se ha- Haba muy segura del éxito. 63 Las consecuencias a) Angustias y dolor de Rebeca: Génesis 27, 41-45. b) La intervencién de Rebeca y el engafio por parte de Jacob, provocan tal odio en Esati, que solamente piensa en dar muerte a su hermano apenas fallezca su padre. c) Laenemistad entre Esati y Jacob se perpetuaré a través de los siglos entre los descendientes de ambos: Numeros 20, 14-21; Ezequiel 35, 3-5; Abdias 10-11. d) Rebeca no vuelve a ver a su hijo predilecto, que se marcha a Haran por veinte afios: Génesis 27, 46 y 28, 1-5. e) Se deshace el hogar y es muy posible que las relaciones en- tre Rebeca e Isaac se enfriaran, ya que ella engafié a su es- -poso y, psicolégicamente, una de las cosas que mds distan- cian a las almas entre si, es la falta de sinceridad. f) Asu vez, Jacob, el heredero de la promesa, pasard por vein- te afios de trabajo y sumisién a Laban, como consecuencia de su engafio. La ensefianza practica Nuestros defectos, no combatidos, crecen, y al crecer van aho- gando muchas buenas cualidades: Rebeca comienza bien, con mucha fe y como esposa modelo... y su impaciencia, no domina- da, oscurece su espiritu de fe y acaba por hacerla causante de una tragedia familiar de consecuencias para sus descendientes durante siglos. Sepamos en todo momento someternos a Dios y, con viva fe, aguardemos su hora. JACOB, EL HEREDERO DE LA PROMESA I. LOS DONES DE DIOS SON SIN ARREPENTIMIENTO Génesis 28, 1-5: Isaac, como antafioAbraham, quiere para el heredero de la pro- mesa un matrimonio con una mujer que conozca y adore a Yahvé. Nada, pues, de unién con una cananea, sino que ha de buscar es- posa entre su parentela en Haran. Notese la nueva bendicién de Isaac a Jacob: el Dios Todopode- roso (E] Shaddai) multiplicaré su descendencia y asi se cumplira la promesa hecha a Abraham; promesa que atin no se estaba cum- pliendo; es por tanto, un acto de fe de Isaac. Sin duda en estos mo- mentos ha comprendido que es voluntad de Yahvé que Jacob sea el heredero de la promesa, como lo habia dicho a Rebeca desde el principio (Génesis 25, 23). Esati comprende que a su padre disgustan las mujeres cananeas y busca otra mujer mas, ésta de la familia de Ismael (Génesis 28, 6-9). Génesis 28, 10-15: Dios realiza siempre lo que se propone y, cuando la criatura ha torcido en algo los designios divinos, por decirlo asi, Dios sabe enderezar las cosas, afina y purifica a las almas. Es muy posible que Jacob no tomara el peso al engajio cometido y que subjeti- vamente su falta fuese mucho menor de lo que es objetivamente considerada. Tales casos son frecuentes. Pero Dios ird purificando a Jacob durante largos afios para hacerlo digno de la promesa divina. Lo que Dios se propone es dar dnimo a Jacob para soportar las pruebas: es el sentido profundo de los consuelos en la vida espiri- tual, el darnos valor para soportar las pruebas que a veces son muy 65 largas. En tales momentos de consuelo no hemos de imaginarnos que somos mejores que los demas y que se trata de un premio a nuestra virtud... Los Angeles que suben y bajan se presentan como portadores de mensajes divinos para los hombres y presentan a Dios nuestra oracién. La visién manifiesta la presencia de Dios en dicho lugar con voluntad de proteger a Jacob: Yahvé esta junto a Jacob para protegerle; esta con él. A este sentido de presencia divina alude S. Juan 1, 51. II. LO QUE CONTIENE LA PROMESA DE DIOS A JACOB Génesis 28, 13: la posesidn de la tierra prometida. Génesis 28, 14: numerosa posteridad. Génesis 28, 14 (final): ser antepasado del Mesias. Génesis 28, 15: en vista de todo esto, Jacob gozaré de la protec- cién especial de Dios. Esto también, en ciertos momentos, se le olvidara a Jacob. Ill. COMO RESPONDE JACOB A LA PROMESA DIVINA Génesis 28, 16-22: Jacob comprende que debe rendir homenaje a Dios y que no se puede ni se debe recibir, sin dar lo que se puede en retorno: todo don que se recibe, implica una deuda. {Gran leccién de gratitud para con el bienhechor por excelencia, Dios! Tal vez no recibimos mas de Dios por mostrarnos poco agradecidos a sus beneficios... Y hay que agradecer con la vida, con los actos, mds que con palabra Jacob pone vertical la piedra, como estela («masebah»), en que habja descansado Ia cabeza y la consagra con una libacién (no un sacrificio) de aceite. Notese, la promesa de Jacob: « Yahvé serd mi Dios», 0 sea, en el fondo se trata de una promesa de invariable fidelidad al Sefior: 66 Yahvé serd mi Dios a quien perteneceré y a quien obedeceré en todo. Es ésta, en el fondo, la verdadera prueba de gratitud de la criatura para con su Creador. La verdadera gratitud a Dios debe llevarnos a la total entrega a El. Betel est4 a unos 17 kms, al norte de Jerusalén. Su nombre pri- mitivo era Liz (almendro). Notese también, lo poco que pide Jacob en estos momentos: pan para comer y ropa para vestir. Dios le dara todo esto y mucho mas. También promete Jacob el diezmo en forma permanente. Dios tiene derecho también sobre nuestros bienes materiales, que El mis- mo nos ha dado. IV. JACOB EN HARAN Génesis 29, 1-3: Se trata de un pozo distinto del mencionado en Génesis 24, 11: aqui es un abrevadero para el ganado en el campo, alli, un pozo proximo a la poblacién. Génesis 29, 4-14: Jacob se encuentra con sus parientes; el recibimiento es cierta- mente muy cordial. Laban, en el primer momento, atin no revela su manera de ser, y los primeros dias con su sobrino transcurren sin roces. Génesis 29, 15-30: Jacob se ofrece a servir por Raquel" siete afios, ya que él no tenfa con qué pagar el «mohar» (dote, precio) al padre, mas que en esta forma. Laban se va revelando como el prototipo del patrono injusto que abusa de sus trabajadores (en este caso, su propio sobrino). Avaro, negocia con sus propias hijas, que convierte en una mercancia como ellas mismas lo diran mds tarde (Génesis 31, 14-15). Laban des- truye asi en sus hijas e] amor filial * Del hebreo Rahel, el nombre se interpreta como «oveja madre». Las eti- mologfas de los nombres son populares. 67 Pero Dios se vale de todo esto para formar a Jacob; éste habia engafado a su padre y ahora, a su vez, se ve engafiado, al darle Laban en matrimonio, fraudulentamente, a Lia"’ en vez de Raquel. Mas tarde, Levitico 18, 18 prohibira el matrimonio con dos her- manas para evitar excesivos celos y rivalidades. Génesis 29, 31-35: Dios interviene a favor de Lia dandole hijos. Desde luego Lia revela su fe en Yahvé y su agradecimiento. Nétese también que la linea mesidnica pasa por Lia, cuyo cuarto hijo, Juda, es antepasa- do de David. Génesis 30, 1-21. Nétese: a) Los celos y rivalidades entre las dos hermanas: nada de paz familiar. Jacob, engafiando a su padre, habja destruido la paz de su hogar; ahora destruye Laban la paz del hogar de Jacob. b) Jacob se ve en Ia necesidad de tomar también por esposas a las respectivas esclavas de Raquel y Lia. c) En un momento dado, Jacob llega hasta enfurecerse contra Raquel, que ama tanto, por la insistencia con que ella le pide hijos, cosa que Jacob no puede conceder; depende solamente de Dios. d) Dar a luz sobre las rodillas significa que la sefiora recibe como propio al hijo de su esclava, lo adopta como hijo suyo. Génesis 30, 22-24: Por fin Dios se acuerda de Raquel, escucha sus stiplicas y le da también un hijo. De esta manera, poco a poco se va realizando la promesa de Dios de una descendencia numerosa prometida a Abraham. Génesis 30, 25-43: Jacob comienza a preparar el regreso a la patria, pero no quiere volver vacio de bienes materiales. Laban ha abusado de é1 y ahora "El nombre, si se deriva del acddico, significarfa vaca; si del drabe, antilope. 68 él se valdra de su natural astucia para procurarse riquezas. En el fondo es una compensacién oculta. N6tese que Dios mismo coopera con Jacob y da eficacia al pro- cedimiento empleado, que no tiene nada de milagroso, sino que se basa en un fenédmeno natural. En Siria los carneros suelen ser blan- cos y las cabras negras; la variedad de colores es rara. Jacob en su astucia sabe habilmente apoderarse de lo mejor del ganado de su suegro. Y Dios le ayuda valiéndose de las mismas cualidades que le ha dado. Jacob habia pedido en Betel pan para comer y vestido para vestirse: aqui vemos cémo Dios le da sobreabundantemente lo que le habia pedido. Por fin Dios ordena a Jacob volver a su tierra: Génesis 31, 1-3 Y le libra del mal que podria haberle hecho Laban: Génesis 31, 19-29. Génesis 31, 4-18: Notese que en Lia y Raquel ha desaparecido todo afecto filial. No6tese que Raquel (Gen. 31, 19 y 30) hurta los «terafim» de su padre (los dioses domésticos). ,Por qué? Segtin unos textos que se han descubierto"*, quien retenia los terafim tenia el derecho a la herencia; probablemente eso explica el interés de Raquel en hurtar- los y de Laban en recuperarlos. Raquel, con astucia (versiculos 31- 35), impide que su padre encuentre los terafim. El cédigo de Hammurabi imponia pena de muerte a los ladrones sacrilégos, lo cual explica las palabras de Jacob en el versiculo 32: «Aquel a quien se los encuentres, que muera». V. LA VUELTA DE JACOB A SU TIERRA {Por qué Jacob no dejé antes a Laban? Sin duda, ademas del afan de enriquecerse lo suficiente, influfa el temor a una venganza de parte de Esaui, temor que se habria evitado si no hubiera hecho lo que hizo. 6 De Nuzu, siglo XV ac. 69 Génesis 32,1-8: Esai atin no ha perdonado a Jacob, a pesar de los veinte afios transcurridos. Se desprende con bastante claridad del hecho de que sale al encuentro de su hermano con cuatrocientos hombres. Nétese que Jacob, a pesar de las promesas divinas, parece mas bien fiarse de su astucia. Todo esto es muy humano, Ilevamos casi innata la tendencia a fiarnos ante todo de nosotros mismos. Todos tenemos muchos defectos que ni siquiera advertimos, pero Dios los ve y El mismo los va corrigiendo, si le dejamos hacer. Génesis 32, 9-12: N6tese también la oracién de Jacob: ni siquiera pide perdén a Dios por su falta contra su hermano, lo que indica que atin no ha tomado el peso en toda su extensién a lo que habia hecho ni esta realmente arrepentido de ello: solamente teme e implora la protec- cién divina. Lo tinico que reconoce humildemente es que no me- rece tanta ayuda de Dios (vers. 10). Lentitudes humanas para adquirir plena conciencia de las co- sas. Y si Dios tiene paciencia con nosotros, también nosotros la he- mos de tener con los defectos de nuestros hermanos e ir corrigién- dolos poco a poco. Génesis 32, 24-32: Es un episodio misterioso, pero de gran alcance espiritual para el heredero de Ja promesa. Probablemente sucedié en visién, con un efecto fisico tangible por voluntad expresa de Dios. Jacob co- jea, y con ello tiene la prueba de que lo sucedido durante la noche no habia sido una ilusién. La idea del nombre nuevo esta relacionado con la idea de vic- toria en el futuro. En adelante, el elemento espiritual prevalecer4 en Jacob sobre el natural, al contar ante todo con la ayuda divina mis que con su propia astucia. Hay quienes ven en el angel que lucha con Jacob, al angel de Esati. Dicho angel tratarfa de oponerse a Jacob, para que no pase a tomar posesién de la tierra prometida. De todos modos, Jacob lu- cha con Dios (representado por el angel). Sin duda se trata de una suprema purificacién para hacerle digno heredero de la promesa. La lucha podfa muy bien realizarse mediante la oracién. 70 Jacob es un alma que lentamente se va perfeccionando y subien- do hacia Dios. Ahora ha cambiado radicalmente su actitud interior y en adelante sera fuerte en Dios: Israel. El cambio de nombre sig- nifica que Jacob ha cambiado, se ha transformado en var6n de Dios. Ahora recibe de veras —y no por engafio— la bendicién del Sefior. Es la hora de Dios preparada por veinte afios de lento crecimiento espiritual. Ahora también puede producirse la reconciliacién de Esai con Jacob: Génesis 33, 1-16. Compiarese Proverbios 16, 7, Jacob, agradable a Yahvé consi- gue reconciliarse con quien era su enemigo. Laexpresién «contemplar la faz de Dios», significa ser bien re- cibido y colmado de favores. Jacob, el varén de Dios, se apresura a agradecer a Dios sus beneficios: Génesis 33, 20; 35, 1-4; 9-15 y 16-19. Nétese también cémo Jacob obliga a su familia a renunciar a los dioses extrafios (recuérdese que Raquel habia hurtado los terafim, los dioses domésticos de su padre), y todos obedecen: es preciso que la familia del heredero de la promesa sirva al solo Dios verdadero. Génesis 35, 1-5: Dios infunde a los que pudieran perseguir a Jacob, un gran te- rror y les impide hacer dajio al heredero de la promesa. Génesis 35, 16-19: Dios bendice a Jacob con un nuevo hijo, pero al mismo tiempo le arrebata la esposa predilecta, Raquel. Segtin I Samuel 10, 2 su sepulcro esta al norte de Jerusalén, cerca de Rama; otra tradicién Jo coloca cerca de Belén. Al sur de Jerusalén y no lejos de Belén se conserva, en efecto, hasta el dia de hoy, un monumento que es Ila- mado la tumba de Raquel, que fue en tiempos posteriores adorna- do y embellecido con nuevas construcciones. {Es este el sitio de la tumba de Raquel? Asi parece indicarlo la tradicién, que nunca perdié de vista la tumba de Raquel. N6tese también la pena intima causada a Jacob por sus hijos (otro medio de que Dios se vale para irle purificando). Aqui Rubén comete un pecado gravisimo de incesto; anteriormente Simeén y 71 Levi se habian mostrado desleales, crueles y sanguinarios (capitu- lo 34). Finalmente se nos habla de la muerte de Isaac y cémo sus dos hijos le sepultan. Después Jacob y Esati se separan definitivamente. Nétese por tiltimo cémo Dios baja con Jacob a Egipto para estar siempre con él y los suyos: Génesis 46, 1-4. Sin duda Jacob estaba perplejo al abandonar Ia tierra que Dios le habfa prometido. Antes de dar un paso tan importante necesita saber claramente cual es la voluntad de Dios, y Dios mismo calma sus inquietudes. Jacob, como un ultimo acto de fe en la promesa de Dios, pide ser sepultado en la tierra de promisién: Génesis 47, 29-31 y 50, 4-14. Né6tese que la historia de Jacob esta encerrada y como encua- drada en la oraci6n: ora al salir de su tierra, ora al volver a ella, ora al ser transformado en otro hombre, ora agradeciendo a Dios sus beneficios... Esai no ora, y por lo mismo, no se transforma. LA LECCION PRACTICA Jacob, alma de oracién, aunque al principio lleno de defectos y faltas, se eleva, se santifica, atrae sobre si las bendiciones divinas. En el fondo, Jacob es un alma que a través de todo busca a Dios, acude a EI. Por eso se va elevando. En cambio Esati queda en la vulgaridad por su falta de contacto con Dios. Solamente el contacto permanente con Dios puede transformar aun alma: es de este contacto, de la oracién, de donde han de salir las gracias que necesitamos para transformar nuestra vida. 72 UN SANTO DEL ANTIGUO TESTAMENTO: JOSE I. EL HIJO PREDILECTO Génesis 37, 1-4: Jacob hizo a José una ttnica talar. Se trata de una tunica larga hasta los pies y con mangas largas, prenda que usaban los perso- najes distinguidos; la gente baja usaba la tinica hasta la rodilla y ésta serfa seguramente la usada por los hermanos de José. Es pro- bable, ademds, que José estuviese habitualmente con su padre y tan slo en ciertas ocasiones con sus hermanos. Seguramente in- fluy6 en esta predilecci6n de su padre el cardcter de José: a) Sencillo y sin malicia, cuenta ingenuamente hasta sus sue- fios. Es un alma sincera, abierta, sin tapujos: Génesis 37, 5- 10. b) Leal con su padre, le manifiesta lo que debe saber: Génesis 37, 2 (comparese: Génesis 35, 22). c) Obediente a su padre: Génesis 37, 13-14. Siquém, estaba a unos cien kilémetros de Hebron. d) Fiel en cumplir el encargo recibido, a pesar de las dificulta- des: Génesis 37, 15-17. {Qué contraste con el caracter de sus hermanos, de pasiones vio- lentas y de sentimientos bajos, Ilenos de envidia! Como resulta adems de toda la historia, un amor profundo unfa no solamente a Jacob con este hijo suyo, sino que el hijo amaba igualmente con todas sus fuerzas a su padre. Y sobre estas relacio- nes de padre e hijo, que sin duda eran todo el consuelo de Jacob después de la muerte de Raquel y ante la vulgaridad de sus hijos, cae la prueba mas terrible. 73 II. DIOS PRUEBA AL JUSTO Por amor, para hacerle digno de mayores gracias. Hemos de aprender a dejarnos amar asf por Dios. Génesis 37, 18-20: «E] sofiador», en hebreo «el sefior de los suefios», o sea el sofiador por excelencia. Notese que los hermanos de José toman los suefios no como tales suefios, sino como una cruda realidad que ellos no pueden ni quieren soportar. Si la predileccién de Jacob por José los habia molestado, mucho mas excita su odio la superioridad de José respecto de ellos, como resultaba de los sue- nos. Génesis 37, 21-28: Sin embargo no todos los hermanos tienen la misma bajeza de sentimientos: Rubén, ms noble, quiere salvarle la vida y por eso propone echar a José en la cisterna sin agua. A su vez Juda, pensando sin duda que en la cisterna estaba el muchacho conde- nado a morir de hambre y sed e ignorando el propdsito de Rubén, igualmente para salvar la vida de José, propone su venta a los madianitas. Para José fueron ciertamente momentos de suma angustia, como resulta de Génesis 42, 21. Un esclavo solia valer 30 siclos. José es vendido solamente por 20. Entre tanto, Génesis 37, 29-35, los hermanos de José procuran salir del paso como pueden. Nétese el inmenso dolor de Jacob que ya no piensa més que en su propia muerte para reunirse con su hijo predilecto a quien cree en el sheol”. Génesis 37, 36: José es comprado como esclavo por Putifar (el nombre signifi- ca «dado por el dios Ra»). Sheol: lugar de los muertos. Atin no se habia revelado a existencia del cielo, infierno y purgatorio; sdlo se conocfa que el alma es inmortal. El sheol era pues el ugar donde estaban las almas de los que habfan muerto. 74 Génesis 39, 1-6: Notese que Putifar es un egipcio, es decir lo es de nacimiento y de raza no de circunstancias como los entonces dominadores hiksos. Como esclavo, José tenfa—humanamente hablando- todas las puer- tas cerradas a una posible vuelta a su tierra; pero Dios estaba con él, sin duda también porque José permanecia fiel al Dios verdade- ro. En medio de un pais id6latra y a pesar de su extrema juventud, no vemos vacilar ni un instante en su fe al joven esclavo, ni vacila- r4 tampoco al llegar a la cumbre de la gloria. Dios que no se deja nunca vencer en generosidad, va preparan- do lentamente la salida. Entre tanto, bendice a José, y Putifar con- fia plenamente en él. Pero Dios prueba a los suyos, y tanto mds cuanto mas alto quiere que suban: Génesis 39,7-12: Notese la respuesta de José: no quiere «pecar contra Dios», porque todo pecado contra el prdjimo es un pecado contra Dios. Esta respuesta denota cémo José vivia su fe —lo mismo resulta de todo el relato— y permanecia habitualmente en la presencia de Dios: de ahi su facilidad para referirlo todo a El. Todo esto resulta impo- sible sin una intensa vida de oracién. Pero en premio de su virtud, José (nueva prueba de parte de Dios), es calumniado y encarcelado: Génesis 39, 13-23. José, sin embargo, no se amarga, sino que, serenamente, sigue confiando en Dios. jAdmirable equilibrio moral y espiritual, fruto de su uni6n con Dios, de estar centrado en Dios! ;Dios le sostiene! Génesis 40, 1-4: La culpabilidad del copero y panadero pudo consistir en una simple negligencia en su oficio, pero también, quizds, en haber participado en una conjura de envenenamiento (0 sospecha de la misma). El hecho es que ambos -se trata del jefe de los coperos y panaderos— son puestos en la carcel. Génesis 40, 5-8: La actitud de José, su afectuoso interés por los que sufren, es una vez més, propia de un alma esencialmente religiosa, llena de 75 Dios. José confia que Dios le concederé el saber interpretar el sue- fio; de El ha de provenir toda luz y todo acierto. Génesis 40, 9-15 y 16-23: Notese la seguridad de José al indicar el significado del suefio a cada uno, Sabe con luz superior que las cosas sucederan asf. De ahf también su humilde stiplica al copero de acordarse de é1 cuan- do salga de la carcel; pero éste le olvida. jEs tan facil olvidarse del que sufre cuando se estd disfrutando de felicidad! Y cada nueva prueba, ldgicamente, tenia que hacer mas profundo el sufrimiento intimo. Con todo, nétese que no acusa a nadie, dice simplemente (vers. 15) «he sido hurtado» (otras Biblias traducen «furtivamente sacado»). José no encuentra apoyo ni ayuda en los hombres: su madre muere siendo él atin muy nifio; su padre no pudo defenderlo de la envidia de sus hermanos; Putifar, que tanto se beneficia del trabajo de José, cree a su mujer y mete al inocente en la carcel; el copero, beneficiado por la interpretacién que hace José de su suefio, tam- bién se olvida de é1. El solo y tinico apoyo de José es Dios, y como El quiere elevar a José a la cumbre de la santidad, le desprende de todo y de todos para lograr que se apoye en El sdlo. José debe Ile- gar al punto cero para alcanzar la santidad, Génesis 41, 1: La prision de José dura dos afios que, sumados a los anteriores, constituye un periodo de pruebas de trece a catorce afios, puesto que tenia 17 al ser vendido y unos treinta (vers. 46) al subir al po- der. José no podfa vislumbrar qué pretendia Dios con estas prue- bas, sino una vez terminadas éstas. Dios queria preparar a José para su cargo, para gobernar con entera justicia habiendo conoci- do a fondo los problemas de cada clase social, ademas de Ievarle a la cumbre de la santidad. Asf también nosotros, a menudo sola- mente después de aiios vemos el porqué de ciertas pruebas y sufri- mientos. Nétese en qué peligros se vio José en Egipto: a) En un pais iddlatra, corria peligro su fe. b) Vio amenazada su castidad por la mujer de Putifar. 76 c) La edad de José lo exponia atin mas a estos peligros. d) Otro peligro era el ambiente de la carcel. Pero José sale victorioso de todas estas pruebas por su firmeza de cardcter, firmeza que consiste en obrar siempre por conviccién ala luz de la fe. En José se revela esta fe viva en su resistencia ala tentacién y cémo después, elevado por el Faraén a tanta dignidad, tampoco cambia ni baja de nivel moral, como vamos a ver. Hubo en él una constante (no intermitente) fidelidad a Dios y a su con- ciencia bien formada, y cada acto de fidelidad, claro est4, arraiga- ba en su alma mas y mas esta virtud. III. DIOS PREMIA LA FIDELIDAD DE JOSE Génesis 41, 2-16: Nétese que siete es un mtimero simbélico de plenitud; las siete vacas gordas se refiere a perfecta abundancia, y las siete flacas, perfecta (total) escasez. En su significado coinciden los dos sue- fios del Faraén y éste intuye su importancia, pues ve en ellos un aviso del cielo; de ahf también su afan por saber cuanto antes la interpretacién. Dios se vale de medios totalmente imprevistos: el suefio que da al Fara6n, la importancia de la adivinaci6n para los egipcios, la im- potencia de los sabios para interpretar el suejio, la inquietud cre- ciente del Faraén. Todos estos son medios, en el plan de Dios, para sacar a José de la cdrcel y encumbrarlo en el poder. Realmente los caminos de Dios no son nuestros caminos... (Isafas 55, 8-9). Génesis 41, 25-36: Se trata de dos suefios que en realidad son uno solo en cuanto a su significado, y su repeticidn indica que se trata de algo que Dios ejecutard infaliblemente. En Egipto, las alternativas entre aos de abundancia y afios de escasez eran frecuentes, ya que dependian de las crecidas del Nilo; lo nuevo es la interpretacién netamente monoteista y biblica del suefio: es Dios quien lo da y lo da para bien de los suyos, siempre que, claro estd, ellos colaboren. De ahi el consejo dado por José al Faraén. 77 Génesis 41, 37-46: Notese la Providencia especialisima de Dios, sin duda premio a la fidelidad especialisima de José. Después de la interpretacién del suefio y el consejo dado, José tenfa que aparecer a los ojos de Fara6n comohombre prudente y sabio, lleno del espiritu de Dios, precisamente el hombre que el pais necesitaba en esos momentos. Como consecuencia légica, el Faraén nombra a José administra- dor de todos sus bienes e intendente de todo Egipto. El Fara6n le da un nombre egipcio «S4penat Pa‘eah» (el dios dice de é1 que viva, segtn la interpretacién més aceptada y que S. Jerénimo tradujo por «Salvador del mundo»). Es la nacionalidad egipcia concedida al «hebreo» y que el Faraén completa dandole por esposa a Asenat (que significa la que pertenece a la diosa Neith), hija de un sacerdote de On (Helidpolis), mujer distinguida, de la clase dirigente y que dignamente pueda figurar como esposa del segundo en el reino. Génesis 41, 50-52: Es la dicha familiar de José, el nacimiento de su primer hijo. Manasés significa «habiendo olvidado» (o «hecho olvidar»); es una compensacién completa para José de lo mucho que ha sufrido. Efraim: significa «Dios me ha hecho fecundo» daéndome otro hijo. Las pruebas soportadas con fortaleza y perfecta fidelidad a Dios, aseguran, tarde o temprano, en esta vida o en Ia otra, la felicidad en proporci6n precisamente de la dureza de la prueba y nuestra fidelidad al Sefior. Pero atin ahora, en estas circunstancias, José no podia pensar en volver a su tierra. IV. EL ENCUENTRO CON LOS HERMANOS Génesis 42, 1-8: Jacob envia a sus hijos a Egipto, pero retiene a Benjamin por miedo de perder al tinico hijo que le queda de su amada Raquel. La vida en la tierra prometida, a causa del hambre, se ha hecho dificil. Asi pues los hermanos de José parten para Egipto en busca de trigo. La Providencia especial de Dios para con José se vale ahora del hambre 78 José, informado de que han Ilegado hebreos al pais, quiere co- nocerlos personalmente, quizas con la secreta esperanza de saber algo de su padre, a quien nunca ha podido olvidar. Génesis 42, 9-24: Convenia hacer sentir a sus hermanos su pecado para educarlos y elevarlos moralmente, y provocar su arrepentimiento. Pero José, aun en medio de la justa severidad, conserva toda la ternura de su corazén para con los suyos. Su severidad es amor. José deja preso a Simeén, e] mayor después de Rubén, y no a éste, sin duda porque Rubén quiso librarle. (Génesis 37, 21-22) Génesis 42, 25-28: Nétese la bondad y generosidad de José con sus hermanos, no solamente les devuelve el dinero, sino que adems les da provisio- nes para el viaje como si se tratase de huéspedes. Génesis 42, 29-38: Nétese: a) El temor creciente y desconcierto de los hermanos ante lo sucedido y a lo cual no hallan explicacién. b) La reacci6n de Jacob, violenta y pesimista. Probablemente —como sucede con algunos temperamentos— el dolor por la pérdida de José por una parte y como reaccién natural el amor a Benjamin, se iban haciendo cada vez mds profundos a tra- vés de los aiios, y ante la sola posibilidad de una separacién del hijo mas pequefio ya se imagina Jacob que tampoco lo volverd a ver. Todo esto es profundamente humano. Ni si- quiera parece preocupar a Jacob que Simeén haya quedado preso en Egipto... Génesis 43, 1-14: El hambre aprieta y Jacob mismo ve que no es posible aguantar mas, en consecuencia, pide a sus hijos que vayan nuevamente a Egipto. Quizds pensaba que ante su no tan categérico respecto de Benjamin, sus hijos no volverian a suscitar el caso. Pero se equi- vocaba, le engafiaba el corazén. Notese como Jacob se encierra —esto es profundamente psico- I6gico— en no ver mds que su desgracia y que no puede perder a 79 Benjamin, y c6mo por su parte los hijos se defienden y presentan «al hombre» (José) acos4ndolos con preguntas, que era imposible dejar de contestar. ;Cémo podrfan ellos haber sospechado que «el hombre» les diria que le llevasen a Benjamin? {Por qué es Judd quien arranca por fin el sf a su padre y no Rubén? Es posible que Juda inspirase mayor confianza a Jacob, ya que Rubén habia cometido aquel pecado gravisimo de incesto, que le debia costar sus derechos de primogénito. Jacob es de los que nunca olvidan las cosas que le han causado dolor. Jacob toma medidas, seguramente para proteger a Benjamin. Or- dena que se Ileve «al hombre», como regalo, productos aromati- cos y elementos o elaboraciones de reposteria (miel, nueces de pistacho, arbol terebinteo y almendras). Finalmente nétese el an- gustioso «tomad a vuestro hermanop»... «que El Shaddai os conce- da hallar misericordia...» Jacob conffa en el Dios de sus padres que le devolver4 a su hijo Benjamin y también a Sime6n. Queda sdlo con Dios. Solamente su vida interior podia conso- larle. En el plan de Dios, esto debja servir para su mayor santifica- cidn. Génesis 43, 15-25: Notese la actitud de humildad, saludable temor y honradez que toman los hermanos. Estamos lejos de sus violencias y pasiones de antaiio. El mayordomo de la casa de José, sin duda aleccionado por su amo, dice que es el Dios suyo y de su padre quien ha puesto en sus sacos «un tesoro». No se trata del dinero que ya se habia cobrado, sino de un tesoro concedido por Dios. Génesis 43, 26-34: Sin saberlo, los hermanos van asegurando el cumplimiento de los suefios de José al postrarse ante él. José centra su delicadeza y su carifio en el padre anciano y el hermano pequefio. Revela aqui toda Ja ternura de su alma delicada. Aunque José come aparte -como segundo del reino~— manda sen- tar frente a él a ese grupo de hebreos, que son sus hermanos, des- conocidos para el resto de los invitados egipcios, que no comian con ellos en la misma mesa por considerarse muy superiores. 80 Nétese el natural asombro de los hermanos al verse colocados por orden, segtin su edad, y observar c6mo a Benjamin se le servia cinco veces mas (muchisimo més) que a los otros. Antes de saber la solucién del enigma debian pasar por otra prueba, en expiacién de su pecado y para demostrar que habian cambiado, y hacerse asi dignos de las bendiciones de Dios. Génesis 44, 1-13: No se puede suponer, dado todo lo que sabemos de José, que é1 (quien siempre atribuye a Dios sdlo su capacidad de interpretar los suefios) se dedicase a la adivinacién a manera de los egipcios. Sim- plemente habla como si fuese egipcio para desconcertar a sus her- manos y ponerlos a prueba. Ciertamente lo peor de la prueba fue hallar la copa en el saco de Benjamin. Légicamente sus hermanos tenian que considerar culpable a Benjamin, sin embargo no se lo echan en cara. Génesis 44,: 14-17: José desempefia bien su papel de «hombre que sabe adivinar las cosas con certeza». Los hermanos, haciendo realidad los sue- fios proféticos de José, nuevamente se postran ante él. Juda, que habia salido fiador de Benjamin ante Jacob, se declara esclavo, é1 y todos, de José. NGtese la respuesta de José: solamente sera esclavo aquel en cuyo poder se hallé la copa. Es preciso saber cémo reaccionaraén sus hermanos, si la tribulacién los ha transformado en hombres nue- vos, y ya no tenjan las disposiciones que habjan demostrado al vender a su hermano, no importandoles nada entonces ni la suerte de éste ni el dolor del padre. Génesis 44, 18-34: Notese que a) Juda confiesa a José igual al Faraén, por tanto superior a él. b) Habla con mucha humildad (por favor, sefior mio, tu siervo, permitase hablar...) c) Para conmover a José, insiste en el dolor del padre, que tan- to ama al hijo pequefio, al hijo de su vejez, huérfano de madre. y que lo es todo para él ahora, después de la muerte tragica del otro hijo. 81 d) De ahf su conclusi6n final: él, Juda, seré el esclavo de José en lugar de su hermano. Nétese el acto heroico de Juda: él también tiene hijos, pero esta dispuesto a no volver a verlos, con tal de evitar a su padre el dolor de no ver mas a Benjamin. Seguramente este acto heroico le valid mas tarde para que Jacob le transfiriera a él la promesa mesidnica (Génesis 49, 10). Génesis 45, 1-3: Notese la emocién de José que nunca habia dejado de amar a sus hermanos. Su pregunta de si atin vive su padre -€l ya sabe que si—es mas un desahogo de su amor de hijo y denota cuanto ha es- tado siempre pensando en él. Se comprende que los hermanos, en el primer momento, que- dasen mudos de espanto. Es muy posible que temiesen represalias. Génesis 45, 4-8: José, con profundo espiritu de fe, ve en lo que hicieron con él sus hermanos solamente un medio de la Divina Providencia para salvar la vida a todos. Su felicidad actual, su alta posicién, no so- lamente no le ensoberbecen, sino que sirven para agigantar mds y mas su fe. Génesis 45, 9-15: Notese la insistencia de José: «daos prisa». Con la maxima rapidez han de ir en busca de su padre y de toda la familia, para que cuanto antes se puedan instalar en la tierra de Gosén (regién del Delta oriental, mas o menos el actual Wadi Tumilat). Han de contar a Jacob todo lo que han visto, es decir, que José vive y es como padre del Faraén. Notese (vers.14) el emotivo abrazo a Benjamin y el beso de paz a todos sus hermanos. Génesis 45, 16-24: Notese la generosidad del Faraén, que facilita medios de trans- porte; asi es mas facil el viaje para las mujeres y nifios, y la reco- mendacién de José: que no se peleen en el camino, cosa que, dado 82 su cardcter, podria producirse facilmente. El sincero arrepentimien- to de los hermanos no bastaba para corregirles de golpe de defec- tos muy inveterados. Génesis 45, 26-: Profunda emocién de Jacob: su hijo José vive; ahora ya puede él, después de haberle visto, morir en paz. Se ve que el anhelo su- premo de Jacob durante esos veintidds afios, habia sido tan sdlo el volver a ver a su hijo. Génesis 46, 1-7: Una vez mas Dios promete estar con Jacob y su descendencia: «bajard» con ellos a Egipto y nuevamente hard entrar a los suyos en la tierra prometida. Asi se disipan las dudas que pudieran asal- tar a Jacob acerca de si hacia bien o mal trasladandose con toda su familia y todos sus bienes a Egipto. Dios tiene sus caminos, muy distintos de los nuestros, y realiza sus designios con medios que no podemos sospechar siquiera y que hasta nos parecen, a veces, contraproducentes. Hemos de abandonarnos a El con pleno espiri- tu de fe. Génesis 46, 28-34: Nétese la emocién del encuentro de padre e hijo después de tantos aiios de separacién (unos 22 aproximadamente). José, conocedor de las costumbres egipcias y de su ideologia, procura evitar a los suyos situaciones dificiles y quiere instalarlos en la misma frontera con Canaan; asi seré mas facil la vuelta a la tierra prometida en el momento prefijado por Dios. En Ja tierra de Gosén podrian evitar el roce con los egipcios que despreciaban a los extranjeros y némadas como a seres inferiores, cuya cultura no podia ni de lejos compararse con la egipcia. Aun- que, tratandose de la familia de José, por cierto nadie iba a despre- ciarlos, José sabe bien que en un futuro mas préximo o mas leja- no, pueden cambiar las circunstancias y més vale estar prevenidos. Quizas con luz profética intuy6 que vendria un rey que nada sabria de José (Exodo 1, 8) y convenja hallarse en un lugar estratégico para la salida. 83 Génesis 47, 1-6: Benevolencia del Fara6n para con la familia de José. Los reci- be en audiencia, les concede vivir en Gosén y hasta declara que si hay entre ellos hombres de cualidades profesionales, podrian ser jefes al frente de alguna seccién especial de lo que hoy Ilamaria- mos ministerio de ganaderia. Génesis 47, 7-11: Con amor de hijo, José procura a su padre un contacto directo con el Faraén. El anciano Jacob revela en sus palabras la profunda huella de tristeza que han dejado en su alma las pruebas y sufti- mientos; pero atin asi tiene plena conciencia de su grandeza de Patriarca y, sin el menor complejo de inferioridad, bendice al Fa- ra6n. Se trata de un saludo no simplemente de cortesia, sino carga- do de bendiciones divinas. Jacob vive diecisiete aiios en Egipto (Gén. 47, 28). V. ULTIMOS ACTOS DE JACOB Y SU MUERTE Génesis 48, 1-6: Jacob vive Ileno del pensamiento de Dios; tiene vida interior; conservaba todas las cosas en su corazon. Aquella aparicién de El Shaddai en Luz (Betel) que le bendijo, nunca se borra de su me- moria. Jacob ha palpado la asistencia especial de Dios y, a la luz de lo que Dios ha hecho por él, obra y procede en todo momento. Ahora, bajo su inspiracién, adopta como hijos suyos a los dos hi- jos de José, Efraim y Manasés. Génesis 48, 8-16: Jacob tiene plena conciencia del valor de su bendicién; como Patriarca él transmite bendiciones divinas especiales. Bajo la ac- cién de Dios cruza sus manos y bendice de preferencia a Efraim, el menor de los nietos. Una vez més, de nada vale ante Dios ser el primero 0 el primogénito en el orden humano. Toda eleccién de Dios es absolutamente gratuita. 84 Génesis 48, 17-22: A José le parece mal la actitud de su padre, pero Jacob no cede. José es el segundo de Egipto, pero la bendicién de Patriarca va de cara a Canadn, la tierra prometida. Jacob se siente duefio de esta tierra y puede repartirla. Asi concede a José y con ello a Efraim y Manasés, «una ladera de un monte», en concreto, la ciudad de Siquem que perteneceré a la tribu de Efraim. Noes probable que se trate ni de una conquista en vida de Jacob (como una tradicién judia ha transmitido) ni de un terreno com- prado por Jacob, sino de la conquista de esa regin que hard un dia la descendencia de Jacob quitandola a sus actuales ocupantes, los amorreos. Jacob est seguro de tal conquista, que corresponde a la promesa de Dios, y como Patriarca dispone de ella. Es otro acto de fe profunda, un creer y esperar en la noche. Génesis 49: Para comprender este capitulo téngase presente lo siguiente: los criticos, basdndose en que ef capitulo refleja hechos demasiado concretos como historia vivida después de la bendicién de Jacob, colocan su redacci6n en su forma actual entre los siglos XII-X a.C. Algunos oraculos (Sime6n, Levi, Zabuldn, Isacar) suponen es- tas tribus ya instaladas en la Palestina conquistada. El oraculo de Juda parece suponer un ambiente mesidnico propio de los profetas y hace pensar en la época de David o de Salomén. Pero ciertamente sirve de base una auténtica bendicién del Pa- triarca, que la tradicién ha ido concretando en torno a las tribus ya establecidas. De cara a la promesa divina de la descendencia patriarcal, con- vertida en pueblo, cuya posesién ha de ser Canaan, Jacob hace su testamento dividiendo entre sus hijos la tierra en que él, como Isaac y Abraham, ha morado como peregrino. Sabe que puede disponer de esta tierra, porque Dios la ha destinado a su descendencia. Jacob conoce a fondo a todos y cada uno de sus hijos, tiene de- lante sus defectos y fallos, pero también sus virtudes, y, con profunda psicologia y autoridad de Patriarca, subraya las caracteristicas de cada uno y, con visidn de Patriarca elegido por Dios que intuye lo que va a suceder, sefiala el porvenir a cada uno. La tradicién, como hemos dicho, ampliara este fondo con hechos concretos. 85 Génesis 49, 1-2: Jacob, con un estilo semejante al de los profetas, llama la aten- cién de sus hijos hacia lo que él va a decir y que se refiere a lo que sucederd «en los postreros dias», 0 sea, en tiempos atin muy leja- nos. Génesis 49, 3-4: Rubén es el primogénito, el fruto primero de la paternidad de Jacob, y como tal habia sido un tiempo motivo de alegria y de or- gullo legitimo de su padre; pero «hirviente como el agua» en pa- sién impura, profané el lecho conyugal de su padre, con lo cual pierde todos sus derechos de ser el primero entre sus hermanos. Le falta para ello la superioridad moral. La tribu de Rubén se ver4 siempre molestada por Amonitas y Moabitas y en su descendencia quedara ajena al esfuerzo por la independencia nacional. (Comparese: Jueces 5, 15-16. Véase tam- bién Deuteronomio 33, 6 en que en la bendicién de Moisés a Rubén se insinta asimismo la decadencia de la tribu. Segtin Numeros 32, 2; 6 y 25 aparece la tribu de Rubén después de la de Gad y por tan- to, como sometida a ella). Aqui tenemos un ejemplo de cémo la conducta de los padres tiene sus consecuencias en la suerte que aguarda a sus descen- dientes. Esto sucede en el orden natural y también en el sobrena- tural, es decir, con la «descendencia espiritual», con los hijos es- pirituales. Génesis 49, 5-7: Tratandose de Simeén y Levi, Jacob tiene presente su cardc- ter violento y el crimen cometido contra los de Siquem (Génesis 34, 25-31). Era un crimen plenamente premeditado y Jacob no quiere que su alma (nephesh) se haga solidaria de él. De ahi la maldicién de Jacob contra ambos hijos en sus descendencias-tri- bus: sin terreno propio y dispersos entre el resto de las tribus, iran decayendo. (Comparese: Nimeros 1, 23 con 26, 14) y pasando al olvido absorbido por ellas (Josué 19, 1-9). La futura gloria de Levi, en virtud de su sacerdocio (Deuteronomio 33, 8-11), muy bien pudo atraerla Moisés, perteneciente a dicha tribu, con su fi- delidad a Dios. 86 Génesis 49, 8-12: Juda sera el nuevo primogénito, heredero de la promesa mesidnica. Pondra la mano sobre la nuca, es decir, vencerd a sus enemigos. Su triunfo se compara con el del ledn que se leva la presa. La tribu de Juda estar en posesi6n del cetro, del bastén de man- do, hasta que venga Siloh. Esta expresi6n, atin sin poder ser clara- mente identificada con un titulo mesidnico, ciertamente tiene sig- nificado mesidnico. No pocos manuscritos hebreos y samaritanos leen «she lo», a quien pertenece, de quien es, y en este caso el sen- tido es: hasta que venga aquel a quien se debe (el cetro o la obe- diencia), sentido claramente mesianico, reforzado todavia por la imagen del vino y de la leche que son tan abundante que se usan como el agua corriente y ordinaria, y alegran la vida. La fecundi- dad extraordinaria aparece siempre como un simbolo de la era mesianica. Génesis 49, 13: La importancia de la tribu de Zabulén se debe a su posicién geografica privilegiada, desde la altiplanicie de Galilea hasta el Mediterraneo, tribu rica por la abundancia de su pesca y su comer- cio marftimo (Josué 19, 10-16). Génesis 49, 14-15: Isacar se compara con un asno huesudo (tal se mostré en su lucha contra Sfsara: Jueces 5, 15), pero encerrado como entre dos empalizadas en la rica Ilanura de Esdrelon, donde prefirid vivir su vida tranquila y de prosperidad, que al fin habja de llevarle a la esclavitud proveniente de las invasiones. Génesis 49, 16-18: Dan sabrd defender el derecho y la autonomia de la tribu, y sien- do pequejio y al parecer insignificante, suplird su falta de poder con la astucia de la serpiente y Yahvé serd su auxilio. Génesis 49, 19: La tribu de Gad se vio siempre expuesta al asalto de las tribus nomadas del desierto, pero supo defenderse respondiendo a asalto con asalto. 87 Génesis 49, 20-21: En cuanto a Aser, se alaba la fertilidad de su territorio, rico en trigo y aceite junto al Monte Carmelo, a lo largo del Mediterraneo hasta Tiro. Abastecerd las mesas de los reyes. El ordculo respecto de Neftalf es oscuro. Ocuparé la fértil Ila- nura de Genesaret y en tiempos de Débora aparecera como una tri- bu valiente en el campo de batalla (Jueces 4, 6 y 10 y 5, 18). Génesis 49, 22-26: La bendicién de José corresponde a Efraim y Manasés. Se predice su prosperidad (retofio de frutal o de vifia), fructifero y con abundantes ramas. A esto se afiade su poder, atacada duramen- te, no José por sus hermanos, sino la tribu por los pueblos circun- dantes, sale siempre victoriosa y sin mengua de un poder que vie- ne del Fuerte de Jacob, o sea, del nombre (la persona) del Pastor, Piedra de Israel, «del Dios de tu padre». Dios le concederé tam- bién —es El Shaddai, el Todopoderoso- las Iluvias fecundantes del cielo y las aguas de los manantiales del abismo. Igualmente seran fecundos sus animales y fecundas las personas. El versiculo 26 habr4 que traducirlo asi: «Las bendiciones de tu padre, que han sobrepasado las bendiciones de las montafias eter- nas, el goce de los collados eternos (0 sea, son m4s grandes que las montafias mas altas), que sean sobre la cabeza de José, sobre la cabeza del elegido entre sus hermanos». José es principe elegido, nazir, de sus hermanos y las bendiciones divinas caeran sobre él con la maxima abundancia. NOTA: segiin I Crénicas 5, 1-2, la primogenitura perdida para Rubén pasé a los hijos de José, aunque de Juda salié el principe y prevalecié entre sus hermanos. ,Cémo entender este pasaje, tinico que habla de tal primogenitura? Recordemos que la primogenitura entrafiaba un doble privilegio: la primacia entre los hermanos y una doble porcién de la herencia paterna (Deuteronomio 21, 17). La primera es la que pasa a Juda y la segunda, a los hijos de José, Efraim y Manasés. Génesis 49, 27: Benjamin se distingue por su cardcter ardiente y belicoso y por eso se compara con el lobo que desgarra la presa. 88 Génesis 49, 28-33: Jacob, lleno de fe, pide ser enterrado en Canadn y muere asi de cara a la tierra prometida, figura de otra tierra prometida, la verda- dera, hacia a cual nos encaminamos los cristianos, el Cielo. Génesis 50, 15-21: Temor de los hermanos de José. Después de todo cuanto su hermano habja hecho por ellos durante 17 afios, atin dudan de su perdon y de la nobleza de su alma; pero es natural que quienes no se elevan muy alto, sean incapaces de comprender la auténtica gran- deza de alma que, quizds, incluso califican de «tonteria». Notese la fina sensibilidad de José, llora al oir hablar asi a sus hermanos, y su profundo espiritu de fe: él no estd en lugar de Dios, y a Dios solo pertenece el dar a cada uno segiin sus obras. Nueva- mente recalca el bien inmenso que ha resultado en el plan divino de los sufrimientos que le causaron sus hermanos y comprende que a él le toca una sola actitud: colmar de beneficios a sus hermanos y Sus respectivas familias hasta el fin, como correspondencia a los beneficios recibidos por Dios. Génesis 50, 22-26: También José muere de cara a la tierra prometida en un tiltimo acto de fe, y pide el traslado de sus restos a Canaan, cuando la descendencia de Jacob salga de Egipto. La realizacién de este de- seo de José la tenemos en Exodo 13, 19. También Hebreos 11, 22 recalca este tiltimo acto de fe de José. Toda Ja grandeza moral de José la debe a su constante fidelidad a Dios, fruto de su fe viva jamds desmentida. No olvidemos que hay estrecha correlacién entre fe y fidelidad. Si cabe tanta santidad y generosidad en un justo del Antiguo Testamento, {qué no se ha de pedir a los que vivimos bajo la Nue- va Ley y tenemos las ensefianzas y el ejemplo de Cristo? 89 MOISES, LIBERTADOR DEL PUEBLO DE DIOS I. UN CAMBIO DE GOBIERNO QUE AFECTA A LOS ISRAELITAS Pasarian unos cuatro siglos para dar margen a los acontecimien- tos politicos y la multiplicacién de los israelitas: cf. Exodo 12, 40 y Hechos 7, 6. Los israelitas se habfan multiplicado extraordinariamente. El verbo hebreo sharaz se dice de bancos de peces, de enjambres de abejas, etc. Es una expresién muy grafica. Hoy hablariamos de explosién demogréfica. Asimismo insinta el texto su excelente situaci6n econdmica. La regién se refiere a toda la parte del Delta y no solamente a la parte de Gosén. Asimismo es preciso suponer que los israelitas llegaron hasta las ciudades y entraron en contacto con la civilizacién egipcia. Nétese que en la confecci6n del tabernaculo en el desierto, hay quienes saben niuy bien artes y oficios (Exodo 31, 1-11). También se ve por lo que sigue, que los padres de Moisés vivian cerca del palacio del rey. Y todo este conjunto de datos insintia que muchos israelitas vivian en medio de los egipcios en el momento de la partida. Pero en todo caso y a pesar de todo, los hebreos eran una minoria. Exodo 1, 6-12: Surge un Faraén que «nada sabia de José», es decir, una nueva dinastia que ya no era favorable a los israelitas, como la anterior de los hyksos. Se trata de una dinastfa egipcia. Probablemente el Faraon del cual se habla aqui es Ramsés II (XIX dinastia, aflos 1298-1232 a.C.). ‘ Este Fara6n pensaba que la minoria israelita era sin embargo lo suficientemente fuerte para llegar a ser peligrosa para la seguridad 91 del pais. Podfa aliarse con los pueblos asidticos y quiz4s provocar una guerra civil. Se los podria expulsar, pero era preferible ago- biarlos con trabajos forzados y no dejarles tiempo para pensar en una posible revuelta. El agotamiento fisico se lo impediria. Ade- mas con esto se podia minar su salud y evitar su multiplicacién excesiva. Dice Herédoto que el canal del Mar Rojo al Nilo que planed Necao (609-595 a.C.) costé 120.000 vidas humanas. Notese la injusticia del Faraén al imponer estos trabajos a los hebreos: en Egipto parte de los trabajadores eran libres; los escla- vos eran principalmente los rebeldes dominados 0 los prisioneros de guerra. Los israelitas no eran ni lo uno ni lo otro. II. SENTIMIENTOS DE LOS ISRAELITAS EN TALES CIRCUNSTANCIAS Exodo 1, 13-14: Sin duda en medio de tan dura esclavitud se acordarfan de las promesas de Dios y despertaria en ellos el deseo de salir de Egip- to: estratagema de Dios para desprender al alma por medio del sufrimiento, «Aparece aqui una vez mis la voluntad de Dios sobre su pueblo: en medio del sufrimiento, el despojo, la humildad, Is- rael Ilegard a desasirse de si y a entregarse por completo en manos de Dios, convirtiéndose en el pueblo “pobre” segtin Dios. La his- toria que comienza ahora, es la historia de tal formacién, la histo- ria de cémo se va aprendiendo la renuncia a si mismo para estar disponibles.»° Un alma no esté dispuesta al servicio de Dios —dis- ponible- sino en la medida de su desprendimiento. TI. OTRA MEDIDA INICUA Exodo 1, 15-21: El hecho de mencionarse solamente dos parteras parece indi- cio de que se trata de un distrito poco extenso. Quizds se trataba de Pt Georges Auzou, DE LA SERVIDUMBRE AL SERVICIO, Estudio del libro del Exodo. Ediciones FAX. Pagina 66. 92 ensayar la medida primero en las proximidades de la residencia del Fara6n. Evidentemente las parteras eran egipcias —de mujeres he- breas no podria haberse fiado el Faraén— pero eran almas rectas, buenas y que tenfan horror a la injusticia. Nétese cémo protege Dios a su pueblo en estas circunstancias, y como bendice a las almas que le «temen» (reverencian y sirven). Dios concede a las parteras numerosa prole; es el sentido de la expresiOn «edificarles casas», y seguramente, segtin el sentido de la frase, también numerosos criados y bienestar material. Poco a poco Dios va preparando la realizacién de sus designios sobre su pueblo. Asi, mientras el Faraén piensa destruir al pueblo de Israel, Dios, valiéndose de las mismas medidas dispuestas por el Faradn, dispone que en el propio palacio real se salve y se pre- pare para su misi6n el futuro libertador, que ha de sacar al pueblo de Dios de Ja esclavitud a la libertad. IV. DIOS PREPARA AL LIBERTADOR Exodo 2, 1-10: Los padres de Moisés son Amram y Yokabed (0 Yokébed), se- gan Exodo 6, 20 o Numeros 26, 59. Yokébed era tia de su esposo Amram, segtin Nimeros 6, 20. La versién de los Setenta Ja Hama «hija del hermano de su padre», lo cual Ievaria a considerarla hija de Guersom o de Merarf. Que se la llame hija de Levi, no indica necesariamente que sea de la primera generaci6n. Aaré6n y Marfa eran mayores que Moisés, habjan nacido antes del decreto del Faraén; Moisés es el primero que nace después del decreto. Nétese la fe enorme de la madre de Moisés y cémo ella espera contra toda esperanza; por eso oculta al nifio y toma después todas las medidas para salvarle (comparese: Hebreos 11, 23). Seguin la tradici6n judia, la princesa egipcia se llamaba Termutis, estaba casada y no tenia hijos. Pero no es posible histéricamente — hasta ahora al menos— determinar con seguridad el nombre de la princesa. Ramsés II, en la hip6tesis de ser éste el Fara6n, tenia mas de un centenar de hijos, segtin los escritores antiguos y de estos hijos se conocen hasta 45 nombres. 93 En todo caso es posible que la princesa tuviese su propio pala- cio a cierta distancia del palacio real. Bajé al rfo a bafiarse, proba- blemente, como parece insinuarlo el texto original, en alguna ins- talacién aneja. Entre tanto sus doncellas estan correteando junto al rio. Se descubre la cesta con el nifio. Todo se atribuye a la princesa por cuanto ella es la principal protagonista y es ella quien decide la suerte del nifio. Una egipcia no podia en este caso ser nodriza del nifio, no se habrfa atrevido a contrariar las érdenes del Faraén. Asf, por espe- cial providencia divina, Moisés es devuelto a su madre. Nétese que la princesa recalca que seré ella quien dé la paga a la nodriza, como indicando que nada tenia que temer. AI prohijar la princesa a Moi- sés, segiin la ley egipcia, se consideraba al nifio hijo natural, naci- do de la princesa. En cuanto al nombre de Moisés: Si la etimologia es hebrea, significa «sacado» (Participio activo de mashah). Si la etimologia es egipcia —lo cual es lo mas probable— podria significar simple- mente «nifio». Pero parece mas probable que haya sido un nombre. relacionado con una divinidad egipcia y que la primera parte se haya perdido. Es bastante probable que el nombre completo fuera «OSIRIS HA NACIDO DE NUEVO», porque la princesa, al sa- carle de las aguas, le hizo como resucitar a nueva vida. Segtin la mitologia egipcia, Osiris fue perseguido y muerto por su hermano Set y arrastrado en un sarc6fago de madera por la co- triente del Nilo, qued6 prendido entre la vegetacin. Su esposa, la diosa Nefti, lo sacé de las aguas y lo resucité a una vida feliz. Asi la princesa pudo decir «USIR MOSIS», o sea, Osiris ha nacido, porque lo he sacado de las aguas. Moisés es criado por su madre, lo que sin duda influyé en pre- servar al nifio de la idolatrfa. Es adoptado por la hija del Faraén, medio del cual se vale Dios para preparar a Moisés para el gobier- no de su pueblo con lo que aprende en la corte de Egipto. Moisés es instruido en las ciencias de los egipcios y llega a ser «poderoso en palabras y obras» (Hechos 7, 22). 94 V. HUIDA DE MOISES AL DESIERTO Exodo 2, 11-12: Moisés, segtin San Esteban (Hechos 7, 23), tenia 40 afios, lo cual hay que entender no tanto al pie de la letra sino como un esta- do de madurez, cuando va a ver a sus hermanos los hebreos y ve la injusticia que se comete con ellos. Muy posiblemente en ese mo- mento cruzo por la mente de Moisés el pensamiento de que podria darles la libertad, y en un arrebato de indignacién mata al egipcio. Pero Moisés solamente podia matarlo legitimamente si tenia para ello una potestad legitimamente recibida, sea de la autoridad civil (en este caso del Faraén...), sea directamente de Dios. San Esteban insintia esto ultimo (Hechos 7, 24-25) al decir que Moisés hizo justicia (dike) matando al egipcio y sus hermanos hebreos habian de darse cuenta de que era él el salvador enviado por Dios. Exodo 2, 13-14: Moisés se siente responsable de sus hermanos; de ahj su inter- vencion para reconciliar a los que refifan, pero se da cuenta de que es mal interpretado. Tal vez el hebreo lo consideraba como un re- negado y traidora su pueblo. Los israelitas atin no se han dado cuen- ta de que Moisés, al matar al egipcio, demostré que renunciaba para siempre a su pais de adopcién y queria solamente formar parte de su pueblo perseguido. Comparese: Hebreos 11, 24-26. La situacién de Moisés era muy grave: a) Habja asesinado a un empleado pitblico egipcio que tenia autoridad publica recibida del Faraén. b) Con el agravante de ser él, Moisés, un hebreo salvado gra- cias a la familia real y educado en la misma corte. c) Otro agravante era el que la conducta de Moisés podia ser el comienzo de una revuelta general de los hebreos. Era, pues, ldgico que el Faraén buscase al culpable para darle muerte. Exodo 2, 15-22: Moisés huye a la peninsula del Sinai, al pais de Madian. Los 95 madianitas, segin Génesis 25, 1-2 eran descendientes deAbraham por Cetura. Nétese la estrategia de Dios: Moisés es egipcio por la educa- ci6n recibida; ahora entra en una familia cuyas costumbres son las mismas de los Patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob, se familiariza con el desierto y la vida némada. N6tese también el gesto de Moisés al ayudar a las hijas del sa- cerdote de Madian: es caracterfstico en él intervenir para combatir la injusticia. Como es ldgico, el padre de las muchachas le ofrece hospitalidad y es igualmente natural que todo termine en matrimo- nio con una de las hijas, Séfora (el nombre parece significar «paja- rilla»). Hay tres nombres distintos para el suegro de Moisés: Regiiel (Ex. 2, 18), Jetré (Ex. 3, 1; 4, 18; 18, 1, 5-6, 9 y 12) y Jobab (Hobab) segtin Jueces 1, 16; 4, 11 (en cambio, en Nimeros 10, 29, Jobab es un hijo de Ragiiel). Parece que la explicacion de los tres nombres es la siguiente: se trata de nombres honorificos. Jetré: «Excelencia», es un titulo que ostentaba el suegro de Moisés a causa de su dignidad; Regiiel significa «pastor de Dios» y es muy a pro- posito para designar al jefe de una comunidad, sobre todo al jefe Teligioso. En el desierto Dios hace padre al que ha de ser padre de su pue- blo. Guersom significaria «extranjero»; alusidn a la buena acogi- da recibida por Moisés (gér es palabra hebrea que significa el ex- tranjero que vive largo tiempo en una regién y queda bajo la proteccién de las leyes locales). En Madian se hallaba Moisés en una zona por donde pasaban las caravanas y podfa facilmente estar al corriente de lo que pasa- ba en Egipto y otras regiones. Todo resulta providencial. Dios va preparando lentamente su intervencién en la historia. En el desierto Moisés se prepara con una vida sencilla y auste- ra. Queda desprendido de las comodidades de la corte de Egipto. Ademiés tiene mucho tiempo para hacer oraci6n y aprender a escu- char a Dios. Toda misién grande y divina se prepara en la soledad, el silencio, la prolongada espera. Dios no tiene prisas... La misién grande y divina exige profundidad de alma; la superficialidad es la gran enemiga del auténtico apostolado y de la santidad. 96 VI. LA INTERVENCION DIVINA Exodo 2, 23-25: Notese que la servidumbre clama al cielo como clama a Dios la suerte de todos los oprimidos (Exodo 22, 21-22). El sufrimiento del oprimido es por sf mismo una stiplica que Dios escucha. Y Dios se acord6; acordarse Dios significa en la Biblia inter- venir, hacer algo, (comp4rese: Génesis 8, 1; 19, 29; 30, 22; Exodo 6, 5; I Samuel 1, 19-20 etc.). Asimismo decir que Dios mira, sig- nifica una mirada activa y eficaz, y declarar que conoce o reco- noce indica que efectivamente entra en comunicacién con los israelitas y realizard con ellos su obra. De laservidumbre y la escla- vitud los sacaré Dios a la libertad de su servicio. Dios les concederé mas de lo que querian; solamente pedfan la libertad externa, de movimiento etc. y Dios les convertird en su pue- blo peculiar y les ensefiaré Ja libertad interior. Exodo 3, 1-6: Guiado por la Providencia divina, Moisés, con el rebafio de su suegro, se aleja de las Ilanuras de Madian hacia la regi6n monta- fiosa del Sinai en busca de pastos. Sin duda era verano, pues hasta el dia de hoy en esa época del afio, desaparece la vegetacién en la lanura por el ardor del sol, mientras en las partes montafiosas del Sinai quedan pastos para el ganado. Otro detalle de interés es que precisamente en esa regién del Sinai son numerosas las serpientes venenosas. Notese que Dios se hace visible en una Hama de fuego. El «dn- gel de Yahvé» es en muchos textos antiguos sinénimo de Yahvé mis- mo. Por ejemplo en Génesis 22, 1 1-12. Una explicacién meramente natural del fenémeno no resulta satisfactoria. Ciertamente se trata de un acontecimiento extraordinario de acuerdo con la vocacién extraordinaria y trascendental de Moisés. La tierra donde se produce el fenémeno es santa por cuanto all se manifiesta Dios de un modo especial; de ahi que Moisés se descalce al experimentar la presencia divina. Sabe que se encuen- tra con el Dios de sus padres. Todo lo que entra en contacto con Dios, y tanto cuanto, es santo y exige respeto. 