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1:4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas
artesonadas, y esta casa está desierta?
1:5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros
caminos.
1:6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no
quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe
su jornal en saco roto.
1:7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.
1:8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi
voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.
1:9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un
soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está
desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.

En las zonas residenciales hay casas hermosas, bellamente decoradas y con


un acabado de primera. No es malo tener una casa linda, el asunto es cuando
dedicamos más tiempo al cuidado de la casa, que olvidamos el cuidado
prioritario de nuestro templo.
Hageo se data el 520 AC, fue levantado por Dios para llamar a su pueblo de
vuelta a sus prioridades divinas. Hageo se dirigia a los lí deres y al pueblo que
había vuelto a Babilonia pa ra comenzar una nueva vida en Judá. El objetivo era
hacerles recordar al pueblo su tarea primordial de reconstruir el templo, y no
desobedecer a Dios (Benware. PAT.1994)
Dios llama a una obra a quienes están ya sintiendo preocupació n por esa obra.
Hageo contiene un mensaje de urgencia al pueblo para que pongan mano a la
obra en la reconstrucción del templo; además, debí an esforzarse y tener fe que
Dios los ayudará a en esta tarea muy prolija. Dios quería que el pueblo tenga
en correcta relación con Él y deseaba obediencia y dedicació n a hacer la
voluntad de Dios. (Wood. PI 1983)
Es inconcebible, tener una casa hermosa bien cuidada; y tener un templo
descuidado para alabar a Dios. Por otro lado, es absurdo dedicar
exclusivamente las ofrendas a edificios y templos, sin darle un sueldo decente
al Pastor y personas que trabajan.
Que nuestra prioridad sea amar a Dios, cuidar el templo, (el cuerpo físico), para
servir al Señor en santidad e integridad. Por esta razó n de, e invierta para que
podamos cambiar vidas en el poder de Cristo.
Cuide su cuerpo y el templo de la Iglesi a y adore al Señor de corazón.




Señor toma nuestro templo, dedicamos nuestra vida a ti, guíanos a tener un
lugar decente para adorarte sin caer en lujos y vanidades... En el Nombre de
Jesucristo Amén

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