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Cambio ¿De Gobierno o de Sistema?
Cambio ¿De Gobierno o de Sistema?
Lo cierto es que en el mundo de hoy, la teoría y la práctica indican que para elevar el nivel de vida
de la población excluida, es indispensable crecer para aumentar el tamaño de la producción por
persona, lo que a su vez requiere de inversión en capital físico y humano por parte del sector
privado o del Estado.
Las expectativas de los empresarios respecto al futuro juegan un rol determinante en sus decisiones
de inversión, pues la rentabilidad depende de los rendimientos esperados a lo largo de la vida útil de
los proyectos. Si sus expectativas son optimistas habrá más rentabilidad esperada, más inversión,
más empleo y más producción, pero si son pesimistas, habrá todo lo contrario.
La Teoría macroeconómica de largo plazo estudia las fuentes del crecimiento económico, que es
necesario mantener vigentes para que éste prosiga, y la política económica de largo plazo estudia
los determinantes del desarrollo económico, que se refiere a la eliminación de la desnutrición
infantil que haga posible la formación de capital humano, infraestructura, agua potable, electricidad,
innovación, economías externas y rendimientos crecientes que hacen que la población aumente su
potencialidad para extender sus capacidades y participar directamente como actores del crecimiento
económico y su distribución, haciendo que crecimiento y desarrollo vayan de la mano.
Este es el objetivo de fondo exigido por el pueblo peruano, para lo cual no es necesario sacrificar la
libertad económica y política posibilitada por la economía de mercado, pero si es indispensable
iniciar una intervención del estado orientada a maximizar el bienestar social, mediante la
eliminación de la corrupción, seguridad ciudadana, infraestructura, luz y agua potable, preservación
ambiental, regulación de los monopolios y una drástica reforma tributaria, que sin ahuyentar la
inversión nacional o extranjera, signifique una elevación de la recaudación, mediante mayores
impuestos a las ganancias extraordinarias de la minería y explotación minera, propiedad predial y
a la riqueza, para realizar cambios significativos percibidos por la población en la distribución del
ingreso mediante políticas de corto y largo plazo, orientadas a generar empleo productivo mejor
remunerado, disminución drástica de la desnutrición y anemia infantil, educación y salud de
calidad y erradicación de la pobreza extrema mediante programas sociales más efectivos, lo que
solo es posible con capacidad y honestidad. Esta es la tarea urgente del nuevo gobierno (o sistema).
El elector (y los candidatos) tienen la palabra y la decisión.