97 Eixodo 3, 7-12: Dios revela a Moisés su misi6n: ha de ser el libertador de Is. rael, Pero Moisés pone una primera pega: su propia pequefiez e in- suficiencia. En esta actitud de Moisés hay ya una garantia de la rea- lidad de su contacto con Dios, ya que una auténtica experiencia de Dios de suyo lleva siempre a Ja humildad en el momento mismo de la experiencia. Es la reacci6n tipica del alma ante una misién auténtica que Dios le conffa, experimenta toda su insuficiencia y su radical incapacidad. De ahi también la respuesta de Dios: ¥o estaré contigo. El que nada puede por si mismo, todo lo puede con Ja ayuda divina. Exodo 3, 13-14: El sentido de Ja pregunta de Moisés es: le envia el «Dios de los padres», pero {,quién es ese Dios?, {de qué es capaz?, {qué sig- nifica su nombre? Los israelitas necesitan un Dios que sea eficaz. para ellos. Faltaba a Moisés (y con mayor raz6n al pueblo) un conocimiento profundo de Dios, y Dios va a dar a Moisés —progresivamente- tal conocimiento. Ademas una misién de apostolado exige siempre un conocimiento profundo de Dios. En el Antiguo Testamento Dios se va revelando poco a poco. Lo mismo sucede en nuestra vida interior. Y nétese la respuesta: YO SOY EL QUE SOY. Ciertamente Dios es el Ser subsistente y que no necesita de nada ni de nadie, es el Absoluto frente a todos los demés seres contingentes. Es «ens a se». Pero jes éste el sentido del texto? Cae del todo fuera de la mentalidad bfblica el concepto filoséfico de «aseidad», aunque ciertamente se deduce de este texto. Pero la forma verbal emplea- daen hebreo (eheyéh asher eheyéh) puede considerarse como modo causativo (hifil) y entonces se obtiene un concepto muy propio de 1a mentalidad semita: Yo soy el que hago ser o existir. Es el Dios vivo que obra y actia y hard que Moisés sea el Libertador. Exodo 3, 15-22: Los ancianos son los jefes jurfdicos de las familias y tribus en un sistema de primogenitura legal. Representan al pueblo ante el Faraén. 98 La peticién que han de hacer no es exorbitante. Cada pueblo y cada ciudad tenfa sus dioses a quienes ofrecian sacrificios. Los hebreos no podian rendir culto a su Dios en Egipto por cuanto ofte- cfan animales que los egipcios consideraban sagrados. Puede muy bien suponerse que también en otras ocasiones, quizds con cierta periodicidad, los israelitas efectuaban alguna peregrinacién fuera de las fronteras egipcias para adorar a Dios. Ademis, el alejarse tres dias solamente tampoco bastaba para Ilegar hasta el Sinai. La peticion por consiguiente era moderada. También predice Dios a Moisés que el Faraén denegaré la peti- cién y que Yahvé castigard a los egipcios hasta que dejen salir su pueblo de Egipto. Exodo 4, 1-9: Notese la resistencia de Moisés y su temor de no ser creido. Aho- ta Dios concede a su enviado el don de milagros. Sin este don dificilmente podria haber cumplido su misién. Que el bastén (no el cayado de pastor, sino, segtn el significado de la palabra hebrea —mattéh— una vara corta, semejante a la que lleva en unas pinturas murales de una tumba egipcia un jefe beduino) se convierte en verdadera serpiente se desprende del hecho que Moisés huye y més tarde, ante el Faraén, dicha serpiente se comera las de los magos. Los milagros han de confirmar que efectivamente es Yahvé quien envia a Moisés, tal como més tarde los Apéstoles obraran milagros en nombre de Jesucristo para acreditar su mision. Las dos sefiales siguientes, la lepra y el agua convertida en sangre, tienen la misma finalidad de la primera. Exodo 4, 10-16 y 17-19: Nueva resistencia de Moisés. Palpamos a través de sus palabras su temor, su angustia, su repugnancia vivisima que provoca «la ira de Dios», es decir, que llegan a un punto tal que realmente Moisés mereceria ser castigado por su resistencia, o sea, ya hay en esta resistencia una falta. Ademas, Moisés se olvidaba de que con Dios Jo podia todo. El] resistir tanto era falta de fe. Instintivamente que- tia encontrar la fuerza en si mismo. Nosotros, muchas veces no nos lanzamos por contar solamente con nuestras propias fuerzas en vez de contar con Dios. 99 Notese la insistencia deYahvé: todo depende de Ei, y es El quien estard con Moisés. Por afiadidura le concede la eficaz ayuda de su hermano Aar6n (Exodo 7, 1). Moisés debe aceptar su misin, y por fin se rinde a la voluntad de Dios. Moisés se santificara cumplien- do su misi6n. El que no acepta y cumple su misién, tampoco llega a la santidad. Exodo 4, 18-20: Moisés no dice a Jetré la verdadera raz6n de su partida ya que no siendo éste hebreo no habria comprendido el asunto. Exodo 4, 24-26: Este episodio misterioso probablemente habra que interpretar- lo asi: Moisés se ve repentinamente atacado por una grave enfer- medad que pone en peligro su vida. Tales enfermedades y peligros se consideran en la Biblia como una presencia amenazante de Yahvé. Séfora quiere aplacar aYahvé y como la circuncisién se con- sideraba de cardcter religioso, circuncida a su hijo y ofrece la san- gre del nifio como sacrificio expiatorio. Es posible que Moisés, al descuidar un punto tan esencial en el pacto de Dios con Abraham (Génesis 17, 10-14), mereciera esta leccién de parte de Dios. El que ha de ser jefe y dirigente debe ser el primero en hacer todo cuanto Dios ha mandado. Es posible que después de este episodio Séfora regresara a Madian, al darse cuenta de que Moisés en Egipto iba a hacer algo mas que visitar a sus hermanos. Mas tarde aparecerd en Madian y no se nos dice cuando regresé (Exodo 18, 2-5). Exodo 4, 27-31: Nétese la fidelidad de Yahvé en cumplir su promesa al hacer que Aaron salga al encuentro de su hermano y por decirlo asi, sin- tonice perfectamente con él. El pueblo hebreo cree en la misién de Moisés, y adora y da gra- cias a Dios. Claro esta que era facil creer en ese momento, atin no se veia su fe sometida a prueba. La gran leccién practica que se desprende de los textos anali- zados es que todos tenemos una misién que cumplir en el cuerpo Mistico, y Dios se encarga de prepararnos para esta misin. Lo que 100 importa de parte nuestra es la suma fidelidad a Dios, no oponerle resistencia y tener cuidado de hacer todo cuanto El ha mandado. En el cumplimiento de toda misién hay momentos dificiles, duros, dolorosos. La tendencia humana es resistirse entonces a seguir adelante, pero hacerlo seria infidelidad a Yahvé. Y el que se echa atras no se realiza plenamente, no llega a la santidad y perjudica a los demas, dada la intima solidaridad que nos liga unos a otros. No ha de desconcertarnos ni el sufrimiento prolongado ni las lentitudes divinas. En la fie] obediencia a Dios en todo momento esta el secreto de nuestra santidad y del cumplimiento de nuestra misién dentro del Cuerpo Mistico. 101 HACIA LA LIBERACION I. MOISES COMIENZA SU MISION Exodo 5, 1-5: Al pedir Moisés y Aarén al Faraén que dejen ir al pueblo a sacrificar aYahvé, emplean una palabra (hagag) que indica propia- mente una fiesta religiosa con peregrinaci6n a algtin lugar sagra- do. Para los israelitas, pueblo némada, tales peregrinaciones resul- taban normales. Pero el Faraén declara que nunca ha ofdo hablar de Yahvé. En todo caso, segtin su mentalidad, se trataria de un mo- desto dios de pastores asiaticos. Para él la dignidad de un dios de- pendia de sus €xitos politicos y guerreros. Los israelitas estan opri- midos: para el Faraén esto tenia que aparecer como una sejial de impotencia. ;Qué caso iba a hacer a semejante Dios? No6tese la amenaza sutil que hay en las palabras de Moisés y Aarén: al no rendir el culto debido al Dios de los hebreos es muy posible que se produzca algtin castigo que, por lo menos indirecta- mente, afectaria a los egipcios (por ejemplo una peste, por conta- gio, 0 una guerra...) El Fara6n parece suponer que Moisés y Aar6n son capataces de los israelitas y vienen como comisionados por el pueblo, y ve en la peticién simplemente un pretexto para no trabajar. Y esto él no lo puede aceptar... Habra que agravar la servidumbre. Se entabla Ja lucha entre el Faraén y Dios. Dios comienza a «escribir derecho con renglones torcidos». Tremenda prueba para la fe. Exodo 5, 6-14: Habja sobreintendentes egipcios y «escribas» hebreos”!. Los pri- meros tenian que vigilar, dirigir y activar la produccion y los «es- > En la versién Nacar-Colunga, usa las palabras escribas y capataces. 103 cribas» debian llevar la cuenta de la produccién. Estaban mds di- rectamente en contacto con los trabajadores y, al no cumplir éstos todo su cometido, los escribas son azotados (versiculo 14). Notese el castigo del Faraén: fabricar los adobes con mayor fa- tiga al tener que ir en busca de la paja y tener que entregar cada dia la misma cantidad. Se han encontrado adobes milenarios intactos en varios lugares de Egipto. Y los sobreintendentes egipcios eje- cutan al pie de la letra las érdenes del Fara6n: primero apremian insistentemente y finalmente mandan azotar a los escribas hebreos. La injusticia manifiesta no les importa nada. Exodo 5, 15-19: Né6tese la queja humilde y respetuosa de los capataces al Fa- ra6n y cémo éste corta en seco estas quejas, no admite el didlogo. Ademéas, quiere con sus palabras hacer odiosos ante el pueblo a Moisés y Aarén; la causa del trabajo agobiante no es otra que el haber pedido permiso para la peregrinaci6n. Exodo 5, 20-23: La estrategia del Faraén produce el efecto deseado: los capata- ces, hombres de poca fe, se sublevan contra Moisés y Aar6n. Nétese en este pasaje —lo veremos asimismo en otros— la ma- nera de proceder de Dios: no solamente una lentitud extraordina- tia y desesperante para nosotros en muchos casos, sino también un proceder en apariencia contradictorio. ,No quiere Yahvé dar liber- tad a su pueblo Israel? Y he aqui que en vez de obtener la libertad, el pueblo ve agravada su servidumbre. Dios exige una fe ciega en Ely su Providencia, una fe que se apoye en El solo y no en calcu- los de probabilidades humanas y, conseguir esta fe, es la finalidad de este proceder de Dios que humanamente nos parece tan Ileno de misterio y hasta de contradicciones. Hay que educar al futuro pueblo de Dios en la fe, porque como pueblo de Dios ha de vivir de fe y propagarla. Moisés se queja a Yahvé, desconcertado ante los caminos de Dios, pero sin vacilar en la fe. Acude a Dios en la oracién, porque solamente Yahvé puede dar la soluci6n, y solamente la oracion da la luz para comprender, al menos hasta cierto punto, los caminos de Dios; lo suficiente para no desfallecer. 104 Exodo 6, 1-9: Notese la respuesta de Yahvé: en primer lugar tranquiliza a Moi- sés asegurandole su intervencion con todo su poder, que obligaré al Fara6n a dejar en libertad al pueblo. Moisés sale sereno de la oraci6n y seguro de la intervencién de Dios. No6tese también la afirmacién que Dios se revelé a los padres como EI Shaddai, el Omnipotente, pero no como YAHVE. No se trata de que no se conociera el nombre de Yahvé, sino su hondo significado revelado a Moisés. Es un caso de progreso en la reve- lacién. Fidelidad de Dios a sus promesas: cumpliré ahora lo jurado a Abraham y su descendencia. Esta descendencia se ha multiplica- do y ahora Yahvé la convertiré en pueblo suyo (versfculo 7) y Fl, ‘Yahvé, serd su Dios. Habra como un matrimonio divino entre Yahvé e Israel. Pero las grandes gracias se preparan con grandes sufri- mientos. Y, aunque Moisés habla de nuevo al pueblo, éste no le escucha. Estdn tan deprimidos y angustiados que son incapaces, psicoldégi- camente, de reaccionar. Solamente almas de una fe muy grande y plenamente vivida, habrian sido capaces de creer plenamente en semejantes circunstancias las palabras de Moisés. Dura prueba para Moisés. Es una lecci6n para todos: debemos constantemente y a través de todo, ejercitamos en la fe si no queremos fallar en los momen- tos mds dificiles. Exodo 6, 10-13 y 29-30: Moisés recibe nuevamente la orden de hablar al Faraén para que deje salir al pueblo. Moisés se queja, pues es «incircunciso de la- bios», es decir, no tiene ninguna facilidad de palabra. Ademas, ,no ha fracasado ya en su cometido, humanamente hablando? Sin embargo es preciso insistir, y Dios, al escoger un instrumento, le hace también capaz para el cumplimiento de su misidn. Ningtin fracaso debe hacernos desistir de la misién que Dios nos encomien- da. Dios tiene su hora ... Exodo 7, 1-7: Notese el significado de «profeta», el que habla en nombre de 105 otro. El profeta en la Biblia es el maestro suscitado por Dios para ensefiar a su pueblo. Aqui Moisés es el maestro de Aar6n, es para su hermano lo que Dios es para él. Se habla de endurecer el coraz6n del Fara6n. Las causas segun- das en la Biblia se reducen con mucha frecuencia a Ja causa prime- ra: e] Faraén se endurecera a si mismo al no querer escuchar la voz de Dios, pero Dios lo permite para gloria suya. E] endurecimiento se ira haciendo cada vez mayor, y es fruto de la resistencia a una primera gracia (cf. Romanos 1, 21-24). El resultado de este endu- recimiento serdn los golpes —las plagas son duros golpes— que re- cibird Egipto y la salida final del pueblo judfo de Egipto. La edad de Moisés que se indica no hay que tomarla al pie de la letra; morird a los 120 afios (Deuteronomio 31,2). Tenia cuarenta al huir a Madian y alli paso otros cuarenta afios. Se trata de cifras convencionales. Cuarenta suele ser el tiempo convencional para indicar una generacién. A Moisés se le asigna una longevidad co- trespondiente a tres generaciones, y de su hermano Aarén se dice simplemente que tena tres afios mas. odo 7, 8-13: Todavia hoy hay encantadores de serpientes venenosas en Egip- to. Por una presi6n en el cuello producen una completa rigidez en la serpiente, y esta rigidez cesa cuando se suelta el reptil. A éste, para reducirlo nuevamente a la rigidez, por supuesto hay que vol- ver a cogerlo por el cuello. De esta manera los «magos» del Fa- ra6n podian imitar a su manera el prodigio obrado por Moisés, aunque con mala suerte, ya que la serpiente de Moisés devora las de los magos. Tl. LAS PLAGAS Nota: en el relato de las plagas de Egipto alternan y se mezclan las diversas tradiciones (J, E y P). Sin duda, a hechos reales y ca- lamidades histéricamente ciertas, se afiaden en la redaccién del re- lato nuevos detalles que pertenecen a la forma literaria que se da al relato. 106 Auzou, en su comentario del Exodo” escribe: «Si queremos ahora imaginarnos los hechos, sin dejar de pensar como los escri- tores biblicos, veamos lo que se puede decir... Las aguas del Nilo, como ocurre a menudo, quizds de manera mds impresionante aquel afio, comienzan a adquirir un colorido rojizo... Moisés interpreta el fenémeno como de mal augurio para el pais. Esto llega a noti- cia de las esferas gubernamentales... Otra vez comienza a haber por todas partes, en cantidad desacostumbrada, ranas y sapos... En los circulos asidticos, aborrecidos por los egipcios, la cosa se explica como un castigo y advertencia del Dios Yahvé. El malestar se acrecienta cuando sobrevienen otras adversida- des, como invasiones de mosquitos y tabanos, enfermedades con- tagiosas que hacen presa en los ganados y en las personas. Estas pruebas y sufrimientos, {no estan dando la raz6n a la minoria ex- tranjera que exige poder celebrar su fiesta anual en el desierto?... ¢No es su Dios que desencadena todas estas desgracias? La cues- tion llega a ser atormentadora. Estalla una tempestad de granizo que llega a ser un verdadero desastre por su intensidad y extensi6n. Al mismo tiempo, o en otras circunstancias, el cielo se oscurece hasta el punto de consternar a todos los espiritus. Ya no cabe duda. Hay que decidirse a satisfa- cer las reclamaciones de aquellos hombres... de aquel Moisés que esta dando muestras de ser mds poderoso que los magos. Finalmente llega la noticia de la muerte del hijo mayor del rey. Se dice también que la epidemia que ha matado a ese nifio, co- mienza a hacer estragos en las familias. El hombre de la oposi- cibn, Moisés, se aprovecha de esta nueva y decisiva ocasién y afir- ma en términos mds enérgicos que nunca la voluntad de su Dios. Se ha arrancado por fin el inevitable “Salid!”.» Hasta aqui las palabras de Auzou. Evidentemente cabe una in- terpretacién de las plagas que sigue més de cerca el texto sagrado. Nos basaremos para el comentario en el del Padre Bartina® . 2 G, Auzou, opus cit. pags. 149-150 > La Sagrada Escritura, Antiguo Testamento, I Pentateuco. Profesores de Ia Cfa. de Jestis B.A.C. (Exodo traduccién y comentarios por Sebastién Bartina SJ) 107 Notese que en las plagas —a excepcién de la muerte de los pri- mogénitos— se vale Dios de ciertos fenémenos naturales, pero es- tos fenédmenos Ilegan a ser extraordinarios por el modo cémo se producen. Son milagros quoad modum, aunque no lo son quoad substantiam. Ademas, fendmenos puramente naturales no habrian impresionado al Faraén ni obtenido la salida de Egipto de los he- breos. Exodo 7, 14-24: El agua del Nilo se vuelve sangre. No se trata de la conversi6n en sangre humana o animal, sino de un color de las aguas semejante al color de la sangre. Hay quie- nes interpretan el fenémeno debido al limo rojizo que lleva el rio sobre todo en su crecida a finales de Junio. Sera tal vez mejor ex- plicar el color de sangre por la presencia de unos microorganismos (Euglena sanguinea y Haematococcus pluvialis) que abundan en los altos lagos y colorean el agua de purpura. En afios muy Iuvio- sos pueden bajar del lago Tana al Nilo Blanco. Producen mucho oxigeno durante el dia, pero por la noche es mayor Ia cantidad de oxigeno que absorben que el que producen, lo cual provoca facil- mente la muerte de los peces por falta de oxigeno. La plaga, aparecida en el Nilo, se comunica rdpidamente a los canales y los egipcios al no poder beber el agua, se ven en la nece- sidad de excavar pozos en la orilla del rio, para que el agua se filtre a través de la arena. 4C6mo pudieron los magos hacer lo mismo? Se comprende que pudieran hacer algo semejante con el uso de colorantes. La plaga dura siete dias, es decir, es breve por la bondad de Yahvé. (Versiculo 25). Sabiduria 11, 4-14 ve en esta plaga el justo castigo por la muerte de los nifios hebreos. Exodo 7, 26-29 y 8, 1-11: Segunda plaga, las ranas. Se ha de entender en sentido amplio de toda clase de ranas y sapos. Al retirarse el agua del Nilo después de la inundacién, que- dan estanques y charcas donde facilmente comienzan a pulular las ranas. Generalmente las aves acuaticas abundantes en el Delta (ibis, cigiiefias, pelicanos...) suelen destruir gran cantidad de ellas, pero muy posiblemente la muerte de los peces provocé un desplazamien- 108 to masivo de estas aves y las ranas pudieron multiplicarse impune- mente. La muerte casi instantdnea de las ranas se debi seguramente a una infecci6n (el bacillus anthracis puede aniquilarlas en un ins- tante). Pero lo milagroso esta en que todo sucede a una orden de Moisés, tanto en lo que se refiere a la aparicién como a la desapa- tici6n de las ranas. Los magos podian imitar a Moisés esparciendo en secreto las ranas por varios sitios clave... Exodo 8, 12-15. Tercera plaga, los mosquitos (algunos traducen: piojos). En octubre y noviembre los mosquitos se dan en Egipto en gran- des cantidades. El milagro est4 en que aparecen a una orden de Moisés y Aar6én. Los magos esta vez no pueden imitar el hecho y tienen que reconocer que la tinica explicacién es «el dedo de Dios», o sea el poder de Dios. No quiere decir esta frase que los magos reconocieran a Yahvé, sino que simplemente pensaban que la divi- nidad que invocaba Moisés era mds poderosa que sus dioses. En los textos mAgicos se encuentra la frase «el dedo del dios X». Los magos sin duda —todos ellos usaban varillas consideradas magicas— se referfan al hablar del dedo de Dios, a la vara de Moisés. Exodo 8, 16-28. Cuarta plaga, los tabanos. Esta vez la plaga no afectaré la tierra de Gosén, sino solamente alos egipcios. Los tabanos suelen aparecer a finales de otofio. Trans- miten el «antrax cutdaneo» recogido en animales apestados. E] mi- lagro de la plaga est en la intensidad desacostumbrada con que se produce, su limitacién a un tiempo determinado y determinadas zonas por voluntad de Moisés y su relacién con otras plagas. Momentdneamente el Faraén cede y quiere que los israelitas sa- crifiquen a Yahvé, pero dentro del territorio egipcio. Moisés alega que esto es imposible, ya que tendran que sacrificar animales sa- grados para los egipcios. Notese que en los papiros de Elefantina, que datan del siglo V a. C., se alude a las disensiones entre judios y los sacerdotes de Khnum que se insurreccionaron al ver que los judios sacrificaron un carnero, animal sagrado de Khnum y otras divinidades egipcias. 109 Finalmente el Faraén cede y solamente exige que los hebreos no se alejen més de tres dias. La plaga, a la orden de Moisés, cesa, y el Fara6n se obstina de nuevo. Es cosa muy propia de pecadores obstinados arrepentirse tan s6lo momentaéneamente en un momen- to de afliccidn o peligro y, apenas pasado este momento, se olvi- dan de todo y vuelven a las andadas. Exodo 9, 1-7. Quinta plaga, epidemia del ganado. Se trata de una peste gravisima del ganado y de Ia cual se ve libre la tierra de Gosén. Al decir que todo el ganado egipcio murié no se ha de tomar en sentido matematico, porque poco después, en la plaga del granizo, todavia queda algun ganado. El estilo es hi- perbélico. Ademis se dice claramente que la peste afectard al ga- nado que estd en el campo. La peste pudo muy bien haber tenido por causa la infeccién de las ranas y provocada en el ganado por comer la hierba todavia contaminada y no purificada atin por la falta de Iluvia. Una vez mas el Fara6n se obstina. Exodo 9, 8-12: Sexta plaga, las tilceras. El horno de que aqui se habla es el «kibsan» que era un gran horno para cocer cerdmica o cal. No se puede saber exactamente de qué enfermedad se trata. Es posible sea la viruela, muy conta- giosa, y cuyas sefiales han aparecido en momias del antiguo Egip- to. El hagiégrafo nos presenta a los mismos magos afectados por la enfermedad e impotentes ante el manifiesto castigo de Yahvé. El verdadero Dios triunfa de los falsos dioses. Exodo 9, 13-35: Séptima plaga, el granizo. Dios amenaza con enviar todas sus plagas juntas, lo cual quie- re decir que esta vez el golpe sera tan fuerte que equivaldra a mu- chos golpes juntos. Ademas la amenaza se dirige especialmente contra la persona del Faraén. Notense los versiculos 15-16: Dios ha mantenido al Fara6n con vida para hacerle comprender el poder del verdadero Dios. Y como el Faraén es el prototipo del poder que se opone a Dios en el mun- do, Yahvé triunfar4 de é1, de modo que el nombre del verdadero Dios, Yahvé, sea proclamado y reconocido por todos. Los pecado- res existen para gloria de Dios. Dios permite las injusticias que 110 cometen para triunfar de sus enemigos y obligar a todos a glorifi- carle. N6tese también que Dios avisa al Faraén y los de su corte que pongan a salvo a su ganado, (Dios siempre avisa por medio de su Palabra, sus profetas etc. Lo importante es hacer caso) el que crea este aviso y haga caso de él se beneficiard de la clemencia divina y no sufrira pérdidas materiales. Asi contrastar4 mas la tozudez del rey con la fe de algunos de sus stibditos. Téngase presente también que para los israelitas los grandes nu- barrones tempestuosos aparecian como ocultando la divinidad y los rayos eran como destellos de su luz que se escapaba. El trueno era como la voz de Yahvé, el granizo sus armas arrojadizas. La piedra que cayé rompié a trozos y desgajé los arboles y maté a los animales al caerles encima, y asimismo a los hombres. Seguin los versiculos 27 y 28, el Faraén se impresiona, pero esto es superficial, porque no se detiene a reflexionar. Nuestra insensi- bilidad a la gracia va aumentando en la medida que las adverten- cias de Dios nos resbalan. Moisés lo prevé y no cree en la promesa del rey de dejar salir al pueblo. Sin embargo «levantard las ma- nos», 0 sea, hard oracion a Yahvé y la plaga cesard. Notese que Moisés no dice que «atin no temen a Yahvé>, es decir, han Ilegado a servirle, sino ni siquiera temen ante Yahvé espanta- dos por sus prodigios. Y efectivamente, el rey sigue obstinandose. Es interesante la observacién del hagiégrafo que indica que el lino y la cebada quedaron destrozados, pero no asi el trigo por ser tardio. En Egipto el lino se siembra en enero y florece unas tres semanas después; la cebada se siembra en agosto y se cosecha en febrero. Las granizadas no se dan todos los afios en Egipto pero cuando se dan es entre enero y abril. Exodo 10, 1-20: Octava plaga, las langostas. Las invasiones de langostas son frecuentes en los paises calidos al sur del Mediterraneo. Forman nubes que vuelan y que arrastra el viento y destrozan la corteza misma de los arboles en su voracidad insaciable. La langosta aparece pocas veces en Egipto, a intervalos irregulares, pero cuando se presenta causa estragos enormes. N6tese que Moisés ha de ensefiar a sus descendientes cémo pro- cede Yahvé con los egipcios; es que la leccién que encierran las 11 plagas, es para todos, todos han de aprender que no se puede jugar impunemente con Dios y obstinarse en hacerle resistencia. Tarde © temprano tal actitud desencadena sufrimientos cada vez peores. Pero hay que meditar estas cosas y asimilarlas. No hay nada peor que la superficialidad. Los de la corte del Faraén estan ya cansados de tanta calami- dad y suplican al Faraén haga caso de Moisés. Pero nétese que el Fara6n, adivinando que el pueblo, si los deja ir, no volveran, quie- re que vayan solamente los hombres a adorar aYahvé y retener como rehenes a las mujeres y los nifios. Pero a Dios no es posible poner condiciones, sino que hay que acatar integramente su voluntad. Se producird, pues, Ja plaga. El viento que finalmente barre las langostas, proviene del mar (Mediterraneo) y los arroja al Mar Rojo. Pero tampoco esta vez el Fara6n da su brazo a torcer. Exodo 10, 21-27: Novena plaga, las tinieblas. Existe un viento calido e impetuoso que los arabes Haman «hamsin», palabra que significa «cincuenta», ya que suele soplar durante unos cincuenta dias, entre Pascua y Pentecostés (de marzo a abril). Arrastra consigo grandes masas de arena del desierto y suele durar de dos a tres dias. Donde sopla parece todo estar envuelto en la tiniebla. Segtin Herddoto, el ejército de Cambises qued6 sepul- tado en el desierto en medio de una tremenda oscuridad producida por un torbellino de una tempestad de arena. Una vez mas el mila- gro de la noyena plaga es «quoad modum». Los israelitas, en la tierra de Gosén, no se vieron afectados por el hamsin, probablemente debido a que todo el sector geografico de Wadi Tumilat esta protegido por unos salientes montafiosos que cierran el paso al hamsin. Véase también cémo describe el libro de la Sabidurfa en forma poética estas tinieblas: Sabiduria 17, 1-20. Ademas, las tinieblas son un justo castigo para quienes «andan en tinieblas». No6tese que el Faraén va condescendiendo esta vez algo mas: podran ir todos a sacrificar a Yahvé, pero que dejen su ganado. Moi- sés se mantiene firme y alega que no saben ni la cantidad —grande desde luego- ni la clase y edad de los animales que han de sacrifi- car, porque esto se lo dird Yahvé en el desierto. Por tanto tienen 112 que Ilevarlo todo. Una vez mas el Faradn se obstina y echa a Moi- sés con amenazas de su presencia. Exodo 11, 1-8: Anuncio de la décima plaga, la muerte de los primogénitos. Para entender el significado de esta plaga hay que tener presen- te que los israelitas son el pueblo primogénito de Yahvé, (véase Exodo 4, 22 y Eclesidstico 36, 14) descendencia de Abraham se- guin la promesa divina. Ser primogénito implica en la Biblia no solamente el ser el primer nacido, sino el ser heredero de los dere- chos de primogenitura, lo que inclufa el mayorazgo de los bienes y el tener autoridad suprema sobre los demas hermanos. Si, pues, Egipto, pueblo que no es primogénito y por tanto se halla en una posici6n inferior a Israel, no deja en libertad al pueblo primogéni- to, Yahvé matard a los primogénitos de Egipto. Es un castigo pro- porcionado a la culpa. Moisés se dirige al Faraén, sea directamente, sea a través de sus ministros, para predecir esta ultima plaga. Morir4 el primogénito de] Faraén, o sea, el principe heredero, y moriran los demas pri- mogénitos de los egipcios, incluso de las familias m4s humildes y hasta los de los animales. Estos Ultimos tienen relacién con las ofrendas que habia que presentar a Yahvé. Habia que hacer com- prender que tanto los primogénitos del ganado como los de los hombres son primicias reservadas a la Divinidad. Notese que la plaga aparece en estrecha relaci6n —como vere- mos en la leccién siguiente— con la celebraci6n de la Pascua. Entre tanto tengamos presente que: «el Faradn es verdadero “tema bi- blico”. Ocurre con él como ocurrird con todos aquellos monarcas y tiranos, cuya lista encabeza él...: el rey de Assur, el rey de Babel, Antioco el perseguidor, el emperador de Roma y finalmente el Anticristo y el “Principe de este mundo”, Satands. Todos ellos son oponentes. Y su ruina ilustrard el poderto de Yahvé, al mismo tiempo que su fidelidad hacia su pueblo que ha sufrido pruebas»* . Pero la leccién es también para todo pecador que se obstina y que, tarde o temprano, atrae sobre si el castigo divino, sea en el tiempo, sea en la eternidad. * G, Auzou, opus cit. pag. 153 113 LA SALIDA DE EGIPTO I. LA CELEBRACION DE LA PASCUA Exodo 12, 1-28: La Pascua es més antigua que el Exodo, pues era una fiesta de las primicias de los rebafios que ofrecian los pastores, pero aqui se determina la forma de celebrarla y se afiade una significacién nue- va histérica. Dios se vale de lo que ya existe, de algo ya conocido, para darle un significado nuevo, lo que supone para nosotros una gran leccién de pedagogia. Los 4zimos parecen responder a una fiesta antigua de primi- cias propia de labradores. Aqui también adquiere un significado nuevo, Exodo 12, 1-6: Notese que la victima debe ser perfecta, sin tara alguna, porque a Dios siempre se le ha de dar lo mejor (de sus propios dones, al fin y al cabo es El quien nos lo da todo). «Macho», porque al ma- cho se le considera fuente de vida, que es el valor supremo, «de un ajio», mejor: nacido durante el afio. Debe estar aislado algunos dias pata sefialar su «separaci6n» del resto del rebafio y su dedicacién a Dios. No se pueden poner las cosas consagradas a Dios al mismo nivel que las profanas. Exodo 12, 7-11: En Oriente se concede hasta el dia de hoy un gran valor a la aspersién de las puertas con la sangre de la victima. Es un rito de defensa y de preservaci6n contra muchos males. Moisés se vale de este rito para darle también un significado nuevo. Los israelitas han de sefialar sus puertas (jambas y dintel) con la sangre del cordero inmolado al atardecer («entre dos luces») y de esta manera Yahvé 11s pasara de largo y no sufrirén ningun dajio. Es la Pascua, el paso del Sefior (etimologfa popular derivada del hebreo «pesah»). El cordero pascual ha de comerse asado al fuego (simplemen- te puesto un instante sobre las brasas) y no de otra manera; la razén es la prisa de Ja salida. Con panes 4zimos, por la misma razon, y con hierbas amargas, simbolo de amargura, de la afliccién pade- cida en Egipto. Cefiidos los lomos, o sea la ttinica larga recogida y atada a Ja cintura para poder caminar sin impedimento, es decir los israelitas han de estar preparados para partir inmediatamente. Y han de comer de prisa, sin duda con temor ante el paso de Yahvé. Nada debe guardarse para el dia siguiente, habria peligro de pro- fanacién y el cordero pascual es cosa santa; lo que sobre, por tan- to, ha de quemarse. Exodo 12, 12-14: Notese que Yahvé hard esa noche justicia de todos los dioses de Egipto al dar muerte a los primogénitos. Y la intervencién mila- grosa de Yahvé la ha de celebrar Israel para siempre. La Pascua sera el memorial perpetuo de la salida de Ja esclavitud a la libertad. Un memorial que actualiza el acontecimiento pasado. Exodo 12, 15-20: Para los antiguos se consideraba impuro todo lo que es causa de corrupcién o disgregaci6n, por consiguiente el pan fermentado. Se proscribe, pues, de las oblaciones rituales todo fermento. Com- parese: Exodo 29, 1-2; Levitico 2, 11; 7, 12. San Pablo indicard el sentido tipico de tal prescripcién: el cris- tiano debe echar fuera la vieja levadura del pecado y, para conver- tirse en ofrenda agradable a Dios, debe ser pan 4zimo por la santi- dad de su vida (I Corintios 5, 7-8. Comparese también Galatas 5, 7-9). EI que coma pan fermentado serd borrado de la comunidad de Israel, sera excomulgado. Exodo 12, 21-28: Se ordena a los israelitas no salir de sus casas hasta el dia si- guiente. Evidentemente para no verse envueltos en la muerte de los primogénitos. 116 Notese la insistencia en la celebracién de la Pascua en el futuro y como el padre ha de ensefiar a sus hijos el hondo significado de la Pascua y su actualidad perenne. La celebracién litirgica de la Pascua la ha de actualizar, porque celebrar la Pascua es salir (en presente) de Egipto, de la esclavitud a la libertad, de la servidum- bre al servicio libre de Yahvé. Cosa que cada cual individualmente debe realizar. También para el cristiano cada Pascua es una nueva y mas perfecta «salida» de la esclavitud del pecado a la libertad de hijos de Dios (Comparese: Exodo 13, 8-10). II. LA MUERTE DE LOS PRIMOGENITOS Exodo 12, 29: La muerte de los primogénitos puede haberse debido a una epidemia. Sin embargo hay otra explicacién quizds mas sugesti- va. Ya nos hemos encontrado con un versiculo (12, 12 final) que decia que Yahvé haria justicia de todos los dioses de Egipto (com- parese también: Nuimeros 33, 4). La frase parece sugerir unos cul- tos paganos en relacién con los primogénitos y con la época del afio. San Jerénimo, ademis, nos habla de una tradicién judia se- gun la cual aquella noche un terremoto y rayos destruyeron los templos egipcios. Tenemos ademas el aviso dado a los israelitas de que no salgan de sus casas para no verse envueltos en el castigo (12, 22). Pode- mos por consiguiente pensar en una fiesta de la juventud, princi- palmente de los primogénitos, y en la cual se produjo una catds- trofe que caus6 su muerte. Exodo 13, 1-2 y 11-16: Los primogénitos son una primicia que hay que ofrecer a Dios, duefio supremo de todo y a quien se deben las primicias. E] primo- génito del hombre, por no poder ser inmolado, debe ser rescatado; el primogénito de animal puro sera inmolado, el de animal impuro —aqui se habla en concreto del asno— debe ser desnucado; no se debia matar con derramamiento de sangre para no dar la impre- si6n de un sacrificio. En estos textos se trata siempre del primogénito de la madre; W17 podria este no ser primogénito del padre, solamente este tiltimo, el del padre, tenia el mayorazgo. Compdrese: Deuteronomio 21, 15-17. Dios exige para sf a todo primogénito «porque hirid los primo- génitos de los egipcios para dar libertad a su pueblo» (Nimeros 8, 17). Pero véase el versiculo siguiente (18): «y he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel». El servicio de Dios, al cual de suyo estarian destinados los primo- génitos, lo desempeiiaré la tribu de Levi. Asi sucedera hasta que venga Cristo que, como Hijo Unigénito de Dios y primogénito del Padre entre muchos hermanos (Roma- nos 8, 29), tiene el mayorazgo: es el primero en todo, en resucitar, etc., (Colosenses 1, 15 y 18) como cabeza del Cuerpo Mistico, y como primogénito de Ja madre se ofreceré a si mismo en sacrificio a Dios, para rescatar a la humanidad de la esclavitud del pecado y del demonio, en la Pascua que sefiala la nueva y eterna alianza y es la Pascua definitiva. II. SALIDA DE EGIPTO Y PASO DEL MAR ROJO Exodo 12, 30-38: Por fin el Fara6n permite la salida sin condiciones y pide que los israelitas se acuerden de él y de su pueblo al sacrificar a su Dios. Pero sin duda no pens6 en estos momentos que los israelitas no volverian més, sino que se imaginaba que después de sacrificar en el desierto regresarian a sus casas. Los egipcios apremian al pueblo a que se marchen pronto, sin duda temiendo que la muerte alcanzara a todos ellos, y ya habian sufrido bastante. De aqui también que de buena gana dieran sus cosas mas preciosas a los hebreos para celebrar su fiesta, sin pen- sar que no las volverian a ver. En el fondo podemos considerar la actitud de los israelitas como una justa compensaci6n de las injus- ticias sufridas: los egipcios se habjan enriquecido injustamente a causa de ellos. Ademis los hebreos les dejaban sus bienes inmuebles que también tenjan su valor. Notese que en vez de leer 600.000 hombres, cifra excesiva, es preferible traducir la palabra hebrea elef, que se ha traducido por 118 mil, por «familia», pues significa también esto. Se trata entonces de 600 cabezas de familia. Nétese también que juntamente con los israelitas salen otros, egipcios descontentos con el régimen del Faraén y quizds otros semitas, aunque no descendientes de Jacob (comparese: Deutero- nomio 29, 10-11; Josué 8, 35). Exodo 13, 17-19: Habia dos caminos posibles: uno por la costa, mas corto (por la tierra de los filisteos) y el otro, que podia confluir con el anterior. Ambos caminos tenian pozos, sitios de descanso y... guarniciones de soldados egipcios. Pero los israelitas no podian seguir ninguno de estos dos caminos. Probablemente el Faraén pensaba que esco- gerian uno de ellos, puesto que habrfa sido lo normal. Pero los pla- nes de Dios eran otros. No podian seguir ninguno de los dos cai nos, tanto por los soldados del Faraén, como porque el plan de Dios era para ellos una prolongada estancia en el desierto a fin de que se consolidasen como pueblo y llegasen a formar un ejército fuer- te, capaz de conquistar la tierra prometida. Nuevamente las lenti- tudes de Dios... Marcharon, pues, hacia el sur en direccién al Mar Rojo, bor- deando el camino de los Lagos Amargos y dentro de la frontera egipcia. Moisés lleva consigo los huesos de José conforme a la Ultima voluntad expresada por éste. Exodo 13, 20-22: Succot significa tiendas y su emplazamiento exacto no se ha identificado con certeza. Respecto de lacolumna de humo (nube) y columna de fuego, ndtese lo siguiente: cuando los ejércitos an- tiguos acampaban en desiertos o Ilanuras, solian tener constante- mente un fuego encendido que diera abundante humo y asi pudie- ra servir de orientacién a distancia. Moisés, pues, ordena que junto a las tiendas de mando arda constantemente un fuego portatil que produzca una humareda intensa. En el desierto, de dia sefialara el emplazamiento del campamento y también el orden y direccién de la marcha. De noche el humo reflejaré la luz del fuego. Al decir que Yahvé marchaba delante de ellos se entiende que lo hacia mediante su representante y enviado, Moisés. Esta pre- 119 sencia de Yahvé era una realidad, Dios siempre nos guia si quere- mos dejarnos guiar. Exodo 14, 1-9: Notese la tactica de Dios: los israelitas han de volver atras has- ta un punto determinado para ponerse al alcance del Fara6n. Es de suponer que se trata de una vuelta del camino para situarse frente al vado. Se ha de probar Ia fe del futuro pueblo de Dios. Los ca- minos de Dios, siempre sabios, aparecen a menudo a los ojos de nuestra pequefiez como contradictorios, lo cual nos produce Ia ten- tacidn de desaliento y de abandonar lo que habfamos emprendido. Los pensamientos de Dios no son los nuestros... (Isaias 55, 8-9) Dada la ruta seguida, el Faradn cae en la cuenta que los israeli- tas no tienen intencidn de volver, y no esta dispuesto a perder tanta mano de obra. Muy pronto se ha olvidado —es lo propio de los pe- cadores endurecidos— de los castigos que han caido sobre él y su pueblo. Y decide perseguir a los fugitivos. Tenia que pensar que por no conocer bien el pais se habjan extraviado y se hallaban fa- talmente atrapados entre el] mar y los soldados egipcios. Exodo 14, 10-14: N6tese la reacci6n de los israelitas al ver acercarse al Faraén: pierden los estribos, dudan de Dios, murmuran de Moisés, protes- tan contra é1; dicen que es preferible la esclavitud... Escribe Auz6éu* : «Antes no querian morir bajo los malos tratos de los egipcios y deseaban ir a servir a Yahvé. Pero ahora desean otra vez servir a Egipto antes que correr el riesgo de morir en el de- sierto. El drama del Exodo consiste en esta doble actitud. Y lo mis- mo ocurre con todo el drama del pueblo de Dios a lo largo de la historia.» También esto fue una prueba para Moisés. Pero, como conti- nia Auzéu*: «Moisés es aqui plenamente el hombre de la fe. Una fe pura. En efecto, lo que se ve —los egipcios y su poder que se alza— es precisamente lo contrario de lo que hay que creer. Y lo que hay que creer es aYahvé, el todopoderoso invisible. Confianza absolu- % Auzou, opus cit. pag. 194 % Auzou, opus cit. pag. 195 120 ta en Dios, confianza que no es s6lo una idea, sino que en el peor momento de una situacién critica y al borde de un peligro inmi- nente, lo arriesga todo.» Moisés obra como «viendo al invisible» (Hebreos 11, 27). Exodo 14, 15-30: Moisés quiso pasar al desierto del Sinaf por un vado conocido (es posible que al huir él ante el Faraén ya cruzara este vado) y para ello esperé el momento de las mareas. Por eso hace acampar a los israelitas junto al mar. El Faraén, al ver la maniobra, cree que no podran escapar. Es muy posible que el Faraén no conociera, 0 al menos no conociera exactamente este vado. Al llegar la noche, el Angel de Dios, Moisés en concreto, como enviado (Angel) de Yahvé, se coloca con sus colaboradores inmediatos en la retaguardia con la columna portétil de humo, que produce como una cortina de niebla entre israelitas y egipcios. Extiende la mano (no se dice que tocara el mar) sefialando el momento de la marea baja. Un fuerte viento de levante hace bajar atin mas la marea (se recuerda un caso parecido en la historia de Escipién, cuando un viento fuerte retiré las aguas de una laguna y facilité asf la toma de Cartagena). Los israelitas aprovechan estas circunstancias de la bajamar y el viento para cruzar el vado. Los tiltimos en pasar son Moisés y los que llevan el horno portatil. Ya es de madrugada. Por fin los egipcios se dan cuenta de la fuga y se lanzan en persecuci6n de los israelitas sin pensar en las consecuencias. Merced al viento fuerte de levante, la columna de humo envuelve a los egipcios, que se equivocan de direccién dentro del agua separandose poco a poco de] tramo del vado. El tiempo pasa, los carros se atascan, la marea sube. Moisés sefiala a los suyos el final de la marea y cémo va subiendo el agua, que envuelve y sumerge a los egipcios. Por supuesto expresiones poéticas como la que se refiere al agua formando una muralla, no han de entenderse al pie de Ja letra; son simples descripciones poéticas para recalcar més el milagro de la intervencién de Dios. En el capitulo 15 Israel cantard la victoria de Yahvé sobre sus enemigos. Notese Exodo 14, 31: Israel vio la mano grande con que Yahvé habja actuado contra los egipcios. «Fue una revelacién de la so- 121 berania absoluta de Dios. Fue una palabra de Dios oida por Is- rael. Su consignacion biblica es una proclamacié6n de la salvacién: una proclamacion para ser aceptada por la fe... Lo importante es que el acontecimiento fue comprendido desde dentro, que la fe “vio” cudl era el poder que estaba realmente actuando, el poder incomparable y tinico de Dios.»?”? Debiéramos tener esta actitud ante cualquier acontecimiento para interpretarlo a la luz de la fe. «... Israel habria podido permanecer en Egipto, quedar alli es- clavizado definitivamente y desaparecer asi de la historia. Tal habria sido el transcurso normal de las circunstancias. Israel no habria salido jamds de alli, sin la intervencién imprevisible y magnifica del poder y bondad de Dios hacia su pueblo. Asi el paso del Mar Rojo se ha convertido para siempre en sefal de salva- cidn.»® «El ser salvado asi es revivir, es una verdadera resurreccion: obra tinicamente de Dios... El bautismo es una accién redentora de doble efecto: la liberacién de una servidumbre y la instaura- cidn de una vida nueva. Tenia que aparecer necesariamente la re- lacion entre el bautismo y el paso del Mar Rojo... El paso del Mar Rojo, que es un bautismo “en la nube y el mar”, es decir, un bau- tismo gracias a la accién de Dios presente en la nube y por medio de la travesia del agua mortal, el paso del Mar Rojo... serd siem- pre el tipo de nacimiento del agua y del espiritu (San Juan 3, 5; 1 Corintios 10, 1-2, 6 y 11).»” ® Auzou, opus cit. pag. 197 ® Auzou, opus cit. pag. 202 ® Auzou, opus cit. pag. 203 122 EN EL SINAI I, HACIA EL SINAL Para entender en todo su profundo significado lo que sigue hay que tener en cuenta que el pueblo se encuentra en el desierto, que contrasta enormemente con la fertilidad, vegetacion y belleza del valle del Nilo. Es un contraste que tiene que impresionarles: Dios, que quiere a ese pueblo para si, lo desprende digdmoslo asi, de lo superfluo, le hace «pobre», en sentido biblico, para que confie en El sdlo. En su Providencia los guiara y les dar lo que necesiten, pero han de aprender a apoyarse en El sélo. Y de esta manera, no de otra, los conducir a la tierra prometida. El cristiano, liberado por Cristo de la servidumbre del pecado, regenerado en las aguas bautismales, ha de atravesar el desierto ha- cia la verdadera tierra prometida que es el Cielo. Debe hacerse «pobre» apoyandose en Dios sélo. Es la vida austera y no la cé- moda la que conduce a la tierra prometida. Dios velara por él, pero el alma debe vivir de fe. De ahi las pruebas del desierto —para Is- rael y para el alma— que no tienen otro objeto que el de acrisolar la fe, hacer que el alma pertenezca plenamente a Dios y Dios celebre con ella su alianza eterna. Exodo 15, 22-26: Aqui tenemos la primera prueba. Se hallan en el desierto de Sur (Sur significa muralla: alusién probablemente a los montes que como una muralla comienzan a dividir el corazén del Sinaf del mar). Y el pueblo murmura contra Moisés (murmurar en la Biblia es protestar). Murmurar contra Moisés, representante de Yahvé, es murmurar contra Yahvé mismo. En esta primera prueba de su fe, el pueblo falla. Es posible que Moisés conociera una clase de arbol o de made- 123 ra que tuviera la propiedad de absorber momenténeamente las sa- les y hacer de esta manera potable el agua. Exodo 16, 1-3: Nueva murmuracién y més grave que la primera. El pueblo in- grato al beneficio de su liberacién, desearia haberse quedado en Egipto y morir alli «por mano de Yahvé», es decir, de muerte natu- ral. Al bien espiritual de la libertad y de ser el pueblo de Yahvé, preferirfan los bienes materiales de Egipto. Una vez mas les falta fe y aplicar la verdadera escala de valores. En la vida espiritual se repite lo mismo: innumerables veces estamos tentados de preferir lo sensible y material al valor supremo de la unién con Dios, y cada vez que preferimos los placeres y comodidades del mundo a los valores espirituales, en el fondo hacemos lo mismo. Y Dios no se da al alma sino en la medida de su desprendimiento de lo que no es Dios. Exodo 16, 8-16: La «nube» era una inmensa bandada de codornices que venia hacia el campamento. Las codornices emigran en otofio de Europa a Africa y regresan en primavera. Su vuelo es pesado y bajo, y cuan- do se posan agotadas son faciles de coger. Una vez mas, Dios va- liéndose de un fendmeno natural demuestra a su pueblo su espe- cial Providencia. En cuando al mana, existe en la peninsula del Sinaf una espe- cie de tamarisco, de cuyas ramas cae en los meses de junio y julio una especie de goma blanca en forma de pequefios granos. Esta es- pecie de goma, perfectamente comestible, se debe a una cochinilla que pica la corteza del 4rbol para alimentarse de su savia durante la noche. De los orificios brotan gotitas que se solidifican y caen al suelo. El versiculo 35 de este mismo capitulo nos dice que los israeli- tas comieron el mand durante cuarenta afios hasta entrar en Canaan, pero no nos dice con qué frecuencia habfa caido aquel mana, si solamente en determinados meses del afio 0 cada dia y siempre. De todos modos los israelitas, ingratos a este alimento providen- cial, Ilegan a quejarse del mané: Nimeros 11, 6 y 21, 5. Cuando no se acepta con agradecimiento lo que Dios da con 124 tanto amor es porque falta fe. Y es un desprecio o al menos infra- valoracién de los dones de Dios, a los cuales preferimos nuestros caprichos. No queremos lo que Dios nos da y queremos lo que El no nos da. Escribe Auzou en su comentario del Exodo® : «El mand estaba destinado —segiin la intencién de Dios— a someter a Israel ala prue- ba, a hacerse “anaw”, es decir, a hacerle adquirir humildemente conciencia de su condicion indigente, y a mostrarle hasta qué pun- to, siendo completamente pobre, dependia de Dios: Deuteronomio 8, 15-18. ¥ lo hizo también “para hacerte saber que no sélo de pan vivird el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Yahvé vivi- ra el hombre”, Deuteronomio 8, 3. Ahora bien, lo que sale de la boca de Yahvé es su Palabra: primera relacion que se establece entre “el pan del cielo” y la Palabra de Dios». El mand es tipo y figura de la Eucaristia seguin nos indica Cristo mismo en su discurso sobre el pan de vida (San Juan 6, 49-50 y 58). En cuanto al nombre del mana: dijeron «mdn-hu» (es mand), porque no sabian mah-hu (qué es): Exodo 16, 15. Hay un juego de palabras, pero que no aclara la etimologia. En hebreo «man» es mana, pero en arameo y en arabe es pronombre interrogativo. El sentido etimolégico de «man» no se conoce hasta ahora. Exodo 17, 1-7: Los guias del desierto tienen sus itinerarios ya sefialados a base de las fuentes que ellos conocen. Como Moisés habfa vivido en el Sinaf podemos suponer que guiaba al pueblo por donde habia fuen- tes. También se ha dado el caso de que trabajadores en el Sinai hicieron brotar aguas con un golpe de azada. El milagro, pues, es mas «quoad modum» que «quoad rem». El pueblo no aprende a confiar en Yahvé. Ya ha palpado cierta- mente la Providencia especialisima que Dios tiene con ellos, pero no acaban de creer. A cada nueva prueba vuelven a las murmura- ciones. Y con ellas tientan a Dios, es decir, le van provocando. No ahondan en el significado de cada intervencién divina. Se dejan Nevar de su manera de ser en vez de esforzarse por corregirse, {no es también comtn en nuestra vida? 3 Auzou, opus cit. pag. 224 125 Respecto del versiculo 7: «;Estd, pues, Yahvé entre nosotros 0 no?», escribe Auzou™ ; «Ahi estd todo el problema. Eso es lo que se discute. Y realmente para el pueblo de Dios, ésta serd siempre 1a pregunta esencial. ;Se marcha Dios? ;Se ha olvidado de su pue- blo?... go se acuerda de él?... Dios jes realmente “Dios con noso- tros”, “Dios alli” ?... Pero también es verdad que el pueblo de las promesas, el pueblo que habia recibido las garantias divinas mas categoricas, no deberia nunca hacerse esta pregunta. Esta pre- gunta queda resuelta sencillamente por el acto de fe.» En Nameros 20, 1-13 se rclata un episodio semejante. Hay exégetas que piensan que se trata de un mismo hecho relatado dos veces. Sin embargo parece mas probable que el hecho sucediera dos veces, porque: a) El hecho de alumbrar una vena cegada es bastante corriente en el desierto; b) los nombres de «tentacién» y «contienda» son comunes y pudieron repetirse; c) una vez se pro- dujo el milagro en Rafidim, antes de la promulgacién del decdlo- go, la segunda vez en Cades. Alli en Cades, ademés, Moisés y Aarén fallan un momento en Ia fe y por eso no introducirén al pueblo en la tierra prometida. Como raiz de esta falta, podemos muy bien su- poner en Moisés un profundo cansancio moral, no superado con prontitud. jEra carga tan pesada conducir a ese pueblo! Laroca de la cual brotael agua es simbolo y figura de Cristo que nos da el agua viva de su gracia (comparese: I Corintios 10, 4). Exodo 17, 8-16: Victoria contra los amalecitas: Aunque Amalec ocupaba el norte de la peninsula del Sinai, tam- bién se desplazaba hacia el sur y es alli donde se encuentra con los israelitas. Moisés planea y dirige la batalla: si levanta las manos es para di- rigir el combate. No se niega que intercediera también por su pue- blo, pero su papel principal fue el de dirigir el combate. Asi se explica que Aarén y Hur no oren y que Moisés se siente en una piedra. En el versiculo 14 se nos dice por primera vez que Moisés es- cribi6 un hecho sucedido en la historia de Israel en un libro. Ten- driamos aqui el primer micleo redaccional de los libros atribuidos a Moisés. * Auzou, opus cit. pag. 227 126 En recuerdo de la victoria, Moisés convierte en un trofeo la pie- dra en la que se hab{a sentado, la convierte en un altar en el que sin duda inmol6 victimas, y le dio por nombre « Yahvé es mi ensefa». En cuanto al versiculo 16, el sentido mas probable parece ser que la mano que dirigié el combate y Ilevé a Ia victoria, estuvo en el trono de Yahvé —que fueron las piedras en que se senté Moisés convertidas luego en altar— asi la guerra de Yahvé sera continua contra Amalec hasta su destruccién final. El capitulo 18 es de sumo interés histdrico por cuanto nos pre- senta a Moisés como legislador y creando un nicleo primitivo de la ley hebrea. La palabra torah (ley) viene del verbo «horah» = apuntar, dirigir, sefialar una direcci6n. En este sentido, la ley tiene un triple cardcter: judicial, ceremonial y moral. La parte moral — Decdlogo- es de valor permanente. No es necesario suponer que las leyes dadas por Moisés sean completamente nuevas, sino que bajo la inspiracién de Dios per- fecciond y completé normas en gran parte ya vigentes en la vida tribal, por lo que los «jueces» nombrados por Moisés pudieron co- menzar a actuar sin mayores dificultades. Exodo 18, 1-12: Jetré sin duda conocia ya la misién de Moisés por su hija, que volvié de Egipto, y luego por su fama. Se llama a Jetré sacerdote, porque offecera sacrificios a Dios (versiculo 12). Ciertamente Moisés no habia repudiado a su mujer —de lo con- trario no se explicaria el cordial recibimiento que hace Moisés a los suyos— sino que simplemente se habian separado para que Moi- sés pudiera realizar mas libremente su misi6n. Ahora tiene lugar el encuentro «en la montafia de Dios», es decit en el Sinai. Moisés relaté al detalle a su suegro todas las maravillas obra- das por Dios a favor de Israel, y Jetré se alegr6, como hombre de Dios que era, al ver glorificado a Dios y por lo mismo, da gracias a Yahvé. Nétese que Jetré ofrece holocaustos y sacrificios. En el holo- causto se quemaba totalmente a la victima; en los «sacrificios» se quemaba una parte y el resto servia de banquete de comunién: los que participaban en ese banquete entraban por medio del mismo, 127 en comunién con la divinidad. Jetré invita a este banquete de co- muni6n a Aar6n y a todos los ancianos de Israel. Con él se conso- lidan los lazos de parentesco, amistad y comunidad. {Se qued6 en adelante Séfora en el campamento al lado de Moi- sés? Es de suponer que si. Véase por ejemplo, en Nimeros 12, 1, cuando Maria y Aarén murmuran contra Moisés acerca de la mu- jer (etiope o cusita = madianita) que habia tomado. Segiin un rela- to rabinico, que no deja de ser curioso™, Séfora comprendié que la cercania de Dios de Moisés significaba la renuncia al matrimonio y al enterarse de que el Espiritu de Dios se habia posado sobre Eldad y Medad (Nuimeros 11, 26-27) exclamé: «;Desdichadas las muje- res de esos hombres!». Sin duda para Séfora, en todo caso, tenia que ser muy doloroso ser esposa de un hombre totalmente absor- bido por su misién. Exodo 18, 13-27: Para entender este pasaje hay que tener en cuenta que entre al- gunos pueblos orientales y africanos hasta hoy dia, se acude al juez por cualquier litigio y éste recibe a los contendientes en un sitio y a horas determinadas, determina quién tiene razén y su fallo es inapelable. Tal era, como se ve, el procedimiento empleado entre. los israelitas, y Jetré observa hasta qué punto Moisés esté agobia- do y el pueblo se apretuja durante horas enteras a su alrededor. Jetré -como jefe de los madianitas— tiene mucha experiencia en estos asuntos; de ahi su advertencia a Moisés y su buen conse- jo. Moisés debe ser propiamente el mediador entre Dios y el pue- blo y se ha de reservar los asuntos mas importantes. (Comparese con Hechos 6, 1-6, los apéstoles han de insistir en lo esencial, ora- cién y predicacién). Los demas, que los resuelvan sus colaborado- tes. Estos colaboradores han de tener por supuesto determinadas cualidades: han de ser fieles y de un modo especial han de aborre- cer toda avaricia y ganancia injusta, de modo que sea imposible «comprar» al juez. Y de esta manera Moisés podra cumplir su mi- si6n sin agotarse prematuramente. * Citado por Max Thurian en su libro MARIA MADRE DEL SENOR, FIGURA DE LA IGLESIA. Editorial Hechos y Dichos, Zaragoza 1966. Pgi- na 50. 128 Notese que hay un relato paralelo, con ciertas diferencias, en Deuteronomio 1, 6-19. Seguin este relato, la idea parte de Moisés mismo por inspiraci6n directa de Dios y Jetré no interviene para nada. Otro relato paralelo Jo tenemos en Nameros 11, 10-30 en un contexto que se refiere al milagro de las codornices, etc. Moisés est en el bache (versiculos 10-15). jTengamos compasi6n de los superiores y no agravemos su carga! (comparese Hebreos 13, 17). En este relato la iniciativa es de Yahvé. En realidad se trata de una misma tradicién que ha Hegado a nosotros por caminos diferentes y en diferente contexto. Tal vez podemos resumir las cosas asf: Moisés siente todo el peso que sig- nifica para él el gobierno de ese pueblo. Jetré se da cuenta de la situacién y aconseja a su yerno. Este consulta a Yahvé y Yahvé le manda nombrar a sus colaboradores. El libro de los Ntimeros, re- sumiendo los hechos y sin las preocupaciones de rigurosa exacti- tud histérica como le agradaria a una mente occidental, ha situado el nombramiento de los colaboradores de Moisés en un contexto que precisamente hace resaltar cudn pesada carga es el pueblo para su caudillo. Il. EL DECALOGO Con el capitulo 19 entramos en el niicleo principal de todo el Pentateuco (del 19, 1-20, 21). Dios habia hecho alianza con una sola persona, Abraham, de quien debja salir el pueblo de Dios; ahora Dios establecera su alianza con este pueblo y le dard sus leyes. El mediador de esta alianza seré Moisés. Y la alianza durard hasta la venida de Cristo que establecerd la nueva y eterna alianza, la ulti- ma y definitiva y detras de la cual ya no habré otra. Exodo 19, 1-9: Dios recuerda a Israel su liberacién de la esclavitud: Dios tomé al pueblo sobre sus alas (comparese: Deuteronomio 32, 11) y obré su libertad con una finalidad bien concreta: para que Israel sea el pueblo santo de Dios. Con esta misma finalidad saca Dios a cada alma de la esclavitud del pecado, Ja purifica en el bautismo, etc. De este pasaje se desprende una leccién profunda: los benefi- 129 cios que recibimos de Dios, y tanto mas cuanto mds grandes sean, tienen como finalidad concreta el hacer que nos entreguemos mas de veras a El, seamos ms intimamente de El. Esto supone ahon- dar, no ser superficiales, guardar las cosas en nuestro coraz6n... Impide este ahondar, el egoismo, la pasi6n, ete. No6tese que toda la tierra es de Yahvé y puede escoger al pueblo oal alma que quiera. Si escoge a Israel es por puro amor y miseri- cordia. Toda elecci6n divina es gratuita; comparese: Romanos 9, 16. Israel sera un reino de sacerdotes: como préximos a Yahvé, han de entregar a los demas pueblos la fe en un tinico Dios verdadero. Este sacerdocio general de todo el pueblo no excluye, antes supo- ne, el sacerdocio jerarquico. También el nuevo pueblo de Dios sera un reino de sacerdotes (comparese: J San Pedro 2, 9; Apocalipsis 5, 10) para ofrecer hostias espirituales (Romanos 12, 1) y conquis- tar a otras almas. Exodo 19, 10-15: EI pueblo debe prepararse para la alianza tanto en forma posi- tiva, con bajios rituales, como en forma negativa, absteniéndose de cuanto pudiera hacerlos impuros ante los ojos de Yahvé. El pueblo no debe ni subir a la montafia ni tocar su falda, por- que se trata de una especie de «Sancta Sanctorum» en el cual no puede entrar el pueblo. El que, hombre o animal, toque la montafia debe morir: al tocarla queda como sacralizado, por lo cual tampo- co se le puede tocar, de ahi que tenga que morir apedreado 0 asae- teado. Nétese la conveniencia de cosas externas, ritos, actos etc., que inculquen en forma sensible la santidad de Dios. Estos ritos etc. pueden variar segtin la mentalidad de la época, pero siempre, dada Ja naturaleza sensible del hombre y que las cosas le entran por los sentidos, debe haber algo sensible que le haga caer en la cuenta de la santidad de Dios y de las cosas tocantes a su servicio. Un cuemo de carnero ha de congregar al pueblo al pie de la mon- tafia. Exodo 19, 16-25: Dios se manifiesta en medio de una tempestad. Moisés dialoga con Dios; probablemente estaba arriba en cl monte dentro de la 130 nube. No es de suponer que el pueblo escuchara palabras inteli- gibles, sino que los trucnos —considerados como la voz de Dios— infundian terror en el pueblo y su finalidad era convencerles de que realmente Dios hablaba a Moisés y Moisés les transmitia palabras de Yahvé. Nétese que a la promulgacién del Decdlogo ha de estar presen- te también Aarén (versiculo 24). Exodo 20, 1-21: el Decdlogo. Versiculos 1-3: El Decalogo, de valor eterno, es un paso mas en Ia liberacién; observado fielmente, hard al pueblo (y a cada alma) libre interior- mente de sus pasiones, malas inclinaciones, etc., y que pueda obrar con la libertad de los hijos de Dios. Por eso Yahvé se presenta con el titulo de Libertador, de Salvador: es Bl, Yahvé, el Dios vivo y que hace que las cosas sean y existan, quien ha sacado a su pueblo de Egipto y ha intervenido en Ia historia. «Porque no podia dialo- gar mds que con un pueblo libre: libre para servirle voluntaria- mente, para dar su consentimiento a la Alianza. El Decdlogo no exige nada a los esclavos. La condicién humana de libertad es indispensable para responder a las diez Palabras.»