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PSICOLOGÍA CLÍNICA

La Psicología Clínica es la rama de la ciencia psicológica que se encarga de la investigación de todos


los factores, evaluación, diagnóstico psicológico, apoyo a la recuperación y prevención que afecten
a la salud mental en las condiciones que puedan generar malestar y sufrimiento al individuo
humano.

Prácticas centrales de esta disciplina son el diagnóstico psicológico y la consejería (la psicoterapia,
ejercida por un terapeuta capacitado, tiene un rango aparte), así como también la investigación,
enseñanza, consulta, testimonio forense y desarrollo de programas y administración.

Se considera que esta área de la psicología tuvo su inicio en el año 1896, cuando Lightner Witmer
dio inicio a la primera clínica psicológica en la Universidad de Pensilvania. También se reconoce en
Europa como iniciador de la psicología clínica a Sigmund Freud y su teoría del psicoanálisis que ya
en 1895 afrentaba oposición por sus prácticas de intervención psicoterapéutica y planteamientos
teóricos clínicos estructurados en tres niveles: investigación, intervención psicoterapéutica y
formulación de teorías psicológicas y psicopatológicas ; A pesar de que ambos fundadores de la
Psicología Clínica (Witmer y Freud) incluían el tratamiento como una de sus principales funciones,
lo cierto es que el psicodianóstico, así como la investigación, fueron los mayores indicadores de
identidad del psicólogo clínico. En la primera mitad del siglo XX, la psicología clínica estuvo
enfocada en la evaluación psicológica, con poca atención hacia el tratamiento. Este enfoque se vio
invertido después de la década de 1940, cuando la Segunda Guerra Mundial produjo un
incremento en la necesidad de clínicos capacitados.

La psicología clínica tiene cuatro orientaciones teóricas primarias: Psicoanalítica o Psicodinámica,


Humanista, Cognitivo-Conductual y Terapia Familiar Sistémica, todas ellas con una relación teórica
y bases de fundamentación desde el psicoanálisis, y aunque no parezca esto también se ve en la
terapia cognitivo conductual en lo que respecta al componente cognitivo, el cual le aporta al
conductismo, una postura más adecuada en la psicología humana y brinda un campo de acción
moderno, más libre y amplio, disminuyendo la postura reduccionista y limitada. La psicología
clínica puede ser confundida con la psiquiatría ya que generalmente tienen metas similares (por
ejemplo, el alivio de trastornos mentales), pero la diferencia principal es que los psiquiatras, al ser
médicos, están legalmente autorizados para indicar tratamientos y a prescribir medicamentos. En
la práctica los psicólogos y psiquiatras trabajan juntos en equipos multidisciplinarios junto a otros
profesionales, como terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales, para dar un enfoque
multidisciplinar a problemas complejos que afectan a los pacientes.

Psicopatología

El término Psicopatología, etimológicamente psyché (psyjé): alma o razón. páthos (pazos):


enfermedad, logía: o lógos, que significa discusión o discurso racional, puede ser usado en tres
sentidos:
Como designación de un área de estudio: Es aquella área de la salud que describe y sistematiza los
cambios en el comportamiento que no son explicados, ni por la maduración o desarrollo del
individuo, ni como resultado de procesos de aprendizaje también entendidos como trastorno
psicológico, enfermedades o trastornos mentales .

Como término descriptivo: Es aquella referencia específica a un signo o síntoma que se puede
encontrar formando parte de un trastorno psicológico.

Como designación de un área de estudio en psicología que, en oposición al estado de salud (tal y
como es definida por la Organización Mundial de la Salud: social, psicológica y biológica), se centra
en estudiar los procesos que pueden inducir estados «no sanos» en el proceso mental. Así, el
papel del aprendizaje, análisis de la conducta (Psicología conductista) o cualquier otro proceso
cognitivo, permite explicar los estados «no sanos» de las personas, así como posibles
aproximaciones de tratamiento. En este sentido, enfermedades o trastornos mentales no es
estríctamente un sinónimo de psicopatología, ya que existen aproximaciones que permiten
explicar la ausencia de salud. Por ejemplo, los procesos de aprendizaje relativos a la fobia son bien
conocidos, encaje este cuadro clínico o no dentro de la categoría psiquiátrica de fobia.

Psicopatología como área de estudio

Diferentes profesiones llegan a estar involucradas en el estudio de la psicopatología.


Principalmente son los psiquiatras y psicólogos los que se interesan por esta área, pues a su vez
participan del tratamiento, investigación acerca del origen de los cuadros clínicos, su
manifestación y desarrollo. En un plano más general, muchas otras especialidades pueden
participar del estudio de la psicopatología. Por ejemplo, los profesionales de las neurociencias
pueden centrar sus esfuerzos de investigación en los cambios cerebrales que ocurren en una
enfermedad o trastorno mental.

La psiquiatría se ocupa de identificar signos y síntomas que llegan a configurarse como síndromes,
enfermedad o trastorno mental. Esto sirve tanto para el diagnóstico de pacientes individuales o
para la creación de clasificaciones diagnósticas. Este último es el caso de la sección F de la
clasificación CIE de la Organización Mundial de la Salud, o el del Manual Diagnóstico y Estadístico
de Trastornos Mentales, (DSM I II III o IV).

La psicología, sin embargo, aplica los conocimientos del proceso mental a la comprensión de la
psicopatología, de la que se derivan disciplinas tales como la psicoterapia. Los procesos de
aprendizaje y el contexto social, son por tanto, factores importantes en la explicación de la
psicopatología. Desde la modificación de conducta se entiende que no existen propiedades
emergentes en la identificación de psicopatología, es decir, puede describirse un trastorno en una
persona concreta, pero la clasificación no explica por sí sola, sino tan sólo describe una situación
con una categoría (un análisis más detallado permitiría explicar y tratar el problema en cuestión.
Debe matizarse que la propia psiquiatría también reconoce, en la introducción del DSM-IV-TR, que
el diagnóstico psiquiátrico no es suficiente para disponer de un plan terapéutico, sino que se
precisa más información clínica.

En un sentido más general, cualquier conducta que cause malestar, impedimento o inhabilidad, a
raíz de una disrupción o deterioro de funciones cognitivas o neuroanatómicas, podría ser
clasificado de psicopatología. Si bien, es preciso diferenciar la psicopatología con problemas
orgánicos bien identificados (como los problemas de atención y ánimo por hipotiroidismo) de
aquellos donde tales problemas son hipotéticas y el aprendizaje parece ser un agente explicativo
fundamental (como la depresión por causa psicológica).

Es decir: Psicopatología hace referencia a los síntomas psicológicos de una enfermedad orgánica
con una clara explicacion biológica, como en el caso del hipotiroidismo, o bien, a los síntomas de
trastornos psicológicos, o a estados contrarios a la salud mental mediante determinados procesos
mentales.

Definición

La psicología clínica es el campo que dirige el estudio, diagnóstico o tratamiento de problemas o


trastornos psicológicos o conducta anormal. Se dedica al bienestar humano y se enfatiza en la
búsqueda del conocimiento.

Función del psicólogo clínico

La función del psicólogo clínico consiste en la prevención, diagnóstico y tratamiento de todo tipo
de trastornos conductuales que pueda presentar una persona.

El campo de acción es muy grande y abarca desde pequeños desajustes en la relación del individuo
con su medio (neurosis, fobias, timidez, etc.), hasta patologías, como la esquizofrenia, que
desestructuran casi por completo la personalidad del sujeto y cuyo tratamiento presenta muchas
dificultades.

Más de un tercio de los psicólogos están ubicados en esta rama.

