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Diversidad étnica en Costa Rica

Turismo.

Pocos turistas e incluso nacionales conocen que en el país existen 23 pueblos indígenas, algunos
de los cuales están dispuestos a compartir su cultura y su conocimiento. A pesar de ser algo mas
de un 1% del total de la población nacional, los pueblos indígenas juegan un importante papel en la
vida de Costa Rica. Distribuidos en 22 territorio, han sido desde tiempos ancestrales celosos
guardianes de gran parte de la riqueza cultural del país, entre unas de las etnias podemos hablar
de:

BRIBRIS:

Constituyen uno de los grupos más números del país, localizados en las Reservas Indígena de
salitre y cabagra en el cantón de buenos aires, Pacifico sur, en la provincia de Puntarenas. El Bibri
conserva su lengua en forma oral y en su escritura, su actividad mas importante es la agricultura,
principalmente el cacao y el plátano, también cultivan frijoles, maíz y tubérculos. Crían cerdos,
cazan aves y pescan, su expresión artesanal es la cestería y la fabricación de instrumentos
musicales, para la cual utilizan elementos naturales. Se movilizan por medio de botes y balsas en
el cauce del rio Sixaola, en la frontera con panamá.

GUATUSOS O MALEKUS:

Es uno de los grupos indígenas más pequeños, se encuentran localizados en las llanuras del norte
del país, en el cantón de san Rafael de guatuso en Alajuela. Conservan sus rasgos físicos y sus
expresiones culturales, hablan la lengua maleku y el español, y dada la importancia de conservar
su lengua, se da la enseñanza bilingüe escolarizada, habitan tres asentamientos: el Palenque
Margarita, Tonjibe y el Sol. Su principal actividad agrícola es el cultivo de cacao, pejibaye, palmito y
además son pescadores río, trabajan artesanalmente en la confección de figuras indígenas de
cerámica, artículos en madera en balsa y arcos y flechas en madera.

HUETARES:

Un pequeño grupo Huetar ha podido sobrevivir a nuestros días, está localizado en lo alto de la
reserva indígena de Quitirrisí, en la carretera de mora y el de puriscal. También hay otro
asentamiento Huetar en zapatón, en el cantón de de puriscal ambos e la provincia de san José.
Conservan poco su cultura y rasgos físicos, aunque mantienen todavía ciertas tradiciones como, la
fiesta del maíz y el uso de plantas medicinales. Cultivan casi que únicamente maíz debido a la
pobreza de sus tierras, poco aptas para la agricultura. Su principal actividad económica es la
artesanía con palma, zacate y fibras vegetales. Son expertos en colorantes vegetales para tinte de
fibras, también trabajan con cerámica; sus productos los comercian con ferias y en puestos de los
mismos indígenas, en el borde de la misma carretera. Los huetares hablan en la actualidad
español.

MISKITOS Y SUMOS:

A pesar de que ya no existen estudios o referencias etnográficas sobre estos grupos indígenas,
varias familias de miskitos y de sumos habitan desde cientos de años en las costas atlánticas del
país, por ejemplo en barba del colorado, tortuguero y parismina. Tienen una forma de vida
seminomada viven básicamente de la pesca y siembran pequeñas cantidades de arroz y
tubérculos, conservan el idioma miskito o sumo, al igual que las costumbres, hábitos alimenticios y
una rica tradición cultural afro caribeña.

Con frecuencia los destinos turísticos se venden como productos empaquetados, donde todo está
al alcance de la cámara fotográfica, donde se muestra al turista sólo una cara del país: la que
vende. No siempre es fácil salirse de la norma y conocer la verdadera forma de vivir del lugar que
se visita.

Costa Rica no ha escapado a esta tendencia. Se promociona como un paraíso natural, y más de
un millón de turistas llegan cada año a recorrer sus bosques, sus volcanes y sus playas. Sin
embargo, muy pocos llegan a compartir con los ticos durante su estadía

La diversidad étnica costarricense con relación al turismo va muy ligada con el turismo rural
comunitario, que podemos encontrar una creciente de iniciativas comunitarias que se están
convirtiendo en parte de las actividades turísticas. Por esta razón, las opciones para los turistas
ahora incluyen un diverso arsenal de servicios de calidad que ofrecen experiencias en las cuales el
visitante puede tener un contacto directo con la forma de vida en las comunidades rurales e
indígenas. Los tours de este tipo se enfocan en enseñar a los visitantes la cultura, historia y forma
de vida de comunidades indígenas y rurales, brindándole la oportunidad de participar en sus
costumbres y tradiciones, para que puedan convertirse en parte de ellos lugares fascinantes.
Algunas de actividades que se incluyen en este tipo de tours son la visita a granjas tradicionales,
plantaciones, trapiches, proyectos comunales y comunidades indígenas.

Entre las etnias que realizan actividades turísticas en sus pueblos podemos destacar a los Bribris
en talamanca, kekoldi en el Caribe sur y a los Maleku en la zona norte, estos grupos indígenas se
han abocado al turismo ecológico como al rural comunitario, con el objetivo de obtener ingresos
que les permitan mejorar su calidad de vida, y al mismo tiempo, le ofrecen al turista una
oportunidad única de entrar en contacto con la naturaleza y con la poco conocida cultura indígena
del país.
A una hora de la fortuna y a una distancia similar del refugio de vida silvestre caño negro, la
reserva indígena Maleku recibe diariamente a turistas interesados en conocer la utilización de
plantas con fines medicinales, así como su historia y tradiciones.

Dagoberto Elizondo es un indígena maleku que al igual que su familia está involucrado en la
atención de turistas. E n un sector de 9 hectáreas en regeneración, le sirve a Dagoberto como
laboratorio natural para explicarle al turista el uso medicinal o comestible que la etnia indígena
hace de cada planta, el hombre grande (planta), para la anemia, presión alta y como fórmula para
combatir el alcoholismo, la madera del pejibaye para elaborar arcos, la raíz de una platanilla para
fabricar tintes naturales y la Jamaica y el fruto del pejibaye para bebidas entre otras muchas más.
El recorrido es también repaso de la cultura maleku, de cómo el cacao es considerado sagrado, el
mastate es usado como velo para las viudas y la madera de balsa es empleada como un
importante material para las artesanías. Dagoberto explica con orgullo: “somos admiradores de la
naturaleza, gracias a esta sobrevivimos”.

Así como los Malekus existen otras etnias costarricenses que han empezado a sacar provecho de
sus tradiciones y culturas, para así generar un ingreso a su pueblo enseñando acerca de su modo
vida, practicar este tipo de turismo es una de contribuir con nuestro pueblo ya que los ingresos que
generen van destinados a sus mismos pueblos para crecer y mejorar, además de que el turista
saca un enorme conocimiento acerca de la cultura indígena y lo que puede ofrecer la naturaleza.

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