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Y la tragedia continúa.
12 integrantes de una familia de la comunidad “María Misionera” , perdieron la vida en
un confuso incidente en una de las tantas localidades afectadas por este movimiento
telúrico . Los hechos acontecieron en circunstancias de que la familia acampaba en carpas,
en la playa de esa localidad, cuando fueron, literalmente, tragados por una ola gigante,
que se produjo inmediatamente después del terremoto de la fatídica madrugada del
sábado 27.
Otro lamentable caso…
Supimos que una de las personas afectadas directamente por el sismo del fin de
semana fue la señora Zulema de la comunidad de El Trebal, quien se encuentra
con su casa, totalmente averiada. Para quienes puedan ir en su ayuda, aquí está
el aviso. Para contactarla, llamar al teléfono de la Parroquia: 811 1277
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Mauricio Sebastián Larenas Meza envió un mensaje a los miembros de/del PARROQUIA
SAN IGNACIO DE LOYOLA.
Bueno esperando que todos estén bien después de lo sucedido, les quiero comentar que
hay harta gente interesada en ayudar en la comuna. Pues bien, yo personalmente, sé
que un grupo de jóvenes ya estuvo aportando en la instalación de algunas mediaguas,
Bueno, con esto quiero motivar a todas aquellas personas que están con las ganas de
ayudar pero que a lo mejor no saben cómo. Se me ocurre que se acerquen a la parroquia
o a la casa de ejercicios y pregunten qué es lo que pueden hacer; yo sé que algunos
amigos de la pastoral juvenil se están moviendo con más mediaguas en conjunto con la
Municipalidad, así es que no se queden con las ganas... En estos días hay mucha
necesidad así es que los que puedan y quieran Motívense! También pueden escribir en
el muro de la parroquia ofreciendo algún tipo de ayuda o servicio que puedan aportar..
Son muchos los dolores, la desolación y la desesperanza; confusa la información o tan impactante, que a veces
cuesta detenerse en los lugares donde ocurre (puede ser que ante tanta calamidad, el lugar físico no sea tan
importante, porque nos duele a todos), porque pensamos más en el dolor que están sintiendo tantos hermanos
nuestros. Miremos nuestro interior y busquemos lo que Dios nos está queriendo decir. Esperamos ser un aporte
en estos difíciles momentos que pasamos como país. Les rogamos que nos ayuden en las iniciativas que se están
llevando a cabo, pero no olvidemos nunca el poder increíble de la oración. Nos hemos sorprendido con emoción
por el caso del niño de Tahití, encontrado muchas horas después del movimiento telúrico. Esperemos que acá en
nuestro país, sean multiplicados estos casos que nos devolvieron la esperanza y la alegría ante tanto dolor. Les
invito también y, muy especialmente, a reconocer nuestra propia responsabilidad en estos hechos. Tanto pecado
social, tanta violencia y anarquía; asaltos a la orden del día, saqueos, etc. . Debemos meditar en nuestra propia
responsabilidad ante estos hechos. Nos urge hacerlo y proponer soluciones concretas ante hechos tan
lamentables y vergonzosos, que están en la mira del mundo entero.