El psicólogo clínico recibe entrenamiento durante dos o tres años de postergado y se encuentra
clasificado para:

1. Evaluar las personas con incapacidades mentales, administración de pruebas psicológicas


a pacientes con daños cerebrales, diseño de programas de rehabilitación para enfermos
psiquiátricos, crónicos y para evaluar ancianos en cuanto a su capacidad mental para vivir
de manera independiente en sus hogares.
2. Planificación y ejecución de programas de terapia, en general y terapia modificada
conductual. Ambas se derivan de los principios de la teoría del aprendizaje. Pero en
ocasiones pueden

elegir la psicoterapia grulla o individual como método preferido o además de técnica conducta.
Desde la promulgación de la Ley de salud de 1948 ha ido creciendo la demanda de psicólogos
clínicos para trabajar con niños y con adultos en los hospitales de enfermos mentales, clínicas
psiquiátricas externas, Instituciones destinadas a los subnormales mentales, pabellones de
neuróticos, centros de rehabilitación y cada vez más en los hospitales generales. Los psicólogos
que trabajan en el servicio de salud sea con niños o con adultos se ocupan de problemas
psicológicos que suscita el diagnóstico y del planeamiento de la rehabilitación educacional, social y
ocupacional de los pacientes.

Otro de los puntos importantes a investigar por los psicólogos clínicos, es la conducta
desadaptada, por ejemplo se les atribuye una conducta desadaptada a los consumidores de
fármacos ( drogas o alcohol).

" La adicción a los narcóticos difiere en las enfermedades mentales. El adicto necesita ayuda tanto
para lograr la independencia como para satisfacer sus instintos." (Vaillant,G, 1970, pp 497)

Con cual criterio trabajan los psicólogos clínicos para saber si el paciente es o no anormal
mentalmente. Cuando no existe solución de continuidad entre las áreas del comportamiento
normal y las del área patológica: ansiedad o agresividad son por ejemplo dentro de cierto margen
perfectamente normales y fisiológicas, pero se convierten en conductas anormales cuando sobre
pasan determinados límites.

También podríamos decir que el juicio de normalidad está subordinado al examen del contexto
sociocultural dentro del cual se encuentra el paciente.

Síntomas psicológicos del paciente anormal

Trastornos somáticos

Estos trastornos pueden aparecer de manera aguda, bruscamente o estar presentes de modo
constante, con periodos de remisión y de reactivación; este trastorno lleva consigo cuatro
síntomas que son:

1. Los síntomas cardiovasculares, son los más frecuentes: taquicardia con palpitaciones y
variaciones del nivel tensional a veces muy notables.
2. Los síntomas respiratorios son también muy frecuentes: crisis disneicas, sensación de falta
de aire o de ahogo y dolor pectoral.
3. Los síntomas gastrointestinales están representados en trastornos más variados:
Hipográstricos, espasmos faringeos, nauseas, vómitos, sequedad bucal y hambre
paroxística.
4. Los síntomas genitourinarios pueden ser la impotencia transitoria y los trastornos de ciclo
menstrual.
Trastornos psíquicos

Dentro de esta clase los psicólogos clínicos identifican claramente; la sensación de temor, las
preocupaciones inmotivadas y un déficit de habilidades.

Trastornos conductuales

Estos trastornos va acompañados de trastornos psíquicos, dentro de esta clase se reconocen: a) la


inquietud motora, b) la irritabilidad, c) las perturbaciones del sueño, d) trastorno de la
alimentación (alimentación en exceso).

Métodos de intervención psicológica clínica

Los métodos de intervención psicológica clínica constituyen un subconjunto de los métodos de


intervención psicológica.

Lo mismo que todos los métodos de intervención psicológica se caracterizan primeramente por la
elección de medios o métodos. Los medios psicológicos típicos son, por ejemplo, el dialogo y el
ejercicio o la relación interhumana como factor para influir.

Tienen siempre un punto de arranque en la vivencia y conducta, y se realiza en la interacción social


entre el que presta la ayuda y el que la busca. Por tanto la característica esencial no es, como se
podría suponer a primera vista, la modificación de características y procesos psíquicos, si no la
influencia ejercida por medios psicológicos. Esta puede estar orientada también a la modificación
de estados somáticos por ejemplo, una ulcera de estómago a la tensión arterial alta constituyen
primariamente fenómenos somáticos; cuando estos se hallan condicionados psicológicamente o
condicionados conjuntamente por factores psíquicos, entonces podrá tratarse con éxito, en
algunas circunstancias, por medio de una intervención clinicipsicológica.

Pero de ahí no se puede sacar la conclusión de que las intervenciones psicológicas estén indicadas
en el terreno limítrofe de los problemas somáticos, únicamente cuando estos tengan causas
psíquicas. Incluso los fenómenos de conducta que se expliquen genéticamente o por factores
cerebrales, pueden ser accesibles a veces a la influencia psicológica, como la demuestran los
ejemplos de entrenamiento psicológico con personas mentalmente impedidas con niños
hiperactivos.

Funciones de intervención en psicología clínica

Las funciones de la intervención psicológica clínica presidiendo de los planes de intervención


(funciones, patrones de función, sistemas interpersonales), pueden clasificarse en (4) cuatro
grandes grupos: a) de la función de desarrollo, b) de la función de prevención, c) de la función de
tratamiento y terapia, d) de la rehabilitación.

Función de desarrollo y de fomento de la salud. Sirve para el enriquecimiento, el desarrollo


personal y para el fomento de la salud psiquiátrica corporal.
Función de prevención. Comprende aquellos métodos y estrategias que están en servicio de la
prevención de trastornos. También la intervención de casos de crisis las consideramos como
función preventiva, porque en situaciones graves de la vida y criticas presta una ayuda para la
adaptación ayudando así a impedir el origen de trastornos bastantes duraderos.

Función de tratamiento y terapia. Tiene como finalidad el tratamiento de trastornos y pretende


disminuir así las tasa de prevale cencías. En el lenguaje administrativo de la atención de la salud,
se habla entonces de trastornos con vallo de enfermedad que da coacción a la intervención. El
concepto de psicoterapia se emplea en parte para conferirse a esta función; pero solo cumple una
parte de esta función, porque también el tratamiento de funciones perturbadas.

Función de rehabilitación. Se considera que el fin de la rehabilitación, en sentido amplio, es la


reinserción permanente de personas en el trabajo, en el campo social estricto y en la sociedad,
después de un tratamiento, es decir de personas que tenían un tratamiento psíquico o
psicoanalítico, o que se hallaban impedidas física y mentalmente. Con ello se pretende:

1. Impedir las consecuencias a largo plazo de una enfermedad


2. Disminuirlas al mínimo en el caso de trastornos crónicos e incurables.

Por qué cada vez la gente acude más al psicólogo clínico

El incremento se explica, por la creciente complejidad de la sociedad industrial, que exige al


individuo la realización de un continuo esfuerzo para adaptarse a las nuevas condiciones de vida,
situación que puede generar estados de angustia o depresión.

PSICOPATOLOGIA

PSICOPATOLOGÍA: es una forma global de ordenar y conceptualizar el orden de estudio.


“Conceptualizar” significa “dar explicaciones”. La psicopatología sirve para explicar la conducta
anormal y nos sirve para investigar y, posteriormente, para poder experimentar e interpretar los
hallazgos.

La definición de Psicopatología, etimológicamente, es ”trastorno de los trastornos/ enfermedades


psicopatológicos”. Con el término enfermedad, nos tenemos que fijar en el modelo biológico. Al
no saber el origen, la causa primera, prefiero llamarlo “trastorno” (psicológico, psiquiátrico,
psicopatológico).
Neurosis

El término neurosis fue propuesto por el médico escocés William Cullen en 1769 en referencia a
los trastornos sensoriales y motores causados por enfermedades del sistema nervioso. En
psicología clínica, el término se usa para referirse a trastornos mentales que distorsionan el
pensamiento racional y el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral adecuado de las
personas.
Existe una confusión generalizada sobre el término neurosis. Por un lado se aplica, como síntoma,
a un conjunto heterogéneo de trastornos mentales que participan de mecanismos inadaptativos
ligados a la ansiedad. Por otra parte, su uso popular (como sinónimo de obsesión, excentricidad o
nerviosismo) ha provocado su extensión a terrenos no estrictamente ligados a la enfermedad
mental.
Generalidades

El término clásico hace referencia a un trastorno mental sin evidencia de lesión orgánica que se
caracteriza por la presencia de un nivel elevado de angustia y una hipertrofia disruptiva de los
mecanismos compensadores de la misma. El sujeto mantiene un adecuado nivel de introspección
y conexión con la realidad, pero presenta la necesidad de desarrollar conductas repetitivas y en
muchos casos inadaptativas con objeto de disminuir el nivel de estrés. Se trata, en realidad, de un
rasgo caracterial que acompaña al sujeto durante toda su vida, de gravedad muy variable, desde
grados leves y controlables hasta situaciones gravemente incapacitantes que pueden llegar a
precisar hospitalización.
Los especialistas afirman que, para protegerse de la angustia, las personas recurren a mecanismos
de defensa como la represión, la proyección, la negación, la intelectualización y el desplazamiento,
entre otros. Cuando se observan patrones crónicos de mala adaptación que simulen una neurosis,
es posible que se trate de un trastorno de personalidad. Para identificar la neurosis, existen
distintas pruebas psicológicas.

