Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
America Latina
America Latina
A su paso por Tenerife, durantes su primer viaje, había presenciado Colon una formidable
erupción volcánica. Fue como un presagio de too lo que vendría después en las inmensas tierras
nuevas iban a interrumpir la ruta occidental hacia el Asia. América estaba allí, la conquista se
extendió, en oleadas, como una mareada furiosa. Las bulas del Papa habían hecho una
apostólica concesión del África a la corona del Portugal, y a la corona de Castilla habían
otorgado las tierras “desconocidas”: América había sido donada a la reina Isabel.
El tratado de Tordesillas, suscrito en 1493, permitió a Portugal ocupar territorios más allá de la
línea divisora trazada por el Papa, y en 1530 Marín Alfonso de Sousa fundo las primeras
poblaciones portuguesas en Brasil, expulsando a los franceses. En 1513, el Pacifico resplandecía
ante los ojos de Vasco Núñez de Balboa; en el otoño de 1522, retornaban a España los
sobrevivientes de la expedición de Hernando de Magallanes que habían unido por primera vez
ambos océanos.
Había de todo entre los indígenas de América: astrónomos y caníbales, ingenieros y salvajes de
la edad de piedra. Pero ninguna de las culturas nativas conocía el hierro ni el arado, ni el vidrio
ni la pólvora, ni empleaba la rueda.
Los indígenas fueron, al principio, derrotados por el asombro: por todas partes venían envueltos
sus cuerpos, solamente aparecen sus caras. Tenían caras blancas como si fueran cal. Tiene el
cabello amarillento aunque algunos lo tenían negro. Montezuma creyó que era el dios
Quetzalcoalt quien volvía. El dios Quetzalcoalt había venido por el este y por el oeste se había
ido: era blanco y barbudo.
El saqueo, interno y externo, fue el medio mas importante para la acumulación primitiva de
capitales, desde ka Edad Media, hizo posible la aparición de una etapa histórica en la evolución
económica mundial
Las colonias americanas habían sido descubiertas, conquistadas y colonizadas dentro del
proceso de la expiación del capital comercial. Ni España ni Portugal recibieron los beneficios del
arrollador avance del mercantilismo capitalista, aunque fueron sus colonias las que, en media
substancial. Proporcionaron oro y la plata que nutrieron esa expansión.
Europa y necesitaba oro y plata. Los medios de pago de circulaciones se multiplicaban sin cesar
y era preciso alimentar los movimientos del capitalismo a la hora del parto: los burgueses se
apoderaban de las ciudades y fundaban bancos, producían e intercambiaban mercancías,
conquistaban mercados nuevos.
Pero no todo el excedente se evadía hacia Europa. La economía colonial también financiaba el
despilfarro de los mercaderes, los dueños de las minas y los grandes propietarios de tierras,
quien se repartían el usufructo de la mano de obra indígena y negra bajo la mirada celosa y
omnipotente de la Corona y su principal asociada, la Iglesia.
Ruinas del Potosí: El ciclo de la plata
Analizando la naturaleza de las relaciones a lo largo de la historia de América Latina como una
cadena de subordinaciones sucesivas.
Potosí brinda el ejemplo mas claro de esta caída hacia el vació. Las minas de plata de
Guanajuato y Zacatecas, en México, vivieron su auge posteriormente. En los siglos XVI y XVII, el
cerro rico de Potosí fue modo u otro, la economía chilena, que le proporcionaba trigo, carne,
seca, pieles y vinos; la ganadería y las artesanías de Córdoba y Tucumán.
Aquella sociedad potosina, enferma de ostentación y despilfarro, solo dejo a Bolivia la vaga
memoria de sus esplendores, las ruinas de sus iglesias y palacios, y ocho millones de cadáveres
de indios
En sus épocas de auge, al promediar el siglo XVII, la ciudad había congregado a muchos
pintores y artesanos españoles o criollos o imagineros indígenas que imprimieron su sello al
arte colonial americano.
Estas iglesias desvalijadas, cerradas ya en su mayoría, se están viniendo abajo, aplastadas por
los años.
