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ABC 23 -2-2011.

Opinión

Ríotinto: patrañas en vez de


explicaciones
Desde hace dos días, dirigentes del PSOE están saliéndose por la
tangente en sus explicaciones sobre el caso del presunto fraude en
las prejubilaciones de Minas de Río Tinto

Día 23/02/2011 - 07.11h

Desde hace dos días, dirigentes del PSOE están saliéndose por la tangente en sus
explicaciones sobre el caso del presunto fraude en las prejubilaciones de Minas de Río
Tinto. Primero con insinuaciones el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, y ayer
mismo directamente la consejera andaluza de la Presidencia, Mar Moreno,y el
vicepresidente tercero del Gobierno de la Nación, Manuel Chaves, están intentando
culpar del desaguisado al entonces ministro de Trabajo del Ejecutivo del PP, Eduardo
Zaplana; al que fuera delegado del Gobierno en Andalucía, Juan Ignacio Zoido, e
incluso a Javier Arenas, sin relación alguna con el asunto

En el colmo del desahogo, los gobernantes socialistas obvian que el fraude


denunciado se realizó por un deleznable acuerdo entre la Junta de Andalucía y los
sindicatos para falsear la vida laboral de trabajadores de la mina de Riotinto, a
sabiendas, según todos los indicios, de que se estaba cometiendo una ilegalidad.
Además, el pago de las prestaciones fueron realizadas por la Administración
andaluza en el periodo que media desde el acuerdo irregular hasta el momento en
que cada trabajador cumplió la edad legal de la jubilación y sólo a partir de esa
fecha por la Seguridad Social, dependiente del Ministerio de Trabajo, para abonar las
pensiones.

Pretender ahora que la culpa es de la Seguridad Social por pagar las pensiones es una
patraña sin escrúpulos, una maniobra vergonzosa que intenta, además, convencer a
la población de que el culpable del fraude no es el que planea y ejecuta el engaño
sino el que es engañado.

Si esto es lo que entienden los socialistas por «llegar hasta el final, caiga quien
caiga», ya podemos saber la luz que piensan arrojar a este asunto y a los otros
relacionados con él, tan graves o más, como el caso Mercasevilla y el fraude
generalizado en los expedientes de regulación de empleo: ninguna. La factura se la
pasarán la Justicia y las urnas.

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