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pone en las puntuaciones de los sujetos y no en el contenido o el formato de los reactivos. Por lo
tanto, si los ítemes del instrumento correlacionan positivamente entre sí, éste será homogéneo,
independientemente del tipo de contenido que se haya utilizado. Por el contrario, la prueba será
heterogénea si los reactivos no tienen una correlación positiva entre sí, aun cuando
aparentemente estén midiendo el mismo rasgo. Como se puede comprender, la distinción entre lo
homogéneo y lo heterogéneo no es una dicotomía, sino un continuo.
Si una prueba es homogénea, podemos suponer que todos los ítemes miden una característica
común. Por consiguiente, la homogeneidad es una característica necesaria, pero no suficiente, de
una prueba destinada a medir un rasgo unitario. Pruebas multidimensionales. Este tipo de
instrumentos tiende a presentar coeficientes de confiabilidad de consistencia interna de magnitud
moderada, indicando que no son totalmente homogéneas, sin embargo, sus respectivas
subpruebas si lo son.
Existen diferentes procedimientos para estimar la confiabilidad de consistencia interna. Algunos
de los más conocidos son los siguientes: (a) Kuder-Richardson; (b) Alpha de Cronbach; (c) Dos
mitades, corregido por la fórmula de Spearman-Brown; y (d) método de Hoyt.
El modelo de Kuder-Richardson es aplicable en las pruebas de ítemes dicotómicos en los cuales
existen respuestas correctas e incorrectas.
De acuerdo con el resultado anterior, se concluye que el instrumento en estudio tiene una
confiabilidad de consistencia interna “muy baja”. Al respecto, es importante señalar que este tipo
de resultados es esperable en los casos cuando se utilizan pruebas cortas (n < 10 ítemes), ya que,
como se ha indicado anteriormente, la confiabilidad de una medida es una función directa de su
extensión (número de ítemes) de la prueba.
En los casos de la medición de constructos a través de escalas, en los que no existen respuestas
correctas ni incorrectas, sino que cada sujeto marca el valor de la escala que mejor representa su
respuesta, Cronbach (1951) derivó, a partir del modelo de Kuder-Richardson (1937), una variante
que permite estimar la confiabilidad de consistencia interna en estos casos Alpha de Cronbach, el
método de dos mitades tiende a inflar ligeramente el coeficiente de confiabilidad.
Una manera práctica de interpretar la magnitud de un coeficiente de confiabilidad puede ser
guiada por la escala siguiente:
Rangos Magnitud
0,81 a 1,00 Muy Alta
0,61 a 0,80 Alta
0,41 a 0,60 Modearada
0,21 a 0,40 Baja
0,01 a 0,20 Muy Baja
En síntesis, la confiabilidad es una condición necesaria, pero no suficiente para obtener resultados
de investigación que sean científicamente valiosos y socialmente útiles.
El coeficiente de correlación expresa en qué grado los sujetos (u objetos, elementos…) están
ordenados de la misma manera en dos variables simultáneamente. En principio la interpretación
del coeficiente de correlación es sencilla; nos basta mirar los diagramas de dispersión (tabla 2)
para caer en la cuenta de qué estamos cuantificando o midiendo: en qué grado ambas varibles
varían conjuntamente (es decir, en qué grado están relacionadas).
Depende de la variabilidad del grupo: las correlaciones son siempre más bajas cuanto más
homogéneas son las muestras y más altas cuanto más heterogéneas. Correlación sólo indica
asociación lo que no implica que haya relación de causa-efecto necesariamente.
Biseral puntual: +:
__ __
X p > X q y la diferencia
__ __
X p − X q es positiva. Esto quiere decir que los sujetos que puntúen alto en X tenderán a
pertenecer a la modalidad de Y denominada como p. Los que puntúen bajo en X
tenderán a pertenecer a la modalidad q de Y.