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Profeta Como Marido (S.a.w.s.)
Profeta Como Marido (S.a.w.s.)
El Mensajero de Al·lâh, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él,
las hizo felices a todas ellas porque sabía cómo tratar a la mujer, pen-
etrar en su alma sensible y tratarla con una cálida pasión ayudándola a
trabajar para su religión y su vida.
De allí, hermanos, me vino la idea de esta serie «En la Casa del Men-
sajero» que dedico a todo marido y a toda esposa que se alejó, pero que
aspira a recuperar el amor… Mi deseo es que sigáis esta serie… ¡y que
Al·lâh os bendiga!
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Todo aquel que se fije con rigor en el campo de las relaciones familiares
en la vida del bienamado Mohammad (SAAWS), que los Rezos y la Paz
de Al·lâh sean sobre él, observará que hay muchas cosas que necesita-
mos de una manera imperiosa en nuestra realidad actual, y que si las
lleváramos a la práctica, conducirían a estabilizar nuestros hogares, y
a fortalecer nuestras relaciones matrimoniales. Y vamos a dar algunos
ejemplos en este trabajo acerca del respeto del Profeta (SAAWS), que
los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, a los sentimientos de la esposa
y su apreciación, y cómo manifestaba su amor a sus mujeres. Y así, la
señora ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, preguntó al Profeta
(SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, ¿cómo es tu
amor hacia mi? Entonces dijo, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean so-
bre él, «como el trenzado de una cuerda» entonces le preguntó: «¿como
es el trenzado de una cuerda?» le dijo: «es invariable»... es decir, no se
altera. Y el Profeta (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean so
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bre él, describió a ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, describió
su amor como el trenzado de la cuerda, es decir, el amor seguía estando
entrelazado en su corazón, y aquellas palabras, sin duda, han hecho que
la esposa sintiera felicidad al saber los sentimientos de su marido, con
la descripción mencionada. E imaginamos los sentimientos de ‘Âisha,
que Al·lâh esté complacido con ella, y la felicidad que sintió cuando oyó
aquellas
palabras, a pesar de que ella supiera de antemano que para el amado
Mohammad (SAAWS), que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él,
ella era su amor preferido. También, ella le oyó muchas veces diciendo
que ella es la favorita entre todas las mujeres, como la preferencia de las
gachas de avena sobre las otras comidas.
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Algunas de las artes de forjar el amor por parte del Mensajero de Al·lâh,
que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él:
El imam Al- Bujârî relata que ‘Âisha dijo: «Yo perfumaba al Mensajero
de Al·lâh con el mejor perfume que tenía hasta que encontraba las go-
tas del perfume en su cabeza y su barba». Al- Bujârî también relata que
‘Âisha dijo: «Yo peinaba al Mensajero de Al·lâh estando con la regla»
Dijo Ibn ‘Abbâs: «Yo me atavío para mi mujer como ella lo hace para mí
y no me gusta excederme en conseguir los derechos que yo tengo para
que ella tampoco lo haga con respecto a mí. Dice Al·lâh, Enaltecido
sea: [Y ellas tiene tantos derechos como deberes]». Un día vino al Califa
‘Omar, que Al·lâh esté complacido con él, un hombre con una aparien-
cia muy sucia y muy desordenada, con su mujer que le dijo: «¡No quiero
quedarme con él!». Omar supo que la mujer no aguantaba a su marido.
Entonces mandó al hombre para que se duchara y se cortara el pelo y
las uñas. Y cuando regresó el hombre, su mujer se quedo sorprendida y
no lo reconoció al principio, pero tras asegurarse de que era su marido,
se acercó a él, lo besó y cambió de opinión. Anuló su petición de di-
vorcio. Entonces, dijo Omar: «¡Hombres! Engalanaos para las mujeres,
pues juro que a ellas les gusta que os engalanéis tanto como os gusta a
vosotros verlas engalanadas.»
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El Mensajero de Al·lâh, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él,
era muy agradable en su convivencia
Además el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, dejó
sentado que el mejor prototipo de hombre es aquel que mejor sabe con-
vivir con su esposa. Dijo: «El mejor de vosotros es quien mejor se com
En cuanto al amor del Profeta hacia sus esposas, cuenta Anas Ibnu Mâ-
lik – que Al·lâh esté complacido con él:
En cuanto a su galantería con sus esposas, Relató ‘Âisha, que Al·lâh esté
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complacido con ella:
«A veces jugaba con las chicas, en casa del Profeta (SAAWS), y eran
unas amigas con las que solía jugar, y cuando entraba él (SAAWS) se
apartaban ante su presencia, y entonces las instaba a permanecer y se
quedaban a jugar conmigo» Narrado por Al·Bujârî en «La ética».
