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Sábado 14 de mayo de 2011

jazz
Noches de

en New York
E
n 1962, Chet Baker grabó antes lo hicieron Charlie Parker, Miles Davis,
"Somewhere over the rain- Bill Evans, Thelonious Monk, John Coltrane,
bow", un disco que incluía Sonny Rollins o Art Blakey, entre tantos.
la versión principal de "El Más de 150 clubes funcionan en la ciudad,
Mago de Oz", que en 1939 y de ellos, un puñado tiene la historia enci-
interpretó la adolescente ma: el "Birdland", recordado por las sesiones
Judy Garland. Siempre me de Charlie Parker; el "Blue Note", quizás el
gustó la versión que hacía más famoso local que nació recién en 1981,
Baker, sobre todo la limpieza de la trompeta aunque su nombre arrastra la historia del más
en esa melodía única. prestigioso sello de discos que ha dado esta
Pero no fue Baker el primero en grabarlo música. Qué decir del "Village Vanguard", que
en el mundo del jazz. Antes, a finales de los desde hace más de 70 años se mantiene en la
'40, lo hicieron Bud Powell y Art Tatum, y mu- 7th Avenue, donde se grabaron las históricas
cho más acá en el tiempo fue el turno de Keith sesiones de Bill Evans en 1961 junto al bajis-
Jarrett (tiene una versión irrepetible en un ta Scott LaFaro, quien moriría 10 días después
concierto de 1984 en Tokio), y también al- en un accidente de tránsito, o las más recien-
gunos bluseros como Eric Clapton. Junto a tes de Brad Mehldau o Wynton Marsalis.
su bella melodía, esa letra genial, esperanza- Recorrí durante diez días los clubes, y par-
dora, para niños y no tan niños: "En algún lu- ticipé de una serie de memorables presenta-
gar, sobre el arco iris/ Los cielos son azules/ ciones con algunos de los mejores músicos
Y todos los sueños/ Que te animas a soñar/ de la actualidad.
Se hacen realidad".
Y fue así, como dice la canción de Harold BIRDLAND - THE JAZZ CORNER OF THE
Arlen y Yip Harburg, que un grupo de cinco WORLD… CHARLIE PARKER. El "Birdland"
amigos -algunos de la escuela primaria, otros nació en 1939 y su fama llegó con las míticas
del secundario o la universidad- en alguna sesiones del saxofonista Charlie Parker en los
sobremesa decidieron "soñar y hacer reali- años '40 y '50, aunque no debemos olvidar
dad" un viaje a New York a escuchar jazz, re- las fabulosas grabaciones que realizaron Art
correr museos o concurrir a comedias musi- Blakey en 1954, John Coltrane en 1963, o Bud
cales; en fin, corretear como adolescentes que Powell en 1953. Por allí también pasaron gran-
ya no son, por la Gran Manzana. des celebridades como Frank Sinatra y Judy
New York es una ciudad única, irrepetible, Garland.
sublime, sensible, poderosa, llena de con- A pesar de su historia, el club cerró en 1965
trastes, con una amalgama de razas y cultu- -el rock and roll hacía furor- y reabrió sus
ras, como pude ser al subir a un taxi y en- puertas en 1986 en West 44th Street, en el
contrarse con un senegalés, un paquistaní o Midtown Manhattan, cerca la zona teatral de
un hondureño. Es fácil escribir sobre ella: des- Broadway.
de sus rascacielos, el Central Park, el poder En mi primera noche jazzera me encontré
económico de Wall Street, sus librerías, Bro- con el cuarteto de Al Foster en batería, Ge-
adway las comedias musicales, la Quinta Ave- orge Mraz en contrabajo, Fred Hersch en pia-
nida, Harlem, el Battery Park City, la Zona no y Rich Perry en saxo, haciendo música de
Cero (donde estaban las Torres Gemelas) o el Joe Henderson, aquel genial saxofonista que
puente de Brooklyn. En fin, todo es Nueva dejó grandes grabaciones con músicos como
York, pero algo sobresale en la ciudad y son Grant Green, Kenny Dorhman o Lee Morgan.
sus míticos clubes de jazz. y que ganó el Grammy en 1991 con un disco
La ciudad transpira jazz, más allá de que dedicado a la música de Billy Strayhorn. To-
su origen se encuentre en Nueva Orleans. dos queríamos ver al veterano baterista de la
New York es la imagen de esos clubes de última etapa de Miles Davis, y que antes ha-
jazz (en el imaginario de todos llenos de humo, bía tocado con Rollins y Monk, entre otros.
aunque las campañas antitabaco también les Foster, con sus 68 años, sigue siendo un in-
llegaron) donde los músicos de jazz del mun- novador, mantiene una habilidad única en
do quieren ir a tocar una o dos veces al año, los platillos, y esa noche demostró por qué
a pesar de que no les reditúe económica- ya es una leyenda.
mente, teniendo en cuenta que la capacidad En el "Birdland" también disfruté de los
de la mayoría ronda entre 60 y 120 personas. "30 Year Reunion celebration of the Broad-
Sin embargo, todos quieren estar allí, como El saxofonista Joshua Redman tocando junto al trío The Bad Plus en Blue Note way Opening of Duke Ellington's Sophistica-
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ted Ladies", donde tres décadas después se saciones y solos memorables de Hargrove,
reunieron músicos y cantantes para home- Sánchez y el gran Cables.
najear las grandes canciones de Ellington.
Una velada exquisita. SMOKE. Este club nació en 1999, pero antes
La noche antes de dejar New York, tuve la funcionó allí "Augie's", un bar de jazz en el
suerte de escuchar al pianista Steve Kuhn jun- que, según cuenta la leyenda, sus dueños
to a Eddie Gómez en contrabajo y Joey Baron fueron inspiración para algunos de los per-
en batería. Después de Bill Evans, es el pia- sonajes del guión de "Smoke", de Paul Aus-
nista que más escuché en todos estos años. Su ter. El pequeño lugar -tiene capacidad para
música con reminiscencia de piano clásico es 65 personas- está más alejado del centro de
exquisita, y su swing, impecable. En su juven- la ciudad, en el 2751 Broadway, cercano al
tud tocó con los más grandes: Kenny Dorham, barrio turco de New York, y casi sin turismo
Stan Getz o Art Farmer. Durante muchos años internacional.
formó un trío con Ron Carter y Al Foster, y mu- Hasta allí llegamos un noche para ver "One
chos de sus discos fueron editados por ECM. for All", un sexteto que cuenta con más de 20
Brindó un repertorio magnífico, con temas años y fue pensado por el trompetista Jim Ro-
propios y standards, y en mi recuerdo me lle- tondi y el saxofonista Eric Alexander, junto al
vo la versión de "My Funny Valentine". baterista Joe Farnsworth. El sexteto lo com-
pletan el pianista David Hazeltine, el bajista
BLUE NOTE. El "Blue Note" se encuentra ubi- Peter Washington y el trombonista Steve Da-