Sin embargo, nada pudo hacer el señor de la Vera Cruz contra la decadencia de Potosí. La
extenuación de la plata había sido interpretada como castigo divino por las atrocidades y los
pecados de los mineros.
Junto con Potosí cayo, Sucre. Esta ciudad del valle, de clima agradable, que antes se había
llamado Charcas, La plata y Chuqiosaca sucesivamente, disfruto buena parte de la riqueza que
mandaba de las veras del rico cerro de Potosí.
Sucre cuenta todavía con una Torre Eiffel y con sus propios Arcos de Triunfo, y dicen que con las
joyas de su Virgen se podría pagar toda la gigantesca deuda externa de Bolivia.
En Potosí y en Sucre solo quedaron vivos los fantasmas de la riqueza muerta. En Chancaca, otra
tragedia boliviana, los capitales anglos chilenos agotaron, durante el siglo pasado, vetas de
plata más de dos metros de ancho, con una altísima ley; ahora sólo restan las ruinas humeantes
de polvo.
Los capitales no se acumulaban, sino que se derrochaban. Se practicaba el viejo dicho: Padre
Mercader, Hijo caballero, nieto pordiosero.
El derramamiento de la sangre y de las lágrimas: y sin embargo, el Papa había resuelto que los
indios tenían alma
En 1581, Felipe II había afirmado, ante la ausencia de Guadalajara, que ya un tercio de los
indígenas de América habían sido aniquilados, y que los que aun Vivian se veía obligados a
pagar los tributos por los muertos. El monarca dijo, además, que los indios eran comprados y
vendidos.
Aquella violenta marea de codicia, horror y bravura no se abatió sobre estas comarcas sino el
precio del genocidio nativo: las investigaciones recientes mejor fundadas atribuyen al México
precolombino una población que oscila entre los 25 y 30 millones, y se estima que había una
cantidad semejante de indios en la región andina; América Central y las Antillas contaban entre
diez y trece millones de habitantes.
Manaba sin cesar el metal de las vetas americanas, y de la corte española llegaban, también sin
cesar, ordenanzas que otorgaban una protección de papel y una dignidad de tinta a los
indígenas, cuyo trabajo extenuante sustentaba al reino.
En tres centurias, el cerro rico de Potosí quemó, según Josiah Conder, ocho millones de vidas.
Los indios eran arrancados de las comunidades agrícolas y arriados, junto con sus mujeres y sus
hijos, rumbo al centro.
En la Recopilación de Leyes de Indias no faltan decretos de aquella época estableciendo la
igualdad de derechos de los indios y los españoles para explotar las minas y prohibiendo
expresamente que se lesionaran los derechos de los nativos.
A fines del siglo XVIII, Concolorcorvo, por cuyas venas corria sangre indígena, renegaba así de
los suyos: No negamos que las minas consumen número considerable de indios, pero esto no
procede del trabajo que tienen en las minas de plata y azogue, sino del libertinaje en que viven.
La “mita” era una maquina de triturar indios. El empleo del mercurio para la extracción de la
plata por amalgama envenenaba tanto o más que los gases tóxicos en el vientre de la tierra.
No faltaban las justificaciones ideológicas. La sangría del Nuevo Mundo se convertía en un acto
de caridad o una razón de fe.
En el siglo XVII, el padre Gregorio García sostenía que los indios eran de ascendencia judía,
porque al igual que los judíos “eran perezosos, no creen en los milagros de Jesucristo y no están
agradecidos a los españoles por todo el bien que han hecho”.
A los conquistadores y colonizadores se les “encomendaban” indígenas para que lo
catequizaran.
Los plantadores de cacao encendían sus cigarros con billetes de quinientos mil Reis.
Venezuela se identifico con el cacao, planta originaria de América, durante largo tiempo. Los
oligarcas del cacao, mas los usureros y los comellanos, formando parte de su cortejo, coexistían
la ganadería de los llanos, el añil, el azúcar, el tabaco y también algunas minas.
En las últimas décadas del siglo XIX, se desato, la glotonería de los europeos y los
norteamericanos por el chocolate. El progreso de la industria dio un gran impulso a las
plantaciones de cacao en Brasil y estimulo la producción de las viejas plantaciones de Venezuela
y Ecuador.