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La indulgencia del Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre
él, ante las ofensas de sus esposas:
3- Relata Anas, que Al·lâh esté complacido con él, quien dijo: «el Pro-
feta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, estaba en casa de
una de sus esposas, y otra esposa envió una bandeja de comida, entonces
la mujer en cuya casa estaba el Profeta empujó la mano del criado que
llevaba la bandeja, y ésta cayó al suelo y se rompió. Entonces el Profeta,
que los Rezos y la Paz sean sobre él, reunió las partes rotas de la bandeja
y puso en ellas la comida que estaba en la bandeja, y dijo a sus compa-
ñeros que estaban presentes: «Un simple ataque de celos de vuestra
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madre», después pidió al sirviente que trajera una buen estado para
bandeja en entregársela a su otra esposa y dejó la bandeja rota en la casa
de la que rompió la bandeja». Relatado por Al Bujârî.
Fijaos hasta qué punto llega la paciencia del Profeta con sus esposas,
hasta el punto de que alguna de sus esposas deja de hablarle durante
todo el día, o deja de mencionar su honrado nombre, y a pesar de todo
ello, él perdona, se muestra paciente y todo esto, teniendo la posibilidad
de separarse de ellas, siendo que Al·lâh se las habría reemplazado por
otras mejores… ((musulmanas, creyentes, devotas, obedientes, de fácil
arrepentimiento, adoradoras fervientes y ayunantes, ya hubieran es-
tado casadas antes o fueran vírgenes)) tal y como se lo prometió Al·lâh,
Glorificado y Enaltecido sea, pero el Profeta era piadoso y misericor-
dioso, perdonaba y exculpaba y cuanto mayor era el daño que la gente
le producía, él era aún más afable.
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Y otra de las formas de fidelidad con ellas fue cuando fue revelado sobre
el Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, el versículo
coránico de la elección: [¡Profeta! Di a tus esposas: «Si deseáis la vida
mundana y su ornato, ¡venid, que os proveeré y os dejaré en libertad
decorosamente!] (La Coalición: 28). Entonces el Profeta empezó con
‘Âisha y le dijo: «Te voy a mencionar un asunto, pero no te precipites
en tu decisión hasta pedir autorización a tus padres…» (Al Bujârî). Por
temor a que eligiera el ornato de la vida por su corta edad, y perder así
grandes beneficios en esta vida y en la última, pero ella era más cauta en
relación a su propio bien que sus propios padres, y contestó al Profeta,
que los Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él: «¡¿En esto debo consultar
a mis padres?! Pues yo quiero a Al·lâh, a su Profeta y a la última vida.»
Y ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella, le había dicho después de
haber elegido a Al·lâh y a su Mensajero: «Te pido que no digas a ningu
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a equidad del Profeta entre sus esposas sigue el mismo patrón que el de
su buen comportamiento, generosidad y amabilidad. Su equidad provi-
ene de un sentimiento de responsabilidad y de su naturaleza innata con
la que Al·lâh le creó dotándolo de amor a la verdad y a la justicia.
Otro gesto de la equidad del Profeta, que los Rezos y la Paz de Al·lâh
sean con él, es que cuando se casaba de nuevo, permanecía con la nueva
esposa tres noches para acompañarla en su nueva casa, y luego le asign-
aba un turno como al resto. Cuenta Ummu Salma, que Al·lâh esté com-
placido con ella que el Profeta (SAAWS) permaneció con ella tres días,
y entonces le dijo: «…Si quieres permanezco siete días, y si lo hago lo
tendré que hacer con las restantes». Le dijo: «basta con tres días». Nar-
rado por Muslim.
Y a pesar de la gran justicia del Profeta con sus esposas en todo lo que él
poseía (gastando, como compañero, conviviendo,…), siempre pedía el
perdón de Al·lâh, Alabado y Enaltecido sea, por todo lo que no poseía.
Dijo ‘Âisha, que Al·lâh esté complacido con ella: «El Profeta, que los
Rezos y la Paz de Al·lâh sean sobre él, repartía con justicia y decía:
¡Al·lâh! Este es mi reparto en lo que poseo, no me reprendas en lo que
Tú posees y no poseo» (Relató Abû Dâwûd). Y el Profeta se refería al
corazón tal y como lo interpretó Abû Dâwûd, o al amor según la inter-
pretación de At·Tirmidî. Pues el Profeta actuaba con total justicia en
el sentido material porque está en sus manos, pero los corazones y los
sentimientos solamente Al·lâh posee su control, y este amor era mayor
hacia ‘Âisha y esto es algo sobre lo que no tenía dominio. Y a pesar
de ello siempre rogaba a Al·lâh que le perdonase el hecho de amar a
unas más que a otras, lo cual concuerda con lo que dice Al·lâh, Alabado
y Enaltecido sea: […Y los que realizan sus buenos actos pero siguen
con temor porque saben que ellos regresarán a su Señor] La Sura de Al
Múminún (Los creyentes) 60.
