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Gustavo E. Jamut
Introducción
Tengan valor: yo he vencido al mundo. 1
Con frecuencia, se escucha afirmar: si en mi vida no hubiese sucedido tal o cual cosa,
yo estaría tranquilo y no habría perdido la paz.
Sin embargo, pensar que en la vida no habrá luchas y dificultades es una ingenuidad.
Cuando alguien te pregunta: ¿Cómo andas? Quizás tu respuesta suele ser: Sin
problemas. Esta es, en casi todas las personas, una respuesta automática y
convencional, que no es del todo cierta, ya que todos, en esta vida, tenemos alguna que
otra dificultad.
Los conflictos son parte de la vida, y nunca podremos escapar del todo de ellos, en
nuestro vivir cotidiano.
En algunos momentos, te encuentras con que, en tu trabajo, hay alguien que está en contra
tuyo; otras veces un gasto inesperado rompe el precario equilibrio de la economía familiar; un
hijo está atravesando una etapa especialmente difícil, y no sabes como hacer para ayudarlo;
has discutido con tu esposo o esposa; en tu comunidad, las cosas no se presentan como tú
desearías….Miles de situaciones pueden atentar contra tu paz interior.
1 Juan 16,33
Es fundamental que observes cómo estás encarando, desde ti interioridad, estos pequeños
inconvenientes cotidianos, o los grandes problemas que aparece en algunos momentos de la
vida.
Dios nos ofrece una paz que puede permanece, incluso, en medio de los conflictos.
Aunque los vientos de la adversidad soplen furiosamente, podemos descansar en paz, porque
no estamos solos.
Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. 2
Para poder mirar mas allá de las circunstancias o imprevisibles que atraviesas, es esencial
aprender a ver los acontecimientos con la mirada del Señor, quien te enseñará a ver los
cotidiano de tu vida con la mayor profundidad. Allí donde el agua alcanza su mayor
profundidad, se mantiene más en calma. 3
2 Mateo 25,20
3 William Shakespeare
A lo largo de este libro, le pediremos al Espíritu Santo, que, por medio de algunos hechos de
la vida de los apóstoles Pedro y Pablo, nos vaya enseñando cómo mantener la paz y la
esperanza frente a las luchas y dificultades.
A través de estos grandes apóstoles, aprenderás a reconocer que la paz de Dios puede
predominar en tu interior de modo victorioso y triunfante.
Su ejemplo y motivación te ayudarán a superar las pruebas más difíciles, sin ser vencido
interiormente, y te guiarán para que logres vivir en la victoria; creciendo constantemente en la
sensación interna de quietud, tranquilidad y firmeza.
1.PUEDE HABER PAZ
EN MEDIO DE LAS LUCHAS
Escucharé lo que hablará Dios, porque hablará de paz a su pueblo y a sus santos. 4
El Pintor Divino
Muchas personas asocian la paz con la ausencia de conflictos, con tener buena salud y un
buen trabajo, que no se originen problemas en la vida, y que se pueda tener todas las cosas
que se desean.
San Agustín afirma que muchas personas basan su paz y su alegría en poseer las cosas que
quieren, y caen en la tristeza por no alcanzar lo que anhelan.6
Es cierto que, según nuestra naturaleza, no hay Nadie que no huya del dolor y que apetezca el
placer. 7
Cuando Dios se refiere a la paz, y la promete a sus amigos, nos está hablando de una paz
mucho más profunda y duradera:
4. Salmo 85, 8
5. Hebreos 12, 4
6. San Agustín, en XIV De civ. Dei
7. San Agustín en el libro Octoginta trium quaest
8. Salmo 29, 11
En una oportunidad, escuché un hermoso cuento que ilustra maravillosamente la paz
perfecta, pero sin abstraerla de la realidad de la vida:
Había una vez, un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar, en una
pintura, la paz perfecta.
Muchos artistas lo intentaron…
El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que al rey
realmente le gustaron, y tuvo que escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde
reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraban un
cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura pensaron
que reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas. Pero éstas eran escabrosas y descubiertas.
Sobre ellas, había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos.
Montañas abajo, perecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba
para nada pacífico. Pero, cuando el rey observó cuidadosamente, observó, tras la cascada,
un delicado arbusto que crecía en una grieta de la roca. En este arbusto, se encontraba un
nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un
pajarito en su nido…LA PAZ PERFECTA.
Porque, explicaba el rey, paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin
trabajo duro, sin dolor. Paz significa que, a pesar de estar en medio de todas estas cosas,
permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Éste es el verdadero significado de la
paz. 9
Qué expresivo es este cuento, y qué maravillosos es poder hallar esta paz perfecta, en los
momentos difíciles de la vida, expresados en la pintura del cuento, a través de las imágenes
de: las montañas escabrosas, el cielo furioso, la impetuosa tormenta con rayos y truenos, y el
espumoso torrente de agua.
9 Autor desconocido
Miren las aves del cielo. 10
Será de gran ayuda para nosotros, para conservar la paz interior, aprender a mirar todo
lo que nos rodea, con la mirada sencilla, pura y profunda de Jesús, nuestro Maestro.
Qué importante es saber ver, más allá de las apariencias del momento, y de ciertas situaciones
pasajeras de la vida.
Captar toso lo que acontece con una mirada semejante a la del rey del cuento. Él supo
descubrir, en la pintura, detrás del impetuoso torrente de agua, un delicado arbusto que había
logrado crecer arraigado a una grieta de la roca. Logró ver lo más maravilloso de toda la
escena: que allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado,
plácidamente, en su nido, un pajarito…
Esta imagen es real, yo mismo he comprobado, visitando las cataratas del Yguazú, cómo, en
medio del atronador ruido del agua que cae permanentemente, las aves saben mantener la
destreza de su vuelo y pasar entre la cortina de los saltos de agua, para alimentarse y anidar. Y
recordé las palabras de Jesús:
Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin
embargo, el Padre Celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? 11
También tu vida, estimado hermano, es como un hermoso paisaje o una hermosa pintura, que
Dios junto a ti va realizando.
