Está en la página 1de 1

Una vinculación profunda con el espacio, entendida como arraigo, y la

apropiación del mismo, se hace posible a través de los objetos gracias las
relaciones que se establecen entre ellos, y principalmente las que se
establecen con los individuos. Las formas como estos eligen los objetos con los
que van a interactuar, y de qué forma lo harán, están estrictamente
determinados por el espacio en el que se van a desenvolver. Desde este punto
de vista, ya existe una apropiación de ese espacio, por el simple hecho de
disponer los objetos en él. La cantidad, el color, la forma, el tamaño, la textura,
el olor, y un sin número de posibles características serian susceptibles de
mencionar, y que podrían dar cuenta del espacio en que se encuentran,
cuantas personas lo habitan, que sucede en ese espacio, como se comportan
sus habitantes, tanto así, que podrían dar a conocer la personalidad, el status
económico, los intereses, y demás aspectos de aquellos que allí se
desenvuelven. Es así como existe una apropiación de los espacios a través de
los objetos como los mediadores en el dialogo que sucede entre cierto espacio
y el individuo, o un grupo de individuos. No sería posible apropiarse de aquello
que es imposible de dominar, de modificar e incluso de cierta manera
comunicarse. La disposición de objetos, que mencionábamos antes es el reflejo
del dominio, no hay un objeto más ni uno menos de los que se disponen. Es
posible cambiar los colores, el tamaño y otros aspectos de un espacio,
modificación. Y ante todo, es posible establecer ese canal de comunicación
entre el espacio y el individuo a través de los objetos. La apropiación y el
arraigo comienzan con la familiariedad que existe con cierto espacio, con el
hecho de sentirse parte lo que este es. Hoy por hoy, desde mi punto de vista,
es posible apropiarse de los espacios de una manera más funcional a través de
los objetos, es decir; quizás en la edad media, los objetos que se encontraban
en una casa burguesa ofrecían un tipo de apropiación mas subjetiva y
tradicional, en el que se definían los espacios y se hacían inamovibles, por los
ornamentos, los tamaños y demás. En la actualidad, dicha apropiación
funcional se ha direccionado a la posibilidad que los individuos puedan
disponer de los espacios y sentirse parte activa de su configuración, a través
de la modularidad, de la polifuncionalidad que permiten la transformación de los
espacios a través de la modificación de los ambientes.
David Chaquea Romero / 0622008 / 3550

También podría gustarte