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LA NOVELA

Se la relaciona por su carácter narrativo con la historia y por los argumentos narrados con la
comedia. Es un producto de un mundo en decadencia; tanto la sociedad helenística, como la romana
de la época imperial, son mundos en crisis política, social y religiosa. Típico producto de este
mundo sin fronteras es la novela, género abierto en el que se mezclan historia y ficción, prosa y
poesía, amores y aventuras.
Todas las novelas griegas o latinas tienen algunos rasgos comunes. Quizá el elemento
común por excelencia sea la presencia del tema amoroso como núcleo de la trama; este contenido
erótico sitúa la novela en la esfera de la vida privada: su intención es la pura diversión y es ajena a
los acontecimientos políticos y sociales. Es rasgo también general el continuo viajar de los
protagonistas, que posibilita la complicación de la trama inicial con múltiples aventuras.
En el conjunto de novelas de la antigüedad, se pueden distinguir dos grupos. Tenemos, en
primer lugar, las novelas románticas, idealistas, escritas en griego y vinculadas al mundo
helenístico: son obras de evasión en las que se mezcla la trama amorosa con relatos de viajes y
aventuras. Por otra parte, encontramos una novela cómica, originada en el mundo romano. A este
tipo de relato cómico, pertenecen las dos únicas novelas latinas: El Satiricón de Petronio y El Asno
de Oro de Apuleyo.
El primer elemento característico de la novela latina es su tono satírico. Las novelas
romanas incluyen parodias de todo tipo sobre cuestiones religiosas, literarias y sociales. A través de
las aventuras de los protagonistas, se traza un cuadro caricaturesco de una sociedad decadente, pero
su intención no es moralizante: el protagonista de la novela latina no intenta cambiar el mundo que
le es hostil, sólo intenta sobrevivir en él.
En el aspecto formal, las dos novelas latinas se caracterizan por su perfección: los autores
desean mostrar su ingenio y su manejo de la lengua. A pesar de su carácter popular, la novela
cómica, por su fina ironía, no puede ser entendida en profundidad sino por un público que tenga una
educación literaria. Tanto Petronio como Apuleyo complican la trama originaria con gran cantidad
de aventuras, insertando en medio de la obra relatos novelescos independientes con entidad y valor
artístico propios. La novela latina es, pues, un género literario con características propias en el que
confluyen las influencias de los cuentos milesios, la sátira y el mimo.

EL SATIRICÓN

1. El autor: Petronio
La fecha en que se escribió el Satiricón es dudosa, aunque la mayoría de los estudiosos de
esta obra se inclinan a favor de la composición en los últimos años del reinado de Nerón. En
algunos de los manuscritos figura el nombre del autor como Petronius Arbiter.

2. Contenido y estructura de la obra


El Satiricón nos ha llegado extraordinariamente fragmentada. Los fragmentos que tenemos
sólo abarcan algunos pequeños episodios, si exceptuamos un episodio que nos ha llegado completo:
“La cena de Trimalción”.
El relato principal está en primera persona y se centra en las vergonzosas aventuras del
propio narrador, Encolpio, y de su amante Gitón, joven hermoso y carente de escrúpulos.
Queriendo hacer una parodia de la Odisea de Homero, Petronio nos muestra a Encolpio
zarandeado de un lado a otro a causa de la ira de Príapo.
En la primera parte de sus aventuras están acompañados por Ascilto. Los tres personajes
carecen completamente de moral. En la segunda serie de aventuras acompaña a Encolpio y a Gitón
un nuevo personaje: Eumolpo; se trata de un viejo poeta sentimental y sin escrúpulos. En el relato,
principal se insertan numerosos episodios menores con entidad y valor literario propio, novelas
dentro de la novela. El conjunto forma una serie de aventuras extravagantes, eróticas la mayor parte
de las veces, en las que se reúnen personajes de todo tipo: ladrones, fanfarrones, pervertidos,
retores, doncellas y matronas dominadas por la lujuria, etc.
El episodio más extenso y de mayor entidad de los conservados es el llamado “La cena de
Trimalción”. Narra un banquete ofrecido por Trimalción, liberto recientemente enriquecido, y al
que son admitidos el joven Encolpio y sus acompañantes. El anfitrión hace ostentación de su
riqueza tanto en la decoración de la casa como en la profusión de suntuosos platos para sus
invitados. El tema le sirve a Petronio para trazar una viva caricatura de la vulgaridad de esa clase de
nuevos ricos que proliferaban en la época imperial. Toda la escena está narrada con un realismo
asombroso.
Mención aparte merece las narraciones cortas, que se pueden considerar verdaderas novelas
dentro de la novela. De entre ellas se pueden destacar la del hombre-lobo y la de las brujas
maléficas, incluidas ambas en “La cena de Trimalción”, así como la de “La matrona de Éfeso” y
“El muchacho de Pérgamo”. Los cuentos del muchacho de Pérgamo y de la viuda de Éfeso,
relacionados con los cuentos milesios, tienen mayor interés literario. El primero aborda el tema de
la homosexualidad; el segundo cuenta con tono picante la seducción de una viuda por parte de un
soldado en la propia cámara sepulcral de su marido.
Por último encontramos en El Satiricón, además de gran número de pequeñas poesías, dos
poemas extensos. El primero de ellos canta la destrucción de Troya, y se encuentran en él no sólo
ecos del libro II de la Eneida sino también de otras versiones griegas. El segundo es un largo poema
sobre la guerra civil; algunos quieren ver en él una crítica o parodia de La Farsalia de Lucano. Este
tipo de poemas apoya la tesis de los que piensan que Petronio escribía para un público entendido.