Para que él pueda plasmar en ti su obra maestra, es necesario que tengas la actitud del lienzo:
su base es blanca, para poder recibir los oleos con sus diferentes matices sin alterarlos.
10 Mateo 6, 26
11 Cf. Mateo 6, 24-34.
Del mismo modo puede ser que, en algunos momentos, tú no comprendas lo que Dios está
haciendo con tu vida. O que, quizás, confundido le preguntes: ¿por qué aquel dolor?
En esos momentos difíciles, no pierdas la paz. Ten presente que los pintores suelen usar
también el negro y otros colores oscuros, en diversa proporción.
Estos colores opacos son necesarios para que los tonos más claros brillen con mayor
esplendor.
Sin esos colores, la obra no tendría contrastes y sería poco expresiva.
Recuerda que, en esos momentos en que tu vida parezca pintada con un color oscuro, Dios
querrá darte su paz para afrontar esos momentos duros y seguir madurando para el cielo.
Lo más importante de todo es el hecho de que Dios no hace obras baratas, ni plagios de
originales.
Tú eres obra única. Tú eres mucho más valioso que cualquier pintura de Miguel Ángel o del
Greco, ya que tu vida está siendo pintada, en este preciso instante. No por mano humana, sino
por la mano del Pintor Divino, quien necesita de tu disponibilidad y colaboración, para que la
obra sea perfecta.
Por eso, cuando él permita que algunas pinceladas sean de un color un tanto oscuro, no te
asustes, ni temas. Solamente pídele ser fiel a su voluntad y seguir avanzando hacia la paz
perfecta, pues el Pintor Divino continuará mejorando la obra hasta el ultimo día que tú estés
en esta tierra.
Descansa en Dios
Cuando un cristiano confía en el Señor, logra dormir bien, incluso en medio de los mayores
infortunios.
Si no me crees, mira a Pedro: Se había desencadenado una nueva persecución, instigada por
el rey Herodes, contra la Iglesia, en especial contra los líderes. El apóstol Pedro fue tomado
prisionero.
Sin embargo, nos encontramos con algo asombroso; en los Hechos de los Apóstoles, se relata
como, estando en la cárcel, encadenado, Pedro dormía plácidamente. 13 Le habían puesto
cuatro turnos de cuatro soldados por vez, para vigilar que no se escapara.
Ni siquiera uno de los peores terroristas de estos tiempos tiene tanta guardia.
A Pedro no le importaba, seguía durmiendo. Pues estaba convencido de que su Protector era
Dios.
Los sentimientos de su corazón podrían haber sido descritos como este canto de David:
Tú, Señor, eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me
protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite, mi más alto refugio, mi
salvador. 14
Mientras tanto, los otros miembros de la Iglesia continuaban orando por Pedro. Él, después de
haber orado, poniendo toda su confianza en el Señor, se dispuso a dormir en paz. Dios se
ocuparía en el momento preciso.
12.Salmo 61
13.Hechos 12, 1-18
14.2 Samuel. 22, 2.3
Ahora tratemos de imaginar detenidamente la escena que nos presentan estos bellos
versículos del libro de los Hechos:
Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, sujeto a dos cadenas, mientras otros soldados
estaban en la puerta vigilando la cárcel. De pronto, se presentó un ángel del Señor, y la
cárcel se llenó de luz. El ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó, y le dijo: “¡Levántate
enseguida!”. Al instante, las cadenas cayeron de las manos de Pedro, y el ángel le dijo:
“Vístete y ponte las sandalias”. Así lo hizo Pedro, y el ángel añadió: “Ponte tu capa y
sígueme”.
Pedro salió tras el ángel, sin saber si era realidad o no lo que el ángel hacía. Más bien, le
parecía que estaba viendo una visión. Pero pasaron la primera guardia, luego la segunda, y
cuando llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle, la puerta se abrió por sí sola.
Salieron, y después de haber caminado una calle, el ángel lo dejó solo.
Pedro comprendió entonces, y dijo: “Ahora veo que verdaderamente el Señor ha enviado a
su ángel para liberarme de Herodes y de todo lo que los judíos querían hacerme”. 15
Tú has puesto en mi corazón más alegría que en quienes tienen trigo y vino en abundancia.
Yo me acuesto tranquilo y me duermo enseguida, pues tú Señor, me haces vivir confiado. 16
Bastante trabajo habrá tenido el ángel para despertar a Pedro, que hasta debió tocarlo y,
seguramente, sacudirlo.
Me dormí y desperté, y hallé, en gran parte, mitigado mi dolor…el sueño restablece los
miembros debilitados por el trabajo, alivia las mentes fatigadas y libera a los angustiados de
su pena. 18
Así como cayeron las cadenas que aprisionaban las manos de Pedro, el ángel de Dios
quiere liberar tus manos de aquello que te impide dormir y descansar; trabajar y
disfrutar de la vida de paz.
Con esta intervención extraordinaria, Dios ayudó a su apóstol para que pudiera proseguir su
misión.
Así como Pedro se vistió y se puso las sandalias para caminar, Dios te ofrece también a ti las
vestiduras de su gracia y el calzado de su fortaleza, para que no andes descalzo, e indefenso
por la vida.
Del mismo modo, Dios te ayudará, envolviéndote con el manto de su amor, para que puedas
llevar adelante la misión que él te ha confiado.
Así como Pedro guiado por el ángel, pasó la primera y la segunda guardia, así también Dios
te librará de los enemigos que te odian y desean hacerte mal.