® Notese que Israel no puede ni debe tener otros dioses fuera de Yahvé. No se trata simplemente de una preferencia por Yahvé por encima de otros dioses, sino exclusién de todo cuanto pudiera en el corazén del hombre robarle algo a Dios. «Nada ni nadie tiene de- recho a desempeiar el papel de Dios, a ocupar su puesto junto a Dios, 0 a aduefarse —en mayor o menor grado- del puesto tinico de Dios. esto tanto en el coraz6n del hombre como en la sociedad de los hombres.» S6lo Dios hace libre, los «dioses» esclavizan. Hay correlacién entre el primer mandamiento y Ia libertad, su violacién esclaviza. Que no haya otros dioses para el alma es el fundamento de la verdadera libertad. ;Cuidado!, no nos hagamos idolos... En realidad con todo pecado faltamos a este mandamiento, Dios debe serlo todo en todos (I Corintios 15, 28). * Auzou, opus cit. pag. 284 ™ Auzou, opus cit. pag. 286 131 Exodo 20, 4-6: Exactamente por la misma razon, no ha de hacerse el hombre imagen alguna de divinidades ajenas al verdadero Dios para ren- dirles culto (comparese el versiculo 23 del mismo capitulo). Y tam- poco una imagen de Yahvé, quien es invisible (compérese: Deuteronomio 4, 15-19). Esto ya indica su absoluta superioridad. No se prohibe el arte representativo ni siquiera tal arte en rela- ci6n con el culto —piénsese en los querubines de oro que hacian sombra al propiciatorio (Exodo 25, 18-20)- sino la fabricacién de idolos. La idolatria choca contra la santidad infinita del nico Dios. Y si en el Antiguo Testamento no podfa haber imagen para el ver- dadero Dios, al encarnar el Verbo, que es imagen (eikwn) del Dios invisible (Colosenses 1, 15; II Corintios 4, 4 final), ya se hace po- sible la imagen. Notese el «celo» de Dios -efecto de su amor para con su pue- blo— que castiga severamente todo acto de idolatria. La idolatria choca contra la santidad infinita de Dios, por lo mismo, el hombre no puede estar en paz con Dios sino en la medida que se abre a El. Y sin embargo, nétese que el amor es mas amplio que el rigor, ya que alcanza hasta «la milésima generacién» y el rigor solamente alcanza la tercera y cuarta generaci6n. Para entender el alcance de este texto hemos de tener presente la solidaridad que existe entre los hombres y cémo todos los actos del individuo tienen, se quiera © no, un alcance social. Exodo 20, 7: Se prohibe el empleo del nombre de Yahvé para usos magicos (como los gentiles acostumbraban a hacerlo con sus dioses). Tam- bién se prohibe el perjurio y todo uso ilicito: maldiciones, blasfe- mias, irreverencias. No se prohibe emplear el nombre de Yahvé para fines rectos, juramentos, ceremonias religiosas, etc. Poste- riormente los judios prohibieron cualquier uso del nombre divino y en vez de leer Yahvé donde aparece en la Escritura, comenza- ron a leer Adonai. Para entender bien este mandamiento téngase en cuenta que en la mentalidad biblica e] nombre equivale a la persona; apoderarse del nombre y utilizarlo, es algo asf como hacer con la persona lo que se quiera. Y Dios no puede estar a disposicién de una criatura 132 y servirla, es la criatura la que ha de servir a Dios (y no servirse de Dios). El nombre de Dios debe ser honrado y glorificado; es lo que pedimos en el Padrenuestro. Y es glorificado en la medida que Dios, en su perfeccién, es conocido y alabado. Exodo 20, 8-11; comparese con Deuteronomio 5, 12-15. Dios es duefio también del tiempo que concede al hombre, y éste ha de consagrar a Dios una parte de él. Es éste el sentido pro- fundo de la celebracién del dia del descanso. Sabado significa des- canso. De un modo especial debe Israel celebrario recordando la salida de Egipto. Esta salida es figura de la Pascua cristiana; pero la Pascua —la Resurreccién de Cristo—tuvo lugar en Domingo. Es, pues, Idgico que el cristiano celebre el domingo. Seis dias se des- tinan al trabajo pero un dia a la semana ha de ser dia del Sefior, consagrado a El. Descanso para Dios y en Dios, no simplemente descanso corporal. Ha de celebrarse con asamblea comunitaria (Levitico 23, 3) y especiales sacrificios (Nimeros 28, 9-10). No se trata de celebrar el dia del descanso solamente cuando «se siente» y dejar de hacerlo cuando «no se siente nada». Se trata de un deber que cumplir para con Dios. Exodo 20, 12: Este mandamiento se refiere directamente a la familia por cuanto los padres son los inmediatos representantes de Dios Creador. En recompensa de la observancia de este mandamiento se promete una vida familiar larga y feliz en la tierra prometida. Nétese que en vez de «honrar» se podria traducir «concede toda su importancia a tu padre y a tu madre», porque el verbo hebreo «kabad» contiene la idea de peso, lo que cuenta, lo que ha de con- tar a la vista de todos y ha de reconocerse por el valor que posee. Asi, pues, se ordena reconocer todo su valor a la situacién privile- giada de los padres, que son los instrumentos de Dios como fuente de vida. Los padres son de un modo especial imagen de Dios, ya que Dios mismo es padre (Isafas 63, 16; Jeremias 3, 19; 31, 9; Malaquias 1, 6 y 2, 10) y tiene corazén de madre (Isaias 49, 15). Pero como por encima de todo el Padre por antonomasia es Dios, cuando El Ilama ha de pasar el alma por encima de todo. Asf lo 133 dice Cristo en San Mateo 10, 37, pues de Dios deriva toda familia (patria) en el cielo y en la tierra (Efesios 3, 15). Exodo 20, 13: «No matards». Notese que el verbo empleado en hebreo es «radsah». Existen otros dos verbos de sentido andlogo: harag y muth en la forma hifil «hemith». Harag se emplea unas 165 veces en la Biblia y hemith unas 200, contra 46 veces que se usa «radsah». Harag y hemith se emplean, segtin el contexto, siempre para expresar el hecho de «dar muerte a un enemigo en el combate» o el hecho de una «ejecucién judicial» o también «la muerte que puede provocar la justicia de Dios». «Radsah» solamente se utiliza para hablar de la muerte o del asesinato de un enemigo personal. Se trata, pues, de la muerte pro- vocada ilegalmente, al margen de la ley y nunca de otra cosa. Por tanto no se prohibe el servicio militar, ni la legitima defensa, etc. Exodo 20, 14: En la formulacién de este mandamiento se mira ante todo su aspecto de trastorno social. No olvidemos que en el Antiguo Tes- tamento se permite el divorcio perfecto y la poligamia legitima, por consiguiente, el marido solamente adulteraba cuando tenia relacio- nes con otra mujer casada, ya que no violaba el derecho de las pro- pias esposas. El castigo de los adiilteros era la pena de muerte (Le- vitico 20, 10). En el Nuevo Testamento Cristo perfeccionard este mandamiento (San Mateo 5, 27-32). Nétese que el cristianismo exige la pureza sexual. Exodo 20, 15: Se prohibe toda apropiacién de los bienes ajenos. Otros textos biblicos entrardn en detalles al respecto: Exodo 21, 16, prohibe el rapto y el reducir a esclavitud; Deuteronomio 19, 14 prohibe robar algo del terreno del préjimo. (Hay otros textos que hablan de lo mismo). Muchisimos textos insisten en la honradez en el comer- cio; pueden verse por ejemplo Deuteronomio 25, 13-15; Levitico 19, 36; Proverbios 11, 1. Retener el salario del obrero es otra for- ma de robo que se denuncia en muchos textos, por ejemplo Deuteronomio 24, 15; Levitico 19, 13 (final). 134 La raz6n Ultima de este mandamiento es que hemos de tener presente que el duefio y sefior de todo es Dios; el hombre no es mas que el administrador y ha de administrar los bienes de Dios segtin la voluntad de éste, y dara cuenta al Duefio de su adminis- tracién. Tampoco hay que olvidar que, para administrar en la debida for- ma los bienes que Dios nos confia, es preciso ser «pobre» en sen- tido biblico, desprendido de todo, disponible plenamente para Dios. Solamente asf se podran respetar como Dios manda, los bienes de los demas. Exodo 20, 16: Se prohibe el falso testimonio, y como tal testimonio es tan sdlo el caso mas grave de la mentira, se prohibe ésta en todas sus for- mas. Comparese: Levitico 19, 11-12. Mentir para engajiar y explotar a los demas es una infidelidad a Yahvé. También San Pablo insistird en que el cristiano debe hablar siem- pre la verdad: Efesios 4, 25. La mentira se opone a la Verdad que es Dios. Exodo 20, 17: Se prohiben los malos deseos en cuanto son destructores del ma- trimonio y de la propiedad. Por «casa» del préjimo se entienden todos sus bienes. Nétese, como escribe Auzou,*> que «la obra divina de libera- cin y redencién ha de llegar hasta el corazén del que todo depen- de. El obstdculo que dicha obra encuentra, la esclavitud y pardli- sis del corazon, es la codicia, el esclavizarse a los instintos, a las pasiones, a los caprichos, a las costumbres». Cuanto més libre sea el hombre interiormente, tanto mas per- fectamente observard los mandamientos en toda su extensi6n, y tan- to mas libre quedard respecto de la ley. (Véase las ensefianzas de San Pablo: Romanos 8, 1; Galatas 5, 18). Todos los mandamientos. quedan resumidos en el amor a Dios y al prdjimo, pero el primero es amar a Dios (Mateo 22, 35-4); el segundo es solamente «seme- % Auzou, opus cit. pag. 311 135 jante» (Romanos 13, 8-10). Nétese el valor de la meditacién de la Ley: Salmo 119, 97-105. Exodo 20, 18-21: El pueblo se espanta por la tempestad que ocultaba la presen- cia divina. Quiere oir solamente a Moisés. Moisés insiste en que con santo temor y temblor debe el pueblo observar los manda- mientos. TI. LA ALIANZA Nota: el conjunto de leyes contenidas en Exodo 20, 22 hasta el capitulo 23, 19 se llama cédigo 0 libro de laAlianza. En cierto modo. incluye también el Decdlogo que le precede y del cual constituye la aplicacién a determinados casos concretos. El cédigo legal del Deuteronomio, capitulos 12-26, contiene las mismas prescripcio- nes, pero adaptadas a una sociedad machisimo mas desarrollada. En estas lecciones biblicas no vamos a entrar en el andlisis de es- tas leyes. Exodo 24: LA ALIANZA ‘Tenemos en este capitulo la ratificacién del pacto entre Yahvé y su pueblo por medio de un rito ejecutado por Moisés. Dios se ha preparado un pueblo libre: externamente (salida de Egipto) e internamente (decdlogo y cédigo de la alianza). Y la liberacién conduce, como a su fin, a la alianza. De ahi que para el cristiano el bautismo sea una alianza con Dios. Otro tanto se pue- de decir de los votos, en el fondo son una liberaci6n, no una servi- dumbre, y la renovacién de los mismos o de las promesas del bau- tismo es un nuevo afianzarse en la libertad. La suprema libertad del alma esta en la unidn con Dios. Pero solamente somos fieles en cuanto libres del pecado, de la concupiscencia, de las pasiones, etc. Para asegurar la fidelidad, hay que asegurar y consolidar la libertad. Exodo 24, 1-3: Notese que «anciano» es un titulo relativo; se trata del mayor de la familia, del primogénito, cualquiera que sea su edad. Es un 136 titulo juridico en una sociedad en la cual la autoridad se fundaba en el mayorazgo. Moisés comunica al pueblo todas las palabras de Yahvé, 0 sea el Decdlogo, y todos los decretos, 0 sea las disposiciones del cédi- go de la Alianza. Y, notense, las buenas disposiciones del pueblo en ese momento. Estan dispuestos a obedecer. LaAlianza, de suyo, es y debe ser eterna. Por ser inmutable Dios debe ser inmutable también nuestra fidelidad a Dios. La «alianza temporal» es un contrasentido. Exodo 24, 4-8: Dadas las disposiciones del pueblo, que libremente acepta lo que Dios le propone, es posible celebrar el pacto con un solemne acto externo (es un contrato bilateral). En primer lugar Moisés es- cribe en un libro, como quien dice en un acta, la Alianza; erige un altar que representa a Yahvé y doce estelas que figuran las doce tribus de Israel. Es posible que cada estela Ilevase esculpido el nombre de {a tribu respectiva. N6tese que quienes inmolan las victimas son «los jévenes». Es un acto sacerdotal, pero solamente en tiempos de la monarquia el ofrecer sacrificios era exclusivo de los sacerdotes. Aqui los jéve- nes son probablemente los primogénitos, que tenian que ayudar a Moisés y a Aar6n y sus hijos. Moisés toma la sangre de las victimas para rociar el altar y asimismo al pueblo, lo cual tiene un significado profundo. Escri- be Auzou* : «Tal Alianza es una relacion de vida, que concierne a lo esencial de la vida y a su totalidad. Y ;cudl podria ser su se- fal... si no es la sangre? “Porque la vida de toda carne es su san- gre” (Levitico 17, 14)... La sangre derramada representa la vida... Compartir de alguna manera la misma sangre, la sangre de las mismas victimas inmoladas, es tomar parte en una misma vida... Esta misma convicci6n inspira la practica de comer juntos una victima ofrecida en sacrificio... Moisés rocia de sangre el altar, que representa a Dios (20, 24). Y con la misma sangre, “la sangre de laalianza”, rocia al pueblo congregado. Los “aliados” estan uni- dos en una misma vida, para una vida comin». % Auzou, opus cit. pag. 267 137 De esto se desprende que la Alianza es una realidad vital para cada miembro del pueblo de Dios. Es una realidad que ha de vivirse momento a momento en una constante fidelidad. Y al ser infiel el alma o el pueblo, la Alianza se rompe... Con la sincera conversién es preciso volver a ella. En la medida en que vivamos los mandamientos entramos en comunién de vida con Dios. Y El nunca rompe laAlianza; siempre es el pueblo o el alma quien la rompe. Dios inmutable no puede, por ser inmutable, dejar de ser fiel a su pacto. Somos nosotros los que podemos ser inficles... Por lo mismo debemos implorar hu- milde y constantemente la fidelidad en intensa oracién Exodo 24, 9-11: No se trata de que aquel grupo privilegiado viera realmente a Dios. Vieron sin duda en el abrirse las nubes y poder contemplar el intenso azul del cielo como se contempla en la altura (esto no ha- bian podido contemplarlo al nivel del mar en Egipto), lo que re- presentaba para ellos el trono de Dios, y sintieron, experimenta- ron de una manera extraordinaria, la presencia divina, la presencia de Yahvé, el Dios de la Alianza. Y quedaron con vida. Para los antiguos, nadie podfa ver a Dios sin morir. Ellos vieron, es decir, experimentaron intensamente a Dios, pero quedaron con vida. En consecuencia comieron y bebieron, es decir, consumieron en el monte, en presencia de Yahvé, su parte del sacrificio con que se ratificé la Alianza. Entraron asf en forma més intima todavia en comunién con Yahvé, lo cual entrafiaba también para ellos una obligacién mayor de fidelidad. Eran ademas, los dirigentes, Ilama- dos a enseiiar la fidelidad al pueblo, siendo ellos modelo de fideli- dad. También para nosotros, cada comuni6n eucarfstica nos com- promete a mayor fidelidad a Dios. Aqui se ve que Dios concede a algunas almas una mayor inti- midad con El para beneficio comin, para que estos privilegiados afiancen a otros en la fidelidad a Yahvé. FExodo 24, 12-18: EI objeto de esta nueva subida de Moisés al monte es recibir las dos tablas de la ley. No hay que olvidar que en Oriente el calor y la humedad destruyen con el tiempo cualquier materia orgénica. Por 138 eso los pactos y leyes se escribian en columnas de piedra, como por ejemplo el codigo de Hammurabi. Moisés esté en la montafia cuarenta dias y cuarenta noches. La cifra es simbélica y designa un tiempo prolongado. Entra en la nube en medio de la tormenta, que manifiesta la gloria de Yahvé. El pueblo queda abajo y pierde la paciencia... La prolongada espera de la vuelta de Moisés era una prueba de su fidelidad a la Alianza. Fallan y rompen el pacto. Asi también, Dios pone a prueba nuestra fidelidad a El en los momentos dificiles de la vida... El justo debe vivir de fe, «por su fidelidad vivirdé» (Habacuc 2, 2-4). Exodo 32, 1-6: Es posible traducir: «haznos un dios» 0 «haznos dioses», ya que «elohim» puede tomarse como un plural de majestad y aplicarse a Yahvé, como puede significar también «dioses» en plural. No est4 del todo claro si el pueblo queria simplemente una imagen de Yahvé o si incurrié en verdadera idolatria. Es posible que segin la menta- lidad de cada cual hubiese algo de ambas cosas. Notese la actitud deAarén, que parece casi incomprensible. Cier- tamente él querfa solamente hacer una figura del verdadero Dios, de Yahvé, que sacé al pueblo de Egipto; pero {no sabia la prohibi- cién de hacer imagenes? Aarén da muestras de debilidad de carac- ter y, sin duda alguna, de poca fe. Habria algtin grupo de presion... Le falté vida interior, intimidad con Dios. Y era Aar6n quien debiera haber impedido la ruptura de la Alianza; jpara algo habia «visto» a Dios en la montafia! Pero Aarén no habfa asimilado atin profunda- mente en su vida laAlianza. Solamente cuandose vive plenamente Ja Alianza es posible evitar toda idolatria; no olvidemos que todo pecado es idolatrfa (Efesios 5, 5; Colosenses 3, 5). Moisés, el varén de Dios, esta solo, completamente solo, no tanto fisicamente como moralmente. En todo este relato vemos «la diferencia entre el profeta riguroso, el hombre de Dios cuya fideli- dad debe llegar a veces hasta la intransigencia, y el sacerdote “‘aco- modaticio”, que trata de “complacer” y que tira por el camino de las concesiones».™ * Auzou, opus cit. pag. 349. 139 Notese que el becerro, que es un toro joven, ha sido en Oriente antiguo uno de los simbolos mas frecuentes de la divinidad. Los israelitas podian muy bien recordar por ejemplo al buey Apis tan venerado en Egipto. El toro es simbolo de fuerza, de poder. {Qué mejor simbolo, pues, para Yahvé que los sacé del Egipto? Asi, se fabrica el becerro de oro y en torno al altar erigido en su honor habra cultos, se ofreceran sacrificios y habra diversiones a la manera tra- dicional con cAnticos y danzas. Exodo 32, 7-14: Yahvé mismo revela a Moisés el pecado de Israel. Tu pueblo: ya no es el pueblo de Yahvé, puesto que ha roto la Alianza. Israel merece ser desechado por Dios; pero nétese que es tanta la influencia de Moisés, el santo siervo de Dios, que Yahvé pide su consentimiento para castigar al pueblo. Y le asegura que, de todos modos, la promesa mesidnica se cumplird: quien la transmita sera Moisés («haré de ti una gran nacidn»). Pero Moisés ama a su pue- blo, a pesar de las amarguras que le causa. Notese la intercesién eficaz de Moisés: alega que Yahvé, exter- minando a los hebreos, quedaria mal ante los egipcios que duda- rian de su bondad o quizas hasta de su poder. Alega la misericor- dia de Yahvé y sus promesas hechas a los Patriarcas. Es verdad que el pueblo ha pecado gravemente, pero si Dios es justo, es también infinitamente misericordioso. Y Yahvé escucha a Moisés y perdo- na al pueblo. Para eso, como veremos, les concede gracias (actua- les) especiales para arrepentirse. Moisés echo en la balanza su ora- cin, todo el peso de su vida interior, su fidelidad a Dios... y su sufrimiento, sufrimiento en proporcién de su amor a Dios, a quien veia ofendido, y a su pueblo, que veia en pecado y en peligro de desaparecer. Vemos aqui una vez mas cuan eficaz es la intercesion de los santos. Exodo 32, 15-20: El becerro probablemente estaria hecho de madera y recubier- to de oro; asi eran numerosas imagenes de los fdolos. Asi se expli- ca también que Moisés pudiera quemarlo y reducir el oro a polvo. Un polvo que mezclé con el agua del torrente que bajaba del mon- te Horeb (comparese: Deuteronomio 9, 21). Al obligar asi a los 140 israelitas a beber parte de su idolo, les inculcé la vanidad e impo- tencia de éste. Moisés destroza las tablas de la ley, porque rota la Alianza las tablas ya no tenfan raz6n de ser. Las tablas se dicen obra de Dios, escritas por Dios, por cuanto Moisés las escribié como simple ins- trumento de Yahvé, todo por inspiracién divina. Exodo 32, 21-24: Ciertamente el gran responsable del pecado del pueblo fue Aarén: de ahi la reprensién de Moisés. Siempre la responsabilidad principal, en tales casos, es de los sacerdotes, ya que son ellos quie- nes han de educar en la fe, promover, defender la fe, etc. Notese la disculpa ridfcula que alega Aar6n: el pueblo inclina- do al mal, como si é1 no formase parte de ese pueblo, y eché el oro en el fuego y salié el becerro, como si hubiese salido por obra de encantamiento él solito. Como si aAarén le hubiese costado la vida resistir a las peticiones del pueblo... La cuestidn es echar Ja culpa siempre a otros... Ya lo hicieron Adan y Eva... Exodo 32, 25-29: Aqui no se dice qué sucedié a Aardn; segtin Deuteronomio 9, 20 Dios se airé grandemente contra él pero le salvé la intercesién de Moisés. Moisés, con oraci6n y ayuno, expia por el pueblo (Deu- teronomio 9, 18). Asf debemos aprender a pagar también por nues- tros hermanos, y hay épocas en que hay que pagar mis..., se sube la contribucion... EI pueblo al romper la alianza con Yahvé se va a convertir en el escarnio de sus enemigos, quienes los vencerian. Solamente nos hace fuertes la fidelidad a Dios. No olvidemos que se trata de rup- tura de la alianza. El que rompe con Dios, con el pecado grave, ha roto con la fuente de la vida. Se encamina hacia la muerte eter- na. En el Antiguo Testamento, y en una época en que alin no se haba recibido en su plenitud la revelacién acerca de la vida futu- ra, Dios se valié de la muerte natural, fisica, para hacer compren- der a los hombres la gravedad del pecado. Tal es el sentido de la orden dada por Moisés y su ejecucién por parte de los levitas. Caen unos tres mil iddlatras. Se ve también que en torno a Moi- sés quedaba un grupo firme en la fe y fieles al tinico Dios verda- 141 dero (el resto fiel). ¥ los levitas se merecieron asf su especial con- sagracién a Yahvé. Segtin el versiculo 35, el pueblo en su conjunto siguié sufrien- do algunas consecuencias de su pecado. No se nos dice cudles. Es un reato de pena que queda a menudo, atin cuando ya se ha perdo- nado la culpa. Y es una pedagogia divina para que no se vuelva a incurrir tan facilmente en el pecado. Exodo 32, 30-34: Moisés habia obtenido el perd6n del pueblo como tal, en su con- junto (versiculo 11), pero ahora suplicara a Dios que renueve su alianza. Notese la gravedad del pecado, que se desprende de los versiculos 31 y 32. La gravedad es tal que para expiarlo Moisés propone humildemente a Yahvé que le borre a él del «libro que ha escrito». Es el equivalente al libro de la vida de que se habla en otros pasajes biblicos. Dios conoce el nimero de los que le pertenecen y que se juz- gan inscritos en un libro. Borrar del libro de la vida equivale a ex- cluir del reino de Dios, de la amistad de Yahvé. Comparese: Apo- calipsis 3, 5 y 20, 15. Moisés ama tanto a su pueblo que antes de verle separado de Dios prefiere él mismo verse excluido (comparese: Romanos 9, 3). Es un ofrecimiento de victima. Ama en Dios, aunque él no se vea correspondido ni comprendido. Comparese: II Corintios 12, 15. Pero evidentemente semejante stiplica no es escuchada. El pe- cador y no el justo sera borrado del libro; porque es el pecador y no el justo quien choca contra la santidad inmutable de Dios. Notese que Yahvé est dispuesto a restablecer la alianza, pero mantiene la voluntad de castigar. Habré un «distanciamiento» de- bido al pecado, mientras éste no se repare plenamente. Exodo 33, 1-6: No6tese que hasta ahora era Yahvé mismo quien habfa ido de- lante del pueblo; ahora dice a Moisés que enviard un angel delante de Israel. Angel significa mensajero. El propio Moisés en este sen- tido era angel de Yahvé. En este pasaje que comentamos se puede entender cualquier manifestacién de Yahvé para guiar a los suyos. Pero analizando el texto se llega a a conclusion que si bien habra 142 asistencia divina, esta asistencia de hecho sera menor. El pecado la ha disminuido. (También para cada alma, como consecuencia de sus pecados —mas o menos deliberados- disminuyen estos auxi- lios sobrenaturales que son las gracias actuales). El pueblo se viste de penitencia, se arrepiente. Pero se convier- te porque Moisés con su oraci6n y penitencia les alcanza para ello las necesarias gracias actuales. ;Cudnto pesaria ante Dios el dolor de Moisés por el pecado del pueblo! Exodo 33, 7-11: Como el campamento ha quedado en cierto sentido profanado por el pecado de idolatria, Moisés saca la tienda fuera del campa- mento. No habiéndose atin construido la tienda de reunion, lo mas razonable es pensar en alguna tienda primitiva destinada a las re- uniones de culto. Asi se hacia para los israelitas mas sensible la gravedad de su pecado. Pero Yahvé sigue manifestandose sensible- mente a Moisés, y el pueblo lo comprende. Nétese que hablar cara a cara significa sin intermediarios, no de lejos, sino de cerca. No es por tanto lo mismo que «ver» a uno. Exodo 33, 12-17: Moisés suplica de nuevo por el pueblo. No le basta que Yahvé envie su Angel, sino que quiere que el mismo Yahvé vaya delante de su pueblo, es decir, no quiere ninguna disminucién de la asis- tencia divina, sino que Yahvé prodigue a su pueblo la misma asis- tencia de antes. Y nétese la eficacia de esta siplica: Moisés es agradable a Dios y Dios no le quiere negar lo que le pide. Importancia también para nosotros de la insistencia en la oracidn y penitencia. Moisés, en el versiculo 16, se identifica con el pueblo: si él ha hallado gracia ante los ojos de Yahvé, quiere que la misma gracia sea también para el pueblo. {Qué habria sido de este pueblo sin la santidad de Moisés y su eficaz intercesién? También nosotros estamos Ilamados a la santidad. Y nétese la importancia de las almas santas en la Iglesia, y cémo estas deben cargar con las flaquezas de sus hermanos (Com- parese: Galatas 6, 2: llevar mutuamente nuestras cargas. Ezequiel 22, 30-31) Todos somos Ilamados a la santidad 143 Exodo 33, 18-23: Moisés se atreve a mas todavia: arde en deseos de ver a Yahvé. Es el anhelo del alma contemplativa de abismarse mds y mas en Dios. No tiene mas que a Dios. El pueblo no le puede comprender. Moisés esté moralmente muy lejos del pueblo. Se halla solo. De ahi su anhelo de poseer mas y mas a Dios. Nétese el sentido profundo del pasaje que comentamos: lo que el hombre puede conocer de Dios es su bondad, manifestaciones crecientes de esta bondad, que es absolutamente gratuita. Moisés recibird una revelacién mas intima acerca de quién es Yahvé, pero sin verle. La visién queda reservada para la otra vida. Pero Moisés el gran mistico, tendra una experiencia de Dios del todo extraor- dinaria, para su consuelo y fortaleza. Exodo 34, 1-12: Tenemos aqui la renovaci6n de la alianza. Se renueva porque Dios es misericordioso, y aunque el pecado nunca es asunto pura- mente individual, sino que repercute en los descendientes de quie- nes lo cometen, la clemencia de Dios sobrepasa estas consecuen- cias. Y asf Yahvé promete intervenir nuevamente en la historia de Israel, pero el pueblo ha de abstenerse de toda infidelidad y de todo pacto con los pueblos id6latras. Nunca es Dios quien rompe la alian- za, sino el pueblo, Jas almas. Dios permanece inmutablemente fiel. Exodo 34, 29-35: El resplandor del rostro de Moisés es resultado y simbolo de su contacto intimo con Dios. Yahvé de esta manera autoriza mas y mas su testimonio ante el pueblo. Asi Moisés intima de nuevo a Israel sus deberes para con Yahvé. Si después cubre su rostro es para dar mayor confianza al pueblo. Resumiendo los capitulos 32-34 podemos decir con Auzou** : «El gran pecado que se narra en el capitulo 32 era de orden reli- gioso y moral. Era un pecado que habia arruinado la Alianza. Las tablas de la Ley ya no servian para nada y habian sido rotas. Pero la oracién de Moisés obtuvo la “conversién” de Dios. Y el amor de Dios tocé el corazén del pueblo pecador para que se arrepin- % Auzou, opus cit. pag. 370 144 tiese (capitulo 33). Lo mds urgente era restaurar la Alianza: que Yahvé estuviera con Israel, y que Israel fuera el pueblo de Dios. La fidelidad de Dios no fallé nunca. Moisés se lo recuerda al Se- fior. Es una fidelidad que Dios mismo debe a sus propias prome- sas. La infidelidad del pueblo queda a merced de la misericordia divina. Y por tanto, la Alianza puede ser realidad otra vez.» Y no olvidemos que Moisés es figura de Cristo, el Mediador de la Nueva y Eterna Alianza sellada en su propia sangre redentora. Y esta Alianza definitiva debe convertirse en vida para cada cristia- no, que ha de vivirla con fidelidad, lejos de todo pecado que pueda romper su unidén con Dios. La Alianza se rompe con Ja idolatria, y todo pecado es idolatria (Efesios 5, 5). Hemos de afianzar cada vez més nuestra alianza con Dios con una creciente fidelidad a lo que Dios nos pide. Y para esto es pre- ciso ahondar, meditar, renovar nuestros propésitos, rectificar cada asomo de desviacién. 145 DURANTE LA TRAVESIA DEL DESIERTO I. REBELD{A DE LOS QUE OCUPAN ALTOS PUESTOS A) AARON Y MARIA Nameros 12, 1-15: El matrimonio de Moisés con una extranjera (Séfora) en reali- dad es tan s6lo un pretexto para quejarse. Lo que molesta a Aaron y Maria es Ja superioridad indiscutible de su hermano, su posicién unica como mediador entre el pueblo y Yahvé. No olvidemos que Aaron era el primer sumo sacerdote y é1 era quien consultaba a Dios mediante los «urim» y «tummim» (comparese: Exodo 28, 30). No se sabe exactamente en qué consistian éstos, algunos creen que eran piedras preciosas incrustadas en el pectoral, de distintos colores. De todas maneras se trataba de un instrumento para conocer la voluntad de Dios. Aarén, por ambici6n, quiere ser igual a Moisés... No6tese como esta ambicién precisamente revela bien a Jas cla- ras su inferioridad moral respecto a su hermano. Moisés era man- so, humilde y totalmente entregado a Dios. Aarén en cambio habia claudicado ante el pueblo fabricando el becerro de oro. ;Cuan pron- to se le ha olvidado! Porque busca mas sus derechos —reales 0 fic- ticios— que sus deberes, no ahonda, no quiere ver la realidad de las cosas sino en cuanto le halaga, jcudntos hacen esto mismo! Pero ndtese que es Dios mismo quien establece diferencias entre unos y otros con los dones que les concede (comparese: I Corintios 12, 4- 7y 14-21; Efesios 4, 11-12). Dentro del Cuerpo Mistico no pue- den ser todos iguales y hay que saber acatar la superioridad del cargo, y en este caso concreto también la superioridad moral. No pretender subir mas alto, obtener otros dones etc., (comparese: Romanos 12, 3). 147 Marfa a su vez era «profetisa» (Exodo 15, 20). Se sentia, pues, carismatica, y no contenta con lo que Dios le habfa concedido no podia soportar la superioridad de su hermano, La soledad moral de Moisés es completa, ni sus hermanos quieren creer en él. Am- bos, Aarén y Maria, podrian haber sido realmente grandes, dada su proximidad a Moisés, con tal de ser humildes. Su ambicién se lo impide. La grandeza moral s6lo existe donde hay verdadera humildad. Notese Ja intervencién de Yahvé en defensa de su siervo Moi- sés: Dios habla con él «cara a cara», es decir, abiertamente, con- fidencialmente como un amigo con otro, Es él quien recibe direc- tamente la revelacién de parte de Dios y su autoridad esta fuera de duda. Maria es castigada con la lepra. Aarén no. {Por qué? La lepra se compaginaba mal con la santidad sacerdotal y por eso Dios no quiere desacreditar al sumo sacerdote ante el pueblo. Aarén, es- pantado, intercede ante Moisés por su hermana: se humilla asi ante quien hace poco queria hacer bajar de nivel. Notese nuevamente la eficacia de la intercesién de Moisés. Pero también que Maria tiene que expiar su falta. Queda humillada ante todo el pueblo. Es la manera ordinaria de proceder de parte de Dios: ante el arrepentimiento del culpable y ante la intercesién de sus santos Dios perdona, pero generalmente exige una expiacién, que- da una pena que pagar. jMedida pedagégica!, para que se tome el peso al pecado. B) CORE, DATAN Y ABIRON Nota: segtin los criticos, se trata de dos rebeliones distintas: la de Coré, conservada por la tradicién sacerdotal, y la de Datan y Abirén, por Ia tradicién yahvista. Ambos relatos quedaron fusio- nados por obra del ultimo redactor. Ntmeros 16, 1-7: Notese la soberbia de estos rebeldes que quieren igualarse con Moisés y Aar6n. Alegan que toda la comunidad es santa (Exodo 19, 5-6) y pretenden absoluta igualdad para todos. Son los «con- 148 testatarios» de aquella época: ;por qué ha de haber algunos espe- cialmente designados para acercarse a Yahvé? Seguin el versiculo 10, lo que pretenden Coré y sus secuaces, es el sacerdocio. Ntmeros 16, 8-11: N6tese que Coré y demas levitas que le seguian, habian sido objeto de una predileccién especial de parte de Yahvé al ser desig- nados para el servicio del tabernaculo. No supieron apreciar el don que Dios les habia hecho y querian subir mds alto de lo que queria Yahvé. Sin duda porque crefan merecerlo. Son de los que siempre creen que se les honra menos de lo que merecen. Se olvidaban de que los dones de Dios son gratuitos y llama, da la vocaci6n, a quien quiere... La ambicion estropea los dones de Dios en el alma. Estos sdlo se desarrollan en la debida forma, cuando se cultivan con humil- dad y fidelidad. Nameros 16, 12-14: A su vez los rubenitas Datan y Abirén, como descendientes del primogénito de Jacob, no soportan Ja autoridad de Moisés, de la tribu de Levi. Se creen ademas en el derecho de criticarle abiertamente: le echan en cara el no haber introducido al pueblo en la tierra que mana leche y miel, sino que los mantiene en el desierto. Se suble- van contra la autoridad de Moisés y arrastran gran parte del pueblo. Nétese la respuesta Ilena de soberbia: «No iremos». Es el des- precio abierto de la autoridad legitima. El pueblo se deja «mane- jar» por grupos de presién. Pero quien resiste a la autoridad resiste a Dios mismo de quien proviene la autoridad (comparese: Roma- nos 13, 1-2) Ambos movimientos sediciosos seguramente se combinarian para derribar a Moisés. Coré, ademas, era primo de Moisés yAarén (Exodo 6, 18-20). Numeros 16, 15-35: Moisés apela a Yahvé y que El decida mediante una prueba que propiamente era una funci6n sacerdotal: quemar incienso. Sin embargo cabe hacer notar que Moisés retrasa esta prueba en un dia 149 a fin de dar tiempo a los rebeldes de hacer marcha atrds y arrepen- tirse. Segtin el versiculo 19, Coré habja arrastrado gran parte del pue- blo y Moisés tiene que suplicar a Dios, una vez més, que perdone aeste pueblo de dura cerviz. La masa es irreflexiva, no piensa y es facil presa, en todo tiempo, de los agitadores. Notese el castigo ejemplar. La narraci6n implica una muerte re- pentina debida a una intervenci6n especial de Dios, que tarde o temprano castiga siempre al soberbio: a) Primero con la disminu- ci6n de su gracia (actual), (comparese: Santiago 4, 6; I San Pedro 5, 5). Seguramente desde bastante tiempo atrds estos rebeldes pre- pararon su rebeli6n en su interior cediendo a la soberbia, revolvien- do pensamientos de orgullo etc. ¥ las gracias actuales fueron dis- minuyendo. b) Finalmente, con la humillacién del soberbio, porque «el que se ensalza serdé humillado» (San Lucas 18, 14) N6tese que «abominacidn a Yahvé es todo altivo de corazén» (Proverbios 16, 5). Ademas Coré, Datan y Abirén caian de muy arriba y por lo mismo su castigo fue mayor. Sin embargo el pueblo, en gran parte, no escarmienta y al dia siguiente acusan a Moisés y Aarén de la muerte de los culpables: Némeros 16, 41-50: No se nos dice en qué consistié el castigo. Basta al hagiégrafo hacer notar la gravedad del pecado del pueblo y que merecia la muerte. Moisés ordena a Aarén que como sumo sacerdote inter. ceda por el pueblo y alcance su perd6n: asi el sacerdocio legiti- mo pone remedio a una catastrofe desencadenada por una usurpacion ilegitima del sacerdocio. Se restablece el orden. La cifra de muertos no hay que tomarla al pie de la letra: simplemen. te quiere decir que murieron muchos. Moisés de hecho es el gran bienhechor de su pueblo, pero este no le corresponde sino con in. gratitud. 150 II. NUEVA REBELDIA DEL PUEBLO. LA SERPIENTE DE BRONCE Nameros 21, 4-9: El pueblo ya habja adquirido el habito de murmurar. A fuerza de rebelarse contra Dios en cualquier dificultad, esta costumbre se iba arraigando mas y mAs, sin que los continuos milagros de Dios a favor del pueblo e incluso los castigos ejemplares surtiesen efec- to. Israel se fue haciendo cada vez més esclavo de sus defectos. «Todo el que obra pecado, es esclavo del pecado» (San Juan 8, 34). Lo mismo sucede con los rebeldes y contestatarios de siempre; van cada vez més lejos. E] pueblo de Israel seguramente no luchaba por vencer su defecto, sino que dirfa cada uno «que Je vamos a hacer, soy asi». Dios se vale de las serpientes venenosas, que abundan en esas regiones, para castigar al pueblo, a fin de que reconozcan su falta. Es un castigo pedagégico. Al mismo tiempo Dios provee el reme- dio. Apenas clama el pueblo a Moisés y reconoce su pecado Yahvé ordena a Moisés fabricar la serpiente de bronce. Es una auténtica «imagen milagrosa» y es figura de Cristo que sana a las almas del pecado (compérese: San Juan 3, 14-15). Ciertamente no se trata de una practica de magia, cosa que ja- mas hubiera hecho Moisés, sino de un simbolo de la omnipotencia divina para curar y sanar a los israelitas mordidos por las serpien- tes. Notese cémo comenta este pasaje el libro de la Sabiduria 16, 6-7 (en algunas versiones los versiculos 5-7). III. EN LOS CONFINES DE LA TIERRA PROMETIDA. Nimeros 13, 1-4: Segtin Numeros 32, 8-9, los exploradores son enviados desde Cades-Barne (Cades-Barnea), a unos 150 kms. al sur de Bersabé, enel Négueb. Han de ser 12, uno por cada tribu (excepto la de Levi, como se desprende de la lista). Entre estos exploradores figuran Josué, de la tribu de Efraim y Caleb de la tribu de Juda. Todos son «principes», es decir de los principales de cada tribu. 151 Numeros 13, 18 (17)-25 (24): Los exploradores deben inspeccionar bien las ciudades y forta- lezas de los cananeos, a fin de calcular las dificultades que puedan surgir en la conquista, ademds han de averiguar las condiciones de vida que ofrece el pais y llevar al campamento de Israel algunos de los productos agricolas. Era el tiempo de las primeras uvas, hacia el mes de Agosto. Recalca el hagidégrafo la antigiiedad de Hebrén, fundada siete afios antes que Tanis en Egipto. No sabemos cuando se fund6 Tanis en el Delta oriental egipcio; sabemos, si, que fue capital de los hiksos y fue reconstruida por Ramsés II. Los alrededores de Hebron son ricos en viiias, higos y granadas. «Valle de Escol» significa pre- cisamente valle del «racimo». Nuimeros 13, 26 (25)-34 (33): Los exploradores tardaron cuarenta dias en volver, es decir, un tiempo considerable. Tuvieron buena ocasién de verlo todo. Notese su relato realista y segtin las disposiciones subjetivas de cada cual. Entre los exploradores habia pesimistas y optimistas, como se ve. Los optimistas encomian la fertilidad de la tierra; los pesimistas insisten en el lado negativo: es una tierra «que devoraa sus habitantes» 0 sea que no produce Jo suficiente para la vida; ade- mas las ciudades son grandes y bien fortificadas. Los hallazgos arqueolégicos modernos confirman la solidez de las fortificaciones cananeas. En cuanto a lo de «grande», la apreciaci6n de los explo- radores era subjetiva: las ciudades cananeas solfan ser acrépolis teducidas para facilitar la defensa. Referente a los «gigantes», el tamaiio y la fuerza de las fortifi- caciones indujo sin duda a los exploradores a pensar que solamen- te gigantes podrfan haberlas construido. La misma idea tenfan los griegos, que decian que las murallas de las ciudades antiguas las habjan construido ciclopes, gigantes artesanos del Asia Menor. De ahi la denominacién de «ciclépea» para describir los inmensos bloques usados en la construccién de algunos sitios antiguos. Nameros 14, 1-9: Notese la actitud completamente derrotista del pueblo, que cree a los pesimistas y se olvida totalmente de la promesa de Yahvé de 152 darles en herencia Ja tierra de Canaan. En el pueblo prevalece el criterio natural por encima del sobrenatural, que sin embargo es el \inico valedero. Pierden la fe y confianza en Dios. Se quejan de Moisés y Aar6n, y de Yahvé mismo, pensando que solamente les espera una muerte segura. En consecuencia buscan un jefe que los haga volver a Egipto. Desprecian el don de la libertad y quieren volver a la esclavi- tud. Es lo que hace el que no quiere luchar por la virtud, porque cuesta, y prefiere el pecado. Desprecian la libertad y la alianza por- que no quieren conquistarlas con su esfuerzo, es decir, conquistar su plena posesién. Todo don de Dios debe ser conquistado. Esta actitud ya venia preparandose con las continuas rebeldias y mur- muraciones. Asi, fallan en e] momento decisivo. N6tese la monstruosa ingratitud para con Dios que hay en el fondo de esta conducta, y cémo el habito de murmurar y de ser in- fieles a las gracias recibidas induce a faltas cada vez mas graves y mas frecuentes, por ley de crecimiento orgdnico, a menos que se reaccione enérgicamente. Solamente dos de los exploradores, Josué y Caleb, se mantie- nen en el plano de la fe, llenos de confianza y optimismo, y se es- fuerzan por hacer entrar en raz6n a los israelitas. No hay que rebe- larse contra Yahvé ni dudar de su promesa. Israel acabaré con los cananeos como quien se come un trozo de pan. La razon esté a la vista: Yahvé estd con nosotros. Y si tenemos de parte nuestra a Dios {qué es lo que se puede temer? Lo tinico que da acierto es el man- tenerse en el plano de la fe, el plano sobrenatural. Nameros 14, 10-25: Notese Ja reacci6n violenta e injusta del pueblo: quieren lapi- dar a Josué y Caleb y lo habrfan hecho sin una intervencién espe- cial de Yahvé. Aparece «/a gloria de Yahvé», o sea, la nube se ilu- mina repentinamente sobre el taberndculo. N6tese también la amenaza de Yahvé de exterminar al pueblo dejando a Moisés (y por supuesto los pocos que estaban con él) para «hacer de él una gran nacidn». ¥ nétese una vez mis, la in- tensa stiplica e intercesién de Moisés, que aleja del pueblo de nue- vo el castigo de un exterminio total, (es la segunda vez; compare- se: Bxodo 32, 9-14). jCudnto ama Moisés a su pueblo! No se busca 153 asi mismo, sino solamente el bien del pueblo, por mds que este no corresponde. ;Grandeza de alma! Pero los culpables han de sufrir el castigo de su falta: este cas- tigo serd el no poder entrar en la tierra prometida. Pero hay una excepcién: Caleb (versiculo 24) y Josué (versiculo 30). Ellos si que entraran en la tierra prometida por Dios a su pueblo, porque son hombres de otro espiritu. No son contestatarios, no tienen espiri- tu de rebelién y desobediencia e incredulidad (toda desobediencia a Dios y sus representantes es incredulidad, es falta de fe), sino que tienen espfritu de fe, de plena obediencia a Dios. Hace falta ese espiritu para entrar en posesién de las promesas de Dios. Por lo demiés, toda aquella generacién de rebeldes caer en el desierto y solamente sus hijos pasaran el Jordan. Niimeros 14, 26-35: Estos versiculos recalcan y amplian lo que dicen los versiculos anteriores. Recalcan la gravedad de la falta. Esta vez Yahvé casti- gard no solamente una falta sino todo el conjunto de rebeliones del pueblo desde la salida de Egipto. Se ha colmado la medida. Sin embargo no estén comprendidos en este decreto divino los levitas, que no habjan tomado parte en la exploracién de Canaan. Asi Eleazar, hijo de Aarén y sumo sacerdote después de él, entrara con Josué en la tierra prometida (Josué 14, 1). Por ahora todo el pueblo andaré errante por el desierto hasta que haya muerto toda aquella generaci6n rebelde, de veinte afios para arriba. Asi expiardn su pecado. Ademas, al morir todos cuantos habian conocido la idolatria en Egipto, la nueva generacién que- daba mds arraigada en el monotefsmo y podria resistir mds facil- mente a la seduccién de los cultos de Canaan. Nimeros 14, 39-45: EI pueblo no entiende nunca. Se habian negado a entrar en Canaan acobardados por el relato de los exploradores; ahora, al escuchar de labios de Moisés cuél ser4 su castigo, quieren contra la voluntad de Dios tomar por fuerza posesién de Canain. Como van contra la voluntad divina, son derrotados. Siempre, a corto 0 largo plazo, todo cuanto hacemos contra la voluntad de Dios se con- vierte en derrota, aunque al principio puede parecernos lo contra- 154 rio. Contra la voluntad de Dios de otra manera a como El quiere- no se puede entrar en la tierra prometida. La entrada no es segtin nuestro parecer. IV. LAS AGUAS DE MERIBA Nuameros 20: 1-13: (Vers. 1, muerte de Marfa) Una vez mas, el pueblo murmura; ya no tratan siquiera de lu- char contra este defecto, sino que se dejan llevar de él a la primera ocasi6n: aqui, una vez més, la falta de agua. Nuevamente afioran la esclavitud de Egipto como mejor que la libertad que Yahvé les habia concedido. El pueblo por no estar centrado en Dios, carece de estabilidad de convicciones, de orientacién fija! Solamente ahondando en la palabra de Dios podemos Ilegar a una auténtica estabilidad en nuestra vida espiritual. jCudntas ve- ces el pecador, en vez de la libertad que da la virtud, prefiere la esclavitud del vicio; suefia con utopias segin sus caprichos, al margen de la voluntad de Dios, como cosa mas agradable, esca- pando a la realidad que no se quiere aceptar! Terrible inversién de valores sumamente ofensiva para Dios. Para Moisés esta prueba tenia que ser durisima, jaguantar cons- tantemente a esas almas!, y Moisés y Aar6n incurren en una falta: dudan un momento de que Dios, ante tantas rebeldias de Israel, intervenga nuevamente. Asi no «santifican», o sea, no glorifican a Dios ante el pueblo en la forma querida por Dios. Como conse- cuencia Moisés y Aarén quedan excluidos también de entrar en Canaan. Niimeros 20, 22-29: Comparese: Nimeros 33, 37-39. Muerte de Aarén. Notese que el hecho de despojar Moisés a Aaron de los habitos pontificales antes de su muerte, para revestir de ellos a su hijo Eleazar, tiene por objeto asegurar la continuidad del sacerdocio y hacer aparecer a Eleazar ante el pueblo ya revestido de la suprema autoridad sacerdotal. Muere asf Aarén sin entrar en Canaan. Tam- poco ha podido contemplarla de lejos. 155 Deuteronomio 32, 48-52 y 34, 1-12: Muerte de Moisés. Notese la delicadeza de Dios para con su siervo Moisés, al de- jarle contemplar la tierra prometida desde las alturas del Monte Nebo. Es su amigo, su siervo fiel, que si no puede entrar en la tie- rra de promisi6n, al menos puede contemplarla antes de morir. La severidad de Dios con Moisés hace resaltar la perfecta santidad divina y nos hace comprender, como se recalcard en el Nuevo Testamento, que nada manchado puede entrar en la definitiva y eter- na tierra de promisién que es el Cielo (Apocalipsis 21, 27). Si se nos indica al detalle todas las regiones que Moisés abarcé con su vista desde el monte Nebo, solamente se nos quiere decir que en general contempl< una gran extension del pais. Se nos dice también que Moisés no estaba debilitado por la vejez. Simplemen- te habia cumplido su misién durante tres generaciones, es lo que simbolizan sus ciento veinte afios, y ya puede morir. Se indica que su sepulcro es desconocido. Esto sin duda entra- ba en el plan providencial de Dios, a fin de evitar el peligro de una veneraci6n supersticiosa de parte de ese pueblo tan inclinado ain a la idolatria. Se dice de Josué que esta Ileno del espiritu de sabiduria, es decir, el espiritu de sabiduria comunicado por Dios a Moisés, llena aho- ra a Josué como sucesor de Moisés. Es una sabiduria divina, caris- miatica para gobernar al pueblo y hacerle entrar en Canaan... Sin embargo no surgié en Israel otro profeta semejante a Moisés. Fi- gura cumbre de la Antigua Alianza, tipo y figura de Cristo, el Mediador de la Nueva y Eterna Alianza. Y si Moisés es tan grande, es por su intimidad con Yahvé que le hablé «cara a cara». Cierta- mente un alma es grande en la medida que la llena Dios. Mas que cualquier obra externa, lo que engrandece a una criatura es la inti- midad con Dios, una auténtica vida interior. La verdadera grande- za es lo que hace al alma grande a los ojos de Dios y es la obedien- cia a su divina voluntad, la fidelidad a la gracia. V.LA GRAN LECCION DEL EXODO La tierra prometida es tipo y figura de la verdadera tierra de pro- misién que es el Cielo: Hebreos 3, 7-19 y 4, 1-11. 156 Elcristiano en esta vida se halla de camino hacia esa tierra, atra- vesando el desierto de innumerables prucbas y tentaciones. Des- pués de la salida de la esclavitud del pecado —regenerados en las aguas del bautismo— nos encaminamos hacia la patria celestial. Pero nuestra fe y fidelidad a Dios han de ser probadas. Las pruebas ha- cen murmurar a los que no quieren vivir de fe, y esta murmuracién puede llegar hasta excluirlos, por incredulidad y desobediencia, de la tierra prometida. O al menos retarda grandemente la entrada. Es preciso aprender la lecci6n para entrar en el reposo que Dios nos tiene prometido. Hemos de tener el «otro espiritu», el de Josué y Caleb, de fe plena y entrega incondicional a la voluntad divina. «El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre», (I San Juan 2, 17). 157 JOSUE: CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA NOTA: En su forma actual el libro no fue escrito por Josué pues se menciona la muerte de Josué (Josué 24, 29), el Libro de los Jus- tos (Josué 10, 13) en que se hacia el elogio de Saul y Jonatan (II Samuel 1, 8), el monte de Juda e Israel (Josué 11, 21), asi como la aldea de Jair (Josué 13, 30), uno de los Jueces (Jueces 10, 3-5) Es posible que el autor utilizara fuentes contemporaneas de Josué, tal vez también algiin escrito redactado por éste. En todo caso se utilizan fuentes y tradiciones antiguas. El libro de Josué es de inspiracién deuterondémica, segtin mu- chos exégetas, y revela la preocupaci6n constante caracteristica de la época de la reforma religiosa de Josias (siglo VII) por asegurar ante todo Ia fidelidad de Israel a Yahvé. También hay que tener en cuenta que la conquista de la tierra prometida fue lenta y duré muchos afios. En la Ianura, los israeli- tas fueron inferiores a sus enemigos que disponian de carros de combate tirados por caballos, pero en las partes montafiosas y en Jos bosques los israelitas se hallaban mds seguros. Aunque la falta de éxito de los israelitas, mds que a motivos humanos, debe atri- buirse en el fondo a su infidelidad a Yahvé, como recalca muy cla- ramente el libro de Josué y asimismo se desprende, como iremos viendo, del libro de los Jueces. La tierra prometida es un don de Dios a su pueblo, pero es un don que es preciso conquistar. Lo mismo hay que decir del cielo. I. ACTUACION DE JOSUE EN TIEMPOS DE MOISES Nameros 13, 9 (8) y 17 (16): Su nombre es Oseas (salvacién), de la tribu de Efraim, y Moi- sés le cambia el nombre por el de Josué (salvacién de Yahvé), ya 159 que serd el instrumento de Yahvé para introducir al pueblo de Dios en la tierra prometida. Hay un acto de fe en el cambio del nombre: se expresa que la salvacidn viene solo de Yahvé. Exodo 17, 8-14: Josué por orden de Moisés, combate a Amalec. Asi se adiestra en la guerra. Exodo 24, 13: Acompajia a Moisés al Sinai. Esto tenia que influir en su for- maci6n. Se ve que es el intimo de Moisés. Exodo 33, 11: Guarda fielmente la puerta del taberndculo, cosa que sin duda le incitaba a la intimidad con Yahvé. Numeros 11, 24-29: Es reprendido por un celo indiscreto. Notese que este celo in- discreto se debe a su amor demasiado humano atin a Moisés y fé- cilmente se explica por su juventud y falta de madurez. Nadie nace santo y a todos nos hacen falta las lecciones que se desprenden de nuestros mismos errores. Nuestro amor a los hombres, aun a los superiores y maestros, debe ser sobrenatural mas que humano, mejor: lo humano debe quedar penetrado y elevado por lo sobre- natural. Solamente es perfecto un amor en y por Dios. Pero hay en Josué una constante fidelidad a Dios y a Moisés, y es esto lo que le forma para la santidad. Se deja formar y educar para Dios, otros no se dejaron formar. Nameros 13, 3; 9 y 14, 6-9: La formaci6n recibida de Moisés se refleja claramente en la ac- titud de Josué. Josué se ha conquistado a si mismo para Dios, asi puede él guiar al pueblo en la conquista de la tierra prometida. Apliquese esto al apostolado, a la educacién etc. Es uno de los exploradores enviados por Moisés, un alma gran- de, lena de fe, que no se acobarda como los demas. Por lo mismo, Dios le promete en recompensa que entrard en la tierra prometida y le haré caudillo de su pueblo y sucesor de Moisés. 