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Tres de febrero, sobre la pertinencia cotidiana de tener ideales...

Como a ustedes, los días dan brincos entre tareas inmediatas, responsabilidades permanentes,
pensamientos indómitos, casi imperceptibles suspiros inevitables, gestos y algunos ratos para
mirarnos en el reflejo de los ojos de otros y pues vemos los acontecimientos revelarse en El
Cairo y en Hato Rey, en el escenario de nuestra isla, bajo la sombra de distancias cercanas y en
una esquina cercana de nuestras vidas, al cruzar mares o al cruzar la calle. Movimientos de los
pueblos se están esforzando por una sociedad libre, por la justicia económica y para lograr
cambios, en disonancia y con contragolpes, de nuevo, vemos las mismas tácticas motivadas por
quienes insisten en repartirse el botín, los que justifican la violencia por tal de arrimarse a los
privilegios, y el coro en tercer plano de aquellos que con complicidades invisibles bailan al son
que les tocan.

Me fascina pensar en los contrastes que nos brinda la vida para motivarnos a pensar de
diferentes maneras y recordarnos que aunque todos los días hay mareas, son a horas disímiles,
nunca llegan con puntualidades exactas, en el flamboyán que ruge sus colores en medio de los
grises urbanos negando morir y como todos los bebes nacen con esperanza en los ojos aunque
nazcan en medio de tormentas o tormentos…

Siempre he tratado de entender como hay quienes se niegan los misterios, quienes no pueden ver
lo universalmente paradójico de la vida del gusano, feo, lento, paciente y disciplinado,
arrastrando su existencia en busca de un nicho donde morir hecho un manojo del cual salen las
alas de una mariposa hija de sus sueños de gusano, feo, lento, paciente y disciplinado…

… y las amigas tras años se reencontraron, la separación la trataban de remendar zurciendo un


tapiz de recuerdos con hilos de colores y fibras diferentes, el silencio se apoderó del momento
cuando una le dijo a la otra: en qué idioma le haces el amor si tu esposo no entiende español…

… abrió la puerta, las tres hermanas nerviosas observaron llegar a su padre notando que de su
muslo venía fuertemente agarrado una mano diminuta, tan pequeños los dedos como los suyos,
mientras de recodo desde la sombra unos ojos se asomaban cuando escucharon la voz de su
madre con la dulzura de un atardecer fresco decirles: vayan a conocer a su hermanito, que
tiempo tendrán para conocerse…

… siempre pensó que llegaría el día en que su hijo arrepentido pidiese su perdón pero no llegó
a tiempo, siempre pensó tener razones de sobra para requedarse en sus frustraciones de padre,
en seguir contemplando las heridas de su orgullo y poder mantener encerrado ese amor como
muestra de lecciones necesarias, se equivocó, y ahora hablando a la cara de su hijo muerto
solamente deseaba que de alguna manera sus palabras llegaran a quien se había ido sin
despedirse…

… y la anciana deseaba que la llevaran a ver el recinto en que tuvo amores rebeldes, que
escribió poemas prohibidos, las hermanas comentaban con la prima, nuestra abuela apoya a los
estudiantes y quiere ir a la marcha aunque papi se oponga, al llegar las arrugas, las canas en
moño nítido conjugado, el andar al ritmo de una danza y el cuerpo encorvado fue rodeada por
jóvenes cuyas alegrías florecieron al ver la sonrisa firme de la universitaria que regresaba tras
décadas a defender su nido de ilusiones: la voz no esperó: que sepan que las flores siempre
dejan olores, aunque las arranquen o las pisen, su olor es eterno por eso hay que defender el
jardín pero igual los canallas, por más que quieran mentir y hacer alarde, sus pestes de canalla
tampoco se olvidan, no podemos dejarlos que arranquen las flores de raíz...¿ les gustó?…
preguntaba con una risa algo picara que volvía a hacer de las suyas, hace años lo escribí
parada aquí mismo, haciendo lo mismo que vuelvo a hacer, defender mi universidad...

roberto 'pachi' ortiz feliciano

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