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Ya sea olfateando una perdiz o rastreando las zapatillas de pap, est claro que lo suyo es la caza.
El Braco adolescente es un concentrado explosivo de energa y afectividad que debe ser canalizada adecuadamente a riesgo de que las plantas del jardn o el mobiliario de la casa sean vctimas de sus muchas ganas de jugar. Para evitar estos y otros efectos catastrficos, el dueo de un Braco debe inventar mil y una formas de agotarlo lo suficiente, as como empezar cuanto antes con el adiestramiento de este alumno aventajado que siempre est deseoso de aprender. Aunque en casa a veces hay que refrenar los excesos de este "loco de la caza", con los nios no hay que temer ninguna salida de tono: el Braco Alemn no slo tiene ganas permanentes de jugar, sino que sabe lo que se trae entre manos y se comporta con exquisita delicadeza. Nadie puede permitirse salir de caza con un compaero impaciente o asustadizo al que le den miedo los disparos, y lo mismo sucede a la hora de compartir todo tipo de experiencias cotidianas, as que resulta fundamental elegir un cachorro tranquilo, simptico y con seguridad en s mismo.