cado en la 131 West 3rd Street, en el barrio de El club,que cumplirá en junio 30 años, es el más visitado por el turismo extranjero vis. Fue otra de las noches maravillosas con
Greenwich Village. Fue fundado en 1981, y uno de los trompetistas más importantes de
hoy cuenta con sedes en Tokio y en Milán. la escena actual: sus notas y fraseos queda-
Su nombre es emblemático, aunque no tie- rán por mucho tiempo en mis oídos. Hacia
ne relación con el sello "Blue Note Records", el final, un regalo que sólo puede suceder en
y es el más visitado por el turismo interna- este tipo de lugares: antes del inicio del show
cional que llega a la ciudad. En junio, el club llegó un anciano de color que, con una bol-
cumplirá 30 años y promete una celebración sa de compras en su mano, se acercó a salu-
de aquellas. Ya confirmaron su presentación dar a los músicos. Era el gran pianista Harold
Dave Brubeck, Bobby McFerrin, Roberta Flack, Mabern, quien hacia el final de la presenta-
Mediski Martin y Wood, McCoy Tyner y Bill ción fue invitado a tocar con el grupo un tema
Frisell, entre otros. que alegró el alma y los oídos de todos los
Nos costó encontrarlo, porque decidimos ir presentes. Sólo New York puede brindarte es-
en subte y nos equivocamos de ramal. Luego, tos regalos irrepetibles.
gracias a los mapas del iPhone -denostado por Podríamos seguir hablando de otros clu-
algunos miembros del grupo-, nos orientamos bes, como el "Iridium" (una noche escucha-
y llegamos minutos antes de su inicio. mos a Chad Smith, el baterista de Red Hot
Durante la semana se presentaba "The Bad Chilli Peppers con su banda "Bombastic Me-
Plus", un trío que marcó la diferencia en la atbats"), el "Small", "Cornelias St Café", "Mi-
última década, rompiendo la tradición de los les Café", "55 Bar" y tantos otros, pero no qui-
de Evans o Jarrett. La banda toma elementos siera terminar este articulo sin mencionar
del jazz tradicional, del free y también del quizás el club emblema de todos ellos, que
rock y la integran el pianista Ethan Iverson, sigue ubicado en el mismo lugar, "The Villa-
el bajista Reid Anderson y el baterista David El histórico Birdland donde se grabaron las famosas jam session de Charlie Parker ge Vanguard".
King. El grupo presentó, por primera vez, un Es un sótano sin ventanas, que nació en
invitado de lujo: el saxofonista Joshua Red- 1935 y se mantiene hoy en el mismo lugar del
man. El cuarteto sonó compacto y aunque 178 de la Seventh Avenue, con una reducida
todos sobresalieron, la estrella fueron los so- capacidad de 120 personas, sin haber cerra-
los del baterista David King, que dejo sin alien- do nunca sus puertas. Su fundador fue Max
to a más de uno. Gordon, y hoy lo sigue regenteando su viu-
da. Estar ahí bajo la típica lona que tiene im-
BLUE SMOKE JAZZ STANDARD. Se trata de preso su nombre es saber que pasaron mú-
uno de los locales nuevos y de moda entre los sicos como Miles Davis, Thelonious Monk,
clubes de jazz, ubicado en el coqueto distrito Bill Evans, John Coltrane, Sonny Rollins, Char-
de Flatiron de Manhattan, en la 116 East 27. les Mingus, Dexter Gordon, y tantos otros que
Cuenta con una capacidad de 140 personas, se me escapan de la memoria. El pianista Ja-
y un moderno restaurante en la planta baja. son Moran lo llamó el Carnegie Hall del jazz,
Durante una semana se realizó "Impulse el lugar "donde Moisés, Mahoma y Jesús ca-
Nights: 50 anniversary celebration", un ho- minaron". Cada vez que uno observa un dis-
menaje al emblemático sello Impulse que to- co de un músico de jazz que dice "Live at the
dos asociamos a John Coltrane, pero que ade- Vanguard" seguramente es bueno, nada de
más produjo otros geniales discos. El sello na- baja calidad puede salir de ahí.
ció en 1961 y cerró sus puertas en 1976. Por En fin, en esas noches junto a esos músi-
allí paso toda la vanguardia del jazz como Col- cos, que uno escuchó toda la vida en discos
trane, Phraroad Sanders, Archie Shepp o Al- o CD, una y otra vez, me vino a la cabeza "El
bert Ayler, pero también músicos más tradi- perseguidor", ese cuento genial de Julio Cor-
ciones y exitosos como Ray Charles. Merece En las calles, con frio o calor, es común encontrarse con buenos músicos de jazz tázar sobre Charlie Parker. "…Ahora sé que
recordar que fue de Impulse el "A Love Su- no es así, que Johnny persigue en vez de ser
preme", un disco que está entre los 10 graba- perseguido, que todo lo que le está ocurriendo
ciones más importantes de la historia del jazz. en la vida son azares del cazador y no del ani-
En el homenaje de "Jazz Standard" se re- mal acosado. Nadie puede saber qué es lo
cordaron los discos "Africa/Brass" (John Col- que persigue Johnny, pero es así, está ahí, en
trane); "The Blues & The Abstract Truth" (Oli- Amorous, en la marihuana, en sus absurdos
ver Nelson); "Out of The cool" (Gil Evans); discursos sobre tanta cosa, en las recaídas,
"The Incredible Kai Winding Trombones" (Kai en el librito de Dylan Thomas, en todo lo po-
Winding & J.J. Johnson) y "Ray Charles: ge- bre diablo que es Johnny y que lo agranda y
nius + soul = blues". Participaron durante lo convierte en un absurdo viviente, en un
toda la semana músicos como Dave Lieb- cazador sin brazos y sin piernas, en una lie-
man, Ravi Coltrane, Cecil McBee, Robin Eu- bre que corre tras de un tigre que duerme…."
banks y Hennry Butler, entre otros. Y sentí justamente eso: que los músicos, al
Tuve la suerte de estar presente la noche tocar e improvisar, están cazando pequeñas
en la que se recordó el disco de Oliver Nel- alegrías que luego regalan a los presentes,
son. El grupo está compuesto por Roy Har- para que queden siempre en nuestros cora-
grove en trompeta, David Sánchez en saxo, zones. Entonces, los días que estemos tristes
el veterano y genial George Cables en piano, o melancólicos, aparecerán desde el alma
Dwayne Burno en contrabajo, y Gregory Hut- esas pequeñas alegrías para hacernos un poco
chinson en batería. Fue una actuación úni- más felices.
ca, caliente, en la que se notaba que todos los
músicos eran negros, y aunque interpretaron
el disco completo. Hubo lugar para improvi- Cinco amigos en las puertas del Museo Guggenheim sacando la foto del recuerdo Alfredo Silletta. Periodista, escritor.
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Robert Deniro en Taxi Driver King Kong and Empire State

