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Hera era la esposa y hermana mayor de Zeus.

Su principal función era presidir como diosa de


los nacimientos y el matrimonio. Su equivalente en la mitología romana era Juno. Hera,
queriendo dar un buen ejemplo a los dioses y mortales, eligió la vaca como uno de sus
emblemas, porque son los animales más maternales. No queriendo ser vista tan simple como la
vaca, también eligió al pavo real y el león.[1]
Hera era hija de Rea y Crono, y fue tragada al nacer por éste debido a una profecía sobre que
uno de sus hijos le arrebataría el trono. Zeus se salvó gracias a un plan urdido por Rea y Gea: la
primera envolvió una piedra en pañales y se la dio a Crono en su lugar. Mientras tanto, Zeus
fue llevado a una cueva en Creta. Más tarde Rea dio a Crono un hierba que según le dijo le
haría completamente invencible, pero en realidad le hizo regurgitar a los otros cinco olímpicos:
Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón, así como la piedra. Cuando Zeus creció, desterró a
Crono al Tártaro, la sima más profunda del inframundo, pues los Titanes eran inmortales y no
podía matárseles.
Hera fue muy conocida por su naturaleza celosa y vengativa, principalmente contra las amantes
y la descendencia de Zeus, pero también contra los mortales con los que se cruzaba, como
Pelias. Paris, quien la ofendió al elegir a Afrodita como la diosa más bella, se ganó así su odio.
En Eubea se celebraba en ciclos de sesenta años el festival de la gran Daedala, consagrado a
Hera.

Leto, Artemisa y Apolo

Cuando Hera descubrió que Leto estaba embarazada y que su marido, Zeus, era el padre,
prohibió que Leto diera a luz en terra firma, es decir, el continente o cualquier isla del mar.
Leto encontró la isla flotante de Delos, que estaba rodeada de cisnes. La isla no era el
continente ni una isla real, y allí pudo dar a luz. Como gesto de gratitud, Delos fue sujetada con
cuatro pilares. Más tarde la isla fue santificada a Apolo. Alternativamente, Hera secuestró a
Ilitía, la diosa de los partos, para evitar que Leto diese a luz. Los demás dioses obligaron a Hera
a dejarla ir. De cualquier forma, primero nació Artemisa y ésta ayudó a nacer a Apolo. Algunas
versiones dicen que Artemisa ayudó a su madre a dar a luz a Apolo durante nueve días. Otra
variante afirma que Artemisa nació un día antes que Apolo, en la isla de Ortigia, y que ayudó a
Leto a cruzar el mar hasta Delos el día siguiente para dar a luz a Apolo.
En otra versión, se afirmaba que Hera había enviado a Pitón en persecución de Leto. El viento
Aquilón llevó a Leto hasta donde se encontraba Poseidón, que la salvó y cubrió la isla de
Ortigia con sus olas mientras Leto daba a luz a Apolo y Artemisa. Más tarde la isla de Ortigia
fue llamada Delos y Apolo mató a la serpiente Pitón para vengar los sufrimientos de su madre

Engaño de Zeus

Hera, junto con varios de los olímpicos (Apolo, Atenea, Poseidón) intentaron una vez destronar
a Zeus y adueñarse del Olimpo. Para eso encadenaron a Zeus a su lecho y alejaron de él su
rayo. Mientras discutían quién gobernaría el Olimpo, el centímano Briareo liberó a Zeus, y el
dios castigó a los usurpadores. Como castigo ejemplar, colgó a Hera desde el cielo, con sus
brazos encadenados a argollas de oro y un yunque atado a cada pie.
Los gritos lastimeros de Hera terminaron ablandando el corazón de Zeus, quien la liberó
posteriormente.

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