160 Numeros 27, 12-23: Josué es el elegido por Dios como jefe del pueblo. Moisés pone sobre él las manos, le transmite su espiritu. Deuteronomio 1, 38 y 31, 7-8 y 23: Moisés debe animar a Josué, y lo hace. También Josué necesita aliento. Pero nétese que Josué, como Caleb, tiene «otro espiritu» (Na- meros 14, 24): confia en el poder divino plenamente, sabe que por s{ mismo no es capaz de nada, pero que Dios cumplird infalible- mente su promesa. Cabe preguntarnos: {qué espiritu tenemos nosotros? El espi- ritu de los mas, que son cobardes, egofstas, pusildnimes, etc.?, 0 gelespiritu de Cristo? gSomos invariablemente fieles a Dios vivien- do la vida nueva que nos trajo Cristo? Tal espiritu es necesario para entrar en la verdadera tierra prometida que es el cielo (comparese: Hebreos 4, 2-3 y 11). Il. JOSUE COMIENZA A ACTUAR COMO CAUDILLO DEL PUEBLO DE DIOS Josué 1, 1-9: Josué recibe directamente de Yahvé la orden de emprender la conquista de Canaan. Es el nuevo Moisés a quien Dios se comuni- ca intimamente y le promete su asistencia continua. Sin duda Josué recibia esta comunicacién en la oracién prolongada, al consultar a Yahvé respecto de lo que debia hacer. Pero nétense las condiciones: a) Debe esforzarse y tener dnimo. Por tanto habré momentos dificiles y que humanamente pudieran provocar el desalien- to. Dios permite tales momentos en toda vida, precisamente a fin de que aprenda el alma a apoyarse y confiar en Dios s6lo. Se requiere esfuerzo generoso y constante para esto. Solamente asf es posible cumplir nuestra misién. b) Debe observar integramente la ley, es decir, Josué debe tra- tar de agradar a Dios en todo, con perfecta fidelidad: antes de conquistar la tierra prometida, y precisamente para po- 161 der conquistarla, ha de conquistar su propio «yo» para Yahvé. (Muy importante para toda «conquista» en el apostolado). Y la conquista del propio «yo» para Dios ha de ser continua. c) Para legar a esta perfecta fidelidad a Dios y alcanzar la ple- na conquista de si mismo para Dios, ha de ser alma de ora- cidn y meditar incesantemente la ley, es decir, la Palabra de Dios. Por tanto, combinar oracién y accién armoniosamen- te. La accién sin oracién es estéril. d) Notese la correlaci6n entre vida de oraci6n y fidelidad a Dios, y cémo esta fidelidad no puede existir sin la vida de oracién, una oraci6n basada en la palabra de Dios. De Ja intensidad y constancia en la oracion, depende el fruto de la acci6n.Se trata de meditacidn y no sdlo de recitar oraciones. Josué 1, 10-18: El contar con el auxilio de Dios, no dispensa al hombre de to- mar las medidas que cada caso requiere. Josué, hombre prudente y equilibrado, da las 6rdenes necesarias para asegurar el éxito: hay que proveerse de viveres para el camino, al margen del mana. La confianza en Dios exige que cada uno ponga lo que de él depende, porque Dios se vale de las causas segundas; proceder de otra for- ma seria carecer del necesario equilibrio. No hay sin embargo que descansar en estos medios humanos, sino por encima de todo es- perarlo todo de Dios. Recuérdege que las tribus de RUBEN, GAD y la mitad de los de MANASES se habjan instalado en los territorios de laTransjordania, conquistados a los reyes Sehén (Sijén) y Og (se pueden ver los capitulos 32 de Numeros y 3 de Deuteronomio). Pero habjan reci- bido la orden y la habian aceptado, de ayudar a sus hermanos en la conquista de Canaan al pasar estos el Jordan. Josué les recuerda esta orden de Moisés y estas tribus obedecen a Josué, nuevo Moisés, porque saben que Dios esta con é1 como estuvo con Moisés. Nétese que esta vez Israel se lanza a la conquista con perfecta obediencia a Dios y su representante. También a nosotros nos Ile- vard a Ja verdadera y eterna tierra de promisién la obediencia a Dios y a quienes Dios ha puesto como representantes suyos. Al pasar el Jordan comienza para Israel una nueva vida después de cuarenta afios de lenta preparacién. Esta nueva vida tendra sus 162 responsabilidades y exige una renovada fidelidad a Yahvé. Pero otro tanto ha de decirse de todo cambio favorable en nuestra vida: es un don de Dios que nos exige una creciente fidelidad. III. DIOS SUSCITA UNA COLABORACION INESPERADA Josué 2, 1-7; Jericé significa ciudad de la Luna, porque antiguamente se ren- dia alli culto a la Luna. NG6tese que Rahab es una mujer prostituta (asf la llama igualmente San Pablo en Hebreos 1 1, 31), pero es ella precisamente quien sir- ve de instrumento a Dios —cooperando a la gracia que le impulsaa ello— para abrir a los israelitas las puertas de Canaan. Su coopera- ci6n a la gracia la Ilevard a la verdadera fe, a la regeneraci6n espi- ritual y a figurar en la genealogia del Mesias (S. Mateo 1, 5). Téngase presente que las casas en esas ciudades solian amon- tonarse unas sobre otras; normalmente habia una tnica habitacién en la planta baja, acaso un piso superior y una azotea. Al entrar en sospechas el rey de Jericé y mandar buscar a los espfas, Rahab los esconde en la terraza. El que se mencione el lino demuestra que era abril, época que en Palestina se cosecha el lino. Desde la terra- za pudieron los espias seguir el didlogo entre Rahab y los mensa- jeros del rey. Notese con qué habilidad Rahab los desorienta para salvar a esos hombres, que ella cree capaces de salvarla a ella con los suyos si los israelitas conquistan la ciudad. Josué 2, 8-21: Aunque el hagiégrafo no nos transmita las palabras textuales de Rahab, en cuanto a su contenido, sin duda corresponden a la fe que esa mujer comienza a tener en el Dios de Israel, que la lleva a salvar la vida a los espias. Se verifica aqui lo que dice Cristo en S. Mateo 21, 31: «En verdad os digo que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios». Nétese el consejo tan prudente dado a los espias, que huyan a la montafia -donde nadie los ird a buscar- y una vez pasado el pe- ligro, al cabo de tres dias, cuando ya quienes los buscaban hayan 163 vuelto a la ciudad, emprendan el camino de regreso. Rahab lo tie- ne todo previsto y calculado. Ahora lo importante es que esos hom- bres favorecidos por ella, le juren conservarle la vida a ella y a los suyos cuando Josué se apodere de Jericé. Y ellos se lo juran. Aunque se diga que Rahab até el corddn rojo a la ventana al marcharse los espias, no hay necesidad de interpretarlo como que lo hizo inmediatamente, el hagiégrafo menciona anticipadamente el hecho. Josué 6, 22-25: Rahab encuentra en la «fidelidad» de Josué en cumplir la pro- mesa que le habian hecho los espfas, la recompensa a su fe en Yahvé el Dios de Israel. Notese que primero Rahab y los suyos quedan fuera del cam- pamento de Israel, ya que se trata de una familia pagana, pero como se ve por el versiculo 25, pronto llegé a habitar en medio de Israel habiendo abrazado la fe en el verdadero Dios. Rahab sera madre de un hijo ejemplar y admirable, Booz, que se casar4 con Ruth. Asi entra de Ileno en la linea davidica y mesidnica. Dios que nunca se deja vencer en generosidad, dara a Rahab mucho mis de lo que ella habia pedido y hubiera podido sospechar. Cuando se dice que cayeron las murallas de Jericd, no es nece- sario pensar que, si acaso Dios se valié de un terremoto, forzosa- mente tuvo que derrumbarse también la casa de Rahab o que sola- mente por un milagro quedase en pie. Es muy frecuente en los terremotos que las esquinas queden en pie. Si la casa de Rahab, adosada a la muralla, se hallaba en un dngulo de ésta, lo normal era que quedara en pie y no se derrumbara. IV. EL PASO DEL JORDAN La tradicion judio-cristiana identifica el punto por donde pasé Josué el Jordan con Bethabara, lugar donde siglos mas tarde bau- tizarfa con bautismo de penitencia S. Juan Bautista. (S. Juan 1, 28) Josué 3, 1-13: El estilo de la narracién es popular; se atiende mds un orden 164 légico que el cronolégico y esta Ilena de repeticiones. Josué obra rpidamente a fin de no dar tiempo a los cananeos para organizar la resistencia. Otro tanto ha de hacerse en el orden espiritual, no permitir que los «enemigos» puedan tener tiempo para preparar un ataque con éxito. Muy probablemente los cananeos confiaban en que, siendo la época del deshielo, el Jordan llevaba mucha agua y que esto impo- sibilitarfa a los israclitas en masa vadear el rio. Asimismo ndétese la preparaci6n espiritual que exige Josué (versiculo 5). Tal prepa- raci6n inclufa la limpieza de los vestidos como simbolo de la lim- pieza interior, y el abstenerse de todo comercio carnal. Han de ser santos. Compirese: Exodo 19, 10 y 15; Levitico 20, 26. La leccién es también para nosotros: solamente haremos con- quistas segtin Dios en la medida de nuestra entrega a Dios y al cum- plimiento fiel de su voluntad. Josué 3, 14-17: Nétese la intervencién milagrosa de Dios. Es posible que suce- dicra entonces el mismo fendmeno que ocurrié en 1267, cuando qued6 interrumpido el curso del Jordan durante unas 16 horas por un corrimiento de tierra ocasionado por las Iluvias, 0 lo que ocu- rrié, debido a un terremoto, en 1927 en que igualmente se interrum- pié el curso del rio. Aunque Dios se valga de fenémenos de suyo naturales, lo extraordinario y milagroso esté en el conjunto de cir- cunstancias que se combinan en un momento dado de forma fuera de lo comin y absolutamente providencial. Josué 4, 1-9: Aunque el versiculo 9 se puede interpretar en el sentido de que fueron dos los monumentos levantados para conmemorar el hecho, lo mas normal es que mientras atin permanecian los sacerdotes con elarca en el Jordan, cada uno de los doce hombres, uno de cada tribu, recibe la orden de tomar una piedra del sitio mismo donde los sa- cerdotes habian apoyado sus pies y estas piedras fueron colocadas en Guilgal (Gdlgala) «donde permanecen hasta el dia de hoy». Josué 4, 19-24 (25): Guilgal equivale a «circulo de piedras»; se construye con las 165 doce piedras transportadas y se convierte en el primer santuario is- raelita, famoso lugar de culto en la época de Samuel y Sati], aun- que mas tarde fue condenado por los profetas (Oseas 4, 15; 9, 15; 12, 12; Amés 4, 4 y 5, 5). Lo primero es dar culto a Dios, honrarle al. Dios ha de ocupar siempre el primer lugar. El paso del Jordan, como el del mar Rojo, es figura del bautis- mo que permite al cristiano entrar en la verdadera tierra de promi- sidn que es el cielo. Josué 5, 2-9: Notese la perfecta fidelidad a la ley. La circuncisién era nece- saria para entrar en la alianza y beneficiarse del pacto hecho por Yahvé con Abraham (comparese: Génesis 17, 9-14). Durante los afios del desierto se habja interrumpido esta practica por lo visto, y ahora se hacia necesaria la circuncisién para todos aquellos que atin no habian recibido en su carne esta sefial del pacto. No hubo en este no circuncidar a todo varén del pueblo de Dios una negli- gencia mas o menos culpable de Moisés? Recordemos que ni si- quiera habia cicuncidado a su propio hijo (Exodo 4, 24-26) y tal negligencia, {no influiria en la decision de Yahvé de no dejar a Moisés entrar en la tierra prometida? Josué 5, 10-12: Recordemos que la circuncisién era condicién necesaria para poder celebrar la Pascua (Exodo 12, 48). Aqui tenemos la celebra- cidn de la primera Pascua en la tierra prometida. Ademés, parece deducirse de todo el pasaje, que durante los afios del desierto se celebré la Pascua una sola vez, en el segundo afio de su salida de Egipto (Ntimeros 9, 1-2). Su celebracién solemne después de ha- ber pasado el Jordan tendia a enfervorizar al pueblo y predispo- nerle a una perfecta fidelidad a la Alianza. Los israelitas debian vivir su liberacién (del cristiano hay que decir otro tanto). La liberacién hay que vivirla permaneciendo li- bres. la Pascua nos exige la libertad interior a toda esclavitud del pecado. Nosotros también cada vez que celebramos la Pascua cris- tiana hemos de cobrar nuevo dnimo para la conquista de la eterna tierra de promision. Notese que con la entrada en Canaan cesa el mand, que ya no 166 tiene raz6n de ser puesto que el pueblo puede ya alimentarse con los productos de la tierra. E] mand era el alimento para la travesia del desierto. Asf la Eucaristfa es nuestro alimento para la travesia del desierto de esta vida, en el cielo nos alimentaremos de la vi- sién de Dios. V. LA CONQUISTA DE CANAAN Josué 6, 1-14: Tratandose de Jericé, la arqueologia no ha encontrado ruinas correspondientes a la época de la penetracién de los israelitas en Palestina; los restos de la muralla descubiertos corresponden cier- tamente a un perfodo anterior. Pero esto no invalida el relato bibli- co, ya que las murallas existentes en tiempos de Josué pueden muy bien haber sido menos sélidas y por lo mismo haber desaparecido del todo. Noétese la preparacién progresiva de un ambiente de guerra re- ligiosa-nacional, que culminard con un toque especial y prolonga- do del cuerno de carnero el ultimo dia. (Esto tenfa que causar mie- do a los cananeos y enfervorizar a los israelitas). Entonces tendra lugar el asalto general y las murallas caerén. Algunos en vez de murallas traducen «la guarnicién», que se habria desmoralizado. Tal interpretacién, sin embargo, hace violencia al texto, tanto mas cuanto que consta por otra parte que los habitantes de Jericé —y sin duda en primer lugar los soldados- pelearon contra los israelitas (Josué 24, 11). Lo que se recalca es la ayuda especial de Yahvé a su pueblo, el cual, asistido por su Dios, es invencible con la sola condicién de permanecer fiel a Yahvé. En el orden moral, la condici6n para salir siempre victoriosos en toda situacién dificil, es también y ante todo, la perfecta fidelidad a Dios. Quien sucumbe en la prueba sin duda ya habia preparado su derrota con una serie de infidelidades, qui- zas muy pequeiias al principio, que se han ido acumulando. Josué 6, 15-25: Intervenci6n especial de Dios al hacer que las murallas se de- rrumben. Puede muy bien haberse servido de un terremoto. El mi- 167 lagro en tal caso esta en que se produce en el preciso momento del toque de las trompetas y el grito de guerra del pueblo. Nétese la orden de destruirlo todo: es el hérem (anatema). Jeric6é es la primera ciudad conquistada, hace las veces de primicias y por tanto pertenece a Yahvé. Toda cosa consagrada a Yahvé no podia dedicarse a ningtin uso profano y por consiguiente debja ser des- truida. Solamente los objetos preciosos de oro, plata, etc. no se- rian destruidos y se emplearian en el servicio de Dios. Sustraer algo al «hérem» equivalia a un robo sacrilego e iba a atraer el castigo de Dios sobre toda la comunidad. Solamente Rahab debja salvarse con todos los suyos y sus bie- nes. En cuanto a los versiculos siguientes 26 y 27, la maldicién de Josué se verifica, segtin I Reyes 16, 34, en Hiel de Betel. El senti- do es la pérdida total de sus hijos, del mayor al menor. Seguin algu- nos solamente el mayor y el menor. No6tese que el exterminio de una poblaci6n entera nos parece hoy dia una crueldad inaudita. No se trata por cierto del tnico caso en la Biblia. Los pensamientos de Dios no son nuestros pensamien- tos (Isafas 55, 8-9). Los pueblos de Canaan eran de una gran co- rrupcién de costumbres y habia que preservar a Israel del conta- gio. En tiempos de Abraham atin no habian colmado estos pueblos la medida, pero en tiempos de Josué podemos deducir que habjan Ilegado al limite provocando su destruccién. Comparese: Génesis 15, 13-16. Ademds Dios se comunica al hombre teniéndo en cuen- ta su capacidad de entender, su cultura. Josué 7, 1-15: Notese cémo el pecado de uno afecta a la colectividad. Todos somos solidarios, y el pecado es siempre un mal social, como la virtud es un bien social (compéarese: I Corintios 12, 25). Acdn ha cometido un robo sacrilego sustrayendo algunas cosas preciosas al hérem, (prefirié sus gustos a la voluntad de Dios, hubo avaricia, falta de fe, desobediencia, etc.) por eso Israel ya no podra obtener la victoria sobre sus enemigos mientras no quite el mal de en me- dio de ellos. Acan no habja conquistado para Yahvé su propio yo y asi pone obstaculo a que el pueblo conquiste la tierra prometida. Leccion de la decisiva importancia en nuestra vida de la fidelidad 168 a Dios, una fidelidad a toda prueba, exigida para nuestro bien y el de todo el Cuerpo Mistico. El culpable sera castigado con la muerte (vers. 25). De esta ma- nera puede proseguir la conquista victoriosa. Nota: en el capitulo 8, 30-35 se trata de una renovaci6n de la Alianza. Los crfticos, en gran parte, opinan que se trata del mismo hecho relatado en el capitulo 24. También hay otros que opinan que se realizé dos veces esta renovacin de la Alianza. Nosotros co- mentaremos esta renovacién al llegar al capitulo 24, ya que en todo caso la ensefianza que encierran ambas narraciones es la misma: la perfecta fidelidad a Yahvé como condicién de a conquista. Josué 9, 1-15: Era légico que los gabaonitas, a la vista de los sucesos de Jericé y Hai, y ante la amenaza inminente de caer ellos también bajo el hérem, buscasen un medio para librarse de tamafia desgracia. Pro- bablemente también Dios queria apiadarse de ellos. De ahi su in- geniosa estratagema. Pero si su plan surte efecto, es porque en este caso concreto ni Josué ni los dirigentes consultan, antes de hacer el pacto a Yahvé. Permisién divina, ciertamente, pero de parte de Israel queda en pie su falta, al proceder de forma enteramente na- tural. Si hubiesen consultado a Yahvé no habrian sido engafiados. Quizds Yahvé les habria indicado hacer con los gabaonitas lo que de hecho hicieron después con ellos; pero en todo caso, para acer- tar plenamente se ha de consultar a Yahvé. Nunca es acertado un proceder meramente natural, y menos cuando se trata de cosas que atafien nuestras relaciones con Dios. jEl que no procede con espi- ritu sobrenatural, facilmente y sin que lo advierta es engafiado! EI final de la historia lo tenemos en los versiculos siguientes, 16-27. Evidentemente los gabaonitas no dirfan al pie de Ja letra to- das las palabras que pone en su boca el hagidgrafo, sino que se trata del ropaje literario en que se envuelve el hecho en si, de que enga- fiaron a Israel para salvar su vida y aceptaron la servidumbre que les impusieron. Josué 10, 1-11: Era Idgico que los demas reyes cananeos vieran en la actitud de los gabaonitas una traicién y se coligaran contra ellos. Hay en la 169 batalla de Gabadn una especial intervencién de Dios en la tempes- tad y el granizo. Habjfa pasado ya la estacién de las Iluvias y el fenémeno resultaba insdlito. El granizo figura como arma divina de destruccién también en otros pasajes de la Biblia. Comparese: Exodo 9, 18-35; Isafas, 30, 30; Salmo 18 (17), 13-15. Josué 10, 12-14: La victoria de Betorén abria a los israelitas todo el sur de Pa- lestina. Era, pues, de una importancia decisiva. ;Detuvo Josué real- mente al sol y Ja luna, al menos en el sentido de obtener que mila- grosamente los rayos del sol siguiesen alumbrando cuando ya de hecho habia pasado el dia? Las opiniones estan divididas, pero hoy dia prevalece la postura de los que ven simplemente un relato poé- tico de la victoria obtenida ya gracias a la tempestad y el granizo. EI pueblo, para explicarse cémo Josué pudo en tan poco tiempo obtener una victoria tan grande, expresaria esto diciendo que, como amigo de Yahvé, pudo obtener de Este que se detuviesen el sol y la luna. N6tese que el hagidgrafo supone conocido el hecho a través del «Libro del Justo» (coleccién desaparecida de hechos gloriosos y que no se podria considerar como libro inspirado). Se trata pues de una cita de un libro profano y nada mas. Josué 13, 1-7: Aunque se habia conquistado una buena parte de Palestina, to- davia quedaba otra parte por conquistar. Con todo, Josué ya puede efectuar el reparto entre las tribus. La conquista ha de proseguir después de la muerte de Josué y dependerd de la fidelidad de Is- rael a Yahvé (comparese: Josué 23, 4-6 y 15-16). Laconquista debe proseguir: una conquista completa es la con- dicin indispensable de una victoria duradera. Una conquista in- completa constituye siempre una amenaza. Lo mismo sucede en nuestra vida espiritual y el apostolado. Toda conversién, toda vir- tud, han de afianzarse como una conquista cada vez mas completa de nosotros mismos para Dios. Como una tiltima y suprema exhortacién a la perfecta fidelidad a Yahvé, de la cual dependerd la conquista completa, Josué antes de su muerte renueva una vez mds la Alianza. 170 VI. LA RENOVACION DE LA ALIANZA Josué 24, 1 y 14-24: Dios habia sido fiel a sus promesas dando a su pueblo la tierra prometida. Lo importante con decisiva importancia es ahora que el pueblo sea fiel a Yahvé. Es preciso servir de veras a Yahvé, no tan solo con actos externos de culto, sino con verdadera sinceridad de corazon y perfeccién interior. Para ello es preciso apartar a to- dos los dioses falsos. Hay incompatibilidad absoluta entre el ser- vicio de Yahvé y la idolatria (y todo pecado es idolatria: Efesios 5, 5 y Colosenses 3, 5 Pero Dios respeta la libre voluntad del hombre; por eso Josué exi- ge al pueblo una decision libre: que escojan a quien servir. Por su parte Josué elige servir a Yahvé (vers. 15). (Nosotros también en cualquier decision elegimos entre servir a Dios 0 servir a un {dolo). En estos momentos el pueblo reconoce cuanto debe a Yahvé y se muestra dispuesto, sinceramente, a servir a El solo. Pero Josué conoce su veleidad y con cuanta facilidad el pueblo se ha apartado de Dios al surgir cualquier prueba. Recuerda bien todo lo sucedi- do en el desierto y que la generacién de israelitas que tiene delante es de la misma pasta que sus padres. Por eso recalca: «No podréis servir al Sefior...» porque servir a Dios supone superar muchas pruebas” y Dios infinitamente santo, no tolera la infidelidad ni la dejar4 impune. Pero el pueblo sigue afianzdndose en su compro- miso. Es en realidad lo tinico que pueden hacer, si han de hacerse dignos de la posesién de la tierra prometida. Josué ha insistido en ello y los israelitas le han tomado el peso. Una vez mds prometen solemnemente servir a Yahvé. Josué 24, 25-28: En vista de esta voluntad decidida del pueblo, Josué «aquel mis- mo dia», sin dar tiempo a que se enfrie el fervor, hace un pacto con ® Esto se aplica a todo servicio a Dios: sacerdocio, vida religiosa, misione- ra, apostolado, etc. El que fracasa (aparte de que falte la salud) es porque se buscan a sf mismos. Fracasar es desilusionarse y abandonar. Este fracaso se debe a que se procede en forma «natural» y no sobrenatural. Debemos cons- tantemente y siempre de nuevo, decidirnos por Dios. 171 el pueblo: tanto Josué como el pueblo se comprometen a permane- cer fieles a la Alianza del Sinaf. Adems impone al pueblo rcunido en Siquem un estatuto, una norma juridica con que asegurar el cum- plimiento del pacto. Y para mayor garantia escribe una especie de acta-memorial en el Libro de Ja Ley de Dios, libro distinto del «Libro de la Ley de Moisés» (Josué 8, 31 y 23, 6) que Josué de esta manera venia a completar. Finalmente erige una piedra, una estela, como memorial y tes- timonio del pacto solemne y cuya vista ha de recordar a Israel su sagrado compromiso. Josué ha hecho por su parte todo cuanto de él dependia para asegurar la fidelidad de Israel. Es lo que todo su- perior, todo responsable de otros, ha de hacer. El libro en el que Josué anota estas cosas es probablemente un escrito en que se anotaban los dichos y hechos de Josué. No pode- mos precisar mas. Josué 24, 29-31: La cifra de 110 afios es simbélica, la misma edad se asigna a José. Es cifra de perfeccién e indica que se ha cumplido la misién encomendada perfectamente. El antepasado, José, y el descendiente Josué, ambos supieron ser del todo fieles a Yahvé y realizaron per- fectamente su mision y los designios de Dios sobre ellos. Notese también que «toda aquella generacién», la que Josué intro- dujo en la tierra prometida, permanecié fiel a Yahvé: es la irradia- cién de un santo que atin después de su muerte sigue siendo un modelo luminoso para muchos. Josué que se habia conquistado a si mismo plenamente para Dios, supo asimismo conquistar para Yahvé a muchos otros... Una vez més se desprende para nosotros del libro de Josué una lecci6n de perfecta fidelidad como el mayor servicio que podemos prestar a Dios y al pueblo de Dios y como condicién para poseer la tierra prometida. 172 ALGUNOS EPISODIOS DEL LIBRO DE LOS JUECES Nota: E] libro de los Jueces contiene biograffas mas o menos extensas de unos hombres que desempefian una actividad extraor- dinaria, en determinadas circunstancias, como libertadores y jefes en una o mas tribus de Israel (nunca en todas). El libro es una es- pecie de sintesis de la historia del pueblo de Dios desde la muerte de Josué hasta Samuel, quien es de hecho el ultimo de los Jueces. La redacci6n definitiva del libro, a base de documentos anti- guos y de épocas diversas, habra que datarlo de la época de la mo- narquia. Parece notarse de un modo especial en la redaccién defi- nitiva la mano del Deuteronomista. El marco hist6rico del libro es la conquista de Canaan, incom- pleta atin a la muerte de Josué. Cada tribu iba avanzando lentamente y tenia que enfrentarse no solamente con la resistencia de los cana- neos, sino también a las incursiones de los pueblos vecinos. Fren- te a estos ataques enemigos, Dios suscita en la tribu o tribus mas amenazadas un libertador que, asistido por el espiritu de Yahvé, obtiene la victoria sobre los enemigos. Varios de estos jueces son probablemente simultaneos, por ejemplo Aod (Ehud) y Samgar; tal vez asimismo Jefté y Sans6n. Se trata ciertamente de un libro hi: térico, aunque se cuente esta historia en forma popular. Se repite en torno a cada juez un esquema que enfoca los he- chos desde un punto de vista teolégico y que contiene los siguien- tes elementos: Israel ha pecado y ha servido a dioses extraiios. Dios le entrega en manos de sus enemigos. Los israelitas reconocen su pecado y claman a Yahvé arrepentidos. Dios suscita al juez-liber- tador. Durante cierto tiempo Israel sigue fiel a Yahvé, pero después se repite la historia. La gran ensefianza del libro de los Jueces es la obligatoria y ne- cesaria fidelidad a Yahvé. De esta fidelidad depende la conquista 173 completa de la tierra prometida, que para Israel era Canaan y para el cristiano es el Cielo. De esta fidelidad depende también la vic- toria sobre los enemigos y el conquistar y conservar la libertad. Lo que nos preserva de caer es la fidelidad. Solamente es posible su- perar las grandes pruebas cuando se ha sido fiel en las cosas pe- queiias (Apocalipsis 3, 10-11). 1. LA AMBIENTACION GENERAL DE LOS EPISODIOS Jueces 2,7: Israel sirvid a Yahvé durante toda la vida de Josué y mientras vivian aquellos que habian visto las maravillas de Dios a favor de su pueblo. Sin duda porque estas personas no dejaban de inculcar con sus palabras y su ejemplo Ia fidelidad al Sefior. Pero surge una generacién (vers. 10) que no conocfa a Yahvé. Notese el profundo sentido de esta afirmaci6n: «no conociana Yahvé». No porque nadie les hubiese hablado de Yahvé, sino por- que el conocimiento que tenfan no era vivo, experimental («cono- cer» en la Biblia tiene un matiz afectivo). De ahi la importancia de llevar a Jas almas a una experiencia viva y profunda de Dios y de las cosas de Dios, so pena de que la religién no sea para ellas mas que un adorno o algo meramente externo. Por eso también el co- nocimiento de la Biblia -si ha de producir fruto— debe convertirse en vivo, experimental. El conocimiento simplemente «tedrico» no sirve para transformar la vida. Jueces 2, 11-13: Inevitablemente el culto de los cananeos tenia que impresionar a los israelitas; solamente una formaci6n a fondo en la religién de Yahvé podia neutralizar esta influencia. El culto cananeo tenia su esplendor y halagaba las pasiones. El centro de la religién cananea era el culto de la fecundidad y de la fertilidad. Entraba en su cere- monial la prostitucién sagrada y también los sacrificios humanos. El culto se ejercia en los lugares altos (bamoth) donde se levan- taban los masseboth (estelas) en honor de los baales y las asheroth (imagenes de la divinidad femenina, Astarté). (Llamaban Astaroth al lugar de la diosa Astarté). 174 La consecuencia légica de la conducta de Israel es «la ira» de Yahvé y el verse entregados a sus enemigos. Todo pecado, a corto 0 largo plazo, causa dolor, por cuanto aleja de Dios, fuente de todo bien. Nétese el reproche que el angel de Yahvé dirige al pueblo, se- gun Jueces 2, 1-5. Este «angel» de Yahvé es, segtin algunos comen- taristas, un angel, segiin otros, un profeta, pues todo profeta es un «Angel»: enviado de Yahvé. Jueces 2, 14-16: Es como un resumen de todo el libro. Notese que Dios castiga como padre y siempre de nuevo tiene misericordia de su pueblo. Aunque la historia de la infidelidad se repite una y otra vez: vers. 17-19. Entra en el plan deYahvé, en vista de esta actitud de Israel, dejar en medio de ellos a los cananeos, a fin de que sirvieran de piedra de toque constante a su pueblo: vers. 20-23. Nuestra fidelidad necesi- ta ser probada. El pecado es derrota y causa nuevas derrotas. EI perfodo de los Jueces abarca todo el tiempo que transcurre entre Josué y la monarquia, aproximadamente unos trescientos afios. Pero los Jueces se diferencian de los reyes en Io siguiente: a) Son libertadores suscitados por Dios en determinadas cir- cunstancias. Aunque una vez obtenida la victoria mantenian su autoridad, ésta nunca abarcé a todas las tribus. b) Eran directarnente llamados por Dios y su poder no era he- reditario. c) Carecian del aparato externo de Ia dignidad real, de modo que Yahvé aparecia como verdadero Rey de Israel (compé- rese: Jueces 8, 23). d) Los Jueces ni exigfan tributos ni reclutaban tropas para un ejército permanente. I. EL ESP{RITU DE YAHVE Y LOS JUECES Se repite una y otra vez que el espfritu de Yahvé se apodera de los Jueces: Jueces 3, 10 (Otoniel) 175 Jueces 6, 34 (Gedeén); 11, 29 Jefté) Jueces 13, 25; 14, 20; 15, 14 (Sansén) UQué es este espiritu de Yahvé? Es la fuerza de un «soplo» con- forme a uno de los sentidos fundamentales del término hebreo «ruah»: es el don de una energfa superior en relaci6n con la misién que el elegido de Dios ha de cumplir. Se trata de una realidad dind- mica, una fuerza viva en accién y que viene de Dios. Nétese que también al viento se Je designa con la palabra «tuah», y el viento es un instrumento en manos de Yahvé, es un soplo de Yahvé que ejecuta lo que El quiere. Comparese: Exodo 15, 8-10; Oseas 13, 15; Il Samuel 22, 16 etc. También se habla de la respiracién de los seres vivos como de «soplo de vida» empleando el término «ruah» (Génesis 7, 22; NU- meros 16, 22) Y es Dios quien «crea el soplo», cualquiera que éste sea: Amés 4, 13; Jeremias 10, 13. Yahvé se vale de su soplo frecuentisimamente para destruir a los enemigos de su pueblo. Comparese: Isafas 30, 28; 41, 16; 57, 13; 59, 19, etc. El soplo de Yahvé desempefia asimismo un oficio de purifica- cién en el pueblo de Dios. (El peor enemigo es el pecado). Com- parese: Isaias 4, 4; Jeremfas 4, 11-12 ete. NG6tese que la intervencidn de Dios a favor de su pueblo se rea- liza con frecuencia mediante hombres a quienes arrebata el soplo, «tuah», de Yahvé: es precisamente el caso de los jueces. Légicamente también el Mesias estard Heno del Espiritu de Yahvé: Isafas 11, 1-2; S. Mateo 4, 1. Su misma concepcién se debe al Espiritu de Yahvé (S. Lucas 1, 35). El «soplo de Dios», el Espi- Titu Santo, vendré como un viento poderoso sobre los Apéstoles en Pentecostés (Hechos 2, 2). A los fieles de Cristo se les promete el Espiritu Santo (S. Juan 7, 38-39) y ser la fuerza de Dios que impulsaré con su soplo a los hijos de Dios (Romanos 8, 14) e in- tervendré en la misma resurreccién del cuerpo (Romanos 8, 11). De ahi la suma importancia de ser déciles al Espiritu de Yahvé. En el nuevo testamento se revela el soplo de Dios, «ruah» (pneu- ma), como la tercera Persona de la Santisima Trinidad, santificador y dador de vida, que se vale del viento como simbolo e instrumen- to suyo. Comparese: Juan 3, 8. 176 Asi se entienden también perfectamente textos como Ezequiel 36, 26-27. El soplo creador de Dios, presente en la creacién del mundo (Gé- nesis 1, 2), interviene en la formaci6n de la nueva criatura que es el cristiano; el soplo de Dios que en el Antiguo Testamento inter- viene eficazmente para librar a su pueblo de la servidumbre de sus enemigos, interviene en la liberacién de la esclavitud del pecado y del demonio de aquellos que han de formar el nuevo pueblo de Dios. A laluz de estas consideraciones entenderemos las ensefianzas del libro de los Jueces y el papel que éstos desempefiaron en el plan de Dios. III. ALGUNAS OBSERVACIONES En el libro de los Jueces se mencionan algunos personajes, en concreto seis, de los cuales se nos dan muy pocos datos; son los asi Hamados «jueces menores»: Samgar, (Jueces 3, 31) no se indica la tribu a que pertenecia. Told y Jair (Jueces 10, 1-5). Told es de la tribu de Isacar. Jair es galaadita, es decir de la regién de Galaad, ocupada en parte por la tribu de Gad y en parte por Manasés. Es a esta ultima a la que per- tenece Jair. (Comparese: Numeros 32, 41; Deuteronomio 3, 14; I Reyes 4, 13) IbsAn (0 Abesan), Elén y Abd6n (Jueces 12, 7-15). En cuanto al primero Ibsan se dice que es de Belén. Parece tratarse de Belén de Zabulén (Josué 19, 15) y no de Belén de Judd. Asimismo Elén es de la tribu de Zabulén y Abdén de Efraim. Los Jueces mayores son: Otoniel, de la tribu de Juda: Jueces 3, 7-11. Ehud (Aod), de la tribu de Benjamin: Jueces 3, 12-30. No ana- lizaremos estas historias. Pero tal vez conviene hacer notar que la accion de Ehud, abiertamente criminal, no es alabada ni vitupera- da por el hagidgrafo. Se limita a sefialar el hecho. Dice que Dios suscit6 a Israel un salvador (Jueces 3, 15) en la persona de Ehud, pero nada més. Dios se vale hasta de nuestros pecados para reali- zar sus designios, lo cual no es ninguna justificacién del pecado. 177 Nétese que no se dice que «el espiritu de Dios» se apoderase de él, como se dice de Otoniel (Jueces 3, 10). Barac, de la tribu de Neftali. Su historia se narra en los capitu- los 4 y 5 del libro de los Jueces. Gedeén, de la tribu de Manasés, cuya historia vamos a anali- zar, como asimismo la historia de los personajes siguientes. Jefté, galaadita, es decir de la region de Galaad, e hijo asimis- mo de un tal Galaad (tribu de Gad). Sans6n, de la tribu de Dan. IV. DEBORA Y BARAC Jueces 4, 1-5: Una vez mas los israelitas han sido infieles aYahvé y son entre- gados a sus enemigos. Se menciona a Jabin rey de Canaan, mien- tras en el capitulo 5 solamente se habla de Sisara, seguramente porque él, como supremo jefe militar, Ilevaba toda la responsabili- dad de la empresa. Débora es una mujer que ha recibido dones extraordinarios de parte de Dios para ser «madre» en Israel (comparese: Jueces 5, 7). En el plan de Dios la mujer ha de desempeiiar en una forma u otra un papel maternal. Y esta funcién maternal, mas que fisica y bio- légica, es ante todo moral y espiritual: es la educadora de la huma- nidad y como tal, ha de llevar las alrnas a Dios de un modo espe- cial. Tal maternidad espiritual tiene su exponente mas alto en Maria Santisima y en la virginidad cristiana, destinada, en el plan de Dios, a engendrar espiritualmente a Cristo en las almas. Débora «juzga», es decir, dirime equitativamente y a la luz de Dios los pleitos de los israelitas (sin duda con un especial instinto femenino de lo recto y bueno, educando asi moralmente a los is- raelitas), poniendo orden y paz. Pero Israel, para poder desarro- Iarse segtin Dios, necesita verse libre de sus enemigos. Y Dios hace ver a Débora quién es el elegido para «salvador» del pueblo. De ahi su mensaje a Barac. Evidentemente las luces que recibe Débora se deben a su contacto con Dios, su didlogo con El. Todo auténtico profeta vive en contacto intimo con Dios, pues de lo contrario no captaria el mensaje divino. 178 Jueces 4, 6-9: N6tese que Barac desconfia, un poco al menos, de Dios y quie- re que Débora vaya con él. Ella tiene una influencia decisiva sobre el pueblo y vale la pena asegurarse esta influencia... Pero es Dios quien ha de dar Ia victoria y no el instrumento humano... La des- confianza de Barac, juzgada por Débora a la luz de Dios, la hace intuir que la victoria no serd de Barac sino de una mujer. Segura- mente pensaria Barac que esa mujer seria la misma Débora, pero Ja profecia apunta a otra mujer atin desconocida, Jael. La desconfianza quita gloria a Dios. Barac procede en forma humana y no sobrenatural, tampoco consulta a Dios, y segtin la Biblia nunca resultan bien las cosas si primero nose acude a Yahvé. jLeccién que hemos de aprender! Jueces 4, 12-24: Né6tese que el hagidgrafo no juzga la accién de Jael desde el punto de vista moral. Ciertamente es una traicién. El huésped era sagrado. Pero Dios se vale de todo, hasta de los pecados de los hom- bres, para sacar un bien mayor, aqui en concreto la liberacién de Israel. Y hay que ver solamente la consideraci6n de este gran bien en las palabras de alabanza que Débora y Barac en su cAntico tri- butan a Jael (Jueces 5, 24-27). El cantico de Débora y Barac es ciertamente contempordneo de los acontecimientos y tiene un valor histérico y literario de primer orden. Después de la victoria sobre Sisara «la tierra estuvo en paz du- rante cuarenta afios» (Jueces 5, 32). La cifra no ha de tomarse al pie de la letra: hubo un largo periodo de paz, que abarcé toda una generaciOn. Pero la historia vuelve a comenzar: Israel es de nuevo infiel a Yahvé y se ve entregado a sus enemigos, que esta vez son los madianitas. V. GEDEON Jueces 6, 1-10: La intencién de Dios al entregar a su pueblo a los enemigos era obligar a Israel a convertirse: la dureza de la opresién era, en el 179 plan divino, solamente una estratagema de infinita misericordia (comparese, respecto de la finalidad misericordiosa de las tribula- ciones, Hebreos 12, 5-11). Seguin el versiculo 10, lo que sufren se debe a su desobedien- cia a Yahvé, pues obedeciéndole se habrian evitado todos estos males. Asf lo hace notar el profeta que Dios envia a los hijos de Israel. La desobediencia a Dios es siempre —a corto o largo pla- zo~ fuente de dolor desde la cafda de la humanidad. Y la perfecta fidelidad a Yahvé es siempre fuente de felicidad, a corto 0 largo plazo. Jueces 6, 11-16: El instrumento elegido por Dios es un hombre humilde, dedi- cado a los trabajos del campo. Recibe la vocacién divina mientras, como medida de seguridad contra el pillaje de los madianitas, des- grana en el secreto del lagar el trigo de la cosecha. Pero Gede6n opone reparos a su vocacién: a) SiYahvé est4 con su pueblo {cémo es que Israel se ve aban- donado en manos de sus enemigos? Nétese la dificultad que tenemos para creer en la ayuda de Dios y en su bondad en los momentos de tribulacién personal o nacional. Gedeén no es en este punto ninguna excepcidn. Y se comprende, ya que solamente a la luz de una fe muy viva es posible ver que, atin en medio de Ja prueba y precisamente entonces, Dios est4 con los suyos mds que nunca. La vida tiene tantos mas enigmas y cosas desconcertantes cuanto menos se vive de fe. Otro reparo de Gedeén a su vocacién es su pequefiez e inca- pacidad. Pero Dios suele escoger precisamente a los instru- mentos més viles para realizar sus maravillas (I Corintios 1, 27-29), de ahi la insistencia divina en llamar a Gedeon. Finalmente no resiste mas, sino que obedece sencillamente. Solamente pide una sefial de que realmente Dios esta con é1 (Jueces 6, 17-24). Se comprende, ya que Gede6n no tenia a quien consultar al respecto. b c Puede pensarse que el angel es un «profeta», que hablé a Ge- deén y le transmitié el mensaje divino, y lo del sacrificio consumi- 180 do por el fuego, un elemento folklérico para ilustrar la realidad de la vocacién de Gedeén, aunque también pudo haber sido un rayo. Jueces 6, 25-32: Durante la noche que sigue, Yahvé confirma y consolida, por decirlo asi, la vocacién de Gedeén. No hay necesidad de ver en este nuevo episodio una fuente distinta, que de otra manera narra la vocacién de Gedesn contenida ya en los versiculos anteriores. Una vocaci6n suele tener sus etapas y progreso. El padre de Gedeén, Jods, habia edificado para su casa y los demas miembros de Ja tri- bu que vivian cerca, un altar a Baal, el dios de la localidad, y junto a él habia colocado un palo sagrado (ashera) en honor de Astarté. Légicamente Israel debe antes de obtener la libertad y Ia victoria, destruir la idolatria (debe obtener la libertad interior, renunciando ala idolatria). Se comprende, pues, que Gede6n reciba la orden de derribar el altar idolatrico y la asherd, y edificar un altar a Yahvé. Gede6n, temeroso de ejecutar la orden divina durante el dia, lo hace de noche, ayudado por diez criados suyos. Segtin la ley, la victima para el sacrificio no podfa tener mas de tres afios, pero aqui se habla de un toro de siete afios, quizas para simbolizar los siete afios de opresién de los madianitas que iban a tener fin. Notese que Dios exige a los suyos, y en especial a quienes es- coge para alguna misi6n particular, que ante todo quiten todo fdo- lo (seremos tanto mds escuchados por Dios, cuanto més Ilene El solo nuestro corazén). No olvidemos que en el fondo, todo pecado es idolatria (Efesios 5, 5; Colosenses 3, 5). Cuanto mas alejado se halle el instrumento de Dios de toda idolatrfa, tanto mas preparado esta para cumplir su misiOn. Y es a esto a lo que hay que aspirar. La perfeccién en el cumplimiento de la misién asignada ciertamente esta en razon de la santidad del alma y de su unién con Dios, atin cuando Dios a menudo se vale para realizar sus designios de ins- trumentos imperfectos; pero estos habrian Ilegado mucho mas le- jos si se hubiesen entregado mds a Dios. Esto se aplica a toda mi- sién dentro del Cuerpo Mistico, al sacerdocio y vida religiosa, también al matrimonio, etc. Notese también la reaccidn de los israelitas idélatras, al ver por la mafiana lo que habia hecho Gede6n quieren su muerte. Pero Jods, 181 el padre del culpable, ya ha reaccionado favorablemente. Segura- mente la acci6n valerosa de su hijo le hizo entrar dentro de si y comprender que solamente debfa culto a Yahvé. De ahi su respues- ta: que Baal —si es que puede algo- se defienda él mismo. De esta manera Gede6n recibe un nuevo nombre, el de Jerobaal (que Baal se defienda). Jueces 6, 33-35: Solamente ahora, después de haber destruido los fdolos, viene el Espiritu de Yahvé sobre Gedeén y puede dar comienzo a su mi- sin. El Espiritu de Yahvé es incompatible con la idolatrfa. Asf Gedesn da Ia sefial clasica, tocando la trompeta, para que Israel acuda y presente batalla a madianitas y amalecitas. Acuden Jas tri- bus afectadas por la opresién: Manasés, Zabulén y Neftali, a las cuales se une también esta vez la tribu de Aser. Jueces 6, 36-40: Gede6n pide una nueva sefial de que Dios estd con él. No hay en esta peticién desconfianza alguna. Se puede decir que pidié la sefial para infundir dnimo y fe en los dems. La desconfianza ha- bria merecido un castigo y no una condescendencia divina. San Pablo menciona a Gedeon entre los que se distinguieron por su fe: Hebreos 11, 32.Y Dios, en su bondad infinita, condesciende y con- cede la sefial. Jueces 7, 1-8: N6tese que Dios, para ser mas glorificado prefiere valerse de ins- trumentos insignificantes y que no pueden atribuirse nada. Gede6n, bajo una inspiracién divina, selecciona sus tropas. En primer lugar, no ha de haber entre sus soldados ningtin miedoso (comparese: Deuteronomio 20, 8). En seguida procede Gedeén a una segunda selecci6n: solamente los mas abnegados, los menos comodones, son instrumentos aptos para la obra de Dios y para que Dios obre por su intermedio maravillas. Los que se arrodillan para beber, buscando una postura cémoda, seran eliminados. Notese que la gran masa es comodona y por tanto no sirve para ser instrumento de Dios. De esta manera Gede6n se queda con un nimero insignificante de hombres, ntiimero que, humanamente hablando, es absolutamen- 182 te insuficiente para obtener la victoria. Pero son instrumentos como. los quiere Dios, y es esto lo que cuenta. Gede6n con esta reelec- ci6n se ve obligado a vivir mds que nunca de fe. Jueces 7, 9-14: De noche Gede6n tiene una nueva comunicacién divina. Todo esto indica que se comunicaba con Dios en la oracién. Sin duda Gede6n (esto era muy humano) sentia cierto temor. Es la lucha na- tural entre vivir de fe o dejarse llevar por lo humano. Dios viene en su ayuda. Ahora Yahvé le inspira bajar al campamento de los ene- migos en plan de espia. Escuchard lo que el enemigo piensa y ha- bla y sabra a qué atenerse. Obediente a Yahvé, baja Gedeén acom- pafiado de su siervo y capta un didlogo. En aquel ambiente de guerra, el suefio que cuenta el soldado a su compaiiero resultaba natural y al otro le parece obvia Ia inter- pretacion. Los madianitas habjan ofdo sin duda los preparativos de Gede6n para la guerra y nada sabrian de la eliminacién de la ma- yor parte del ejército. Sabfan asimismo que los israelitas tenfan un Dios que en muchas ocasiones habia peleado por ellos. Yahvé hace que Gedeén escuche el didlogo, a fin de que cobre grandes animos y se lance al ataque por sorpresa, aquella misma noche. Jueces 7, 15-22: N6tese que Dios se vale de nuestras mismas cualidades natura- les (y que son un don suyo) para realizar sus obras. La gracia no destruye la naturaleza, sino que la eleva y perfecciona. Aqui se vale de la astucia de Gede6n y de la natural reaccién psicolégica de los madianitas. Gededn escoge el momento més oportuno para el ataque: la vela del medio. Los hebreos dividian la noche en tres velas (los roma- nos en cuatro). Serfa aproximadamente hacia la medianoche, cuan- do recién acabado el relevo de los centinelas de la primera vela los que entraban tenfan atin dificultad para hacerse a la oscuridad. Gedeén se acerca con los suyos en silencio. Todos deben mirarlo a él, para hacer como éI pero sin hablar, a fin de que los enemigos no se den cuenta de nada. El toque repentino y continuo de las trom- petas tenia que aterrorizar forzosamente a los enemigos y provo- car la desbandada. 183 Jueces 7, 23-25: Los israelitas eliminados, pertenecientes a las diversas tribus, no habjan tenido tiempo de volver a sus casas y se lanzan en perse- cuci6n de los madianitas fugitivos. También bajan los de la tribu de Efraim, que ademds se animan a pasar el Jordan y redondean asi la victoria con la captura y muerte de los principes de Madian: Oreb y Zeeb. Jueces 8, 1-3: Nétese el resentimiento de los efraimitas (jamor propio heri- do!) seguros sin duda del poder de su tribu, por no haberlos convo- cado Gedeén antes de atacar al enemigo, sino tan solo cuando la batalla ya estaba decidida. En vez de alegrarse sin reservas del triun- fo de Israel y de haber podido colaborar (aunque tan sélo a ultima hora, pero no por ello menos eficazmente), solamente piensan en sus pequefios y mezquinos intereses, aqui la satisfaccion de su amor propio... miserias humanas... N6tese también Ia respuesta prudente, suave y diplomatica de Gedesn: lo que han logrado los de 1a tribu de Efraim es incompa- rablemente mejor que lo que él personalmente ha conseguido. Y asi, halagando el amor propio herido de los efraimitas, logra apa- ciguarlos. Jueces 8, 4-21: Algunos criticos, aunque el relato aparece como una continua- cién légica del anterior, por la presencia de algunos elementos nuevos (reaccién psicolégica de Gedeén muy distinta de la reac- cién ante los efraimitas; también el recuerdo de la muerte de los hermanos de Gede6n), piensan que se trata de un relato aparte o de un doble. Sin embargo no hay motivo suficiente para ello, segin parece. La reaccién psicoldgica distinta se debe a circunstancias distintas. Si respondié con dulzura a los efraimitas, fue por pru- dencia y habilidad diplomatica y en beneficio del pueblo mismo de Israel; aqui en cambio tenemos una reacci6n violenta contra un enemigo cuyos principes, ademas, habian matado a los hermanos de Gede6n. Gedeén es un instrumento en manos de Dios para li- brar a Israel, pero el hecho de serlo no lo convierte automaticamente en santo. 184 Jueces 8, 22-32: Notese la respuesta lena de fe y humildad de Geden al recha- zar la realeza que le ofrecen: Yahvé sdlo es el Rey de Israel. Pero {qué pensar del efod que hizo Gededn? Notese que «efod» puede designar: a) El vestido que se leva en presencia de Yahvé y que pueden vestir aun los laicos. Comparese: I Samuel 2, 18; I] Samuel 6, 14. b) El vestido de ceremonia del Sumo Sacerdote: Exodo 28, 4- 6; 39, 2-7. ) Tal vez como una caja para los urim y tummim*, en I Samuel 23, 9 (comparese con I Samuel 21, 10). d) Una como estatua con aplicaciones de oro, que se mencio- na con los terafim: Jueces 18, 17-18. Es probable que el efod de Gedesn sea esto tiltimo, como un simbolo de la divinidad. Colocado este efod por el mismo Gedeén en Ofrd, su ciudad, indujo (seguramente contra la voluntad de Ge- de6n) a Israel a la idolatria. Jueces 8, 33-35: Israel, una vez mds, se aparta de Yahvé con manifiesta ingrati- tud; pero al mismo tiempo, aunque esto es secundario, tal conduc- ta es ingratitud para con el libertador y su familia. No han sabido valorar la obra realizada por Gedesn. Pero si los hombres son in- gratos con Dios, es enteramente natural que con mayor raz6n se muestren ingratos con sus semejantes. Y Dios nos deja estas lec- ciones a fin de que no esperemos nada de aquellos a quienes col- mamos de beneficios. Hay que ir simplemente de cara a Dios y es El quien premia las buenas obras. Buscando asi a Dios sdlo no habra desengaiios... “© «Nombres hebreos de algo por medio de lo cual los sacerdotes israelitas transmitian un ordculo de Yahvé (Dt 33,8). No se sabe lo que significan esos nombres ni la forma o aspecto del instrumento oracular.» (Diccionario de la Biblia., de H. Haag, A. Van den Born y S. De Ausejo. Ed. Herder) 185 JUECES II A. JEFTE I. LA NUEVA APOSTASIA Jueces 10, 6-16: Israel no sirve mas a Yahvé y en cambio sirven a los dioses de los pueblos vecinos. Es la alternativa de siempre, o se sirve a Dios 0 se sirve a un idolo. Israel se ha cansado de Dios. Hay una ten- dencia profunda en la naturaleza humana a cambiar, a variar —la criatura es mudable. De ahi que cueste la fidelidad. Esta tendencia acambiar debe ser combatida, cuando se trata de ciertas cosas, por ejemplo la fe. Aqui hay en Israel falta de convicciones profundas y de un auténtico amor, Unicos factores que sirven para impedir la infidelidad. Y solamente la opresién y la angustia hacen volver al pueblo al buen camino: Israel obliga, por decirlo asi, a Dios a tratarle con dureza, y esta dureza es en el fondo tan solo misericordia. No obligamos nosotros a Dios en idéntica forma al no vivir un autén- tico cristianismo? Notese la respuesta de Yahvé (vers. 11-14): Dios difiere su ayuda para hacer sentir a Israel la gravedad de su falta, a fin de provocar un arrepentimiento profundo y duradero. {No es esta también la historia de muchas almas? Y si Dios procede asi es por auténtico amor, un amor que nada tiene que ver con nuestro sentimentalis- mo, que es la caricatura del amor. Esta severidad tiene por finali- dad la felicidad de Israel, que encontrar4 al volverse de todo cora- z6n a Yahvé, la fuente de todo bien. Notese que la respuesta de Yahvé, que seguramente daria por medio de un profeta, contiene tres ideas: 1) Se evocan las diversas «salvaciones». 2) La constante vuelta a la idolatria que manifiesta su ingratitud a Yahvé. 3) En vista de lo cual declara Yahvé que ya no salvara mas a Israel. 187 Israel insiste en la humilde confesién de su pecado y se entrega resignado a la voluntad de Dios y, lo que es mas importante, re- nuncia a la idolatria. Hay, pues, una verdadera conversion y ésta provoca la intervencién misericordiosa de Dios. Podemos decir que Israel vuelve a la fe auténtica. Al incurrir en idolatria habfa «opinado» que esos falsos dioses podrian ayudarle, habfa sustituido la fe por la opinién (comparese II Timoteo 4, 3-4). Es una seria advertencia: solamente aceptando con fe todo lo que Dios nos dice y manda podemos asegurarnos la proteccién divina. Al seguir opiniones contrarias a la fe vamos siempre a la deriva, con todas las consecuencias que esto implica, a corto o largo plazo. II. EL ELEGIDO DE DIOS PARA SALVAR AL PUEBLO Jueces 10, 17-18 y 11, 1-3: Israel, confiando en la misericordia de Dios, se dispone a la re- sistencia. Acampan en Mispa (ciudad galaadita, no benjaminita, como resulta de Jueces 20, 1); pero buscan a un jefe que pueda con- ducirlos a la victoria, y que después sea cabeza de todos. Jefté es de la tribu de Gad, hijo de un hombre por nombre Galaad y de una prostituta; es un hombre valiente y de innegables cualida- des, pero que ha sufrido las consecuencias de un drama familiar. Sus hermanos, es decir, los hijos legitimos de Galaad, sin duda ala muerte del padre, niegan a Jefté su parte en la herencia paterna y arrojan al hermanastro de su casa. Desheredado y mal visto huye Jefté a la region de Tob (hoy: Et Tayibeh), regién donde alternan bosques, colinas y profundos barrancos y donde pudo entregarse sin peligro a una especie de bandidaje con un grupo de hombres en condiciones mas 0 menos semejantes. Debido a estas circunstancias, Jefté llega a ser un hombre rudo e inculto; le falté quien le educara y formara, y, por lo mismo, tam- bién su formacién religiosa era deficiente. Sin embargo, en el fon- do es un hombre recto y Ileno de fe en el verdadero Dios. Jueces 11, 4-11: Nétese el resentimiento (muy natural, por cierto) de Jefté: gc6mo aquellos que lo habian expulsado (al menos consintiendo 188 en que le expulsasen sus hermanos) ahora acuden a él al verse en aprietos? No ira con ellos, a menos que pueda ser su jefe tanto en la guerra como en la paz. Los ancianos reconocen su error ante- rior y para reparar la falta pasada aseguran a Jefté que sera su jefe, tal como él Jo pide. Y Jefté acepta. Aqui revela su ambicién. Esta- mos lejos del desprendimiento de Gede6n y del espiritu sobrena- tural de éste. Pero Gedeén venia de un ambiente familiar normal. Se comprende perfectamente que Jefté, humillado y resentido du- rante afios, buscara en esta ocasi6n su exaltacién y dominio sobre los demas; tal actitud es el resultado I6gico de las circunstancias en que habia transcurrido su vida. El ambiente familiar, sano 0 malsano, asf como la falta de hogar, etc. dejan huellas indelebles en las almas. Jueces 11, 12-28: Habilidad diplomatica de Jefté: establece una serie de contac- tos con los ammonitas a fin de retardar lo mas posible el ataque enemigo, porque ganando tiempo puede organizar bien sus tropas. El] rey ammonita acepta el didlogo, pero acusando a Israel y exi- giendo que le devuelvan el territorio que al subir de Egipto ocupa- ron entre los rfos Arnén (al norte), Yabbog (al sur) y Jordan (al oeste). Jefté responde habilmente: nunca ocup6 Israel un territorio per- teneciente ni a ammonitas ni a moabitas y lo prueba con la historia de Israel: el territorio ocupado en aquella ocasién era de los amo- rreos. Por tanto, los ammonitas no tienen ningtin derecho sobre dicho territorio. La argumentacién de Jefté (vers. 23-28) es: a) Si los ammonitas poseen legitimamente el territorio que su dios nacional Kemés les habfa concedido (en realidad su dios era Milkom y Kemés era el dios de los moabitas, pero su- puestos los lazos que unian ambos pueblos se explica que Jefté llamase a Kemés dios de los ammonitas), ciertamente los israelitas poseen legitimamente el pais que Yahvé les ha dado* . 4! Jefté parece ser henotefsta ms que monoteista 189 b) Para que entre en razon el rey ammonita, le recuerda que Balaq, rey de Moab, intenté en vano oponerse a Israel (NG- meros 22, 24; Josué 24, 9-10). c) Finalmente recalca que es demasiado tarde para reclamar un territorio y ciudades que estén en posesién de Israel desde hace ya trescientos afios. Y si el rey ammonita no quiere escuchar todas estas razones, Dios mismo sera el juez que decida el caso. Pero el rey ammonita se obstina y no se da a la razén. Jueces 21, 29-31: Nétese que el espfritu de Yahvé se apodera en este momento de Jefté y le comunica fuerza sobrenatural para cumplir su misién de libertador de Israel. Recuérdese lo que ya dijimos acerca del espi- ritu de Yahvé que se apodera de sus instrumentos. Pero el voto de Jefté no cae bajo la inspiracién de Yahvé, sino que nace de su reli- giosidad, profunda ciertamente, pero poco ilustrada. Es un voto im- prudente, aunque es, subjetivamente, una manifestacién de la fe pro- funda de ese hombre, bueno y recto en el fondo, pero a quien nadie habia educado en la debida forma. Notese cudn facil es mezclar lo que vienen de Dios con cosas que no vienen de El, sino de nuestra naturaleza. Evidentemente se trata de ofrecer un sacrificio humano, ya que solamente las personas salen al encuentro de alguien. Es verdad que también Io hacen los perros, pero éstos quedaban terminante- mente excluidos de los sacrificios (compdrese: Deuteronomio 23, 18). La ley prohibia los sacrificios humanos (Deuteronomio 12, 31), pero a pesar de todo los israelitas los practicaron a veces (compé- rese Jeremias 7, 31 y 32, 35). Jueces 21, 32-33: Jefté obtiene la victoria. Para esta victoria le habia revestido el espiritu de Yahvé. No se trata aqui de que el espiritu de Yahvé le transformase en otro hombre, como se diré mas tarde de Satil (I Samuel 10, 6 y 9). 190 Jueces 11, 34-36: Alegria de la hija de Jefté por la victoria de su padre, sin sospe- char la tragedia que asi comienza. Se subraya que es la tnica hija de Jefté, en la que, por consiguiente, se hallaba concentrado todo el amor de su padre. El texto deja traslucir el profundo dolor de Jefté al ver a su hija y recordar su voto, que segtin la conciencia errénea que se habfa formado no podia dejar de cumplir. Y nétese Ja heroica resignacion de la hija, fruto de su fe profunda: esté dis- puesta al sacrificio de su vida. Jueces 11, 37-40: Siendo virgen aun, pide a su padre permiso para llorar con sus compafieras por dos meses el no poder alcanzar la dicha de la maternidad, y vuelve a su padre, quien cumple el voto que habia hecho. Aunque algunos han querido interpretar el texto en el sentido de que Jefté consagré a Dios la virginidad de su hija y nada més”, el sentido obvio es el de la inmolacién sangrienta, el holocausto, por los términos mismos empleados en hebreo (“dlah” “alah”). Ademiés solamente asf se explican las lamentaciones de las jéve- nes de Israel cada afio conmemorando el sacrificio de la hija de Jefté, ya que ese Ilanto supone el hecho, no lo crea. Hay que admi- tir la historicidad del relato. Ciertamente tanto Jefté como su hija dan pruebas de una fe real- mente heroica, y nada resta a este heroismo el hecho de qué Jefté procediera con conciencia errénea, que en su caso pudo muy bien ser practicamente invencible. Podriamos preguntarnos {por qué permitié Dios que Jefté sa- crificara a su hija? No olvidemos que normalmente Dios deja obrar libremente las causas segundas, sin intervenciones milagrosas. Tales intervenciones extraordinarias se producen pocas veces. Y el sa- crificio de Jefté, que inmola a su hija tnica a Yahvé, tenia que im- presionar muy hondamente a los israelitas y servir para inculcar- les que por encima de todo hay que servir a Yahvé y serle fiel: es “2 Tal cosa es absolutamente ajena a la mentalidad hebrea y més en aquella época. Si poco antes de la venida de Cristo, en Qumram, se practicé el celiba- to, sin embargo nunca de hecho arraigé -ni entonces- esta préctica en Israel. 191 Dios quien tiene derecho a todo. El amor a Yahvé ha de estar por encima de todo otro amor... Ademés, podemos ver en Ia hija una victima inocente cuya inmolacién establecia, por decirlo asi, el contrapeso a tanto pecado de idolatria como habia cometido Israel. iNo se insinda aqui que el justo e inocente debe contribuir a pagar por los pecadores, a imitacién de Cristo? Al valor expiatorio e impetratorio del sacrificio del inocente alude también II Macabeos 7, 18. Jueces 12, 1-7: Como en tiempos de Gedesn, los efraimitas se sienten pospues- tos y humillados por no haber participado en la guerra, y esta vez hasta Ilegan a amenazar a Jefté con una violenta represalia. Se de- claran dispuestos a quemar la casa de Jefté con él dentro. Jefté, siempre impulsivo, no vacila en combatir a los efraimitas, los ataca y derrota. Los efraimitas huyen, y Jefté no duda en matar a los que procuran pasar Jos vados del Jordan para regresar a sus casas. Los efraimitas no podian pronunciar el sonido sh y en su lugar pronunciaban s: «sibbdlet» en vez de «shibbdélet» (espiga). Lacifra de cuarenta mil naturalmente no hay que tomarla al pie de la letra, y simplemente hemos de entender que un buen nimero de efraimitas perdieron la vida en esta ocasién. Al cabo de seis afios muere Jefté y le siguen los tres jueces menores: Ibsan, El6n y Abdén. Pero perdura la leccién de amor heroico a Dios por encima de todo amor humano, que él nos deja en un error permitido por Dios, precisamente para darnos a entender que el amor a Yahvé debe Ile- varnos a estar dispuestos incluso al sacrificio de la vida, y ver en esto una expiaci6n, una compensacién, de la idolatria de Israel. B. SANSON NOTA: Sans6n es ciertamente un personaje histérico de la tri- bu de Dan, pero su historia aparece narrada con un matiz popular y folklérico. Es practicamente imposible distinguir en cada caso y en los detalles lo que es verdadera historia y lo que se debe a la fantasia popular. Analizaremos Ia historia de Sans6n tal como ha 192 legado a nosotros, y trataremos de descubrir e] mensaje de Dios a través de los mismos elementos que componen Ia historia. Dios se vale de todo, incluso del folklore, para ensefiarnos verdades muy profundas. No olvidemos que todo cuanto se ha escrito se ha es- crito para nuestra ensefianza (Romanos 15, 4). Lo importante es descubrir siempre el mensaje a través de todas las paginas de la Biblia. Jueces 13, 1-7: Esta vez son los filisteos los instrumentos escogidos por Yahvé para castigar la infidelidad de su pueblo y la opresion es bastante larga, cuarenta afios, 0 sea por toda una generacién. Pero nueva- mente suscitar4 Dios un libertador. En el plan divino, Sans6n tiene la misi6n de librar al pueblo de Israel de los filisteos. Sans6n debe sernazareo desde su nacimiento, Es decir, un con- sagrado a Dios, y por toda la vida. (Véase respecto del nazareato: Numeros 6, 1-6 y 8). La sefial externa de tal consagracién a Dios era el cabello largo, que no se podia cortar mientras durase la con- sagraci6n. La fuerza extraordinaria de Sanson era un carisma que Dios le concedié en virtud de su consagracién cuya sefial externa eran los cabellos. Por tanto la vocacién de Sans6n aparece muy clara: ser un con- sagrado a Yahvé y, como tal, con los dones recibidos de Dios, con- vertirse en el libertador de Israel. Pero debe cooperar a su voca- cidn, (a toda vocacién) porque Dios respeta la libertad del hombre, nos trata como a seres racionales, y por lo mismo, podemos ser infieles a su llamada. Jueces 13, 24-25: Dios bendice al nifio. En este caso la bendicién consiste en darle fuerzas extraordinarias con miras al cumplimiento de su misién; pero el poder disponer de esta fuerza quedaba subordinado a una condici6n: el permanecer fiel a su consagracién a Dios, a las obli- gaciones del nazareato. Ya tenemos aqui una gran leccién: a la fi- delidad a Dios de un alma, segiin su vocaci6n particular, estén vin- culadas gracias especiales (fuerzas especiales, espirituales) para cumplir la misidn propia de cada cual, fuerzas que se pierden con la infidelidad al Sefior. 