Con cuanta autoridad habló sobre esto el papa Juan Pablo II:
Por lo tanto, si estás atravesando malos momentos, no temas, Dios es más grande que esas
situaciones dolorosas; él quiere estar en ti y contigo, guiándote en su paz, cada día de tu
vida.
Para poder conservar la paz en medio de las pruebas, no hay que descuidar la oración propia,
personal y comunitaria.
La oración de Pedro y de la comunidad cristiana realizada con fervor y perseverancia, fue lo
que atrajo al ángel de Dios, para liberar al apóstol san Pedro:
(…) Pero los de la iglesia seguían orando a Dios por él con mucho fervor. 23
Por lo que también es necesario que les pidas a los hermanos de tu comunidad, y también de
otras comunidades, si tienes la posibilidad, que oren intercediendo por ti.
Cuando, a causa de algún problema, llegues a sentir miedo y corras peligro de perder tu paz
interior, no sólo ora tú, sino pide también a otros que oren y ayunen por ti.
Esto fue algo que hizo el rey Josafat…, lo cual le dio excelentes resultados:
Josafat sintió miedo y decidió acudir al Señor. Así que anunció un ayuno en todo Judá, y
la gene de Judá se reunió para pedir ayuda al Señor. 24
Una acción muy importante de Josafat, y que nosotros, a veces, no tenemos en cuenta, fue
pedir a otros que lo ayudaran con su oración.
Así como todo Judá se reunió para pedir ayuda al Señor, también tú pídele a tus amigos que
se unan en espíritu, para pedir por esa situación que pueda inquietarte.
Esto es reconocer, con humildad, que hay circunstancias en las que no podemos solos, y
precisamos la intercesión de los hermanos.
El pedir que otro ore por ti no es señal de debilidad, sino signo de verdadera humildad y de
sabiduría.
No importa el problema que tengas, pide oración. Especialmente, si eres de esas personas que
suelen encerrarse en sí mismas, y te cuesta compartir con los otros aquello que estás viviendo.
Cuando otros oren por ti, te sentirás más animado y fortalecido espiritual, psíquica y
físicamente. Cada día, notarás que tendrás nuevas victorias sobre tus debilidades y
recuperarás la paz necesaria para enfrentar las adversidades.
24 2Crónicas 20, 3 y 4
El descubrir el valor de la intercesión y orar los unos por los otros es la tarea más urgente que
debe efectuarse ahora. Pues los cristianos, cuando se comprometen en la evangelización, y
son fieles a su misión, se toparán con un cerco de hostilidad, de críticas, muchas veces
despiadadas y burdas, que nada tiene que ver con la libertad y la “parrhesia” 25 cristiana.
Al orar, los unos por los otros, Dios creará un cerco de defensa y nos mantendrá en su paz. 26
Palabras proféticas
Dios no nos prometió a los cristianos una vida sin dificultades y luchas. Lo que sí prometió es
que, si en medio de los conflictos, se pone la confianza totalmente en él, en él, tendremos la
paz y seremos vencedores:
Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo, tendrán aflicción; pero
confíen, yo he vencido al mundo. 27
En el año 1.975, el papa Pablo VI permitió al Cardenal Suennens celebrar la santa misa en el
altar mayor de San Pedro, en el Vaticano, sobre los restos del apóstol san Pedro, para la
conferencia de la Renovación Carismática. Al final de la misa, a la cual concurrieron unos
10.000 miembros de la Renovación, se impartió esta profesía:
25 Lapalabra griega “parrhesia”, traducida como “confianza”, significa: libertad en el hablar, sin reservas, abierto y franco, sin
disimulo, ambigüedad o dándole vueltas al asunto, libre y sin temor, valentía alegre y audacia.
26 Sobrela oración de intercesión y petición, y la manera de pedir, se puede consultar en mi libro La alegría de orar en comunidad,
San Pablo, pp.44-48.
27 Juan 16,33
Porque yo los amo, quiero mostrarles lo que estoy haciendo en el mundo hoy: Quiero
prepararlos para lo que ha de venir. Días de oscuridad vendrán sobre el mundo, días de
tribulación… Edificios que hoy están en pie, no lo estarán más. Seguridades que están allí
para mi pueblo, ya no lo estarán más.
Quiero que estén preparados, pueblo mío, para conocerme sólo a mí, para llenarse sólo de
mí y tenerme de una forma más profunda que nunca.
Yo los guiaré hacia el desierto… Yo los despojaré de todo de lo que hoy dependen, haré que
dependan solamente de mí. Viene un tiempo de oscuridad sobre el mundo, pero un tiempo de
gloria viene para mi Iglesia, un tiempo de gloria viene para mi pueblo. Yo derramaré sobre
ustedes todos los dones de mi Espíritu, yo los prepararé para el combate espiritual; yo los
prepararé para un tiempo de evangelización como el mundo nunca ha visto antes… Y cuando
no tengan nada sino a mí, lo tendrán todo: Tierra, campos, hogares y hermanos y hermanas,
amor, felicidad y paz como nunca antes. Estén alerta, pueblo mío, yo quiero prepararlos…
Les hablo a ustedes del amanecer de un nuevo tiempo para mi Iglesia. Les hablo de un
día como nunca antes se ha visto… Prepárense para la acción que hoy empieza,
porque las cosas que hoy ven alrededor suyo cambiarán; la batalla que hoy deben
comenzar es diferente, es nueva. Necesitan de mi sabiduría que todavía no la tienen.
Necesitan el poder de mi santo Espíritu, en una forma que hasta ahora no han
poseído, necesitan comprender mi voluntad y las maneras como yo actúo, que ustedes
todavía no comprenden. Abran sus ojos, abran sus corazones para prepararse para mí
y para el día que hoy he comenzado.