Lo que indica que el asunto de la justicia entre las esposas es muy im-
portante tal como lo expresa en otro dicho el Profeta, que los Rezos y
la Paz de Al·lâh sean sobre él: «Quien esté casado con dos mujeres y no
actúa con justicia con ellas, vendrá el día del juicio final con la mitad de
su cuerpo caída o inclinada». Narrado por Abû Dâwûd.
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El Profeta instó a los hombres a mantener una buena relación con sus
esposas.
El Profeta (la paz sea con él) mostró a su nación cómo debía ser la vida
en común entre los cónyuges, por sus discursos, así como por sus accio-
nes. Han sido citados muchos Hadices de nuestro Profeta Muhammad
(la paz sea con él) sobre este asunto, y hemos seleccionado algunos,
como sigue:
El Profeta (la paz sea con él) hizo el vínculo entre la recomendación
que hizo para las mujeres y la muestra de su verdadera naturaleza, a fin
de fortalecer y de aceptar su recomendación. En efecto, si el carácter
de la mujer muestra alguna distorsión, el hombre tiene la obligación de
ejercitar la paciencia hacia ella, y no esperar que sea derecha de forma
espontánea porque está actuando por su propia naturaleza.
El Profeta (la paz sea con él) reiteró su recomendación para la mujer
porque él conocía bien su naturaleza. Esta naturaleza no puede ser tol-
erada por algunos de los hombres que no tienen control sobre sí mismos
cuando se enfadan, por lo que su intolerancia sobre la tortuosidad de las
mujeres les lleva a ellos al divorcio y, por consiguiente, pierden a sus
esposas y dispersan a sus familiares.
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Otro poeta dijo: “El que intenta utilizar las cosas más allá de su natura-
leza es como el que quiere una antorcha de fuego en el agua.”
Por lo tanto, en otro Hadiz, el Profeta (la paz sea con él) ha dirigido a las
parejas a lo que es beneficioso para sus familias, diciendo:
- El Profeta (la paz sea con él) dijo también: “El creyente que tenga la
más perfecta fe es el que tiene la mejor moral y el que es más amable
hacia su familia.” Narrada por Al Tirmidhi y otros.
5 - El Profeta (la paz sea con él) dijo también: “El mejor de ustedes es
el que es mejor con su familia, y yo soy el mejor de ustedes con mi fa-
milia.”
6 - El Profeta (la paz sea con él) también dijo: “Todo lo que no impli-
que la alabanza a Allah, es vanidad o negligencia, salvo cuatro cosas: el
ejercicio de
tiro, entrenar con el caballo, jugar con su familia y el aprendizaje de la
natación.” Narrado por Al Nasai.
Muhammad (la paz sea con él) disciplina a sus esposas si es necesario.
Sin embargo, a pesar de las buenas relaciones, aprobada por el Profeta
(la paz sea con él) con sus esposas, Madres de los creyentes (Allah esté
complacido con ellas) y la conmiseración, misericordia, ternura y deli-
cadeza, el querido Profeta no era siempre de este estilo en todas las cir-
cunstancias, porque el Profeta (la paz sea con él) fue sabio y prudente,
puso cada acto en el lugar que le corresponde y tomó la actitud correcta
El Profeta (la paz sea con él) ha aplicado esta forma con su familia para
enseñar a los musulmanes la manera correcta de la educación y discip-
lina como él les enseñó a ser amables y benevolentes con sus familias.
Cuando las esposas del Profeta (la paz sea con él) le pidieron que gastara
en ellas más que los límites normales, y querían que disfrutara de más
placeres y delicias
en esta vida transitoria más allá de lo que el Profeta (la paz sea con él)
determinó y eligió para él mismo, las dejó por un mes hasta que Allah
Todopoderoso Reveló esta Aleya: “¡Profeta! Di a tus esposas: ‘Si deseáis
la vida de acá y su ornato, ¡venid, que os proveeré y os dejaré en liber-
tad decorosamente! Pero, si buscáis a Allah, a Su Enviado y la Morada
Postrera, entonces, Allah ha preparado una recompensa magnífica para
aquéllas de vosotras que hagan el bien.’” Sura Al Ahzab (de los Coliga-
dos): 28 – 29.
El Profeta (la paz sea con él) era de esta manera si el asunto requería
determinación en el trato con sus esposas, como en el caso de cometer
cualquier error religioso que no pudiese ser ignorado. En tal caso, el
Profeta (la paz sea con él) denunciaba tales errores sin tener ninguna
consideración con nada, excepto el placer de Allah Todopoderoso; más
aún, el utilizaba varios métodos como la predicación, dirección, atemo-
rización, y el enojo según las circunstancias de cada caso.
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