Historia de la neurosis

El origen del término neurosis se encuentra a finales del siglo XVIII aunque su máximo uso se
circunscribe al XIX, en plena eclosión de la especialidad psiquiátrica, siendo empleado
originalmente para describir cualquier trastorno del sistema nervioso.
El médico escocés William Cullen publica en 1769 su obra Synopsis nosologiae methodicae,
refiriéndose con el término neurosis a un trastorno general del sistema nervioso, sin fiebre ni otras
lesiones orgánicas demostrables, y capaz de alterar las capacidades sensitivas y motoras del
individuo, mezclándose en este concepto patologías tan dispares como mareos y desmayos, el
tétanos, la rabia, las crisis histéricas, la melancolía (posteriormente denominada depresión) o la
manía.
Sigmund Freud desarrolló diversos trabajos en relación con la histeria y los trastornos obsesivos,
publicados entre 1892 y 1899, sentando las bases psicogénicas de lo que él denominó
psiconeurosis. A partir de sus trabajos se elaboró una clasificación, ya en desuso, que distinguía
varios tipos de neurosis (en función de la expresión final de los síntomas provocados por el
síntoma nuclear de la angustia): Neurosis de angustia, neurosis fóbicas, neurosis obsesivo-
compulsivas, neurosis depresivas, neurosis neurasténicas, neurosis de despersonalización,
neurosis hipocondríacas y neurosis histéricas.
El principal interés de Freud se centró en lo que denominó neurosis de angustia, descrita en torno
a un estado de elevada excitabilidad del paciente expresada como "espera angustiosa" sobre la
que el sujeto elabora expectativas funestas de futuro basadas en simbolismos (determinado
sonido significa que un familiar acaba de morir, un gesto inapropiado acarreará mala suerte, etc.).
Para Freud el paciente posee un caudal de angustia que permanentemente se va depositando en
forma de miedos, fobias, ataques de angustia (taquicardia, taquipnea, sudoración), etc.
En 1909 Pierre Janet publica Las neurosis, obra en la que establece el concepto de "enfermedad
funcional" frente al modelo anatómico-fisiológico. Desarrolla así el paradigma médico que basa el
daño no en la alteración física del órgano, sino en su función. Las funciones superiores,
adaptativas, provocan cuando se ven alteradas o disminuidas, un estado "neurasténico" (o de
"nerviosismo") en el que se sobreexpresan otros estados inferiores como la agitación o la histeria.
Aspectos clínicos

El término neurosis fue abandonado por la psicología científica y la psiquiatría. Concretamente, la


O.M.S. (CIE-10) y la A.P.A. (DSM-IV-TR) han cambiado la nomenclatura internacional para referirse
a estos cuadros clínicos como trastornos, entre los que se incluyen:
1. Trastornos depresivos (distimia, ciclotimia, episodios depresivos leves, moderados o
graves [con o sin síntomas somáticos])
2. Trastornos de ansiedad (fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, agorafobia, crisis de
angustia, trastorno por estrés postraumático, trastorno de ansiedad generalizada)
3. Trastornos somatoformes (dismorfofobia, trastorno de conversión, hipocondría, dolor
somatoforme, trastorno de somatización)
4. Trastornos disociativos (Trastorno de identidad disociativo, fuga y amnesia psicógenas,
trastorno de despersonalización, trance y posesión)
5. Trastornos sexuales: Parafilias (exhibicionismo, fetichismo, froteurismo, pederastia,
masoquismo, sadismo, travestismo, voyeurismo) Disfunciones sexuales (deseo inhibido,
aversión al sexo, anorgasmia, impotencia, eyaculación precoz, dispareunia, vaginismo)
6. Trastornos del sueño (insomnio, hipersomnia, parasomnias, terrores nocturnos,
sonambulismo, disomnia)
7. Trastornos facticios
8. Trastornos del control de impulsos (cleptomanía, trastorno explosivo intermitente,
ludopatía, piromanía, tricotilomanía)
9. Trastornos adaptativos
10. Factores psicológicos que afectan al estado físico
11. Trastornos de la personalidad
12. Códigos V (simulación, problemas interpersonales, duelo patológico, problemas
funcionales, rol de enfermo, etc.)

Psicosis

La psicosis es un término genérico utilizado en la psicología para referirse a un estado mental


descrito como una pérdida de contacto con la realidad. A las personas que lo padecen se les llama
psicóticas. En la actualidad, el término «psicótico» es a menudo usado incorrectamente como
sinónimo de psicopático.
Las personas que experimentan psicosis pueden presentar alucinaciones o delirios y pueden
exhibir cambios en su personalidad y pensamiento desorganizado. Estos síntomas pueden ser
acompañados por un comportamiento inusual o extraño, así como por dificultad para interactuar
socialmente e incapacidad para llevar a cabo actividades de la vida diaria.
Una amplia variedad de elementos del sistema nervioso, tanto orgánicos como funcionales,
pueden causar una reacción psicótica. Esto ha llevado a la creencia que la psicosis es como la
«fiebre» de las enfermedades mentales, un indicador serio pero no específico.1 2 Sin embargo,
muchas personas tienen experiencias inusuales y de distorsión de la realidad en algún momento
de sus vidas, sin volverse discapacitadas o ni siquiera angustiadas por estas experiencias.
Como resultado, se argumenta que la psicosis no está fundamentalmente separada de una
consciencia normal, sino más bien es un continuum con consciencia normal.3 Desde esta
perspectiva, las personas que son diagnosticadas clínicamente como psicóticas pueden estar
teniendo simplemente experiencias particularmente intensas o angustiantes
Definición

El Diccionario médico de Stedman define la psicosis como «un desorden mental severo, con o sin
un daño orgánico, caracterizado por un trastorno de la personalidad, la pérdida del contacto con la
realidad y causando el empeoramiento del funcionamiento social normal».4
Una correcta apreciación del término implica circunscribir la psicosis como una situación de
enfermedad mental que presenta un desvío en el juicio de realidad. Este desvío es propio de la
psicosis, a diferencia de la insuficiencia de juicio propia de la oligofrenia, del debilitamiento propio
de las demencias, y de la suspensión del juicio propio de los estados confusionales (o delírium).
Los sujetos psicóticos suelen experimentar (o no) alucinaciones, pensamientos delirantes (siempre
si están en período de estado), y trastornos formales del pensamiento (cambios de las relaciones
semánticas y sintácticas).

Clasificación

Existen históricamente muchas clasificaciones, algunas de las cuales se establecían en función de


ser cuadros delirante-alucinatorios (por ejemplo, las esquizofrenias) o no alucinatorios (por
ejemplo la paranoia), en psicosis delirantes verosímiles o inverosímiles, bien o mal sistematizadas,
en relación a su irrupción como proceso o desarrollo, etc.
En la actualidad, mundialmente se acepta como sistema de clasificación nosológica al DSM-IV, y
como descripción clínico-psiquiátrica sigue teniendo peso la escuela alemana de Bleuler, Kraepelin
y Kleist, y en cuanto a la descripción de delirios, la reseñada por la escuela francesa (con Gaetán de
Clerembault como mayor exponente).
Por lo general el sujeto carece de introspección acerca de la naturaleza extraña o extravagante
que puede adoptar su conducta o sus pensamientos, los que terminan por provocar una grave
disfunción social.
El DSM (Manual estadístico y diagnóstico de los trastornos mentales, de la Asociación Psiquiátrica
Estadounidense) reconoce varios tipos de psicosis:
Esquizofrenia
 Tipo paranoide de esquizofrenia.
 Tipo desorganizado de esquizofrenia.
 Tipo catatónico de esquizofrenia.
 Tipo indiferenciado de esquizofrenia.
 Tipo residual de esquizofrenia.
 Trastorno esquizofreniforme
 Trastorno esquizoafectivo
 Trastorno delirante
 Trastorno psicótico breve
 Trastorno psicótico compartido.
 Trastorno psicótico debido a enfermedad médica asociada.
 Trastorno psicótico inducido por sustancias.
 Trastorno psicótico no especificado.

