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Enero de 2011.

  

Es fácil encontrar manuales de urbanidad, pero ninguno como el que heredamos. En La Sallé,
tenemos ³Reglas de Cortesía y Urbanidad Cristiana´ que escribió, San Juan Bautista De La
Sallé,
Para uso de las escuelas lasallistas. En este manual el Fundador destina un capítulo para
explicar cuáles son las normas que una persona educada tendrá que aplicar cuando realiza
visitas.

En dicho texto, encontramos lo siguiente: ³Si se vive en el mundo, no puede uno permanecer
exento de hacer visitas de vez en cuando o de recibirlas´

Y agrega: ³La misma Virgen santa, aunque retirada, hizo una visita a su prima santa Isabel, y
se diría que si el Evangelio la relata con tanta amplitud no fue sino para que pudiera ser modelo
de las nuestras. También Jesucristo las hizo varias veces, por simple impulso de caridad, ya
que, por otra parte, no tenía ninguna obligación de hacerlas´.

En esta parte, si así lo consideras, puedes compartirlo con tu familia o platicar con tu titular, con
el fin de entender con mayor claridad la siguiente idea: ³Para saber claramente y discernir en
qué ocasiones se deben hacer visitas, hay que convencerse de que la cortesía cristiana no
debe regularse en esto sino por la justicia y la caridad; y que no puede exigir que se hagan
visitas si no es por la necesidad, o para dar alguna muestra de respeto, o para mantener la
unión y la caridad´.

Lo que leerán a continuación llama, de manera especial, la atención, sobretodo, en un mundo


en el que vivimos; leamos lo siguiente: ³Cuando alguien siente odio y aversión hacia otra
persona, ambos están obligados de acuerdo con las normas del Evangelio, a visitarse para
reconciliarse y vivir totalmente en paz´. Aquí termina la cita y queda claro que el Señor De La
Sallé se preocupa por la eficacia hasta en el más mínimo detalle de la Cortesía e inclusive va
mucho más allá de lamerá relación de atención y respeto a los demás.

Por esta vez, concluyo esta nota con lo siguiente: ³La cortesía cristiana se regula en las visitas
por la caridad, cuando se hacen bien sea para contribuir a la salvación del prójimo, de cualquier
modo que sea, ya para prestarle algún servicio temporal, ya para expresarle sus respetos, o
para conservar con él unión plenamente cristiana´.

¿Qué les parece? Podemos estar o no de acuerdo con la lectura anterior, pero de lo que no
queda duda es de que si nos relacionáramos con los demás como propone nuestro Fundador
este mundo, sin duda, sería diferente.



 


      

 

 


  

  

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