193 No olvidemos que hay vocaciones auténticas que se pierden por no existir, 0 dejar de existir a partir de un momento dado, esta co- operacién. Pensemos por ejemplo en Judas. No es que Dios no dé su gracia, sino que se deja de corresponder a ella. Jueces 14, 1-4: Notemos aqui un primer capricho de Sanson. A lo largo de su historia veremos cémo siempre hace lo que le gusta, lo que se le antoja, sin refrenarse nunca, y esto ser su ruina. Se cree asi libre, pero de hecho es esclavo. Tocaba al padre escoger la esposa para el hijo. Ademas el ma- trimonio con mujeres extranjeras estaba prohibido por la ley (Exodo 34, 15-16; Deuteronomio 7, 2-4; Josué 23, 12-13). Sansén, como consagrado a Yahvé, debiera haber sido el primero en cumplir esta ley, pero su capricho puede mas. Siempre los consagrados a Dios han de ser modelos en cumplir lo mandado por Yahvé (y por la Iglesia). Yahvé, que conocia bien a ese instrumento suyo tan imperfec- to, se vale de su mismo capricho para que Sanson comience a cum- plir su misi6n. Dios es indulgente y paciente y suele soportar por largo tiempo las faltas de sus criaturas dandoles ocasi6n de corre- girse y rectificar. Jueces 14, 5-9: Notese que antiguaniente habia leones en Palestina, pero de ta- maifio pequefio (comparese: I Samuel 17, 34-36). Es posible que a la vista del len huyeran atemorizados Jos padres de Sans6n y asi no se enteraran de lo que hizo su hijo. El acto de comer de la miel, que era segiin la ley, en este caso, un manjar impuro por estar en contacto con un cadaver, fue una violacién de las leyes del naza- reato; pero Sans6n no tiene escripulo alguno; es un impulsivo y solamente sigue sus caprichos. Jueces 14, 10-20: Resulta extrafio que sea Sans6n el que dé el banquete, cuando segtin la costumbre judia debian ser los jévenes 0 paraninfos de la mujer. Desde luego no vemos a ningtin amigo israelita acompafiar a Sans6n en esos momentos. Nétese también que Sans6n quiere 194 humillar a los jévenes filisteos con el enigma que propone y que, de suyo, era indescifrable. Nétese la reaccién psicolégica de Sans6n: por una parte no pue- de resistir a los lloriqueos de su mujer y, por otra, estalla en cdlera y procede con violencia al ver que los filisteos, gracias a la mujer, han descifrado el enigma. Los filisteos de Ascal6n, que no tenian arte ni parte en el asunto, han de pagar los platos rotos: Sans6n mata a treinta de ellos y los despoja de sus vestidos para pagar la apues- ta. Si entraba en el plan de Dios que Sans6n combatiera a los filis- teos, el modo es el inventado por Sansén. No olvidemos que no basta hacer, de cualquier manera, lo que Dios quiere, sino que hay que hacerlo como Dios quiere. Nunca le vemos organizar, como los demas jueces, un ejército, ni emprender una acci6n bélica. Toda su manera de combatir se re- duce al empleo caprichoso de su fuerza. Nunca se dice de é] que acudiera a Yahvé para consultarle. Si el versiculo 19 dice que «cayé sobre él el espiritu del Senor» esto quiere decir simplemente que hizo uso del carisma de su fuerza extraordinaria, y Dios le dejé libertad de accién. Jueces 15, 1- Nétese lo raro y caprichoso que es Sansén. Sus defectos no combatidos van en aumento. En vez de «zorras» se puede muy bien leer «chacales», que existen en gran cantidad en Palestina. Sea lo que fuere, se trata de un acto de venganza de Sansén y no de una accién bélica propiamente dicha. Los filisteos, no pudiendo vengarse directamente de Sansén, se desquitan quemando a Ja mujer juntamente con su padre. Indirec- tamente era Sans6n el culpable de la muerte de ambos. Pero nada le importa. Esto mismo indica que no habia sentido verdadero amor, sino tan s6lo pasi6n sensual. Jueces 15, 9-20: Sansén, haciendo uso de su fuerza extraordinaria, mata una gran cantidad de filisteos, siempre en calidad de un hombre irascible e iracundo, nunca como capitan de un ejército regular. Muerto de sed se acuerda por una vez de acudir a Yahvé, (cla- maa Dios, pero por un motivo personal, nunca con un fin elevado, 195 altruista y menos todavia sobrenatural) y el Sefior le escucha y le hace descubrir un manantial alli existente (0 que broté por mila- gro). Sans6n en todo caso se siente instrumento de Dios para com- batir a los filisteos, es decir, tiene conciencia de la misién recibi- da, aunque pretende realizarla a su manera. También hoy dia hay quienes sf quieren servir a Dios, pero a su manera, segtin sus anto- jos, y no en forma ordenada y segin Dios. De esta manera muchos dones de Dios se pierden o se emplean mal. Jueces 16, 1-3: Nueva aventura de Sansén. No es capaz de controlar su pasién por las mujeres y se halla cada vez mas dominado por sus defec- tos. Como hasta ahora siempre ha salido bien de todo, se imagina sin duda que en adelante sucederé lo mismo, y no pone ningtin em- pefio en corregirse. Probablemente se dirfa, como tantos, yo soy asi y asi seré siempre, no puedo ser de otra manera. Jueces 16, 4-20: No se dice si Dalila era hebrea o filistea, en todo caso es una mujer a Ja que no Ie importa traicionar a Sans6n, seducida por la buena cantidad de dinero que le ofrecen. Notese que Sansén, al perder su cabellera, pierde toda su fuer- Za, es decir, finalmente, por traicionar constantemente su condi- cién de consagrado a Dios, hasta la sefial externa de Ja misma, Yahvé, que durante tanto tiempo habfa tenido paciencia con él, le retira el carisma que le habja otorgado. No olvidemos que Sansén durante toda su vida habia jugado con su condicién de nazir: habia banqueteado como los demés, habfa ingerido bebidas alcohdlicas, habia tenido contacto con caddveres y habia cometido toda clase de pecados. Necesitaba una leccién, y Dios se la da retirandole su fuerza extraordinaria. Sans6n necesita conocer el dolor hasta lo mas profundo para volver a convertirse en nazir. Jueces 16, 21-31: Dag6n era una divinidad semita, protectora del trigo (dagén), muy venerada en todo el Oriente Medio, desde Babilonia hasta el Mediterraneo. NGtese que Sansén es tratado como un esclavo, debe dar vuel- 196 tas a la muela, y en la fiesta que celebran los filisteos a causa de haber capturado a su enemigo, ha de entretener al pueblo. Ciego, humillado hasta lo mds profundo, con la experiencia de su total im- potencia, Sanson tenfa la ocasién de convertirse a Dios, de volver- se sinceramente a Yahvé. Y lo hizo. En vista de su arrepentimiento verdadero, Dios le devuelve su fuerza extraordinaria al crecer de nuevo sus cabellos, sefial externa de su consagraci6n a Dios, que por fin adquiere todo su sentido y nace del fondo del alma. (Como esto se produjo lentamente, tuvo tiempo para afianzarse en su con- version). No se puede hablar de suicidio directo, ya que Sansén pretende la muerte de los filisteos y sacrifica su vida para obtener una ulti- ma victoria sobre ellos. Sin embargo, como se desprende de toda esta historia, Sans6n, instrumento escogido por Yahvé, no realiza plenamente su misién, como los demis jueces, a causa de sus infi- delidades. Vendran otros instrumentos de Dios para completar lo que Sansén dejé por hacer. Es el tinico juez que no realiza plena- mente su misién. No olvidemos que, aunque Dios se vale de instrumentos imper- fectos, sin embargo, cuando éstos se dejan llevar a sabiendas de sus caprichos, no realizan la misién a que son Ilamados, al menos no la realizan integramente. Tampoco dan de esta manera a Dios toda la gloria que espera de ellos. Sans6n nos ensefia que el seguir los caprichos y pasiones no es ningiin medio para desarrollar una recia personalidad, sino al contrario, un medio para destruirla. Y a corto o largo plazo, quien sigue sus caprichos y quiere servir a Dios asu manera y no como Dios quiere, se acarrea grandes sufrimien- tos que se habria evitado al refrenar sus pasiones. En resumen, de la historia de Sansén sin duda hemos de sacar todas estas ensefianzas, y muchas otras: 1) El instrumento escogido por Dios que se deja llevar a sa- biendas de sus caprichos e infidelidades, no realiza su mi- sién, al menos integramente. 2) Seguir caprichos y pasiones, destruye la personalidad, no la forma. 3) Quien quiere servir a Dios a su manera y no como El quie- te, tarde o temprano se acarrea grandes sufrimientos, que de otra manera se habria evitado. 197 NOTA: no analizaremos los dos apéndices del libro de los Jue- ces, contenidos en los capitulos 17 al 21. Estos apéndices sirven para hacer comprender el beneficio de la monarquia para Israel, ya que antes «cada cual hacia lo que le parecia bien» (Jueces 17, 6), con lo cual se podia llegar hasta la fabricacién de algun idolo y acualquier desorden. La monarquia pondrd el orden debido en todo y quedard reglamentado el culto que se centraliza en el templo de Jerusalén. 198 UNA MUJER MODELO: RUT El libro de Rut es uno de los cinco «Megil.lot» (voltimenes) que se lefan con fines litirgicos: RUT en Pentecostés, el CANTAR DE LOS CANTARES en Pascua, ECLESIASTES en la fiesta de los Taberndculos, ESTER en los «purim» y LAMENTACIONES en. el aniversario de la destruccién de Jerusalén. Los elementos histéricos del relato, muy concretos y enteramente atonocon cl ambiente y la historia, no permiten considerar el libro de Rut como una novela piadosa, sino como un relato histérico. No se menciona su autor, y en cuanto a la fecha de su composi- ci6n hay las hipétesis mas diversas. Hay quienes creen que se es- cribié en tiempos de David, antes del exilio, durante el mismo y después del mismo. De todos modos hay que admitir que sea cual fuere la €poca de la redaccién definitiva del libro de Rut, los he- chos que se relatan llevan el sello de una remota antigiiedad. Por ejemplo, la practica de quitarse el zapato y darlo a otro para ratifi- car un contrato es muy antigua, tanto que el autor cree necesario explicar esta costumbre (Rut 4, 7). Asimismo la legislacion sobre el levirato, contenida en Rut, es mds antigua que la expresada en Deuteronomio 25, 5-10. Es un libro de grandes ensefianzas morales, y asimismo hace resaltar que el Dios de Israel acompaiia a sus fieles servidores adondequiera que vayan y toma bajo su proteccién a los mismos extranjeros que confian en El. Yahvé es Dios no solamente de Is- rael, sino de todos. I. EL COMIENZO DE LA HISTORIA Rut 1, 1-5: Se indica que estas cosas sucedieron en la época de los Jueces, sin que se pueda precisar mas. El hambre era frecuente en Canaan, 199 ya que las cosechas dependian casi exclusivamente de las lluvias, que facilmente no se producian. En tales circunstancias era natural que se emigrase a otras re- giones mas fértiles. Recordemos que Abraham bajé en semejante ocasi6n a Egipto y otro tanto hizo Jacob con su familia. Aqui tene- mos un matrimonio de Belén de Juda, que con sus dos hijos emi- gran a tierras de Moab. La muerte del marido y, después de diez afios, también de los hijos, entré sin duda en el plan de Dios (como para indicar que lejos de Dios no se encuentra ni Ia felicidad ni Ja fecundidad). Habién- dose casado con mujeres moabitas se habria introducido facilmente, al menos al cabo de cierto tiempo, la idolatria en la familia. Dios lo impide Notese gue la desgracia que sufren Noemi y sus nueras es en realidad, en el plan de Dios, el comienzo de la verdadera felicidad para Noemi y Rut. Si Orfa no participa en ella es por falta de deci- sién de su parte. De hecho tenia las mismas posibilidades. Dios ofrece oportunidades, pero somos libres de aprovecharlas o no. Dios, al privar a Noemi de su marido e hijos, la desprende del pafs extranjero, la hace volver a su patria y prepara la admirable conversion de Rut. Es la providencia divina que actia, aunque Noenf y Rut no lo saben. Hay que creer a rajatabla en la providen- cia divina en medio de la prueba. Rut 1, 6-15: Noemi, al tener noticia de que ya no hay hambre en Israel, de- cide volver a su tierra. Podemos suponer que al principio la inten- ci6n de sus nueras era solamente acompaiiarla hasta la frontera, lo cual explica que Noemf invitase a las jévenes a regresar cada una acasa de su madre. Por qué a casa de la madre y no del padre? De Rut al menos sabemos que tenia padre y madre vivos (Rut 2, 11). Normalmente las hijas habitaban en la tienda donde vivia la madre (comparese: Génesis 24, 28 y 67). Nétese el desinterés de Noemi, aunque va a quedar completa- mente sola no quiere que sus nueras se sacrifiquen por ella, sino que piensen en rehacer su vida y labrarse un porvenir seguro con un nuevo matrimonio. Pero véase qué lazos de amor unfan a Noemi y sus nueras. Noemi aparece como una verdadera madre para ellas 200 y Rut y Orfa no quieren separarse facilmente de su suegra. Es po- sible que durante la caminata hacia la frontera surgiera en sus co- razones el deseo de acompajiarla hasta su tierra. Una gracia actual hace desear a Rut y Orfa acompajfiar a Noemi hasta su tierra, pero solamente Rut la acepta. Noemi insiste en que deben regresar. Ya no tiene hijos que pu- dieran ser sus maridos (por la ley del levirato). Sus nueras son j6- venes y han de pensar en un segundo matrimonio. Orfa sigue el consejo de Noemi y regresa. Quizas habia en ella un exceso de pru- dencia humana. Ciertamente que Orfa tenia una fe menos viva que Rut, a pesar de haber vivido las dos en el mismo ambiente familiar creado por Noemi, y tener las mismas posibilidades de encontrar al verdadero Dios. Dios exige en un momento dado que cerremos los ojos a todo y nos arrojemos ciegamente en brazos de El. Sola- mente asi podemos llegar a la santidad. Rut 1, 16-18: Notese que la respuesta de Rut revela: a) Fidelidad en el amor. Su amor a Noemi es verdadero y au- téntico, ya que es don de si misma. El verdadero amor bus- ca el bien del otro, no el propio. No quiere abandonar a su suegra en su desamparo y desgracia. Abnegaci6n y espiritu de sacrificio, ya que deja su padre y madre, que seguramente no la necesitaban, pero a quienes naturalmente Rut sentia afecto. Rut no se busca en nada a si misma y solamente piensa en que Noemi necesita su ayuda. c) Fe profunda. Con las palabras: «Tu pueblo serd mi pueblo y tu Dios serd mi Dios», Rut renuncia plena y totalmente al paganismo y a la idolatria (Orfa habia vuelto a sus dioses, vers.15) y dejandolo todo, y a sus mismos padres, se hace digna de Dios. b No se nos dice cémo se convirtié Rut, como Ilegé a tener seme- jante fe; pero sin duda alguna influiria en ella el ejemplo de Noemi. Un ambiente familiar santo, un amor verdadero de madre, puede preparar una conversién. Noemi mas que con palabras predica la fe con su conducta. Conviene fijarse en la fe heroica de Rut, solamente va a servir 201 a Noemf y adorar al Dios verdadero. En esos momentos de dolor y desamparo, en que a Rut tenia que aparecerle su vida destrozada por su viudez y por no tener hijos, quiere llenar su vacio haciendo el bien, no concentrandose en si misma; se arroja ciegamente en brazos de Dios; cree y espera en medio dea oscuridad. Realmen- te esto es buscar a Dios sélo. Y Dios que no se deja vencer en ge- nerosidad, dar4 a Rut una recompensa que ella, en esos momen- tos, ni remotamente podfa sospechar. IL LA PROVIDENCIA VA GUIANDOLOS PASOS DE RUT Rut 1, 19-22: Noemi y Rut Ilegan a Belén. Notese el profundo dolor que re- flejan las palabras de Noemi.Y nadie en esos momentos podia vis- lumbrar una soluci6n al problema. Notese una primera circunstancia providencial: Ilegan al comen- zar la siega de la cebada (hacia mediados de mayo). Dios se valdra de esta circunstancia para socorrer eficazmente a Noemi y Rut. La Providencia suele valerse de circunstancias ordinarias, vulgares en apariencia, rara vez interviene Dios en forma espectacular. Rut 2, 1-13: Booz es hijo de una convertida y seguramente participa de la fe que le inculcé su madre (comparese: S. Mateo 1, 5). Nétese con qué sencillez y humildad pide Rut, como hija asu madre, permiso para ira espigar. El derecho de espigar era privilegio de los extran- jeros, de los pobres y de las viudas, Rut era todo esto. Comparese: Levitico 19, 9-10; Deuteronomio 24, 19, Notese la Providencia especialisima que Dios tiene con Rut, ha- ciendo que ella llegue precisamente al campo de Booz. Pero igual- mente vela esta misma Providencia por Booz para proporcionarle una esposa santa. Rut 2, 14-18: Notese la bondad y caridad de Booz con Rut, y con qué delica- deza trata a Rut (vers. 8-9 y 14-16). Esta generosidad no podia de- jar de atraerle las bendiciones de Dios, ya que el que da al pobre, 202 presta a Yahvé (Proverbios 19, 17). Booz solamente piensa en es- tos momentos en ayudar a una pobre extranjera y nada mas. Rut, gracias a esta bondad de Booz con ella, puede recoger hasta un ef (unos 35 litros) de cebada y con este ef y lo sobrante de su comida, se presenta a Noemi. Por estos detalles se puede deducir que ambas vivian en mucha pobreza. Y no olvidemos que Rut, quedandose en su pais, se habria ahorrado todas estas penalidades. Pero precisamente esta pobreza, aceptada generosamente, ser para ella un manantial de bendiciones: bienaventurados los pobres... (S. Lucas 6, 20-21) Rut 2, 19-23: La Providencia sigue obrando suavemente. Noem{, al escuchar el nombre de Booz, cae en Ja cuenta de que es pariente suyo préxi- mo y obligado con la ley del levirato. Seguramente a partir de ese momento Noemi estarfa dando vueltas al asunto y buscando el momento oportuno para apelar ante Booz a esta ley del Levirato. N6tese que Booz ha tenido misericordia de los vivos (Noemi y Rut) y de los muertos (Elimelec y sus hijos, a quienes podrd susci- tar descendencia). Lo que podria haber parecido simple casualidad, el llegar a Be- lén en el tiempo de la siega y el haber llegado Rut precisamente al campo de Booz, se va revelando ahora como algo realmente provi- dencial. De hecho no existe la casualidad, y detras de todo esté Dios que va realizando sus planes. Rut, segtin le ordena Noemi, sigue espigando en el campo de Booz hasta acabada la siega de la cebada y del trigo. Il. LA SOLUCION FELIZ Rut 3, 1-6: Noemi, guiada sin duda por una fe grande en la Providencia, propone a Rut un plan atrevido y que ella acepta con sencillez. Noemi era para Rut su madre espiritual, de ahi su fe ciega en ella y su sencilla obediencia. Aquella misma «noche», a partir de las cuatro de la tarde (cuando comenzaba a soplar la brisa) hasta la puesta del sol (cuando la brisa cesaba), Booz iba a aventar su cose- 203 cha de cebada en la era. Rut, debidamente ataviada y perfumada, debia bajar, pero tratando de no darse a conocer hasta el momento oportuno. Habja que sorprender a Booz ya acostado, no para pro- vocarle a nada indebido, sino para obtener de él con delicadeza y tacto la ratificacién definitiva y total del «haber hallado gracia en sus ojos». Rut, décil a su suegra en todo momento, obedece pun- tualmente. Rut 3, 7-15: Booz y Rut solamente quieren que se cumpla la voluntad de Dios expresada en la ley del levirato. La frase de Rut: «Extiende sobre tu sierva el borde de tu manto» es una humilde peticion de que Booz la reciba por esposa (comparese: Ezequiel 16, 8). Booz racciona con un «Bendito seas ti de Yahvé», porque comprende que Rut, joven y seguramente hermosa, solamente le busca a él por obedien- cia a Dios y no por pasion sexual. Booz, segtin se desprende del texto, serfa ya un hombre maduro, y habria bastante diferencia de edad entre él y Rut. Por eso alaba la virtud de Rut al fijarse en él y no en «los jévenes pobres o ricos». Y promete cumplir plenamen- te sus obligaciones de «goel». Solamente hay otro pariente mas préximo y es preciso saber si éste quiere cumplir su obligacién de goel o si cede su derecho a Booz. N6tese como Booz y Rut procuran evitar todo cuanto pudiera excitar sospechas 0 causar escandalo y desedificar a los demas. Nue- vamente Booz tiene delicadezas con Rut y le procura alimento a ella y a su suegra. Rut 3, 16-18: Nétese la pregunta de Noemi apenas se presenta Rut. Sin duda estaba esperando con ansias el resultado. ;Deseaba tanto que su nuera encontrara por fin la felicidad merecida! Con la respuesta de su nuera Noemi se tranquiliza, pues sabe que este mismo dia se resolverd el asunto favorablemente. Rut 4, 1-12: Booz se sienta junto a la puerta de la ciudad, porque por alli tenfa que pasar forzosamente aquel pariente mas préximo, sea para ir al campo, sea para cualquier asunto que quisiera tratar. Al 204 ver al pariente, Booz le llama e inmediatamente se organiza el tri- bunal. Notese que el goel, al comprar el campo, forzosamente en este caso tenia que tomar por esposa a Rut. Ambas cosas iban juntas. No se nos indican las razones por las que este pariente renun- cia a su derecho de goel; solamente dice que teme perjudicar su herencia, quizds por estar ya casado y teme introducir en su casa un motivo de celos. EI hagidgrafo recuerda la costumbre antigua (y que, por tanto, al escribirse el relato ya no se usaria en Israel) para dar valor ofi- cial a los actos de compraventa o de rescate, el de descalzarse y dar su sandalia al otro. De este modo queda ratificado el derecho de Booz a adquirir el campo del pariente difunto y recibir por es- posa a la viuda. El fin religioso-social era que, sustituyendo Booz al suyo propio el nombre del marido muerto de Rut (Majalén), éste se perpettie en el hijo que espera tener de Rut y asi no desaparezca Majalén de entre sus hermanos (de Ia vida familiar) y de la puerta de este lugar (la vida ptiblica). Notese que el undnime «somos testigos» de los ancianos y del pueblo, que aceptan este matrimonio como un hecho y expresan sus deseos de felicidad a los esposos. Hay una triple formula de bendicién con la que se desea: a) Que Rut, convertida definitivamente en israelita, sea fecun- da como Raquel y Lia, quienes como madres de los doce patriarcas edificaron la casa (el pueblo) de Israel. b) Que la descendencia de Booz haga famoso su nombre en Efrata-Belén. c) Que la casa-familia de Booz y Rut tenga la suerte que tuvo un dfa la casa-familia de Phares (Peres) (comparese: Nuime- tos 26, 21; Génesis 46, 12). Recordemos que Phares era as- cendiente directo de Booz (S. Mateo 1, 3-5). Rut 3, 13-22: Notes la felicidad que Noemi alcanza gracias a su nuera. Rut habja alcanzado la fe en Yahvé gracias a Noemi y ahora Noemi al- canza una dicha jamds sofiada gracias a Rut. Rut llega asf a figurar en la genealogia del Mesias. Si las veci- nas aman al hijo de Rut hijo de Noemf (hijo de Dulzura), inme- 205 diatamente se nos indica el nombre del nifio: Obed: Servidor (de Yahvé), abuelo del rey David, «padre» (en el lenguaje biblico) y tipo y figura del Siervo de Yahvé, Cristo. Todo en esta historia es providencial; pero hay cooperacién de parte de los protagonistas. Se trata de almas fieles a Dios y a las inspiraciones de su gracia. De un modo especial resalta la accién callada y silenciosa de Noemi, la cual con su actitud de verdadera madre, llena de ternura, para con sus nueras, fecunda en el alma de Rut la accién de la gracia. Sin esta actitud de Noemi, jhabria en- contrado Rut la fe en el verdadero Dios y Ia auténtica felicidad? jCuan decisiva puede ser nuestra conducta en medio de los deta- Iles de la vida! 206 LOS EDUCADORES DE SAMUEL NOTA: Los dos libros de Samuel constituian en el principio una sola obra. Los traductores de la versién de los Setenta consideraron ambos libros de Samuel y los dos de los Reyes como una historia completa de la monarqufa y dividieron todo el conjunto en cuatro libros que Hamaron «De los reinos», titulo que San Jerénimo cam- bid por «Libro de los Reyes». La division de I y II Samuel se introdujo por primera vez en la edicién de la Biblia hebrea impresa en 1516-1517 en Venecia. El hecho de que se Hlamen estos escritos «Libros de Samuel» refleja la opinion de que su redaccién se atribuia, al menos en gran parte, a Samuel. En cuanto a su contenido, los libros de Samuel hablan ante todo de Samuel, Satil y David. De Samuel como protagonista principal se trata ante todo en I Samuel 1, 1-7, 17; de Satil rey, I Samuel 8, 1-15, 35; de David rey, I Samuel 16, 1-II Samuel 24, 25. La tradici6n judia expresada en el Talmud, declara que Samuel escribié su propio libro, otro de los Jueces y el de Rut. Se objeta que Samuel habia muerto (I Samuel 28, 3), a lo que se responde que el vidente Gad y el profeta Natan lo continuaron. Sin embargo, al analizar los libros de Samuel se pueden cons- tatar diversas tradiciones con sus divergencias, repeticiones y de- talles que parecen contradictorios (al menos a un historiador mo- derno con mentalidad occidental). Por ejemplo, se narra dos veces y en forma distinta el ingreso de David en el séquito de Saul. Se- gin una de las narraciones Sati] mismo, aconsejado por algunos miembros de su corte, llama a David por saber tocar muy bien la citara. Seguin otra narracién, el pastorcillo David es enviado por su padre para Ilevar comida a sus hermanos que militaban en el ejér- cito de Satil. 207 En realidad los libros de Samuel recogen varias tradiciones y documentos. Todos estén de acuerdo en que contienen muchos ele- mentos antiguos y que en su formacién pasaron por muchas ma- nos; pero al describir al detalle la formacién de estos libros, cesa el acuerdo. Hay quienes ven en ella la continuacién del yahvista y del elohista. Otros no lo admiten. La formacién definitiva de los libros de Samuel se debe atribuir al tiempo de la revision deute- ronomista, entre los afios 700 y 550. También se plantea en los libros de Samuel el problema de las citas implicitas: se cita el libro de Jaser (II Samuel 1, 18), men- cionado también en Josué 10, 12. Aqui se menciona expresamen- te, pero bien puede haber citas implicitas del mismo o de otras fuentes. Hay que tener presente también que el hagidgrafo tiene siem- pre ante la vista el ideal de poner de relieve los caminos seguidos por Dios para realizar sus designios, y esto le interesa mas que avalar cada detalle de las fuentes que utiliza. Los libros de Samuel anun- cian las condiciones y las dificultades del establecimiento del rei- no de Dios sobre la tierra. Yahvé es el Dios de Israel y su tinico rey; el monarca elegido por el pueblo ha de ser tan sdlo el repre- sentante de Dios en Ia tierra e instrumento suyo para realizar los designios divinos. El prototipo de reyes teocraticos fue ciertamen- te David, tipo y figura del Mesias, el «hijo de David» por excelencia. Conviene asimismo tener presente que los autores de los libros de Samuel escribieron con imparcialidad y objetividad; no vacilan por ejemplo en describir el pecado del sumo sacerdote Elf, 0 los pecados de David, etc. Y las tradiciones utilizadas son antiguas, como ya hemos dicho, y préximas a los hechos. Egipto y Asiria nos ofrecen sincronismos para establecer una cronologia bastante exacta: la muerte de Elf puede fecharse alre- dedor del afio 1050. Satil sube al poder hacia el afio1030 y muere alrededor del 1010. David comienza a reinar con treinta ajios y reind cuarenta (II Samuel 5, 4), hasta el afio 970. La primera parte de la historia de los libros de Samuel se expli- ca por la amenaza de Ios filisteos, y es asi como una continuaci6n del libro de los Jueces. 208 I. LOS PADRES DE SAMUEL I Samuel 1, 1-8: Ramé (0 Ramatayim: de las dos alturas) es laArimatea del Nue- vo Testamento (la actual Rentis, a unos 40 Kms. de Jerusalén). Elcand («Dios ha creado» o «Dios ha tomado posesién») era de la tribu de Levi (comparese: I Crénicas 6, 19-23), pero vivia en terri- torio de Efraim, ya que los levitas no tenjan territorio propio. Las dos mujeres de Elcana se Hamaban Ana (gracia) y Penina (perla, coral). La poligamia estaba permitida por la ley de Moisés; sola- mente después del cautiverio de Babilonia desaparece. Nétese que Elcand sube cada afio a Sild con toda su familia. De hecho solamente los varones tenian la obligacién de peregrinar al lugar donde se hallaba el Taberndculo. El precepto mandaba ir tres veces al afio (comparese: Exodo 23, 17 y 34, 23; Deuteronomio 16, 16), pero el tiempo y las circunstancias redujeron las peregri- naciones a una (comparese: Jueces 21, 19). Si Elcand hace subir a toda su familia a Sild es sin duda alguna por considerar que todos los suyos debian honrar a Yahvé y no debfan quedar privados del consuelo espiritual y de] estimulo para su vida religiosa, que sig- nificaba esta peregrinacién. Es un hombre muy sobrenatural; se ve que para él Yahvé ocupaba el primer lugar. Seguin Josué 18, 1, Silé fue el lugar escogido para guardar el arca de la Alianza, con lo cual Silé vino a ser la capital religiosa de Israel. Laexpresién «Yahvé Sebaot» (de los ejércitos), que aparece aqui por primera vez en la Biblia, se emplea unas 280 veces en el Anti- guo Testamento y dos en el Nuevo (Romanos 9, 29 y Santiago 5, 4). Con este término, de ejército, se designa a Israel (compérese: Exodo 12, Ty 51; Nimeros 1, 52). Israel es el ejército de Yahvé (comparese: Exodo 7, 4 y 12, 41), quien marcha al frente de ellos (Exodo 15, 3; Nimeros 21, 14). Pero este ejército de Yahvé inclu- ye también los cielos y los angeles (compdrese I Reyes 22, 19) y los astros (Isaias 40, 26) y Ia tierra con todos sus elementos (Géne- sis 2, 1). En la liturgia se ha traducido acertadamente por «Sefior Dios del universo». El versiculo 5 admite dos interpretaciones: Seguin los Setenta, Elcand daba a cada miembro de su familia la parte del sacrificio 209 que le correspondfa, de modo que a Ana le correspondfa una sola parte, aunque Elcand la amaba. Segtin el texto hebreo, Elcand daba a Ana una porcién especial, escogida, doble. Nétese la rivalidad entre las dos esposas, los celos de Penina a causa del afecto especial de Elcana por Ana y la afliccién de ésta. (Ana es un alma noble, mientras que Penina es vulgar). La esteri- lidad se consideraba como un bochorno para una mujer y era o una prueba o un castigo de Dios. Ana anhela con toda su alma femeni- na la gloria y la dicha de la maternidad. Todo el amor de su marido no puede consolarla de no tener hijos. Pero como es profundamente piadosa, sabe también que Yahvé puede darle el hijo que anhelaba y por eso acude a El en fervorosa oracién. I Samuel 1, 9-11: Se habla de «templo», sin embargo, segtin II Samuel 7, 6, el santuario de Silé fue destruido por los filisteos, mientras que la tien- da no, puesto que la encontramos més tarde en Gaba6n (II Créni- cas 1, 3). De todo esto se concluye que sobre la tienda se constru- y6 en Sild un edificio s6lido. A la puerta de este edificio estaba sentado el sumo sacerdote Eli para estar a disposicién de cuantos quisieran acudir a él como juez. Notese la profunda piedad de Ana, que desea un hijo consagra- do a Dios. Para toda familia el mayor honor es precisamente po- der contar con un hijo o hija consagrados al servicio de Dios, y esta gracia la puede alcanzar la oracién. Notese también el voto de Ana, el hijo sera nazareo desde pe- quefio. Y efectivamente, muy pequefiito, apenas destetado (a los tres afios aproximadamente), Ana sacrificara el consuelo de estar con su hijo para dejarlo en Silé. Es un alma que vive de fe. Por esa vida de fe Ana es superior a Penina. I Samuel 1, 12-18: Siendo costumbre decir las oraciones en voz alta, tenfa que Ila- mar Ja atencién a Eli el movimiento silencioso de los labios de Ana. Como no era raro el caso de 1a embriaguez en los banquetes sagra- dos, era natural que Elf pensara que Ana habia bebido en exceso. N6tese con qué humildad y respeto contesta Ana al sumo sacerdo- te, y éste comprende su afliccion y le desea la paz, el conjunto de 210 todos los bienes. Es una bendicién sacerdotal que habia de atraer gracias especiales a Ana. Notese que Ana ha encontrado consuelo en la oracién («su sem- blante ya no fue como antes»). Sin duda intuirfa que su plegaria habfa sido escuchada. Esto le devuelve la paz y serenidad. Tam- bién nosotros hemos de buscar y encontrar la paz y la fortaleza en la oracién. I Samuel 1, 19-28: El hijo que concibe Ana es, de un modo especial, un don de Dios. Lo son todos los hijos, pero aqui se trata de un don especial, de un hijo santo concedido a una mujer piadosa, estéril por largos afios. Del nombre de Samuel se dan diversas interpretaciones: a) «El nombre es Dios»; b) «Pedido a Dios», c) «Escuchado por Dios». Ninguna es gramaticalmente cierta. E} texto nos da una etimologia popular. La generosidad de Ana es ejemplar: entrega a su hijo pequefiito al servicio del Sefior, sin saber si Dios le concedera mas hijos. I Samuel 2, 1-10: Es el cAntico de Ana, que se parece al Magnificat de Maria San- tisima. Acerca del origen del cAntico, la opini6n tradicional lo atri- buye a Ana, otros creen que Ana hizo suyo un cAntico ya existente y varios insisten en que el cantico es una obra posterior. El versi- culo 10, segtin unos, se explica como profecia mesidnica; segin otros, se considera una prueba de que el cantico fue escrito duran- te la monarquia. Ahora bien, el hagiégrafo atribuye el cantico aAna como expresando sus sentimientos fntimos, pero esto no obliga a considerarlo, en la forma como ha Ilegado a nosotros, obra de ella. Los autores antiguos, al narrar un hecho hist6rico, solian poner en boca de los personajes las palabras que juzgaban mas oportunas dadas las circunstancias. Nétese que a Dios se le llama roca (vers. 2); esta palabra des- cribe la inmutabilidad, el poder y la fidelidad de Yahvé. No cam- bia Dios, ni su Palabra, ni sus promesas. Las palabras altivas y desconsideradas de Penina recuerdan a Ana todas las palabras orgullosas que pronuncian los enemigos de Dios; de ahi que les advierta que Dios lo sabe todo y es el tni- 211 Co que en su sabiduria es capaz de pesar las acciones de los hom- bres. En los versiculos siguientes resalta el paralelismo antitético: se describe el contraste entre Ia suerte que aguarda a los que se sien- ten hartos, fuertes, etc., sin acudir a Yahvé, y la que toca a los hu- mildes, pobres, débiles, pero que confian en Yahvé. Es lo que dice el Evangelio: «El gue se ensalza seré humillado» (S. Mateo 23, 12). La expresién «Dios hace bajar al sepulcro y subir de él» no se refiere aqui a la muerte y resurrecci6n, sino que quiere decir que Dios cura al hombre de una enfermedad de suyo mortal y le de- vuelve la vida. O que salva de un peligro gravisimo a los que en El conffan. Segiin el versiculo 9, Dios guarda los pasos de sus fieles. Estos fieles son los que guardan los mandamientos de Dios, pertenecen a Dios, son propiedad suya y por lo mismo, son objeto de la espe- cial bondad de Yahvé y él los gufa a través de los caminos de la vida. Los impios en cambio, que se fian de sus propias fuerzas y resisten a Dios, se veran abandonados de Dios. Enel versiculo 10 aparece por primera vez la palabra «mesias», (ungido). Si se trata de una profecia mesidnica se puede decir que sta se realiz6 por primera vez en David, pero su cumplimiento perfecto lo tenemos en Cristo, que ciertamente «juzgard los térmi- nos de la tierra», o sea, sera Rey universal. «No se debe negar la posibilidad de que Ana, iluminada por Dios, pronunciara una profecia mesidnica. Pero tampoco se puede excluir que este versiculo tal vez haya sido afiadido mds tarde»', II. UN SACERDOT: E PIADOSO, PERO DEBIL DE CARACTER 1 Samuel 2, 11-17: Notese que Ofni y Fineés (otros leen Jofni y Pinejés) «no cono- cian» aYahvé, es decir, no habia en ellos este conocimiento verda- dero, lleno de amor, que se debe tener de Dios. De ahi su pecado. ' La Sagrada Escritura, Antiguo Testamento, II, Pag. 250, B.A.C. 212 Todo pecado deliberado en realidad se debe a que no se conoce (en sentido biblico) a Dios; no tienen un conocimiento leno de amor. (Comparese: I S. Juan 3, 5-6). Como sacerdotes tenfan especial obli- gacién de «conocer» aYahvé y comunicar a otros este conocimiento (Malaquias 2, 7); pero hacen todo lo contrario*. Seguin la ley, el que ofrecia un sacrificio pacifico tenia que presentar al sacerdote el sebo de la victima, el pecho y el pernil derecho (Levitico 7, 29-34). Las partes grasas debian quemarse. Los hijos de Elf pecaban al no atenerse a las prescripciones de la ley, y cometian este pecado habitualmente para escandalo de los fieles. Como se ve por el texto, los criados exigian a los oferentes que les diesen Ja carne cruda, antes de poderse separar la grasa e incluso amenazaban con arrebatarla por la fuerza. Tal conducta tenia que alejar a los israelitas piadosos de los sacrificios y de ren- dir culto a Yahvé; tenfa que debilitar su fe... En tiltimo término, el responsable era Eli por no corregir a sus hijos y removerlos del sacerdocio. I Samuel 2, 18-21: El joven Samuel servia ante Yahvé, es decir, aprendia a servirle en todo lo referente al culto. Vestia un efod de lino, o sea, una ves- tidura que usaban las personas que tomaban parte activa en las ce- remonias del culto. Décil en todo momento a la gracia se entrega- ba a Yahvé, sin dejarse escandalizar por la conducta de los hijos de Eli. (jMuy importante!, no dejarnos apartar de un servicio integro y perfecto de Dios por el mal ejemplo de otros). N6tese cémo Dios, que no se deja vencer en generosidad, ben- dice a Ana con otros hijos. Elf bendice a Elcana y Ana, deseando que Yahvé les conceda otros hijos en lugar de Samuel. A través de esta bendicién de Elf podemos vislumbrar que el pequefio Samuel con su docilidad y fidelidad, era un consuelo y una alegria para el anciano sacerdote. En cuanto a la «tinica» que Ana hacia cada afio para su hijo, se trata de un vestido exterior usado por personas distinguidas. ? Las almas consagradas deben conocer aYahvé. Hay que saber dedicar tiem- po a tal conocimiento, es el empleo més importante de nuestro tiempo. 213 I Samuel 2, 22-25: Ya se habla de mujeres al servicio del santuario en Exodo 38, 8. Probablemente cuidaban de la limpieza del santuario, de las ves- tiduras sacerdotales y los objetos necesarios para el culto (compa- rese: Exodo 35, 25-26). Ofni y Fineés pecaban con estas mujeres. Como se ve, solamente seguian sus caprichos y pasiones. Notese que Eli nada hace de efectivo ni eficaz para corregir a sus hijos, unas palabras suaves y nada mis. Se limita a decir que en litigios de hombres se puede apelar a Dios como 4rbitro (com- parese: Exodo 22, 7-1 1), pero cuando un hombre peca directamente contra Yahvé ya no se puede apelar a EA los hijos, empedernidos ya en el pecado, esta suave amonestacién de su padre no hace nin- guna mella y siguen pecando. Asi Elf mismo se hace culpable del pecado de sus hijos. «Yahvé queria matarlos», quiere decir que Dios permitié que sus pecados colmasen la medida. Ellos pecaban libre y voluntaria- mente, y asi fueron causa de su ruina. En la escritura se atribuye con suma facilidad a Dios, causa primera, lo que por permisi6n di- vina realizan libremente las causas segundas. En contraste con los hijos de Elf, Samuel crece en santidad y se va haciendo cada vez més agradable a Dios y a los mismos hom- bres, que descubren en él la gracia de Dios. I Samuel 2, 27-32: Notese que viene a Elf un hombre de Dios. Se trata de un pro- feta, y se le da este nombre por su estrecha unién con Dios y el valor de su mensaje, que se desprende de tal unién. Este hombre de Dios habla a Eli en nombre de Yahvé: «Asi dice Yahvé...», se trata de una comunicaci6n especial por parte de Dios. Es el valor especial de las palabras de almas realmente entregadas a Dios. Yahvé, por boca de su profeta, recuerda a Eli el gran beneficio de la vocacién al sacerdocio, beneficio concedido a Aarén y por Aar6n a Eli. Tal beneficio exigia una fidelfsima correspondencia con una vida santa. El profeta recuerda asimismo a Eli las obliga- ciones impuestas a Aarén y sus descendientes: ofrecer sacrificios, quemar incienso (Exodo 30, 7-8), llevar el efod (Exodo 28, 1-6).A estas obligaciones correspondia el derecho de vivir de los sacrifi- clos. 214 Eli, con su excesiva indulgencia y debilidad de caracter, prefe- tia sus hijos a Dios, cosa que Dios en su santidad infinita no puede tolerar. La condicién para seguir disfrutando de los privilegios del sacerdocio era la obediencia a Yahvé, la fidelidad a El. Es siempre la condici6n para conservar los dones de Dios. Es un contrasenti- do cuando un sacerdote no procura ante todo ser santo. Notese la frase: «Yo honro a los que me honran», que insinia que Dios jams desecha al hombre mientras éste no se aparte de Dios. Ademas, Yahvé habia esperado largo tiempo la conversién de Ofni y Fineés y que Elf hiciera algo para cortegirlos. Pero la paciencia de Dios tiene sus limites. El brazo es simbolo de poder y de fuerza. Dios destruird el poder y la importancia de la familia de Eli. La profecia se cumpliré en gran parte en la matanza de los sacerdotes de Nob (I Samuel 22, 17-18). I Samuel 2, 32-36: N6tese que una buena parte de la familia de Eli sufrira una muer- te violenta. La sefial, que servird de terrible garantia a la profecia, sera la muerte en un mismo dia de los hijos de Eli. El sacerdote fiel que Dios va a suscitar es, segtin la mayoria de los intérpretes, Sadoc. En tiempos de David Abiatar, sacerdote de la familia de Elf, escapado a la matanza de Nob (I Samuel 22, 20- 23), ya tuvo que compartir el sacerdocio con Sadoc y quedé defi- nitivamente destituido en tiempos de Salomén. Asi el oficio sacer- dotal volvi6 a la Ifnea de Eleazar, de quien era descendiente Sadoc, en vez de la linea de Itamar a la que pertenecia Eli (comparese: 1 Crénicas 24, 3 con II Samuel 8, 17 y I Reyes 2, 27). Né6tese asimismo que si los hijos de Eli no quisieron contentar- se con las partes que les correspondian de la victima, sus descen- dientes se hallardn en un estado de gran penuria y pobreza, y ten- dran que suplicar humildemente que se les conceda algtin ministerio sacerdotal para poder subsistir. Una vez mas tenemos las conse- cuencias de la conducta de los padres en los hijos... I Samuel 3, 1-9: Segtin Flavio Josefo, Samuel tenia 12 afios de edad cuando el Sefior le hablé. Se mencionan en este pasaje dos clases de comu- 215 nicaciones divinas: la palabra de Dios y la visién. En cuanto alo primero, se trata de una revelacién directa hecha por Dios a su pro- feta o también la transmisién de este mensaje a otros. En la visién hay también una comunicacién de Dios, pero es por medio de los sentidos exteriores o por las facultades interiores. Desde Débora (Jueces 4, 4) hasta Samuel se mencionan solamente dos profetas (Jueces 6, 8 y I Samuel 2, 27). La causa del silencio de Dios era la vida pecaminosa de sus sacerdotes y del pueblo: ni eran dignos ni tenian las disposiciones requeridas para poder escuchar la Palabra de Dios. Eran carnales y no espirituales (comparese I Corintios 2, 14). No eran de Dios (comparese S. Juan 8, 47). Grave advertencia para nosotros... Samuel dormia «en el santuario», es decir, en una habitacién contigua al lugar donde estaba cl arca. Seguramente del arca, sim- bolo de la presencia divina, procedia la voz de Dios. La lampara de Dios, o sea, el candelabro de siete brazos, se encendia todas las noches y se apagaba por la mafiana (compare- se: Exodo 25, 31-37). El hecho de que ja lampara atin no se hubie- ra apagado indica que Dios hablé a Samuel antes del alba. Por tres veces escucha Samuel la voz que le llama por su nom- bre y siempre, inmediatamente, contesta con pronta obediencia su «Heme aqui». Como atin no tenfa ninguna experiencia en revela- ciones divinas, confundi6 la voz de Yahvé con Ja de Eli. Y, nétese, que tras haberse equivocado una y otra vez, y viendo que Eli no le habia llamado, no es remiso en acudir por tercera vez a ver a Eli, pensando sin duda que el anciano podia necesitar de él. Nada que- branta su fidelidad en obedecer. De esta fidelidad sin duda, depen- dia el que Dios se le comunicara. Eli es el primero en darse cuenta de que es Yahvé quien Ilama a Samuel y por consiguiente se Jo indica para que se ponga a dispo- sicién de Yahvé. I Samuel 3, 10-15: Notese que ahora se trata de una visién, probablemente objeti- va y real y no solamente interior. Yahvé comunica a Samuel el cas- tigo que sufriran los hijos de Elf a causa de sus pecados; pero este castigo, de hecho, afectaré también a todo el pueblo, puesto que se trata de la derrota en la lucha contra los filisteos y la pérdida del 216 arca de la alianza. Los pecados de los sacerdotes repercuten en el pueblo, como los pecados de los padres en los hijos. EI pecado de Elf consistié en conocer el pecado de sus hijos y, sin duda por un «amor» mal entendido, no tomar las medidas enér- gicas que el caso requeria. Este crimen de Eli y sus hijos no podra ser expiado con sacrificios ni oblaciones (por tanto, en circunstan- cias ordinarias el pecado puede expiarse con el sacrificio). Pero este pecado de Elf y sus hijos, que consistfa precisamente en abusar de los sacrificios en honor de Yahvé en provecho propio, muy justa- mente no podra ser expiado con sacrificios. Samuel procura ocultar a Eli lo que Yahvé le ha dicho. Teme causarle pena... Por la majiana abre las puertas del santuario como de costumbre, pero no se dirige a Eli. I Samuel 3, 16-18: Notese que Eli conjura a Samuel para que le diga toda la ver- dad. El que conjura a otro le desea cierta maldicién si no dice la verdad o no cumple la promesa. Samuel obedece con sencillez, se- guramente con cierta pena intima. Notese el espiritu de fe y resig- naci6n con que Elf acepta la palabra de Yahvé. Se somete incondi- cionalmente. Esto nace de su profunda piedad. Eli es piadoso pero débil de cardcter. Yahvé es Duejio y Sefior de hacer lo que le pa- rezca bien. Sin embargo, no da muestras de arrepentirse de su de- bilidad de cardcter. I Samuel 3, 19-21: Nétese que Dios estaba con Samuel. La expresién es frecuen- te en la Biblia para indicar la especial asistencia y protecci6n di- vina (comparese Génesis 28, 15; 31, 3; Exodo 3, 12; Josué 1, 5, etc.). Tenemos pues a Samuel como auténtico varén de Dios; pero ciertamente él] cooperé a la gracia porque se nos dice que «no dejé caer por tierra ninguna de sus palabras» (comparese: Salmo 119, 37-105), es decir, traté en todo momento de corresponder a las comunicaciones divinas, ser fiel a Yahvé en todo. Sin duda medi- taba continuamente las comunicaciones de Yahvé para correspon- der plenamente (todo creyente debiera hacer esto mismo). Asi todo Israel Ileg6 a reconocer a Samuel como auténtico profeta de Yahvé, y Dios segufa manifestdndose a é] en el santuario de Sild. 217 Estas comunicaciones se habrian interrumpido si no hubiese ha- bido correspondencia. Asi Samuel Ilega a ser un don de Dios para su pueblo, Ill. UN DESASTRE NACIONAL, CONSECUENCIA DE LOS PECADOS DE LOS HIJOS DE ELi I Samuel 4, 1-4: Recordemos que los filisteos* formaban una confederacién de cinco ciudades en la costa del Mediterraneo. Estas eran: Asdod, Eqr6n, Asqalon, Gaza y Gat. Pero no conformes con habitar la costa buscaban penetrar en el interior invadiendo el territorio de los is- raelitas. Sans6n habia recibido la misién de librar a Israel de los filisteos pero, como hemos visto, no cumplié su misién en Ia for- ma querida por Dios. Muy probablemente Sansén y Eli son con- tempordneos. A la muerte de Sansén comenzarian de nuevo a mo- lestar a Israel. Los filisteos estaban acampados en Afeq (probablemente sig- nifica fortaleza). Ya Tutmosis III (1502-1448) menciona Afeq en- tre las ciudades conquistadas. También se menciona en Josué 12, 18. Afeq estd a unos 15 Kms. al norte de Jafa y su localizacion co- incide con Antipatris. N6tese que el arca era simbolo de la presencia de Yahvé en me- dio de su pueblo. Los israelitas, al verse derrotados, seguramente lo atribuyeron a la ausencia del arca. Quizds recordaron la presen- cia del arca en la toma de Jeric6. Seguramente (por falta de verda- dera vida espiritual) confiaban ms en la presencia material del arca que en una presencia de Yahvé atraida sobre ellos a fuerza de fide- lidad a El. Dios esta con los suyos en la medida de su fidelidad. Presente en todas partes y siempre, hace experimentar a las almas esta presencia como beneficiosa segiin su fidelidad. Sea lo que fuere, los ancianos deciden que el arca ha de trasla- darse al campamento. Nada se nos dice del consentimiento de Eli, Pueblo no semitico. Parece que su patria estaba al suroeste del Asia Me- nor. Llegaron a Palestina antes del aiio 1200 a. C. Asimismo ocuparon la isla de Creta, Eran indoeuropeos y tenfan un idioma indoeuropeo. 218 pero seguramente éste dio el consentimiento necesario. Como era légico, los sacerdotes, en este caso Ofni y Fineés, tuvieron que acompaiiar al arca. No olvidemos que eran sacerdotes indignos y que, por consiguiente, no podian atraer sobre Israel ninguna ben- dicién divina. I Samuel 4, 5-11: Israel se siente seguro de la victoria por la presencia del arca. Nadie piensa en una preparaci6n espiritual por medio de una con- versién sincera, como, por ejemplo, Josué la exigié para la con- quista de Canaan (Josué 3, 5-6). Ofni y Fineés ni piensan que el pueblo, para obtener Ia victoria, debieron «santificarse». Tampoco pueden exigir lo que ellos mismos no hacen y es probable, inclu- so, que lo hubiesen impedido. Los filisteos, después de un primer momento de sobresalto y miedo, cobran 4nimo y se lanzan al ataque, e Israel es derrotado. Los israelitas «huyen a sus tiendas», en el sentido de que cada uno huye a su casa. Se cumple la profecfa hecha a Eli: sus dos hijos mueren en el mismo dia. Y, lo que es peor, el arca de Dios cae en manos de los enemigos. Como un simbolo de que Yahvé «abandona» a su pue- blo a causa de sus pecados. 1 Samuel 4, 12-18: Notese que Eli, en el fondo, es un alma que ama a Dios y tiene una sensibilidad muy profunda para las cosas de Dios. No es la noticia de la muerte de sus hijos la causa de su propia muerte, sino el dolor inmenso por haber sido capturada el arca de Dios. Lo cual denota que, a pesar de su debilidad de cardcter, amaba a Dios, ya que solamente se sufre por lo que se ama. El desastre, como se colige de otros textos, toma proporciones nacionales. Comparese: Jeremfas 7, 12 y 26, 9. De estos textos se deduce que el mismo santuario de Silé quedé destruido en castigo de los pecados de Israel. I Samuel 4, 19-22: La nuera de Eli también es alma de fe profunda, y le impresio- na ante todo, mas que la muerte del suegro y del marido, la pérdi- 219 da del arca. Esta fe profunda la revela al imponer moribunda, al hijo que acaba de nacer, el nombre de Ikabod (sin gloria). La glo- tia significa la manifestacién visible de la presencia de Yahvé. (Comparese: Exodo 16, 10; 40, 34-35). Recuérdese también la pro- mesa de Yahvé en Levitico 16, 2; promesa que establece una rela- cién entre el arca y la manifestacién de Dios a favor de su pueblo. Asi la pérdida del arca, segtin el pensamiento de la esposa de Fineés, dejé a Israel «sin gloria», sin la presencia divina. IV. EL ARCA VUELVE A ISRAEL I Samuel 5, 1-5: En la antigiiedad se crefa que los dioses sufrian la suerte de los pueblos protegidos por ellos. Por eso los filisteos se imaginan que son duefios de Yahvé, que Yahvé queda, en cierto modo, sujeto a Dag6n‘ (divinidad amorrea, conocida desde el Eufrates hasta el Mediterraneo y cuyo culto adoptaron los filisteos desde un princi- pio). Pero Yahvé, el Dios vivo, es duefio y Sefior de todo y los filisteos no tardan en experimentar esta verdad. La superioridad de Yahvé sobre Dagén se hace manifiesta al caer éste al suelo hecho pedazos. I Samuel 5, 6-12: Notese que la mano de Yahvé, después de pesar sobre Dagon demostrando su impotencia para valerse, pesa sobre los filisteos. En el capitulo 6, 11 y 18 se habla de ratones. {Se trataba de una enfermedad propagada por ratones? En vez de hemorroides hay quienes leen simplemente tumores, y en tal caso se podria tratar de peste bub6nica propagada por los ratones. Asi se explicarfa que morian muchos. En todo caso, los filisteos sufren una enfermedad que les hace comprender que no pueden retener el arca de Dios, ya que esto solamente les acarrea desgracias. *Parece que la pronunciacién més correcta deberia ser «Dagan», ya que se deriva de la palabra cananea dagan = grano, trigo. Los filisteos la asociaron con la rafz dag = pez. Se representaba a Dagén mitad hombre, mitad pez; ori- ginariamente era el dios de la tempestad. 220 Al principio solamente se piensa en trasladar el arca de Asdod a Gat; pero como también en Gat se hace sentir la mano de Yahvé, se le traslada a Eqr6n. Los habitantes de Eqr6n ponen el grito en el cielo y exigen que el arca se devuelva a Israel. I Samuel 6, 1-12: Durante siete meses el arca quedé en manos de los filisteos e Israel «sin gloria» en justo castigo de sus infidelidades. Los siete meses probablemente abarcan desde noviembre a mayo 0 junio, ya que la devolucién del arca tuvo lugar en la estacidn de la siega del trigo (vers. 13). La respuesta de los adivinos es prudente, seguramente inspira- da por Dios que se vale del instramento que quiere. Hay que de- volver el arca juntamente con una ofrenda de desagravio. Se habla de cinco exvotos seguramente por el mimero de las ciudades filisteas que representaban todo el pais. Se ve también que los consejeros de los filisteos conocen a grandes rasgos la historia de la salida de Egipto, y aconsejan no provocar castigos semejantes a los que su- frié el faraén. Los filisteos ya han sufrido bastante y no hay que endurecerse. Por cuanto se considera a Dios presente en el arca, al devolver- laa su tierra debe colocarse en un carro nuevo, arrastrado por va- cas que nunca hayan sido puestas al yugo (comparese: Nimeros 19, 2; Deuteronomio 15, 19 y 21, 3). Serfa indecoroso destinar al servicio de Dios lo que habia servido para usos profanos; a Dios siempre se le ha de dar lo mejor y lo que se aprecia mas, y nunca, por grande que llegue a ser la confianza en Dios y la familiaridad con El, se puede perder de vista su trascendencia absoluta y el san- to respeto que le debemos. Con frecuencia falta sensibilidad en este punto. Ademis, las vacas jévenes tenfan la ventaja de indicar a los filisteos si era realmente Yahvé quien los habia herido o no, puesto que, no acostumbradas al peso del yugo ni a estar uncidas al carro tampoco sabrian caminar juntas ni arrastrar el carro con el arca hasta la tierra de Israel, y todavia tenia que dificultarles mas la marcha el que sus terneros quedasen encerrados en el establo. Se trataba nada menos que de un camino de 20 Kms. entre Eqr6n y Betsemes 221 (que significa casa del Sol, nombre que data de los tiempos ca- naneos, cuando alli se practicaba el culto del Sol). Notese que Betsemes, seguin Josué 21, 9-16, era una de las ciu- dades sacerdotales de la tribu de Juda. I Samuel 6, 13-18: Nétese la alegria de los betsemitas al ver venir el arca. Los prin- cipes filisteos hacen entrega del arca y se marchan. Los de Betsemes ofrecen las vacas en holocausto en honor de Yahvé. Sin duda su alegria era profunda y llena de esperanza; Yahvé volvia a acordar- se de su pueblo, volvia a estar con ellos. I Samuel 6, 19-21: Seguin el texto hebreo y la versién latina, los habitantes de Betse- mes habrian mirado el arca con excesiva curiosidad y por eso sufrie- ron el castigo de Dios. Ciertamente la ley prohibia una inspecci6n curiosa e irrespetuosa del arca (compdrese: Nuimeros 4, 5; 15 y 20), pero aqui, de hecho, el arca estaba a la vista de todos. La versién griega habla de los hijos de Jeconias que no se alegraron. No se nos dan detalles, pero se puede suponer que manifestaron su falta de respeto por el arca de alguna manera. De ahi el castigo de Dios. El mimero de 70 y de 50.000 no puede ser auténtico: Betsemes no tenja tantos habitantes. Lo mejor es considerar la primera cifra como auténtica y la segunda como una glosa. Nétese que la muer- te de esos setenta da un fuerte susto a la poblacin. Tienen miedo al Dios Santo; pero en vez de sacar la conclusién de que deben esforzarse por hacerse santos y dignos de Dios, solamente piensan en deshacerse del arca. Conclusién falsa, ciertamente, pero que hasta el dia de hoy sacan los pecadores que no quieren convertirse y optan por alejar a Dios de su vida y asi se privan de la ayuda y bendiciones de Dios. Quiriat-yearim (ciudad de los bosques) estd a unos 20 Kms. al nordeste de Betsemes. Era la ciudad ms meridional de la confe- deraci6n de los gabaonitas. No olvidemos que los gabaonitas desde los tiempos de Josué, habian sido destinados al culto del tabernd- culo (comparese: Josué 9, 27). Es posible que por esto los betse- mitas se dirigieran a los habitantes de Quiriat-yearim para que fue- sen en busca del arca. 222 I Samuel 7, 1-6: Probablemente Abinadab era levita. Su casa se hallaba en una colina. En el siglo V de nuestra era se construy6 alli una iglesia en honor del arca, cuyos restos se descubrieron en las excavaciones hechas por el conde de Piellat. En 1924 las religiosas de San José construyeron en el mismo lugar una basilica dedicada a Nuestra Sefiora del Arca de la Alianza. Pero gpor qué el arca no fue conducida a Nob, ya que mis tarde se encuentran allf los sacerdotes (cap. 21)?, (el santuario de Silé habja quedado destruido). Se puede suponer que después de la de- rrota de los israelitas en Afegq, los filisteos quedaron duefios de la situacién por muchos ajios y controlaron la vida religiosa y politi- ca de los israelitas. Asimismo resulta sorprendente que Samuel no estableciera su residencia cerca del arca y que la convocacién del pueblo no se hiciera en Quiriat-yearim. Probablemente la situacién politica lo desaconsejaba. Nétese, una vez mas, con qué lentitud procede Dios. Ya habian pasado veinte afios desde que el arca habia vuelto a Israel. Dios pretendia la sincera conversién de su pueblo, pero ésta no se pro- dujo sino muy lentamente. Aun un santo auténtico como Samuel, no logra transformar en poco tiempo a las almas, pero no se des- anima. Sin duda Samuel, con sus ensefianzas, iba preparando paso a paso la conversi6n y por fin, al cabo de veinte afios, las cosas estan maduras y el pueblo esta dispuesto a renunciar a los baales y as- tartés. El pueblo obedece. Una vez asegurada la fidelidad de Israel a Yahvé ya puede pen- sarse en la victoria sobre los enemigos. Nétese que los enemigos que vienen de fuera, solamente pueden ser vencidos con plena efi- cacia cuando interiormente el alma se ha entregado de veras a Dios. Toda crisis en el pueblo de Dios, en la Iglesia, sdlo sera superada con un auténtico movimiento de santidad. 1 Samuel 7, 7-14: Eficacia de la oracién de Samuel. Dios le escucha y acepta el holocausto que le ofrece a causa de su gran fidelidad a Yahvé. Son siempre los santos quienes, en tltimo término, obtienen las bendi- ciones divinas para los demas. Notese la intervencién especial de Yahvé en la batalla, proba- 223 blemente por medio de una tempestad, truenos y relampagos. Is- rael obtiene una gran victoria. Aunque los versiculos 13-14 parecen afirmar que los filisteos no volvieron a molestar a Israel durante la vida de Samuel, hay que ver en esto una expresi6n hiperbdlica, ya que se habla nuevamente de la opresién de los filisteos en 9, 16 y se sefialan tres invasiones en los capitulos 13, 5; 17, 1 y 23, 27. Por tanto, la victoria obtenida en esta ocasi6n tenia sus limitaciones respecto del lugar y del tiem- po. Pero puede muy bien creerse que Samuel, varén de Dios, ins- piraba un gran terror a los filisteos y, recordando sus experiencias con el arca, solamente en contadas ocasiones molestaban a los is- raelitas y en general respetaban la integridad de su territorio. Samuel con su auténtica y vivida consagracién a Dios, logra lo que no lo- gr6 Sans6n, que solamente siguié sus caprichos. También los amorreos, antiguos habitantes de Canaan y que ha- bian sido enemigos terribles del pueblo de Dios, en tiempos de Samuel tenfan paz con los israelitas, sin duda por la influencia de la fuerte personalidad de Samuel. I Samuel 7, 15-17: La residencia habitual de Samuel era Rama, donde habia naci- do. Alli construy6 un altar. Profundamente religioso, Samuel im- prime a su gobierno un cardcter netamente teocratico. Aun no se habia centralizado el culto en Jerusalén. También recorria todo el territorio para administrar justicia y formar al pueblo segiin la ley de Dios. El gobierno de Samuel abarca unos quince afios relativa- mente felices. Israel, una vez mas, se hallaba gobernado por un santo, un amigo de Dios, sostenido por su oracién y colmado de bendiciones a causa de él. Por medio y a través de Samuel, Yahvé mismo gobernaba a su pueblo, como resulta claramente del capi- tulo 8, 7. 224 UN FRACASADO EN LA VIDA, SAUL I. EL ELEGIDO I Samuel 8, 1-10 y 19-22: Los hijos de Samuel no son como su padre. Sin embargo, Yahvé no castiga a Samuel a causa de ellos, sin duda porque no habia sido débil como Eli en Ja educacién de sus hijos. No se puede suponer en Samuel tal debilidad, ya que no vacila en echar en cara al mis- mo rey, como veremos, sus infidelidades. Ademis los hijos de Samuel, Joel (Yahvé es Dios) y Abiyd (mi padre es Yahvé), aunque malos, no profanan, a lo que parece, el culto a Yahvé. Notese que la peticién de los ancianos abarca tres cosas: 1) Consideran que la edad avanzada de Samuel exige que se tome una determinacién acerca del gobierno del pueblo. 