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JUAN PABLO, PESCADOR

Pescador, Cristo te hizo pescador: Indícanos dónde encontrarlo para ser con Él felices
como tú.

Voy navegando sin timón en mar abierto, me abandona la razón, apenas y sobrevivo
como un niño perdido, busco algo que no hay en mi interior.
Mas, de repente llegas tú, y en tu palabra el faro de la blanca luz. Llévame a puerto
seguro, donde haya un futuro, donde exista un cielo más azul.

Coro
Tu palabra es la esperanza que buscamos tantas almas. Pescador, tú serás el viento
nuevo, tú serás el amigo que nos lleve a un mundo nuevo en tu gran corazón
infinito, en tu gran corazón infinito.

Sí, cuesta a veces continuar en el naufragio y entre tanta oscuridad. En medio de un mar
que calla y la fe que nos falta, voy en busca de un poco de paz.
Mas, de repente llegas tú, y en tu palabra el faro de la blanca luz. Llévame a puerto
seguro, donde haya un futuro, donde exista un cielo más azul.

Coro x 2

UN HOMBRE VENIDO DE MUY LEJOS


(Amedeo Minghi)

Un hombre venido de un mundo lejano, recuerdan sus ojos los campos de grano, el viento
de Auschwitz en su corazón mientras escribía poesías de amor, amor que nace desde el
alma de un hombre, Por todos los hombres.

Un hombre venido de un mundo lejano, llevaba el dolor y un libro en sus manos, alguien
disparó y yo aquel día he llorado, mas todo el mundo se quedó a su lado, la gente allí su
corazón descubre pues la verdad no muere.

Un hombre que parte, vestido de blanco, por mil y un países mas nunca cansado,
esconde en sus ojos un dolor profundo, al ver los caminos errados del mundo, la guerra y
la gente que cambia su vida, es la verdad perdida...

Va, dulce, grande hombre, va. Va y habla de la libertad, va, donde guerra y hambre
sin piedad han matado hasta la dignidad, va y recuerda a este corazón, va y
recuerda a este corazón. Que Caín soy también yo.

Del Este ha llegado el toque de una corneta, el mundo se para, algo pasa que cambia, y
el pueblo que grita: “Queremos a Dios, la libertad es un regalo suyo”. Tú abres los
brazos, y animas a los hijos a ser todos hermanos.

Va, dulce, grande hombre, va. Va, habla de la libertad, va, donde el hombre tiene por
hermana sólo lepra y moscas en la cara. Va y recuerda a este corazón, va y
recuerda a este corazón...
Que Caín soy también yo (2 veces)
JUAN PABLO, PESCADOR
Pescador, Cristo te hizo pescador: Indícanos dónde encontrarlo para ser con Él felices
como tú.

Voy navegando sin timón en mar abierto, me abandona la razón, apenas y sobrevivo
como un niño perdido, busco algo que no hay en mi interior.
Mas, de repente llegas tú, y en tu palabra el faro de la blanca luz. Llévame a puerto
seguro, donde haya un futuro, donde exista un cielo más azul.

Coro
Tu palabra es la esperanza que buscamos tantas almas. Pescador, tú serás el viento
nuevo, tú serás el amigo que nos lleve a un mundo nuevo en tu gran corazón
infinito, en tu gran corazón infinito.

Sí, cuesta a veces continuar en el naufragio y entre tanta oscuridad. En medio de un mar
que calla y la fe que nos falta, voy en busca de un poco de paz.
Mas, de repente llegas tú, y en tu palabra el faro de la blanca luz. Llévame a puerto
seguro, donde haya un futuro, donde exista un cielo más azul.

Coro x 2

UN HOMBRE VENIDO DE MUY LEJOS


(Amedeo Minghi)

Un hombre venido de un mundo lejano, recuerdan sus ojos los campos de grano, el viento
de Auschwitz en su corazón mientras escribía poesías de amor, amor que nace desde el
alma de un hombre, Por todos los hombres.

Un hombre venido de un mundo lejano, llevaba el dolor y un libro en sus manos, alguien
disparó y yo aquel día he llorado, mas todo el mundo se quedó a su lado, la gente allí su
corazón descubre pues la verdad no muere.

Un hombre que parte, vestido de blanco, por mil y un países mas nunca cansado,
esconde en sus ojos un dolor profundo, al ver los caminos errados del mundo, la guerra y
la gente que cambia su vida, es la verdad perdida...

Va, dulce, grande hombre, va. Va y habla de la libertad, va, donde guerra y hambre
sin piedad han matado hasta la dignidad, va y recuerda a este corazón, va y
recuerda a este corazón. Que Caín soy también yo.

Del Este ha llegado el toque de una corneta, el mundo se para, algo pasa que cambia, y
el pueblo que grita: “Queremos a Dios, la libertad es un regalo suyo”. Tú abres los
brazos, y animas a los hijos a ser todos hermanos.

Va, dulce, grande hombre, va. Va, habla de la libertad, va, donde el hombre tiene por
hermana sólo lepra y moscas en la cara. Va y recuerda a este corazón, va y
recuerda a este corazón...
Que Caín soy también yo (2 veces)

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