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Los mejores efectos especiales

Piratas del Caribe Los responsables de los efectos especiales de la


segunda parte de Piratas del Caribe, ganadores este año del Oscar en su
apartado, se ganaron a pulso ese dorado premio ya que, con respecto a la
primera entrega de la serie, añadieron unos 450 más. La estrella del film
era, sin lugar a dudas, Kraken, un pulpo gigante, verdadero azote de los
barcos que surcaban los mares que atacaba sin piedad a la fantasmagórica
Perla Negra. Un cefalópodo que fue creado, por supuesto, digitalmente.
Pero para la tercera entrega de la serie, que se estrenará el 24 de mayo, los
responsables de la película prometen unos efectos especiales, si cabe, aún
más espectaculares. Se habla, sobre todo, de una gran batalla naval en
mitad de una devastadora tormenta. Para rodar esta grandilocuente escena
se construyeron en primer lugar, en un gran hangar situado a más de cien
kilómetros de Los Ángeles, réplicas prácticamente a escala real tanto de la
Perla Negra, el barco de los piratas, como de los otros buques implacados
en la batalla. Los actores, especialistas y extras, situados sobre la cubierta,
tenían que soportar tanto el vaiven al que se sometía a las naves, como la
lluvia y el viento que surgían de aspersores y de una especie de grandes
ventiladores que recreaban parte de la tormenta. Los barcos, por su parte,
estaban rodeados por grandes lonas de color azul, llamadas pantallas de
croma, impreescindibles para que, después de rodar las tomas, se incluyan
los efectos digitales necesarios para completar la secuencia. En otras partes
del rodaje la mayor parte del equipo tenía que actuar “nadando”
literalmente en grandes piscinas rellenas de pelotas de color azul que les
cubrían más de medio cuerpo. Y es que así son algunos de los peajes que
tienen que soportar hoy en día los actores cuando tienen que rodar películas
de acción y aventuras.
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Forrest Gump Los efectos digitales generados por ordenador


comenzaron a hacerse muy populares en el cine después del estreno de
Forrest Gump, la película dirigida por Robert Zemeckis en 1993. Allí, al
comienzo del film, la cámara seguía a una pequeña pluma, creada por
ordenador que se posada al lado de de Tom Hanks. Era el arranque de todo
un despligue de efectos digitales que hacían posible que el bueno de Forrest
apareciera junto a personas reales como John Lennon o el presidente
Kennedy. Para esta secuencia, por ejemplo, se tomaron imágenes reales del
Presidente de tres fuentes distintas. En una de ellas saludaba a un equipo de
fútbol americano. Por medio de un proceso de digitalización por ordenador
se aisló y se extrajo la figura de Kennedy y después la incluyeron dentro de
una serie de imágenes de la Casa Blanca rodadas por el equipo de
producción de la película. Estos pequeños milagros demostraron que las
nuevas tecnologías digitales generadas por ordenador se habían convertido
en una herramienta que, además, abarataba los costes.

Matrix Los directores de la película, los hermanos Wachowsky,


quiseron llevar hasta el límite de lo posible todo aquello que habían
imaginado: personajes suspendidos en el aire, giros y movimientos de
cámara hasta ese momento imposibles, escenarios que parecen congelados
en el espacio y en el tiempo. Para conseguir estos efectos se utilizó una
cámara superlenta que captaba hasta 12.000 fotogramas por segundo lo que
permitía a los relizadores una flexibilidad casi ilimitada en el control de la
velocidad y el movimiento en la pantalla. “Había escenas, según explicaban
los directores de la saga, en que utilizabamos varias cámaras que sólo
tomaban fotos fijas. Esas fotos se escaneaban luego en el ordenador lo que
creaba una tira de imágenes, similares a las transparencias de animación. El
ordenador después generaba dibujos intermedios de las susodichas
imágenes de modo similar a como los animadores dibujan los fotogramas
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de un film de animación para mover a los personajes de una pose a otra. El


resultado final es que la serie completa de esas imágenes podía pasarse ante
los ojos del espectador tan rápida o tan lentamente como quisiéramos”.
Los resultados visuales de Matrix fueron efectivamente sorprendentes y las
escenas de acción, unidas a una cuidada coreografía, deslumbraron a
millones de espectadores.

