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PROTECCIÓN.

MANIOBRA DE MOTORES TRIFÁSICOS


PROTECCIONES ELÉCTRICAS

De acuerdo con lo que establece el REBT (Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión)


todo circuito debe estar protegido contra los efectos de las sobreintensidades que puedan
presentarse en el mismo.
Se entiende por sobreintensidad toda intensidad superior a la intensidad nominal. La
norma define la sobreintensidad como toda intensidad superior a la intensidad asignada.
Una sobreintensidad puede producirse por un cortocircuito o por una sobrecarga.
Un cortocircuito es la conexión de dos o más puntos de un circuito a través de una
impedancia de valor despreciable. Puede ser voluntario o accidental. Se empieza a
considerar cortocircuito cuando la intensidad es superior a 3In y es cortocircuito franco a
partir de 6In.
Una sobrecarga es la condición de funcionamiento de un circuito eléctrico sin defecto, que
provoca una sobreintensidad. Por ejemplo, el exceso de solicitación mecánica en el eje de
un motor con respecto a su potencia útil.
Según el REBT la protección contra cortocircuitos se puede efectuar con una de estas
dos opciones:
 Fusibles calibrados de características de funcionamiento adecuadas.
 Interruptores automáticos con sistema de corte (disparo) electromagnético.
La protección contra sobrecargas se puede efectuar con alguna de estas dos opciones:
Fusibles calibrados de características de funcionamiento adecuadas.
Interruptores automáticos con curva térmica de corte (disparo).
De acuerdo con todo lo anterior para proteger un circuito contra los efectos de las
sobreintensidades (sobrecargas y cortocircuitos), normalmente se utiliza alguna de estas
opciones:
Fusibles y relé térmico: El fusible protege contra cortocircuitos y sobrecargas intensas, y
el relé térmico contra sobrecargas no intensas. Esta opción se utiliza fundamentalmente
en la protección de motores.
Interruptores automáticos termomagnéticos: Protegen contra sobrecargas y cortocircuitos.
El sistema de protección térmico protege contra sobrecargas y el magnético contra corto-
circuitos.
Además las reglamentaciones vigentes hacen referencia a las protecciones contra
contactos directos e indirectos que se pueden producir en una instalación eléctrica.
Un contacto directo es aquel contacto de personas con partes activas de los materiales
o equipos, como, por ejemplo, tocar con la mano la parte conductora de un cable
sometido a tensión.
Un contacto indirecto es aquel contacto de personas con masas puestas
accidentalmente bajo tensión, como puede ser tocar con la mano la carcasa metálica de
una máquina eléctrica que, por alguna averia o defecto de los aislamientos de los
conductores, ha quedado sometida a tensión.
El REBT prescribe para la protección contra los contactos directos:
El alejamiento de las partes activas de la instalación a una distancia tal que no pueda ha-
ber un contacto fortuito.
La interposición de obstáculos que impidan todo contacto accidental con las partes
activas de la instalación.
Recubrir las partes activas de la instalación con un aislamiento apropiado.

Para los contactos indirectos, el REBT prescribe las siguientes recomendaciones:


a) Separación de circuitos, mediante transformadores.
b) Empleo de pequeñas tensiones de seguridad: 24 V en locales húmedos y 50 V en
locales secos.
c) Separación entre las partes activas y las masas accesibles por medio de aislamientos
de protección.
d) Inaccesibilidad simultánea de elementos conductores y masas, mediante la separación
de los mismos o interposición de obstáculos entre ellos.
e) Recubrimiento de las masas con aislamientos de protección.
f) Conexiones equipotenciales uniendo todas las masas de la instalación a proteger entre
sí y a los elementos conductores simultáneamente accesibles, para evitar que puedan
aparecer, en un momento dado, diferencias de potencial peligrosas entre ambos
(conexión a tierra).
La aplicación de éstas no es posible habitualmente, sino de manera. limitada y solamente
para ciertos equipos, materiales o partes de una instalación.

