07.06.2013 Arancha Bustillo.

Mantente alejado de los canbales de la oficina.

No te preocupes. Vete a casa que ya lo termino yo. Si esta frase sale de alguien que cuida las
apariencias, tiene buena relacin con el jefe y se muestra algo ambiguo... desconfa.

Es posible que su verdadero objetivo sea canibalizar tu trabajo y colgarse tus medallas. Paco Muro, presidente de Otto Walter Espaa, define a esta figura como alguien egosta y caradura. No son malos tipos, simplemente son aprovechados de nacimiento. Son cigarras que siempre encuentran a una hormiga pringada que les haga su trabajo para ir presumiendo del logro que han conseguido. Son ladrones de cuello blanco, asegura Jos Manuel Casado, socio fundador de 2C Consulting, porque se apropian de las ideas de sus compaeros y les arrebatan la propiedad de las mismas cuando son buenas. Sin embargo, este delito no tiene castigo en la empresa. Es ms, el sistema es tan perverso que si el colaborador que tuvo la idea, la dio forma y la configur, reclama el ttulo de lo que legtimamente le pertenece, podra incluso ser perseguido por su compaero o por su jefe. Hay todava pocos fiscales empresariales que lo defiendan, seala Casado.

Este es uno de los motivos que justifican que tanto Paco Muro como Montse Ventosa, fundadora de Truthmark, crean que no merece la pena denunciar la situacin. Ventosa considera que lo mejor es prevenir, asegurndote que haces tu trabajo de la mejor manera; siendo el mejor profesional; evitando que nadie te represente ni acabe tus tareas; aceptando una mano slo cuando sea estrictamente necesario y previa consulta al jefe; y, aunque te cueste, cultivando la relacin con el lder. Consecuencias Convivir con un canbal en la oficina es difcil. Segn Casado, cuando hay una figura como esta en un equipo el ambiente se vuelve molesto, incmodo. Adems, causan mucho estrs, asegura.

Asimismo, la buena relacin que estos colaboradores mantienen con el jefe les coloca en una posicin privilegiada que, en algunos casos, se vuelve en contra del superior. Segn Ventosa, convierten a los responsables en vctimas silenciosas de sus prcticas. Bajo la pretensin de ayudarles van abrindose paso, alejan a los jefes de la realidad del equipo y merman su capacidad de liderazgo. Un buen lder debe ser el primero en darse cuenta de la situacin y poner remedio.