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50 MIGUEL MURMIS YJUAN CARLOS PORTAN'FIERO ficacion para la definicién del peronismo dentro de la genérica categoria de indiferenciadamente, la literatura sociolégica y politica més corriente Amos articulos no so ron ya publicados como documentos de trabajo por el Cen: tro de Investigaciones Sociales del Instituto Torcuato Di Te la, en los afios 1968 y 1969, ¢ inicialmente fueron concebidos como parte de un proyecto mas vasto, que debié interrum: pirse bruscamente. La actual reedicién reproduce. sin modi ficaciones, la versi6n original. Ambos trabajos. pese a estar desde hace tiempo agotados, han sido utilizados como mate- rial bibliografico en cursos dictados en distintas facultades y ese hecho es el que motiva, basicamente, su reproduccién textual: es interés especial de los autores incorporar mas am- pliamente los dos estudios al debate sociologico y politico, co: ‘mo un estimulo importante para una reelaboracién de cier tos aspectos parciales, actualmente en proceso de discusi6n. ner una fuerte si como un caso pecul Buenos Aires, Primera parte CRECIMIENTO INDUSTRIAL Y ALIANZA DE CLASES EN LA ARGENTINA (1930-1940) 1. Introduccion* Durante la década del 30 tienen vigencia en la Argentina politicas y reagrupamientos de fuerzas sociales centrados en el intento de dar respuesta a ese hecho nuevo que es el ace Jerado crecimiento industrial y sus consecuencias sociales.! Examinar estos reagrupamicntos, sus alcances y sus limitacio nes constituye un marco central, a nuestro entender, para analizar la f6rmula alternativa que el peronismo y los gobier- nos que sucedieron a este movimiento fueron poniendo en sto de nivel més general es que todo proceso de itucién de importaciones o de “i como el que se dio en la Argentina, del mismo modo que plantea caracteristicas diferentes de las de los modelos esicos en la estructura eco- némica, promueve también alternativas particulares en la di- mensi6n sociopolitica, sea en el tipo de estratificacion, en los reagrupamientos y alianzas de las clases propietarias, en la forma de movilizacion de las clases no propietarias, en el pa pel del Estado y dle los grupos pol * Ete rao forma part dena Snvestigeion mis vats, relerida a lorongenes el se MIGUEL MURMIS ¥ JUAN CARLOS PORTANTIERO. Afirmar, por To tanto, que el periodo abierto en 1930 re- presenta una primera respuesta a ese proceso puede tener consecuencias tanto para el andlisis especifico de la situacién ‘argentina, cuanto para la aplicacién de modelos tearicos pa +2 €] andlisis de los procesos sociales durante el crecimiento industrial La teoria mas habitual propone, en este sentido, un pre sunto modelo clisico deseriptivo de Ia orientacién de las cla ses y los grupos sociales frente al crecimiento industrial, cu- ‘yos Componentes polares serian éstos: 1. los propictarios agropecuarios, genéricamente calif cadlos como la “oligarquia’, terratenientes latifundis- tas cuyo interés objetivo y subjetivo esta en el mante nlmiento de la preeminencia de la tierra como fuente de ingresos, estatus y poder, con actitudes tradiciona lesy opuestos al fortalecimiento de nuevas actividades productivas y al aflanzamiento de nuevos grupos vin- culados a elias, sus posibles contendores en lo econé ico, lo politico y lo social: 2. los propletarios industriales, cuyo interés objetivo y subjetivo reside en el crecimiento de las nuevas activi dades yen la conquista del poder politico y el estable cimiento de su hegemonia social, con orientaciones modernas y rechazando las situaciones “feudles” im- productivas. En un primer paso, retengamos de esta caracterizacion s6lo la aceptacién 0 el rechazo de as ac Diversas modificaciones dle este modelo cen en la literatura: ) Se mantiene el modelo en cuanto a la identificacion de las oposiciones de estos dos contendares, pero se ESTUDIOS SOBRE LOS ORIGENES DEL PERONISMO 55 b) supone que el sector industrial no tiene concier clara de sus intereses. Se mantendria en este caso a los terratenientes como enemigos de la industria y a los Industriales como “objetivamente” opuestos a los te rratenientes.? El desarrollo de la oposicién exige la ac- tuacién de otros grupos, unos, poseedores de esa con- clencia de la que carecen los propios industriales —el Ejército—. y otros, mas dispuestos a le lucha que el propio grupo en cuestidn, la clase obrera, Aparecen también nuevos grupos aliaclos a los terra- tenientes: sectores de la clase media, que categori zariamos como “terciarios” de los propietarios lat fundistas. Puede incluso, en el modelo, darse una discontinuidad en el sector industrial, pero la oposi- ci6n baisica de intereses y la linea de tendencia del ce sarrollo hist6rico se mantiene: la contradiecién prin: cipal sigue siendo la que separa la economia agraria de la economia industrial. Jorge Abelardo Ramos re- presentaria casi literalmente esta posieién, aunque su examen no se agota en las relaciones internas de las Clases, sino que incorpora la ligazdn con el exterior de la economia agroexportadora.? Otra version mantiene el modelo en cuanto a la iden tificacién de los contendores y sus orientaciones, pe ro en este caso serian los terratenientes quienes, inad- vertidamente, habrian favorecido al sector industrial. En este caso pareceria suponerse una coincidencia transitoria de intereses muy especificos en medidas ta- Jes como el control de cambios, pero una oposicion de fondo, tanto en intereses como en actitudes. El tra- tamiento de Guido Di Tella y Manuel Zymelman y el de Walter Beveraggi Allende se acercan a esta posi ci6n, asi como la interpretacion dada por Aldo Ferrer al periodo.* No obstante, a veces, dentro de esta va

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