NUEVA YORK, SORPRENDENTE Y SORPRESIVA

La ciudad
que todos creemos
conocer
R
esulta imposible no experi-
mentar un constante esta-
do de deja-vu. Porque prác-
ticamente a cada paso que
uno da, y a medida que va
recorriendo la ciudad, cues-
ta no caer en la tentación de
sentir que "esto ya lo vi". Y
lejos de pretender bucear en terrenos filosófi-
cos, esotéricos o metafísicos, esa sensación, en
realidad, pasa a ser reemplazada por la certe-
za de que "esto ya lo viví".
Es que Nueva York no se descubre. Ni si-
quiera para quien llega por primera vez allí. A
lo sumo, se redescubre. Porque todo resulta fa-
miliar: desde sus inmensos rascacielos o la ar-
boleda y los sinuosos caminos del Central Park,
pasando por esa multi esquina conocida como
Times Square -que con sus carteles y proyec-
ciones nos atrapa como un gigantesco imán
hiper iluminado-, o las enormes marquesinas
de ese conglomerado de salas teatrales en Bro-
adway.
Las calles de la ciudad con su gente y sus personales queribles
No son pocas. O, mejor dicho, son muchí-
simas las referencias cinematográficas que nos
ubican ahí. ser de esa manera. Al menos para un habitante Cómo no recordar a ese genial Robert De
de estas tierras argentinas que -como es el caso Niro de "Taxi Driver", que mientras conduce
Si por momentos, hasta pareciera que suena de quien esto escribe- observa, escucha y ana- su amarillo auto por los rincones más oscu-
la música de George Gershwin, y que el color liza lo que tiene frente a sus ojos, para tratar de ros de la ciudad, llega a cruzar las fronteras
deja paso al blanco y negro de aquella inol- abarcar la mayor cantidad de imágenes posible, del desequilibrio emocional.
vidable "Manhattan" que, como ningún otro, con el fin de que durante ese puñado de días
pintó Woody Allen. Y de golpe, aparece la aper- pueda trazar, aunque más no sea, un mínimo A causa de (¿o por culpa de?) tanta y tanta in-
tura de la película, cuando la voz en off decía panorama sobre lo que está ahí y ahora. formación que uno ha ido acumulando a lo
aquello de "él adoraba Nueva York. La ido- largo de su vida sobre NY, tal vez una de las
latraba de un modo desproporcionado…". Y en el repaso, cómo no pensar entonces en mayores advertencias prejuiciosas que se arras-
aquel desencuentro entre Cary Grant y Debo- tra, apunta a que poner un pie en esa ciudad
Claro, no es tarea sencilla aportar palabras, fra- rah Kerr que, por esas cosas del destino, no equivaldría a sentirse instantáneamente asfi-
ses, trazar metáforas o intentar ser mínima- pueden unir sus vidas en lo más alto del Em- xiado por grises edificios que se elevan al cie-
mente original a la hora de describir a esta ciu- pire State, tal como lo habían pactado. lo, millones de personas y autos y más autos,
dad. Es que así como se tiene la íntima sensa- Oh casualidad, el mismo escenario en el que sin darle siquiera respiro al intimidado visitante
ción de que la conocía de toda la vida, también el malogrado King Kong, en un genuino acto que, sin salvación, se sentiría irremediable-
se percibe que ya está todo dicho. de amor último prefiere entregar su vida para mente inmerso en un estado de locura inter-
Pero no es así. O, por lo menos, no debería salvar a su adorada Ann. minable, y donde los seres humanos son cada
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vez menos seres humanos. Algo así como las


apocalípticas imágenes de "Blade Runner", que
bien podrían pertenecer a Nueva York en lugar
de Los Ángeles.

