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Arrestos segregacionistas en tiempos de crisis neoliberal.

Por: Aldo Callalli Pimentel.

Lima-Perú.
adelantecronopio@hotmail.com
http://cronopiocortazar.blogspot.com

Más de dos centurias nos separan de aquel histórico Congreso en Filadelfia donde se
consagró la independencia norteamericana. Recuerdo una frase de Benjamín Franklin

respecto del nacimiento de una nueva nación circunscrita a los rigores de una Constitución

abierta al progreso: Where liberty dwells, there is my country, Donde mora la libertad allí

está la patria. Los cimientos de la democracia tienen como correlato un soporte jurídico

basado en la primacía de la constitucionalidad de las leyes. En mérito a ello, creo que la

actual normativa en materia migratoria no responde a principios con basamentos

constitucionales, sino más bien reproduce un estado de paroxismo en el espacio político de

los grupos de poder.


Ahora, esta cacería de brujas por parte del Estado de Arizona en contra de los

indocumentados evidencia una creciente radicalización de un programa racista desde los

sectores más conservadores del establishment. Esta paranoia decimonónica tuvo en Samuel

Huntington a uno de sus principales incendiarios. En un artículo de ciencia política (The

mexican challenge, En: Foreign Policy, march/april, 2004) llegó a sentenciar acerca de la

necesidad de parar a como dé lugar el atrevimiento de los latinos indocumentados. El temor

del desaparecido profesor de Harvard no fue otro que el inminente mestizaje de

Norteamérica. La identidad histórica no es un mamotreto inamovible, es más bien una

síntesis sistémica sujeta a profundos cambios.

Por ello, creo que el punto de quiebre de esta etapa histórica la constituye no sólo el
accionar político y social, sino también la dinámica cultural y la incidencia económica de

los migrantes. Los arrestos segregacionistas siempre surgen en tiempos de crisis

económicas. Recordemos sino los fascismos de la posguerra en Europa. En suma, la


normativa migratoria de Arizona es en lo ideológico la consolidación de la ultraderecha en

tiempos de crisis financiera; la cual por cierto fue provocada por los banqueros y

especuladores WASP. En lo político evidencia una total actitud blandengue por parte de la

administración Obama. Es el momento de sacar las castañas del fuego. Hace falta una

legislación federal en materia de migración que tenga como faro la Constitución. En ningún

caso se puede permitir un quiebre de la juridicidad de las leyes.

De este modo se pondrá freno a los arrebatos decimonónicos de la derecha conservadora


que incluso está pensando en doblegar los cimientos de la Decimocuarta Enmienda, donde

expresamente se defiende la categoría de ciudadano de todo ser humano nacido en EEUU.

Bajo todo concepto el mestizaje es parte de una dinámica propia de los pueblos en

crecimiento y desarrollo por las vías de la democracia, que congrega no sólo consensos,

sino también perspectivas diferentes en una misma ruta hacia el progreso social. Pues, es

así; donde mora la libertad, allí está la patria. La patria para todos. God Bless

undocumented migrants!

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