3. Valor literario del Satiricón


Es una obra difícilmente clasificable, en la que se reconocen rasgos de distintos géneros. La
mayor parte de los estudiosos de Petronio han puesto en relación su obra con la sátira menipea, con
los cuentos milesios, con la novela helenística y con los libros de crítica literaria.
Quizá la relación más evidente sea con la sátira menipea popularizada por Varrón. Aunque
no se pueda reducir de ninguna manera El Satiricón a una sátira menipea, hemos de reconocer el
influjo de ésta en su tono paródico y burlesco.
Visible es también su relación con las fabulae milesiae. Estas narraciones cortas, que in-
cluían relatos de viajes y que tenían contenido erótico, surgen en Asia Menor en el siglo II a. de C.
Es sin duda aportación de las fabulae milesiae la concatenación de distintos episodios, que brotan
unos de otros sin que se pierda el hilo conductor.
Por último, no se puede soslayar la existencia de pasajes completos, como los dos poemas ya
comentados, con un valor innegable de crítica literaria. Se puede, pues, concluir que El Satiricón es
una obra original y compleja, en la que, partiendo de la sátira menipea, el autor introduce rasgos
descriptivos tomados de las novelas de viajes, así como una parodia de las novelas de amor.
Desde el punto de vista lingüístico El Satiricón es un documento de un extraordinario valor.
Todos los tonos literarios están absolutamente mezclados en perfecta consonancia con el tema
narrado y con la caracterización del personaje; los pasajes cómicos se alternan con los trágicos, y a
los puramente burlones suceden otros de gran patetismo. Básicamente se distinguen en Petronio dos
estilos distintos, por una parte, el del narrador y los personajes educados; por otra, el que se atribuye
a Trimalción y su entorno. De nuevo vemos el contraste, ahora en un plano lingüístico: junto a las
expresiones solemnes y retóricas de los círculos cultivados se nos presenta el lenguaje popular, a
veces sencillo, a veces vulgar y soez.
EL ASNO DE ORO

1.1. Contenido y estructura de la obra

El autor construye una novela de aventuras con un fondo místico-religioso. El episodio


