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La
confusión puede ser producto de un esposo trabajólico, cuya esposa se siente sola
y resentida con él (y con el trabajo que lo aleja de ella); hijos que son fuente continua
de conflictos familiares, agravados por la falta de consistencia de los progenitores en
destrezas paternas; familias mezcladas, en las cuales hay un padrastro o madrastra no
aceptado o parientes políticos que son fuente de conflictos familiares. En sus hogares,
las parejas y familias se separan por abuso verbal físico o emocional.
Una vez que lo dejé, pensé que el tiempo sanaría mis cicatrices emocionales; pero,
luego de haberme casado, descubrí que todavía estaban abiertas y dolorosas. Se ha
necesitado mucho amor, oración, confianza y paciencia de mi esposo y mía, para
resolver los conflictos familiares que me siguieron en nuestro matrimonio.
Ya sea que solo tú estés buscando soluciones para los conflictos familiares o que tu
cónyuge u otros miembros de la familia también deseen armonía, hay acciones que
puedes tomar inmediatamente para comenzar a cambiar tu propio comportamiento y
tu respuesta al comportamiento de tu conyugue y familia.
Conflictos familiares-crea Armonía en tu hogar
No solo que traje el dolor de mi vida con un alcohólico a mi matrimonio, sino que
descubrí que mi propio egoísmo y orgullo eran causa de conflictos familiares
(Santiago 4:1-10)
¿De donde vienen esas guerras, de dónde esos conflictos entre ustedes?
¿Quién hace la guerra sino los malos deseos que tienen dentro?
Cuando se les niega lo que codician ustedes matan, cuando no consiguen lo que
codician, ustedes discuten y pelean. En realidad, ustedes no tienen porque no piden. Y
si piden algo, no lo consiguen porque piden con la mala intención de derrocharlo
después en sus placeres. ¡Adúlteros! ¿No saben que la amistad con este mundo
significa la enemistad con Dios? Por tanto, el que pretende ser amigo del mundo, se
hace enemigo de Dios.
No piensen que la escritura dice en vano: Dios quiere celosamente a nuestro espíritu. Y
en hacer favores nadie le gana. Y añade la escritura: Dios resiste a los orgullosos y
concede favores a los humildes. Po eso, sométanse a Dios, resistan al diablo y huirá de
ustedes; acérquense a Dios y Dios se acercará a ustedes. Purifiquen sus manos si han
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cometido el mal, y santifiquen sus corazones si están dudando. Reconozcan su miseria,
siéntanla y llórenla. Que la risa se cambie en llanto, y la alegría en tristeza
Al querer liberarme de ambos, Dios me dio sabiduría
A lo largo de mis estudios bíblicos personales, para ver que no estaba practicando las
estrategias bíblicas numeradas más adelante2. Las apliqué en mis relaciones con mi
cónyuge y familia y descubrí que eran altamente efectivas para solucionar los
conflictos cuando se pone en práctica de manera diligente, enérgica y en oración.
En lugar de asumir que tu esposo dejó sus calcetines en el piso —una vez más— solo
para molestarte, recuerda cuán duro trabajó el día de hoy, cuán buen proveedor es y
que, probablemente olvido recogerlas.
Cuenta tus bendiciones.
(Filipenses 4:6) (Colosenses 3:17)
. En cualquier circunstancia recurran la Y todo lo que puedan decir o hacer, a
oración y a la súplica, junto a la acción háganlo en el nombre del señor Jesús,
de gracias, para presentar sus dando gracias a Dios padre por medio
peticiones a Dios. de él.
En lugar de quejarte sobre lo que te falta, recuerda y agradece por todo lo que tienes.
• Sé servicial, ofrece consuelo, aliento y sé agradable con tu familia
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Entonces, todo lo que ustedes imagen de Dios. De la misma boca sale
desearían de los demás, háganlo con la bendición y la maldición.
ellos: ahí tienen toda la biblia.
La lengua, por el contrario, nadie puede Si pones en práctica el ser servicial,
dominarla: es un látigo incansable, ofrecer consuelo, dar una palabra de
lleno de mortal veneno. Con ella aliento, ser cortés y optimista, es muy
bendecimos a Dios Padre, y con ella
probable que te des cuenta que tu
maldecimos a los hombres hechos a
familia comenzará a responder de la
misma manera contigo y con los demás.
*Hermanos muy queridos, que todos sean prontos para escuchar, lentos para hablar y
enojarse; porque la ira del hombre no cumple la justicia de Dios.
*Enójense, pero sin pecar, que el enojo no les dura hasta el término del día, y no den
lugar al demonio
Dado que la sabiduría de Dios es el más grande fundamento sobre el cual construir
vidas de amor y de paz, volvámonos a la Biblia para llegar al núcleo del conflicto
familiar:
“Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza
pecaminosa. Porque ésta desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo
que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden
hacer lo que quieren… Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: … odio,
discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; En
cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad,
fidelidad, humildad y dominio propio. Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por
el Espíritu. No dejemos que la vanidad nos lleve a irritarnos y a envidiarnos unos a
otros.
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(Gálatas 5:16-26)
Por eso les digo: anden según el espíritu y no levaran a efecto los deseos de la carne.
Pues los deseos de la carne están contra el Espíritu y los deseos del espíritu están
contra la carne. Los dos se oponen uno a otro, de suerte que ustedes no pueden obrar
como quisieran. Pero, si los conduce el Espíritu, ya no están sometidos a la ley.
Es fácil ver lo que viene de la carne: libertad sexual, impurezas y desvergüenzas: culto
de los ídolos y magia; odios, celos y violencias; furores, ambiciones, divisiones,
sectarismo, desavenencias y envidias; borracheras, orgias y cosas semejantes. Les
vuelvo a declarar lo que ya les he dicho: los que hacen estas cosas no heredaran el
reino de Dios
En cambio, el fruto del Espíritu es: caridad, alegría y paz; paciencia, comprensión de los
demás, bondad y fidelidad; mansedumbre y dom8inio de si mismo. Ahí no hay
condenación ni ley, pues lo que pertenece a Cristo Jesús tiene crucificada la carne con
sus vicios y deseos.
Si vivimos en el espíritu, dejémonos conducir por el Espíritu. No busquemos la
vanagloria: que no hay entre nosotros provocaciones ni rivalidades.