Síntomas
 Los siguientes son síntomas que sugieren la presencia de un trastorno de tipo psicótico:
 Cambios bruscos y profundos de la conducta.
 Replegarse sobre sí mismo, sin hablar con nadie.
 Creer sin motivos que la gente le observa, habla de él o trama algo contra él.
 Hablar a solas (soliloquio) creyendo tener un interlocutor, oír voces, tener visiones
(alucinaciones visuales, auditivas) sin que existan estímulos.
 Tener períodos de confusión mental o pérdida de la memoria.
 Experimentar sentimientos de culpabilidad, fracaso, depresión.
Advertencia: Algunos de estos síntomas también pueden experimentarse en condiciones no
psicóticas: abuso de sustancias, trastornos de personalidad, eventos estresantes (distresantes), lo
que Jaspers ha denominado «situaciones límite», momentos graves de neurosis (por ejemplo
ciertas neurosis del tipo histeria), momentos de conversión. De modo que los síntomas
mencionados no constituyen ninguna evidencia concluyente.

Etiología

Las psicosis tienen diferentes orígenes, y suelen considerarse un síndrome mas que una entidad
nosológica diferenciada. Se ha planteado que los fenómenos psicóticos más característicos, como
las alucinaciones y los delirios, sean más frecuentes en la población general que lo que se pensaba,
y que en realidad podrían ser parte de un continuo sintomático (este último concepto no es
aceptado mayoritariamente).
Hacia fines de siglo XX, con el auge del avance en genética se ha pretendido encontrar siempre
una etiología de dicha índole en las psicosis. Los psicoanalistas consideran que esto parecería
reintroducir criterios semejantes a los que Lombroso utilizaba a fines de siglo XIX e inicios del XX.
Por el contrario, el psicoanálisis considera que las psicosis se deben a factores exógenos al
afectado, factores ambientales. Lacan explica la génesis de la psicosis (tras estudiar muchos casos)
en un proceso llamado forclusión.
¿Cuál de las dos teorías sería la correcta? Estadísticamente parecen existir psicosis "congénitas",
pero a día de hoy dista de estar verificado; en cambio es evidente que situaciones de distrés
(estrés negativo), irritación y mortificación, decepciones sentimentales, pueden ocasionar psicosis.
[cita requerida]
La persona psicótica ha sufrido muchísimo dolor en su vida y actúa con objetivos inconscientes de
hacerse daño a sí mismo y a los que lo rodean, quedandose al fin solo y atormentado. El origen es
el dolor sufrido en la infancia y vida en general.

Psicosis y locura

En castellano, a la psicosis se le llama peyorativamente «locura». Pero se debe tener en cuenta


que «locura» es toda actitud anormal, sin que por ello se trate realmente de una psicosis (los
«rituales» de un neurótico obsesivo compulsivo pueden parecer ejemplos típicos de locura, si bien
no tienen nada que ver con una psicosis). Ciertas fobias pueden hacer creer al inexperto que se
trata de locuras; más aún, el ataque de pánico le provoca muchas veces a la misma persona
afectada la sensación de que se está volviendo loca.
Por otra parte muchas veces también se confunden las demencias, de etiología orgánica, con las
psicosis. De modo que se debe tener especial cuidado al hablar de estas enfermedades ya que son
entidades muy diferentes y su evolución es, también, muy diferente.
Tratamiento
El tratamiento de una psicosis depende del origen que tenga, pero en general en la mayoría de los
casos se utilizan medicamentos antipsicóticos, además de diversos apoyos psicosociales y el
tratamiento de la enfermedad de base.
Existen terapias psicocorporales profundas y muy potentes que pueden mantener a la persona
psicótica realizando una vida normal sin tomar medicación y mejorar sus adaptaciones sociales.

Psicoterapia

La psicoterapia es un proceso de comunicación entre un psicoterapeuta (es decir, una persona


entrenada para evaluar y generar cambios) y una persona que acude a consultarlo («paciente» o
«cliente») que se da con el propósito de una mejora en la calidad de vida en este último, a través
de un cambio en su conducta, actitudes, pensamientos o afectos.
Existen muy diversos marcos teóricos para ello, ejemplos de ellos:
Rediseñar la funcionalidad de las conductas (Modificación de conducta).
La interpretación que hacemos de la realidad (Terapia cognitiva, ejemplo de terapia cognitiva es la
corrección de Distorsiones cognitivas (Aaron T. Beck).
«Consejo no-directivo» desde la Psicoterapia centrada en el cliente de Carl Rogers: que según su
obra se postula mediante dos teorías de la personalidad en el proceso terapéutico, en torno al sí-
mismo (o self).
A cada una de estas concepciones, para cada una de las escuelas o corrientes, se las llama en
conjunto «psicoterapia». Además, el término psicoterapia no presupone una orientación o
enfoque científico definido, siendo considerado denominativo de un amplio dominio científico-
profesional especializado, que se especifica en diversas orientaciones teórico-prácticas.
En España la entidad acreditadora más antigua tanto de psicoterapeutas como de programas de
formación en psicoterapia es la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapia (F.E.A.P.) [1].
Desde esta entidad se entiende por psicoterapia todo tratamiento de naturaleza psicológica que, a
partir de manifestaciones psíquicas o físicas del sufrimiento humano, promueve el logro de
cambios o modificaciones del comportamiento, la adaptación al entorno, la salud psíquica y física,
la integración de la identidad psicológica y el bienestar bio-psico-social de las personas y grupos
tales como la pareja o la familia. Por lo tanto, el término psicoterapia no presupone una
orientación o enfoque científico definido, siendo considerado denominativo de un amplio dominio
científico-especializado, que se especifica en diversos y peculiares orientaciones teóricas, prácticas
y aplicadas. Las intervenciones terapéuticas son de naturaleza fundamentalmente verbal y
persiguen la reducción o eliminación de los síntomas, a través de la modificación de patrones
emocionales, cognitivos, conductuales, interpersonales o de los sistemas en los cuales vive
inmerso el individuo.
Dentro de la psicoterapia existe una gran diversidad de corrientes, enfoques y conceptos teóricos
aplicados al ámbito psicoterapéutico, que dan origen a otras tantas maneras de establecer este
contexto de comunicación (llegando incluso a configurarse distintos paradigmas). Sin embargo,
dos características que unifican a la psicoterapia son:
1. El contacto directo y personal entre el psicoterapeuta y quien le consulta, principalmente
a través del diálogo.
2. La calidad de «relación terapéutica» del contexto de comunicación, esto es, una relación
de ayuda destinada a generar un cambio en quien consulta.
Debido a la naturaleza de las comunicaciones que se establecen dentro de esta relación, hay
temas significativos de privacidad o confidencialidad de la información intercambiada, que remite
a consideraciones éticas para el ejercicio de la psicoterapia (código deontológico). Por esto, la
habilitación de quienes pueden ejercer la psicoterapia requiere de un proceso de entrenamiento
guiado por terapeutas que cuentan con mayor tiempo de experiencia o estudios dentro del campo
respectivo.
A principios del siglo XXI la relación entre el psicoterapeuta y el cliente comenzó a efectuarse a
través de internet generando una nueva modalidad de intervención llamada ciberpsicoterapia.

