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El eterno retorno del reformismo

Raúl Prada Alcoreza

Uno de los ideólogos revisionistas más criticados por Vladímir Ilich Lenin (1870-1924) fue
Eduard Bernstein (1850-1932), sobre todo por esta tesis hecha popular en el debate de la
socialdemocracia y difundida por el propio Berstein de que el programa no es nada y el
movimiento lo es todo. En Las premisas del socialismo y las tareas de la
socialdemocracia (1899), hace la crítica a las interpretaciones de Karl Marx (1818-1883) que
predicen la polarización, donde los ricos se hace más ricos y los pobres más pobres,
ensanchando abismalmente la desigualdad; Berstein cree que ocurre lo contrario. Bajo estas
premisas tiene una visión liberal de la política, considera que el sufragio universal es la
herramienta indispensable del proletariado. Mediante este recurso democrático se puede
ejercer influencia, estatizar empresas y desplegar cambios en beneficio de los trabajadores.
Bernstein renuncia al paradigma de la revolución, mas bien opta por un cambio gradual y
medido. Podríamos decir que el realismo político y el pragmatismo tienen una fuente y
referente importante en Berstein. Obviamente lo que está cuestionado desde esta perspectiva
es la tesis de la dictadura del proletariado. El horizonte histórico en el que se mueve es el de la
democracia burguesa, la larga transición al socialismo supone modificaciones detalladas y
multiformes. El teórico revisionista saca consecuencia de su tesis de que el movimiento lo es
todo, dice que una buena ley industrial puede ser mejor que un centenar de nacionalizaciones,
haciendo hincapié en el diseño técnico.

Esta relectura de las posiciones de Berstein es sugerente a la hora de compararlas con las
posiciones y los discursos legitimadores oficiales de una conducción realista, pragmática y
nacionalista. Los berstenianos contemporáneos eluden los grandes problemas de la lucha de
clases en el contexto del sistema-mundo capitalista, el que anuda la dominación y la
dependencia en las claves del imperialismo y la colonialidad, desconocen el problema y la
contradicción entre el diagrama colonial, que es imperialista y capitalista, y los proyectos de
emancipación de los pueblos de la periferia del sistema-mundo. Están lejos de entender que de
lo que se trata es de hacer el análisis específico del objeto específico y el análisis concreto de la
situación concreta. La lucha política, la lucha de clases concreta, pasa por la guerra anticolonial,
por lo tanto por la lectura descolonizadora. En vez de reconocer estas contradicciones
concretas, prefieren hablar en abstracto de una izquierda ideal y de una derecha absoluta,
olvidando que se trata de una metáfora y de términos relativos, dependiendo de la coyuntura
política. Derecha, en la coyuntura actual, es lo que se opone a la aplicación de la Constitución y
a la fundación del Estado plurinacional comunitario y autonómico. Derecha es la defensa de un
Estado-nación subalterno, que es la forma del Estado liberal y la condición en la periferia del
Estado colonial; maquinaria impuesta por el orden mundial para transferir la riquezas
naturales, circunscribiendo a los países del sur al modelo extractivista, en el mejor de los casos
al modelo neo-extractivista. No se pueda hablar en serio y honestamente de emancipación y
mucho menos en un sentido libertario, que tiene mas bien una acepción anarquista, cuando se
desconoce el contexto de las dominaciones del ciclo del capitalismo dominante, que es su
herencia colonial e imperialista. Estos nuevos revisionistas no sólo se oponen a la lucha
política, a la lucha de clases efectiva, sino que se convierten en los portavoces de la
restauración nacionalista al oponerse a la lucha descolonizadora.
Recurriendo a la interpretación dialéctica de Alain Baudin, en Teoría del sujeto, diremos que el
clivaje, el átomo que se desvía de su ruta, el recorrido fuera de lugar, que se opone al
emplazamiento, a lo que te ata al lugar, al Estado, es precisamente esta lucha nómada de los
movimientos indígenas que cuestionan la forma supuestamente universal, hegemónica y
dominante de la modernidad, abriéndose a otras modernidades alternativas.

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