Gollum y King Kong ¿Cómo se logró que un personaje virtual como


Gollum en El señor de los anillos inquietara a los espectadores y que King
Kong, a lavez aterrorizara y diera lástima? Peter Jackson el director de la
trilogía de El señor de los anillos y de la nueva versión de King Kong
combinó la animación generada por ordenador y la llamada animación por
motion capture o captura de movimiento. Está técnica consiste en que un
actor interprete los movimientos del personaje y que por una serie de
sensores colocados sobre su cuerpo se transmitan a un ordenador para, más
tarde, incluirlos en el personaje que se quiere crear. Tanto en el caso de
Gollum como en el del gorila Kong el encargado de dotar de alma a esos
personajes fue un actor llamado Andy Serkis. Pero, naturalmente, hubo
grandes diferencias. En el caso de Gollum, sus expresiones faciales fueron
modeladas a partir de las proporcionadas por Serkis. Para lograr las
emociones de Kong, en cambio, no bastaba con capturar las expresiones del
actor y transferirlas al Kong generado por ordenador. Para resolver el
problema se diseñó un programa que les permitió transferir emociones
humanas a la expresión de un gorila. Gracias a esta solución los sensores
colocados en la cara de Andy Serkis podían comunicar la mayoría de las
emociones de Kong. Por ejemplo, cuando Peter Jackson quería que el
gorila expresara su rabia, las expresiones del actor eran transferidas y
traducidas a las expresiones correspondientes del gorila.
El futuro de los efectos especiales
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¿Han matado los efectos especiales al cine de siempre o, por el contrario


han sido su salvación? Como en toda discusión hay opiniones para todos
los gustos. Están los que piensan que muchas películas que presumen de
ofrecer al espectador un gigantesco despligue de efectos especiales pecan,
en cambio, de tener guiones poco cuidados, dando como resultado filmes
intrascendentes, de consumo rápido que se ven y se olvidan con gran
rapidez. Para otros directores, en cambio, los modernos efectos especiales
han hecho posible abordar historias que de otra manera no hubieran sido
posibles, acercarlas al mundo del comic, como es el caso de 300 o Sin City
y lograr, en definitiva, lo que siempre ha hecho el cine: conmover y
emocionar, hacer reir y llorar, provocar miedo, conseguir que el espectador
pase hora y media de pura y dura evasión. En lo que sí están de acuerdo los
expertos es que el próximo reto al que se enfrentan los efectos digitales es
lograr que un día sea imposible distinguir en las pantallas a los actores
reales de los creados vía ordenador, es decir crear un actor virtual, o
recuperar para el cine algunas de las estrellas del pasado, alguien como
Marylin Monroe, James Dean o Humphrey Bogart. Para algunos es cosa de
poco tiempo. En Superman Returns ya se intentó hacer algo parecido. El
cuerpo del protagonista, Brandon Routh, fue completamente escaneado
hasta reproducir en un ordenador todos los pelos y poros de su piel. Antes
de estrenar la película uno de sus productores, Chris Lee, sostenía que era
imnposible distinguir en pantalla cuál era el actor real y cuál el virtual.
Otros especialistas, en cambio, como Dennis Murren, ganador de varios
Oscar en la materia, uno de ellos por su trabajo en Parque Jurásico, creen
que aún queda tiempo para lograrlo: “Cuando solventemos ciertos
problemas como la piel traslúcida, los ojos lacrimosos, la saliba en los
labios o la complejidad en el movimiento del pelo, estaremos preparados
para cualquier cosa”. Ojalá lo veamos cuanto antes.

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