En medio de tantas evocaciones surge, como


no podía ser de otra manera, aquella joven
Audrey Hepburn de "Desayuno en Tiffany's"
(dicho sea de paso, su imagen se repite una y
otra vez en posters, cuadros, postales y todas
las imágenes posibles que contienen su ange-
lical rostro).

Volviendo al comienzo de "Manhattan" con


aquello de que "…la idolatraba de un modo
desproporcionado", uno piensa que resultaría
mucho, muchísimo más factible ese senti-
miento antes que, por ejemplo, la indiferen-
cia. Es que no sería posible (o al menos resul-
taría muy difícil) interpretar un estado de apa-
tía ante una ciudad que parece tenerlo todo.
Lo bello y lo feo. Lo malo y lo bueno. Donde
seguramente se mezclan el cielo con el infier- El Central Park es una visita obligada para todos los que llegan a New York
no. Porque, tal como aparece en gran parte de
la filmografía de Woody y su permanente de- tral Perk", de los "Friends" Rachel, Ross, Mo-
claración de amor por esa ciudad, Nueva York nica, Phoebe, Chandler y Joel. O de los reco-
no es un simple escenario de historias, sino nocibles rincones por los que transitaban Jerry
que estamos en presencia de un personaje más. Seinfeld y sus amigotes.
Como tal, vibra. Y está latiendo día y noche.
Sin embargo, tras no pocas recorridas, sur- Resulta por demás obvio que pocas líneas (y
ge una impresión (al mismo tiempo sorpresa) pocos días) no serían suficientes para deline-
que con el correr de los días se transforma en ar un perfil sobre una ciudad que vendría a ser
certidumbre: más allá de que todo, absoluta- algo así como la sumatoria de muchas ciuda-
mente todo en la ciudad adquiere formas y ta- des. Y por ende, con otras tantas caras.
maños desmesurados (desde un simple café Porque así como genera sorpresa la visión
hasta las tiendas, y ni qué hablar de las cons- de quienes descansan plácidamente en los par-
trucciones), no existe el abrazo estrangulador ques como si se tratara de una pintura de Mo-
de los temidos tentáculos que, a priori, uno su- net reflejando un bucólico paisaje, no se pue-
ponía dueños y señores de la ciudad. de dejar de experimentar algo parecido a la re-
Es que además del majestuoso Central Park, pulsión lisa y llana cuando, al transitar por la
son numerosos los espacios verdes que tienen zona de Wall Street, se piensa (lamentable-
presencia en Manhattan y alrededores. Espa- mente con razón, y en base a la historia y al
cios verdes en los que turistas y no turistas, fa- presente) que en esas cuadras, algunos pocos
milias con chicos o bien gente en soledad, sim- poderosos deciden la suerte de unos cuantos
plemente descansa, toma alguna bebida o lee (demasiados) muchos…
un libro con todo el tiempo del mundo a su Después de abandonar un restaurante, don-
disposición. de la regla número uno se basa en la excelen-
cia de la atención y el servicio, o luego de re-
Y obvio que también es el Nueva York de "Per- correr un museo en el que aparecen los Picas-
didos en la noche", mientras suena la armó- so, los Van Gogh o los Dalí, ese bienestar
nica de Toots Thielemans. O el de Natalie Word pasajero se desvanece ante el cruce con alguien
corriendo en "West side story". Por qué no, la que sobrevive en la calle tocando algún clási-
esquina de Brooklyn en la que Harvey Keitel, que -al menos en lo que aparece a simple vis- co del jazz con su viejo saxo a cambio de mo-
como un rito, fotografiaba día tras día la mis- ta-, en las calles de Capital Federal se percibe nedas o, con suerte, de un billete color verde.
ma esquina, a la misma hora, en "Cigarros". un comportamiento mucho más alocado por O con algún homeless que, ciertamente, tam-
parte de los que por allí circulan. Y eso corre bién forma parte de la realidad.
Y en medio de esta megaciudad multicultu- no sólo para peatones, sino también para quie- Paradojas, que le dicen. Y más todavía, cuan-
ral por excelencia, donde lo habitual es topar- nes están arriba de cualquier vehículo. do se trata de una ciudad como la que visita-
se con particulares personajes provenientes de Y ya que estamos en esto de las diferencias, mos, en donde quienes más la conocen ase-
los más recónditos puntos del planeta -y como no deja de llamar la atención el número con- guran que allí, todo es posible. Aunque quizás,
lógica consecuencia escuchar idiomas conoci- siderablemente menor de aquellos que, en la no tanto como alguna vez de manera algo exa-
dos, pero también de los otros, esos que sue- llamada Gran Manzana, avanzan por las vere- gerada lo dijera Duke Ellington para remarcar
nan por demás extraños al oído-, uno continúa das hablando por su celular, en comparación esas contradicciones: "Nueva York es un lugar
asombrándose por ese ritmo que mantienen con quienes lo hacen de manera casi compul- en donde el rico camina, el pobre maneja un
al caminar, y que se aleja de la "desequilibra- siva por estos pagos. Cadillac, y hasta donde hay mendigos que mue-
da-aceleración-agresiva" que nos indicaba el ren de malnutrición, pero con miles de dóla-
prejuicio, lo cual (vale la aclaración) tampoco Y sí, si hasta nos resultan familiares los res- res debajo de sus colchones".
significa un ritmo cansino o pueblerino… taurantes, las tiendas y los bares que fre-
De todas maneras, y si se pretende trazar cuentan Carrie y sus tres mejores amigas en
una comparación, no sería erróneo plantear "Sex and the city". Ni qué hablar del café "Cen- Eduardo D'Argenio. Periodista.