Brasil disfruto un buen tiempo de los favores del mercado internacional. No obstante, desde el
pique encontró en África serios competidores.
Brazos baratos para el algodón.
Brasil ocupa el cuarto lugar en el mundo como producto de algodón; México, el quinto. En
conjunto, de América Latina proviene más de la quinta parte del algodón que la industria textil
consume en el planeta entero.
Los excelentes agrícolas norteamericanos son el resultado de los fuertes subsidios que el estado
otorga a los productores.
El algodón latinoamericano continúa vivo en el comercio mundial, mal que bien, gracias a sus
bajísimos costos de producción. Incluso las cifras oficiales, mascaras de la realidad, delatan el
miserable nivel de retribución del trabajo.
En la actualidad, Anderson Clayton es la principal firma exportadora de café de Brasil. En 1950
se intereso por el negocio.
Brazos baratos para el café.
Hay quienes aseguran que el café resulta tan casi importante como el petróleo en el mercado
internacional. A principios de la década del cincuenta, América Latina abastecía las cuatro
quintas partes del café robusta, de África de peor calidad pero de precio bajo.
El café había traído consigo la inflación a Brasil; entre 1824 y 1854, el precio de un hombre se
multiplico por dos. Ni el algodón del norte ni el azúcar del nordeste, agotados ya los ciclos de la
prosperidad, podían pagar aquellos caros esclavos.
En los años prósperos que siguieron a la primera guerra mundial, la voracidad de los cafetaleros
determino la virtual abolición del sistema que permitía a los trabajadores de las plantaciones
cultivar alimentos por cuenta propia.
En Guatemala las plantaciones de café pagan aún menos que las de algodón.
En Colombia, territorio de vertinentes, el café disfruta de la hegemonía. Según un informe
publicado por la revista time en 1962, los trabajadores solo reciben el cinco porciento, a través
de los salarios, del precio total que el café obtiene en su viaje desde la mata a los labios del
consumidor norteamericano.
La primera reforma agraria de América Latina: Un siglo y medio de derrotas para José Artigas.
A cargar de lanza o golpes de machete, habían sido los desposeídos quienes realmente
pelearon, cuando despuntaba el siglo XIX, contra el poder español en los campos de América.
En México, Hidalgo y Morelos habían caído derrotado tiempo antes y transcurriría un siglo antes
de que rebrotaran los frutos de su predica por la emancipación de los humildes y la reconquista
de las tierras usurpadas.
Al sur, José Artigas encarno la revolución agraria. Este caudillo, con tanta saña calumniada y tan
desfigurada por la historia oficial, encabezo las masas populares de los territorios que hoy
ocupan Uruguay y las provincias argentinas de Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos, y Córdoba, en el
ciclo heroico de 1811 a 1820. Las rentas y las ganancias de los capitalistas ganaderos suman no
menos de 75 millones de dólares por año en la actualidad. Artemio Cruz y la segunda muerte de
Emiliano Zapata.
Exactamente un siglo después del regimiento de tierras de Artigas, Emiliano Zapata puso en
práctica, en su comarca revolucionaria del sur de México, una profunda reforma agraria.
En 1845, los Estados Unidos se habían anexado los territorios mexicanos de Texas y California,
donde restablecieron la esclavitud en nombre de la civilización, y en la guerra, México perdió
también los actuales estados norteamericanos de Colorado, Arizona, Nuevo México, Nevada y
Utah. Más de la mitad del país.
En la primavera de 1915, ya todos los campos de Morelos estaban bajo cultivo, principalmente
con maíz y otros alimentos.
El latifundio multiplica las bocas pero no los panes.
La producción agropecuaria por habitante de América Latina es hoy menor que en la víspera de
la Segunda Guerra mundial. Treinta años largos han transcurrido. Desde que la alianza para el
progreso proclamo, a los cuatro vientos, la necesidad de la reforma agraria, la oligarquía y la
tecnocracia no han cesado de elaborar proyectos.
El dictador argentino Juan Carlos Ongania estuvo a punto de anticipar en dos años de su caída,
cuando en 1968 intento aplicar un nuevo régimen de impuestos a la propiedad rural.