Objetivos de las psicoterapias

El objetivo de la psicoterapia depende de la valoración que se haga del paciente (o cliente, o


sujeto), tomando como referencia la disciplina psicológica de la que surge dicha intervención, así
podemos diferenciar:
 Terapia cognitiva: modificar los esquemas de pensamiento.
 Terapia de la conducta modificar la funcionalidad de la conducta.
 Terapia cognitivo-conductual: Mezcla ambos planteamientos, ya que en sus fundamentos
no son del todo contradictorios y permiten complementarse.
 Modificación de conducta: De la perspectiva de conducta surge, por un lado, la terapia de
conducta aplicado al ámbito clínico y, por otro, la modificación de conducta, como
objetivo se centra en otros contextos además del clínico, pero aplicando todos los
conocimientos científicos, muy especialmente de la perspectiva conductual. Por ejemplo,
rediseñar el ambiente laboral para promoción de la salud o prevención.
 Terapia gestáltica: Conseguir un "ajuste creativo" en la interacción entre la persona y el
resto del mundo, centrándose en la experiencia.

Psicoterapia Individual

El tipo de abordaje es bio-psico-social, tomando en cuenta variables tales como:

 estructura previa de la personalidad


 situaciones de soporte externo
 momento del diagnóstico
 etapa de la enfermedad que se está atravesando.

El tratamiento enfatiza la autoayuda y guía al paciente en el proceso de recuperación. Está


focalizado en la modificación de conductas conscientes incluyendo en el trabajo con el paciente:

 Identificación de sus creencias, conductas y situaciones actuales en relación con la


enfermedad
 Análisis de los obstáculos potenciales para la recuperación
 El movimiento y el contacto con el cuerpo
 Los diferentes subsistemas de relaciones vinculares: pareja, familia, trabajo, amigos, etc.

Se busca lograr un mejor manejo de la enfermedad como así también una mayor reducción de la
incapacidad. El paciente es estimulado a considerar el cambio. El objetivo es lograr una adaptación
activa a la enfermedad y el sostén necesario de su entorno afectivo.

El tratamiento enfatiza la autoayuda y guía al paciente en el proceso de recuperación. Está


focalizado en la modificación de conductas conscientes incluyendo en el trabajo con el paciente:
 Identificación de sus creencias, conductas y situaciones actuales en relación con la
enfermedad
 Análisis de los obstáculos potenciales para la recuperación
 El movimiento y el contacto con el cuerpo
 Los diferentes subsistemas de relaciones vinculares: pareja, familia, trabajo, amigos, etc.

Se busca lograr un mejor manejo de la enfermedad como así también una mayor reducción de la
incapacidad. El paciente es estimulado a considerar el cambio. El objetivo es lograr una adaptación
activa a la enfermedad y el sostén necesario de su entorno afectivo.

Terapia individual

¿Qué es la psicoterapia individual?

La psicoterapia es un proceso dedicado al tratamiento de problemas psicológicos, a través de la


comunicación, la interacción y la relación entre el individuo y el terapeuta. Aunque la
comunicación es un factor fundamental en el proceso, la psicoterapia es mucho más que
simplemente “hablar de los problemas”. Se trata de una relación profesional entre el terapeuta y
el cliente, basada en técnicas, estructuras y principios terapéuticos establecidos.
El objetivo de la psicoterapia es el desarrollo y el fortalecimiento psíquico. Se trata de un proceso
que está enfocado, entre otras cosas, en ayudar a cada individuo a adquirir una mayor
comprensión de uno mismo y del entorno; lograr cambios positivos en las distintas áreas de su
vida; superar desafíos y resolver problemas; aprender a convivir y gestionar emociones como la
tristeza, la ira y el miedo; aumentar la confianza en uno mismo y la autoestima.

¿Cuáles son nuestros enfoques terapéuticos?

- Terapia Sistémica
- Terapia Cognitivo-Conductual
- Terapia Cognitivo-Social
- Terapia Psicodinámica
- Terapia Transpersonal

A lo largo de un proceso terapéutico es posible que utilicemos herramientas y técnicas de distintos


enfoques, según las necesidades de cada persona. Cuando lo consideramos oportuno, incluimos
también técnicas de las siguientes áreas:

- Coaching
- EMDR
- PNL
- Hipnosis Clínica

¿Qué problemas trata la psicoterapia?


La psicoterapia puede tratar todo tipo de problemas psicológicos. En Hestía, contamos con
terapeutas especialistas en las siguientes áreas:

Niños:

- Déficit de Atención
- Hiperactividad
- Enuresis
- Timidez/Miedos/Fobias
- Trastornos de Aprendizaje
- Trastornos del Desarrollo
- Problemas de Conducta

Adolescentes:

- Autoestima- Ansiedad
- Trastornos de la alimentación
- Problemas de conducta
- Adicciones
- Mobbing (acoso escolar)

Adultos:

- Ansiedad
- Depresión
- Problemas Relacionales
- Inseguridad/Miedos/Fobias
- Estrés Postraumático
- Insomnio
- Trastornos de la Alimentación
- Adicciones
- Trastornos de la Personalidad
- Trastornos del Ánimo
- Trastornos Obsesivos Compulsivos
- Trastorno Bipolar
- Trastornos Psicóticos

Psicoterapia Grupal

Espacio de reflexión grupal acerca de los problemas vitales comunes que provoca vivir con una
enfermedad crónica. La tarea está centrada en de ajuste y cambio de las conductas que no se
adapten a las nuevas circunstancias que plantea la enfermedad, logrando un mejor manejo social
de la misma.

El grupo psicoterapéutico proporciona una experiencia grupal de cohesión y apoyo, brindando una
oportunidad de intercambio entre iguales. La experiencia de la enfermedad exige revisar viejas
creencias y adquirir nuevas habilidades sociales.
El Grupo Taller persigue una doble función:

 psicoterapéutica, con el objetivo de elaborar el conflicto personal y social que la situación


de enfermedad plantea, y
 educativa didáctica, transmitiendo información sobre la naturaleza de la enfermedad, e
instruyendo en el desarrollo de mecanismos de afrontamiento activo que permitan
integrar como parte de la vida la experiencia de enfermedad.

El modelo de psicoterapia grupal que propongo es al mismo tiempo una experiencia emocional y
correctiva. Está orientado por la sintomatología y centrado en el comportamiento, con el fin de
recuperar y mantener un rendimiento psicosocial apropiado.

Preferentemente los grupos serán heterogéneos, formados por pacientes diagnosticados con
diferentes enfermedades crónicas.

Terapia de grupo

¿Qué es la terapia de grupo?

La terapia de grupo es un método potente de cambio y de crecimiento, en el que un grupo de


personas se reúne para realizar un trabajo terapéutico. Los miembros del grupo pueden
compartir: una problemática; un objetivo; o, una etapa del ciclo vital, cuyos desafíos se elaboran
dentro del grupo, con el objetivo de reconocer y desarrollar el potencial y las capacidades
personales y relacionales de cada uno de sus miembros.

¿Cómo funciona?

Cada grupo, dependiendo de su temática, funciona de manera distinta. Sin embargo, hay una
estructura básica que siempre está presente. En un primer momento, se selecciona un grupo de 6-
12 personas que pueden beneficiarse de un trabajo grupal. Los encuentros son semanales o
quincenales y tienen una duración de 1 ½ o 2 horas. El terapeuta actúa como un facilitador del
trabajo, proponiendo temas, ofreciendo material informativo, y guiando el proceso. El contenido
de todas las sesiones es confidencial. La confianza, el respeto mutuo y la confidencialidad son
elementos imprescindibles para el buen funcionamiento y el desarrollo del grupo.

¿Cómo me puede ayudar?

El grupo ofrece a sus miembros la oportunidad de: expresarse libremente; recibir apoyo y
comprensión; compartir problemas y encontrar soluciones; abrirse a nuevas ideas, pensamientos y
visiones del mundo; aprender sobre uno mismo y los demás. También, cada persona tiene la
posibilidad de ampliar su red social, y explorar nuevas maneras de relacionarse e interactuar con
los demás.
El trabajo en grupo suele ser un buen complemento de la psicoterapia individual, y puede
convertirse incluso en una buena alternativa. A fin de cuentas, todos vivimos en compañía de otras
personas, y la mayoría de nuestras dificultades surgen en un contexto social.