Algo para recordar Manhattan


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E Visita al
n pleno corazón de Man-
hattan se encuentra el Mu-
seo de Arte Moderno de
Nueva York, llamado tam-
bién MoMA (siglas en inglés
de Museum of Modern Art).

MoMA y
Luego de hacer una larga
cola bajo el frío neoyorkino,
pudimos ingresar a ese lugar increíble.
El MoMA, abrió sus puertas al público el
7 de noviembre de 1929, y fue fundado por
filántropos estadounidenses entre los que se
encontraba Aldrich Rockefeller para ayudar

las guitarras
a la gente a entender, utilizar y disfrutar de
las artes visuales del mundo moderno. Se tra-
ta de uno de los mejores museos de arte del
mundo, que se fundó como entidad priva-
da, beneficiándose de numerosas donacio-
nes de sus miembros y de empresas, siendo
un ejemplo para otros museos de su clase,

de Picasso
ampliando las fronteras del arte a discipli-
nas no admitidas en otras galerías. Por ejem-
plo, nuestro Malba (Museo de Arte Latinoa-
mericano de Buenos Aires, ubicado en Pa-
lermo), sería una especie de MoMA argentino.
Algunas obras famosas del museo de Nue-
va York, son: "La noche estrellada" de Vin-
cent Van Gogh, de increíbles y ondulados
azules, "Brodway Boogie Wogie" de Piet Mon-
drian , quien con una síntesis reducida a pe-
queños cuadros rojos azules y amarillos, nos
invita a recorrer al ritmo de jazz la ciudad de ya que no tenía demasiada paciencia para la
Nueva York. música, vio en ella un gran potencial creati-
Otra obra que influyó de manera decisiva vo. Además, no olvidemos que las guitarras
en el arte del siglo XX, ya que abrió el cami- españolas han sido símbolo de la música po-
no del cubismo allá por 1907, es "Las seño- pular en ese tiempo, en oposición a la mú-
ritas de Avignon", de Pablo Picasso. Y si bien sica clásica.
fue criticada duramente en ese entonces, hoy La exposición explora dos años en los que
nos sonríe con una irónica mueca, cómoda- el artista español revisó objetos que eran ha-
mente desde su pared. bituales en los bodegones. Picasso leía los
Se destacan también obras de artistas nor- periódicos parisinos "Le Journal" y "Excel-
teamericanos de primera fila como Jackson sior", impresos en un papel barato que se os-
Pollock, Andy Warhol y Edward Hopper. curecía con rapidez, y que empleó en sus co-
Cuando el Museo de Arte Moderno co- llages, a los que añadió también papel de em-
menzó a exponer sus obras, gran parte del papelar con estampados vegetales, y
público de aquella época despreciaba el cu- partituras reales de "Sonnet", una canción
bismo y el arte abstracto, porque chocaban popular en la capital francesa a principios
con las líneas directrices que hasta ese mo- del siglo XX.
mento marcaban la pauta del "Arte verda- Las dos construcciones de guitarras que
dero". sirven de base a la exposición, y que duran-
El Museo posee también un Jardín de Es- te la mayor parte de su vida sólo se mostra-
culturas, con obras de Auguste Rodin, Ale- ron a través de fotografías, fueron donadas
xander Calder y Aristide Maillol entre otros, época nadie hablaba ni de reciclaje, ni de reu- desarrolla hasta el cansancio. Así, sus guita- por el artista a la institución neoyorquina.
además de una sala de cine. tilización de materiales. Pensemos que la se- rras se tensan, superponen, quiebran, sue- Aunque formaban parte de sus fondos des-
Después de cuatro años de reformas, en rie se creó en 1912. De todos modos, a Pi- nan, salen del plano hasta transformarse en de los años '70, fue recién en 2005 cuando se
2004 fue inaugurado el nuevo MoMA, con casso le bastaron materiales simples y coti- "objetos" tridimensionales, sin llegar a ser descubrió que, además de la guitarra de car-
casi el doble de espacio. Además, el museo dianos como papel, hilo, cartón de distintos esculturas en el sentido tradicional del tér- tón, disponían del elemento del mismo ma-
tiene dos restaurantes y una cafetería. tipos y texturas, partituras de música, papel mino. Sus trazos en carbonilla, fuertes y po- terial que servía de base a la obra. El motivo
de diario y un poco de cola para pegar, para tentes, cumplen la función de estructurar la de la guitarra de cartón es sencillo, pero la
conmovernos no sólo con sus obras finales, obra, de apuntalarla, sostener ese juego cu- creación era diferente a cualquier obra de
Las guitarras sino también con su febril proceso creativo.
Con paletas de color reducidas donde pre-
bista de planos positivos y negativos. Las lí-
neas rectas y curvas, definen ritmos visuales
arte que se hubiera hecho antes. Dos años
después, el artista la recreó con una lámina

