3 LAMBA aN Ld te) Bae ame ON pallPrimera edicién, Primera reimpresién, Segunda reimpresion, Segunda edicién, Ferrer, Eulalio Los lenguajes del color / Eulalio Ferrer ; prél. de José Hierro ; comentarios de Federico Reyes Heroles, Gregorio Salvador, — 2" ed, — México : FCE, 2007 414 p. ; 23 x 17 em — (Colec. Tezontle) ISBN 978-968-16-8493-8 1. Publicidad - Teoria 2, Color ~ Teoria I. Hierro, José, prél IL Reyes Heroles, Federico, comentarios III. Salvador, Gre- gorio, comentarios IV. Ser. V.t Le B105 .c455 Dewey 152.145 F5661 Distribuctén mundial Comentarios y sugerencias: editorial@fondodeculturacconomic: www fondodeculturaeconomica.com Tel. (55) 5227-4672 Fax (55) 5227-4694 com BBB Empress centificada 180 9001:2000 Disefio de portada: Luis Valverde Salvador D. R. © 1999, Fonbo DE Cuttura Economica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F Se prohibe la reproduccién total o parcial de esta obra —incluido el diseho tipogrifico y de portada—, sea cual fuere el medio, electrénico o mecinico, sin el consentimiento por escrito del editor. ISBN 978-968-16-8493-8. Impreso en México ¢ Printed in Mextco Copyrig ted mateLos lenguajes del color de Eulalio Ferrer Rodriguez “En los azules ambitos tu azul’, es la voz del joven Octavio Paz en 1932. Por qué azul, don Octavio?, es la pregunta que se quedé en el tintero, Por qué azul en un poema de amor, amor cdlido, calido naranja?, diria otro. stos suspensos jardines, misica inmovil del aire, juegan su luz en tus hombros juegan su sombra en tu luz, doncella de los reflejos, si verde bajo los oros, entre verdores dorada. Ahora el amor se va al oro, pero un desafiante verde aparece; doncella de los reflejos que Paz dejé en la intriga. O acaso sea el azul, les José Hierro quien habla] hundido en mi carne, en mi muerte llena de vida, amigos: materia universal carne y azul sonando, con un mismo sonido, ¢Sera acaso el azul del cielo el que se hunde en la carne o el azul profundo y misterioso del mar? ;COmo es aquello de que la carne y el azul suenan con un mismo sonido? Hierro, jexplique- nos! Lugares comunes hay muchos: blanco pureza, rojo pasién. Pero quiza la leccién clara es que, evidente, no hay nada. En estos asuntos del color la evidencia es imposible. Mi verde de esperan- za o desasosiego sera mio y sdlo mio frente a tu verde del que slo sabré por tu mirada, por tu palabra, por tus usos. Pero en- tonces, si cada ojo es un mundo, si cada retina tiene su propia lectura, todo dara lo mismo, estaremos en el umbral del relativis- mo que en nada ayuda. La discusién ha sido tan larga como rica: de Tucidides y su forma de definir la percepcidn como una creen-