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ENCUENTRO

Hay un punto de encuentro


que une dos zonas a veces
lejanas.

Une un lado del camino con otro.


Son los puentes que enlazan.

Acortan distancias.
Hay puentes
de muchas
clases:
cortos y largos
anchos y
estrechos.
Todos tienen
algo en común
sirven para
unir dos orillas.
Atravesándolos
de algún modo
se lleva un
mensaje al
otro lado.
Los puentes son como ciertas personas.

Su importancia se
valora cuando ya no
están, o cuando están
gravemente dañados.
Cada persona debiera
convertirse en puente;
facilitar el encuentro,
superar aflicciones y
estimular el perdón.

Seamos puentes.
Siempre esperando el
encuentro, entre los
lados del río de la vida.
El río de la vida: a veces sereno, apacible y cristalino
a veces turbulento, inseguro y peligrosamente profundo.

Pero es bueno y necesario atravesarlo.


Podemos ser como un puente que haga fácil la travesía.
Hacer de puente a veces cuesta.

Pongamos voluntad
para realizar
encuentros felices,
que unan y den
fuerza.
Entonces podremos decir:
SOY UN PUENTE LLAMADO AMISTAD.

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