de Picasso. dominan los ocres, blancos, negros y celes-


tes-turquesas, Picasso, como un chico que se
divierte con lo que tiene a mano, juega y ana-
que nos ayudan a recorrer la obra. Pero tam-
bién nos exigen detenernos para reconocer,
a veces con dificultad, un rostro, media gui-
de metal.
El metal plano y delgado de la segunda gui-
tarra era común en París, como un material
(1912- 1914) liza la guitarra no sólo desde el punto de vis-
ta formal, sino que también le imprime la po-
tarra, una botella, el pie de una copa, un fon-
do de pared empapelada.
destinado a construir tejados. Y podría ha-
ber sido gris o negro, antes de convertirse en
ética musical que encierra el instrumento. La presencia humana es mínima, ya que el metal oxidado que la escultura luce aho-
Luego de recorrer interminables pasillos den- Esta serie pone en evidencia que cuando las protagonistas absolutas son las guitarras, ra en la exposición.
tro del museo, pude encontrar por fin esa Picasso elige un "tema" (pensemos en los ese instrumento tan amado por Pablo Picas- Luego de recorrer la muestra, me juré a mi
"perla", ya anunciada en los carteles de la cientos de estudios previos al Guernica) lo so. Aunque él no practicaba el instrumento, mismo nunca más decir "de Picasso, ya vi
entrada: la exhibición de 65 obras del pintor todo…" ya que eso es absolutamente impo-
español Pablo Picasso que representan gui- sible, porque sus series duren el tiempo que
tarras. Inaugurada el 13 de febrero, perma- duren, un año, dos o tres, son interminables
necerá abierta hasta el 6 de junio próximo. e inspiradoras.
La muestra se centra en el periodo artísti- Mientras, fuera del museo, en Times Squa-
co de Picasso (1881-1973) comprendido en- re las pantallas hipnotizan y devoran a los
tre la creación de dos esculturas en forma de transeúntes con sus promesas de felicidad
guitarra, la primera hecha de cartón y cuer- eterna, Picasso, quien indudablemente atra-
da en 1912, y la segunda, fabricada con una vesó el siglo XX y promete hacer lo mismo
lámina de metal en 1914."Se trata de la pri- en el presente, nos ofrece nada más ni nada
mera exhibición que observa en profundi- menos que la posibilidad de detenernos so-
dad estas dos construcciones de guitarras, y los, aunque sea un instante frente a sus obras,
las pone en el contexto de una época de gran para gozar de una experiencia estética úni-
experimentación del artista", explicó Anne ca e irrepetible.
Umland, curadora de la muestra.
La exposición está muy bien montada y se
incluyen collages, dibujos, pinturas, escul-
turas y fotografías de pequeño formato, que Daniel Gluzmann. Artista plástico.
el propio Picasso tomó en su estudio. En esa Profesor y licenciado en Artes Visuales.
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Louis Armstrong en su casa de Queens jugando con niños del barrio Sergio Pujol, en la misma casa de Louis, hoy convertida en museo

EL MUSEO LOUIS ARMSTRONG EN QUEENS

N
o es difícil imaginar una efecto es sobrecogedor: recorremos por pri-
vida de trabajo en Man- mera vez la casa de nuestro héroe cultural,

Tío
hattan y de residencia y este nos da la bienvenida desde un más allá
en Queens. De eso se que, hasta ahora, creíamos que sólo moraba
trata la vida de cientos en sus discos.
de miles - ¿quizá mi- El recorrido es conducido por el joven y a
llones?- de norteame- la vez experto Will, un norteamericano de as-
ricanos pobres -en la cendencia oriental que se sabe la vida de
Argentina serían de "clase media baja"-, que Armstrong como los habitantes de Queens el
habitan el barrio de Corona en Queens y que Padre Nuestro. Will maneja con pericia los
todos los días se dirigen a las tiendas, los ba-
res y demás bocas de expendio de la apote-
osis del comercio mundial de menudeo. Ellos
aun confían en el sueño americano, si bien Un mediodía tiempos, la información y las interpelaciones
a sus guiados ("¿Quién puede decirme el tí-
tulo de alguno de los temas grabados por la
Hot Five band?"; "¿quién conoce "Hello

en la casa del
un poco menos que antes de la crisis del 2008. Dolly?"; "¿Saben que en 1964 Armstrong ven-
Cada quince minutos, desde el corazón de dió más discos que Los Beatles?"). Sin abu-
la Gran Manzana, parte un subte que, una sar de su saber, Will sostiene un cierto cres-