Motivos de consulta más frecuentes


Muchas personas, con diferentes perfiles, pueden beneficiarse de un proceso terapéutico grupal.
Algunos de los temas que tratamos con mayor frecuencia son:

• Dificultades en las relaciones


• Depresión
• Ansiedad
• Pérdidas
• Traumas
• Manejo de la Agresividad
• Celos
• Etc.

Además de abordar dificultades específicas, los grupos también pueden centrarse en distintas
áreas de crecimiento personal. En Hestía hemos estado realizando una variedad de trabajos a nivel
grupal:

• “Diálogo con las Emociones”


• “Tomar decisiones, crear nuestros destinos”
• “Herramientas de Comunicación”
• “Desempleados en el siglo XXI”
• “Fibromialgia”
• “Cuidadores de Personas Dependientes”
• “Autoestima”
• “Extranjeros en Barcelona”
• “Parejas Interculturales”
• “Sobrevivir a la Infidelidad”
• “Cuidadores de personas dependientes”
• “Nuevos padres y madres”
• “Musicoterapia para mujeres embarazadas”
• “Jóvenes diagnosticados con trastornos psicóticos”

Terapia familiar

La Terapia Familiar, también conocida como terapia familiar y de pareja, terapia familiar sistémica
y, recientemente, terapia de pareja, es una rama de la psicoterapia que trabaja con familias y
parejas en relaciones íntimas para promover su desarrollo. La terapia es un tratamiento que
intenta alcanzar la esencia de algo. En las ciencias médicas, la terapia está compuesta por los
medios que permiten el alivio o la curación de las enfermedades o sus síntomas.

Psicoterapia

Por otra parte, la psicoterapia es un proceso de comunicación entre un psicoterapeuta y una


persona que acude a consultarlo para lograr cambios en su conducta, actitudes y pensamientos.
Al tener en cuenta dichas definiciones, podemos señalar que la terapia familiar es una rama de la
psicoterapia que asiste a las parejas y familias para promover su desarrollo. También puede ser
conocida como terapia de pareja o terapia de matrimonio, cuando se focaliza en las relaciones
íntimas.
Uno de los principales objetivos de la terapia familiar es transformar la crítica destructiva que una
familia tiene respecto a sus conflictos en una crítica constructiva, que permita modificar los
patrones negativos de conducta.
La terapia familiar se basa en un enfoque sistémico, que considera a la familia como un sistema
cuyos miembros mantienen interrelaciones. Cuando uno de los miembros tiene un problema, el
resto también sufre las consecuencias. Por otra parte, los demás pueden ayudar en la solución.
El terapeuta puede elegir mantener sesiones con la familia entera o con sus miembros por
separado, de acuerdo a las necesidades del tratamiento. De todas formas, nunca debe olvidar las
relaciones de cada uno con el entorno familiar.
Una de las técnicas de la terapia familia es el genograma, un esquema del tipo árbol que
representa a la familia hasta en tres generaciones y que busca facilitar la evaluación de la misma.

Terapia familiar
“La familia es un sistema que trasciende los límites de lo individual”

¿Qué es la Terapia Familiar?

La terapia familiar sistémica es un método de psicoterapia que interviene reuniendo a los


miembros de la familia para que encuentren maneras constructivas de ayudarse mutuamente y
resuelvan problemas que inevitablemente, comparten. La familia se considera el recurso más
potente al alcance de los individuos que quieren superar con éxito problemas importantes a nivel
psicológico o médico. Comúnmente en psicoterapia, cada individuo trabaja por separado hacía la
resolución de sus problemas. En la terapia familiar los miembros de la familia trabajan juntos para
resolver sus problemas. Los terapeutas dan la oportunidad a las familias a elaborar y potenciar sus
recursos, ayudándoles a colaborar hacía soluciones constructivas y creativas de problemas a
menudo difíciles. La terapia familiar ha demostrado ser de enorme beneficio en momentos de
crisis.
El terapeuta familiar reconoce la importancia del contexto familiar y relacional de los individuos y
por lo tanto respeta y comparte sus diferentes perspectivas, creencias, visiones y narrativas,
explorando posibles vías de avance y cambios positivos. A la vez que facilite cambios positivos del
conjunto, apoya también el desarrollo de cada miembro individualmente.

¿Cómo funciona?

El planteamiento de la terapia familiar considera siempre los siguientes presupuestos:


• la familia influye en los procesos psicológicos de sus miembros y viceversa
• los cambios producidos en la familia, aportan a cambios individuales y viceversa
Dado que en un proceso de terapia familiar se trabajan simultáneamente varias relaciones, esta
suele ser más efectiva que cualquier otro tipo de terapia en términos de recursos, tiempo y
obtención de cambios positivos. Suele ser un proceso de terapia breve (8-12 sesiones). Los
encuentros se realizan con una frecuencia quincenal y duran aproximadamente 1 hora y media.
Cada proceso se desarrolla por dos terapeutas especialistas en el campo.

¿Los terapeutas familiares solo trabajan con familias?


No. Los terapeutas familiares trabajan también a nivel individual. En ocasiones, sugieren la
realización de sesiones familiares dentro de un proceso individual y viceversa, siempre que se
considere oportuno. Algunos terapeutas son especialistas en trabajos organizacionales,
trasladando su experiencia y conocimientos sobre las relaciones humanas e interacción
interpersonal a otros sistemas, como empresas e instituciones públicas.

¿Cuándo acudir a una terapia familiar?

Cualquier persona afectada directamente o indirectamente de una problemática que se manifiesta


en la familia puede solicitar ayuda profesional, ya que muchas veces la persona que sufre no es
necesariamente la misma que presenta los síntomas.

Motivos frecuentes de consulta:

Las áreas donde más se recomienda la intervención familiar incluyen:


• Relaciones familiares y cambios en la vida familiar
• Salud mental de niños y adolescentes
• Parentalidad y Conyugalidad
• Apoyo a los miembros familiares que atraviesan un proceso de separación o divorcio.
• Trastornos de la conducta de los hijos, incluyendo problemas de atención e hiperactividad
• Trastornos emocionales como ansiedad, depresión y duelo.
• Anorexia, bulimia y otros trastornos alimentarios.
• Adopción o acogida de niños
• Violencia domestica
• Abuso de alcohol u otras sustancias
• Procesos de inmigración y adaptación cultural
• Cambios significativos en el ciclo vital (nacimiento de hijos, jubilación, emancipación de hijos,
cuidado de personas mayores/dependientes, duelo…)

Psicoanálisis

El psicoanálisis es una disciplina fundada por Sigmund Freud y en la que, con él, es posible
distinguir tres niveles:
A) Un método de investigación que consiste esencialmente en evidenciar la significación
inconsciente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de un
individuo. Este método se basa principalmente en las asociaciones libres del sujeto, que garantizan
la validez de la interpretación. La interpretación psicoanalítica puede extenderse también a
producciones humanas para las que no se dispone de asociaciones libres.
B) Un método psicoterápico basado en esta investigación y caracterizado por la interpretación
controlada de la resistencia, de la transferencia y del deseo. En este sentido se utiliza la palabra
psicoanálisis como sinónimo de cura psicoanalítica; ejemplo, emprender un psicoanálisis (o un
análisis).
C) Un conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en las que se sistematizan los datos
aportados por el método psicoanalítico de investigación y de tratamiento.

Neurosis:
La distimia, también llamada trastorno distímico, es un trastorno afectivo crónico de carácter
depresivo leve, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo
melancólico, triste y apesadumbrado, pero que no cumple con todos los patrones diagnósticos de
la depresión, se cree que su origen es de tipo genetico-hereditario y que en su desarrollo influirían
factores psicosociales como el desarraigo, la falta de estímulos y premios en la infancia, entre
otras causas.

