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CONFLICTO COLECTIVO DE CARÁCTER ECONÓMICO Y SOCIAL

INCONVENIENTES LABORALES

Cuando hablamos de los conflictos colectivos de carácter económico y social,


lo primero que se nos viene a la mente es “que nombre más extenso y
complicado”. Sin embargo, en la actualidad, el nombre le hace gala a lo que
sucede en la práctica con estos procesos, ya que son de extensa duración, de
complejo entendimiento y de poco uso en nuestro medio laboral.

Muchas de las razones por las que en nuestro país estos procesos no se
han desarrollado se debe a la poca evolución del derecho laboral colectivo y a
la falta de conocimiento que se tiene de dichos procesos.

El conflicto colectivo de carácter económico y social (CCCES), según el


Código de Trabajo Capítulo III, artículo 504 al 542, está reservado únicamente
a aquellos casos en que los trabajadores, debido a una necesidad colectiva y
común, buscan obtener una reivindicación económica y social de su patrono.

No se trata de un conflicto jurídico colectivo (donde lo que se podría discutir


es la aplicación de una norma existente), sino más bien, es de carácter
económico o social que procura resolverse con la creación de una norma,
hasta ese momento inexistente.

El CCCES se compone de dos etapas: conciliación y arbitraje.

En la etapa de conciliación las partes tratan por sí mismas ponerse de


acuerdo, mediante la participación de un Tribunal de Conciliación; si no hay
acuerdo, las partes deciden si voluntariamente someten sus diferencias a un
arbitraje.

Este arbitraje solamente es obligatorio cuando el sector que está en conflicto


tiene impedido ir a huelga. Art 375 (clínicas, hospitales indispensables para la
salud)

Para formar los tribunales de conciliación y arbitraje el juez laboral debe


escoger de una lista de árbitros y conciliadores. El inconveniente es que estas
listas no se han logrado completar por falta de personas interesadas de formar
parte de ellas.

Para solventar este inconveniente, la Unión Costarricense de Cámaras y


Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) solicitó a sus afiliados
proponer candidatos para cumplir con el nombramiento de conciliadores y
árbitros.
Esta falta de nombramiento ha traído un grave inconveniente porque según
el CT, a partir de momento en que los trabajadores interponen el pliego de
peticiones que da inicio a la etapa de conciliación del CCCES, arranca una
protección a su favor y el patrono no puede proceder a ningún tipo de despido
de forma directa, sino que cualquier despido debe hacerlo con autorización del
juez laboral que está conociendo del CCCES.

Esperemos que esta situación se resuelva, las listas se completen a la


mayor brevedad y se pueda continuar con los procesos.

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