La reforma agraria que ha puesto en práctica desde 1969, el gobierno militar de Perú, esta
asombrado como una experiencia de cambio en profundidad.
En Brasil, los esplendidos yacimientos de hierro del valle de Paraopeba derribaron dos
presidentes, Janio Qadros y Joao Goulart, antes de que el mariscal Castelo Branco, que asalto el
poder en 1964, los cediera amablemente a la Hanna Minino Co. Otro amigo anterior del
embajador de los Estados Unidos, el presidente Eurico Dutra, había concedido a la Bethelem
Steel, algunos años antes, los cuarenta millones de toneladas de manganeso del estado Amapa,
por ciento para el Estado sobre los ingresos de exportaciones; desde entonces, Bethelem esta
mudando las montañas a los Estados Unidos con tal entusiasmo que se teme de aquí a quince
años Brasil quede sin suficiente manganeso para abastecer su propia siderurgia.
Los minerales tuvieron mucho que ver con la caída del gobierno del socialista Cheddi Jagan,
que a fines de 1964 había obtenido nuevamente la mayoría de los votos en lo que entonces era
la Guayana británica.
Para abastecerse de la mayor parte de los minerales estratégicos que se consideran de valor
critico para su potencial de guerra, los Estados Unidos dependen de las fuentes extranjeras.
El congreso Brasileño pudo realizar una investigación que culmino con un voluminoso informe
sobre el tema. En el se enumeran caso de venta o usurpación de tierras por veinte millones de
hectáreas, extendidas de manera tan curiosa que forma un cordón para aislar la Amazona del
resto de Brasil.
Un químico Alemán derroto a los vencedores de la guerra del Pacifico.
La historia del salitre, su auge y su caída, resulta muy ilustrativa de la duración ilusoria de las
prosperidades latinoamericanas en el mercado mundial: El siempre efímero soplo de las glorias
y el peso de siempre perdurable de las catástrofes.
A mediados del siglo pasado, las negras profecías de Malthus planeaban sobre el Viejo Mundo.
La población europea crecía vertiginosamente y se hacia imprescindible otorgar nueva vida a
los suelos cansados para que la producción de alimentos pudiera aumentar en proporción
pareja.
La oligarquía de Lima, soberbia y presuntuosa como ninguna, continuaba enriqueciéndose a
manos llenas y acumulando símbolos de su poder en los palacio y los mausoleos de mármol de
Carrara que la capital erguía en medio de los desiertos de arena.
La explotación del salitre rápidamente se extendió hasta la provincia boliviana de Antofagasta,
aunque el negocio no era boliviano sino peruano y, más que peruano, chileno. Cuando el
gobierno de Bolivia pretendió aplicar un impuesto a las salitreras que operaban en su suelo, los
batallones del ejército de Chile invadieron la provincia para no abandonarla jamás.
El salitre y el yodo sumaban el cinco por ciento de las rentas del Estado chileno en 1880; diez
años después, más de la mitad de los ingresos fiscales provenían de la exportación de nitrato
desde los territorios conquistados.
Al abrirse la década del 90, Chile destinaba a Inglaterra las tres cuartas partes de sus
exportaciones, y de Inglaterra recibía casi la mitad de sus importaciones; su dependencia
comercial era todavía mayor que la que por entonces padecía India.
Entre 1886 y 1890, bajo la presidencia de José Manuel Balmaceda, el estado chileno realizo los
planes más ambiciosos de toda su historia.
Dientes de cobre sobre Chile.
El cobre no demoro mucho en ocupar el lugar del salitre como viga maestra de la economía
chilena, al tiempo que la hegemonía británica cedía pasó al dominio de los Estados Unidos. En
vísperas de la crisis del 29, las inversiones norteamericanas en Chile ascendían ya a más de
cuatrocientos millones de dólares, casi todos destinados a la explotación y el transporte del
cobre.
Todo a lo largo de las faldas de la cordillera, Chile posee las mayores reservas de cobre del
mundo, una tercera parte del total hasta ahora conocido. El cobre de chileno aparece por lo
general asociados a otros metales, como oro, plata o molibdeno.
