Evaluación cuantitativa y cualitativa :artículo de Quiroz
Bonilla, Violeta:
Al iniciar el Siglo XXI se dan cambios trascendentales con una globalización
galopante que elimina fronteras y cambia la forma de ver el mundo. Conceptos como el trabajo cooperativo y la visualización del mundo como sistema cobran mayor vigencia. La educación no queda excluida y las formas individualistas de enseñanza y aprendizaje dan paso a formas educativas como el trabajo en grupo, el aprender a aprender, las inteligencias múltiples, entre otras. Las necesidades de la sociedad como origen de los objetivos educativos retoman su importancia, contenidos, métodos y medios pasan a estar bajo su eje; situaciones reales y simuladas se convierten en la esencia. La enseñanza aprendizaje se visualiza como un proceso no lineal y se percibe con fuerza la naturaleza sistémica de los elementos curriculares. No obstante uno de los elementos curriculares es dejado atrás. Como reminiscencia de enfoques positivistas, conductistas, a la evaluación se le da solo la función cuantitativa, sumativa, final, de control de adquisición de contenidos. Partiendo de una visión sistémica del proceso educativo, la evaluación debe reasumir sus tres funciones, diagnóstica, formativa y sumativa o acumulativa. Debe retomarse como medio de retroalimentación, tanto interna como externa hacia todos los elementos curriculares y no solo hacia los contenidos. Se debe reexaminar logros y fracasos, ventajas y desventajas, fortalezas y debilidades de los objetivos, contenidos, métodos y medios. Esta retroalimentación debe darse al inicio, durante y al final del proceso educativo. La evaluación debe reasumir la valoración del cumplimiento con las necesidades de la sociedad. La evaluación debe ser revalorada para que adquiera el papel preponderante que le corresponde. Esta ponencia pretende mostrar la esencia tanto de la evaluación cuantitativa como la de la cualitativa para que se analicen y utilicen en una forma adecuada. En primer lugar se debe hablar de las características de ambas. La primera pretende medir la adquisición de contenidos, adquiridos principalmente de memoria y, lastimosamente, en memoria de corto plazo. Utiliza formas de evaluación objetivas, de repetición de lo impartido por el profesor; cuanto más fiel a lo dado por éste, mejor. Su función básica es sumativa y permite estandarizar y aplicar pruebas a grandes grupos, pues se les asigna la cualidad de confiables, o sea los resultados son similares en condiciones similares.