Sepan que yo, soy su Dios; traje a Pedro y a Pablo, a Roma para testimoniar mi gloria. Yo
los he escogido a ustedes también y los he traído a Roma para ser testigos de mi gloria,
confirmada hoy por su Pastor. Vayan a sanar las naciones. Sepan que yo estoy con ustedes;
y, aunque tengan que pasar por tribulaciones y pruebas, yo estaré con ustedes, hasta el final.
Les estoy preparando un lugar en la gloria. Mírenme a mí. Yo los libraré del poder del
maligno. Yo estoy con ustedes hoy, todos los días, hasta la consumación de los tiempos.
Han conocido la verdad estos días. Han experimentado la verdad estos días. Está claro para
ustedes en este momento lo que es la vedad. Es la verdad de mi Reino, mi Reino que
prevalecerá… Quiero que tomen esa verdad, que descansen en esa verdad, que crean en esa
verdad, que no la comprometan, que no la pierdan en confusión, que no sean tímidos acerca
de ella, sino que la sostengan simplemente, en amor, pero que se mantengan firmemente
enraizados en la verdad como piedras fundamentales sobre las cuales mi Iglesia pueda tener
nueva vida y nuevo poder. 28
28 Profesía
recibida al final de la eucaristía, celebrada en el altar mayor de la Basílica de San Pedro, Vaticano, en la clausura de la
Conferencia Carismática, lunes de Pentecostés, 1.975. Fuente:
http://www.corazones.org/espiritualidad/movimientos/profesía_renovacion-75htm
Si miramos todo lo acontecido en los últimos años, todos los cambios que se han dado en la
Iglesia, todo lo acontecido en el mundo, los ataques que ha sufrido, y sufre aún hoy la Iglesia,
en la persona de los laicos verdaderamente comprometidos con la Nueva Evangelización, en
los sacerdotes, obispos y el mismo Santo Padre, constatamos que todo lo anunciado, a través
de esta palabra profética, se está cumpliendo.
Por lo tanto, si eres de aquéllos que llevan en su corazón el deseo de ser apóstol del Señor,
dándolo a conocer a todas las personas que Dios pone en tu camino, entonces tú tienes el
derecho de saber que soportarás luchas, pero que, aun así, puedes estar lleno de la paz de
Dios, y producir frutos abundantes.
Ejercicio de oración:
Pídele a Dios, sin dudar, ser liberado como Pedro, de los cautiverios que te impiden conservar
esa paz.
Tú has puesto en mi corazón más alegría que en quienes tienen trigo y vino en
abundancia. Yo me acuesto tranquilo y me duermo enseguida, pues tú Señor, me haces
vivir confiado. 29
2.ALABAR EN
LAS DIFICULTADES
La vida del hombre es una alabanza al Creador. 31
Muchos católicos aún no han descubierto el poder de la alabanza. Piensan que esta forma de
oración es únicamente para los evangélicos o para los “carismáticos”.
Otros piensan que han de alabar a Dios sólo cuando las cosas van bien, y, en sus vidas, los
resultados son según sus planes. 33
Algo pasa en lo más profundo de nuestro ser cuando nos olvidamos de nosotros y dirigimos
nuestra atención a Dios, colocando nuestros corazones en culto y alabanza a nuestro creador.
Nos entregamos a lo correcto para entender las circunstancias difíciles y simplemente
someterlas al Señor en confianza. Decimos: No entiendo todo lo que está pasando en mi vida,
pero creo en tu amor y confío en tu bondad. 35 Eso permite que la paz de Dios inunde, a
través de la alabanza, tu corazón, y Dios pueda actuar en tu vida.
31 Juan Pablo II, Audiencia general de los miércoles, dedicada a meditar en el Cántico bíblico de las criaturas de Daniel.
32 La alegría de orar en comunidad, p.31
33 Cf. “Eres creado para albar”, en Una historia de amor, vol.2 (casette), Parroquia San Roque
34 Salmo 150, 6
35 Robert DeGrandis, Sanación a través de la misa, ed. Asociación María Santificadora, p. 107
Cuando tú sabes que tu vida se halla en sintonía con la voluntad de Dios, entonces,
conservarás la paz, aun en medio de grandes tormentos exteriores.
Pablo y Silas nos lo muestran con el ejemplo de sus vidas:
Entonces, la gente se levantó contra ellos (Pablo y Silas), y los jueces ordenaron que les
quitaran la ropa y los azotaran con varas. Después de haberlos azotado mucho, los metieron
en la cárcel y ordenaron al carcelero que los vigilara con el mayor cuidado. Al recibir esta
orden, el carcelero los metió en el lugar más profundo de la cárcel y los dejó con los pies
sujetos al cepo.
Pero a eso de la medianoche, mientras Pablo y Silas oraban y cantaban las alabanzas de
Dios, y los otros presos estaban escuchando, vino de repente un temblor tan fuerte, que
sacudió los cimientos de la cárcel. En el mismo momento, se abrieron todas las puertas, y a
todos los presos se les soltaron las cadenas. 36
Hagamos una lista rápida de las cosas que sufrieron Pablo y Silas, sólo en esta ocasión:
Les sucedió por haber liberado a una mujer que estaba poseída por un espíritu de adivinación.
A sus patrones no les convenía que la joven fuera liberada y sanada, pues sacaban provecho
de su infortunio.37
Pablo y Silas hubieran tenido todo el derecho de llenarse de resentimiento y de odio hacia
quienes hicieron tanto mal, como consecuencia del bien que ellos propinaron a la joven. Pero
sabían que, dando lugar a pensamientos y sentimientos negativos, no ganaban nada.
Ellos ya habían sido formados en el Espíritu de Dios y estaban decididos a cuidar lo más
valioso que tenían en sus corazones: La paz de Dios.
Les podían arrebatar todos los bienes, pero lo único que no les era posible sacar si ellos no lo
permitían, era la paz del corazón.
Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan siempre: Sea exaltado
Yahvé, que ama la paz de su siervo. 39
Y el amor de Dios, que arde intensamente en los corazones de Pablo y Silas, supera cualquier
dificultad.
El amor se torna canto y alabanza. El canto y la alabanza de quienes ponen su confianza en el
Señor producirán temblores que harán que se muevan hasta los cimientos de las estructuras
injustas, y que caigan las cadenas.
36.Hechos 16, 18 y 19
37.Santiago 1,2
38.Salmo 35,27
Es maravilloso lo que Dios puede hacer en tu vida, por tu vida y a través de ella,
cuando tú permaneces en actitud de alabanza. Aunque sea en el silencio de los labios,
pero alabando con el pensamiento y el corazón, en una reunión o en medio de una
multitud. Al alabarlo, tú te estás centrando en su amor y en su bondad, permitiéndole,
así, obrar en tu vida y en la vida de quienes están junto a ti.
Con cuánta frecuencia veo, en los grupos de oración de mi parroquia, que, con el correr de los
meses, quienes al principio llegaron sin conocer la alabanza, y careciendo de paz, van
aprendiendo a alabar al Señor, y hasta los rostros se vuelven diferentes, porque la paz
comienza a ganar más y más espacio en sus vidas.
• La infidelidad de un cónyuge.
• El asesinato de una persona a quien amas.
• El divorcio de tus padres.
• La traición de las personas en quien tú confiabas…
La lista podría ocupar unas cuantas hojas. Sin embargo, al comenzar a experimentar el
dolor, no deberías permitir que éste te robe la paz.
No puedes negar y reprimir el sufrimiento que te provocan esos hechos, pero debes
preguntarle a Dios:
Una de las primeras cosas que debes tener en cuenta es que, por muy oscuro que
parezca el momento, hay un propósito de Dios para tu vida. Dios quiere sacar una
bendición de ese dolor que ahora no comprendes.
En más de una oportunidad, viajando en avión hacia algún sitio en donde predicar, me tocó
despegar del aeropuerto en medio de una tormenta. Sin embargo, el avión atravesó las densas
nubes que cubrían la ciudad, y encontramos un sol radiante y un hermoso cielo azul.
Algo parecido puede sucederte a ti, cuando las nubes de los contratiempos parecen ocultar el
rostro de Dios. Ten la seguridad de que, detrás de esas nubes, brilla el sol, y, después de la
noche, llega el día.
Estas palabras no han sido dichas por alguien que jamás sufrió. Sino por un hombre que,
como hemos visto, ha conocido toda clase de sufrimiento y, aun así, conservó la paz interior.
San Pablo hubiera podido encontrar muchos motivos para perder la paz y caer en la
postración y el desaliento. Sin embargo, incluso estando en la cárcel, canta y alaba a Dios.
A menudo, en la vida del cristiano, las cosas no se dan como él esperaba. Entonces, el
desgano va inundando su corazón.
Es normal que todos nos tropecemos con las contrariedades, como les ocurrió a Pablo y
Silas, pero lo peor es cuando no se logra salir del desaliento. Si no nos abandonamos a
él y no luchamos, nunca tendremos paz.
36.Romanos 8, 28
Sólo Dios sabe las veces que cada uno de nosotros nos lamentamos: Estoy cansado,
aburrido, agotado; creo que no voy a continuar más haciendo tal o cual tarea. Sólo
Dios sabe cuántos servidores en la Iglesia, hombres y mujeres capaces, bendecidos por
Dios con diversidad de carismas, cuando experimentaron las dificultades o tuvieron
problemas con algún hermano de comunidad, se dejaron vencer por el desaliento; no
quisieron continuar con su servicio y dejaron la tarea que Dios les había asignado;
luego, comenzaron a sentir que el malestar interior y la falta de paz en lugar de
disminuir, aumentaba.
Leyendo las Sagradas Escrituras, nos encontramos con varios personajes que, en algún
momento, fueron tentados por el desaliento:
Moisés, siendo un hombre tan ungido por Dios, también experimenta el desaliento ante las
críticas de los israelitas:
No puedo cargar yo solo con todo este pueblo; es demasiado pesado para mí. Si me tratas
así, prefiero que me mates, si es que realmente me quieres, antes que seguir viviendo en estos
apuros. 41
Job, ante el peligro, la crueldad del sufrimiento y la enfermedad, maldice su suerte y grita:
¿Por qué no morí al salir del seno y no expiré cuando salía del vientre? 42
Hay un cuento que ayuda a comprender cómo el desaliento es una herramienta usada
frecuentemente por Satanás:
Cierta vez, se corrió la voz de que el diablo se retiraba de los negocios y vendía sus
herramientas al mejor postor. En la noche de la venta, estaban todas las herramientas
dispuestas de manera que llamaran la atención, y, por cierto, eran un lote siniestro: odio,
celos, envidia, malicia, engaño… además de todos los implementos del mal.
36.Números 11, 14 y 15
37.Job 3, 11
Pero un tanto apartado del resto, había un instrumento de forma inofensiva, muy gastado,
como si hubiese sido usado muchísimas veces, y cuyo precio, sin embargo, era el más alto de
todos. Alguien le preguntó al diablo cuál era el nombre de la herramienta. “Desaliento” fue
la respuesta.
“¿Por qué su precio es tan alto?”, le preguntaron. “Porque ese instrumento, respondió el
diablo, me es más útil que cualquier otro; puedo entrar en la conciencia de un ser humano,
cuando todas las demás herramientas me fallan, y, una vez dentro, por medio del desaliento,
puedo hacer de esa persona lo que se me antoja. Esta muy gastado porque lo uso casi con
todo el mundo, y como muy pocas personas saben que me pertenece, puedo abusar de él”. El
precio del desaliento era tan, pero tan alto, que aún sigue siendo propiedad del diablo. 43
Piensa tú en las veces en que le has permitido a Satanás entrar en tu vida, usando la
herramienta del desaliento. Piensa en las veces en que, por descuidar la alabanza, has
cambiado la paz interior por el desaliento…; pero piénsalo sin caer en otra tentación: la de
autojustificarte.