central de la obra es la transformación por arte de magia en asno de Lucio y las peripecias que sufre
hasta recuperar su forma humana gracias a la intervención milagrosa de Isis
El título que originariamente llevó el libro es el de Metamorfosis, con el que se alude tanto a
la transformación del protagonista en asno, núcleo central de la obra, como a otros cambios y
hechizos de los que el libro está lleno. Ya desde la Antigüedad se popularizó un segundo título, que
hizo mayor fortuna: El Asno de oro.
Fuera de toda duda está que Apuleyo sigue alguna narración griega y así lo declara él mismo
en el prólogo de la obra: "Fabulam graecanicam incipimus" (iniciamos una fábula de origen
griego). Una obra con la misma anécdota central y escrita en griego nos ha llegado entre los escritos
de Luciano, autor contemporáneo de Apuleyo. La autoría de esta obra no es aceptada por todos los
especialistas y muchos hablan de ella como un Pseudo-Luciano. Posteriormente, en el siglo IX,
Focio, estudioso de la literatura grecolatina, hace referencia a unas Metamorfosis de un tal Lucio de
Pairas. Basado en ese testimonio se postula la existencia de un original griego que estaría en la base
tanto de la obra de Apuleyo como del Pseudo-Luciano. Apuleyo interpreta libremente el modelo
precedente: lleva a cabo numerosas modificaciones, añade episodios nuevos sacados de otras
fuentes literarias; cambia nombres y circunstancias y, sobre todo, impregna la obra de su particular
afición por la magia y por los misterios. El resultado es una obra totalmente nueva, que consigue
mejorar notablemente tanto el original griego como el Pseudo-Luciano.
El Asno de Oro resulta una obra de difícil clasificación. El propio autor en el prólogo afirma
que va "a tejer en esta charla milesia fábulas de origen griego”; de esta forma queda establecida la
relación de la novela de Apuleyo con esa tradición narrativa oriental, que tenía como características
fundamentales su brevedad y su tono erótico, casi obsceno. Obtiene también materia e inspiración
de la fabulística sacra, que surgía en torno a los templos y sectas y que difundían vida y milagros de
dioses, hechizos de los magos, apariciones, resurrecciones y toda clase de portentosas y extrañas
aventuras. Con todo este material construye un relato de una extraordinaria fantasía, al que se
añaden algunos elementos satíricos y burlescos y, por último, una intencionalidad místico-religiosa.
La novela adopta la forma de un relato narrado en primera persona por un joven de buena
familia, llamado Lucio. Podemos estructurar la obra en los siguientes bloques:
1º) Primer bloque. Lo forman los hechos narrados entre el libro primero y el tercero. El
joven Lucio, dominado por una malsana curiosidad por los hechizos y encantamientos, llega a
Tesalia, la supuesta patria de la magia. Se hospeda en casa de un viejo usurero llamado Milón, cuya
mujer practica la magia con la colaboración de su criada; Lucio seduce a Fotis, la criada, e intenta
así conocer las artes de hechicerías de su ama. Por un error en los encantamientos se ve convertido
en asno, conservando su facultad de raciocinio. El libro tercero termina con el saqueo de la casa de
Milón por unos ladrones que se llevan con ellos al asno junto con todas las caballerías.
2°) Segundo bloque. En los libros cuarto, quinto y sexto se narran las desventuras de Lucio
mientras está en poder de los ladrones. El episodio más importante de este bloque y el relato de
mayor valor literario de todo El Asno de Oro lo constituye la “Fábula de Cupido y Psique”,
auténtico relato independiente. La narradora es una anciana que pretende distraer a una joven
capturada por los ladrones. El hermosísimo cuento narra la historia de Psique, una joven de
extraordinaria belleza de la que el dios Cupido se enamora. El dios, que había prohibido a la joven
que lo contemplara, sólo se reunía con ella al caer la tarde. Una noche, movida por la curiosidad,
Psique, mientras Cupido duerme, acerca una lámpara de aceite para poder verlo; el dios despierta y,
enfadado por su desobediencia, la abandona. Psique inicia la búsqueda de su amante por toda la
tierra, sometida a pruebas inhumanas por parte de los dioses. Finalmente Júpiter consiente el
reencuentro de los amantes y Psique asciende al cielo.
Terminada la narración, el asno intenta escapar en compañía de la joven. Es capturado y
conducido de nuevo a la cueva, donde los ladrones deciden matarlo.
3°) Bloque tercero (libros VII, VIII, IX y X) . El libro VII se inicia con el rescate de la joven
por su prometido. Ambos jóvenes se llevan con ellos al asno Lucio. Comienza entonces un
peregrinar del asno por distintos amos, que lo tratan de forma desigual y con los que corre múltiples
aventuras. Finalmente, se descubren sus facultades extraordinarias y lo llevan a exhibirse en el
teatro con una mujer depravada; logra escapar y con el relato de su evasión termina el libro X.
4°) El libro XI merece ser considerado aparte por cuanto narra la intervención de Isis,
devolviendo su forma humana a Lucio. La mayor parte del libro se consagra a la ceremonia de
iniciación de Lucio en los cultos de Isis.

Valoración literaria
Son características de nuestro autor, que comparten los otros grandes autores del siglo II, la
artificialidad y la extravagancia verbal tomadas de la segunda sofística. Apuleyo es un maestro de la
llamada elocutio novella, que consigue sorprendentes efectos expresivos combinando arcaísmos y
helenismos, vulgarismos y neologismos. Es notable en él la influencia de la oratoria asiánica,
usando gran variedad de palabras con finales iguales (homoioteleuton) así como aliteraciones y
rimas.
La influencia de la novela de Apuleyo a partir del Renacimiento ha sido muy importante. En
el Renacimiento italiano hemos de destacar su influjo sobre Boccaccio, que manifestó su interés por
la novela de Apuleyo transcribiendo él mismo el manuscrito de Monte Casino. Se ha de destacar
también la importancia del Asno de Oro en el desarrollo de la novela picaresca española: su influjo
se observa en el Lazarillo de Tormes, en el Guzmán de Mateo Alemán y en La pícara Justina.
Conviene también citar la influencia que en la literatura occidental ha tenido la fábula de Cupido y
Psique; podemos encontrar su influencia en Boccaccio, Calderón y La Fontaine. La literatura
moderna alemana prestó especial atención al mito de Cupido y Psique y a sus representaciones
plásticas.

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