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El día de los difuntos es una tradición de varios siglos muy importante no solo en

nuestro país, sino en todo el mundo. En este día, los Bolivianos visitan las tumbas
de sus familiares; llevan comida, bebidas, y velas, así transformando el panteón
en un paisaje mágico de luces vacilantes y de sociabilidad calurosa

Desde el siglo IV la Iglesia de Siria consagraba un día a festejar a "Todos los


Mártires". Tres siglos más tarde el Papa Bonifacio IV transformó un templo romano
deificado a todos los dioses (Panteón) en un templo Cristiano dedicándolo a
"Todos los Santos", a todos aquellos que nos habían precedido en la fe. La fiesta
en honor de Todos los Santos, inicialmente se celebraba el 13 de Mayo, pero fue
el Papa Gregorio III quien la cambió de fecha al 1º de Noviembre, que era el día
de la "Dedicación" de la Capilla de Todos los Santos en la Basílica de San Pedro
en Roma. 

Más tarde, en el año 840, el Papa Gregorio IV ordenó que la Fiesta de "Todos los
Santos" se celebrara universalmente. Como fiesta mayor, esta también tuvo su
celebración vespertina en la "vigilia" para preparar la fiesta (31 de Octubre). Esta
vigilia vespertina del día anterior a la Fiesta de todos los santos, dentro de la
cultura Inglesa se tradujo al inglés como: "All Hallow's Even" (Vigilia de Todos los
Santos). 

Con el paso del tiempo su pronunciación fue cambiando primero a "All Hallowed
Eve", posteriormente cambio a "All Hallow Even" para terminar en la palabra que
hoy conocemos "Halloween"(Que en nada estaba relacionada con lo que hoy se
conoce como Halloween.) Por otro lado ya desde el año 998, San Odilo, abad del
Monasterio de Cluny, en el sur de Francia, había añadido la celebración del 2 de
Noviembre, como una fiesta para orar por las almas de los fieles que habían
fallecido, por lo que fue llamada Fiesta de los "Fieles Difuntos" la cual se difundió
en Francia y luego en toda Europa

Pero ahora, después de conocer la historia del origen de esta fecha, me pregunto
pregunto:

¿Es realmente necesario tener una fecha específica para recordar a nuestros
seres queridos?

Para muchas personas la fe se ha convertido en un instrumento para la muerte.


Cuando muere un ser querido se acuerdan de Dios, pero mientras esto no sucede
el Señor es un fardo inútil que intentan quitar de sus vidas.

Los muertos ya no pueden elegir. Los difuntos no pueden convertirse ni pueden


aceptar en su muerte a Cristo. Sólo es en el camino de la vida cuando se pueden
tomar opciones que tendrán validez más allá de esta existencia terrena.

Cuando una persona vive con temores a la muerte se olvida de vivir. La gran
promesa que Jesús nos ha dejado nos hace ver a nuestros seres queridos como
compañeros de camino, no como propiedad nuestra
A lo que me voy es, que el “Día de los Difuntos” no debe ser tomado como una
tradición mas, como una costumbre a la cual estamos obligados a asistir y
recordar, o simplemente realizarla por respeto.

Siento decir que este día, tal como otras famosas fechas: “Día de la Amistad”, “Día
de la Madre/Padre”, “Día del Maestro”, etc, ha caído en el círculo matutino de
costumbres que se deben realizar por que sí, pues son pocos los que realmente lo
ven como debe ser.

No necesitamos de una Fecha Especial para recordar todo el amor de nuestra


madre o la amistad del verdadero amigo, estos son hechos y notas que deben
perdurar desde el momento en que abrimos los ojos y hasta que los cerramos.
Son cosas que se sienten y se viven.

¿Por qué recordar con miedo? Siento que todos debemos reflexionar sobre este
tema y darle más importancia, dejando a aun lado la comida y atractivas luces y
risas.

La vida es un camino corto, no esperemos hasta el último momento para decir lo


que sentimos o hacer lo que anhelamos, por que podría ser demasiado tarde.

De igual forma, no dispongamos de una fecha específica para recordar a los que
han dejado esta vida para renacer en un Reino Mejor, el recordarlos con amor y
respeto es algo que debe nacer de nuestro interior, debe ser sincero...evitemos
hacer de este Día Especial una costumbre más de nuestra sociedad, una
obligación.

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