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La mujer en el flamenco: La Diosa

En la ejecucin de un espectculo flamenco es indudable que la mujer ocupa un lugar preponderante. La bailaora levanta los brazos, arquea el cuerpo, exhibe la magnificencia de sus vestidos, pone a reptar la bata de cola como una serpiente magnfica, y parece sumergirse en un trance. Sus pies interrogan el suelo y sus manos escriben en el aire mensajes invisibles. Esta condicin protagnica de la mujer en el flamenco tiene sus races en el ms remoto pasado, en los cultos mediterrneos en honor de la Diosa Madre. En la antigua Creta minoica, segn los testimonios arqueolgicos, la sacerdotisa de las serpientes parece ejecutar una danza flamenca. Su vestido se asemeja prodigiosamente al atuendo las bailaoras contemporneas. Si baila una sole, la ejecutante parece convertirse en el arquetipo de la Pena, de la Madre, de la Soledad misma ante el cosmos que evoca el nombre de este tipo de baile y cante flamenco. Si interpreta por alegras, la cadencia de sus movimientos remite al mar y al viento, propios de la baha gaditana. La luna es continuamente invocada con el arqueo de los brazos y de este modo la bailaora flamenca atrae sobre su ser caractersticas de las diosas de la luna y de la tierra. En el Caf Teatro Athanor el grupo Mi Luna Flamenca constituido por ngela Garca la Yerbabuena, Triana, Arlene Njera, Alfredo Enrquez y Alejandro Cabrero explora cada viernes los misterios de la Diosa a travs de su ejecucin de bailes y cantes flamencos.

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