Por todo lo anterior, la protección más utilizada contra los contactos indirectos es la
puesta a tierra de las masas y la utilización como dispositivo de corte por intensidad de
defecto de un interruptor diferencial criterios básicos para una elección adecuada de los
dispositivos de protección utilizados contra las sobreintensidades y los contactos directos
e indirectos.

CORTACIRCUITOS FUSIBLES
Según las normas, un cortacircuito fusible es un aparato de conexión que tiene como
misión el abrir un circuito en el que está instalado, por fusión de uno o varios elementos
destinados y diseñados para este fin, cortando la corriente cuando sobrepasa un
determinado valor durante un cierto tiempo.

El cortacircuito fusible consta de:

 Una base portafusibles, que es la


parte fija provista de bornes destinados a
ser conectados a la red y que comprende
todos los elementos que aseguran el
aislamiento.

 Un cartucho fusible, que es la parte


del cortacircuitos que comprende el
elemento o elementos fusibles, y que es necesario sustituir por otra nueva, después
del funcionamiento del cortacircuitos y antes de que éste sea puesto de nuevo en
servicio.

El fusible suele disponer de un dispositivo indicador que se desprende cuando el


cortacircuito ha funcionado.
Las características más importantes para la base portafusibles son la tensión e intensidad
nominal. Los valores de tensión nominal normalizados son: 220, 380, 500 y 660 V. Los
valores de intensidad nominal normalizados son 16, 20, 32, 40, 63, 80, 100, 160, 250,
400, 630, 800 y 1.000 A (estos valores de intensidad dependen del modelo de base, pues
no se fabrican bases de todas las intensidades para cada modelo).
Para elegir la base apropiada, en un caso concreto, tenemos que elegir aquella que tenga
una tensión nominal igual o superior a la tensión de servicio de la red a proteger, y una
intensidad nominal igual o superior a la del fusible calculado para proteger dicha red.
Las características más importantes para el fusible son:
 La intensidad nominal.
 La tensión nominal.
 El poder de corte nominal.
 La característica tiempo/corriente.

Los valores de tensión nominal normalizados son los mismos que para las bases
portafusibles. Los valores de intensidad nominal para cartuchos fusibles normalizados
son: 2, 4, 6, 10, 12, 16, 20, 25, 32, 35, 40, 50, 63, 80, 100, 125, 160, 200, 250, 315, 400,
500, 630, 800 y 1.000 A.
Al igual que ocurre con las bases, no todos
los modelos disponen de todos los valores
normalizados. El poder de corte nominal es
la intensidad prevista de corte que un fusible
es capaz de cortar a su tensión nominal; se
expresa en kA y en fusibles de tipo industrial
las normas exigen que no sea inferior a 50
kA.
La característica tiempo/corriente de un
fusible representa mediante una curva (Fig.
25.2) los tiempos de funcionamiento del
fusible para cada valor de intensidad en una
condición determinada de funcionamiento.
Cualquier par de valores tiempo/corriente
que se sitúe en la zona no admisible por el fusible provoca el funcionamiento de éste,
abriendo el circuito protegido.
Hasta los años noventa y todavía en la actualidad se pueden encontrar dos tipos de
curvas normalizadas:

De uso general. Se utiliza para la protección de líneas y receptores en general.


De acompañamiento. Se utiliza para la protección de motores y obligatoriamente debe
usarse asociada a un elemento de protección contra sobrecargas, como puede ser un relé
térmico.

MODELOS DE CORTACIRCUITOS FUSIBLES

Los cortacircuitos fusibles normalizados son de tres tipos: de cuchillas, cilindricos y D.