Louis
vez cruzado el río, se convierte en tren. Es el cendo en su relato de materialidades coti-
tren que llega hasta el aeropuerto de De la dianas. Al fin y al cabo, su objeto de guía es
Guardia -alguna vez supo ser el más impor- una vivienda particular, no una biblioteca ni
tante de Nueva York-, no sin antes detenerse un museo de piezas de arte. Y así logra su-
en unas veinte estaciones. Una de las últimas gestionarnos con que el fantasma de Louis
es la de 103st-Corona Plaza. Allí nos dirigi- sigue en el inventario doméstico, así como el
mos en busca de ese "Nueva York que no mi- aura se adhiere al arte.
ramos". Claro que domingo de Pascua no es Es un paseo relativamente breve por una
un día cualquiera para atravesar Corona, una vivienda que, en comparación con las man-
zona copada desde hace ya varios años por siones de las estrellas de rock y pop, resulta,
los latinos de Queens. En este mediodía de como mucho, discreta. Así era Armstrong en
conejos y huevos -y de gente disfrazada de su privacidad, y en cierto modo así ha sido
conejos y de huevos-, con más iglesias cató- cimiento mundial. Pero Queens también era sobrevivió a su esposo. Luego permaneció siempre la vida de los titanes del jazz: su ex-
lica que en todo el resto de Nueva York y en un sitio a distancia de las situaciones más gro- clausurada casi 20 años. En 2003, un grupo cepcionalidad estuvo reservada al espacio de
medio de un paisaje de carteles que prome- seras de discriminación. Si bien el trompetis- de admiradores de Armstrong, apoyados por la música, difícilmente al del vivir cotidiano.
ten comidas picantes y ofertas de automóvi- ta sólo pudo vivir allí a razón de uno o dos el municipio de Queens y una flamante fun- Salimos emocionados a la calle, con bolsas
les por chirolas, dos argentinos apuramos el meses por año, dado el intenso organigrama dación, tomó posesión de la vivienda y la con- llenas de un merchandising tan querible como
paso por calles largas hasta dar con un sitio de giras por los Estados Unidos y el mundo virtió en museo. Un museo dedicado a la me- bizarro. Tarjetas, remeras, lapiceras y gorras de
que, para muchos, bien podría considerarse entero que emprendió desde principio de los moria del primer genio en la historia del jazz. béisbol de negro jazzístico. Por supuesto, nos
la iglesia de un culto restringido pero no por años 50 y que sólo discontinuó a fines de los Un museo, por lo tanto, consagrado al jazz en calzamos la gorra que dice "Satchmo" y nos
ello menos tradicional: el que alientan la mú- 60, cuando su salud se deterioró mucho, la su encarnación más perfecta. dirigimos al tren que nos devolverá al Pennsyl-
sica y la figura de Louis Armstrong. casa de la calle 107 fue un refugio entrañable Un alfombra ad hoc cubre a la alfombra vania Hotel de Manhattan. En el camino oje-
En 1943, después de un romance de un para él. Las puertas de su hogar estaban siem- original, trazando un circuito que, como en amos Pops, la nueva biografía de Armstrong
par de años, Armstrong se casó por cuarta pre abiertas a todos los niños de vecindario: aquel cuento de Ray Bradbury sobre el re- que acaba de escribir Terry Teachout. Esa vida
vez con Lucille Wilson, una bailarina de Har- hay una foto bastante célebre, tomada en la greso al pasado, ningún visitante puede trans- es un tema de infinitas variaciones.
lem. Ella ya vivía con su mamá en Corona, y escalera de la casa, en la que se ve a dos chi- gredir a riesgo de modificar algún dato del Hubo un tiempo en que decir "jazz" era
no bien se enteró que se vendía la casa ale- cos negros jugando a ser trompetistas al lado presente. Muchas cosas se les puede criticar decir Louis Armstrong. Las cosas han cam-
daña, le propuso a Louis comprarla. Fue así del campeón mundial de los vientos. a Norteamérica, pero entre ellas no figura el biado mucho. El panorama actual de la mú-
como la pareja se instaló en el número 34 de "Tío" Louis y "tía" Lucille -así se los llama- modo en que sus autoridades cuidan los mu- sica improvisada no parece nutrirse dema-
la 107 th Street. Como muchos músicos de ba en Queens- fueron tan famosos como fie- seos y lo que solemos llamar "el patrimonio siado del amado vecino de Corona. Sin em-
jazz afroamericanos -Clark Terry, Roy Eldrid- les a sus raíces y a su gente. Vivienda confor- intangible" de un pueblo. En cada sala del bargo, si se indaga con alguna profundidad,
ge, Ella Fitzgerald, Lester Young, Dizzy Gilles- table para los estándares de la época, equi- hogar de la familia Armstrong -comedor, co- se descubre que Louis Armstrong sigue sien-
pie, John Coltrane, Milt Hinton y siguen las pada con algunos artilugios tecnológicos avant cina, dormitorio, escritorio y un par de ba- do una poderosa fuerza interior en la cultu-
firmas-, "Satchmo" Armstrong prefería vivir la lettre -un freezer, por ejemplo- y una sala ños- se pueden escuchar conversaciones en- ra musical del jazz. Y que decir "Louis Arms-
en Queens que en Manhattan. Tenía sus mo- con grabador de cinta abierta en la que Satch- tre los virtuales anfitriones oportunamente trong" es decir jazz en su versión más gozo-
tivos. Queens -particularmente el barrio de mo despuntaba su pasión musical improvi- grabadas por ese maniático de las grabacio- sa y consagratoria de la libertad.
Corona- quedaba lejos de los flashes del es- sando solos arriba de los discos y haciendo nes que era Louis Armstrong. Otros se pasan
trellato, justo cuando el nombre de Armstrong con eso registros caseros, la casa sobrevivió a la vida sacando fotos; él se la pasó grabando
estaba ascendiendo a la cúspide del recono- la muerte del músico el tiempos que Lucille cintas y discos. Para quienes estamos allí, el Sergio Pujol. Historiador y escritor.
8 | Diagonales
Sábado 14 de mayo de 2011

contratapa
Shakespeare
on Broadway
"Dicen que las luces de neón son brillantes animales); títeres de todo tipo y tamaño, ar-
En Broadway monizando con sus titiriteros (más de cien
Dicen que siempre hay magia en el aire muñecos representando 25 especies); carros,
Pero cuando estás caminando por la calle ascensores, telones y toda la maquinaria del
Y no se tiene suficiente para comer escenario armonizando, sin ocultar el pro-
El brillo se frota bien y ya está fuera de nin- cedimiento.
guna parte". La propuesta resulta mágica ("dicen que
siempre hay magia en el aire" según Benson),
Inevitable la referencia a las estrofas del re- explotando en el color y calor africano, trasla-
cordado tema de George Benson. dándonos por el musical, la ópera, el drama
Inevitable no pensar en aquel "All that jazz" épico y todo lo que se le ocurra a la inquieta
de Bob Fosse, si de Broadway se trata. Taymor. El rey del la selva convertido en el rey
de la sabana. El Simba / Hamlet ante la mara-

