Está en la página 1de 8

CAPÍTULO 1x22

Capítulo 22

ANTERIORMENTE EN LA PLAZA…

Es el día de Nochevieja, y Rosa, Ernesto y Ramón preparan una fiesta en el bar donde habrá
de todo: pedidas de mano, reconciliaciones, discusiones… e incluso una muerte.

ENERO DEL 2009

PISO DE LOS MARTÍNEZ/ SALÓN/ MAÑANA

Rubén y Nico permanecen sentados en el sofá, ambos vestidos completamente de negro.


Nico no para de llorar, y Rubén le abraza, con pena. En ese momento Claudia aparece por
allí, también vestida de negro.

- ¿Cómo estoy?

- No creo que eso sea lo más importante ahora mismo.- responde su hermano mayor, borde.

- Lo sé. Era por romper el hielo…

Claudia se sienta junto a sus hermanos. Tiene los ojos hinchados de tanto llorar.

- ¿Y papá?

- Todavía no ha salido del dormitorio.- responde Rubén.- Debe de estar arreglándose.

Los tres se quedan en silencio durante unos segundos.

- ¿Y cómo está?

- Mal… muy mal.

Nico llora todavía con más fuerza, y Rubén profundiza su abrazo.

- No me puedo creer que no volvamos a ver a mamá nunca más…- comenta Claudia, con las
lágrimas a punto de salir de sus ojos.

- A mí me pasa lo mismo. No sé, supuestamente estaba bien… no sé como pudo pasar algo
así.

Claudia rompe a llorar, y Rubén hace esfuerzos para que no le suceda lo mismo.

PENSIÓN “UÑO”/ COCINA/ MAÑANA

Diego se encuentra sentado en la cocina, vestido completamente de negro, tomando su


desayuno. Pronto aparecen por allí Olga y Teodoro, vestidos de igual manera. El joven no
dice nada.

- Buenos días, hijo.

- ¿Ya me hablas?

Los tres se quedan en silencio durante unos segundos. Se palpa la tensión en el ambiente,
hasta que Teodoro se dirige hacia la puerta.

- Me voy a la terraza a fumar.

Olga sonríe agradecida al hombre, y este se marcha. La mujer se sienta al lado de su hijo.
- Lo siento… siento haber pensado que fue vuestra culpa lo de Rodolfo. Teodoro ya me lo ha
explicado todo.

- Y por supuesto, a él le crees y a mí no, ¿no?

Olga suspira, intentando no perder la paciencia.

- Diego por favor, no seas así. Todo el mundo se equivoca y comete errores, incluso los
adultos.

- Sí, y cuando lo hacen los adultos, desde luego no se comportan como tal… y hay viene el
problema, porque no lo reconocen y prefieren hacer como si nada hubiera pasado.

- No te entiendo, Diego.- exclama la mujer.- Ya te estoy pidiendo disculpas, no sé que más


quieres.

- Déjalo.

Olga se levanta, pero antes de marcharse, vuelve a girarse hacia su hijo.

- Mira Diego, con la muerte de Rosa me he dado cuenta de lo corta que puede ser la vida. No
quiero seguir peleada contigo, y ahora tú lo sabes. La pelota está en tu tejado.

Olga sale de allí, y Diego permanece en silencio, sin poder evitar el pensar en las palabras de
su madre.

LA PLAZA/ MEDIODÍA

Ramona y Lola regresan del cementerio, de donde se acaba de terminar el funeral. Las dos
permanecen en silencio, hasta que empiezan a atravesar la plaza, pasando por el bar que
hasta ahora regentaban Ernesto y Rosa, y que a partir de ahora lo tendrá que hacer el
hombre solo.

- Que lástima, ¿verdad?- comenta Ramona.- Una mujer joven como Rosa…

- Tampoco era tan joven.

- Mucho más que tú y que yo.

- Visto así…

Las dos vuelven a permanecer en silencio durante unos segundos.

- En el fondo, esto ha sido un castigo del señor.- comenta Lola, ante la confusión de su
hermana.

- ¿A qué te refieres?

- Está familia últimamente se ha convertido en un ir y venir de problemas. Nos van a traer


todo lo malo al barrio, y es lógico que el Señor haga cualquier cosa para impedirlo.

- No digas burradas, Lola. No ha sido para tanto.