Cortacircuitos fusibles de cuchillas


Son fusibles industriales, entendiéndose como tales los que pueden ser sustituidos por
personal calificado y, para una misma base, pudiendo reemplazarse un fusible por otro de
intensidad nominal superior.
Tienen seis tamaños normalizados: tamaño 00 (100 A), tamaño 0 (160 A), tamaño 1 (250
A), tamaño 2 (400 A), tamaño 3 (630 A) y tamaño 4 (1.000 A). Los valores de intensidad
entre paréntesis son las intensidades nominales de las bases portafusibles
correspondientes a cada tamaño. Se fabrican con poderes de corte nominal de 100 kA.
En la Fig. 25.1 se puede ver un cortacircuito fusible de este tipo.
Cortacircuitos fusibles cilindricos
También son fusibles industriales. Hay tres tama-
ños normalizados: tamaño 10 x 38 (20 A), tamaño
14 x 51 (50 A) y tamaño 22 x 58 (100 A); la primera
cifra del tamaño indica el diámetro del fusible y la
segunda su longitud, en milímetros.
Las intensidades indicadas entre paréntesis son los
valores más frecuentes de intensidad nominal para
las bases portafusibles de cada tamaño. Por ser
fusibles industriales su poder de corte nominal no
debe ser inferior a 50 kA, aunque en la actualidad
se fabrican con poderes de corte de 100 kA.
Cortacircuitos fusibles D
fusibles de uso doméstico, entendiéndose como
tales aquellos que pueden ser reemplazados por
personas sin calificación, y que garantizan no se
reemplaza un fusible por otro de intensidad
nominal superior de forma inadvertida. Hay tipos
normalizados: tipo D01 (16 A), tipo D02 (63A) y tipo
D03 (100 A). Los valores de intensidad entre
paréntesis son las intensidades nominales de las
bases portafusibles correspondientes a cada tipo.
Por ser fusibles de uso doméstico, su poder de corte
nominal debe ser, como mínimo, 20kA

CONTACTORES CON RELÉ DE PROTECCIÓN

"Como se sabe, el contactor no es por sí solo un elemento de protección del circuito al


que suministra corriente, sino un aparato de mando o maniobra de dicho circuito. Para
que pueda ser de protección necesita que se adose otro elemento que se llama relé de
protección. Al contactor así formado se lo llama contactor protector o guardamotor".

Zona de protección
Se sabe que los motores son un elemento vital en cualquier industria, comercio o
vivienda. Existe gran variedad de ellos en el mercado, pero todos tienen en común una
marcada vulnerabilidad ante las fallas que se detallan en la Tabla I. La experiencia
demuestra qua una protección efectiva contra un buen número de fallas se logra mediante
el uso combinado de un juego de fusibles más los relés térmicos.
Sea, por ejemplo, un aparato eléctrico que trabaja a una intensidad nominal da 10 A. y
absorbe en condiciones normales una intensidad comprendida entre un valor inferior al 20
% del valor nominal y un 10 % superior al mismo. Esa área entre los 8 y los 11 A. se
denómina zona de trabajo (2, en la Figura 1). De 8 A. hacia abajo se encuentra la zona de
baja Intensidad (1), para su protección se dispondrá de relés de mínima. De 11 A. hacia
arriba se halla la zona da sobreintensidad (3), para cuya protección se usarán los relés de
sobrecorriente.
De 25 A. en adelante, por lo general, se usan cortacircuitos o fusibles. Los fusibles son de
efecto instantáneo por lo que, teniendo en cuenta que un motor en el arranque directo
absorbe de 5 a 7 veces la intensidad nominal, el fusible habrá de estar preparado para
actuar a 8 veces la intensidad.
La zona comprendida, pues entre la zona de funcionamiento normal y la zona de
protección de los fusibles (4) es la zona de protección de los relés térmicos.