El desaliento es uno de los estados de ánimo contra el cual es indispensable fortalecerse a
través de la oración, los sacramentos y la sabia guía de un acompañante espiritual.
Nos desalentamos por las malas noticias que recibimos de los medios de comunicación o de
quienes nos rodean, por los problemas económicos o laborales, por los conflictos familiares o
comunitarios, por sentirnos engañados, traicionados, abandonados…, y la lista podría llenar
varias hojas de este libro. Pero debemos mantenernos alertas contra la tentación del
desaliento, que querrá entrar despacito, despacito en la mente y en el corazón, para echar
fuera la paz conquistada.
Si hay un tropiezo o una caída no hay que darse por vencido. El venerable padre Pío Bruno
Lanteri 44 se decía cada día y, especialmente, después de una caída o una contrariedad: Ahora
empiezo de nuevo.
36.Autor desconocido.
37.Sacerdote Fundador de la Congregación de los Oblatos de la Virgen María (1759 – 1830)
San Francisco de Asís sugería a sus frailes: Comienza haciendo lo que es necesario,
después, lo que es posible y, de repente, estarás haciendo lo imposible.
El poder de la alabanza anima al cristiano a vencer el desaliento y a tener una acción positiva
ante la adversidad.
Cuenta un poeta que, caminando en su jardín, vio un nido de pájaros en el suelo. La tormenta
había sacudido el árbol y tirado el nido. Mientras pensaba triste en la destrucción del hogar
del pajarito, levantó la vista y lo vio haciendo uno nuevo en las ramas.
Cuando las tormentas de la vida tiren abajo el nido de tus proyectos, será normal que te
desalientes por un tiempo.
Permanecer en el desaliento es impropio de un verdadero creyente.
Las decepciones son inevitable, pero el desánimo es una mala elección.
Tú, ante los obstáculos en la vida, puedes reaccionar para recuperar la paz de tu alma y
echar afuera el desaliento, pues éste es como una neblina frente a tus ojos, la cual te
impedirá disfrutar de las cosas hermosas de la vida.
Además, así como la paz se puede transmitir entre las personas, lo mismo sucede con el
desaliento. Hay personas que tienen un carisma de irradiar paz y alegría.
Son aquéllos que tienen la capacidad de estar en paz consigo mismo, lo cual es el medio más
seguro para comenzar a estarlo con los demás. 45
Por el contrario, hay personas que contagian su desaliento y mal humor a quienes los rodean.
El desaliento ha hecho mucho más que cualquier agente para malograr los esfuerzos de la
raza humana, estropear muchas vidas y truncar no pocas carreras.46
Vencedores en Cristo
Cuando el cristiano logra controlar y manejar las decepciones de la vida, sucede algo
extraordinario, se va llenando de una fortaleza espiritual y una paz que contagiará a los que se
hallan desalentados. Así, los irá animando, sin palabras, sólo a través del ejemplo de una luz
interior, a empezar de nuevo, de un modo diferente.
El mundo actual, saturado de desaliento necesita que tú seas un creyente de alabanza diaria,
para que, con un corazón repleto de paz celestial, lo ayudes a purificarse del pesimismo y del
abatimiento.
Ahora veamos qué sucedió después de que Pablo y Silas cantaron las Alabanzas de Dios:
Cuando el carcelero despertó y vio que las puertas de la cárcel estaban abiertas, sacó su
espada para matarse, pues pensaba que los presos se habían escapado. Pero Pablo le gritó:
“¡No te hagas ningún daño, que todos estamos aquí!”. Entonces, el carcelero pidió una luz,
entró corriendo y, temblando de miedo, se echó a los pies de Pablo y de Silas. Luego, los
sacó y les preguntó: “Señores, ¿qué debo hacer para salvarme?”.
El desaliento no hubiera hecho caer por tierra las cadenas de los cepos que aprisionaban los
pies de Silas y Pablo.
El desánimo no habría abierto las puertas de la cárcel, donde se hallaban prisioneros.
47 Hechos 16, 27 - 34
La desesperanza no hubiese logrado que el carcelero y toda su familia se convirtieran a Dios
y se hiciesen bautizar.
Todos los frutos surgieron de la paz de Dios que tenían en sus corazones, porque habían
puesto su confianza en el Señor y sabían que no quedarían defraudados. 48
Vemos, entonces, cuántas bendiciones y frutos provienen del hecho de que ni las
adversidades, ni los adversarios les hayan robado a Pablo y a Silas la paz interior.
Al contrario, al alimentarla con oración y alabanzas, empiezan a surgir frutos nuevos, hasta
hace poco inconcebibles por los razonamientos humanos.
Así, puedes vislumbrar que una situación adversa, al final, traerá un bien para tu vida.
Por eso, el mismo san Pablo dice:
Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada, si los comparamos con la
gloria que habremos de ver después. 49
Muchas veces, las circunstancias que nos rodean son la consecuencia de un sistema
imperfecto, o del error humano. A pesar de esto, Dios usará esta circunstancia para tu bien y
para el bien de los otros, aunque, en ese momento tal vez, no sepas cómo.
Ten la seguridad de que si perseveras en la oración y en la alabanza, el Señor te consolará, te
fortalecerá y te hará ver, con una nueva óptica, la adversidad.