- ¿Cómo que no ha sido para tanto? La chiquilla saliendo con el drogadicto ese que a su vez
le pasa droga a su hermano, y el pequeñajo es así como… medio rarito.- responde su
hermana con cara de asco.- Dios mío, ¿en que se está convirtiendo este mundo?

- Estás siendo muy tremendista.

- ¿De verdad crees eso?- pregunta Lola, molesta, a lo que su hermana asiente.- Entonces es
que Paco te está cambiando mucho más de lo que creía.

- ¿Y eso a que viene ahora?


Lola ignora a su hermana y continúa andando, ante la sorpresa de Ramona, que se queda
parada en el sitio.

PISO DE LOS MARTÍNEZ/ ENTRADA/ MEDIODÍA

Ernesto, Rubén, Claudia y Nico llegan a casa. Ernesto está abatido, mientras sus tres hijos
intentan hacerse los fuertes para que no sufra todavía más. El hombre, sin mediar palabra,
se dirige hacia su dormitorio, pero Rubén le sigue.

- ¿A dónde vas?

- Necesito acostarme un rato.- responde Ernesto de mala gana.

- Me parece perfecto, pero antes has de comer algo.

- No tengo hambre…

- Papá, no seas cabezota…

- ¡Te he dicho que no tengo hambre, joder!

El hombre se encierra en su cuarto dando un fuerte portazo, y Rubén se apoya en la pared,


suspirando. Claudia se acerca hasta su hermano, apenada.

- Dale tiempo…- comenta la chica.- Lo necesita.

Rubén se limita a lanzar una mirada a la joven, y también se encierra en su dormitorio.

PELUQUERÍA/ INTERIOR/ TARDE

Marisa se encuentra cortándole el pelo a una de sus clientas, cuando escucha como la puerta
se abre y Olga accede al interior tímidamente.

- Discúlpeme un momento.- susurra Marisa a su clienta, y se acerca a la que una vez fue su
amiga.- ¿Qué estás haciendo aquí?

- Necesito hablar contigo.

- Ahora no puedo.- responde la mujer, borde.- No sé si te has dado cuenta de que tengo a
una clienta que atender.

- Será cuestión de segundos.

Marisa piensa durante unos segundos, y luego suspira:

- Está bien, ¿qué pasa?

- ¿Te das cuenta de que ha muerto una de nuestras mejores amigas y tú y yo seguimos sin
dirigirnos la palabra?

- ¿Y qué?- pregunta la mujer sin entender lo que le quiere decir la mujer.

- Que el día de mañana podría ser cualquiera de nosotros dos, y no sé tú, pero odiaría irme
de este mundo sin haber arreglado las cosas contigo.

- No seas tremendista, Olga.

- No lo soy. Solo digo…- Olga hace una pausa antes de seguir hablando.- Que deberíamos
intentar arreglar las cosas.

- Dame un solo motivo para hacerlo y que no sea el mismo de antes.


- A Rosa no le gustaría vernos así.

Marisa se queda en silencio, impactada por las palabras de Olga. Tras pensar durante unos
segundos, se decide a hablar:

- Mira, siento muchísimo la muerte de Rosa, y tú más que nadie sabes lo que yo quería a esa
mujer… pero no porque haya muerto tenemos que cambiar nuestras vidas, ni nuestras
maneras de pensar.

- Y no te digo que lo hagamos. Solo… que hablemos, e intentemos arreglarlo.

- Olga, ahora no tengo tiempo para esto.

- Bien, ¿qué te parece si quedamos esta noche a tomar algo y lo hablamos?- Olga sonríe
mientras habla, ilusionada- Pásate si eso por la pensión.

- No creo que sea buena idea.

A Olga le cuesta reaccionar unos segundos, hasta que recuerda algo y suspira:

- Perdona, tienes razón. No había caído en lo de Teo.

- Si esto es tan importante para ti, pásate sobre las diez por casa.- invita Marisa, impaciente
ya.

- ¿De verdad?- pregunta Olga, sin podérselo creer.

- Sí…

- ¡Genial! ¡Eso es fantástico, ahí estaré! Chao.

- Hasta luego.

Olga sale del local bastante ilusionada, mientras Marisa regresa hasta su cliente, suspirando
y pidiéndole disculpas con la mirada.

PISO DE LAS PÉREZ/ DORMITORIO DE RAMONA/ TARDE

Ramona se arregla de manera coqueta frente al espejo de pie de su dormitorio, cuando la


puerta es abre dando paso a Lola, la cual mira con asco a su hermana.