Epidemiología

El trastorno distímico es uno de los más frecuentes entre los trastornos depresivos, que a su vez
tienen una alta prevalencia. Se considera que puede afectar a entre un 3 y un 5% de la población.
El inicio suele ser temprano. Aparece con doble frecuencia en mujeres que en hombres, sola o
asociada a otros trastornos psiquiátricos, sobre todo depresiones graves. Es frecuente en su
evolución el deterioro social y el abuso de sustancias como alcohol y otras drogas. Se halla
emparentado con la neurastenia o la psicastenia.

Fobia

Una fobia (palabra derivada de Fobos (en griego antiguo Φόϐος, ‘pánico’, que era la
personificación del miedo en la mitología griega, hijo de Ares y Afrodita) es un trastorno de salud
emocional que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones
concretas1 como, por ejemplo, a los insectos (entomofobia) o a los lugares cerrados
(claustrofobia). También se suele catalogar como fobia un sentimiento de odio o rechazo hacia
algo que, si bien no es un trastorno de salud emocional, sí genera muchos problemas emocionales,
sociales y políticos (véase xenofobia, es decir, el odio a los extranjeros o extraños). Un estudio en
EE.UU. por el National Institute of Mental Health (NIMH) halló que entre el 8,7% y el 18,1% de los
estadounidenses sufren de fobias. Discriminando edad y género, se encontró que las fobias son la
más común enfermedad mental entre mujeres en todos los grupos etarios y la segunda más
común psicopatía en hombres mayores de 25.

Tratamiento

Las terapias psicológicas3 que pueden ser beneficiosas para las personas que padecen fobia son: la
técnica de "inmersión" o las terapias graduadas de exposición, entre las que se encuentra la
Desensibilización Sistemática (DS). Todas estas técnicas se enmarcan en el enfoque de la terapia
cognitivo-conductual (TCC).4 5 6 En algunos casos, también pueden ser de ayuda los
medicamentos ansiolíticos. La mayoría de las personas que tienen fobias entienden que están
sufriendo de un miedo irracional o desproporcionado, aunque este reconocimiento no impide que
sigan manifestando esa intensa reacción emocional ante el estímulo fóbico.
La exposición graduada y la TCC trabajan con la meta de desensibilizar a la persona y de cambiar
los patrones de pensamiento que están contribuyendo a su miedo. Las técnicas basadas en la TCC
son a menudo eficaces, siempre y cuando la persona con este problema esté dispuesta a
someterse a un tratamiento que puede durar algunos meses (en ocasiones semanas). Hay otras
orientaciones terapéuticas, como el psicoanálisis o la programación neuro-lingüística (PNL) que
abordan estos problemas clínicamente, pero sus resultados no se han verificado científicamente.

Clases de fobias
La fobia, como consecuencia de un miedo más o menos consciente acompañado de un
componente ansioso, puede expresarse de muchos modos. Existen tantas fobias como personas,
ya que cada individuo puede desarrollar una fobia a cualquier cosa, aunque se describen con
frecuencia algunos tipos más habituales, como la agorafobia (miedo a los lugares públicos) y la
claustrofobia (miedo a los lugares cerrados).

Usos no clínicos del término

Es el temor o miedo a alguna cosa u objeto.


Es posible que un individuo desarrolle una fobia sobre virtualmente cualquier cosa. El nombre de
alguna fobia se crea con un prefijo, mayormente de raíces griegas, con el sufijo -fobia, creando una
enorme cantidad de posibles definiciones. Muchos términos son recopilados por la literatura
médica, pero existen casos más relacionados con la sociología que con la medicina.
Muchos términos que llevan el sufijo -fobia están relacionados con actitudes negativas hacia cierta
categoría de personas o cosas, de manera análoga al uso médico del término. Usualmente estas
"fobias" se describen como temor, disgusto, desaprobación, prejuicio, odio, discriminación u
hostilidad contra el objeto de la fobia. La mayor parte de las veces son actitudes basadas en
prejuicios como, por ejemplo, el caso específico de la xenofobia (el rechazo hacia las personas
extranjeras).
La discriminación por clase social no se considera una fobia médica, ya que es sólo un síntoma de
otros asuntos psicológicos, resultado de creencias sociopolíticas. En otros términos, mientras las
fobias médicas suelen clasificarse como un temor deshabilitante, la discriminación tiene raíz en
razones sociales.
Algunos ejemplos pueden ser:

 Acrofobia, no confundir con Vértigo que sólo es una sensación de mareo: miedo a las
alturas
 Agorafobia: miedo a los lugares abiertos.
 Amatafobia: miedo al polvo.
 Antropofobia: miedo a las personas o a la sociedad.
 Aracnofobia: miedo a las arañas o a los arácnidos.
 Araquibutirofobia: miedo a que algún alimento (en especial, la manteca de maní) se quede
incrustado entre los dientes o se pegue al paladar.8
 Autofobia: miedo de quedarse solo.
 Bogifobia: miedo a los duendes y monstruos.
 Canofobia : miedo a los perros.
 Claustrofobia: miedo a los lugares cerrados.
 Coulrofobia: miedo a los payasos.
 Crometofobia o Crematofobia: miedo al dinero y valores de capital.
 Dendrofobia: miedo a los árboles
 Efebofobia: temor hacia los jóvenes o adolescentes.
 Enoclofobia, Demofobia, u Oclofobia: miedo a las multitudes de personas, ya sean en
lugares abiertos o cerrados.
 Entomofobia: miedo a los insectos.
 Espectrofobia: miedo a los espejos.9
 Gamofobia: horror del matrimonio.
 Hemofobia: miedo a la sangre.
 Hexakosioihexekontahexafobia (Abreviado trihexafobia): miedo irraccional al número 666.
 Hidrofobia: miedo al agua.
 Homofobia: miedo a la igualdad, la monotonía, la homosexualidad, o a volverse
homosexual.10
 Hoplofobia: temor, miedo a las armas o mas bien, las armas de fuego.
 Islamofobia: temor inducido en contra de las culturas islámicas o musulmanas.
 Laliofobia o Lalofobia: miedo a hablar a otros o al público en general.
 Leucofobia: miedo al color blanco.
 Ligofobia: miedo a la oscuridad.
 Lutrafobia: temor a las nutrias.
 Necrofobia: miedo a los muertos/cadáveres.
 Nictofobia: temor a la oscuridad.
 Numerofobia: miedo a los números.
 Ponofobia: temor morboso al dolor o a la fatiga.11
 Quimiofobia: prejuicio contra las sustancias químicas.
 Radiofobia: miedo a la radiación.
 Rupofobia: miedo a la suciedad.
 Sesquipedalofobia: miedo irracional a pronunciar las palabras largas o complicadas (más
frecuente en idiomas como el inglés, donde predominan las palabras de una o dos
sílabas)12
 Selacofobia: miedo irracional a los tiburones.
 Sexofobia: miedo al sexo, o a algunas de sus practicas.
 Telefonofobia: miedo a los teléfonos.
 Tremofobia: miedo a los temblores.
 Venustrafobia: miedo a las mujeres hermosas.
 Xenofobia: temor o desagrado en contra de los extraños o extranjeros.
 Xilofobia: miedo a los objetos de madera.
 Zemifobia: temor a los topos.
 Zoofobia: temor a los animales.

El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un trastorno perteneciente al grupo de los


desórdenes de ansiedad (como la agorafobia, la fobia social, etc). Considerado hasta hace algunos
años como una enfermedad psiquiátrica rara que no respondía al tratamiento, actualmente es
reconocido como un problema común que afecta al 2% de la población, es decir, a más de 100
millones de personas en el mundo. El descubrimiento de que algunos fármacos son eficaces en el
tratamiento del T.O.C. ha cambiado el punto de vista que se tenía de esta enfermedad. Hoy no
sólo existen terapias eficaces sino que también hay una gran actividad investigadora sobre las
causas que producen esta enfermedad y una búsqueda de nuevos tratamientos.
Una persona con T.O.C. se da cuenta de que tiene un problema. Normalmente, sus familiares y
amigos también se dan cuenta. Los pacientes suelen sentirse culpables de su conducta anormal y
sus familiares pueden enfadarse con ellos porque no son capaces de controlar sus compulsiones.
Otras veces, en su deseo de ayudarles, pueden aparentar que los síntomas no existen, justificarlos
o, incluso, colaborar en sus rituales (acción que se considera contraproducente).
Los síntomas y la importancia que implica el T.O.C. pueden presentarse a cualquier edad, teniendo
una mayor prevalencia desde la adolescencia1 pudiendo producir una importante discapacidad: la
OMS lo incluye entre las 20 primeras enfermedades discapacitantes con una prevalencia del 0,8%
en los adultos y del 0,25% en niños y adolescentes, y entre las 5 enfermedades psiquiátricas más
comunes.2 Las personas que padecen T.O.C. no son enfermos mentales per se, y deben ser
tratados con la mayor ética profesional.