2) No se puede pensar en sus hijos, ya que éstos son indignos. 3) Por tanto piden un rey que sea el jefe politico y militar del pueblo. Pero en el fondo de esta peticidn latia la conviccién de que las derrotas sufridas por Israel se debian a la falta de un rey y no a sus infidelidades para con Yahvé, a su idolatria, etc. Esto es muy hu- mano, tendemos a apoyarnos ante todo en lo visible y palpable. Cuesta verlo todo a la luz de la fe, sobre todo cuando la fe nos dice algo totalmente opuesto a lo que se ve. Por lo visto tenian mds confianza en un rey, en un jefe visible, que en Yahvé. De este modo, realmente su peticién iba contra Yahvé mismo, aunque entraba en el plan de Dios la monarquia. Israel ha de ser ante todo un pueblo teocratico. La monarquia no se opone a la teocracia, pero en tal caso, para que Yahvé sea en realidad el rey de Israel, el rey visible, humano, ha de proceder en todo segtin 225 Dios y someterse en todo a Yahvé. El pueblo, al pedir un rey, que- ria ser simplemente igual a los demas pueblos, con lo cual, practi- camente rechazaba la autoridad de Dios, aunque no caian en la cuenta. Notese la insensatez del pueblo al querer ser como los demas sin tener en cuenta a Yahvé. En la historia de las almas es frecuen- te este mismo anhelo; también nosotros instintivamente queremos ser iguales a los demés, hacer lo que hace todo el mundo... y nos olvidamos de lo que Dios quiere de nosotros precisamente. Si Dios nos Hama a una vida més Ilena de El gpor qué queremos nivelarnos con Jos que no tienen este Ilamamiento? Los valores humanos no deben exaltarse a costa de valores superiores. Yahvé mismo dice a Samuel que el pueblo no le ha desecha- do a él, sino a Yahvé. Sin embargo, el profeta ha de condescender con la peticidn del pueblo, conforme le ira indicando con su Pro- videncia. 1 Samuel 9, 1-10: Notese cémo la Providencia divina suele valerse hasta de los detalles mas insignificantes para realizar sus designios: en este caso de unas asnas que se habian perdido. La familia de Satil es de Guiba de Benjamin. Guibé significa «collados». El padre de Satil es Quis (significa regalo) y era un hom- bre rico (hayil: «rico» y también «valiente»). Satil significa «pedi- do» (a Dios). Los asnos se usaban para viajes, para transportar cargas y para trabajos del campo. La posesién de un buen ntimero de asnos era sefial de bienestar y riqueza. Se comprende, pues, que Quis quisie- ra recobrar sus asnas. Satil y su criado las buscan «por la montafia de Efraim», evi- dentemente no toda la regién, habria sido imposible recorrerla en tres dias, sino por algunos lugares mas pr6ximos a Guiba. Al llegar a la regién de «Suf», alrededor de Rama, patria de Samuel, providencialmente el criado se acuerda del profeta y su- giere a Saul ir a consultarle. El problema esta en que Satil no tiene qué ofrecer al hombre de Dios. La Escritura dice que el hombre no debe presentarse vacio ante Yahvé (Deuteronomio 16, 16). Un re- galo ofrecido a un hombre de Dios es un acto de reconocimiento 226 de Yahvé mismo. Afortunadamente el criado tenia todavia un cuarto de siclo de plata (unos tres gramos de plata). En las circunstancias en que se encontraban podian sin avergonzarse ofrecer este mo- desto obsequio a Samuel. I Samuel 9, 11-24: Es costumbre que por la majfiana y por la tarde las jévenes ba- jen al pozo para traer agua, Ilevando sus cantaros sobre la cabeza o al hombro. Rama (Rentis de hoy) no tiene fuente y hoy todavia se trae el agua de un pozo que recoge las aguas de las Iluvias. Nétese la explicacin que da el hagidgrafo respecto de la pala- bra vidente (rd’eh). No se trata de que el titulo de «profeta» (nabi*) sea un titulo nuevo, pues ya se us6 en tiempos muy antiguos ha- blando de Abraham (Génesis 20, 7), de Moisés (Deuteronomio 1, 15) y de profetas en general (Deuteronomio 18, 15-18); pero mien- tras el nombre de profeta sigue usandose, el de «vidente» se em- plea casi tinicamente hablando de Samuel. El sacrificio de que hablan las jévenes parece ser un sacrificio de toda la aldea, aunque no se indica por qué se ofrece. Samuel estard presente, pues tendra que «bendecirlo» (probablemente in- molarlo). Seguiré al sacrificio el banquete ritual del cual participa- ran las personas principales del pueblo. Satil y su criado encuentran a Samuel en la puerta de Ia ciu- dad. Desde muy antiguo la puerta formaba parte de las fortifi- caciones, como lo demuestran las excavaciones; era una construc- cién rectangular de considerables dimensiones, con techo, con murallas reforzadas, que ofrecfa un pasaje estrecho. Especialmen- te en medio de la puerta habja poca luz, lo cual hace dificil reco- nocer a otra persona y a veces facilitaba el cometer delitos (com- parese II Samuel 3, 27). Notese que Samuel, el varén de Dios, habfa sabido por Dios mis- mo que acudiria a é[ el futuro rey de Israel (versiculo 16: 1a pala- bra traducida por principe es aqui «naguid», del verbo nagad = ser eminente). En consecuencia, Samuel sienta a Saul en el sitio de honor durante el banquete sin que el elegido de Dios sospechara el significado de todo esto. Nétese cémo de todos estos detalles se desprende claramente que Satil es real y verdaderamente cl elegi- do de Yahvé, tiene auténtica «vocacién» y ciertamente podra con- 227 tar con gracias sobreabundantes para cumplir su misién. Todo esta en que permanezca fiel a Yahvé. Y la fidelidad a la vocacién cae de Ileno bajo la obediencia de la fe. I Samuel 9, 25-27 y 10, 1-8: Satil es huésped de Samuel durante esa noche, y por la majiana Samuel le despide acompajiandole un trecho y procurando quedarse unos momentos a solas con él. El dleo se usaba ya desde tiempos antiguos para ungir a perso- nas y objetos a fin de consagrarlos a Dios (recuérdese que ya Jacob consagr6 a Yahvé la piedra sobre la cual habia descansado su ca- beza en Betel: Génesis 28, 18). En este caso de Sail (y de los reyes de Israel en general), la uncién consagraba al rey al servicio de Dios y era una prenda de especiales gracias y ayudas divinas, al mismo tiempo que hacfa del rey una persona sagrada e inviolable. David tendrd esto muy presente al abstenerse de atentar contra Ja vida de Saul. Probablemente, como opina Ricciotti, en el pensamiento de Samuel aquella eleccién no era definitiva, sino que era una elec- cién de prueba; el destino del elegido era principalmente, en este caso, el de ser jefe en la lucha contra los filisteos, bajo la alta judi- catura de Samuel. Superada esta prueba, vendria la eleccién pibli- ca y definitiva. Samuel declara a Satil que recibird tres sefiales, que le han de garantizar su eleccién y al mismo tiempo hacerle comprender que a esta eleccién, cierta de parte de Dios, él debe corresponder ple- namente. En cuanto a «la encina de Débora», se conjetura que seria la misma bajo la cual fue enterrada Débora, la nodriza de Rebeca (Génesis 35, 8). Cerca de alli se hallaba también la palmera bajo la cual la profetisa Débora se sentaba a juzgar (Jueces 4, 5). La tercera sefial consiste en el encuentro de Satil con un grupo de profetas en estado de exaltacidn’, sera contagiado por este es- tado y Dios se valdrd de este medio para transformar a Sail en otro 5 Se trata de los «Bené hannei’in», los «hijos de los profetas», que apare- cen por primera vez en I Samuel 10, 5 y 10. Son asociaciones: aparecen en Rama (I Samuel 19, 18), en Betel (II Reyes 2, 3) en tiempos de Elias y Eliseo; tam- bién en Jericé (II Reyes 2, 5) y en Guirgal (II Reyes 4, 38) como residencias de 228 hombre, es decir, comunicarle todas las cualidades necesarias para la misi6n que le confia. (Para describir el estado de exaltaci6n el verbo usado en hebreo es «hitnabbé» y significa «portarse como profeta»). Por ultimo, nétese la orden dada por Samuel: Saiil debe espe- tarle pacientemente en Guirgal durante siete dias; al cabo de este tiempo bajara Samuel a ofrecer sacrificios e indicar a Satil lo que debe hacer. El cumplimiento o no de esta orden que Dios da a Satil a través de su profeta, sera decisivo para toda la vida de Satil. So- lamente la perfecta obediencia a Yahvé puede asegurar el éxito y lasalvaci6n. Una vez mas los dones de Dios deben ser conquistados. T Samuel 10, 9-16: El cumplimiento de las sefiales, como medio escogido por Dios, transforman a Satil de campesino en rey y libertador de Israel. «Dios transform6 su corazén en otro»; del corazén, segin la Biblia, pro- ceden los pensamientos y los actos de la voluntad, y de esta mane- ra, intelectual y moralmente, Saul Ilega a estar a la altura de la misién que Yahvé le confia. tales asociaciones. La expresiOn «hijos de los profetas» significa que son miem- bros de tales asociaciones. Las caracteristicas de las mismas son: a) Llevaban vida comin: comian en una misma mesa (II Reyes 4, 38 y ss); estaban sujetos a las érdenes de los jefes que llamaban «sefiores» (II Reyes 2, 3 y 6, 5); servian a estos jefes aun en los servicios mas bajos (II Reyes 3, 15); podian casarse (II Reyes 4, 1). No hay por qué suponer en ellos una vida ascé- tica. «Profetisa» puede significar tanto el don mismo de profecfa concedido a una mujer (Débora, Hulda etc.) como ser esposa de un profeta (Isafas 8, 3). b) Tenfan sus excentricidades. Su actividad profética era un género de cul- to péblico en un lugar alto o santuario, al cual subfan con trompetas y cantos de cardcter religioso. (Comparese I Crénicas 25, 3) Danzaban y se exaltaban. Esta exaltacidn se transmitfa a veces a los espectadores. Se quitaban (en ese estado) los vestidos (exteriores) y saltaban hasta caer al suelo privados del sen- tido (Comparese I Samuel 19: 18-24). Lo positivo de estas asociaciones era que preservaron al pueblo de ir a las danzas de los profetas paganos, como Jos de Baal (compérese I Reyes 18, 26); pero no les corresponde la parte decisiva de! profetismo en Israel. El tinico pro- feta que surgié entre ellos fue Eliseo. Y mas tarde los grandes profetas procu- raron rechazar siempre toda conexién con tales asociaciones. Compérese: Am6s 7, 14; Jeremias 26, 7-9 y 23, 9-11 ete. 229 En cuanto a la pregunta (vers. 12): «Y¥ ¢ quién es el padre de ellos (los profetas)?» La respuesta es que no tienen padre como tales profetas, ya que el don profético no se transmite de padres a hijos, sino que Dios lo da a quien quiere y cuando quiere. Notese la curiosidad del tio de Satil, probablemente Ner, padre de Abner. Quiere saber qué ha dicho Samuel a su sobrino. Pero Saul da muestras de mucha discrecién y prudencia y sabe guardar los secretos de Dios. Por eso, nada dice de Ia uncién ni del futuro rei- nado. I Samuel 10, 17-27: Llega el momento de la eleccién publica, cuyo resultado sabe Samuel de antemano. Una vez mas éste recuerda al pueblo su in- gratitud para con Yahvé, antes de proceder a echar las suertes. &Cémo procedieron? Probablemente mediante las piedras urim y tummim, de las cuales una significaba «si» y la otra «no». Samuel publica una vez més el derecho real. La primera vez ya Jo habia anunciado al pueblo en el capitulo 8, 10-18. No se nos dice. si el libro se guardé en Nispd o se llevé a Quiriatyearim donde estaba el arca. Nétese que en todo este episodio Saul da muestras de humil- dad y modestia; no se impone, deja obrar a Dios, se mantiene oculto. Asimismo da muestras de mansedumbre al no demostrar disgusto por el desprecio de que es objeto de parte de algunos. Ciertamente, si hubiera seguido asi, habria Ilegado a ser uno de los reyes grandes y santos de Israel. Es muy posible que en estos primeros momentos, las gracias actuales que Dios le iba otorgan- do fueran acompaifiadas de cierto consuelo espiritual sensible para facilitarle la practica de la virtud (la «luna de miel» de la oracién), y que posteriormente, en el momento de la prueba, al faltarle el consuelo sensible, se desconcertara... como nos sucede tantas ve- ces a nosotros. I Samuel 11, 1-11: La misién de Saul es librar al pueblo de sus enemigos. Aqui se trata de una primera victoria sobre los ammonitas. Parece lo mas probable que existia una amenaza de ellos antes de la eleccion de Sauil y que este ataque tuvo lugar muy poco después. Satil, aunque 230 elegido rey, atin no tenia ideas claras respecto de su dignidad; de ahi que lo veamos todavia metido en las faenas del campo. Notese que el Najas (serpiente) de que se trata aqui, no puede identificarse con el Najds que traté con bondad a David, segtin II Samuel 10, 2; serfa tal vez su padre o su abuelo. Si éste quiere sa- car a todos el ojo derecho, era, segtin Flavio Josefo, con la inten- cin de inutilizarlos para la guerra, ya que habfa que sostener el escudo con la mano izquierda, con lo que se impedia ver con el ojo izquierdo, y si no vefan con el derecho, no era posible valerse del escudo ni, por tanto, ira Ja guerra. Notese que el espiritu de Yahvé se apodera de Sail, es decir, Dios le da una fuerza extraordinaria para luchar contra el enemi- go. Sail con la accién simbélica de destrozar los bueyes, quiso causar, y caus6, en el pueblo una impresién mucho mayor que si solamente hubiese empleado palabras. Asi logré la cooperacién de todos. La expresi6n «al dia siguiente» se refiere a la puesta del sol del mismo dia, puesto que para tos israelitas comenzaba el dia al ponerse el sol. El ejército de Satil atravesé de noche el Jordan y lleg6 a Yabés de Galaad «a Ja vigilia matutina», es decir, entre las dos y las seis de la mafiana. De esta manera Sail libra a Yabés de Galaad del enemigo. Sus habitantes recordardn largo tiempo a Sauil con gratitud; afios después rescataran los cuerpos de Satl y Jonatan del campo de batalla para darles honrosa sepultura (I Sa- muel 31, 11-14). I Samuel 11, 12-15: Esta victoria consigui6 la simpatia de todos por Satil y su reco- nocimiento como rey. Légicamente hubo quienes se acordaron de los que habjan despreciado al rey y se imaginaron que habia llega- do el momento de vengar la autoridad real. Pero Saul, magnani- mo, sabe perdonar. La victoria es de Dios y él no puede abusar de este don de Dios vengandose de unos enemigos personales. En estos versiculos tenemos un tercer estadio de la realeza de Sauil: su solemne proclamacién como rey. Hasta ahora, todo va bien, porque va segtin Dios. Pero nunca en esta vida podemos decir que hemos Ilegado a un estadio definitivo por el cual no haya que se- guir luchando para conservarlo y no correr peligro de perder el bien 231 que nos ha concedido Dios. Por eso es preciso vigilar siempre, para retener lo que tenemos (comparese: Apocalipsis 3, 11). Atin no esta consolidado el reinado de Sauil, esto dependerd de una prueba que ha que superar. I Samuel 12, 1-25: Samuel se retira de la vida publica. Notese, en los versiculos 1- 5, Ia acrisolada honradez y virtud de Samuel que en todo ha proce- dido con entera rectitud. Siempre de cara a Dios. En los versiculos 6-13, Samuel recapitula la historia de Israel y recalca Ja ingratitud del pueblo para con Yahvé que, sin embargo, siempre le ha colmado de beneficios. Samuel podia muy bien ha- blar de sf mismo (vers. 11) ya que tenia plena conciencia de que Dios se habia valido de él como instrumento para libertar al pue- blo de los filisteos (comparese: I Samuel 7, 1-11), aunque también es posible (y quizas mas probable), que un tltimo redactor afiadie- rael nombre de Samuel como el tiltimo y mas grande de los jueces. Respecto de los versiculos 16-18, téngase en cuenta que en Pa- lestina hay la estacin seca, con falta absoluta de Iluvia, desde prin- cipios de mayo hasta principios de octubre, y la lluviosa que abar- ca los meses restantes. Naturalmente pueden darse excepciones; pero Iluvia en la siega del trigo, entre mayo y junio, es algo del todo excepcional. Por eso la tempestad con Iluvia y truenos implo- rada y obtenida por Samuel, era como una sefial evidente para el pueblo de que habia dicho la verdad. N6tese que el pueblo habia hablado de Yahvé como el Dios de Samuel (vers. 19) y éste les recuerda que Yahvé es Dios de todo su pueblo (vers. 22). La obligacién del pueblo es servirle de verdad, «en verdad», 0 sea con fidelidad, con sinceridad de coraz6n, con auténtico amor y temor (= reverencia). Pero les advierte: «si se- guis haciendo el mal, pereceréis». Esto se aplica lo mismo al pue- blo que al rey. Es una verdad que siempre han de tener presente, sin olvidarla jamds. Estas palabras de Samuel tenfan que hacer impacto en Sail, eran una gracia mas que le preparaba para los momentos dificiles. 232 Il. DESLIZANDOSE POR LA PENDIENTE El primer paso en falso: I Samuel 13, 5-14: Sail flaquea en la fe y comete una primera desobediencia a Dios. Obra bajo la impaciencia y el nerviosismo, hasta cierto punto com- prensible en tales circunstancias, pero en el fondo de todo esto hay falta de fe. Una fe auténtica debe ser conquistada en medio de la prueba. Se olvida Satil que jamds podemos alcanzar el auxilio de Dios desobedeciéndole, que jams hay motivos, sean cuales fueren, para desobedecer a Dios. Hay correlacién entre fe y obediencia. También la obediencia debe ser conquistada y no se conquista sino superando pruebas. Al ofrecer Satil mismo el sacrificio, en vez de aguardar a Samuel, pas6 por encima de una orden formal de Yahvé. Por eso le dice Samuel que ha obrado neciamente (vers. 13). Con el hecho de ofre- cer el sacrificio, Saul, si no de palabra, al menos con la accién, declaré que é1 mismo podia empezar la guerra en e] momento que a él le pareciera bien y no en el momento escogido por Dios. Cre- y6 poder prescindir de la perfecta sumisién a Yahvé. De este paso en falso deriva toda la tragedia de la vida de Sadl. Se imagina tener motivos para desobedecer, y nunca los hay. Nétese que si Sail hubiera superado la prueba, Dios habria con- solidado su reino para siempre (vers. 13). Pero ahora, Yahvé ha bus- cado a otro hombre, conforme a su corazén, para hacerle rey de Israel. Este nuevo rey sera segtin el corazén de Dios, por cuanto siempre y en todo tratar4 de obrar de acuerdo con los deseos de Yahvé, y al cometer una falta, hard sincera penitencia. Nétese también que Sail no da la menor sefial de arrepentimien- to. Probablemente las palabras de Samuel le irritaron, le amargaron y crearon en su alma una predisposicin a la suspicacia, al rencor, al odio contra el futuro elegido. Comienza aqui el desquiciamiento psiquico. De mal en peor: I Samuel 14, 24-35: En los versiculos 1-23 del mismo capitulo se nos narra la haza- fia de Jonatan contra los filisteos. Tal hazafia ciertamente le hacia acreedor a la gratitud del pueblo y de su padre el rey. Pero Saul, 233 que con su pecado anterior del cual no se habfa arrepentido, hizo que las gracias actuales que Dios le concedia, fuesen disminuyen- do, ya comenzé a abandonarse a sus defectos; se hace mas y mas esclavo del pecado (S. Juan 8, 34). El versiculo 24 nos habla del juramento temerario que hizo el rey. Semejante voto era sumamente imprudente: en primer lugar, era del todo contrario a la caridad; pero ademas Ileg6 a ser ocasién de pecado para el pueblo induciéndole a comer carne mezclada con sangre, contra la prohibicién formal de Levitico 17, 10-14 y Deu- teronomio 12, 15-16 y 23. Saiil se va fabricando una religién a su manera: construye un altar aYahvé, pero no da muestras de querer cumplir en todo la vo- luntad de Dios. Hay en todos los tiempos muchos imitadores de Satil en este aspecto. I Samuel 14, 36-46: En este caso, el echar suertes es una simple ocurrencia de Sati, no se hace por haberlo pedido Dios, ni con la sincera disposicién de hacer la voluntad divina. Dios calla (vers. 38) y calla precisa- mente por no agradarle la conducta de Saul. ;Para qué iba a hablar Dios a quien no estaba sinceramente dispuesto a obedecerle? Pero Dios inspira al pueblo salvar la vida de Jonatan. Tenemos aqui en Satil una personificacién de aquellos que se forjan una piedad a su capricho: dura, fandtica, contraria a la ca- ridad. Notese que estas faltas de Saul se producen después de su pri- mera desobediencia a Dios. Antes, Saul aparece como un hombre sensato, equilibrado. Pero el pecado, no combatido, va arrancando al alma mas y mas de su verdadero centro de gravedad, que es Dios, y la va predisponiendo progresivamente al desequilibrio. Sadl ha dejado de obrar sobrenaturalmente y, por lo mismo, su conducta se vuelve caprichosa y humana en el peor sentido de la palabra. I Samuel 15, 1-9: Hay quienes ven en este capitulo una tradicién distinta de la del capitulo 13: la prueba de obediencia impuesta a Satil no alude a otra prueba anterior, y ni Dios ni Samuel mencionan la desobe- diencia anterior. Sin embargo, ambas narraciones més bien se 234 completan. Dios da a Satil una nueva oportunidad para vivir en obediencia a Dios y reparar la desobediencia anterior y una vez mis, fala. La orden de exterminio dada contra Amalec es ciertamente muy dura; pero los versiculos 18 y 33 parecen indicar una corrupcién de costumbres muy grande. Hay que dar a los amalequitas al «hé- Tem», que es una especie de pena capital de cardcter religioso que se usa para castigar crimenes enormes, como por ejemplo la idola- tria, la sodomfa (comparese: Jueces 21,11). Es una pena que se aplica lo mismo a paganos que a israelitas (Deuteronomio 13, 12- 17), a pueblos 0 a individuos, alos verdaderamente culpables como a sus familias, a los hombres y a lo que poseen. Y Satil hace de nuevo lo que se le antoja y deja al pueblo hacer otro tanto. I Samuel 15, 10-21: EI Karmel de que aqui se trata se halla a unos 15 km. de Hebr6n, si se identifica, como parece lo mas probable, con el actual el- Kirmil. El monumento que levanté Satil en recuerdo de la victoria obtenida, era probablemente una estela, aunque segtin San Jeréni- mo erigié un arco de triunfo. La manera cémo saluda a Samuel indica que Saul se imaginaba haber procedido bien. Va perdiendo sensibilidad para comprender la voluntad de Dios y autosuges- tionandose para tranquilizar su conciencia. Tal autosugestion es “muy frecuente. Ademis se disculpa echando la culpa al pueblo y procura hacer aparecer su desobediencia como una perfecta obediencia. {No es ésta también la historia de muchas almas que siempre encuentran disculpas y tienen como una capa impermeable a través de la cual no penetra ninguna advertencia? I Samuel 15, 22-31: Samuel condena abiertamente Ia actitud de Satil. No condena el culto sacrificial, sino la creencia de que el fin justifica los me- dios. Satil quiso ofrecer sacrificios a Yahvé violando una orden divina. Ademds era muy dudoso que realmente el pueblo hubiera querido ante todo ofrecer un sacrificio a Yahvé, sino que mas bien queria enriquecerse, aprovechandose de los bienes del enemigo. Si 235 se quiere servir a Dios y rendirle culto, ha de hacerse como Fl quiere, no violando su voluntad. De las palabras de Samuel se desprende claramente que el sa- crificio no tiene valor alguno sin la obediencia, ya que el sacrifi- cio, y en especial el holocausto, debe ser la manifestacién externa de la sumisién plena del hombre a Dios. EI sebo se consideraba la parte mas exquisita y por lo mismo se reservaba a Dios, pero mucho mas que ese bocado exquisito vale ante Dios la renuncia al propio juicio para aceptar totalmente la voluntad divina. Desobedecer es como un pecado de adivinacién, por cuanto el adivino busca como someter y dominar las fuerzas sobrenaturales para su propio interés y provecho. La ley prohibfa severamente la adivinacién (Exodo 22, 18; Levitico 20, 27; Deu- teronomio 18, 9-13). Sauil, al desobedecer a Yahvé con espiritu de rebeldia, en el fondo Ilegé a asemejarse a los adivinos. N6tese que Satil tampoco se arrepiente verdaderamente esta vez, tan sélo quiere guardar las apariencias; quiere aparecer ante el pueblo como apoyado por Samuel y nada mas. Pero Samuel, como profeta de Yahvé, no puede continuar sus relaciones amistosas con Satil que se ha vuelto contra Yahvé; condesciende de cara al pue- blo, para evitar el escandalo, pero la ruptura de Samuel con Sail es un hecho consumado, consecuencia légica de la ruptura de Saul con Yahvé. I Samuel 15, 35: Samuel no vuelve a ver a Saul. Es cierto que un dia coincidirén en Nayot (19, 23-24), pero no se trata ya de una entrevista. En aque- lla ocasi6n ni siquiera se hablan. Notese que Samuel en el fondo ama a Saiil, se lamenta por él, es decir, ora por él... pero esta oracién no surte efecto, porque Dios respeta la libre voluntad del hombre y Satil se va obstinando mas y mas. También Ia oraci6n de un santo puede ser ineficaz por las malas disposiciones de la persona por la que ora. I Samuel 16, 14-23: Notese que al retirarse de Satil el espiritu de Yahvé, se apodera de él un mal espiritu. Se dice que este espiritu es enviado porYahvé, ya que en la Biblia se atribuye frecuentemente a Dios mismo lo 236 que se debe a causas segundas. Cuando un alma peca, pierde la gracia y amistad con Dios, de hecho la atormenta el mal espiritu; cae bajo la influencia del diablo (comparese J S. Juan 3, 8). Satil se va descentrando mas y mas... {En qué consistia este mal espiritu que atormentaba a Saul? Como se ve por lo que sigue, en una sensibilidad, mas que esto, susceptibilidad extrema, mal humor, tristeza y creciente mania persecutoria. N6tese que para combatir este mal espiritu, no se les ocurre a Sail ni a sus servidores, acudir a la oraci6n, al ayuno u otro medio sobrenatural, sino simplemente a un medio humano, como la mé- sica, medio sin duda bueno en si, pero ineficaz para remediar un mal de origen sobrenatural, como la enemistad con Dios, sin em- plear al mismo tiempo y ante todo, medios sobrenaturales. Téngase en cuenta también que el espfritu de Yahvé se retira de Saul por hallarse éste obstinado en el pecado (comparese: Sabidu- ria 1, 4-5). El remedio hallado para su tristeza, la mtsica, aunque al principio le produce cierto alivio, resulta a la larga ineficaz. Ningiin medio natural basta para eliminar un mal de origen sobre- natural. Notese en I Samuel 18, 7-11; (19, 1 y 8-10; 23, 25-27; 26, 1-2), el afan creciente de Sati] por matar a David. Se va obstinando mas y mas. No aprovecha las ocasiones que Dios le da para hacer mar- cha atrds (le ilumina acerca de la inocencia de David, 24, 1-23; 26, 7-25). De esta manera se va preparando la catdstrofe final®. I. EL TRAGICO DESENLACE I Samuel 28, 3-11: Satil en otros tiempos habia hecho desaparecer a los adivinos, de acuerdo con lo que mandaba la ley (Levitico 19, 31; 20, 27; Deuteronomio 18, 11). Sabfa perfectamente que el acudir a una pitonisa era un pecado grave, terminantemente prohibido porYahvé. Pero ya nada le importa. © No nos detenemos aqui en lo que se refiere propiamente a a historia de David, ya que ésta la analizaremos en otra leccién. 237 Nétese el miedo de Saiil ante los filisteos. Ya no se siente asis- tido ni protegido por Yahvé. Quiere consultar a Dios y Dios no le responde. Cuando un alma repetidas veces desoye la voz de Dios, Dios acaba por envolverse en el silencio. El texto dice que no le contest6 ni por suefios (proféticos), ni por profetas, ni por «oracu- los», es decir, los urim y tummim, que el sacerdote Abiatar habfa llevado consigo al refugiarse al lado de David. Saul se ve y se siente abandonado por Dios y en su desesperacién decide ir a consultar a la pitonisa. I Samuel 28, 12-19: Del texto se desprende que Samuel aparecié antes que la mujer pudiera emplear sus conjuros. De ahi Ia turbacién de la pitonisa. Hay que admitir la realidad de la aparicién, como se desprende igualmente de Eclesidstico 56, 20 y I Crénicas 10, 13. Solamente asf se pueden explicar los gritos de sorpresa de la mujer. Ademas Ja aparici6n revela cosas proféticas que la mujer no podfa saber. Hay quienes quieren atribuir la aparici6n al demonio, pero en estos pocos versiculos se usa hasta siete veces el nombre de Yahvé, que bien podia emplear Samuel, fiel profeta del Sefior, pero no el demonio. Segiin los versiculos 13-14, al menos en el primer momento Satil no ve a Samuel, pero la manifestacién de respeto de Saul y la con- versaci6n subsiguiente hacen suponer que Samuel se hizo ver por Satil después. La mujer, para describir lo que ve, dice que ve a «elohim» su- bir de la tierra; se puede traducir por «dioses» 0 por «un dios». La mujer habla asi para designar una aparici6n completamente sobre- natural de un ser sobrehumano. N6tese que, aunque Samuel se aparece enviado por Dios, re- procha a Satil haber perturbado su reposo en el sheol. Satil alega su desamparo, pero cuando Dios abandona a una persona, nadie puede ya ayudarle. Satil ya no tiene remedio, porque Dios mismo esta en contra de él. Samuel echa en cara a Satil su desobediencia. Es por esta des- obediencia por la que Satil pierde su reino, sera derrotado y sufriré la muerte, él y sus hijos. Samuel predice a Sail: «Majfiana (es decir a muy corto plazo) 238 ti y tus hijos estaréis conmigo». Este «estar con Samuel» significa simplemente hallarse en el lugar de los muertos, no, por cierto, ha- Ilarse en el mismo estado. Nétese que Satil cae al suelo bajo la impresién de las palabras de Samuel; es como la manifestacion externa de su derrumbamiento moral (vers. 30). Dios le ofrece la oportunidad de entrar dentro de si y arrepentirse, pero Saul tampoco ahora da sefiales de arrepenti- miento. I Samuel 31, 1-6: En 1 Crénicas 10, 13-14 se indica que la muerte de Satil fue en castigo de su infidelidad a Yahvé y por haber ido a consultar a la pitonisa. Pero Satil muere pecando, ya que se suicida. Un pecado resulta asi como castigo y consecuencia de otros pecados. La des- obediencia destruye, no forma la personalidad. Satil se suicida, porque teme las burlas de los filisteos al caer vivo en sus manos. Habia pedido a su escudero que lo matara, pero, en vista de que €ste no quiere atentar contra la vida del ungido de Yahvé, se arroja sobre su propia espada y muere. Notese que, tanto en su vida como en su muerte, Sail fue la causa de su propia ruina. Su escudero le imita. El suicidio de Satil es causa del suicidio de su escudero. En Saul un pecado es consecuencia del otro hasta el completo fracaso moral. Se va haciendo cada vez més esclavo del pecado, con lo cual su vida no puede menos de acabar lejos de Dios. Y la causa de todo este fracaso fue la desobediencia a Dios, de la cual no se arrepintis. 239 UNA AMISTAD SEGUN DIOS, DAVID Y JONATAN I. LAAMISTAD SEGUN LA SAGRADA ESCRITURA Eclesidstico 6, 6-17: «Sean muchos los que estén en paz contigo” mas para consejero, uno entre mil. Si te echas un amigo, échatelo probado, y no tengas prisa en confiarte a él. Porque hay amigo que lo es de ocasién, y no persevera en el dia de tu angustia. Hay amigo que se vuelve enemigo, y descubrird la disputa que te ocasiona oprobio. Hay amigo que comparte tu mesa, y no persevera en el dia de tu angustia. Cuando te vaya bien, serd como otro tu, yen tu desgracia se aleja de ti. Si estas humillado, estaré contra ti, y se hurtard de tu presencia. De tus enemigos apdrtate, y de tus amigos no te fies» El amigo fiel es seguro refugio, el que le encuentra, ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio, no hay peso que mida su valor. 7 En hebreo: «los hombres de tu saludo» 241 El amigo fiel es remedio de vida, los que temen al Sefior, le encuentran. El que teme al Seftor, endereza su amistad, pues como es él, serd su compaiero. N6tese que hay verdadera y falsa amistad: hay amigos que lo son de ocasién, que comparten los momentos buenos y agradables y nada mas. Amigos que, en el fondo, solamente buscan su propio provecho, y tal no es la verdadera amistad. Lo que suele Ilamarse «amistad», por lo general, no es lo que aqui describe la escritura. Un simple «compaiierismo» no es amistad. La amistad es un don permanente de sf mismo entre dos. Las caracteristicas del verdadero amigo son ante todo la inva- riable fidelidad, el poder contar con él en cualquier momento, el saber que no se alejara de nosotros en el momento de la tribula- cién, sino que hard por nosotros cuanto esté realmente a su alcan- ce. Véase lo que dice Proverbios 17, 17 «En todo tiempo ama el amigo». Y amar es darse a si mismo y con mayor razon, dar lo suyo. Y esto sin cansarse, pues no se trata de dar o de darse una, dos, 0 tres veces, sino siempre. El texto de Eclesidstico 6, nos dice que al amigo hay que po- nerle a prueba, es decir, antes de fiarnos de él, hemos de tener la seguridad moral de no quedar defraudados. Por eso ha de ser nues- tro amigo uno entre mil (vers. 6-7). NGtese que una verdadera amistad ha de tener a Dios por fun- damento (vers. 16-17). Dios es, en lenguaje biblico, el fiel, el ve- raz, su amor es inmutable. Por tanto solamente en cuanto penetra en el alma el amor de Dios, solamente en cuanto el alma se va divinizando, llega a ser capaz de esta fidelidad invariable que exi- ge la verdadera amistad. Esta es para los que temen (sirven en ver- dad) al Sefior. Tal amigo fiel sabe ser también buen consejero (Proverbios 27, 9... el amigo [alegra] con el cordial consejo). Por la misma razon, no hay que dejar al amigo, ni al amigo del padre (Proverbios 27,10), porque el auténtico amigo, en muchas ocasiones, sera mds que un hermano (Proverbios 18, 24). No6tese que para que pueda existir verdadera amistad, que es la forma mas perfecta del amor, debe haber por ambas partes don de 242 si mismo, al mismo tiempo que delicadeza, prudencia, discrecién, respeto de la manera de ser propia del amigo, asi como sinceridad (nada de evasivas y tapujos). No solamente la infidelidad, sino la falta de ese respeto y delicadeza, pueden acabar con la amistad. Solamente estamos dispuestos a manifestar lo mas intimo, cuando estamos seguros de que se respetard nuestra personalidad, de que el otro no tratara de penetrar por su cuenta en nuestro santuario interior. Podra reprendernos, manifestar su desacuerdo, pero debe saber mantenerse siempre respetuosamente a la espera de que le abramos nuestro interior. Eclesidstico 27, 17-21 (24 en algunas Biblias): Lo propio de una amistad fntima es el confiar al amigo los secre- tos, con la seguridad de que quedaran bien guardados. Este «confiar- se» es una necesidad del corazén humano. Quien viola los secre- tos del amigo, lo pierde para siempre. Véase también, Eclesidstico 22, 20-228: Quien tira una piedra a un pdjaro, lo ahuyenta, quien afrenta al amigo, rompe la amistad. Si has sacado la espada contra tu amigo, no desesperes, que aun puede volver. Si contra tu amigo has abierto la boca, no te inquietes, que aun cabe reconciliacién, salvo caso de ultraje, altaneria, revelacién de secretos, golpe traidor, que ante esto se marcha todo amigo. Se puede perdonar una palabra inconsiderada, pero una falta de lealtad impide definitivamente que vuelva a establecerse entre los amigos la intimidad y confianza de antes. Y «quien pierde a un amigo, es como quien dilapida su hacienda», ha perdido un tesoro y no lo recuperara. De los textos citados se desprende que la verdadera amistad no tiene nada que ver con cl sentimentalismo, sino que se fundamen- ta en un auténtico amor, que es don de si mismo. El sentimentalis- mo, dada la variabilidad de nuestros sentimientos, no solamente * En Nécar Colunga: vers, 25-27 243 no puede ser fundamento de una verdadera amistad sino que, a corto 0 largo plazo, arruina la amistad. El sentimentalismo en el fondo es egoismo. La amistad, ademas, es entre dos, y por tanto no basta que una de las partes tenga las disposiciones requeridas para una amistad auténtica, sino que deben existir por ambas partes. Cosa dificil de encontrar y un don de Dios hallarla. II. DAVID Y JONATAN I Samuel 18, 1-4: Laamistad supone cierta igualdad y cierta desigualdad entre los amigos; la igualdad para que haya atraccién mutua, la desigual- dad, para que los amigos puedan completarse mutuamente y cada uno encuentre en el otro lo que le falta a él mismo. Entre David y Jonatan hay la desigualdad existente entre el hijo del rey y un sim- ple servidor suyo, entre un rico y una persona de condicién mo- desta, y hay la igualdad en cuanto a la nobleza de sentimientos, la grandeza de alma. No6tese que Jonatén hace pacto con David. Es posible que fuese «un pacto de sal» (Comparese Nimeros 18, 19). Era costumbre an- tigua comer pan con sal para confirmar asf la amistad, porque la sal preserva de la corrupcién y de esta manera es un simbolo apto para expresar la duraci6n, la fidelidad. Como se ve, la iniciativa del pacto parte de Jonatan, pero ciertamente obliga a ambos. Jonatan da sus vestidos a David. No se trata solamente de re- mediar la necesidad del amigo, cosa propia de la amistad, sino més bien es otra manera de expresar simbélicamente la amistad. Los vestidos, como las armas, se consideraban como formando parte de la persona, y al dar sus vestidos a David, simboliza Jo- natén Ja entrega de su propia persona al amigo. En una auténtica amistad, todo es comin: un bien o un dolor. Asi sucede con Da- vid y Jonatan. Pero esta amistad se ve inmediatamente puesta a prueba: I Samuel 18, 5-9: Notese que desde el momento que Sati lleg6 a sintir envidia de 244 David y comenzé a aborrecerle, inevitablemente tenia que pare- cerle mal la amistad de su hijo con David y tenia que procurar que tal amistad se rompiese. I Samuel 19, 1- Jonatan no piensa en que, como heredero del trono, lo normal seria (y asf lo pensaba su padre) oponerse al engrandecimiento de David. Solamente piensa en hacer bien y salvar al amigo, porque su amor es auténtico. Ademés estaba seguro de que David jamas procurarfa engrandecerse a costa de él. Notese el habil razonamiento de Jonatan, en primer lugar re- calca que David no ha hecho nada malo y por consiguiente hacerle un mal a él, serfa un verdadero pecado. Pero no solamente David no ha cometido ninguna mala acci6n, sino que por el contrario, «obré salvacién a favor del pueblo», y la victoria de David sobre el filisteo fue motivo de alegria para el mismo rey. De momento Jonatan Jogra aplacar a Satil con este razonamien- to. Nada mas que de momento. Jonatan seguramente se daba cuenta de ello o al menos se daria cuenta muy pronto. I Samuel 20, 1-16: Parece ser lo mejor considerar este capitulo como una narra- cién independiente y cronoldgicamente anterior a lo que se nos narra en el capitulo 19. El vers. 1 seria una adicién posterior; pero los hechos narrados aquf han de situarse antes de la huida de Da- vid al lado de Samuel (19, 18), antes de su salvaci6n por Mikal (19, 10-17) e incluso antes de la intervencién de Jonatan, ya que segtin este capitulo 20 Jonatan ignora todavia por completo la actitud de su padre para con David (vers. 2-4). Notese la manera cémo David sugiere a Jonatan cerciorarse acer- ca de los sentimientos de Sail: como excusa para no asistir a la fiesta del novilunio (primer dia del mes), ha de alegar Jonatan que David se marché a Belén para asistir al sacrificio anual ofrecido por su familia. (Hubo realmente tal sacrificio? Es posible, aunque la Biblia nada més nos diga al respecto. Sin embargo es igualmente posible y quizds mas probable, que simplemente se trate de una mentira. Seguramente ni David ni Jonatan consideraban pecado una menti- 245 raen tales circunstancias. En el Antiguo Testamento estamos atin lejos de la perfeccién que exigird el Evangelio. Notese (vers. 8) que David recuerda a Jonatan que el pacto que han hecho ante Yahvé se debe a Ia iniciativa de Jonatan, lo que es una razén mds para que Jonatén cumpla lo estipulado. Jonatan, segiin los vers. 12-13, intuye que David sera el futuro rey —quizds su alma noble y sensible a las cosas de Dios le hacia presentir que su padre, yendo por mal camino, perderfa el reino- y por eso su- plica al amigo que cuando se halle en el poder, tenga piedad de é1 y de los suyos. Finalmente nétese al final del vers. 16: «Si no, que Dios exija cuentas de los enemigos de David». Se trata de un eufemismo para no decir «David». El sentido es: si David no cumple sus deberes de piedad para con Jonatan y los suyos, Dios exigira cuentas de é1 con la misma exactitud con que las exige de sus enemigos. 1 Samuel 20, 17: Nétese que Jonatan jura por su amor a David, porque le amaba como a si mismo. Su amor garantiza con absoluta certeza que Jonatan cumplird todo lo prometido a David. Este puede descansar con plena seguridad en el amor fiel de su amigo. Y el solo pensa- miento de este fiel amor tenia que ser para David, de manera perma- nente, un grandisimo consuelo. Otro tanto hay que decir de Jonatan. I Samuel 20, 18-34: Nétese el versiculo 22: «Yahvé te lo manda». Si Sail persiste en querer matar a David, es voluntad de Yahvé que éste huya. Hay que ver la voluntad de Dios en las circunstancias, atin en las mas adversas. La fiesta del novilunio tenfa caracter religioso y por tanto todos los que asistfan a él debian ser ritualmente puros (comparese, Nu- meros 28, 11-15: celebracién del novilunio; Levitico 7, 20: pureza requerida). La ausencia de David el primer dia podia deberse al hecho de no haberse purificado y por tanto no Iamaba la atencién. Pero el segundo dia ya no era verosimil tal impureza legal; de ahi que Sail preguntara a Jonatan por David. Satil sospecha que Jonatan esta metido en un complot para sal- var a David; de ahi su ira y sus injurias. No se dirige el insulto contra 246 la madre de Jonatdn, sino lo que quiere decir es que Jonatén se muestra tan desnaturalizado como si fuese hijo de la mujer mas perversa. Satil se considera rey con todos sus derechos y a quien un hijo suyo ha de suceder en el trono, a pesar de las palabras de Samuel (15, 23), que él, sin duda, no querfa entender. Jonatan, al defender a David, se expone al peligro. Y lo que le apena y le hace levantarse de la mesa no son los insultos de su padre, sino el dolor por la injusticia de que era victima David. I Samuel 20, 35-42: Nétese que las palabras que Jonatén dice al criado: «Pronto, date prisa, no te detengas», van dirigidas en realidad a David para ad- vertirle que debe huir inmediatamente. David se prosterna tres veces en un gesto de reverencia y leal- tad hacia el hijo del rey. A pesar de Ja intima amistad con Jonatan, David sabe guardar —Io cual no es ningtin impedimento para la in- timidad- el debido respeto; no se nivela con el amigo, reconoce su posicién social, su dignidad, etc. Estas delicadezas son muy pro- pias de un verdadero amor. Un amor que carezca de este fino sen- tido de respeto y de discrecién, facilmente terminaré en un fracaso. Nétese la ternura de esta amistad. Los dos amigos se abrazan llorando, y sobre todo llora David; sin duda lejos de su amigo, te- niendo que huir y sin saber como terminaria aquello, se sintié muy solo y desamparado. Jonatan afirma una vez més que entre los dos esta Yahvé para siempre y que nada ni nadie podré romper los la- zos de amistad que los une. I Samuel 23, 14-18: Notese cudn ingeniosos son estos dos amigos para descubrir siempre nuevos medios para demostrarse mutuamente su fidelidad, animarse y consolarse. Semejante amistad es una fuerza moral in- comparable. El desierto de Zif forma parte del desierto de Judd, que abarca toda la zona occidental del mar Muerto, de 80 Km. de longitud y de 20 a 25 de ancho. Este desierto se divide en varias partes, una de ellas, el desierto de Zif. Notese que es la tiltima vez que se encuentran David y Jonatan. 247 Nada se nos dice de cémo se enteré Jonatan del lugar donde se hallaba su amigo y como pudo llegar hasta él. Estos detalles care- cen de interés para el hagidgrafo; lo que le importa es relatar c6mo Jonatdn conforta y consuela a su amigo, precisamente en momen- tos de dura prueba para él. Jonatan ya ve claramente que David sera el futuro rey y modestamente se reserva para si tan sdlo el segundo lugar. Una vez més renuevan su pacto de amistad ante Yahvé. N6- tese como la Sagrada Escritura insiste en esta constante renovacién del pacto cuyo fundamento es Yahvé. Si esta amistad entre David y Jonatan no falla, es porque tiene su fundamento en Dios y por- que conscientemente ambos amigos, una y otra vez, se apoyan en este fundamento. Por eso esta amistad dura mds alld de la misma muerte, Jonatan morird en la batalla de Guilboa contra los filisteos (I Samuel 31,2). II. AMISTAD MAS ALLA DE LA MUERTE II Samuel 1, 1-16: Siquelag se halla a unos 150 Km. en linea recta de Guilboa. Al tercer dia de haber vuelto David a Siquelag Ileg6 el amalecita con la noticia de la muerte de Satil. Se presenta como un mensajero y sevidor del ejército israelita; es hijo de un «ger, un extranjero re- sidente en territorio de Israel. Un «ger» debia abstenerse de comer sangre y debfa guardar el sdbado (Levitico 17, 10; Exodo 20, 10); a su vez los israelitas no debian oprimirle (Exodo 22, 21 (20). éInventé el amalecita su partitipacion en la muerte de Satil con la esperanza de conquistarse la benevolencia de David y obtener alguna recompensa? En tal caso habria encontrado el cadaver an- tes de que lo despojaran los filisteos y le habria quitado las insig- nias reales. Esto es posible. Pero es posible igualmente otra expli- caci6n: Saul, después de arrojarse sobre su espada, pudo muy bien no haber muerto en el acto y, presa de terribles dolores que le pa- recerfan insoportables, pudo llamar al joven amalecita y pedirle que le diera muerte. Esta tltima opinién parece mas probable ya que el joven, amenazado de muerte por David, no se retracta. La diadema que habia Ilevado el amalecita era una cinta de oro 248 ode una tela preciosa que cefifa la cabeza de Satil bajo el yelmo; era una insignia propia de rey (compérese II Reyes 11, 12). El brazalete era ante todo un adorno de las mujeres, pero a veces lo Ilevaban también los hombres (comparese Numeros 31, 49-50). Probablemen- te aqui el brazalete era también una insignia de la dignidad real. Nétese que David y los suyos rasgan sus vestidos en sefial de duelo y ayunan. Y el amalecita ha de sufrir el castigo, por cuanto ha dado muerte al ungido de Yahvé. El ungido es una persona con- sagrada a Dios y debe ser respetado a causa de su unci6n, aunque no sea personalmente digno de respeto. II Samuel 1, 17-27: Notese que ésta es la primera elegia que encontramos en la Bi- blia. El término hebreo es qind. Una segunda elegia compuesta por David, la encontramos en II Samuel 3, 33-34, a propésito de la muerte de Abner. Segtin el deseo de David, esta elegia debia aprenderla de memoria el pueblo para que nunca olvidara a Saul y Jonatan. Notese que se habla de los hijos de Jud, por tanto podemos concluir que fue compuesta antes de que David reinara sobre las tribus de Israel. Notese igualmente que se vuelve a mencionar el libro de Yasar o del Justo (comparese: Josué 10, 13), que parece, segiin estas re- ferencias, era una coleccién de documentos en forma poética. Notese asi mismo la nobleza de alma de David y su fidelidad al amigo: ha perecido la gloria de Israel, sus mejores representantes Sauil y Jonatan. David ama a su amigo y por lo mismo jamas ha dejado de amar a Satil, el padre de su amigo. Todo cuanto se refie- re al amigo es para David objeto de amor sincero. No cuenta desde este punto de vista el que Satil haya buscado a David para matarle. Para David el amor de Jonatan, su incomparable amistad, valia mas que el amor de mujeres. Seguramente en ninguna de sus espo- sas encontré David la nobleza de alma y la profunda afinidad espi- ritual que habia encontrado en Jonatan. II Samuel 9, 1-13: Se suele colocar esta historia después de haberse establecido David en Jerusalén, por tanto no inmediatamente después de la muerte de Satil y Jonatan (comparese vers. 13). Mefibaal (Meribaal, 249 Mefibéset) tenfa cinco afios a la muerte de Jonatan (II Samuel 4.4); ahora ya tiene un hijo pequefio. N6tese que David permanece fiel a su amistad con Jonatan y por eso procura hacer el mayor bien posible al hijo de su amigo. Mefibaal se hallaba en casa de un tal Makir. Este se impresioné tanto con la bondad de David para con el hijo de Jonatan, que al huir el rey de Absalén, le Ilevé toda clase de socorros (II Samuel 17, 27-29). Segtin II Samuel 12, 8, las haciendas de Satl habjan pasado al dominio de David al subir éste al trono; pero en su generosidad las devuelve a Mefibaal y le invita a su mesa todos los dias, honor que solamente correspondfa a los hijos del rey. La admistracion de los bienes de Mefibaal la confia David a Sib, ya que Mefibaal, a causa de su enfermedad y por residir en Jerusalén, no podia encargarse de esto. Sin duda, las tierras exten- sas y buenas que tenfa que administrar, tentaron a Sibd: de ahi su conducta posterior. Al volver David a Jerusalén después de la muerte de Absalén, Siba le sale al encuentro adelantandose a su sefior Mefibaal y traicionando a éste. JI Samuel 16, 1- 4; 19, 18: Aqui David se precipita en tomar una decision en contra del hijo de su amigo. Quizds estaba cansado moralmente de tantos sufri- mientos y creia facilmente en cualquier traicin, sin sospechar sin embargo de Siba. II Samuel 19, 25-31: Notese la actitud humilde y sincera de Mefibaal y su sumisién ante la actitud bastante injusta, en este caso de David. No debe ex- trafiarnos encontrar defectos en los santos y amigos de Dios. Mas bien, esto ha de estimularnos en Ia lucha por Ia santidad. David sigue siendo el rey segtin el coraz6n de Dios. CONCLUSION Realmente, nada hay comparable al amigo fiel y los que temen al Sefior Io hallarén (Eclesidstico 6, 16). Pero reflexionemos: {no 250 sobrepasa inmensamente el amor de Cristo toda amistad humana? Cristo es nuestro amigo incomparable y divino que nos ama a to- dos, y por lo mismo, nuestro amor a Cristo, si es verdadero y fiel amor, debe Ilevarnos a amar también a nuestros préjimos con in- variable amor de amistad, aunque ellos quizds no nos correspon- dan, ya que todo cuanto hacemos a nuestro préjimo se lo hacemos a Cristo, de modo que colmar de beneficios al préjimo, es colmar de beneficios a quienes ama nuestro amigo divino. Y cada vez que negamos nuestra ayuda (expresién del amor, puesto que obras son amores y no buenas razones) a un projimo, traicionamos nuestra amistad con Cristo. 251 UN REY SEGUN EL CORAZON DE DIOS, DAVID I I. ELECCION Y PRIMEROS PASOS I Samuel 15, 34-16, 1-13: Samuel ora por Satil. En la oracién comprende lo que Dios le pide, Pero Samuel teme; el camino de Ramé a Belén pasaba cerca de Guiba, la patria de Sail; ademas muy probablemente Sati vigi- laba al profeta temeroso de que ungiera por rey a otro. En la ora- cién encuentra Samuel la solucién. De momento, sin embargo, la unci6n por voluntad de Dios, debia permanecer secreta, ya que in- dicaba solamente la eleccién y no la elevaci6n al trono. Con el pretexto de ofrecer un sacrificio a Yahvé, Samuel se dirige a Belén, obediente a la orden de Yahvé, como todo santo, obedece siempre a Dios. Por lo visto también los ancianos de Be- lén estaban Ilenos de temor y de ahi su pregunta, si la venida del profeta era para bien. En torno al rey, que se va desquiciando, se va formando inevitablemente un ambiente de temor, de miedo cre- ciente. N6tese cémo (vers. 6-7) Dios ensefia interiormente a Samuel a distinguir claramente entre su opinién personal y la voluntad de Dios; no es a Eliab a quien elige Yahvé, por mas que su apariencia fisica haya impresionado a Samuel. Pero Dios mira el corazén. Dios da a Samuel una «regla de discrecién de espiritu». También para nosotros es muy importante saber distinguir entre lo que Dios quiere y lo que nos parece a nosotros. Precisamente el elegido de Dios no esta presente, es preciso ir a Ilamarlo. Seguramente sus hermanos lo despreciaban un poco, porque valoraban solo las apariencias, pero en David se verifica lo que mis tarde dira S. Pablo en I Corintios 1, 27-29: Dios elige lo débil del mundo, etc. Samuel le unge en presencia de sus herma- 253 Nos, pero seguramente éstos no vieron en este rito nada mds que un significado estrictamente religioso, sin mayor importancia. No saben interpretar el suceso, pero esto de momento entraba en el plan de Dios. Pero viene sobre David el espiritu de Yahvé, es decir, a partir de ese momento, David cuenta con todas las gracias y carismas de Dios que le han de hacer apto para su misién. Por supuesto ha de corresponder a estas gracias, trabajar con ellas, desarrollar los do- nes de Dios. I Samuel 16, 14-23: Seguin esta tradicién, David entra al servicio de Saul por cuan- to algunos miembros de la corte aconsejaron al rey lo mandase bus- car, para que tocara ante él el arpa. En cambio, segin I Samuel 17, 12-30; 55-58 y 18, 2, el pas- torcillo David fue enviado por su padre para llevar comida a sus tres hermanos enrolados en el ejército de Satil. Solamente después de la victoria sobre Goliat el rey se fija en él, pide noticias acerca de su persona y familia y lo toma a su servicio. Ciertamente no es posible armonizar ambas tradiciones. Entonces {cual fue la inten- cién del hagiégrafo al transmitimos las dos sin ponerlas de acuer- do? Lo que le interesaba era mostrarnos, contando determinados hechos de su vida, cémo Yahvé iba conduciendo a David e intervi- niendo en cuanto le acontecia. En el capitulo 16 se nos ensefiacémo la gracia no destruye la naturaleza, sino que se sirve de ella para sus fines (por su parte David habia sabido desarrollar sus dotes y habilidades naturales), y la segunda tradicién hace notar que Da- vid, a pesar de sus dotes especiales, era un pobre desconocido, de- pendiente en todo de la gracia y ayuda de Dios. Acerca del orden cronolégico de los hechos, el hagiégrafo no quiso decir nada. Tal vez podemos suponer que las cosas sucede- rian asi: David es enviado por su padre a llevar comida a sus her- manos. Alli se entera del desafio de Goliat y lo vence. Sail se en- tera de lo sucedido. Averigua quien es David y lo tomaa su servicio. Lo demas puede muy bien ser una ampliacién debida a la voz po- pular (que Sail da sus armas a David, que éste no sabe usar, etc.). Al hagiégrafo no le interesaba aclararnos estas cosas; ya habia di- cho lo esencial. 254 I Samuel 17, 40-51: El hagiégrafo quiere ensefiarnos que no se trata aqui de un due- lo entre dos hombres de guerra, sino, de hecho, entre el orgullo del paganismo y la confianza en Dios: David va a la lucha en nombre de Yahvé y apoyado en El s6lo, va como representante del pueblo de Dios, Israel, a quien el filisteo ha desafiado. Como se trata del pueblo de Dios, ha desafiado al mismo Dios. Nétese sobre todo el vers. 47: solamente Yahvé puede salvar; no cuentan ni la espada ni la lanza ni la fuerza. Comparese también: Eclesidstico 47, 5-6. Y porque David se apoya en Dios sélo, triunfa del enemigo que, des- de el punto de vista humano, es muchisimo mis fuerte que é1.Tam- bién en nuestra vida espiritual podemos triunfar de todo obstaculo con tal de apoyarnos en Dios sdlo, con verdadera humildad, autén- tica confianza y oracién. II. DAVID FUGITIVO I Samuel 18, 20-29: Satil da a su hija Micol por esposa a David, «pues se decia:”Se la daré para que le sirva de lazo y le haga caer en las manos de los filisteos». «Saul fue toda su vida enemigo de David» I Samuel 19, 9-24: Micol protege a David, pero Satil persiste en perseguirle. J Samuel 21, 1-10: Nobera una ciudad sacerdotal (22, 19); segtin Nehemias 11, 31- 32 se hallaba en el territorio de la tribu de Benjamin. Se discute acerca de su localizaci6n exacta. Después de la destruccién del santuario de Sild los objetos sagrados se reparticron en diversos lugares. El arca, al devolverla los filisteos, quedé, como sabemos, en Quiryatyearim, la tienda del taberndculo y el altar de los holocaustos aparecen mis tarde en Gabaén (I Crénicas 16, 39-40), y en Nob encontramos la mesa de los panes de la proposicién y el efod (vers. 5 y 10 del capitulo 21 de I Samuel que estamos comentando). Se habla del sacerdote Ajimélek; segun 22, 9, era hijo de Ajitub, En 14, 3 se menciona al sacerdote Ajiyd, hijo igualmente de Ajitub, 255 descendiente de Eli. Aunque algunos autores los consideran her- manos, lo mds probable es que Ajimélek y AjiyA sean una misma persona: Ajimélek significa «mi hermano es rey»; Ajiya quiere decir «mi hermano es Yahvé» y viene a ser una correccién yahvista para sustituir a «mélek» (rey). N6tese que David sencillamente cuenta una mentira, con la fi- nalidad de evitar cualquier sospecha. Simula una misi6n sumamente secreta que le habja confiado Satil, pero esta mentira tendr tristes consecuencias (22, | 1-20). Recuérdese que ya en otra ocasién he- mos sorprendido a David en otra mentira (20, 6). Seguramente David consideraba licita la mentira, pero no por eso dejé de haber falta, al menos objetivamente. Notese que los doce panes que se ponfan todas las semanas sobre la mesa de los panes de la proposicidn eran ofrendas sagradas y solamente los sacerdotes, y en lugar sagrado, podian comerlos (Levitico 24, 5-9). Si una necesidad extrema aconsejaba otra cosa, los que comian los panes debian estar Jegalmente puros, al menos debian haberse abstenido del trato con mujeres (téngase presente también que al pie del Sinai habia ordenado Moisés al pueblo «no ltegarse a mujeres durante tres dias», Exodo 19, 15). En vista que David declara que é1 y los suyos se hallan en estado de pureza le- gal, Ajimélec le entrega los panes de la proposicién que se habfan retirado y sustituido por otros. La espada de Goliat habia sido Ilevada a Nob como exvoto. Se hallaba «detras del efod»: es posible que todo el lugar o la caja en Ja cual se guardaba el efod, se Ilamase «efod». I Samuel 21, 11-20: David, huyendo de Saul, se refugia en Gat, donde es descubier- to. Para salvar su vida se hace el loco. I Samuel 22, 20-23: Respecto de Abiatar, el nombre significa «mi padre es noble- Za», posiblemente se salvé de la matanza de Saul por haber tenido ese dia la guardia del tabernaculo; por eso se quedaria en Nob. Avi- sado de lo que sucedia, cogié el efod y huyé a David. Se hace fiel compaiiero de éste y consulta por él a Yahvé. Conservard el oficio de sumo sacerdote hasta el final del reinado de David; pero por 256 apoyar la rebelién de Adonias, Salomé6n lo destituyé y lo desterré a Anatot (I Reyes 2, 26-27). Nétese que David se ve en la necesidad de continuos desplaza- mientos para escapar de la persecucién de Sadl. Si ante tanto su- frimiento no se desquicia, es porque esta centrado en Dios. IT Samuel 23, 1-13: Nétese con qué espiritu de fe consulta David a Dios para hacer solamente lo que El le indique. Hay en él una profunda entrega a Dios, a pesar y por encima de todas sus faltas, y es eso lo que le hace tan agradable a Dios. David suplica a Dios (vers. 11) con toda humildad que quiera manifestarle lo que Satil hard. El texto es clasico para probar que Dios conoce también las acciones libres del hombre y lo que ha- rfa, si se diesen tales y tales circunstancias. Y nuevamente el pobre David tiene que huir. I Samuel 23, 19-28: Es la traicién de los habitantes de Zif. Nétese que el peligro para David es inminente y solamente por una intervencin especial de Dios escapa de las manos de Sail. {Cudles serian en esta ocasién, y en general durante todo el tiem- po de la persecucién de Saul, los sentimientos de David? Véase: Salmo 35 (34), 1-9 (puede leerse y analizarse todo el salmo). En los versiculos citados resalta que la inocencia de David y su entrega a Yahvé le hacen consciente de tener una causa comtin con Dios. David, armado completamente, ve en Yahvé a un guerrero que usa las mismas armas y le suplica acudir en su defensa para salvar su vida. En realidad David no tiene mas defensa que Yahvé. Sin duda Dios quiere formar a David de tal manera que solamente se apoye en El, cosa de suma importancia en Ja vida espiritual. En las prue- bas hay que descubrir esta intencidn de Dios. Puede verse también el Salmo 54, 1-7, compuesto, segiin el ti- tulo, precisamente cuando los habitantes de Zif traicionaron a Da- vid. Sin duda David viviria pendiente de Dios en constante ora- cin y en humilde dependiencia de El. Precisamente es esto lo que Dios quiere conseguir de las almas. Ver también el salmo 57, 1-3. 