- ¿Otra vez vas a salir?

- ¿Hay algún problema?- pregunta Ramona de manera bastante seca.

- Con Paco, ¿verdad?

- Muy aguda.- responde la mujer con cierta indiferencia.

Lola, tras pensar durante unos segundos, se sienta en la cama de su hermana.

- Ramona, yo… siento mi actitud de antes, de verdad. Pero créeme si te digo que lo he hecho
por ti.

- ¿Por mí?- pregunta la mujer girándose hacia su hermana.- ¿O por ti?

- ¿A qué te refieres?- Lola parece algo confusa.

- Mira Lola, las dos somos y siempre hemos sido un par de solteronas amargadas, pero
ahora eso puede cambiar para mí. Si de verdad lo hicieras por mí, estarías apoyándome en
vez de intentar truncarlo… y las dos sabemos el miedo que has tenido siempre a la soledad.
A Lola se le llenan los ojos de lágrimas tras escuchar las duras palabras que le ha dedicado
su hermana.

- Eso no es justo, Ramona.

- ¿No te parece justo?- Ramona pierde la paciencia por momentos.- Te diré lo que no es
justo. No es justo que con setenta y cinco años tenga que dar explicaciones a nadie de con
quien voy o dejo de ir. Eso no es justo.

- Estás haciendo el ridículo… todo el mundo cuchichea, y además con un hombre al que casi
le sacas veinte años… es totalmente vergonzoso.

- Que cuchichee quien quiera. Yo ya he estado en ese lado… no me siento tan mal estando
en el otro.

Lola mira sorprendida a su hermana, y suspira antes de hablar:

- No te reconozco, Ramona… no te reconozco.

La mujer sale de allí bajo la mirada de su hermana, que no puede evitar en pensar en sus
palabras.

PISO DE LOS RUIZ/ SALÓN/ TARDE

Roberto, tras un largo y duro día de trabajo, llega a casa con un maletín. Lo deja sobre la
mesa que hay en el recibidor, y se acerca hacia el salón. Poco antes de llegar, escucha a
alguien tararear una canción. Se asoma por la puerta, y ve a Paco con Verónica en brazos.

- Eres una niña muy bonita.- susurra el hombre, mientras su nieta no para de sonreír.- Una
preciosidad. Te pareces muchísimo a tu padre.

El joven, desde el pasillo, no puede evitar el sonreír.

- ¿Sabes? Tu padre se ha equivocado en muchas cosas. Pero es un buen hombre, y os


quiere. Si os aleja de mí… no sé que es lo que haría.

La niña se ríe, y Paco no puede evitar el sonreír.

- Sí, a lo mejor debería decirle todo esto a él, pero no puedo. No debo. Si bajo la guardia, a
lo mejor no os trataría lo bien que os trata ahora. Pero en realidad le quiero. Le quiero
porque hace feliz a mi hija y a mi nieta. Porque sois lo más importante y lo más grande que
me ha pasado en la vida.

Roberto se queda impactado al escuchar las palabras del hombre, y sus ojos se llenan de
lágrimas de emoción.

PISO DE LOS ARIAS/ SALÓN/ NOCHE

Marisa y Olga se encuentran sentadas en el cómodo sofá, mientras cada una se toma un
café. Un incómodo silencio reina entre ambas, y ninguna de las dos parece dispuesta a ser la
primera en hablar… pero finalmente lo hace Olga:

- ¿Y cómo te va todo?

- Muy bien.- responde Marisa, de manera seca.

- Me alegro… ¿la peluquería?

- Ya te he dicho queme va todo muy bien.- vuelve a responder la mujer, intentando no


perder la paciencia.

- Ya…
Vuelve a surgir un incómodo silencio, pero esta vez es Marisa la que lo rompe:

- ¿Cómo está Teodoro?

- Bien… bien, ya sabes. Os echa de menos… pero sabe que lo ha estropeado todo, y que no
tiene ningún derecho a pedirte una nueva oportunidad.

- Eso está bien.

- Fue un hijo de puta.

- Lo fue.- asiente Marisa, sin poder evitar el esbozar una sonrisa que ilusiona a su amiga,
que se la devuelve.

- Yo… simplemente aproveche una oportunidad para ganar dinero, Marisa. Jamás, jamás
quise hacerte daño.

- Y yo fui una cabezota estúpida. No sé porque me comporté así.