Relé Térmico

Los relés térmicos, los más comunes, trabajan en base a unas láminas bimetálicas
(hierro-niquel), la cual por sus diferentes coeficientes de dilatación, sufren deformaciones
si se Ias somete a temperaturas muy elevadas (Fig. 2). Sobre este bimetal que sirve a
modo de soporte, y aislado del mismo, se encuentra una resistencia de bajo valor que la
circunda en forma de devanado. Es a través de esta resistencia, ubicada en serie con
cada fase del motor (Fig. 3), por donde circula la corriente de alimentación.
Cuando esta corriente está dentro del rango normal, prefijado en la regulación, la
temperatura en dicha resistencia es casi despreciable; pero si por alguno de los motivos
anunciados en la Tabla I, o por cualquier otro, la intensidad de fase superara éstos límites,
se generaría una temperatura que sería transmitida al bimetal. Una vez agotada su
capacidad de disipación, comenzaría a deformarse (curvarse), arrastrando en ese
movimiento un barral rígido en el que se encuentran montados los correspondientes
bimetales de las dos fases restantes.
Finalizado este ciclo, el muelle presiona el mecanismo de disparo del contacto de trabajo,
el cual por estar en serie con el botón de parada y la bobina del contactor deja fuera de
servicio todo el circuito protegido.

De acuerdo con el REBT, los motores de potencia nominal superior a 0,75 kW y todos los
situados en locales con riesgo de incendio o explosión, estarán protegidos contra
cortocircuitos y sobrecargas en todas sus fases, debiendo esta ultima protección ser de
tal naturaleza que cubra, en los motores trifásicos, el riesgo de la falta de tensión en una
de sus fases. Por esta razón, en los motores asincrónicos de rotor en cortocircuito que
son, con gran diferencia, los más utilizados en la industria, la protección contra
sobrecargas se encomienda a un dispositivo denominado relé térmico. El relé térmico
debe ir asociado a un contactor, que es el encargado de abrir o cerrar el circuito de
alimentación al motor. Los relés térmicos controlan el calentamiento de los arrollamientos
de los motores y provocan la apertura del contactor asociado cuando se alcanza un
calentamiento límite. El control del calentamiento de los arrollamientos del motor se
realiza de forma indirecta, controlando la intensidad que absorbe el motor, haciendo
pasar a ésta por un bimetal formado por dos láminas de metales diferentes y soldadas;
estos metales se eligen con coeficientes de dilatación muy diferentes lo que hace que al
calentarse el bimetal, por el paso de una intensidad excesiva, se curve, aprovechándose
esta deformación para accionar un contacto auxiliar que, conectado en serie con la
bobina del contactor, produce la desconexión de esté y, por tanto, la del motor protegido.
Además de la protección contra sobrecargas, los relés térmicos están preparados para
detectar las asimetrías que se producen en sus bimetales cuando alguna de las fases que
alimenta el motor no transporta corriente, fenómeno que se conoce como marcha en
monofásico, o cuando las intensidades en las fases son muy diferentes, anomalías que
pueden ser muy perjudiciales para el motor en un breve espacio de tiempo.
Los relés térmicos no pueden proteger contra cortocircuitos, por lo que deben asociarse
con interruptores termomagnéticos de intensidad adecuada. En el relé térmico debe ir
indicada la intensidad máxima del mencionado fusible que evita la destrucción del relé
térmico en caso de cortocircuito.
Los relés térmicos disponen de un dial para ajustar la intensidad de funcionamiento. Esta
intensidad debe coincidir con la intensidad nominal del motor a proteger si se quiere una
protección efectiva. También disponen de un conmutador que selecciona el rearme
manual o automático del disparador, esto es, si después de un disparo es necesario
pulsar el botón de rearme del relé o simplemente el relé se rearma automáticamente al
enfriarse.

Regulación de un relé térmico

Un relé térmico o de sobrecarga se regula midiendo la intensidad de corriente que


consume a plena carga o corriente nominal por medio de una pinza amperométrica. Se
realiza la medición en cada una de las fases y adoptamos el valor más alto medido y le
sumamos un 15% de ésta.
Por ejemplo si la corriente nominal que figura en la placa de características o la producida
por una medición nos da 8 A., la corriente a la cual debemos regular el relé térmico sería
8 A. + 1,2 A.= 9,2 A. aproximadamente.

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