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AMAR CON LAS MANOS ABIERTAS

“Una persona compasiva, viendo que una mariposa luchaba por


liberarse de su crisálida y deseando ayudarla, con mucha delicadeza
soltó los filamentos, para formar un agujero. La mariposa fue liberada
emergió del capullo y aleteó a su alrededor, pero no pudo volar. Lo
que la persona compasiva no sabia era que solo a través del esfuerzo
y la lucha por salir, pueden fortalecerse las alas lo suficiente para
después volar. Cayó al suelo, jamás conoció la libertad y murió”

Ruth Stanford

“Yo te valoro, te respeto y confió que puedes tener o desarrollar la


fortaleza para llegar a ser todo lo que es posible que seas. Compartiré
tus lágrimas, pero no te pediré que no llores. Responderé a tus
necesidades, te consolaré y te daré afecto, pero no te llevaré del
brazo cuando puedas caminar solo. Estaré dispuesto a estar contigo
en tu dolor y soledad, pero no puedo suprimirlos de ti. Me esforzaré a
escuchar lo que quieres decir, pero no siempre estaremos de
acuerdo.

Algunas veces tendré rabia y cuando esto ocurra te lo diré


abiertamente, de modo que no se resienta la amistad por las
diferencias. No siempre podré estar contigo para oír lo que tienes que
decir, pero te lo diré abiertamente.

Estoy aprendiendo a decir esto, ya sea con palabras o acciones, con


los otros y contigo. A esto llamo amar con las manos abiertas”

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