La nacionalización pondrá fin a un estado de cosas que se había hecho insoportable para el
país, y evitara que se repita, con el cobre, la experiencia de saqueo y caída en el vació que sufrió
Chile en el ciclo del salitre.
Los mineros del estaño, por debajo y por encima de la tierra
Hace poco menos de un siglo, un hombre medio muerto de hambre peleaba contra rocas en
medio de las desolaciones del altiplano de Bolivia. La dinamita estallo. Cuando el se acerco a
recoger los pedazos de piedra triturados por la explosión, quedo deslumbrado.
A partir de las jornadas revolucionarias de abril de 1952, Bolivia nacionalizo el estaño. Pero ya
para entonces, aquellas minas riquísimas se habían vuelto pobres. En el cerro de Juan del Valle,
donde Patiño había descubierto el fabuloso filón, la ley del estaño se han reducido ciento veinte
veces. El cementerio cruje. Por debajo de las tumbas, han sido cavados infinitos túneles,
socavones de boca estrecha donde apenas caben los hombres que se introducen, como
vizcachas, a la búsqueda del mineral. Nuevos yacimientos de estaño se han acumulado en los
desmontes a lo largo de los años.
Los tecnócratas y los burócratas no mueren de silicosis, pero viven de ella. El gerente de la
Comibol gana cien veces más que un obrero.
Dientes de hierro sobre Brasil
Los Estados Unidos pagan mas barato el hierro que reciben de Brasil o Venezuela que el hierro
que extraen de su propio subsuelo. Pero esta no es la clave de la desesperación norteamericana
por apoderarse de los yacimientos de hierro con el exterior: la Captura o el control de las minas
fuera de fronteras constituye, más que un negocio, un imperativo de la seguridad nacional.
El levantamiento popular que encabezo Leonel Brizola en Porto Alegre frustro el golpe de los
militares y coloco el poder del vicepresidente de Cuadros, Joao Goulart.
La US Steel no se quedo atrás. Antes de que pasara mucho tiempo se asocio con la empresa
minera del Estado, La compañía Vale do Rió Doce, que en buena medida se convirtió, así, en su
seudónimo. Por esta vía la US Steel obtuvo, resignándose a nada más que el cuarenta y nueve
por ciento de las acciones, la concesión de los yacimientos de hierro de los Carajas, en la
Amazona.
El petróleo, las maldiciones y las hazañas.
El petróleo es, el principal combustible de cuantos ponen en marcha al mundo contemporáneo,
una materia prima de creciente importancia para la industria química y el material estratégico
primordial para las actividades militares.
El petróleo que brota de los Estados Unidos disfruta de un precio alto. Pero la cotización del
petróleo de Venezuela y de Medio Oriente ha ido cayendo, desde 1957, todo a lo largo de la
década de los años sesenta.
Cuba proporcionaba jugosas ganancias a la Standard Oil de Nueva Yérsey. La Yersey compraba
el petróleo crudo de la Creole Petroleum, su filial en Venezuela, y lo refinaba y lo distribuía en la
isla, todo a los precios que mejor convenían para cada una de las etapas.
Encabezadas por la Standard Oil de Nueva Jersey, las empresas comenzaron el bloqueo.
México había sufrido, veinte años antes, un embargo internacional decretado por la Standard
Oil de Nueva Jersey y la Royal Dutch Shell.
Uruguay fue el país que creo la primera refinería estatal de América Latina.
Allá por 1939, la refinería de la ANCAP levantaba sus torres llameantes: El ente había sido
mutilado gravemente a poco de nacer, pero constituía todavía un ejemplo de desafió victorioso
ante las presiones del cartel.
También en Argentina las empresas extranjeras y sus múltiples ecos nativos sostienen siempre
que el subsuelo contiene escaso petróleo, aunque las investigaciones de los técnicos de la YPF
han dedicado con toda certidumbre que en cerca de la mitad del territorio nacional subyace el
petróleo, y que también hay petróleo abundante en la vasta plataforma submarina de la costa
atlántica.
El petróleo no ha provocado solamente golpes de Estado en América Latina. También
desencadeno una guerra, la del Chaco entre los dos pueblos más pobres de América del Sur.