257 Nunca esta Dios més cerca de un alma que cuando ésta se ve del todo desamparada de los hombres; la gran ensefianza es, pues, con- fiar sdlo en Dios, en plena oscuridad; «esperar contra toda espe- ranza» (Romanos 4,18). Ya nos hemos referido, en la leccién sobre Saiil, a la generosi- dad de David para con el rey, perdonandole por dos veces la vida (I Samuel, cap. 24, 1-23 y cap. 26, 1-25); pero también se com- prende que en un momento dado, a David perseguido y en tensién constante ante peligros inminentes, le fallaran los nervios, como dirfamos hoy dia, ante alguna otra injusticia que se agregaba a las que ya sufria. Este rey segtin el corazon de Dios, es profundamen- te humano en sus fallos. I Samuel 25, 1-23: Nabal significa «insensato»; Abigail significa «mi padre (Dios) es alegria». Con motivo del esquileo solia celebrarse un banquete y se obsequiaba a pobres y extranjeros. Era, pues, natural que Da- vid solicitara una ayuda de Nabal. Como se la niegan, pierde los estribos... Pero la providencia vela por él y le impide cometer un crimen (vers. 23-31). Notese la prudencia y tino de Abigail. Pero, gconocia que Da- vid seria rey y que su trono seria estable para siempre? Aunque es posible que recibiese una iluminacion profética al respecto, pare- ce mas probable suponer que las palabras del vers. 28 sean una adicién posterior, que afiadié el hagiégrafo como muy apropiadas aesta ocasi6n. Quizas lo que expres6 Abigail fue el deseo simple- mente del trono estable para David. Se comprende que éste queda- se prendado de una mujer como Abigail y que, muerto Nabal, la tomase por esposa (I Samuel 25, 32-43). De toda la narracién se desprende que muchos israelitas ya sos- pechaban que e] futuro rey seria David, aunque sabjan igualmente que habia que aguardar el momento prefijado por Dios. También tenia que impresionarles favorablemente la conducta de David al no vengarse de Nabal. En cuanto a Ajinéam (mi hermano es amable), sin duda David ya se habia casado con ella antes de tomar por esposa a Abigail. Seguin el versiculo 44, Sati] habia dado su hija Micol, primera es- posa de David a otro hombre: un tal Palti, que en II Samuel 3, 15 258 se lama Paltiel. Paltf parece la forma abreviada de Paltiel (mi sal- vaci6n es Dios). I Samuel 27, 1-6: 7 Finalmente David se ve en la necesidad de refugiarse en tertl- torio de los filisteos; entre gente incircuncisa, lejos de los adora- dores del verdadero Dios. Tener que hacerlo era otra prueba para David, un nuevo sacrificio, que seguramente para el alma piadosa de David era muy doloroso, jlejos de sus hermanos en la fe! y por tanto moralmente cada vez més solo y expuesto espiritualmente. David es bien recibido por el rey Akis, tanto mas cuanto que llega con un buen contingente de hombres de guerra. Pero David no est4 contento en la capital real, probablemente por cuanto pre- veia que alli sus hombres quedarian absorbidos por el ejército filisteo y esto no le convenia. Tenia que ver el modo de asegurar su independencia. I Samuel 27, 7-12: Se mencionan una serie de pueblos que vivian al sur del territo- rio de los filisteos. Akis se imaginaba que David combatia a sus compatriotas y crefa que David seria su aliado fiel contra Saul. David procede con verdadera brutalidad contra esos pueblos. Aqui no se habia ordenado el hérem y por consiguiente no se puede jus- tificar su conducta. Es muy posible que él no cayera en la cuenta de la injusticia que cometia, al menos no sabia medirla en toda su extensién. No nos escandalicemos al constatar que el santo rey Da- vid -el rey segin el coraz6n de Dios- tenia sus defectos. Todos te- nemos los nuestros. Si David, a pesar de estos defectos, es el rey segtin el coraz6n de Dios, es por su actitud humilde y sincera ante Dios, que reconoce sus faltas cuando se las hacen ver y se esfuerza por hacer siempre lo que él reconoce claramente ser lo mas agra~ dable al Sefior. También un santo puede en un momento dado, sin darse cuenta cabal, hacer verdaderos disparates... y aqui no hay ningun profeta para advertirselo. I Samuel 28, 1-3 y 29, 1-11: Notese en qué situacién tan dificil se ve David, puesto en la al- ternativa de combatir a su pueblo o ser ingrato con su bienhechor 259 Akis y cémo Dios, en su Providencia especialisima, una vez mds le saca con bien de esta situacién. Sin duda David invocaria fer- vorosamente a Yahvé en estas circunstancias. J Samuel 30, 1-6: Una nueva prueba le espera a David. Pero Dios est4 con él para sostenerle y fortalecerle; es como si Dios quisiera afligirle hasta lo sumo, antes de darle el reino. De Afeq a Siquelag era una marcha de unos cien kms. Al llegar a su ciudad de Siquelag, David se en- cuentra con que los amalecitas se han vengado durante su ausen- cia, han incendiado la ciudad y se han Ilevado todo, comenzando por mujeres y niiios. Nétese que los hombres que iban con David estuvieron a punto de amotinarse y de matar a David. Pero él con- fia en Yahvé (vers. 6). Hay, ademas, en este ctimulo de pruebas y sufrimientos una constante purificacién. Né6tese cémo Yahvé interviene: responde a David que le con- sulta (vers. 7-8) {qué paz y tranquilidad para David!, y concede a él y sus hombres la victoria sobre los enemigos y que recobren todo lo perdido més un abundante botin (versiculos 9-20). I Samuel 30, 21-31: Nétese el fino sentido de justicia que aqui demuestra David en cuanto al reparto del botin, y su habilidad diplomatica al enviar parte del mismo a los ancianos de diversas ciudades para procurarse su adhesin y simpatia. El botin se ha tomado de «los enemigos de Yahvé» ya que los amalecitas, enemigos del pueblo de Yahvé, eran por esto mismo, enemigos de Yahvé mismo. Purificado por medio de todas estas pruebas, David llega a ser Tey. III. DAVID, REY II Samuel 2, 1-4: Una vez mds David consulta a Yahvé con profundo espiritu sobrenatural y Yahvé le responde. Probablemente la consulta se hizo por medio de los «urim y tummim». Era, por lo demas natural, que 260 David pensara en una de las ciudades de Juda, ya que su familia era de Juda y, muerto Saul, de ninguna manera le convenia conti- nuar en territorio de los filisteos. Hebrén era entonces la ciudad mas importante de Juda, cono- cida y venerada por haber construido alli Abraham un altar y por estar sepultados alli los patriarcas. David sube a Hebrén que se halla a mas de 900 metros de altura desde Siquelag (a 400 metros). Los hombres que le acompafian habitan «en las ciudades» de Hebron, es decir, en las aldeas y pueblos de toda aquella regién. {.Quiénes ungieron a David como rey de Juda? «Los hombres de Judd» pueden designar a los ancianos, como representantes del pueblo. Asi David es ungido publicamente en una ceremonia a la vista del pueblo, con Jo cual inaugura formalmente su reinado. Segtn II Samuel 2, 11, David reiné en Hebr6n siete afios y seis meses. II Samuel 2, 8-10: Abner, primo hermano de Sati (I Samuel 14, 50-51) y jefe de las tropas de éste, quiere conservar el reino a la familia de Satil y declara rey a Isbaal (el Isvi de I Samuel 14, 49). El texto hebreo lee Isboset en vez de Isbaal, pero no cabe duda de que el verdadero nombre era Isbaal. Los nombres hebreos se componian a menudo con «baal» (= sefior, maestro), palabra que sin dificultad se podia aplicar a Yahvé; pero este titulo fue asociado con el culto cananeo al dios de la fertilidad y dejé de usarse como componente de nom- bres. Redactores posteriores sustituyeron sistematicamente el nom- bre de Baal, cada vez que se encontraba en un nombre propio, por el de Béset = infamia, vergiienza. Los asuritas, segtin la mayorfa de los exegetas, son los «hijos de Aser», 0 sea, la tribu de Aser. La edad que se atribuye a Isbaal parece exagerada y el numero de dos ais de su reinado, demasia- do reducido. Es probable que su reinado durase unos siete afios, el mismo tiempo que el reinado de David en Hebron. En el vers. 10, cuarenta afios significa edad adulta. Isbaal parece haber sido el mas joven de los hijos de Satil. Jonatan, el mayor, tenia mas 0 menos la misma edad que David y de esto se sigue que teniendo David al comenzar su reinado unos treinta afios, Isbaal apenas podia llegar a los treinta. 261 IL Samuel 3, 1-5: Amnén (fiel), es el primogénito de David, como tal habia de ser el heredero del trono y era objeto de singular amor de parte de David. En el capitulo 13 se nos narrard su pecado y su muerte. De Kilab (llamado Daniel en I Crénicas 3, 1) no se hablar4 mas, se- guramente porque moriria muy joven. Kilab significa el padre es poderoso; Daniel: Dios es mi juez. Tal vez se le Ilamé asf aludien- do al juicio que Dios hizo de Nabal. El tercer hijo es Absalén (pa- dre de paz), aunque no trajo paz sino guerra. Su madre era hija del rey de Guesur, Talmay, y seguramente la alianza de David se ins- piraba en miras politicas. Guesur era un reino habitado por arameos y situado entre el monte Hermén y Basan, al este del Jordin. Ado- nias (mi sefior es Yahvé) era hijo de Jagguit (la alegre) y pretende- 14 el trono contra Salomén. Los otros dos hijos, Sefty4 (Yahvé ha juzgado), hijo de Abital (mi padre es rocio), y Yitream (mi pariente es bondadoso), hijo de Eglé (novilla), no vuelven a mencionarse, de lo cual se deduce que murieron pronto. David demostré siempre un amor extraordinario a sus hijos, has- ta la dibilidad. Esta debilidad explica, al menos como causa remo- ta, el pecado de Amnén y la rebelién de Absalon y de Adonias. II Samuel 3, 6-12: Notese que Isbaal habia heredado el harén de su padre. Las re~ laciones de Abner con Rispa, concubina de Saul (Rispd = chispa) equivalfan a un delito de alta traicién. Isbaal estaba en su pleno derecho de hacer reproches a Abner. Aunque es muy probable que Abner no tuviese aspiraciones al trono. Pero Abner, de cardcter violento y herido en su amor propio por el reproche enteramente justificado de Isbaal, decide pasarse a David. La pregunta: «{De quién es el pais?» admite dos respuestas: a) De David en virtud de una promesa divina. b) «A mi Abner, perte- nece toda la tierra y yo puedo hacer rey a quien me guste». Esta Ultima interpretacién es mas probable. II Samuel 3, 13-21: Notese que David pone como condicién que se le devuelva su primera esposa Mikol. Esto denota que David la habia amado 262 siempre. jCoraz6n tiemo de David! Adem4s Mikol le habia sal- vado la vida y su regreso, por afiadidura, podia dar a David ma- yor influencia sobre las tribus adictas a Saul. Su segundo marido Paltiel tuvo que renunciar a Mikol. {Por qué manda David mensa- jeros a Isbaal pidiendo la devolucién de Mikol? Sin duda porque el pacto entre él y Abner debia permanecer oculto. Abner lleva adelante su traicién y habla con los ancianos de las tribus para inclinarlos a favor de David, todo esto, en el fondo, por amor pro- pio. En el caso de Abner, se verifica la palabra del Sefior: «Con la misma medida con que midiereis seréis medidos» (S. Lucas 6, 38), pues Abner moriré a traicion. TI Samuel 3, 22-27: Asael, hermano de Joab, habia caido en la batalla, en una lucha abierta (cap. 2, 19-23) y obligando a Abner a darle muerte en legi- tima defensa. Joab aqui obra por traici6n. Recibird el justo castigo en I Reyes 2, 28-34. David llora la muerte de Abner y demuestra a los ojos de todos su inocencia (IJ Samuel 3, 28-39). Nétese que si David no castiga a Joab, es porque atin su posicién es muy débil y los otros son to- davia mas fuertes que él. De ahi que deje en manos de Dios la ven- ganza de la muerte de Abner. No asf la muerte de Isbaal. II Samuel 4, 1-3 y 5-12: Si David habia sentido mucho la muerte de Satil y Jonatén, al menos éstos habjan muerto en el frente de batalla, mucho mas sin- tid la muerte de Isbaal, que muri6 por traicién; durante el suefio, que se consideraba sagrado. A estos asesinos correspondia un cas- tigo mayor que el del amalecita que acabé con la vida de Saul, herido ya de muerte. De ahi la orden de cortarles manos y pies, es decir, las manos que perpetraron el asesinato y los pies que lo faci- litaron y consiguieron la fuga. Hay que comprender el relato des- de el punto de vista de la mentalidad que lo inspira. Nétese en qué ambiente vive David. Este tenia que influir en él apesar de todo y explicaria en parte al menos ciertas sombras en su vida. No olvidemos que todos somos hijos de nuestra época. 263 I Samuel 5, 1-5: Se cumple la promesa hecha por Dios acerca del sucesor de Saiil (I Samuel 15, 28). Se dirige a David una delegacién formada por todas las tribus, e indican tres motivos: a) El parentesco con Da- vid; son de Ja misma raza, del mismo pueblo. b) Su capacidad como jefe militar. c) Su eleccién por Dios. Esta tiltima se conocia por las palabras de Samuel a Saul (I Samuel 15, 28-29). David‘apacentara al pueblo, tendrd cuidado de él. Hay en esto ademas una alusi6n al caso de David, que era pastor. Sigue Ja ter- cera uncién que constituye a David rey de todo Israel. Compare- se: I Crénicas 12, 23-40. La fiesta es grande y se prolonga por tres dias enteros. Se puede decir que David inicié su reinado en Hebrén alrede- dor del afio 1010. El afio 1002 conquistard Jerusalén, que sera una capital mds céntrica que Hebron y mas a propésito para el reino. David ha subido a la cumbre del poder. Dios ha cumplido su promesa. En medio de sus triunfos, David tendra sus debilidades, y ciertamente graves, pero seguird siendo «el rey segtin el corazén de Dios», a pesar de sus caidas, porque siempre de nuevo, humil- demente, se convierte a Dios y procura rectificar sus errores. Nun- ca falla en David el profundo espiritu de fe y el deseo sincero de hacer en todo la voluntad de Yahvé. Por eso Dios no retira de é] su misericordia como la retiré de Satil. Preciosa leccién para noso- tros... 264 UN REY SEGUN EL CORAZON DE DIOS, DAVID 0 I. CONQUISTA DE JERUSALENY TRASLADO DELARCA TI Samuel 5, 6-10: Jerusalén, ocupada por enemigos, cortaba el reino en dos par- tes, separando el norte del sur. Se hallaba en territorio de Benja- min, pero no pertenecia a ninguna tribu. Por su situacién geografi- ca era la capital ideal para el reino y David marché a su conquista. Los jebuseos se sentfan muy seguros en su fortaleza y se jacta~ ban de que la ciudad podfa ser guardada por una guarnicién de cie- g0S y cojos, por ser inexpugnable. En Jueces 1, 8 se habla de una conquista de Jerusalén; pero en e] mismo capitulo en el vers. 21, se dice que los hijos de Benjamin no expulsaron a los jebuseos que habitaban en Jerusalén. Si es que la ciudad habia cafdo en manos de los israelitas, tal conquista duré poco tiempo. Conviene tener presente los datos topogréficos de la antigua Jerusalén: hay que distinguir dos colinas, una frente a Ja otra. La colina occidental, espaciosa, estd a unos 770 metros sobre el nivel del mar; la colina oriental es unos 30 metros mas baja y recibe co~ mtnmente el nombre de «ofel» (colina). Un valle intermedio, que hoy en gran parte esta relleno, separa las dos colinas. Este valle tecibe el nombre de Tyropedn. Otro valle llamado Hinnom, aisla lacolina occidental rodeandola por el oeste y el sur; la colina orien- tal est aislada por el Tyropedn por el lado occidental, por el valle de Hinnom al sur y por el valle del Cedrén al este. El nombre com- pleto del valle es «ge-ben-Hinnom» o «ge-bené-Hinnom», que equi- vale a valle del hijo o de los hijos de Hinnom. No se sabe quien puede haber sido este Hinnom; probablemente un cananeo, puesto 265 que su nombre ya estaba unido al de este valle en la época de la conquista (comparese: Josué 15, 8 y 18, 16). En el valle de Hinnom es donde los israelitas en tiempos de Ajaz y Manasés sacrificaban sus hijos a Molok (dios conocido ya en Ur bajo la tercera dinastia, después en Ugarit, en Asiria, etc.). El rey Josias hizo impuro el lugar quemando alli restos mortales (II Reyes 23, 10 y 16). Asi este lugar qued6 para todo Jerusalén como un sitio de horror, tal vez incluso como una especie de enor- me basurero donde, por medio de un fuego permanente, se des- trufan las basuras de la ciudad. Segiin la maldicién lanzada por Jeremias (7, 31-32 y 19, 6-7), este lugar se convirtié en lugar de reprobaci6n en que se localizé la futura venganza de Dios sobre los pecadores. Hacia el afio 50 después de Cristo, Gehinnom se convirtié también para los rabinos en el lugar del suplicio para los condenados antes del juicio final. En el Nuevo Testamento Gehinnom, en su forma griega de Gehenna, designa el lugar de castigo para los pecadores. En If Samuel 5, 7 se menciona por primera vez la fortaleza de Sidn (la etimologfa es dudosa), que se convierte en «la ciudad de David». Hasta hace poco se creia que esta ciudad se hallaba sobre la colina occidental, pero un examen minucioso de los datos histéri- cos y topograficos ha demostrado que se encontraba sobre la coli- na oriental. Dentro del 4rea de las dos colinas hay dos manantiales, ambos al pie de la colina oriental, son las fuentes de Roguel, algo distante, y la de Guijén (que mana), hoy «Fuente de la Sefiora», en el valle de Cedrén, al pie de la parte este de Ofel. Algunas excava- ciones revelaron un paso subterrdneo entre la fortaleza de los jebuseos y la fuente Guijén para asegurarse el abastecimiento de agua. De la conquista de Jerusalén hay dos relatos: éste de II Samuel y el texto paralelo de I Crénicas 11, 4-6. El texto de It Samuel, en el original hebreo, es oscuro y presenta dificultades, sobre todo la palabra «dsinnor» que tiene muchos significados, entre otros, tam- bién en hebreo moderno, el de «tubo, canal, conducto». Se puede, pues, pensar en una subida a la fortaleza a través del acueducto. De esta manera David se apodera de Jerusalén y la convierte en capital del reino. En cuanto al vers. 11, Jiram, rey de Tiro, es en realidad con- tempordneo de Salomén. Seguin Flavio Josefo, sin embargo, cuan- 266 do Salomén subié al trono, Jiram ya llevaba varios afios reinando. El contempordneo de David fue el padre de Jiram, Abibaal, pero seguramente por ser mds conocido el hijo, se puso el nombre de éste en lugar de su padre. Si David (II Samuel 5, 13) toma mas esposas, no hace mas que conformarse con las costumbres orientales, que juzgaban el pres- tigio de un rey segtin el ntiimero de su harén. II Samuel 6, 1-15: Si el arca qued6 tantos ajfios, segtin algunos setenta, en Qirya- tyearim (llamada aquf Baala de Jud4, como en Josué 15, 9), fue sin duda a causa del predominio de los filisteos, las guerras frecuentes y la inseguridad del reino de Saul. E| arca era simbolo de la alianza entre Yahvé y su pueblo y era el lugar donde Yahvé se manifestaba de un modo especial. «El nom- bre de Yahvé» es Yahvé mismo. Nétese la religiosidad profunda de David. Se mencionan dos hijos de Abinadab, probablemente simples descendientes, dado el tiempo transcurrido, Uzza («Dios es fuer- za») y Ajy6 («Yahvé es hermano»); Uzzé caminaba al lado del arca y Ajy6 iba delante. Uzza muere repentinamente por haber tocado el arca. Con esta muerte repentina Dios quiso inculcar a todos un sumo respeto por las cosas santas (compdrese: Numeros 4, 15 y 18, 3). Es posible que las cosas sucedieran asi: los bueyes, resbalando, pusieron en peligro a Uzzd mismo y éste, para sostenerse, agarré el arca, lo cual fue una falta de respeto para el objeto mas sagrado. David, atemorizado, deja el arca en casa de un tal Obededom de Gat (filisteo, por tanto, pero establecido como «ger» cerca de Jerusalén). Probablemente las bendiciones divinas que recibe Obe- dedom («siervo de Edom»), consistfan en una gran prosperidad en todo sentido: numerosos hijos, abundantes cosechas, riquezas, etc. En vista de estas bendiciones David se anima a trasladar el arca a Jerusalén. {Podriamos nosotros vislumbrar siquiera cudntas bendiciones nos puede atraer la delicadeza con Dios en todo sentido: con las cosas santas, con las inspiraciones de la gracia, con sus miembros, ete.? 267 Comparese: I Cénicas 15, 1-24. David armé una tienda para el arca, ordend que solamente los levitas debian transportarla y Ha- m6 a los sacerdotes Abiatar y Sadoc. N6tese que David se despojé de sus vestidos exteriores, se cifié un efod de lino y danzaba. Acto de humildad y de sincera devo- cin. La danza era expresién de alegria y accién de gracias. La pro- cesién iba acompaiiada de «gritos», es decir, aclamaciones en ho- nor de Yahvé, palabras de alabanza, invocaciones de ayuda. Los sacerdotes tocaban las trompetas. II Samuel 6, 16-19: Notese que David habfa preparado una tienda nueva; no se tra- ta de la de Moisés, que todavia en tiempos de Salomén se conser- vaba en Gaba6n (II Crénicas 1, 3). En Gabaon se hallaba Sadoc como sacerdote; seguramente David juzg6 mas sabio no exigir el traslado de la tienda a Jerusalén, sino permitir que el culto conti- nuara alli y establecer otro lugar de culto en Jerusalén ante el arca. Finalmente David bendijo al pueblo, es decir, invocé a Yahvé pidiéndole concediera al pueblo la abundancia de sus dones. Y cier- tamente fue escuchado. La piedad del jefe atrae gracias a los stib- ditos. II Samuel 6, 20-23: Mikol solamente mira las cosas desde el punto de vista huma- no. En castigo de su orgullo, es condenada a la esterilidad; proba- blemente esto quiere decir que David ya no tuvo relaciones conyu- gales con ella. Notese la profunda humildad de David: para él Dios lo es todo; reconoce que se lo debe todo a El y que a EI solo ha de dar gusto, sin tener en cuenta el desprecio que de parte de los hombres tal actitud le puede acarrear. Por esa humildad, a pesar de sus caidas, David sera siempre el rey segin el coraz6n de Dios. Lo importante es agradar a Dios, aunque por ello nos despre- cien los hombres. No dejarnos apartar nunca de algo que vemos seria agradable a Dios, por el respeto humano. Es esta otra gran cualidad de David. La santidad es un sf incondicional y permanen- te ~al menos siempre de nuevo si ha habido una caida— a toda ma- nifestacion de la voluntad de Dios. 268 II. LA PROMESA MESIANICA II Samuel 7, 1-3: Notese la delicadeza de David: no quiere tener un palacio para sf, no habiendo un templo digno para Dios. Porque ama a Dios, desea honrarlo hasta lo sumo. Natdn piensa (es su opinién perso- nal) que Dios quiere valerse de David también para construirle un templo; pero Dios le hard ver que no es ésta su voluntad. Es intere- sante ver cémo incluso un profeta puede tener sus opiniones per- sonales que ha de rectificar. Atin no habia considerado el asunto a la luz de Dios. II Samuel 7, 4-7: EI sentido de las palabras de Dios a Natdn es que en ninguna parte habia El escogido un lugar permanente de residencia. Tam- bién Sil6é habja sido tan s6lo una residencia para un tiempo deter- minado, No6tese que David habia ofrecido, con todo el amor de su co- razon, un regalo a Dios, y Dios, que no se deja vencer en genero- sidad, le concedera a cambio tres dones extraordinarios. Dios premia incluso los buenos deseos, cuando son sinceros, aun cuan- do no se puedan realizar. Es el valor de los actos meramente in- ternos. TI Samuel 7, 8-17: En primer lugar (vers. 8-9), dard a David un nombre glorioso, como el de los grandes de la tierra. En segundo lugar, dara a Israel independencia, estabilidad en la tierra prometida y paz. Los malvados que habfan afligido a Is- rael son principalmente los filisteos y demas enemigos del tiempo de los jueces. En tercer lugar, Yahvé promete edificar una casa a David. Se trata de una verdadera alianza entre Yahvé y David (comparese: II Samuel 23, 5). Dios mismo establecera Ja dinastia davidica. La promesa es anterior al nacimiento de Salom6n (comparese: I Re- yes 8, 18-19; I Cronicas 17, 11-12), se refiere a todos los descen- dientes de David y culmina en el Mesfas (comparese: S. Lucas 1, 32-33). 269 II Samuel 7, 18-29: Notese que David se sienta. Sentarse no era la postura habitual para la oracién. Aqui sin duda se indica que el rey se sent6 para meditar despacio y a fondo el contenido de la promesa de Yahvé. David comprende que Dios no ha procedido con él como suele hacerlo ordinariamente; Dios no revela a todos el porvenir ni les promete una descendencia perpetua. David manifiesta sorpresa, asombro, una especie de santo temor reverencial. Alaba a Dios desde fondo de su alma por todos los beneficios de que Dios ha colmado a su pueblo Israel y en especial a él, David. La oracion de David refleja su humildad, su gratitud y c6mo toma el peso a la promesa de Yahvé. La fina sensibilidad religiosa de David sin duda intuiria mucho més de lo que supiera expresar en palabras. Sin duda prometeria de nuevo eterna fidelidad a Yahvé y con toda sinceri- dad. También nosotros debemos meditar los beneficios de Dios, to- marles el peso, a fin de saber valorarlos y corresponder a ellos. La palabra de Dios solamente puede producir todo su fruto en las al- mas en la medida que se medita, se ahonda en ella en la oracién para después vivirla. Pero David, a pesar de todo, sigue siendo una persona de carne y hueso Ilena de debilidades humanas. Y Dios permite sus profun- das caidas sin duda para afianzarlo mds y mas en la verdadera hu- mildad. Ii. EL ADULTERIO Y HOMICIDIO TI Samuel 11, 1-5: La primavera era el tiempo ordinario para salir a campafia. Joab y su ejército se habian marchado contra los ammonitas y sitiaron Ja capital. Notese que Betsabé («hija del juramento»: bat-sheba) estaba ca- sada con un jeteo o hittita, pero que sin duda adoraba al verdadero Dios. Su nombre significa «luz de Yahvé». Como se desprende de las palabras de Natan (en 12, 3), era un matrimonio muy feliz. David, Ilevado de su concupiscencia, va a destruir esta felicidad. La concupiscencia concibe y da a luz el pecado (Santiago 1, 15). 270 Sin duda también Betsabé era culpable, pero la culpa principal recae en David. Es posible que David se hallase en uno de esos momentos en que falta la devoci6n sensible y se habria descuidado en la oracién. Se dice que Betsabé acababa de purificarse de una mancha legal (comparese Levitico 15, 19 y 28-29). Es como una ironfa, ya que inmediatamente contrae una mancha moral y no simplemente le- gal, mucho mayor. Seguin la ley, el adtiltero y la adtiltera debfan ser muertos (Levitico 20, 10). Pero se trataba del rey... ¥ éste quie- re a toda costa encubrir su delito y el de Betsabé; por eso busca un medio para hacer pasar como hijo de Urias al hijo que va a nacer. II Samuel 11, 6-13: Urias no quiere bajar a su casa; ha ofdo sin duda las relaciones entre su esposa y el rey, aunque guarda silencio. David, yendo cada vez mas lejos, emplea todos los medios para lograr que Urias vaya asu casa a dormir con su mujer, llegando hasta embriagarlo. Todo en vano, quizds porque atin en estado de la embriaguez, Urias sen- tia a lo vivo el dolor por lo sucedido. No tiene ningtin medio para defenderse contra la tremenda injusticia cometida contra él preci- samente por el rey, mds poderoso que él. II Samuel 11, 14-18 y 26-27: David envia una carta a Joab daéndole érdenes sobre Urias. Es la primera carta que se menciona en la Biblia. Joab, acostumbrado acumplir las érdenes del rey sin preguntar nada y a derramar san- gre, no tiene escriipulos de ninguna clase y obra segtin las érdenes recibidas, de modo que Urias muere en el combate. Entonces Da- vid se apresura a tomar a Betsabé por esposa, pensando quizas que de esta manera su adulterio quedard oculto y el nifio, al nacer, po- dra aparecer como hijo legitimo suyo. Pero, afiade el hagidgrafo: «a Yahvé desagrad6 lo que habia hecho David». 4C6émo pudo David, un alma de una religiosidad tan profunda, proceder de esta manera? No solamente un arrebato momenténeo de pasi6n, sino durante dias enteros jafianzarse la voluntad mas y mas en el pecado, afiadiendo al adulterio, un homicidio plenamen- te premeditado? David obra aqui, y por una temporada, totalmente a espaldas de Yahvé. 271 Es posible que David pasara por unos momentos de menos in- timidad con Dios, al menos, intimidad sensible. Ofuscado por la pasion cometié el adulterio; el pecado cometido le puso en un es- tado de alejamiento de Dios y, siendo como era David muy sensi- ble, toda su sensibilidad se concentré en encubrir en lo posible su falta, salvar la fama de Betsabé y la suya. Asi, cada vez mas a os- curas, lleg6 hasta planear la muerte de Urias. No se nos dice que durante esos dias David hiciera oracién... Seguramente no podia hacerla, no podria haber hallado a Dios. Es Dios quien da el pri- mer paso para provocar el arrepentimiento de David. II Samuel 12, 1-12: Las relaciones tiernas entre el pobre y su oveja aluden a la inti- ma felicidad del matrimonio entre Urias y Betsabé; el precio que pago el pobre por su oveja simboliza el mohar pagado por Urias a los padres de su esposa. El hombre rico es el rey, el pobre es Urias. EI rey, segiin las costumbres de entonces, habia podido tomar por mujeres a todas las esposas de Saiil. No se dice si de hecho lo hizo asi David. Pero no contento con lo que Yahvé le habia dado, quiso, contra la ley de Dios, apoderarse de la mujer de su prdjimo. Nétese el castigo anunciado por Natan (vers. 10-12): La espa- da no se apartara ya de la casa de David «para siempre», es decir, durante el resto de su vida; sus mujeres seran de otro, y lo que David obr6 en secreto lo tendra que pagar publicamente. Ciertamente la profecia se cumplié, como iremos viendo, en el asesinato de Am- non, en la muerte de Absaldén y Adonias. Amnon, siguiendo el mal ejemplo de su padre, cometi un incesto, Absalén, al matarlo, se sintié heredero del trono y preparé su rebelién. Adonias morira como rival de Salomén. En toda esta cadena de calamidades se ve claramente cémo un pecado engendra otros muchos. «Esta es la maldicién de la accién perversa, que incesantemente engendra nuevas maldades», dice Schiller en una de sus obras. I Samuel 12, 13-14: David no protesta, no se disculpa, sino que reconoce su culpa en toda su extensién con humildad y dolor. Por eso oye de labios de Natan las palabras: «No morirds», es decir, Yahvé le ha perdo- nado. Pero como habia despreciado el mandato de Yahvé, con lo 272 cual deshonr6, por decirlo asi, a Yahvé y a causa de su pecado, los enemigos blasfemaron el nombre de Yahvé, tendra que sufrir el cas- tigo correspondiente: el nifio nacido del adulterio morira. En este texto vemos cémo, después de perdonado el pecado, suele quedar una pena temporal que expiar. David, en el Salmo 51 (50), expresa su humildad, su dolor, su confianza en la misericordia de Dios y su consuelo por saberse per- donado. (Los tltimos versiculos, que hablan de la reconstruccién de Jerusalén, son una adicién posterior). Este salmo pone ademas muy de manifiesto que el elemento principal de la penitencia en la Biblia es la contricién del corazén y no tanto la penitencia exterior. II Samuel 12, 15-23: N6tese que David habia vivido en pecado bastante tiempo, todo el tiempo transcurrido entre el adulterio y el nacimiento del nifio. Pero David sabe bien que a menudo las amenazas de Dios son con- dicionadas. De ahi su ayuno y oracién por lograr que Dios conser- ve la vida al nifio (es notable el gran amor de David a todos sus hijos). Al ver que el nifio ha muerto, David hace cuanto era cos- tumbre hacer después de los dias de luto: se bajia, se unge, muda sus ropas, come. Va también a la casa de Yahvé a hacer oraci6n. No se mencionan las palabras de su oracién, pero el acto de pros- ternarse indica su sumisi6n plena a la voluntad de Dios. Ciertamente los dfas de oracién y ayuno por el nifio habfan restablecido su inti- midad con Dios y le habian afianzado mas y mis en la humildad. Asi el humilde reconocimiento y dolor por el pecado cometido, debe siempre arraigarnos en la humildad; Ilevarnos a una actitud de ado- racién profunda. II Samuel 12, 24-25: Nétese la infinita bondad y condescendencia de Dios al conce- derle otro hijo a Betsabé, legitimo, especialmente amado de El. Al enviar Yahvé a Natan para darle al recién nacido el sobrenom- bre de Yedidyd («amado de Yahvé») indica su especial amor y pro- teccién para con él. Y ciertamente es especial dignacién de Dios el que el Mesias descienda del hijo de David y Betsabé. Como para indicar que Cristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 273 Sin duda este consuelo que Yahvé concede a David, iba tam- bién encaminado a fortalecerle para soportar el sufrimiento anun- ciado por Natén. Y no simplemente soportarlo, sino valerse de é1 para crecer en humildad y por lo mismo en unién con Dios. Aun los castigos paternales y medicinales de Dios, son en el plan divino, un medio para hacer crecer al alma en intimidad con Dios. {Si conociéramos el corazén de Dios! «Aprende a conocer el corazon de Dios en la Palabra de Dios», dice San Gregorio Magno. 274 EL REY SEGUN EL CORAZON DE DIOS, DAVID ii CONSECUENCIAS DEL PECADO Notese Si por una parte la Sagrada Escritura nos dice que hemos de pro- ceder santamente, segin la voluntad de Dios, y nos ofrece ejem- plos de personajes realmente santos, por otra también nos presen- ta el reverso de la medalla; nos muestra a otros personajes con sus pecados, sus actitudes equivocadas y todas las terribles consecuen- cias de tal proceder. Al lado de un Abraham, un Lot; al lado de Samuel, Satil. En la historia de David, juntamente con sus virtu- des, encontramos sus pecados y las consecuencias de éstos. Todo escrito para nuestra ensefianza (Romanos 15, 4). En los hechos que vamos a analizar ahora, se ve todo un enca- denamiento de pecados; el incesto de Amnén nos muestra que el hijo no es mejor que el padre y como él se deja llevar por la pasién. Y el ver las consecuencias de la propia sensualidad en sus hijos, puede considerarse como una justa retribucién que recibe David. Dios deja obrar libremente las causas segundas. Natan habia predicho también al rey que reinaria la violencia en su familia y esta profecia se cumple en Absalon, que mata a Amnon y se rebela contra su padre. Ademis, todo esto denota que David no supo educar a sus hi- jos; fue excesivamente blando con ellos. Los amaba profundamente, pero, como veremos, su amor era demasiado sentimental y carecia de la necesaria firmeza. Y si agregamos a esto el mal ejemplo que les dio al cometer el adulterio, era pricticamente inevitable que éstos se dejasen Ievar sin control, de sus pasiones y ambicién. 275 TI Samuel 13, 1-14: De los hijos de David, Absalén y Tamar eran hijos de Maaka, hija de Talmay, rey de Guesur, mientras Amnon, el primogénito y como tal heredero del trono, era hijo de Ajinéam. Amnén «se prendé de Tamar», pero lo que siente por ella es una pasi6n sensual y nada més; no se trata de verdadero amor. Por lo que parece, ésta era atin muy joven y virgen y vivia retirada en las habitaciones de las mujeres, por lo cual Amnén no tuvo la mis- ma facilidad que su padre para cometer el delito. Segtin todo el con- texto, los hijos del rey vivian en casas propias, separadas del pala- cio real. Notese que el amigo de Amnén, primo suyo, es un hombre sin escripulos y muy astuto. No es un auténtico amigo, que busque sin- ceramente el bien de Amnén, sino en realidad, su enemigo, ya que lo impulsa al mal. Estamos lejos de una auténtica amistad como la que unfa a David con Jonatan. Pero probablemente Amnén tampo- co estaba en condiciones de encontrar semejante amistad. Yonadab realmente no honra su nombre que significa « Yahvé es bondadoso». El rey ni remotamente sospecha las intenciones de Amnon, ni tampoco puede sospecharlas la inocente Tamar. Esta recuerda a su hermano (vers. 11-14) que Israel es un pueblo santo y como tal, cada miembro del pueblo de Dios ha de ser santo y cumplir Ia vo- luntad del Sefior. Es lo que significan sus palabras: «No se hace esto en Israel». Ademis, advierte la joven, esta insensatez que Amnén quiere cometer es un verdadero pecado («nebala» significa tanto locura como transgresién pecaminosa) y este pecado causaria una deshon- ra intolerable para ella y causaria asimismo la desgracia de Amnén. Todo pecado es en realidad locura. También indica que si est4 enamorado de ella, pida al rey per- miso para casarse. Aunque estaban prohibidos por la ley los matri- monios entre hermanos (Levitico 18, 9 y 11; 20, 17), sin duda ella pensaba que el rey podria dispensar en caso tan excepcional. Tamar se muestra prudente, sensata, bien formada en la Icy de Dios. Pero Amnén usa de la fuerza. TI Samuel 13, 15-22: Tamar, prudentemente, quiere evitar el escandalo, ya que da- 276 das las circunstancias, el pueblo podia pensar que era ella, Tamar, quien habia seducido a su hermano. Pero Amn6n, que por lo visto nunca aprendié a dominarse, echa de su presencia violentamente a Tamar. Nunca Ja habfa amado, de modo que una vez satisfecha su pasi6n, ya no sentfa atractivo alguno por ella, sino que la aborre- cia. Tamar se va gritando y rasga su tunica, medida necesaria para no aparecer ella como la culpable. Notese que segtin Levitico 20, 17, el crimen de Amn6n merecia Ja muerte; pero David no sola- mente no le aplicé la ley, sino que no hizo absolutamente nada para castigarle. Debilidad de cardcter que tuvo como consecuencia el que Absaldn vengara a su hermana Tamar, matando a Amnén. Habia otra ley (Deuteronomio 22, 28) que obligaba a quien ha- bia desflorado una virgen, a tomarla por esposa. David debiera al menos haber obligado aAmn6én a esto Ultimo. Esto habria impedi- do que Absalén hubiera matado al esposo de su hermana, pero David no hace nada. Ni tampoco consulta aYahvé en este caso. Las consecuencias seran gravisimas. El sentimentalismo ofusca e im- pide ver las cosas a la luz de Dios. II Samuel 13, 23-38: Si el incesto de Amnén con Tamar es reflejo del adulterio de David con Betsabé, la muerte violenta de Amn6n refleja el asesi- nato de Urfas. Absal6n indica como motivo de venganza la violacién de su her- mana Tamar, pero es posible que ya entonces tuviera la ambicién de ser rey y quisiera deshacerse del heredero del trono. El esquileo era siempre tiempo de alegria y solfa celebrarse con un banquete. Por el relato se ve que Absalon tenia terrenos y ove- jas. Con mucho disimulo convidé a toda la familia real. No6tese que Absalén comete un doble crimen: atenta contra la vida del heredero del trono, hermano suyo, y viola la ley sagrada de la hospitalidad. Pero nada le importa. Se deja Hevar de la pa- sidn y carga tranquilamente con toda la responsabilidad. A rafz de su crimen, Absalén huye al lado de su abuelo materno Talmay. Durante tres afios llora David la muerte de Amné6n, su primo- génito, y después... siente revivir en su corazon de padre su amor tan tierno por el hijo asesino (vers. 38-39). 277 II Samuel 14, 1-8; 12-14 y 18-24: Joab, conociendo las disposiciones de David, se vale de una mt jer sagaz de Teqoa (situado a 8 kms. al sur de Belén). Segiin la his- toria que narra la mujer, la venganza de la sangre se considera como una obligaci6n estricta, pero el cumplir tal obligacién, la dejaria sin hijos; por eso implora la ayuda del rey. La aplicacién al caso de Absalén es transparente: David no debe dejar alejado al hijo que ha de propagar su nombre y sucederle un dia en el trono (aunque Absal6n era el tercer hijo de David segin II Samuel 3, 3, como del segundo —Kilab, llamado también Daniel, hijo de Abigail— no se. habla mas, hemos de suponer que murié muy joven y que por tan- to, muerto Amné6n, era Absalén el heredero del trono). Notese que David accede a la peticién de la mujer, con gran ale- gria de Joab que expresa su gratitud al rey. Pero esta vez David, seguramente para evitar habladurias, aunque autoriza el regreso del fugitivo, quiere que viva encerrado en su casa y no se presente ante sus ojos. Seguin el vers. 28, Absalén estuvo dos afios sin ver al rey. II Samuel 14, 29-33: Né6tese que Absalén sigue siempre sus impulsos y, leno de ira porque Joab no acude a su llamada, hace prender fuego al campo de éste que colinda con el suyo. En todo momento Absalén es es- clavo de sus caprichos y pasiones. Todo esto es resultado de la debilidad de su padre que no supo educarle con mano firme. David, por fin, recibe a Absal6n y, sin duda alguna, como se ve por lo que sigue, olvida todo y demuestra a su hijo todo su amor. Pero mientras David es un hombre de sentimientos profundos y sin- ceros, Absaldn carece de amor filial y de delicadeza de sentimien- tos. Aspira ahora a suplantar a su padre, a quien probablemente al verle débil de cardcter, despreciaba. Es normal, por desgracia, que los hijos desprecien a padres débiles de cardcter. TI Samuel 15, 1-6: Notese la astucia de Absalén: procura conquistarse al pueblo a espaldas de su padre. Insintia que el rey, quizds por su edad, no administra la justicia como antes, y con halagos, fingida bondad y humildad procura atraerse a los israelitas. También se hace carros tirados por caballos y cincuenta hombres que corran delante de 1; 278 es la manera propia de vivir los reyes y con ello declara implicita- mente sus derechos al trono. Y cuando ya creyé haberse conquis- tado a todo el mundo se rebela. IE Samuel 15, 7-12: Notese que «cuarenta afios» es evidentemente un error del co- pista. Habra que leer «cuatro» y calcular estos cuatro afios desde la reconciliacién de Absalén con su padre, (unos nueve afios des- pués de la muerte de Amnon). Notese también la hipocresfa de Absal6n: alega un voto para ir a Hebrén. Si acaso habia hecho este voto, ,c6mo durante cuatro afios no quiso cumplirlo? Absalén miente, también David habia mentido en mas de una ocasi6n, pero aqui la mentira es mucho mas grave. Es muy probable que la conducta de Absalén provocara sospechas, pero que David, demasiado amante de su hijo, no quiso creer. Enel versfculo 10, hay que traducir «emisarios» y no espias (la palabra «meraglim» puede significar ambas cosas). Estos emisa- tios son enviados secretamente, como se hace con los espias, y han de comunicar el mensaje no a cualquier persona, sino a los que se mostraban partidarios de la rebelién. Notese que Ajitéfel («mi hermano es locura»), seguramente seria Ajibaal o Ajifélet («mi hermano es salvacién») y fue alterado intencionalmente. Ajitéfel habfa sido consejero de David, pero el hecho de que Absalén le hiciera lamar de Guild, indica que en- tonces ya no desempefiaba este oficio. Ajitéfel es el tipo perfecto del traidor. Tipo y figura de Judas, por su traicién y también por su muerte, ya que murié ahorcdndose (17, 23). TI Samuel 15, 13-23: Se habla de Israel como partidario de Absalon y de Judd como fiel a David, Se trata de mayorias, pero no se excluye que hubiera israelitas fieles a David o miembros de Jud seguidores de Absalén. EI rey se marcha de Jerusalén con su familia, sus servidores y «toda la gente», es decir sus guerreros, no la poblacién de Jerusa- lén que quedé en la ciudad y Iloraba (vers.23). Los guerreros de David sin duda comprendfan a esos seiscientos que en afios ante- riores habia reunido David en torno a él (I Samuel 23, 13) e incluia 279 a los kereteos y peleteos (II Samuel 8, 18) y un contingente de gueteos provenientes de Gat (I Samuel 5, 8-9) que eran filisteos. Nétese la fidelidad del gueteo Ittay, que contrasta con la rebe- lidn del hijo del rey. Del vers. 19 se puede deducir que Ittay y su gente habjan sido desterrados de Gat, quizds por su admiracién a David. El rey no quiere mezclarlos en un asunto familiar, aunque apre- cia su lealtad. Pero Ittay se muestra hombre firme, recto, sincero y quiere permanecer al lado de David. Posteriormente encontramos a Ittay como jefe del ejército al lado de Joab y Abisay (18, 2), se- guramente en premio de su fidelidad a David. Nétese que David da a Absalon el titulo de «rey», no por ironia sino por corresponder a Ja realidad del momento. También hay que observar que el rey se detiene en el valle de Cedr6n, que separa la ciudad del monte de los olivos, y se menciona aqui por primera vez en la Biblia. El nombre probablemente significa «negro», tal vez por su lobreguez. Casi siempre se encuentra seco fuera del tiempo de las Iluvias. II Samuel 15, 24-29: Notese que David, en su profunda piedad, no quiere poner en peligro el arca de la Alianza, por mas que para él habria sido un consuelo tenerla consigo. Por eso ordena que la leven de nuevo a Jerusalén. David piensa mas en Dios que en si mismo, y esto en el momento de su desgracia, cosa no muy comin. El rey indica un lugar donde se le podré encontrar para darle no- ticias de los planes de Absalén, son los vados (no los campos, como leen otras versiones) del desierto. Los hijos de Abiatar y de Sadoc serén los mensajeros. Nétese Ja humildad de David (vers. 26). II Samuel 15, 30-37: El monte de los Olivos (su cima mas alta es de unos 812 me- tros) se levanta al este de Jerusalén sobre el valle de Cedrén. Da- vid sube afligido, con la cabeza descubierta en sefial de dolor y los pies descalzos; figura de Cristo, hijo de David, que asimismo, trai- cionado y afligido, pasa por el valle de Cedrén hasta el monte de los Olivos. David no protesta, no se queja, acepta todo en espiritu de penitencia, porque sabe que ha pecado. 280 Notese cémo David pide a Dios que haga fracasar los consejos de Ajit6fel. Confia en Yahvé y lo espera todo de El, pero también hace cuanto depende de él mismo. De esta manera ruega a Dios haga vanos los consejos del traidor y al mismo tiempo se vale de la cooperaci6n de Jusay’, a quien encuentra en la cumbre del monte de los Olivos. Jusay, a peticién de David, ha de hacerse rival de Ajitéfel y comunicar los planes de Absalon a Sadoc y Abiatar. Asi se mostrara verdadero amigo de David. II Samuel 16, 1-4: Recordemos que Siba aqui traiciona a Mefibaal. David cae en la trampa, seguramente porque dado su estado de afliccién, cual- quier ayuda la apreciaba tanto que no averiguaba nada mas. De todos modos era una ingenuidad pensar que Mefibaal pudiera ima- ginarse que Absaldn le devolviera el reino. Sib4 calumnia a Me- fibaal precisamente con la intencién de quedarse con todas las po- sesiones de su sefior. II Samuel 16, 5-14: Simi (Dios me ha escuchado) esta Ileno de odio a David. Por qué le llama «hombre de sangre», 0 sea, asesino? Es muy posible que Simi considerara a David responsable de la muerte de Abner y de Isbaal, ademdas de la muerte de Urfas.Asimismo tendria presente la muerte de los siete descendientes de Saul entregados a los ga- baonitas (II Samuel 21, 1-14), si es que este hecho sucedié antes de la rebelién de Absalén, como parece mas probable. No olvide- mos que los hechos no se narran en un orden cronoldgico estricto. Nétese la impetuosidad de Abisay que quiere matar a Simi, y la mansedumbre de David. Este ve en los insultos simplemente un castigo enviado por Dios; Simi es en manos de Yahvé un simple instrumento de su justicia y David quiere recibir sin protesta de manos de Dios cuanto quiera enviarle. Dios sabe lo que hace... Si Absalén, su hijo, se rebela contra David, ;qué se le puede pedir a un extrafio? David no olvida que ha pecado contra Dios, se ha re- > El nombre deriva tal vez del verbo hush = apresurarse, que combinado con el nombre de Yahvé significarfa «aprestirate Yahvé». 281 belado contra El. Todo pecador es un hijo que se rebela contra su Padre, Dios; esto fue David al cometer el adulterio y homicidio; merece pues que su hijo se rebele contra él y también los insultos de Simi. David sabe sufrir y soportar lo que Dios hace con él. El versiculo 14 dice que el rey y los suyos «llegaron», sin indi- car a donde. Una versi6n griega lee «al Jordén». II Samuel 16, 15-23: El hagidgrafo acentiia el hecho de que Ajit6fel estaba con Absa- 16n; era el hombre mas importante del campo rebelde y el mas pe- ligroso para David. Jusay saluda a Absal6n con un «viva el rey», pero Absalén res- ponde con ironfa y quizds con una secreta desconfianza: j,cémo el amigo de su padre de repente lo ha abandonado? Jusay declara que la voz de Yahvé, manifestada por la voz del pueblo, ha designado como rey aAbsalén y él, Jusay, permanece fiel a la dinastia, ya que va a servir al hijo de David. Absaldn se deja engafiar sin sospechar que Jas palabras de Jusay pudieran ser un ardid de guerra. Notese el consejo que Ajitéfel da a Absalon, posesionarse de las concubinas de su padre. El heredero de un rey heredaba el ha- rén de éste. Ajitéfel quiere que Absalén exprese asi, a la vista de todo el pueblo, que él es el rey legitimo, heredero de David. La tienda formaba parte del rito nupcial. Se levanta en el mis- mo terrado desde el cual David habia visto a Betsabé y concebido su pecado de adulterio. Lo que David hizo en secreto, lo hard pu- blicamente Absalon. Asf se realiza la profecia de Natan (II Samuel 12, 11-12). El versiculo 23 indica c6mo se recibian los consejos de Ajit6fel, como ordculo de Yahvé. Por eso mismo tal vez, Absalén no averi- gu6 mas y sigui6 al pie de la letra el consejo vergonzoso del trai- dor. Quizas no violé de hecho a las concubinas de David, al menos a todas. Pero la tienda construida en el terrado con este objeto era mis que suficiente para hacer creer a todo el mundo que realmente Absalén se habia posesionado de las concubinas de su padre. II Samuel 17, 1-14: El consejo de Ajitéfel de perseguir inmediatamente a David y matarle a él solo, era excelente desde el punto de vista politico, pues 282 hubiera consolidado el trono de Absalon definitivamente. El plan estaba bien concebido, ya que David y los suyos estaban cansados y necesitaban la noche para reponerse. Sus tropas no eran muchas, apenas unos dos mil hombres. Ajitéfel tendria la ventaja numéri- ca, ademds de la ventaja de un ataque por sorpresa. De esta mane- ra morirfa David y los hombres que estén con él se adheririan a Absalén. Pero nétese la Providencia de Dios que vela sobre David: Absa- 16n no hace caso esta vez del consejo de Ajitéfel, sino prefiere el de Jusay. Este quiere ganar tiempo para David y por eso alude al valor bélico del rey y de sus hombres, valor acrecentado mas toda- via por la situacién dificil en que se hallan. Que Absalon retina a todo Israel y al frente de un gran ejército caiga sobre David. Esto tenia que halagar a Absalén, que ya se veia vencedor y triunfante. Como el ejército de todo Israel seria irresistible, Jusay logra que prevalezca su consejo. Detras de todo est la Providencia de Yahvé. Hf Samuel 17, 15-23: Notese que los hijos de Abiatar y Sadoc se hallan fuera de la ciudad, junto a la fuente de Roguel esperando el mensaje. Pero hay quien los ve y avisa a Absalén. Providencialmente una mujer de Bajurim los esconde en el pozo (probablemente una cisterna sin agua). De esta manera Ajimaas y Jonatdn pueden avisar a David los planes de Ajitéfel. Notese que Ajitéfel comprende que la causa de Absal6n est per- dida (vers. 23) y opta por el suicidio, con lo cual prefigura la muerte de otro traidor, Judas. II Samuel 17, 24-29: Providencialmente David recibe ayuda al llegar a Majandyim. Sobi ammonita, descendiente sin duda del antiguo rey Najas (10, 1) y hermano del desgraciado Janin (10, 1-4), probablemente ha- bia subido al trono con la ayuda de David y ahora acude para de- mostrarle su gratitu; Makir que habia hospedado antes a Mefibaal (9, 4) y Barzil.lay («hombre de hierro» 0 «hijo de Zil.lay»), hom- bre viejo y rico (19, 33). Todos estos amigos acuden a David con Provisiones para él y los suyos. Dios nunca falta a los que confian en El. 283 N6tese cémo toda buena accién tiene, tarde o temprano, su re- compensa: Makir ayuda a David porque éste ayudé a Mefibaal («con la misma medida con que midiéreis...»),; Sobi lo hace pot agradecer una ayuda recibida. Barzil.lay, sin duda porque se lo inspiraba Dios. Por un amigo que falta o traiciona, Dios suele sus- citar otros y cuando menos se piensa. II Samuel 18, 1-8: Lo que se narra en este capitulo supone un lapso de varias se- manas, durante las cuales pudo David saborear toda la amargura y dolor de tener que presentar batalla a su propio hijo, a quien a pe- sar de todo amaba. Nétese que hay tres jefes del ejército de David: Joab, el jefe supremo, su hermano Abisay ¢ Ittay, gueteo. Las tropas no quie- ren que David salga a campana, ya que la vida del rey vale mas que la de muchos otros. Tal vez también se debe la respuesta de los soldados a Joab, que ya entonces pensaria matar a Absalén. Y né- tese cémo David recomienda a todos tratar con benignidad a su hijo rebelde. Seguramente en esta ocasi6n, al amor natural al hijo rebelde se agregaba la conciencia profunda y experimental de c6mo Dios no le haba retirado a él (David) su amor a causa de su pecado. Y tal como Dios le habfa perdonado y le seguia amando, David a su vez se sentiria impulsado a perdonar y seguir amando al hijo re- belde. Por lo mismo, jamds hay que guardar rencor a nadie y me- nos odiar. II Samuel 18, 9-18: N6tese que no se dice nada de que la cabellera de Absalén se enredara en las ramas del arbol. Probablemente qued6 aprisionado por el cuello entre dos ramas muy fuertes. El soldado tiene escri- pulos de matar a Absalon, pero no los tiene Joab, hombre violento, que tranquilamente carga con un asesinato mas. Se enterré aAbsa- J6n donde habia muerto y sobre su sepulcro echaron un montén de piedras, lo cual podfa significar el castigo que merecfa un hijo re- belde (comparese: Deuteronomio 21, 20-21). El hagiégrafo dice queAbsalén en vida se habia erigido un mo- numento «en el valle del rey». Se ignora su emplazamiento. Pare- 284 ce deducirse del hecho de erigirse un monumento que los hijos de Absaldén habfan muerto pequefios. II Samuel 18, 19-33 y 19, 1: Notese que Joab manda a un cusita esclavo suyo con la mala noticia. Ajimaas solamente quiere anunciar la victoria. Por eso con- testa en forma evasiva cuando David le pregunta por Absalén. La reaccién de David no es la de un rey, sino tan solo la de un padre profundamente afligido por la muerte de un hijo amadisimo. Sube al aposento sobre la puerta (era el del portero) para desahogar su dolor. II Samuel 19, 2-9: David y su amor casi ilimitado hacia el hijo rebelde es como una figura, en cierta manera, del amor infinito de Dios hacia los hombres. Como David no ces6 de amar a su hijo rebelde e indig- no, asi Dios no cesa de amar a los hombres, aunque rebeldes. Pero el amor de David por su hijo no pudo salvar a éste; asi también el amor que Dios nos tiene puede no tener éxito por culpa nuestra. Notese la actitud, por decirlo asi, brutal de Joab, que siendo pre- cisamente el causante del profundo dolor de David, le exige, con amenazas, que se presente a sus tropas para agradecerles la victo- tia. David no lo olvidara. TI Samuel 19, 10-15: De este texto se desprende que las tribus del norte habjan ungi- do rey a Absalon. Ahora, al verse sin rey, estos israelitas se acuer- dan de lo mucho que deben a David. Hay un cambio en la opinién publica. David, al darse cuenta, como buen politico, se aprovecha para despertar este mismo interés en los de Judd, que no se movian para hacerle volver a Jerusalén. Este es el sentido de su mensaje a los ancianos de Juda. Del versiculo 14 se desprende la intencién del rey de sustituir a Joab como jefe del ejército por Amas4, que habja capitaneado las tropas de Absalén. Hay que alejar al violento y sanguinario Joab. Con este gesto, ademés, se procura la lealtad de Amasé y de todas las tropas rebeldes. Pero Joab, con otro asesinato, sabra deshacer- se de Amasé (20, 8-10). 285 TI Samuel 19, 16-24: Los de Juda (probablemente los ancianos) se retinen en Guil- gal para ayudar a David a pasar el Jordin y acompaiiarle a Jeru- salén. Nétese que se presenta también Simi, nada menos que con mil hombres, para demostrar su buena voluntad a David. Aunque benjaminita, se presenta como de la casa de José, seguramente porque José y Benjamfn eran hermanos. Posteriormente se Ilama- ra «casa de José» a todas las tribus del reino del norte (compare- se: Amés 5, 6). Abisay, digno hermano de Joab, demuestra de nuevo su carac- ter violento y quiere pena de muerte para Simi por haber maldecido al ungido de Yahvé. David es el ungido de Yahvé, representante de Dios, y maldecir al ungido de Dios es como maldecir a Dios mis- mo, pecado que merece pena de muerte (Levitico 24, 15-16). Da- vid, magndnimo, perdona la vida a Simi. La instruccién dada res- pecto de él a Salomén (I Reyes 2, 8-9) se ha de entender en un sentido condicional: si se te presenta una ocasi6n justa, castigale; asi se vengarian también los insultos lanzados contra mi persona, contra el caracter sagrado de la realeza. Asi vuelve David a Jerusalén. Pero las calamidades seguiran aba- tiéndose sobre é]. Dios deja obrar libremente las causas segundas... En el plan de Dios, estas consecuencias dolorosas de los pecados del rey, al mismo tiempo que un justo castigo de sus pecados, eran un medio para santificarle y hacerle subir mas alto en la intimidad con Yahvé. Y David siempre se dejé labrar y modelar por Dios. Dios se vale de nuestras mismas faltas y pecados, con tal que estemos sinceramente arrepentidos, para hacernos crecer en santi- dad. Por eso, las consecuencias dolorosas del pecado se convier- ten en un medio de santificacién. 