L
a avenida Broadway es qui- villosa aparición del espectro de su padre. Y la
zá la más famosa de las ca- venganza y las dudas sin, por supuesto, los ri-
lles de Manhattan, que in- betes sicológicos del príncipe de Dinamarca.
cluso se pierde por un cu- Taymor despliega una fantástica poética
rioso rincón del Bronx. Es, de lo ritual, del ciclo de la vida y de lo más in-
sin duda, el punto de refe- creíblemente humano en estos habitantes
rencia del circuito de los del más lejano mundo salvaje. Es el sentido
grandes musicales, llama- del espectáculo en su más preciso concepto
do distrito de los teatros, y de espectacularidad. Este leoncito consigue
formado por unas decenas de salas ubicadas emocionarnos desde lo más visceral. Y con-
preferentemente en una franja que com- sigue conmovernos desde esa belleza trans-
prende las calles 42 a 53 entre la 6ta y la 8va mitida en un juego visual, donde el espacio,
avenida. También da lugar al off Broadway, el vestuario, las máscaras, los títeres, las lu-
circuito de menor envergadura y fama y, por ces, la música, el canto, la actuación y el bai-
lo tanto, de producciones de más bajo costo le conjugan el mismo verbo.
y mayor variedad de propuestas. Aquí diría- La Taymor nos cuenta esta hermosa histo-
mos calle Corrientes y el off Corrientes, aun- ria paseándonos por su galería de cuadros y
que en NY también existe el off off Broadway, su contundente paleta de composición y co-
con salas de no más de 100 butacas (algo más lor. Y aunque este rey haya nacido aquí "on
cercano a nuestro teatro independiente). Broadway" hace más de trece años, la enor-
Deambular por Manhattan y no regresar me calidad del producto lo convierte en ac-
con una experiencia en esos teatros por don- tual y recomendable para aquel viajero que
de han pasado Marlon Brando, Orson Welles, Fonda y también a Nureyev. En su escenario una obligatoria parada en el hall y su exce- quiera tatuarse un recuerdo en el corazón.
Groucho Marx, James Dean, Katharine Hep- se representaron emblemáticos productos lente visión de la gran vía blanca donde nun- Por último, y ante tanta belleza, es inevita-
burn y tantos otros, resultaría un poquito irre- broadwaynianos como "West side history", ca oscurece, nos sumergimos en la magia de ble, luego de reponerse emocionalmente, apu-
verente. o "Cabaret" o "Sweet Charity". Y desde junio esta adaptación made in Broadway del Ham- rar el paso hacia el store del teatro y comprar
Pero Broadway no es sólo esas grandes pro- de 2006 alberga la versión musical de "El Rey let de la sabana africana. alguna chucheria que mantenga presente esa
ducciones que año tras año compiten por el León", quizá la más taquillera de las pelícu- "The Lion King" es una versión de la di- magia. Es el consumo en Broadway. Pero no
Tony y perduran en algunos casos décadas las del imperio de don Walt. Esta obra se es- rectora y escenógrafa Julie Taymor, residen- es una réplica de la famosa estatua ni un mu-
en cartel. Es, además, el Times Square. Son trenó en Broadway en noviembre de 1997, y te en Broadway y responsable de versiones ñequito del devaluado Nobel de la Paz. Es un
las brillantes luces de neón de Benson que es la segunda producción de Disney en lle- del "Tito Andrónico" (Titus en cine), "La Tem- hermoso peluche de Simba. Y tiene un desti-
los años reemplazaron por inmensas panta- gar al Distrito Teatral después de "La Bella y pestad" y "La Fierecilla Domada", entre al- natario. Es Shakespeare on Broadway. Aun-
llas de leds. Es la librería "Drama", exclusivo la Bestia". gunos de sus trabajos en teatro, cine y ópe- que caminemos deslumbrados por las luces
espacio para teatreros con sus estanterías re- Hasta aquí habíamos llegado con nuestros ra. Otra vez Shakespeare. Y el Hamlet de Dis- y tengamos suficiente para comer.
pletas de ensayos sobre Shakespeare y un tickets adquiridos en la previa del viaje, ba- ney en Broadway. La propuesta de Taymor es
merchandising que incluye hasta títeres del rajando distintas alternativas para eludir la arriesgada, incluso por sobre la decisión de Inevitable no recordar a Joe Gideon mon-
genial dramaturgo, e imanes de sus tragedias irreverencia. Habíamos sorteado el mer- trasladar al teatro un éxito descomunal del tando su musical en Broadway. Como Bob
más famosas. Es también "Strand Books", una chandising inicial cine animado. Fosse montaba su Chicago. También en Bro-
más lejana librería sobre la Broadway Av. que (para los neoyorki- Este rey propone adway.
repite el inesperado esquema de enormes es- nos todo parece dig- una puesta con un
tanterías dedicadas al autor de Hamlet. Y es no de consumo: aprovechamiento in- "Dicen que las chicas son alguna otra cosa
el "Hard Rock" en su versión original y sus desde las remeras tegral de todos los En Broadway
recuerdos de rockeros famosos (sigo impre- con el escudo de la procedimientos te- Pero mirando a ellos sólo me da el blues
sionado con el bajo de Jack Bruce, a quien re- policía de la tole- atrales posibles en el Porque como vas a hacer algo de tiempo
cuerdo como el destripador del trío Cream). rancia cero, hasta las escenario del Mins- Cuando todo lo que tienes es una moneda de
Y es el museo de Ripley. y el de cera de Ma- simpáticas gorritas koff. Y todos visibles diez centavos
dame Tussauds, sobre la 42 st. del bodegón texano al espectador. Acto- Y una moneda de diez centavos ni siquiera
Y en el corazón del distrito, a pasitos del Ti- Virgil's, pasando por res con trajes tradi- el brillo de su calzado".
mes Square y su parafernalia lumínica, en- supuesto por los cionales africanos y
contramos el "Minskoff Theatre". Inaugura- hermosos peluches máscaras de anima-
do en 1973, recibió a Charles Aznavour en los de los animalitos del les (y no actores ca- Claudio Cogo.
70, y a Tonny Bennet y Lena Horne y a Henry musical). Luego de racterizados como Integrante del centro cultural viejo almacén El Obrero

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