Está en la página 1de 9

HISTORIA DE LA “ROMANA”

La romana (el lat. [statera] romāna) es un instrumento que sirve para pesar, compuesto de una palanca de brazos muy desiguales, con el fiel
sobre el punto de apoyo. El cuerpo que se ha de pesar se coloca en el extremo del brazo menor, y se equilibra con un pilón o peso constante que
se hace correr sobre el brazo mayor, donde se halla trazada la escala de los pesos.
[editar] Características
La exactitud y precisión de la romana no es muy grande. Su principio de funcionamiento está basado en las propiedades de las palancas, donde el
peso del cuerpo a pesar se contrarresta con el contrapeso del pilón que puede deslizarse a lo largo de una regla graduada.
Aunque existen diversos modelos de romanas, todas tienen un brazo en forma de regla graduada larga donde se lee el peso y otro más corto del
que se suspende el cuerpo a pesar, bien sea colocándolo en un plato o colgándolo de un gancho.
Para equilibrar la romana hay que mover el pilón a lo largo de la regla graduada. Cuando la romana está equilibrada, la barra graduada está
totalmente horizontal y el punto de la regla en que está situado el pilón permite leer el peso de la mercancía.
Desde mediados del siglo XX las romanas fueron quedando obsoletas y están siendo sustituidas por balanzas de muelles y, más adelante,
electrónicas de lectura directa, mucho más exactas y precisas. Hodierno, su uso queda limitado a zonas rurales poco desarrolladas.
La pesadas con la romana, así como con la balanza clásica, no depende de la intensidad gravitatoria en el lugar de la pesada, ya que su
fundamento es compensar los momentos creados por el cuerpo a pesar y el momento antagonista que hace el pilón. Con una báscula electrónica,
o con un dinamómetro, el peso sería diferente en función de la fuerza intensidad gravitatoria.
Ejemplo: si se coloca 1 kg de tomates en el gancho de la romana, el pilón de la romana no variará su posición, bien sea en el valle o en el
altiplano; si utilizásemos una báscula electrónica, la medida en el valle sería mayor que en el altiplano.
Es decir, la balanza y la romana comparan masas y la báscula mide fuerzas.
[editar] Historia
Las romanas se usan desde tiempos muy remotos, aunque su nombre sugiere que su forma definitiva, así como su utilización, corresponde a los
tiempos de la Roma Antigua. Desde entonces se ha seguido utilizando en su forma más sencilla y arcaica o en otras formas más elaboradas.
La aparición de balanzas y básculas mecánicas y, posteriormente, electrónicas, han arrinconado el uso de la romana a ambientes rurales poco
desarrollados.
La “Romana” se denominó así desde prácticamente su descubrimiento, aunque durante algunos años, los romanos la llamaron
“campana” debido a su lugar de origen. Fue durante el Alto Imperio cuando se consolidó su actual nombre. El alto grado de
fiabilidad que ofrecía la “Romana” le sirvió para imponerse en todos los mercados o lugares de comercio durante el Alto
Imperio, lo que significó una expansión por todos los territorios ocupados por Roma, y su consecuente inserción en las
culturas autóctonas. Todo indica que la “Romana” entro en España por Cartagena (Cartago Nova) en la llamada “Época de la
Conquista” (218 a 19 a.C.), y dentro de ella en el periodo de las grandes reformas (180 a 154 a.C.) llevadas a cabo por Tiberio
Sempronio Graco. No obstante, la expansión de la Romana no fue, debido a la problemática que generaban lo distintos
patrones de los sistemas de pesas empleados en la época, en modo alguno un camino de rosas.
La Romana se construye en  base a criterios precisos y únicos respecto a los patrones que la configuran, no siendo otros que
los que determinan la cultura comercial de cada zona.
Una romana construida, por ejemplo, en Nápoles, no podía ser utilizada en Verona, Cartago o Atenas, dado que los sistemas de peso eran
distintos, o digamos, tenían diferente valor. Así pues nos encontramos que en la época en que la “Romana” se expande son varios
los sistemas aplicados en todo el Mediterráneo para medir el peso de los cuerpos, pero fundamentalmente predominaban
tres:
o Sistema Ático (llevado a cabo por Solón, uno de los siete sabios de Grecia).
o Sistema “Fidonio” o “Eginense”.
o Sistema “Romano”.
Todavía hoy no resulta difícil ver en algunos pueblos de Castilla Romanas que tienen marcada la escala de pesos en Arrobas y
en Kilos.
La legislación española sobre pesas y medidas se constituyó con la Ley del 8 de julio de 1892 cuyo reglamento data del 4 de
mayo de 1.917. Esta Ley marca claramente los distintos grados de sensibilidad a que deben estar sometidos los aparatos de
medición de peso. Teniendo en cuenta la formula que estable dicha Ley para las Romanas es de 1/500 se puede establecer la
siguiente escala:
Romanas con capacidad para 10 kilos, sensibilidad =   20 Grs.
Romanas con capacidad para 30 kilos, sensibilidad =   60 Grs.
Romanas con capacidad para 50 kilos, sensibilidad =  100 Grs.
Romanas con capacidad para 100 kilos, sensibilidad = 200 Grs.
A lo largo de su historia han sido muy pocas las variaciones que ha sufrido la Romana o balanza de brazos desiguales.
 
Una de ellas, también elaborada en mi taller, es la llamada Romana de cola.  Se trata de una  romana de tres ejes y un solo
pilón, llamada así por el trozo de barra que, a modo de cola, se les coloca en la parte derecha de la cabeza.
Este apéndice también está calibrado y posibilita que la romana pueda comenzar a pesar desde cero.  
Este tipo de romanas se fabricaban casi exclusivamente para el País Vasco.
 La Romana está compuesta por dos o tres zonas perfectamente diferenciadas, y que son:
 Zona Calibrada. Que a su vez esta formada por:
-         Barra o brazo largo: Permite determinar el valor de lo pesado.
-         Pilón: En su recorrido por la barra indica el peso correspondiente al cuerpo sobre el que se efectúa la operación.
Zona Sensible. Compuesta por:
-         Cabeza o brazo corto: Es el centro neurálgico de la Romana y en ella están situados los
-         Ejes, Fieles, Alcobas, Calamones y Ganchos : La ubicación de los ejes es la base fundamental para el perfecto
funcionamiento de la Romana. Los Fieles determinan la exactitud de los pesajes. Las alcobas, calamones y ganchos (asa
de la romana) están unidos entre sí y penden de los ejes, permitiendo con su articulación acceder a los pesajes “Mayor”
o “Menor”.
Zona Pendiente. Es la compuesta por:
-         Cadenas y Plato : Una vez calibrados sirven de apoyo a los cuerpos que se pesan.
 En España se sigue utilizando la Romana por agricultores, ganaderos y sector ambulante.
Para concluir diremos que la construcción de una romana exige un minucioso proceso que asegure el perfecto ajuste de todas sus piezas
para conseguir la máxima precisión en las medidas que con ella se efectúen.

También podría gustarte