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A partir del 9 de diciembre de 2008, entró en vigencia la Ley 26.

425 que crea el Sistema


Integrado Previsional Argentino (SIPA) y elimina el régimen de capitalización, absorbido y
sustituido por el régimen de reparto. El nuevo sistema circunscribe el otorgamiento de las
prestaciones al Estado y se financia con recursos provenientes del pago de aportes y
contribuciones previsionales, además de impuestos recaudados a tal fin.

A través de esta herramienta legal, el Estado garantiza así a los afiliados y beneficiarios del
régimen de capitalización la percepción de iguales o mejores prestaciones y beneficios que los
que gozaban a la fecha de la entrada en vigencia de esta nueva normativa.

Los servicios prestados, ya sea bajo relación de dependencia o en calidad de trabajador


autónomo, correspondientes a los períodos en que el trabajador se encontraba afiliado al
régimen de capitalización son considerados, a los efectos de la liquidación de los beneficios
establecidos en el artículo 17º de la Ley 24.241 y sus modificatorias, como si hubiesen sido
prestados al régimen previsional público.

De la misma manera, los beneficios de jubilación ordinaria, retiro por invalidez y pensión por
fallecimiento que eran liquidados por las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y
Pensiones bajo las modalidades de retiro programado o retiro fraccionario, son pagados por el
régimen previsional público.

Los afiliados al régimen de capitalización que habían ingresado importes voluntarios en sus
cuentas de capitalización individual bajo la figura de "imposiciones voluntarias" y/o "depósitos
convenidos" y que aún no habían obtenido un beneficio previsional, pueden transferirlos a la
Administración Nacional de la Seguridad Social para mejorar su haber previsional.

Asimismo, los recursos que integraban las cuentas de capitalización individual de los afiliados y
beneficiarios al régimen de capitalización fueron transferidos a la Administración Nacional de
la Seguridad Social (ANSES), que no percibe por la administración de dichos fondos comisión
alguna de los aportantes al sistema. Dichos activos pasaron a integrar el Fondo de Garantía de
Sustentabilidad del Régimen Previsional Público de Reparto, creado por el decreto 897/07.

La totalidad de los recursos se utilizan únicamente para pagos de los beneficios del Sistema
Integrado Previsional Argentino. El activo del fondo se invierte de acuerdo con criterios de
seguridad y rentabilidad adecuados, contribuyendo al desarrollo sustentable de la economía
real a efectos de garantizar el círculo virtuoso entre crecimiento económico y el incremento de
los recursos de la seguridad social. La inversión de los fondos en el exterior está prohibida.
Puede conocer el texto completo de la Ley y otra normativa vinculada en Infoleg, del
Ministerio de Economía.

Ley 26.425. Creación del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA)

Decreto 2099/08. Reglamentación de la ley.

Decreto 2103/08. Fondo de Garantía de Sustentabilidad del SIPA.

Decreto 2104/08. Personas quedan incluidas en el nuevo SIPA.

¿Cómo me jubilo?

Están obligatoriamente comprendidas en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA)


todas las personas mayores de 18 años que se desempeñen en actividades con relación de
dependencia o autónomos.

Para integrarse al sistema cada individuo debe matricularse, es decir, obtener un número de
CUIL en el caso de los trabajadores en relación de dependencia, o un número de CUIT (AFIP)
para el de los autónomos.

Trabajadores en Relación de Dependencia:

El empleador es el que informa sobre las altas y las bajas e inscribe al trabajador como
beneficiario de la seguridad social. Todo asalariado debe ser declarado. Para ello se establece
el Código Único de Identificación Laboral (CUIL), que individualiza a todos los trabajadores y
empleadores en sus relaciones recíprocas ante los organismos vinculados a la administración
del trabajo y la seguridad social. Los dos primeros dígitos corresponden al sexo, los ocho
números siguientes al DNI o LC y el último dígito es el verificador.

Trabajadores Autónomos:

Los trabajadores deben afiliarse por cuenta propia. El número de CUIL coincidirá con el
número de CUIT otorgado por la AFIP.

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Para tener derecho a la Prestación Básica Universal o Jubilación Ordinaria los afiliados deben
reunir los siguientes requisitos:

• Hombres: sesenta y cinco (65) años de edad cumplidos;

• Mujeres: sesenta (60) años de edad cumplidos.

• 30 (treinta) años de servicios con aportes computables.

Prestaciones

Las prestaciones que componen una jubilación son: la Prestación Básica Universal (PBU),
Prestación Compensatoria (PC) y Prestación Adicional por Permanencia (PAP).

También se consideran prestaciones: pensión por fallecimiento de un beneficiario y pensión


por fallecimiento de un afiliado.

Otras son: prestación por edad avanzada, prestación por edad avanzada por invalidez,
prestación por edad avanzada por trabajos rurales, retiro por invalidez, reconocimiento de
servicios y otras prestaciones para actividades especiales.

Para conocer las características de cada una de ellas y los requisitos y procedimientos
necesarios para acceder a prestación, dirija su consulta a la ANSES.

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Situación de los Ex Empleados de las AFJP

Por Resolución del Ministerio de Trabajo N° 1351/08, se conformó la Comisión de Trabajo para
la Preservación del Empleo, Art. 11 Ley SIPA, con el objeto de prever las acciones y arbitrar las
medidas necesarias para mantener el nivel de empleo de los trabajadores de las
Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones.

La Comisión se encuentra recopilando toda la información laboral disponible para ayudar a


reinsertar a los trabajadores que pudieran ser afectados en su empleo, lograr su reubicación
en empresas del mismo grupo de las AFJP o en áreas del sector Público Nacional.
Para ello ha comprometido a representantes de las empresas a brindar toda la información
sobre la situación del personal. Los datos remitidos se procesarán para determinar los perfiles
laborales y reinsertar a los empleados en los lugares de trabajo más adecuados, todo ello
sujeto al consenso del trabajador con el eventual futuro lugar de prestación de servicios y con
la idea de preservar su habitual condición de vida. En aquellos casos en los que pudieran
detectarse insuficiencias en la calificación laboral se brindarán los cursos de capacitación
necesarios para su nuevo destino laboral.

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