Uno de los textos de san Pablo que más me gustan es el siguiente:
Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! Que todos los conozcan a ustedes como
personas moderadas. El Señor está cerca. No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a
Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más
grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus
pensamientos por medio de Cristo Jesús. 50
48.Cf. Filipenses 1, 20
49.Romanos 8, 18
50.Filipenses 4, 4-7
El creyente que lee estos versículos no puede permanecer indiferente. Sobre todo, si, al
leerlos, sabe que san Pablo estaba en prisión, con la perspectiva de una muerte casi
segura.
Sin embargo, casi me parece escuchar su fuerte voz que, con tono imperativo, trata de
despertarnos gritando: Alégrense, alégrense, alégrense.
El secreto de esta alegría se halla en la convicción de que el Señor está cerca.
Esta paz profunda tiene su origen en la seguridad de la presencia continua de Jesús.
Además, el Apóstol les aconseja a los cristianos que sean conocidos por todos como
“personas bondadosas”. 51
La palabra griega que aparece en la Vulgata 52 es “epieikes”, que suele ser traducida de
muchas formas: gentiles, moderados, simpáticos, comprensivos, desinteresados, con
autodominio, considerados, amables, corteses, magnánimos, con buenos modales, etc.
Seguramente todo cristiano desea tener todas esas virtudes, que surgen de la traducción
de “epieikes”.
Pero hemos de reconocer que, más de una vez, ante ciertas situaciones que escapan de
nuestro control, tenemos reacciones contrarias, y es allí cuando: nos faltan los buenos
modales, la gentileza, nos tornamos antipáticos y perdemos el dominio, y, al mismo
tiempo, la paz interior.
Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que
aborrezco. 53
48.Filipense 4, 5
49.La Biblia Vulgata (obra de san Jerónimo y primera traducción al latín).
50.Romanos 7, 15
Porque la paz y la alegría, que vienen del Señor, no han llegado aún a impregnar las
raíces más profundas de nuestro corazón; y, por lo tanto, las heridas que hay en
nosotros nos impiden brindar, con alegría, a los que nos rodean, el Reino de Dios.
Alguien me dijo una vez: Pero esa paz es sólo de los santos. A lo cual yo les respondí: Esta
paz la puede alcanzar también usted.
Esto no quiere decir que uno no sienta, en ocasiones, la tendencia a dejarse llevar por la
tristeza, el desánimo, el miedo, el enojo, la angustia, o cualquier otro sentimiento negativo.
No obstante, con la convicción de que “el Señor esta cerca” y de que está en ti, lo que sí
puedes y debes hacer es acortar, cada vez más, las distancia entre la reacción del sentimiento
negativo y la recuperación de la paz interior.
Sigue, en oración, estos tres pasos que presenta san Pablo, en Filipenses, capítulo 4:
48.Filipenses 4, 6
3.EL SENTIMIENTO
DE CULPA, OTRO ENEMIGO
DE LA PAZ
Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo,
Yo los dejaré blancos como la nieve;
Aunque sean como tela teñida de púrpura,
Yo los dejaré blancos como la lana. 55
Muchos cristianos, al tener en un momento inicial, una reacción negativa contraria a la paz
que quisieran conservar, se sienten culpables, y esa culpabilidad les impide crecer y arrojarse
con prontitud a los brazos misericordiosos de dios.
Otros confunden el arrepentimiento con el sentimiento de culpa, siendo que son dos cosas
bien diferentes.
El sentimiento de culpa surge del egocentrismo, pues nace del amor propio herido que sufre
porque se ha afeado la imagen de sí mismo. Uno ya no puede mostrar ante sí mismo y ante
los demás la imagen de una vida intachable. 56
Una persona que se deja llevar por la culpabilidad, tratará de cambiar por sus propias fuerzas,
en lugar de clamar por la ayuda de Dios. La culpa le hace creer que si lo alcanza con su sola
fuerza de voluntad y solamente con el esfuerzo propio, será más digna ante Dios y más
merecedora de perdón.
Esto está teñido de un orgullo sutil, ya que la persona está poniendo su fe en su propia
capacidad, en “su yo”, y no en “el tú divino”, en el poder de Dios, que, desde su misericordia,
lo puede transformar todo de manera mucho más fácil y más profundamente.
La culpa es una emoción negativa, alimentada, muchas veces, por el recuerdo de una acción
que se percibe como prohibida o imperfecta, o por la falta de cumplimiento de una
obligación.
Hay personas que crecen con sentimiento de culpa, porque no han recibido, durante la niñez,
la reafirmación del amor perdonador de sus padres.
48.Isaías 1, 18
49.P. Carlos Aldunate, Transformación espiritual y psicológica, Buenos Aires, Paulinas, p.43.
Ellas han recibido el mensaje de que “son malas”, a través de frases despectivas o
tonos acusadores, por medio de los cuales también pudieron ser manipuladas.
Esto les roba la paz, pues les impide confiar en un Padre del Cielo, que desea perdonar.
Hay gente que, aun haciendo lo mejor posible, en cada instante de su vida, siempre carga con
la culpabilidad de que no realiza las cosas como debería, y la sensación de indignidad la
persigue.
Otros, incluso, cuando empiezan a mejorar en alguna área de la vida, llegan a punto en que se
auto-agreden de algún modo, echando a perder lo que estaban logrando, pues algo en la
programación interior les dice que deben pagar una deuda con la vida, y que no merece tener
paz y ser felices, pues estarían tomando algo que no les pertenece.
En algunas familias, la culpabilidad parece ser como una enfermedad hereditaria, que es
absorbida por varios miembros de la misma familia, generación tras generación
La culpabilidad puede originarse, porque, al ser concebido un ser, no es un hijo deseado. Ese
primer rechazo lo marca profundamente. Se siente culpable de vivir y, como consecuencia, no
disfruta de nada de lo que hace.
Sea cual sea el origen de la culpabilidad, Satanás sabe aprovecharse de él, para robarle la paz
al que la sufre, e impedirle crecer espiritualmente y comprometerse plenamente con los
proyectos que Dios le inspira.
