Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron.
Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate" Lucas 7:14
Introducción:
Quiero mencionar en esta ocasión tres resurrecciones específicas que
hizo Jesús y hacer una analogía de tres situaciones diferentes en que se puede encontrar un creyente que ha muerto espiritualmente.
1. La hija de Jairo (Mr. 5:22-23)
a. Jairo buscó a Jesús porque su hija estaba agonizando y creía
que si Jesús ponía sus manos sobre ella sería sana. Jairo representa a los padres que oran por sus hijos, que necesitan un toque del Señor. El hecho de que la hija estuviera agonizando es un ejemplo del cristiano que está a punto de desmayar, que ya no tiene fuerzas para seguir adelante. Jairo también representa a la iglesia que quiere que Jesús toque a los jóvenes y haya un avivamiento en sus vidas. Avivamiento significa "volver a vivir". b. La niña no tenía fuerzas para buscar al Señor: Pero tuvo un padre que se esforzó. cuando veas que un joven esté débil, tú que eres más fuerte llama al Señor, ayuda a ese joven (v.22), ruega al Señor para que lo sane. c. A pesar de las dificultades: Se presenta cuando la mujer del flujo de sangre aparece y esto hace que Jesús se demore. Podemos percibir la desesperación de Jairo, pero tenemos que saber que Dios tiene el control: Jesús se demora, pero no llega tarde. d. La hija de Jairo murió: (v.35) Viene la incredulidad, se pierde toda esperanza; pero aunque creas que todo terminó y que los demás te dicen: "ya no molestes más al maestro", escucha hoy la voz del Señor que te dice: "¡No temas, cree solamente" (v.36). e. Jesús llegó a la casa donde está la joven muerta: Alguien puede estar en la casa y estar muerto, alguien puede venir a los cultos, cantar, escuchar, pero no sentir nada, su vida es un desierto, es vacía; pero aún está en la casa de Dios y es mejor que esté aquí en la iglesia, porque aquí se puede restaurar, aquí en la iglesia hay vida. Jesús revivió a la hija de Jairo, estando en la casa (v.41) y le dijo: "Niña a tí te digo: Levántate". Tu qué estas en la casa, levántate!, sigue adelante, aviva el fuego, no desmayes.
2. El hijo de la viuda de Nahím (Lucas 7:11-17)
Otro caso de resurrección lo vemos en la ciudad de Nahím. Nahím significa "agradable", pero el ambiente no era agradable, al contrario era un ambiente de muerte, de llanto y dolor. Aquí había un joven muerto, que ya no estaba en la casa, ya lo iban a enterrar. Muchos ya no están en la casa de Dios, no volvieron a la iglesia, se apartaron del Señor y están muertos a punto de ser sepultados, pero para Dios no hay nada imposible y él puede darle vida. Jesús tocó el féretro y le dijo: "Joven, a tí te digo: Levántate". Aunque ya parezca que no hay esperanza, aunque todo se haya terminado, Jesús viene al encuentro y resucita al hijo de la viuda; todo vuelve a ser agradable, el llanto se vuelve gozo y alegría. El Señor hace nuevas todas las cosas.
3. Lázaro (Juan 11:17ss)
Otro caso de resurrección se vivió en la aldea de Betania, este caso si
era más grave. El cadáver de Lázaro no estaba en casa como la hija de Jairo, ni tampoco lo llevaban a enterrar como el hijo de la viuda de Nahím, ya llevaba 4 días de muerto y su cuerpo ya se estaba descomponiendo. Es la condición de una persona que no tiene esperanza ni de sus propias hermanas. María tenía fe para el pasado, porque le dijo a Jesús que si hubiera estado allí su hermano no hubiera muerto; también tenía fe para el futuro, porque le dijo a Jesús que ella sabía que su hermano resucitaría en el día postrero; pero no tenía fe para el presente. Jesús por eso le dice a María que si creía (Hoy) vería la gloria de Dios. Jesús resucitó a Lázaro y le dijo: Lázaro ven fuera.
Conclusión:
Jesús tiene el poder para levantar a un creyente que haya muerto
espiritualmente, si está todavía en la iglesia, aunque recién se haya alejado del Señor o si su condición es de muchos años de estar apartado. El es un Dios de amor y no quiere que nadie perezca, sino que sus hijos vuelvan a vivir el gozo de la salvación