- Porque estabas dolida.- comenta Olga, comprensiva.

- Sí… supongo que sería eso.

Las dos mujeres se cogen de la mano.

- ¿Amigas?- pregunta Olga.

- Por supuesto. En el fondo, creo que nunca hemos dejado de serlo.

Las dos mujeres se abrazan, contentas de haberse reconciliado.

PISO DE LOS RUIZ/ DORMITORIO DE ROBERTO E ISABEL/ NOCHE

Isabel permanece sentada en la cama, leyendo un libro, mientras Verónica duerme


plácidamente en la cuna. La puerta se abre lentamente, y Roberto accede al interior
cerrándola de igual manera. Se sienta al lado de la mujer.

- ¿Qué tal el día?- pregunta Roberto, con una sonrisa de oreja a oreja.

- Bien, muy bien. Ya sabes, disfrutando de mi última semana de baja.

- En el fondo agradecerás volver.

- La verdad es que sí.- suspira la mujer.- Tanto tiempo aquí me tiene muy saturada… pero
tendríamos que empezar a buscar ya alguna canguro, porque sino se nos hará muy tarde, y
no encontraremos ninguna para algo tan inmediato.

- Sobre eso, yo había pensado en Alicia.

- ¿La novia de Hugo?- pregunta Isabel, sorprendida.

- La misma. Es estudiante, no tiene trabajo, y vive de sus padres. Quizás le gustaría tener
unos ahorrillos para sí misma.

- ¿Pero has hablado ya con ella?

- No. No, prefería comentártelo a ti antes para ver que te parece, pero no sé, yo creo que es
una buena idea.

- Sí, la verdad es que yo también lo creo, así que… adelante, habla con ella.

- ¿En serio?
Isabel asiente con una sonrisa, y Roberto le besa.

- Eres fantástica.- comenta el hombre mientras se tumba en la cama.

Isabel se queda pensando durante unos segundos.

- Oye cielo, tenemos que hablar.- comenta al fin.

- ¿Qué pasa?

- Sobre lo que dijiste de marcharnos de aquí e iniciar nuestra propia vida…

- Olvídalo.- le interrumpe su marido.- Creo que estamos bien aquí, y tu padre se sentiría muy
solo.

Isabel mira sorprendida al hombre, y luego intenta ocultar su decepción esbozando una
sonrisa.

- Si… tienes razón.

Roberto da un pico a su mujer:

- Buenas noches, cielo.

- Hasta mañana.

PISO DE IAGO/ RELLANO/ NOCHE

Rubén se encuentra frente a la puerta. Tiene los ojos hinchados de tanto llorar, y duda si
llamar o no, pero finalmente termina haciéndolo. Iago, vistiendo solamente unos calzoncillos,
no tarda en abrirle.

- ¿Qué quieres?- pregunta el joven molesto.- Si es por tu hermana…

- No es por mi hermana.- le interrumpe Rubén.- Es por mí.

- ¿A qué te refieres?- pregunta Iago, sin entender nada.

Rubén rebusca en su bolsillo, hasta que saca un billete de cien euros.

- Todo lo que puedas.- le ordena.

Iago mira el billete sorprendido, pero no puede evitar el esbozar una amplia sonrisa.

EN EL PRÓXIMO EPISODIO DE LA PLAZA…

Olga y Teodoro no pueden evitar dejarse llevar una vez más. Marta y Ramón comienzan los
preparativos de la boda, y no les resultará tan sencillo como esperaban. Los Martínez,
todavía intentando superar la muerte de Rosa. Alberto y Manu continúan con su idílica
relación, pero este último sigue algo inseguro. Alicia comienza su trabajo cuidando de
Verónica.

Por orden de aparición:


Nico Martínez… Jorge Jurado
Rubén Martínez… Martiño Rivas
Claudia Martínez… Clara Lago
Diego Redondo… Gonzalo Ramos
Olga Uño… Itziar Miranda
Teodoro Arias… José Coronado
Ramona Pérez… Gemma Cuervo
Lola Pérez… Julia Gutiérrez-Caba
Ernesto Martínez… José Conde
Marisa Silva… Montse Guallar
Roberto Antúnez… Armando del Río
Paco Ruiz… Manolo Zarzo
Verónica Antúnez… ¿?
Isabel Ruiz… Ana Milán
Iago Jota… Carles Francino

También podría gustarte