Déjate guiar por el pensamiento de Dios. San Pablo habla aquí de una paz que supera los
razonamientos humanos.
Para mucho esto es difícil de entender, pues han “endiosado” el propio razonamiento.
Este endiosar el propio razonamiento produce muchísimo daño; puede conducir al cristiano a
instalarse en una paz falsa, en lugar de anclar su vida a la paz de Dios.
De este modo, la manera de pensar y de procede seguirá las decisiones “razonables”, pero no
las espirituales, as que proceden del Espíritu.
Algunas veces ambas, la razonable y la espiritual, tendrán concordancia. Pero ¿qué sucederá
cuando no sea así?
Jesús le dijo a Pedro: “¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus
pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!” 58
48.Filipenses 4, 6-7
49.Mateo 16,23
A ninguno de nosotros nos gustaría que Jesús nos hablase de ese modo. Sin embargo, cuántas
veces lo que decimos o hacemos está dominado por los “pensamientos de los hombres y no
de Dios.”
Ésta es una de las tentaciones más sutiles, y, por lo tanto, mucho más peligrosa, en la que
todos corremos el riesgo de caer, especialmente, quienes están habituados a juzgar la vida
desde la medida del propio raciocinio.
Y a esto se debe que haya tanto cristianos, laicos y sacerdote, que, aun obrando bien en la
Iglesia y en la sociedad, no encuentran la paz profunda, pues no disciernen bajo la moción de
qué espíritu las realizan.
Como reflexionaba una amiga: cuántas veces, a los propios razonamientos y a la propia
voluntad, les ponemos brillantina o polvillo de voluntad de Dios, y después nos
preguntamos: ¿por qué me cuesta orar?, ¿por qué estoy intranquilo?, ¿por qué las cosas no
me salen bien?
San Pablo nos da a entender que, para que la paz de Cristo supere nuestras expectativas, para
que con frecuencia podamos se sorprendidos por las maravillas de Dios, debemos cuidar
nuestros pensamientos. Ellos son el primer espacio en el que hemos de buscar cumplir
con la voluntad de Dios.
(…) piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en
todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de
virtudes, en todo lo que merece alabanza. 60
48.Mateo 6, 10
49.Filipenses 4, 8
Ejercicio de oración:
• Luego, escribe en un papel todo aquello que te roba la paz y despierta en ti los
sentimientos negativos que has descubierto, y que ya no deseas tener.
• En oración, contemplando a Jesús en la cruz, presenta al Señor todo lo que has escrito.
Derrama en Dios todo lo que hay en tu corazón, háblale con sinceridad reconociendo
todo lo que has vivido.
• Agradece al Señor, con alabanzas y cantos, todo lo que está haciendo, en este
momento, en tu vida.
• Lleva a tu parroquia, o quema y destruye el papel que has escrito, como símbolo de que
has sido entregado a Dios.
CONCLUSION
Deseo terminar estas reflexiones reafirmando lo ya dicho, a fin de animarte a conservar
la paz interior, en toda circunstancia.
Cuando te halles en medio de luchas y dificultades, el Señor sabrá lo que tú estás viviendo, lo
importante es que no caigas en la tentación de pensar que al Señor no le importa lo que estás
sufriendo.
A Dios le interesa lo que tú estás viviendo, y mucho. Él está enterado de lo que tú estás
padeciendo, y tú debes dirigir a él su pensamiento para conservar la paz. No apartes de él tu
mirada.
Recuerda: Dios es Todopoderoso, por lo cual, él es mayo que cualquier dificultad que pueda
presentarse en tu vida.
Cada día piense en positivo. Cuando uno pasa mucho tiempo pensando en los sucesos
negativos, termina desanimado e inquieto, y pierde, así, la alegría y la paz.
Los apóstoles, Pedro y Pablo, hicieron la voluntad de Dios, alabaron y cantaron al Señor, en
medio de las luchas, porque conocían y confiaban a Quien servían. Esto los ayudó a irradiar
la paz que ellos poseían. Por eso, vieron resultados milagrosos en sus vidas, y en la vida de
quienes los rodeaban.
Del mismo modo, también nosotros tenemos que hacer lo que él espera de nosotros, y
nosotros debemos renovar nuestra confianza en su amor, en su protección, en su poder y en su
bondad. Es un camino de aprendizaje, que nos exige volvernos pequeños.
Él no se olvidará de ti. Él, por medio de esas dificultades, quiere hacerte semejante a la
imagen de su Hijo amado Jesucristo. Él está realizando en ti una obra maestra, por lo que no
tendrías que dejar de alabarlo y bendecirlo. Entonces, podrás sentir que estás descansando en
el regazo de Dios.
ORACIONES
Así como Pedro se envolvió con su túnica y
Fue guiado por un ángel hacia su liberación,
También tú déjate envolver por el
Amor de Dios y ora entregándote a él.
1. Oración de alabanza
Señor, te alabo y te bendigo, pues tú conoces todo;
tú conoces las luchas que tengo cada día de mi vida,
y siempre has estado a mi lado,
para asistirme con tu fuerza y tu sabiduría.
48.Inspirado en el Salmo 18
ÍNDICE
Introducción……………………………………………………..…... 2
El Pintor Divino………………………………………………. 5
Miren las aves del cielo………………………………………. 7
Su vida es una obra de arte…………………………………… 7
Descansa en Dios……………………………………………... 9
Déjate envolver por la confianza de Dios…………………… 11
La intercesión…………………………………………………12
Palabras proféticas……………………………………………14
Ejercicio de oración…………………………………………..17
Conclusión......………………………………………………………35
Oraciones……………………………………………………………36
1. Oración de alabanza……………………………………………..36
2. Oración por la fe…………………………………………………37