286 UN REY SEGUN EL CORAZON DE DIOS, DAVID IV I. DAVID Y LOS HABITANTES DE GABAON II Samuel 21, 1-9: Se trata de un tiempo de hambre. Y parece deducirse del versi- culo 10 que, en este caso, la causa era una prolongada sequia. No se indica en qué momento del reinado de David tuvo lugar esta se- quia; es como si el hagiégrafo quisiera hacernos comprender que no hemos de tomar este episodio simplemente como un hecho his- t6rico, sino ante todo como un hecho religioso que nos manifiesta larelacién entre pecado, expiacién y perdén. Probablemente este hecho tuvo lugar antes de la rebelién de Absalon. El hambre duré tres ajios, tiempo suficientemente largo como para alarmar al rey e inducirle a consultar a Yahvé. Recordemos que Dios sola dar la respuesta de tres maneras: por suefios, por medio de un profeta o bien por los «urim y tummim». Aqui no se nos dice de cual de estos medios se valié David. No es necesario pensar en una revelaci6n sobrenatural propiamente dicha. Pudo muy bien suceder que David cayera simplemente en la cuenta de que habia una culpa no expiada como causa probable del hambre y el reconocimiento de Ja culpa de sangre de Saiil pudo haber sido pen- samiento del propio David o sugerencia de los gabaonitas. Recordemos que los gabaonitas eran cananeos que en tiem- pos de Josué, por medio de una ingeniosa estratagema, lograron que éste les conservara la vida e hiciera alianza con ellos. Por con- siguiente la conducta de Sati] haciendo una matanza entre ellos, era una violacién del juramento que hizo Josué y exigia una ex- piacién. {Cuando cometié Saul este crimen? Sabemos por I Samuel 28, 3 que extermin6 a los adivinos y evocadores de muertos. Quizas, 287 al apartarse de él el buen espfritu y desquiciarse cada vez més, en su celo extraviado quiso acabar con los descendientes de un pue- blo extranjero. El hecho es que maté a muchos de ellos y, segtin la mentalidad biblica, el derramamiento injusto de sangre inocente profana la tierra y exige expiaci6n. David esta convencido de que el crimen de Sati no reparado es la causa del hambre y que toca a los gabaonitas decir cémo hay que hacer la expiacién. Se supone que los gabaonitas, ofendidos por Satil, habian pro- nunciado explicita o implicitamente una maldicién contra el pue- blo de Israel y tal maldicién se cumplia y solamente podia ser neu- tralizada por la bendicién de Yahvé o alguna bendicidn opuesta. N6tese que la reparacién ha de hacerse ante Yahvé (vers. 6 y 9), y que normalmente la sangre injustamente derramada debe ser ex- piada por la sangre del culpable; pero en este caso el culpable ha- bia muerto. Asi los gabaonitas piden la sangre de algunos de sus descendientes. En concreto siete, nimero de plenitud; de esta ma- nera la muerte de los descendientes de Satil representa una repara- cién completa. El sentido del verbo hebreo (yaqa“), que describe el suplicio de estos hombres, es discutido y es preferible traducirlo simplemente por «ajusticiar», sin tratar de descifrar la indole del suplicio. El mismo verbo se usa en Numeros 25, 4 para describir la muerte expiatoria de algunos que habian pecado contra Yahvé. No6tese que no se trata de una venganza, sino de un acto religio- so de expiacién de un pecado. Las victimas son dos hijos de Satil y Rispa, su concubina, y cinco hijos de Merab, la hija mayor de Saul, casada con Adriel. Estos son ejecutados sobre el monte co- nocido hoy por Neby Senuil (o Neby Samuel), a unos 2 kms. al sur de Gaba6n. Alli existia un santuario muy célebre atin en tiempos de Salomén. La ejecucién tuvo lugar en los primeros dias de la co- secha de la cebada, 0 sea entre abril y mayo, mds probablemente en mayo, ya que la regién montajiosa a la cual pertenece Gabaon, se cosecha la cebada mas bien en mayo, mientras que en el valle del Jordan se comienza a cosechar en abril. II Samuel 21, 10-14: Segtin Deuteronomio 21, 22-23 el cuerpo de un ajusticiado debia 288 ser enterrado el mismo dia; pero esta vez los cuerpos se dejan ex- puestos hasta que Dios mande la Iluvia y apruebe asi la reparaci6n. Privar a un muerto de sepultura y dejarlo como presa a las aves del cielo y bestias del campo, era la peor de las ignominias. Risp4, en suamor y dolor de madre, ahuyenta a las aves y a los animales hasta que Dios envia la Iuvia. Si no mandé el Sefior una Iluvia excep- cional, Rispa tuvo que continuar asi, espantando a los animales, hasta el mes de noviembre. N6tese que David, una vez obtenido el beneficio de la Iluvia, se apresura a sepultar a los ajusticiados, juntamente con Satil y Jonatén (cuyos huesos manda traer de Yabés de Galaad), en el sepulcro de Quis, su padre. Conviene tener presente Ja gran im- portancia que atribufan los antiguos a ser sepultados con sus pa- dres. Por consiguiente, David realiza aqu{ un acto notable de ca- ridad. {.Cual es la ensefianza que Dios quiere darnos por medio de todo este episodio? Sin duda quiere hacernos comprender el misterio del pecado y cémo el pecado de uno afecta a muchos, y, para neutrali- zar sus efectos, hay que establecer el contrapeso con una expia- cién equivalente. Dios, en su misericordia, perdona el pecado, pero exige una re- paraci6n. Nosotros pensamos que tal reparacion debe exigirse a los enemigos de Dios (los pecadores), a los verdaderos culpables; pero encontramos con que a menudo Dios la pide a sus amigos, a los inocentes. También los pecados de toda la humanidad los expia Jesucristo, «santo, inocente, inmaculado» (Hebreos 7, 26) y suele asociar a su expiacién a sus amigos (pensemos en la Iglesia perse- guida....). Hoy dia, con una sensibilidad religiosa mds fina y a la luz del Nuevo Testamento, comprendemos que, ante todo, el con- trapeso lo establece la santidad, juntamente con la oracién y el sufrimiento aceptado con amor como Cristo y con El. IL. EL CENSO II Samuel 24, 1-9: La expresi6n: «la ira de Yahvé se encendid una vez mds» es una alusién al capitulo 21: entonces la ira de Dios se debfa al crimen 289 de Satil; ahora es el mismo David quien la provoca. En ambos ca- sos el pais y el pueblo sufren las consecuencias; ambas veces exi- ge Dios una expiacién y ambas narraciones terminan con un «Yahvé se apiad6 de la tierra». Né6tese que, segtin I Crénicas 21, 1, es Satands quien incita a David a hacer el censo. Satands siempre incita a usurpar los dere- chos de Dios, ya lo hizo con nuestros primeros padres. Pero por qué hacer un censo era una ofensa a Yahvé? Seguin Ja mentalidad antigua, quien conoce el nombre de otro, el numero de sus pose- siones y clan, posee un misterioso poder sobre esa persona. Israel es la heredad de Yahvé, el pueblo de Yahvé y solamente Yahvé tie- ne derecho de conocer su numero. Por consiguiente, desde este pun- to de vista, hacer el censo era una usurpaci6n de derechos divinos, mas que un pecado de orgullo y vanidad. Del hecho de que confiara el censo a Joab y al ejército, puede deducirse que lo que ante todo interesaba a David, era conocer la fuerzas de sus tropas. Joab esta vez se resiste, seguramente por motivos religiosos. Es curioso constatar que Joab, en la rebelién de Absalon y después, hace lo que se le antoja, pero aqui obedece sin mas. Es muy probable que el episodio del censo haya que colo- carlo antes de la rebelién de Absalon, cuando atin habia buenas relaciones entre Joab y David. La duracién del viaje y del censo no parece exagerada. Los le- vitas no entran en el censo, probablemente por aplicarse la ley de Moisés (Ntimeros 1, 47-49), segtin la cual no les correspondia el servicio militar sino el atender al santuario. Tampoco se hizo el censo de los benjaminitas (comparese I Crénicas 21,6), seguramente para no provocar disensiones de parte de ellos (comparese: II Sa- muel 20, 1-7). Las cifras que arroja el censo son muy altas, y en este mimero no iban incluidos los jovenes de «veinte afios para abajo», segin I Crénicas 27, 23. Para calcular el total de la poblacién, habria que multiplicar por lo menos por cinco el ntimero de los guerreros. Pero asi se obtendria una poblacién de varios millones, que nunca ha existido en la Palestina. Se calcula mas bien para los tiempos de David una poblacién de unas 750.000 personas, con lo cual se obtendria una cifra de unos 150.000 guerreros. 290 I Samuel 24, 10-17: Hacer un censo no esen si pecado, sino la actitud interior con que se realiza este acto. No hay actos indiferentes en cuanto al sujeto que los realiza. El censo desagrad6 a Dios (I Crénicas 21,7) y David siente remordimientos de conciencia. Humildemente con- fiesa una vez mas su pecado y pide perdén. Parece que fue durante la noche cuando David reconocié su falta y, también por la noche, Yahvé encarga al profeta Gad comunicar al rey la decision divina. La noche, por la tranquilidad que ofrece, es especialmente a pro- posito para que el alma entre dentro de si. Es posible que la narra- cién de este episodio la hiciera el mismo Gad. Notese que hambre, peste y guerra son los principales castigos de Yahvé para educar a los suyos (compérese: Jeremfas 21, 7; 24, 10 y 27, 8). A veces se afiade otro cuarto: los animales dafiinos (Ezequiel 14, 21). David quiere ante todo evitar la guerra, pero tanto el hambre como la peste se conciben como enviados por Yahvé directamente, sin intermediarios humanos. Asi deja la eleccién de hecho en manos de Dios y Dios escoge la epidemia. Se menciona la era de Arauna, el yebuseo, que se encontraba en el monte Moria, donde mas tarde Salomén edificaré el templo. Es posible que David viera desde su casa, en la colina de Ofel, al Angel que se aparecié en la era de Arauna. El lugar de Ja aparicién cra mas elevado y por eso se dice que David subié para erigir alli un altar a Yahvé. Pero precisamente en tal caso, la era ya no podia usarse para nada profano. El trillo era un trineo de madera que los animales arrastraban lentamente por encima del trigo. Trillos y yugos podian muy bien servir de lefia para el sacrificio. David ofrece a Arauna cincuenta siclos de plata; en cambio I Crénicas 21, 25 habla de seiscientos siclos de oro. Notese que en ese mismo lugar Abraham estuvo a punto de ofre- cer en sacrificio a su hijo Isaac. Se trata de un lugar sin duda esco- ido por Dios para colmar de beneficios a su pueblo. Alli mismo Salomén edificara el templo, y si bien David no lo edificé sin embargo él concibié la idea, compré el terreno y facilité a su hijo «de esta manera la construcci6n. Y cerca de alli el Mesias, hijo de David, sera crucificado y ofrecer su sacrificio redentor. 291 II. ULTIMAS PALABRAS DE DAVID Ii Samuel 23, 1-7: Se llaman iltimas palabras» por tratarse de un ordculo que pro- nuncié el rey hacia el fin de su vida, pero no se excluyen palabras y acciones posteriores de David. Se trata de un ordculo «ne“um». Este término se encuentra casi siempre unido al nombre divino Yahvé (ne“um Yahvé) y solamente tres veces, en la historia de Balaam (Ntimeros 24, 3-4 y 15-16), en Proverbios 30, 1 y aqui, en el texto que comentamos, se usa esta palabra con el nombre de alguien que no es Yahvé, para indicar la inspiraci6n divina de estas palabras. De modo que estas Ultimas palabras de David son, en cierto sentido, palabras del mismo Yahvé. David se llama aqu{ a sf mismo «hijo de Isai», nombre que que- dard intimamente asociado al Mesias (Isafas 11, 1 y 10), es el un- gido del Dios de Jacob: ungido como rey, figura del ungido por ex- celencia, el Mesias. ¥ es cantor de Israel, como poeta que compuso muchos salmos. Como ungido de Dios y poeta inspirado, David es un instrumento apto de la Palabra de Dios. Nétese que el que habla por David es el Dios de Jacob, que se llama la roca de Israel. Y este Dios fiel y veraz ha hecho un pacto con David. A este pacto se debe su grandeza y el éxito de sus em- presas, asi como a la cooperacién que David presta a Dios tratan- do de proceder en todo con justicia y segtin Ja voluntad de Dios. Pero no olvidemos que el pacto con David tiene significado mesianico. Es un pacto eterno y que nada puede romper (compa- rese: Jeremias 33, 20-26). Y si ya David era luz de Israel (21, 17), en sentido mas amplio el Mesias, del linaje de David, sera luz para los gentiles (Lucas 2, 32). También la expresién germinar y ger- men, vastago (samab) volverd como un término intimamente aso- ciado al Mesias (comparese: Salmo 132, 17; Jeremias 23, 5 y 33, 15). El que se termine con la destruccién de los enemigos hace pensar que seguramente la composici6n original fue mds larga, y que solamente se nos ha conservado el principio. Pero también puede ser que precisamente se termine en esta forma para hacer resaltar que las fuerzas del bien siempre y a pesar de todo, acaban por vencer. 292 Notese cmo estas «tiltimas palabras de David» nos revelan una vez mas, su alma contemplativa y cémo guardaba en su corazén todo cuanto Dios habfa hecho a su favor. Asi también se iba ha- ciendo en su alma una luz cada vez mayor acerca del significado de las palabras de Yahvé y de la fidelidad que él debfa al Sefior en correspondencia. También en este punto David es un modelo de cémo en el contacto fntimo con Dios hemos de penetrar cada vez mas profundamente en el conocimiento de su Palabra. La palabra de Dios solamente se puede ir asimilando en su profundidad poco a poco. Digase lo mismo de cuanto Dios obra en el alma. T Reyes 1, 1-4: David tenia ya setenta afios. Su salud estaba del todo quebran- tada, lo cual se explica facilmente por las continuas guerras y los sufrimientos morales causados por sus hijos. Guardaba cama y no podia calentarse. Aqui los servidores son los médicos y éstos pro- ponen un remedio usual en la antigiiedad: buscarle una jovencita como enfermera y esposa (también lo prescribe Galeno). De esta manera Abisag entra a formar parte del harén de David, aunque el rey «no la conocid»" y su papel se redujo al de enfermera. Segu- ramente David ya tenia pocos 4nimos para ocuparse del reino, lo cual explica que Adonjfas quisiera proclamarse rey. I Reyes 1, 5-10: Notese que Adonias era el mayor de los hijos supervivientes de David y aunque entre los orientales no era el hijo mayor quien for- zosamente heredaba el trono, sin embargo se presumia que se- ria él. Era pues natural que Adonjas se considerase con pleno dere- cho a sucedera su padre. Pero el amado deYahvé, el elegido por Dios, era Salomén, y ademas David habia confirmado esa eleccién con juramento (I Reyes 1, 13 y 17). Por su parte Adonias, con su ambi- cién y su afan de popularidad, se parecia bastante aAbsalon. Agre- guemos a esto su belleza... Y David tan amante de sus hijos, pren- dido sin duda por las cualidades de Adonjas, nunca le reprendié por su manera de proceder. Se comprende que envalentonado con esta debilidad de David diera un paso mis y se proclamara rey. ‘° El significado es: no tuvo trato conyugal. 293 David, alma tan de Dios, por subjetivismo no sabe educar a sus hijos para Dios. La debilidad de los padres en la educaci6n de los hijos provoca el desprecio de éstos y el afan de dominarlos. Notese también que Joab esta de parte de Adonias, sin duda te- meroso de que si Salomén subfa al trono perderia su puesto de ge- neral del ejército. Asimismo Abiatar, viendo tal vez la predileccién de Salomén por Sadoc, abraza el partido de Adonias. No estén conAdonias Sadoc, descendiente de Eleazar, ni el pro- feta Natan, quien precisamente por encargo de Yahvé habia puesto a Salomon el nombre de Yedidyah, amado de Yahvé, sefialandole asi como sucesor de David, ni otros fieles a David. Naturalmente al preparar Adonjias un gran banquete con fines politicos no invita a estas personas ni a su hermano Salomén. Ado- nias pretende poner a todos ante el hecho consumado de haberse proclamado rey. Pero cuanto se hace contra la voluntad de Dios, sale mal a corto o largo plazo. I Reyes 1, 11-27: Né6tese que tanto Salomén como Betsabé corrian peligro de ser eliminados por Adonjas, si éste lograba sus pretensiones. Natén toma en sus manos todo el asunto y sugiere a Betsabé lo que ha de decir al rey. El juramento de David de poner en el trono a Salomon, solamente se conoce por este pasaje, pero no es posible dudar del hecho, ya que el profeta Natén no podfa mentir y David reconoce el juramento (vers. 30). Seguramente era conocido tan sélo por un reducido grupo de intimos del rey. Betsabé se retira al entrar Natan ya que un monarca oriental nun- ca aparecia en ptiblico con su esposa; cuando Betsabé aparece de nuevo, Natan a su vez tiene que retirarse. Natén puntualiza y manifiesta su asombro acerca de lo que hace Adonias. {Lo hace acaso con el consentimiento de David? Sin tal consentimiento no se puede ni debe hacer nada. De esta manera Natan apela a la conciencia de David y le mueve a tomar una de- terminaci6n acerca de la sucesi6n en el trono. I Reyes 1, 28-40: Esta vez David toma una decisién enérgica y ordena la inme- diata uncién de Salomén hasta en sus menores detalles. 294 Guijon es una fuente en el valle de Cedr6n, al este de la colina donde estaba el palacio real. La uncidn convertiria a Salomén en el ungido del Sefior y le conferiria un cardcter sagrado. Sadoc un- giria a Salomon y Natan seria el testigo. Después de Ia unci6n se- guiria la procesién solemne hasta Jerusalén al grito de «Viva el rey Salomén», la entronizaci6n y toma de posesién formal de la digni- dad real. Salomén sera «naguid»: principe, eminente. «Naguid» tiene un matiz religioso, mientras «mélek» es un titulo pagano. Los cereteos y peleteos formaban la guardia personal del rey (nada tie- nen que ver los primeros con Creta ni los segundos con Ios filisteos ni con la leyenda de Keret de Ras Shamra). I Reyes 1, 41-53: Se podia bajar del palacio real a Guij6n en cinco minutos a ca- ballo y sin que se notase nada en Roguel, donde se hallaba Adonias, por cuanto las curvas del valle apagaban los ruidos e impedian la vision. Pero la procesién clamorosa de la vuelta, aumentada por la sonoridad del valle de Cedrén, la oyeron los convidados de Adonias. Jonatan, hijo de Abiatar (II Samuel 15, 27) ya habia sido co- treo de David en Ja rebelién de Absalén. Ahora es él quien avisa a Adonias de lo sucedido. N6tese c6émo insiste Jonatan en las felicitaciones que sus servi- dores hacen a David por haber puesto en el trono a Salomén, de- seando al nuevo rey mayor felicidad aun que a su padre (cosa que en oriente no era ninguna falta de respeto) y cémo David hace una inclinacién reverente desde su lecho y alaba a Yahvé por haberle concedido la dicha de ver con sus propios ojos a su hijo Salomén sentado en su trono. Se comprende que los convidados de Adonias huyan y que Adonjas, presa de panico, se acoja al derecho de asi~ lo. Segtin la costumbre oriental, todos ellos eran reos de muerte. Adonijas ase los cuernos del altar, pues de esta manera quedaba inmune bajo la protecci6n divina. La unica excepcién era el homi- cidio con alevosia (comparese Exodo 21, 12-14). Salomén concede aAdonijas un perdén condicional: éste depen- de de Ja futura conducta de su hermano. La frase «vere a tu casa» indica que Adonias debe Ilevar en adelante vida privada y no mez- clarse en asuntos del reino, de Io contrario le costard la vida. El desenlace lo encontramos en I Reyes 2, 13-25. Al pretender Adonias 295 que le dieran por esposa a Abisag, en el fondo pretendia el trono, ya que la posesi6n total o en parte del harén del rey era un gesto simbélico, que conferia e] derecho de suceder en el trono. Como Adonias tenfa de su parte a Joab y Abiatar con su peticién de la mano deAbisag constituia un peligro real para Salom6n y éste obré en consecuencia. I Reyes 2, 1-12 (especialmente 1-4): Aqui tenémos el testamento religioso y politico de David. N6- tese que su primera recomendaci6n a Salomon es la fidelidad a los mandamientos de Yahvé, como condicién para obtener éxito en todas sus empresas. Solamente asi podra asegurarse la proteccién y bendicion deYahvé. Implicitamente por tanto le recomienda vida de oracién, ya que sin ella es imposible que se mantenga bajo la luz de Dios. Dios ante todo, sus derechos son siempre los prime- ros. Nada debiera jamds, con ningiin pretexto, apartarnos de dar a Dios el primer lugar en nuestra vida. {Qué pensar de las recomendaciones acerca de Joab y Simi? En cuanto a Joab, este habfa asesinado traidoramente a Abner y Amasa. Seguin la mentalidad oriental la sangre de estos hombres, vertida en tiempo de paz, clamaba desde Ia tierra al cielo. Testigo de su crimen fue la sangre que manché el cinturén y las sandalias de Joab. Ademis estos dos asesinatos habian herido los sentimientos del honor y dignidad real, ya que David habia tomado bajo su protec- cién aAbner y habia nombrado general de sus tropas aAmas4. Un hombre como Joab era un constante peligro para Salomén, ade- mas por haberse sumado al partido de Adonias. Castigar a Joab con pena de muerte era enteramente justo y evi- taba que cayera sobre Israel la maldicién y castigo de Dios, como sucedié con la matanza de los gabaonitas hecha por Saiil. La eje- cuci6n de Joab se nos narra en los versiculos 26-34. Por lo que se refiere a Simi, se presenta la objecién de que David le habia jurado conservarle la vida. Ahora pide a Salomén que busque un pretexto que pueda justificar el darle muerte. Nuestra mentalidad moderna tiende a censurar tal proceder. Pero para en- tender la actitud de David hay que tener en cuenta que para los antiguos tanto la bendicién como la maldicién producian infalible- mente su efecto. Simi habia lanzado terribles maldiciones contra 296 David y éstas podfan caer sobre Salom6n como descendiente suyo. La Unica manera de anular esta maldicion era la muerte del culpa- ble. También podia pronunciarse una maldicién contraria. Agre- guemos ademas, que la maldicién contra un principe era un cri- men prohibido por la ley (Exodo 22, 28) y que exigfa la necesaria reparacién. El desenlace lo tenemos en los versiculos 36-46. Y «David se durmié con sus padres y fue sepultado» (versiculo 10) como correspondia al rey, en su dominio real, «en la ciudad de David». David es el rey segtn el corazén de Dios, a pesar de sus de- fectos y caidas. De toda esta historia podemos deducir el porqué: lo que le hace rey segtin el corazén de Dios es su abertura cons- tante a Yahvé. Cuando peca, reconoce humildemente su falta, la lamenta y expia, acepta el castigo que Dios le impone (recorde- mos la muerte del hijo nacido del adulterio, su actitud humilde ante las maldiciones de Simi, etc.). Después de cada cafda se levanta, procura agradar a Dios, le consulta constantemente, procura hacer su divina voluntad. Es estaabertura a Dios la que le hace tan agra- dable a los ojos del Sefior. Esto encierra una ensefianza sumamen- te consoladora: aunque no nos elevemos a la santidad de un José, un Josué o de un Moisés, con tal de vivir en plena abertura a Dios, procurando reconocer humildemente nuestras faltas y esforzdndo- Nos constantemente por corregirlas, comenzando siempre de nue- vo, acudiendo siempre a Dios en la oracién, seremos también no- sotros almas segtin el coraz6n de Dios y atraeremos sobre nosotros las bendiciones divinas. Cuando David falla es siempre en momentos en que no hace oraci6n. Si su vida de oracién no hubiese sido intermitente no ha- bria fallado en cosas tan grandes. Notese finalmente c6mo Dios manifiesta también a través de los profetas su complacencia en David, al dar éstos al Mesias el nombre, no ya de hijo de David, sino del mismo David. Compare- se: Ezequiel 34, 23-24 y 37, 24; también Jeremias 30, 9. Véase también: Hechos 7, 46 «David hallé gracia delante de Dios», \o que significa que Dios se complacié en él. Y en Hechos 13, 22 muestra a David como varén segin el coraz6n de Dios, es decir, que cumple su voluntad. 707 Eclesidstico 47, 8-13. Nétese que si «Dios le purifico de sus pe- cados y ensalz6 para siempre su poder», fue porque David busca- ba sinceramente a Dios y queria, por encima de todo, darle gloria. Por eso, a pesar de sus profundas caidas, David es modelo de san- tidad, la santidad del pecador que se convierte de todo coraz6n, y nos ensefia en su persona y su vida, profundamente humana, como hasta de los pecados podemos y debemos hacer un camino para subir mas alto en el conocimiento y amor de Dios. 298 EL REY SABIO, SALOMON I. LO QUE LA BIBLIA NOS DICE DE LA SABIDURIA Eclesiastico 1, 1 (toda sabiduria viene de] Sejior) Véanse los versiculos 7 (8)-10 (Solo uno es sabio... la cred y vio y distribuy6... la otorgé a los que le ama). La expresi6n «la cred», simplemente hay que tomarla en el sentido de que la fuente de toda sabiduria es Dios, existe desde siempre porque es propia de Dios y como tal, eterna. Dios otorgé algo de esta sabiduria a su pueblo Israel, por puro y gratuito amor, dandole sus leyes y confidndole su Palabra. De ahi que toda verdadera sabiduria que pueda existir en un alma tenga que llevar al fiel cumplimiento de la ley de Dios y a la fidelidad a Yahvé. Toda otra «sabiduria», por grande que parezca, es falsa. La verdadera sabiduria viene de Dios, conduce a Dios y se halla en su Palabra. Proverbios 2, 1-12: NGtese que el que quiera aprender la sabiduria ha de ser en pri- mer lugar, docil: recibir, acoger la Palabra de Dios (vers. 1), no dis- cutirla. Pero esta docilidad no es meramente pasiva, sino activa: atendiendo con interés (vers. 2), deseando e invocando la sabi- duria (vers. 3) y buscaéndola con afan (vers. 4). La ccriatura racional nunca ha de estar pasiva ante un don de Dios. Es preciso trabajar y esforzarse para alcanzar la sabiduria y saber perseverar en el esfuerzo: Eclesiastico 6, 18-29 (28). Una vez mas: Dios ofrece su don (aqui la sabiduria), pero lo da en forma inicial y nos exige el esfuerzo por aumentarlo, so pena de perderlo. Nétese también que segtin el texto de Proverbios arriba citado (vers. 5), la verdadera sabiduria es «teolégica», consiste en el co- nocimiento de Dios, un conocimiento vivo, no sdlo especulativo, 299 y que lleva a la reverencia, al culto de Yahvé, a Ia rectitud y santi- dad y por Io mismo hace al alma objeto de una especial Providen- cia divina (vers. 6-12). Una sabiduria meramente humana de he- cho no es verdadera sabiduria. S6lo es sabio quien conoce a Dios y vive segiin Dios. Sabiduria 1, 4-6: NGtese que la sabidurfa no entra en un alma manchada con el pecado. De lo cual se desprende que el alma al pecar se aparta de la sabiduria y ésta se aleja del pecador. No puede existir sabiduria al margen de la rectitud moral. Grave advertencia. Efectos de la sabiduria Proverbios 3, 13-18: La verdadera sabiduria produce felicidad intima, es «drbol de vida», conduce a las almas a la eterna bienaventuranza. Por lo mismo es mas preciosa que todos los tesoros de la tierra. Por supuesto, hay que tener en cuenta que la sabiduria normal- mente debe ir creciendo en el alma, como deben crecer las virtu- des a las que nos inclina. El verdadero sabio es, pues, el santo y en la medida y grado que es santo. Sabio es aquel que conoce y ama a Dios, saborea las cosas de Dios (sapientia quasi sapida scientia"' ) y obra de acuerdo con el criterio de Dios, tal como lo manifiesta el Sefior en su Palabra, tinico criterio valedero y que no cambia, porque Dios, sabiduria eterna e infinita, es absolutamente inmutable. Quien no tenga esta sabiduria, pidala: Santiago 1, 5-7. Y tal peticion, con tal de hacerse con fe y perseverancia, sera infalible- mente escuchada. Notense finalmente las graves consecuencias que tiene el apar- tarse de la verdadera sabiduria: Baruc 3, 10-14 y 28. "La sabidurfa que se deleita (saborea) en el conocimiento (amoroso). 300 I. LO QUEANTECEDE, ILUSTRADO POR LA HISTORIA DESALOMON Recordemos que Salomén es amado de Yavhé: II Samuel 12, 24-25. Yahvé le concede sus dones para cumplir su misi6n de jefe de su pueblo Israel, a los que é] debe corresponder. Dios respeta siempre la libre voluntad del hombre. I Reyes 3, 1-4: La ley judfa no prohibia expresamente el matrimonio entre un judio y una mujerno cananea. Comparese: Exodo 34, 15-16; Deu- teronomio 7, 3. De todos modos, tales matrimonios resultaban peligrosos. Sin duda razones politicas indujeron a Salom6n a este matrimonio. «Los altos» son los montes donde los cananeos solian sacrifi- car a sus divinidades. Los judfos siguieron esta costumbre y du- rante mucho tiempo el culto dado a Yahvé en «/os altos» se consi- deré legitimo, antes de que se centralizase el culto en Jerusalén: Comparese: I Samuel 9, 12. Los profetas condenaron «los altos» por ir contra la ley que prescribe la unicidad del santuario (Deu- teronomio 12, 2), que seguramente es posterior a Moisés. Pero de hecho esa ley solamente la urgieron Exequias y Josias (II Reyes 18, 4; 23, 5, 8, 15 y 19). Por lo mismo, Salomé6n, al ir a Gaba6n, antes de edificar el tem- plo de Jerusalén, no pecé contra la ley. Fue a rendir culto al tnico Dios verdadero, a Yahvé: seguia las normas de David, no solamen- te sus érdenes, sino también sus costumbres y recomendaciones. El reinado de Salomén se abre asi con un culto solemne que el rey ofrece a Yahvé. I Reyes 3, 5-9: En Gaba6n (a unos 9 Kms. de Jerusalén) se conservaba el ta- berndculo de Moisés (sin el arca) y el altar de bronce de los holo- caustos (comparese: J Crénicas 16, 39-40; 21, 30 (29). Alli ejercia sus funciones sacerdotales Sadogq. La oraci6n de Salomon es humilde y desinteresada. Reconoce su inexperiencia e incapacidad para gobernar al pueblo de Dios, si Yahvé no le concede la sabiduria necesaria. Solamente asi podra 301 proceder con entera rectitud y justicia. En estos momentos las dis- posiciones de Salom6n son enteramente segtin Dios; hay en él una clara opcién fundamental por Dios. I Reyes 3, 10-15: La comunicacién intima con Dios tiene lugar durante el suefio. Dios puede escoger el momento que le parezca para irrumpir en una vida. La suplica de Salomon es tan agradable a Yahvé, que le concede no solamente Ja sabiduria pedida, sino también, por afia- didura, le da todo lo demas. Salomén en estos momentos ha sabi- do dar a cada cosa su valor, anteponiendo la sabiduria de Dios a todo lo demas. Ha buscado primero «el reino de Dios y su justicia». Pero nétese Ia advertencia de Yahvé: Salomon debe guardar los preceptos de Dios, porque la verdadera sabiduria es insepara- ble de la guarda de los mandamientos... Debe mantener la opcién fundamental por Dios, pues ésta puede perderse. Una primera manifestacién del don de sabidurfa concedido a Salomén, lo tenemos en el relato que viene a continuacién, vers. 16-28 (las dos mujeres publicas)!?. '2 Véase también respecto de la sabiduria de Salomén: I Reyes 4, 29-34. Los cuatro sabios mencionados son anteriores a Salomén. Su nacionalidad es incierta; para unos son edomitas, para otros sabios célebres de Canadn, para la mayoria son israelitas. Se atribuyen a Salomén unos 470 proverbios, que ocupan dos series en el libro de los Proverbios (caps. 10-22, 16 y caps 25, 1-29, 7). Otros muchos se transmiticron oralmente. E] texto hebreo dice que Salomén pronuncié estos proverbios, no que los escribié. El compilador de estas sentencias es posterior al destierro de Babilonia. A Salom6n se atribuyen también los Salmos 72 y 127; pero el Cantar de los Cantares atribuido a Salomén es obra posterior. La tradi- ci6n le atribuye también el Eclesiastés y la Sabiduria, pero no son obras de Salomén, sino posteriores a él. El Eclesiastés suele fecharse en el siglo IV a.C. y Sabidurfa se escribié entre los siglos II] y Il a.C. probablemente en Alejandria por un judio, profundo conocedor tanto de la historia judia como de Ja cultura gricga. N6tese también que (I Reyes 5, 14) de todos los pueblos vecinos acudian a escuchar a Salomén, otra prueba de que sus sentencias eran orales. I Reyes 6, 1 y 37-38. Salomon construye el templo en siete afios. Segtin I Reyes 8, 1-2, la solemne dedicacién del templo tiene lugar en el séptimo mes, mientras el texto anterior dice que el templo se acabé de construir el mes octa- 302 I Reyes 6, 14-36: Salom6n comprende que para honrar a Dios hay que emplear todo lo mejor que se posee; es una manera de honrar a Dios con nuestros bienes, que son en realidad un don suyo. Delicadeza con Dios. Notese el vers. 20: el santfsimo tiene forma de cubo, medida considerada de perfeccién. Es curioso que a la Jerusalén celestial atribuye el Apocalipsis igualmente forma de cubo: Apocalipsis 21, 16, como para significar que toda ella es templo de Dios, por lo cual la ciudad celestial tampoco tiene templo (Apocalipsis 21, 22). Para los cristianos el templo material es, ademas, simbolo del Cuer- po Mistico, el gran templo de Dios. Segiin los versiculos 11-13, Dios, por medio de un profeta, 0 quizds directamente, accede a los deseos del rey y del pueblo de establecer su morada en forma duradera entre los israelitas, lo que indica una proteccién especial, pero pone porcondicién que le sean fieles y obedezcan sus preceptos. Es una grave advertencia: el pecado aleja fatalmente de Dios. I Reyes 8, 1-6 y 10-13: Dada la solemnidad excepcional del caso, son los sacerdotes quienes efectian el traslado del arca juntamente con los levitas, que eran los habitualmente encargados. El taberndculo de que se habla aqui, probablemente era el que se guardaba en Gaba6n. Notese la manifestaci6n sensible de Yahvé en Ja nube y c6mo Salom6én comprende que Yahvé «habita en la oscuridad», como dando a entender su absoluta trascendencia. I Reyes 8, 22-53: La composicién de esta oracién de Salomon es deuteronomista y revela el cardcter altamente espiritual de la religion de Israel. Po- demos suponer que se utilizé algtin documento antiguo en que quedara constancia, en sus Ifneas esenciales, de la oracién de Salo- vo. Las explicaciones que se dan son muy diversas. Lo més probable parece ser que la fiesta comenzase al final del mes de Etanim (Tishri) y terminase el mes octavo Bul. La fiesta duré 14 dias (vers. 65), de los cuales siete correspon- dieron ala dedicacién del templo y los otros siete a la fiesta de los Taberndculos. 303 m6n; pero ciertamente hay adiciones posteriores: los versiculos 34 y 46-50 son una clara alusi6n al destierro; la mencion del extranje- to (vers. 41-43) revela un universalismo que no aparece antes del exilio y es como una visién del porvenir. El proselitismo que aqui se vislumbra es un rasgo caracteristico de los tiempos posteriores (comparese: Zacarfas 8, 20-22). La expresién «temer a Dios», es una frase técnica para indicar a los prosélitos del judafsmo. Segiin el versiculo 54, Salomén oré de rodillas 0 postrado ante el altar de los holocaustos, con la cara dirigida hacia el templo y los brazos extendidos, con gran fervor. En toda esta religiosidad se muestra digno hijo de su padre. I Reyes 8, 55-61: Salom6n, en el fervor de sus sentimientos religiosos, bendice a Yahvé y al pueblo e insiste en la fidelidad que debe el pueblo guar- dar a Dios. I Reyes 8, 62-66: Las cifras de las victimas inmoladas son evidentemente hiper- bélicas. De todos modos, el altar de los holocaustos, a pesar de su tamafio (20 por 20 por 10 codos = 10 mts. de largo, 10 de ancho y S de alto, cifras que también parecen exageradas y quizds solamente quieren indicar que se trataba de un altar realmente muy grande), era insuficiente y se suplié con altares menores en el centro del atrio. En todo caso, lo que aqui se inculca es que todo es poco para Dios. Gran leccién para no regatear nunca con Dios, ni en Jo natural ni en lo espiritual. Respecto del tamafio del altar de los holocaustos, véase II Crénicas 4, 1. I Reyes 9, 1-9: Hasta ahora vemos a Salomén profundamente religioso, deseoso de servir a Yahvé. Dios se le manifiesta por segunda vez en una comunicacién intima y le advierte que habitard en el templo que ha construido mientras el rey y el pueblo permanezcan fieles a Yahvé. Pero si se apartan de El para seguir a los falsos dioses, el templo sera destruido. La fidelidad es pues condicién sine qua non de Ia ayuda y asistencia de Yahvé. No olvidemos que las promesas de Dios son generalmente condicionales (comparese: Jeremias 18, 304 7-10). Dada la fragilidad humana y las veleidades de nuestro cora- Z6n, es preciso recordarnos constantemente nuestros sagrados com- promisos con Dios. Yahvé no deja de advertirnos lo que hemos de hacer, pero la cooperacién humana puede fallar... Y para no olvi- dar nuestros compromisos con Dios, es del todo indispensable la oraci6n constante, no intermitente. III. CONSTRUCCIONES Y RIQUEZAS DE SALOMON I Reyes 9, 15-19: Salom6n construye el «Mil.l6» (de mala’= Ilenar) o terraplén nivelando la colina de roca en torno al templo y al palacio real. Asi seria borrado el valle de Tiropeén y se unja la colina oriental con la del templo. El muro de Jerusalén de Salom6n, corresponde a la mas antigua de las tres murallas que describe Flavio Josefo. Salomé6n, como gran politico, fortifica ademas una serie de pues- tos fronterizos y bases militares estratégicas para asegurar la de- fensa y seguridad de Israel. Por el norte, Jasor y Meguiddo, por el oeste Betorén de abajo, importante via de comunicacién entre la costa y las montafias, y Guézer, a unos 30 km. al sudoeste de Jafa (Joppe), que defendia la tierra de los filisteos; por el sur Ba-alat y Tamar protegian la ruta comercial de] Mar Rojo y eran un baluarte contra Edom. En estos diversos puntos tenia Salomén un ejército acuartelado, carros de combate (herencia de los cananeos) y los caballos necesarios para los mismos. I Reyes 9, 26-28: Aqui se nos describe el comercio maritimo de Salomén. Junto al actual puerto de Eilat en el golfo de Aqaba, en Esyon-Gueber, construy6 una flota mercante con barcos de gran calado, Ilamados «naves de Tarsis», para importar oro de Ofir. No se sabe exacta- mente donde se hallaba Ofir; se le ha localizado en la India, en Arabia y en Africa. Ademas, juntamente con el oro, esta flota de Tarsis trafa plata, marfil, monos y pavos reales (I Reyes 10, 23). I Reyes 10, 11-21: Notese el Jujo que paulatinamente se va procurando Salomén. 305 Es, pues, légica la admiraci6n de la reina de Saba (reino en el Yemen), no solamente por la sabidurfa del rey, sino también por el lujo desplegado. Asimismo nétense los muchos carros y caballos reunidos por Salomén (vers. 26-29), aunque la cifra que da el ha- gidgrafo es exagerada. Ademds Salom6n negociaba con estos ca- tros y caballos que compraba y luego revendia. El reinado de Salomén es un reinado de paz, de organizacién perfecta, de verdadera prosperidad. Precisamente en esta prospe- ridad estaba para Salomén la tentacién, la prueba que su fidelidad a Yahvé debia superar. Y en esta prueba fall6, seguramente por fal- ta de vida interior. Poco a poco su vida de oracién se iria haciendo cada vez mas superficial y formalista, en la medida que iba cediendo a sus pasiones. IV. POLIGAML POSTAS{A DE SALOMON I Reyes 11, 1-8: Segtin la costumbre oriental, Salomén tomé muchas mujeres, pero mientras David se cas6 preferentemente con israelitas, Salo- m6n buscé sus esposas entre los pueblos vecinos idélatras, violan- do asf abiertamente la Jey (Exodo 34, 11-16; Deuteronomio 7, 2- 6), lo cual tuvo como consecuencia su propia apostasia de la fe. Fue perdiendo asf la verdadera sabiduria. Véase el interesante texto de Deuteronomio 17, 14-20. Segu- ramente Salomén, en medio de las riquezas y bienestar, comenz6 a volverse superficial y a deslizarse por la pendiente del placer y de sus pasiones. Dejé de meditar profundamente la ley de Dios, perdi6 su vida interior, con lo cual estaba predispuesto para todo pecado. Y ciertamente, si ya fue pecado construir frente al templo de Yahvé, templos para los dioses de sus esposas, con grave escan- dalo para el pueblo, mucho mayor fue el de ir el mismo rey a pos- trarse ante los idolos. Y no se nos dice que sintiera por ello el me- nor remordimiento... Seguramente habia acallado su conciencia y se imaginaba que siendo el rey, todo le era licito. Salomén siem bra asi una semilla de idolatria y apostasia en el pueblo que acaba ra teniendo como consecuencia el destierro. Si Salomén hubiese sido fiel en renovarse constantemente en st 306 fervor y piedad y en el propésito de permanecer fiel a Yahvé, esta cafda habria sido imposible. Le falté tiempo para la oracién, no asi para el placer. Grave advertencia para nosotros, para dar su debida importancia a ahondar en la oraci6n en las cosas de Dios y renovar frecuentemente nuestros propésitos y voluntad de servir a Dios. I Reyes 11, 9-13: No6tese que Yahvé anuncia el castigo correspondiente a Salo- mén. Es posible que para ello se valiese de algtin profeta. Pero no se nos dice la reaccién del rey ante esta prediccién. Probablemente no le hizo mella por tener ya endurecido el coraz6n. Al revés de David, Salom6n desprecia la gracia actual. Podemos agregar que Salom6n afiadié pecado a pecado, ya que no solamente incurrié en apostasia (que era el mayor de los pecados), sino que también, no satisfecho con las inmensas riquezas que posefa, queria tener siempre més y para ello oprimio al pueblo con impuestos excesi- vos € injustos (I Reyes 12, 1-5). Se nota, pues, en Salomén una creciente falta de rectitud moral. Asimismo el gran niimero de ca- tros de combate y caballos es indicio de que el rey procedia mas con criterio natural que sobrenatural y se iba olvidando del ver- dadero destino de Israel: conservar intacta la verdadera religién, viviendo segtin la ley de Dios y confiando mas en Yahvé y en la eficacia de la fidelidad a Dios que en medios humanos. Todo esto perjudicé gravemente el alma de Salomén y le fue endureciendo mas y mas. I Reyes 11, 14-22: Nétese que es perfectamente justo que, habiéndose hecho Salo- mén enemigo de Dios, Yahvé por su parte le suscite enemigos. Aqui se completa el relato de la victoria de David sobre los edomitas (If Samuel 8, 14) con nuevos datos. Joab, sanguinario como de costumbre, quiso matar a todos los varones edomitas, pero Hadad pudo escapar. El faraén de que se habla aqui, es probable- mente Siamén (1000-984). No se sabe en qué fecha volvié Hadad usu ticrra. De hecho, solamente comenzé a molestar a Salomén cn los tiltimos afios de éste, pues la construccién de la flota en lisyon-Gueber, al sur de Edom, indica su posesién tranquila du- sante la mayor parte del tiempo. 307 I Reyes 11, 23-25: Tenemos aqui a otro enemigo de Salomén que le hostiliza por el norte. Es otro instrumento de que se vale Yahvé para castigar al rey por sus pecados. Bastante inteligente era Salomén como para caer en la cuenta del porqué de todo esto, y sin embargo, le vemos seguir en sus pecados. Habiendo abandonado la verdadera sabidu- ria, la luz de Dios penetraba cada vez menos en su alma, tanto por disminuir las gracias actuales como por cuanto Salomon se cerra- ba a la luz, en la medida que se iba habituando al pecado. I Reyes 11, 26-40: EI mayor enemigo de Salomén, que culminarfa con el cisma po- litico y religioso de Israel, fue Jeroboam. Era de la tribu de Efraim. El nombre de su madre Serfi“a: la leprosa (en vez de Sertiya: la perfumada) es una adicién despectiva que alude a la lepra o adul- terio que significé el cisma para Israel. N6tese que Jeroboam, al ser nombrado capataz de los trabaja- dores de [a casa de José (Efraim y Manasés), pudo conocer el des- contento del pueblo y nacer en él el espiritu de reivindicacién. El profeta Ajias, efraimita de Sild, le confirma en sus intentos y, me- diante una accién simbélica, le profetiza que ser rey de las diez tribus del norte. Juda y Benjamin seran las Gnicas que permanece- rn fieles a la dinastia de David. Notese que el tinico crimen, por ser el peor, que induce a Yahvé a dividir el reino, es la apostasia de Salomon; pero Yahvé exige a Jeroboam la fidelidad a su ley (que no cumplira), No hay nada peor que volver las espaldas a Dios. No se nos dice de qué manera se enteré Salom6n de esta profe- cia. Su reaccién es violenta e injusta; quiere matar a su rival, en vez de humillarse ante Yahvé y pedirle humildemente perd6n. Jero- boam, protegido por Dios, huyé a Egipto, donde le dio asilo Sisaq, jefe libio que asalté el poder y fund6 la XXII dinastia, a quien ve- nia bien para su politica las disensiones en Israel. I Reyes 11, 41-43: Se supone que «el libro de los hechos de Salomén» son los Ana- les de su reino. Se alude a este libro como a una obra conocida. Nétese que se indica simplemente que Salom6én murié después de 308 un reinado muy largo, probablemente del 970-931. No se dice nada de una conversi6n y sincero arrepentimiento del rey sabio conver- tido en apéstata, ni siquiera en el lecho de muerte. Se habia convertido al final de su vida, en un hombre frivolo, en cuyo corazon la semilla de la palabra de Dios qued6 ahogada por las espinas del afan de riquezas y placeres (comparese: Mateo 13, 7 y 22). Tal amor a placeres y riquezas le predispuso a la apos- tasia (comparese: I Timoteo 6, 9-10) y naufragé en la fe. Nétese finalmente lo que dice de Salomén Eclesidstico 47, 14- 28. Todo el linaje de Salomon sufrié las consecuencias de su peca- do. Le sucede en el trono Roboam, hijo de una ammonita (I Reyes 14, 31) que con su soberbia y necedad provoca el cisma... El des- enlace final sera el cautiverio para ambos reinos. Israel se habia apartado de Ja sabiduria y tuvo que sufrir consecuencias que de otra manera se habrian evitado (Baruc 3, 10-14 y 28). La ensefianza para nuestra vida cristiana salta a la vista. Tam- bién para nosotros la falta de la verdadera sabiduria cristiana nos lleva al cautiverio del pecado, con todas sus consecuencias... que pueden ser eternas. 309 LA DIVISION DEL REINO I. PREPARACION DEL CISMA a) La injusticia social esta en la base del cisma. Salomén ha- bia impuesto cargas excesivas al pueblo. Comparese: I Re- yes 5, 13 y 15-16. b) Asimismo tenia que exasperar al pueblo el lujo de Salomon y sobre todo su apostasia. c) La misma construcci6n del templo en Jerusalén y Ja centra- lizacién del culto, que tendia a quitar toda su importancia a los demas santuarios (Betel, Gaba6n...) predisponia de suyo al pueblo para el cisma. d) Agreguemos que las tribus del norte, mas fértiles y ricas que las del sur, nunca consideraron realmente como suya la di- nastfa de David. Compatese por ejemplo II Samuel 19, 41 y 20, 1-2. A pesar de todos estos factores, la prudencia y tacto diplomati- co podrian haber evitado el cisma. Il. EL CISMA POLITICO I Reyes 12, 1-19: NGtese que a pesar del malestar reinante, todos estaban dispues- tos en un principio, a aceptar como rey a Roboam. El derecho de sucesi6n valfa solamente para Jud4 y Benjamin, mientras las tri- bus del norte debian aceptar a Roboam publicamente como rey. Roboam va a Siquem, situado en el centro de la tribu de Efraim, para ser proclamado rey. De suyo, este gesto era bastante diploma- tico y tendia a granjearle la simpatia de las tribus del norte. 311 La peticién de las diez tribus es moderada, que se les disminu- yan las cargas impuestas por Salom6n; con esta condicién recono- ceran por rey a Roboam. Pero éste, desechando el consejo de los ancianos, sigue el consejo de sus jévenes amigos. Es muy probable que no midiera las consecuencias 0 que, si las previd, se imaginara que podria facilmente acabar con los rebel- des. Para colmo de su necedad, envia al funcionario mas odiado, Adoniram (oAdoram) para aplastar la rebelién, pero al ver que éste es lapidado, el mismo rey huye a Jerusalén. Se ve por todo esto que Salomén, al perder é] mismo la sabidu- ria, no preparé a su hijo para gobernar con sabidurfa. Seguramen- te, absorbido por sus pasiones y placeres, no se preocupé en ma- nera alguna de su educacién y el joven crecié en medio del lujo de Ja corte, acostumbrado a seguir sus antojos y caprichos. I Reyes 12, 20-24: Israel proclama rey a Jeroboam y de esta manera se cumple lo predicho por el profeta Ajias. Roboam, dominado por la soberbia y la ambici6n, esta dispuesto a someter por la fuerza a las tribus rebeldes. No hay en él ningtin amor al pueblo. Pero Dios impide la guerra civil por medio de un mensaje del profeta Semaya. Notese que detras de los acontecimientos esta Dios mismo, que queria para Roboam y los suyos esta dura lecci6n, a fin de que aprendiesen la verdadera manera de comportarse. Pero ellos no aprenden la leccién, como tampoco la aprenden Jeroboam, que debiera haberse mostrado agradecido a Yahvé y celoso de los de- rechos divinos (comparese I Reyes 11, 37-38). il. EL CISMA RELIGIOSO TI Reyes 12, 25-33: Fortificar las fronteras de su reino era cosa normal. Jeroboam establece su capital al principio en Siquem. Penuel serfa la gran fortaleza contra el reino de los arameos. Pero... Jeroboam queria alejar a sus stibditos del templo de Jerusalén y con este fin introdu- ce el cisma religioso. a ole 312 Né6tese que si Yahvé habia hecho rey a Jeroboam, el mismo Yahvé era quien podia y queria defender su reino. Y esto depen- dia de la fidelidad del rey a Dios. Era pues una insensatez, mi- rando las cosas desde el punto de vista sobrenatural (\inico verda- dero) apartar a los israelitas del templo de Jerusalén e introducir un culto que a corto o largo plazo tenfa que convertirse en ido- latrico. Su error fue juzgar la situacién con criterio meramente humano. Con esto prepara remotamente el cautiverio de Ninive. Jeroboam elige dos santuarios antiguos, el de Betel y el de Dan, y restaura en ellos el culto del becerro de oro. Adaptandose asf a los gustos de Siria y Palestina, que vefan en el toro un sim- bolo de fuerza. Su intenci6n, sin embargo, era ortodoxa, deseaba mantener la fe en Yahvé, pero de hecho preparé el camino a la idolatria. Estos santuarios exigian sacerdotes y Jeroboam constituye sa- cerdotes ilegitimos, que no son de la tribu de Levi. También cam- bia el calendario de las fiestas (sin embargo segtin algunos exe- getas, fue el reino de Judd el que cambié el calendario). Todo esto, por supuesto, sin haber consultado antes a Yahvé... El cambio del calendario afectaba a la fiesta de los Taberndcu- los, que debia celebrarse el 15 del séptimo mes y se traslada al 15 del mes octavo, coincidiendo con el fin de la vendimia (respecto de la celebracién de la fiesta de los Tabernaculos, véase: Levitico 23, 39; Numeros 29, 12). Estos cambios tenfan que alarmar a la parte sana del pueblo, que suele tener algo asi como un instinto de ortodoxia, y sobre todo a los profetas. Los profetas, varones de Dios en contacto {n- timo con Yahvé, tenfan que intuir en el acto las graves consecuen- cias que tal reforma religiosa iba a tener. La religién tomaba ma- tices cananeos (paganos) al adorarse a Yahvé bajo el simbolo del toro, ademas ofrecia peligro la existencia de varios santuarios, y con sacerdotes no levitico. El primero en condenar la conducta de Jeroboam serd un profeta anénimo procedente de Juda. I Reyes 13, 1-10: No6tese que este «hombre de Dios», varén en comunicacién fntima con Yahvé, anuncia la ruina del altar, que sera profanado con la peor de las impurezas legales: sera mancillado con cadave- 313 res. El ejecutor de esta profecia sera un rey de Juda. Muchos exé- getas creen que el nombre de Josias es una adicién posterior. Dios confirma las palabras del profeta con la ruptura del altar y la pardlisis de fa mano del rey y su curaci6n. La profecfa se reali- zard tres siglos mds tarde. Compérese: I Reyes 23, 15-20. Lenti- tudes de Dios para dar tiempo a la conversién. N6tese También la orden formal de Yahvé al profeta: no debe detenerse en Betel ni para comer y ha de volver a su casa por otro camino. Y cuando Yahvé manda una cosa es preciso obedecer. Toda desobediencia a Yahvé tiene sus consecuencias. Es lo que nos en- sefia el hagidgrafo con lo que sigue: vers. 11-19. No importa que la cosa en si sea importante o no, o que veamos la razén de ser de la orden; lo importante es hacer la voluntad de Dios, expresién de nuestro amor. I Reyes 12, 11-19: Dios permite que el profeta anciano ponga a prueba la virtud del var6n de Dios. No olvidemos que no es virtud la que no resiste la prueba y es bienaventurado quien la supera. Comparese: San- tiago 1, 12. La prueba de la obediencia ha de consistir precisamente en hacer fielmente lo que se nos ha ordenado, y si surge una duda acerca de si la orden ha sido revocada o cambiada, nuestro deber es cercio- rarnos bien. El varén de Dios debiera haber acudido a Yahvé para preguntarle si debia aceptar o no Io que el anciano le proponia. Debiera haber tenido en cuenta, ademés, que el anciano podia equi- vocarse. Pero no hace nada de esto, no acude a la oraci6n. No olvi- demos que la tentacidn de hacer lo contrario de lo que pide la obe- diencia, valiéndose de cualquier pretexto, es sumamente frecuente. Si acudiéramos siempre a la oracién con el alma abierta para escu- char realmente a Dios, no para llevar el agua a toda costa «a nues- tro molino», El nos haria entender claramente lo que exige la fide- lidad a Ja voluntad divina. La mayoria al menos de los desaciertos, se deben a la falta de oraci6n. I Reyes 13, 20-28: Notese que el le6n no devora al profeta desobediente, de modo 314 que aparece como un simple instrumento de Dios para castigar la desobediencia. Lo que Dios quiere es ensefiar c6mo la desobedien- cia cosa que, por lo demas, ya se desprende del pecado de nues- tros primeros padres y asimismo de la historia de Saul- de suyo, al apartar al alma de Dios, fuente de vida, la encamina hacia la muerte. La muerte corporal aparece como un simbolo de la muerte espiritual hacia la cual encamina la desobediencia, a corto 0 largo plazo. Sin duda, en este caso concreto, el varén de Dios no habia co- metido un pecado grave, pero si es castigado severamente es, por una parte, porque precisamente a causa de su vocacién a una ma- yor intimidad con Dios debia distinguirse en su docilidad y obe- diencia y, por otra, para ensefiarnos hasta qué punto Dios exige a Jos hombres la obediencia. Se puede ver un episodio semejante al que hemos analizado en J Reyes 20, 35-36. 1 Reyes 13, 33-34: Notese que Jeroboam se obstina en su pecado y no hace caso de las advertencias del profeta. Desprecia la misericordia de Dios que le advierte su falta y reacciona multiplicando los pecados. Aumenta el ntimero de «bamot» (lugares altos dedicados al cul- to) y de los sacerdotes ilegitimos, que consagraba «Ilenando sus manos» con azimos y visceras de las victimas. Comparese: Exo- do 29, 22-24. Es muy frecuente reaccionar con la obstinacién, pero esto es insensatez. Esta actitud ser la ruina de su dinastia. La desobedien- cia a Dios y su Ley acarrea siempre, a corto o largo plazo, el cas- tigo. I Reyes 14, 1-20: Probablemente este episodio sucedié bien entrado ya el reina- do de Jeroboam, siendo ya viejo el profeta Ajias. Este se habia apar- tado del rey a causa de su conducta (como Samuel se aparté de Sauil); por eso Jeroboam quiere que su mujer se presente ante él como si fuera una mujer cualquiera del pueblo. Pero Dios revela a Ajias su verdadera personalidad. Nétese que el pecado mas grave de Jeroboam es «haberse fa- bricado dioses ajenos» (vers, 9-10). Como consecuencia ser4 ex- 315 terminada su familia, siendo ese nifio inocente el tinico que recibi- ra sepultura. Pero todo Israel sufrira igualmente las consecuencias de su idolatria, pues terminard en el destierro. (Jeroboam también sera sepultado en su propio pante6n familiar. La profecia de Ajias se refiere a la descendencia del rey: comparese: II Crénicas 13, 20; y I Reyes 14, 20). Segtin I Reyes 15, 29, fue Bas4 quien extermind ala familia de Jeroboam. El pecado mis grave, en la Biblia, es la apostasia de la fe, com- parese: Hebreos 10, 26-29 y 38. Se trata de la fe en sentido bibli- CO, que nunca es una fe tedrica. Hay una apostasia practica, con las obras, jcuidado! Jeroboam reiné de hecho 20 afios (de 931-910) aproximadamen- te, pero se agregan aqui los dos ajios que transcurrieron desde la profecfa de Ajfas hasta su proclamacién como rey. I Reyes 14, 21-31: Notese que la edad de Roboam, 41 aiios, indica que fue el pri- mer hijo nacido a Salomon después de su ascensién al trono. La mencién del nombre de su madre indica que ésta poseia la digni- dad de «guebird», sefiora, propia de la reina madre. Se enumeran los pecados de Roboam, que «hizo el mal a los ojos de Yahvé»: practicé y toleré el culto pagano en los altos y la prostitucién sagrada, usual en el culto de Astarté. El tinico hecho militar que se menciona del reinado de Ro- boam, es la invasién del faraén Sesaq (Soseng), (comparese IT Crénicas 12, 2-11). El faraén arrebata los tesoros del templo y de la casa real. Roboam debiera haber visto en esto un aviso de Dios y una invitacion a la penitencia. Pero no entiende ya la voz de Dios. NG6tese que al principio, durante los primeros tres aiios, hubo una emigracion religiosa de israelitas fieles al reino de Juda y a Je- tusalén: IJ Crénicas 11, 13-17. La invasién egipcia tuvo lugar el afio quinto del reinado de Roboam, en castigo e su apostasia, y se interrumpi6 la emigracién religiosa. Los pecados del rey debilitan una vez mas el reino (II Crénicas 12, 1-5). También hubo constantes incidentes fronterizos entre Roboam y Jeroboam, pero sin mayor amplitud ni éxito. Esta definitivamen- te dividido el reino y las cosas iran de mal en peor a ambos reinos, 316 hasta acabar en el destierro. Todo como consecuencia de la pérdi- da de la fe auténtica. La gran leccién es que tanto para los individuos como para los pueblos la desobediencia a Dios y a su ley, a corto o largo plazo, siempre termina mal. 317 UN REY IMP{O Y UN GRAN PROFETA Acab y Elias I. EL REY I Reyes 16, 29-33: El hagidégrafo (deuteronomista) considera aqui aAcab solamente desde el punto de vista religioso. Dominado por su mujer Jezabel, hija del rey-sacerdote de Tiro, Acab abraz6 ptiblicamente el culto del dios fenicio Baal-Melgart y de Astarté. De esta manera cundié entre el pueblo el politeismo. Los hallazgos arqueolégicos en Sa- maria presentan «ostraka» y amuletos que dan testimonio de ese culto pagano. El origen de Samaria como capital, edificada por Omri, lo encontramos en I Reyes 16, 23-24. EI versiculo 34 relata Ja reconstrucci6n de Jeric6, contra la pro- hibicién de Josué (Josué 6, 26). La llevé a cabo el efraimita Jiel, oriundo de Betel. En castigo perdié sus hijos, el mayor y el menor. Algunos piensan que fueron todos los hijos, otros piensan que Jiel los sacrificé al uso cananeo. I Reyes 20, 1-21: A pesar de todo, Acab tiene aciertos en su gobierno. El gran ene- migo de Israel era el reino arameo de Damasco. El peligro subié de punto cuando Ben Hadad II con sus aliados en nimero de 32 jefes de tribus arameas («reyes»), puso sitio a Samaria (856 a. C.). N6tese que hay una intervenci6n divina a favor de Acab por me- dio de un profeta. Se trata de salvar a Israel; por eso interviene Dios y anuncia al rey la victoria. Era un estimulo a la acci6n rapida y el rey obra en consecuencia. Dios no desampara a los pecadores y como estos estan ligados a otras almas, tiene en cuenta a éstas. Pero Acab es libre para obrar. 319 1 Reyes 20, 22-34: Dios sigue ayudando aAcab por medio de su profeta avisdndo- le se prepare para un nuevo ataque de Ben Hadad. Nétese la idea que Ben Hadad se ha formado de Yahvé: un «dios de los montes» que podra ser vencido en la Ilanura. Nuevamente un profeta, pro- bablemente distinto del primero, anima al rey Acab y le predice la victoria. Las cifras de los caidos en la batalla evidentemente son hiperbélicas. Acab, sin duda por razones politicas, por cuanto el estado ara- meo le podia servir de defensa contra los asirios, perdona la vida a Ben Hadad. La alianza con los arameos era prudente desde el pun- to de vista politico y meramente humano, pero Acab no habia pro- cedido sobrenaturalmente, de acuerdo con los designios de Yahvé. De ahi el reproche del profeta. I Reyes 20, 35-43: Nétese que el reproche de Dios al rey se realiza mediante una acci6n simbélica. El rey, al darse cuenta de su significado, se irrita y rompe con los profetas; en vez de agradecer la advertencia y co- rregir su conducta. Esta actitud pudo muy bien conducir al exter- minio de los profetas de Yahvé dejando carta blanca a Jezabel en este punto. Acab es un hombre caprichoso y que siempre y en todo quiere hacer su propia voluntad y antojo. Este profeta aparece como independiente de los profetas pro- piamente tales y era de los que ejercian su misién profética libre- mente. Ademis, Acab es débil de caracter y se deja dominar por su mu- jer Jezabel, como se ve claramente en lo que se refiere a la vifia de Nabot. I Reyes 21, 1-16: Este episodio tiene lugar en Jezrael (la actual Zer“‘in) al pie de los montes de Gelboé (Guilboa), convertida por Acab en se- gunda capital del reino. Alli habia construido su palacio de mar- fil. Se encapricha con la vifia de Nabot y propone a Nabot la com- pra. Notese que el patrimonio territorial ligaba al israelita, como es- cribe R. De Vaux, a su clan familiar; ademds solfa tener alli el se- 320 pulcro de sus antepasados. Nabot sin duda estaba fuertemente li- gado desde el punto de vista sentimental, a ese pedazo de tierra y de ahi su negativa. Acab se pone de mal humor y reacciona como un nifio capri- choso, metiéndose en su lecho de cara a la pared y no queriendo comer. {Qué terrible es que gobiernen y manden quienes no saben dominarse a si mismos! Jezabel no tiene escnipulos para intervenir en el asunto y lo- grar la muerte del inocente Nabot. Los jueces, sin duda bien paga- dos por Jezabel, llegan a matar incluso a los hijos de Nabot, a fin de que nadie reclame la herencia (compérese: II Reyes 9, 26).Acab sin el menor escrtipulo de conciencia, dominado por su mujer, se posesiona de la viiia de Nabot. Acabes uno de los peores reyes de Israel, porque Yahvé no cuen- ta para nada en su vida. Y aeste rey impio, politefsta, débil y capri- choso, aunque con talento politico, se enfrentard Elfas el gran pro- feta. Légicamente el rey iddlatra aborrece la ley de Dios en cuanto ésta se oponga a sus caprichos. I. EL PROFETA ELIAS Tengamos presente que Elias actiia en el reino cismatico de Is- rael bajo el reinado de Acab, el peor de sus reyes. Esto explica que Elias esté siempre reprendiendo y nos deje Ja impresién de un hom- bre duro. Resulta inevitable en ese ambiente. Proceder con blan- dura habria sido equivalente a traicionar la causa de Yahvé. I Reyes 17, 1: El nombre mismo de Elfas (Eliyyahd: mi Dios es Yahvé) ex- presa muy bien su mision. Segtin Eclesidstico 48, 1 es un «profeta de fuego cuyas palabras son un horno ardiente>. El texto nos dice simplemente que Elias, natural de Tisbeh 0 Lisdib, ciudad de Galaad en la Transjordania, se enfrenta con va- lentia ante el rey Acab prediciéndole una terrible sequia de tres afios en castigo de su pecado. Notese la expresién «delante del cual (Yahvé) estoy», es decir, a cuyo servicio estoy, expresién técnica para indicar su misién 321

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