Definición

El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un síndrome psiquiátrico perteneciente al grupo de


los desórdenes de ansiedad caracterizado por:
 Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que
son egodistónicos, es decir, que no son experimentados como producidos
voluntariamente, sino más bien como pensamientos que invaden la conciencia y que son
vividos como repugnantes o sin sentido. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o
suprimirlos, a veces sin conseguirlo.
 Compulsiones: son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según
determinadas reglas de forma estereotipada. La conducta no es un fin en sí misma, sino
que está diseñada para producir o evitar algún acontecimiento o situación futura,
relacionados con la obsesión en cuestión, por lo que su realización reduce la ansiedad
provocada por la última. Sin embargo, o bien la actividad no se halla conectada de forma
realista con lo que se pretende impedir o provocar, o bien puede ser claramente excesiva.
El acto se realiza con una sensación de compulsión subjetiva junto con un deseo de resistir
a la compulsión, por lo menos inicialmente. Por lo general, el individuo reconoce la falta
de sentido de la conducta (algo que no siempre ocurre en niños pequeños) y no obtiene
placer en llevar a cabo esta actividad, aunque ésta disminuye la ansiedad provocada por
su obsesión. En las personas que sufren este tipo de desorden, el pensamiento aparece
dominado por una idea intrusiva o secuencia de ideas, que buscan apagar con
comportamientos rituales, casi siempre muy caprichosos. Son plenamente conscientes de
su trastorno, que es vivido como un malestar y puede estar asociado a un sentimiento de
culpa o de vergüenza.
 Las obsesiones y las compulsiones: son una fuente significativa de malestar para el
individuo o interfieren en su funcionamiento social.
 No debe confundirse con los desórdenes fóbicos.
 El trastorno obsesivo-compulsivo estadísticamente es igual de frecuente en varones que
en mujeres.

Tipos de T.O.C.

Dentro del T.O.C. se pueden diferenciar como más comunes:


 Lavadores y limpiadores: son personas a las que carcomen obsesiones relacionadas con la
contaminación a través de determinados objetos o situaciones.
 Verificadores: son personas que inspeccionan de manera excesiva con el propósito de
evitar que ocurra una determinada catástrofe.
 Repetidores: son aquéllos individuos que se empeñan en la ejecución de acciones
repetitivas.
 Ordenadores: son personas que exigen que las cosas que les rodean estén dispuestas de
acuerdo con determinadas pautas rígidas, incluyendo distribuciones simétricas.
 Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden desprenderse.
 Ritualizadores mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o imágenes repetitivos,
llamados compulsiones mentales, con el objeto de contrarrestar su ansiedad provocadora
de ideas o imágenes, que constituyen las obsesiones.
 Numerales: buscan sentido a los números que les rodean; sumándolos, restándolos,
cambiándolos hasta que les da un número significativo para ellos.
 Filosofales: Con tendencias algo inciertas. Viven en un proceso metafísico del que no
pueden desprenderse. Incompatibles con los numerales.
 Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, que
resultan incontrolables y bastante perturbadores. No obstante, a diferencia de quienes
sufren los demás tipos de T.O.C., no se entregan a comportamientos reiterativos de tipo
físico, sino a procesos reiterativos únicamente mentales.
 Sexuales: pensamientos sexuales recurrentes, abarcan todas las particularidades y
conductas sexuales, como: ideas infundadas sobre tener disfunciones sexuales o no ser
apetecible.
 Orientación Sexual: es el Trastorno Obsesivo Compulsivo que se refiere específicamente a
dudas, ideas fijas y compulsiones acerca de la homosexualidad.

Psicosis

La esquizofrenia (del griego, schizo (σχίζειν): «división» o «escisión» y phrenos (φρήν, φρεν-):
«mente») es un diagnóstico psiquiátrico en personas con un grupo de trastornos mentales
crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad. La
esquizofrenia causa además una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento
psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización
neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una
dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa disfunción
social.
El concepto de esquizofrenia comenzó históricamente con el término «demencia precoz» de
Bénédict Morel a mediados del siglo XIX. En 1898 Emil Kraepelin delimitó dentro de la demencia
precoz a varios trastornos como la hebefrenia y la catatonia. Precisamente, debido a las múltiples
combinaciones sintomáticas posibles, se ha sugerido que la esquizofrenia se trataría de varios
trastornos y no de uno solo. Por esta razón, Eugen Bleuler prefirió utilizar el plural schizophrenias
para referirse a esta patología cuando acuñó el nombre en 1908. A pesar de su etimología, la
esquizofrenia no es lo mismo que el trastorno de identidad disociativo (o «trastorno de
personalidad múltiple», o de «doble personalidad»), con el que ha sido frecuentemente
confundida. Actualmente, el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales distingue
cinco variables o subtipos dentro de la esquizofrenia, mientras que la Organización Mundial de la
Salud distingue siete subtipos. Por otro lado, existe una amplia variedad de modelos categoriales y
dimensionales que tratan de abordar y explorar los síntomas de la esquizofrenia y su diagnóstico.
Los síntomas de la esquizofrenia suelen comenzar en adultos jóvenes y aproximadamente 0,4-
0,6% de la población se ve afectada. Una persona con esquizofrenia, por lo general, muestra un
lenguaje y pensamientos desorganizados, delirios, alucinaciones, trastornos afectivos y conducta
inapropiada. El diagnóstico se basa en las experiencias reportadas por el mismo paciente y el
comportamiento observado por el examinador. No existen actualmente pruebas de laboratorio
para el diagnóstico de la esquizofrenia y ninguno de los síntomas es patognomónico de esta
condición, lo que dificulta el diagnóstico.
Algunos estudios sugieren que la genética, defectos durante el neurodesarrollo, el entorno
durante la infancia o procesos psicológicos y sociales son factores importantes que pudiesen
contribuir a la aparición de la esquizofrenia. Ciertos medicamentos y el uso recreativo de drogas
parecen causar o empeorar los síntomas. La investigación psiquiátrica actual se centra en el papel
de la neurobiología, pero no se ha encontrado ninguna causa orgánica. Se ha notado un
consistente aumento en la actividad de la dopamina en la vía mesolímbica del cerebro en las
personas esquizofrénicas. Sin embargo, la dirección de la causalidad biológica continúa siendo una
incógnita.
El tratamiento farmacológico de primera línea son los medicamentos antipsicóticos, que
fundamentalmente actúan suprimiendo la actividad de la dopamina. Las dosis de los antipsicóticos
empleados son generalmente más bajas que en las primeras décadas de su uso. La psicoterapia y
la rehabilitación profesional y social también son importantes. En casos más graves, donde hay
riesgo para el mismo paciente y para otros a su alrededor, puede ser indicada la hospitalización
involuntaria, aunque la estadía hospitalaria es menos frecuente y por períodos más cortos que en
tiempos pasados. Por lo general, los trastornos de la cognición contribuyen a problemas
persistentes de la conducta. Los pacientes esquizofrénicos suelen tener otros problemas de salud,
incluyendo drogodependencia, depresión y trastorno de ansiedad, así como problemas sociales
como desempleo, pobreza y baja calidad de vida. La esperanza de vida de los pacientes con
esquizofrenia es de 10 a 12 años menor que los individuos sin la enfermedad, por razón de los
problemas de salud y una mayor frecuencia de suicidio.

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