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NOVELA POLICIAL HISTÓRICA

RESÚMEN

Una mujer desaparece luego de iniciadas


las excavaciones arqueológicas de la casa
colonial que acaba de comprar en el barrio
de Montserrat, Buenos Aires, Argentina.

En estas excavaciones, es encontrada una


estatuilla de la Virgen María con el niño en
brazos que data de 1880.

La imagen es muy particular. Tiene rasgos


orientales además de ser muy antigua y la
envuelve una mágica luminosidad
escondiéndose en ella todo un secreto.

Brujas, sanadoras, vírgenes, leyendas,


historias antiguas de tres países,
Argentina, China y Francia, se unen en
este relato policial que se titula “La Virgen
de Pekín”.

Patricia Libertini

LA VIRGEN DE PEKIN
Reg. 772638
sector a excavar. El pozo tiene una boca de 2,50 metros de
DIARIO DE EXCAVACIONES diámetro y no sabemos aún su profundidad.
MARGARITA ADAMO - 2 de Noviembre, 2005.
La excavación comenzó pieza a pieza a medio metro del piso
“Me encuentro en el sótano de mi nueva casa. Es una vieja y la primer parte del relleno es material de construcción, así
construcción de la calle Salta, en el Barrio de Montserrat, que puede preverse que aquí funcionó un corralón o quizá
Buenos Aires. Aquí todavía quedan vestigios de una época sean los restos de la anterior demolición de la casa que aquí
pasada. se emplazaba.

La casa data de 1880 aproximadamente y aunque fueron Es un trabajo pesado que demandará no menos de un mes
modificadas su fachada e interiores con agregados de de tareas y las sucesivas capas descubrirán los secretos de
distintos estilos que la mano del hombre fue incorporando los antiguos habitantes del predio o al menos a qué se
de época en época, el sótano conservó su piso original de dedicaron.
arcilla en un lado y parte de cemento alisado, que se agregó
luego pero que no cubrieron los viejos pozos de desechos Una tarde, cuando el grupo se había retirado, me quedé en
que existían desde la anterior construcción, allá por 1850. el lugar con mi termo, cebándome unos mates.

Compré la propiedad el año pasado y supe entonces que me La verdad, no puedo decir que me sentía sola, ciertamente
aguardaba un secreto que de alguna manera me sería parecía como que varias personas se encontraban,
develado. incluyéndome, en derredor de la boca del pozo, donde se
había dispuesto una escalera para el ascenso y descenso del
Volviendo a la casa de Salta 245, el que fue dueño desde mismo, mirando hacia el interior como queriendo ver algo
1880 hizo demoler la vieja finca quién sabe por qué causa. más. Pero allí nadie estaba…
Por tal motivo, al haber llegado prácticamente a los
cimientos durante la demolición, los pozos no habían Presté atención pero nada se veía salvo escombros aún por
quedado de la profundidad original. remover, las piezas más valiosas ya las habían retirado,
aunque suponíamos faltaban varios metros.
Los profesionales bajaron al sótano y enmarcaron el piso
en lo que comúnmente se llama cuadrícula, que delimita el En eso, nuevamente el destello y la luminosidad se
apoderaron del cuarto.
Decidí entonces hacer una expedición, por primera vez, sola Pero necesitaba salir, llevármela conmigo. ¿Qué tendría
al interior del pozo. dentro? No iba a saberlo hasta que llegara a mi
departamento.
No quería que lo noten, así que lo haría muy
cuidadosamente. Hubiese querido tener con quien compartir el hallazgo.
Pero no, estaba sola.
Sufro de vértigo y a decir verdad no puedo subir o bajar
más de cuatro escalones, pero esta vez valdría la pena el Tan sola que apenas podía con mi emoción y los latidos
sacrificio. acelerados de mi corazón que delataban mi delito.

En verdad, sentí una extraña sensación. Me apresuré a Sé que cualquier error podría producir una pérdida
buscar lo que sentía ya había encontrado, separé algunas cuantiosa. Pero a mí el dinero realmente no me interesaba.
piedras, unas grandes, otras pequeñas y debajo allí estaba.
Sabía perfectamente que lo que allí dentro había me
Una bonita caja de madera opacada por el paso del tiempo y pertenecía de alguna manera. Era desde ese momento mío.
las condiciones en que se encontraba, con incrustaciones de Solo mío.
oro. Un dragón en su tapa y un cierre sencillo. Mediría
aproximadamente 25 cm. de largo por 10 de ancho. En ese instante caí en la cuenta que alguien me había
estado observando desde hacía varios días.
Salí con ella al exterior, pues la asfixia se apoderaba de mí.
Pero quería enterarme de qué se trataba y además no Me esperaba al retirarme de mi domicilio y me acechaba al
entregarla al cuerpo de estudiosos. Para eso tenía que llegar a la casa.
hacerlo yo personalmente.
Esa tarde no fue una excepción. Solo que la ansiedad fue
De otra manera habría ido a parar a la Facultad de mayor y le resté importancia al hecho.
Arquitectura indefectiblemente.
Ya en mi habitación coloqué la pequeña cajita sobre la
Así que tomé la caja, apagué las luces y me fui. Tan rápido cama en la que había previamente tendida una sábana
y nerviosa que apenas tuve cuidado de cerrar las puertas.
limpia y sentí que debía ser la más hermosa, bordada en Me encontré con una pequeña estatuilla muy graciosa, de
hilo de seda blanco con apliques de puntillas de algodón. una Madre con su hijo en brazos. Sus rasgos y sus ropas
eran de origen asiático.
Apoyé la cajita y la observé por unos instantes, la limpié
cuidadosamente. Las incrustaciones de oro eran tan bonitas El ropaje no había perdido ni color ni brillo. Estaba como si
pero la madera de la caja estaba reseca y necesitaba unas la hubiesen hecho ayer. La seda que la cubría era de
manos de aceite de colores blanco, amarillo, verde y rojo, con inscripciones en
lino, tarea que negro y bordados en oro de un gusto exquisito.
llevaría a cabo
luego de abrirla y El material del que estaba hecha tenía
ver su contenido. una similitud con la porcelana, pero su
Había sido de una rostro, el del niño y las manos de ambos
niña, estaba parecían piel real. Los ojos tanto de la
segura, los rastros madre como del niño eran de Cristal.
de una feminidad diseñada especialmente para una
pequeña estaban implícitos. Decidí abrir la caja, despacio, De un color negro profundo, de ellos
muy despacio. Estaba increíblemente entera, hermosa. salían destellos de luz que rebotaban en
las paredes del cuarto.
Parecía sellada, pero no. Luego de un rato de pelea logré
soltar la cerradura sin llave, tan solo un pasador de un ojo. Sigue…
Y luego vino la lucha por levantar la pequeña tapa.

Cuando logré mi cometido, un fulgor iluminó la habitación


como si el sol hubiera salido.

La luz cesó al poco tiempo, entonces me acerqué para ver


en su interior.

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