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Datos para un Cerebro sano

El cerebro necesita una alimentación equilibrada para funcionar bien. Así que para
pensar, memorizar, recordar, etc., consuma alimentos que contengan los nutrientes que
su mente necesita para estar despierta.
Recuerde que existen vitaminas y minerales que intervienen directamente en la
concentración, la memoria, el rendimiento intelectual y el estado de ánimo. Si el cuerpo
carece de ellos, será mucho más difícil que su cerebro rinda al máximo.
1 No permita que su hijo se salte el desayuno porque se le puede bajar la glucosa y eso
afectará su rendimiento escolar. Recuerde que pasó entre 10 y 12 horas en ayuno
durante la noche y si no prueba alimentos en la mañana se sentirá apático, decaído y
hasta se dormirá en clase.
2 Evite que coma demasiado en la noche, peor aún si son alimentos con mucha grasa
porque obligará a sus estómagos a trabajar más de la cuenta y al siguiente día se sentirá
cansado. Otra probabilidad es que tenga dolencias estomacales y eso le impedirá estudiar
bien durante el día.
3 En época de exámenes incentive a sus hijos a que consuman muchas verduras porque
aportan potasio, magnesio, ácido fólico y fibra (entre otras funciones, ayuda a regular el
tránsito intestinal). Se sentirá bien, estudiará mejor y rendirá en todo.
4 En las tardes o mientras estudia no consuma golosinas como dulces, pastas, galletas o
comida rápida, esto le dará energía pero también muchas libras demás. Es mejor que
para el cerebro coma habas, nueces y maní. Tome yogur con un sándwich de queso o de
carne con lechuga. Otra opción es comer frutas y tomar zumos naturales.
5 Si los nervios le han hecho perder el apetito, elabore platos más nutritivos: añada clara
de huevo cocinada y rallada, queso o leche a los platos que pueda; elabore ensaladas
con frutas y mézclelos con nueces; dele jamón, queso, atún y sardina y para beber
prefiera el yogur, porque son alimentos más nutritivos.
6 Presiónelo a que planifique bien las jornadas de estudio, recuérdele a su hijo sacar
tiempo para estudiar, para comer y para descansar. El sueño también es importante, ya
que la mente no rendirá si el niño o adolescente se sienten cansados.
7 El consumo excesivo de bebidas excitantes como el café, el té, las gaseosas u otro tipo
de bebidas estimulantes mantienen la mente despierta pero no aumentan la
concentración ni la memoria. Los zumos naturales de frutas mezclados con apio o alfalfa,
el agua o las infusiones son una opción más saludable y nutritiva.
8 No se olvide que la única forma de rendir al máximo es mantener el cuerpo y la mente
bien descansados. Para ello, es necesario dormir un mínimo de 8 horas. En caso de
dificultad para conciliar el sueño recurra a infusiones relajantes (azahar, hierbaluisa,
melisa, espino blanco, verbena, tila, etc.) o un vaso de leche caliente con miel de abeja
antes de acostarse.
9 No está justificado realizar dietas sin criterio médico o nutricional, ya que pueden
provocar mareos o anemia, cansancio, irritabilidad, alteraciones en el sueño, depresión
etc.; repercutiendo negativamente sobre la salud y la capacidad intelectual.
10 En esta época es bastante frecuente el aumento injustificado de la venta de
suplementos de vitaminas y minerales. Una alimentación bien equilibrada, que incluya
alimentos de todos los grupos consumidos a diario, cubrirá todas las necesidades de
energía y nutrientes, sin necesidad de recurrir a ningún tipo de suplemento.
11 Una dieta inadecuada sumada a las crisis de ansiedad que se producen en épocas de
exámenes puede hacer que una adolescente tenga problemas de sobrepeso o peor aún
que desarrollen bulimia o anorexia si los padres no vigilan lo que están comiendo.

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